El Club De Las Secretarias II: Trixie
Traducción oficial de mi relato de Literotica (Secretaries Club: Trixie). Trixie planea su venganza contra su abusivo jefe.
Hola a todos, este es el segundo capítulo de mi nueva serie. Tengo tantas ideas en este momento que no sé cuál puedo empezar a escribir, pero supongo que de alguna manera esa es mi maldición. Tal vez un paseo con mi perro invisible podría aclarar mis pensamientos guiño. Gracias a mi buen amigo AlLoro por su buen rollo mientras curramos lejos de casa y si, la cuarta sátira sobre los Infinity Stones será sobre la Mind Stone, pero olvidé quién podría ser un gran antagonista del Rey Salomón… bueno, comencemos esto.
''Señorita Sanders! He estado esperando quince minutos! Dónde está mi jodido café!?'' se escuchó la voz de un hombre molesto desde un altavoz. Una joven rubia suspiró estresada y enojada, antes de presionar un botón del altavoz.
"Deme un par de minutos, jefe; está casi listo,'' respondió la señorita Sanders con voz monótona.
"Incompetente!" gritó su jefe y la comunicación fue interrumpida.
"Puto cerdo," murmuró Trixie tirando un bolígrafo y se puso de pie. No era fácil para ella tener al idiota de Rob Blake como jefe, pero necesitaba el trabajo para pagar sus cuentas. Ella tenía 23 años y había recientemente terminado su universidad, un grado en Marketing; sin embargo, terminó trabajando para Blake porque no tenía suficiente experiencia. Una empresa estaba interesada y el director ejecutivo prometió llamarla pero nunca lo hizo, por lo que la pobre Trixie se quedó en la empresa de Blake como su secretaria. También recibió un par de ofertas de agencias de modelaje, pero las rechazó, increíblemente; y Trixie, en palabras de uno de los modistas, lo tenía todo (cara bella y tierna, cabello rubio largo, ojos azules, tetas medianas y redondas, cintura pequeña y fascinante, piernas largas y torneadas y un culo perfecto).
Llevaba casi dos años trabajando en Blake's Financial Advisors, y todos los días Trixie tenía que hacer un gran esfuerzo para tolerar a un jefe tan gilipollas. Blake no solo la humillaba a ella, sino a todos en la compañía, y no importaba cuánto lo intentara; nada era suficientemente bueno para Rob. La secretaria llegó a la máquina de café, tomó una taza y la llenó, luego se dirigió a la oficina de Rob y llamó a la puerta.
Un apuesto hombre blanco, ojos verdes, cuerpo ejercitado, 30 años; estaba sentado detrás del escritorio, con muchos papeles y documentos oficiales. Tenía una mirada impaciente en su rostro y cuando vio a su secretaria, no cambió ni un poco cuando Trixie entró y se paró frente a su escritorio con el café y dejó la taza sobre la mesa.
"Jefe, su café," murmuró Trixie.
"Ya era hora, pensé que tendría que hacerlo yo mismo..." dijo Rob molesto.
Él cogió la taza y sorbió un poco de ella, sólo para escupirlo todo en su escritorio. Trixie dio un paso atrás y gritó asustada, Rob volvió a poner la taza en el escritorio, visiblemente enojado y puso su codo sobre la mesa, con su mano masajeando su barbilla.
"Señorita Sanders, qué es esto?" preguntó mirando la taza de café.
"Café…" respondió Trixie.
''Café? En serio? Esta mierda podría ser cualquier cosa menos café, ahora trae mi maldito café!'' gritó Blake y Trixie cogió la taza del escritorio y salió de la oficina.
La joven regresó a la máquina de café maldiciendo su mala suerte y a su jefe, le sirvió café y lo escupió, “Ahora lo vas a disfrutar, cabroncete,” pensó y sonrió. Una de sus compañeras de trabajo, la señora Johnson, de 44 años; mujer de cabello castaño rojizo y ojos marrones, trabajaba como jefa de recursos humanos y se paró junto a ella con una taza vacía para tomar café.
"Hola Trixie, cómo va tu día?" dijo Johnson con una sonrisa.
“Como todos los días, horrible; y tú?'' admitió Trixie.
"Sí, no es fácil lidiar con Blake," confesó.
''No es fácil? Oh vamos, debes estar loca, es tan maravilloso..." Trixie dijo con sarcasmo y suspiró, "Es un jodido gilipollas, cree que es la única persona perfecta en este mundo," agregó.
''Lo sé, no estás sola. Pero es el jefe y tenemos que ser tolerantes.''
"Como sea... será mejor que me apresure antes de que se vuelva loco de ira, que tengas un buen día," dijo Trixie y cogió la taza de café de su jefe de la mesa y regresó a su oficina.
Rob bebió el café y Trixie tuvo que hacer un gran esfuerzo para no reírse, mientras él bebía su saliva con el café. Él permaneció en silencio y ella salió de la oficina y volvió a su escritorio, llamando y respondiendo cada llamada de su jefe y las llamadas entrantes más importantes fueron atendidas por Rob. Un par de episodios humillantes fue lo más importante para Trixie durante el día, pero ella manejó su ira y frustración.
Finalmente, después de un largo día de trabajo, a las 7 de la tarde estaba lista para partir. Cogió su bolso, salió del edificio y detuvo un taxi. La condujo hasta su apartamento y pagó, entró y cuando abrió la puerta, simplemente tiró sus cosas y se fue a la cama. Se despertó unas horas más tarde, a las 3 am y ya no pudo dormir, así que se comió unas galletas del rincón secreto de su cocina y miró la televisión, esperando el momento de comenzar su rutina diaria. Tres horas más tarde, se levantó del sofá y se fue al baño, se duchó y se vistió para el trabajo, escogió una camisa negra y una falda gris.
Trixie detuvo un taxi y llegó a su trabajo a tiempo, se apresuró y puso sus cosas en el escritorio. Pasando a Archivos, eligió algunas carpetas para trabajar y volvió a su escritorio; la gente llegaba en oleadas y algunos la saludaban. Trixie esperó a su jefe durante 30 minutos hasta que llegó a Rob sin decir buenos días y entró a su oficina, su secretaria no lo miró cuando pasaba frente a su escritorio y cuando cerró la puerta, Trixie le sacó la lengua en un gesto infantil y agarró su bolígrafo firmemente.
"Sanders, ven a mi oficina ahora, y prepara mi café," se escuchó la voz de Rob desde el altavoz y Trixie presionó el botón, "Sí jefe, deme un minuto," respondió mecánicamente.
Como todos los días, Trixie fue a la máquina de café y le preparó un poco a Rob. Cuando estuvo listo, fue a su oficina y dejó la taza sobre el escritorio, Rob probó el café y no dijo nada… por el momento.
"Sanders... te gustaría explicarme qué diablos acabo de beber?"
''Jefe, es café. Realmente, no veo ningún problema con el...''
''De verdad? No crees que haya un problema, déjame decirte; tengo un problema!'' Rob exclamó molesto. Trixie no podía entender las razones por las que su jefe era tan malo con ella, pero estaba tan nerviosa de hablar que se quedó petrificada y con miedo de hablar, ''En mis 8 años en esta compañía, nunca había visto tanta incompetencia en una sola persona, si no puedes hacer un jodido café, eres una inútil; incompetente, patética, y la lista sería tan larga si tú...'' Rob siguió quejándose y humillando a Trixie.
Se quedó en silencio y escuchó la voz de Rob muy distante. Había mucho dentro de ella que quería salir, pero estaba luchando con todos sus sentimientos. Primero, quería decirle todo tipo de cosas a Rob, pero tenía miedo de perder su trabajo si lo hacía. Trixie lo miró fijamente y vio que sus labios se movían, pero sumergida en sus pensamientos, no podía escuchar su voz; su ira creció dentro de ella… finalmente su coraje venció sus miedos, “Suficiente!! Sabes, he tolerado tus insultos y humillaciones durante dos años, estoy harta de esto y sabes qué, anda que te den, yo RENUNCIO!'' gritó y Rob se quedó sobrepasado con su reacción.
''Sanders!? Sigues aquí? Vuelve a tu escritorio!'' Rob exclamó y chasqueó sus dedos. Trixie reaccionó. Se había imaginado lo que le había dicho antes, agachó la cabeza y salió de la oficina.
Trixie estaba tan decepcionada de sí misma y se sentó en su escritorio y organizó el horario de Rob para la semana, mientras pensaba todo el día en dejar su empleo o quedarse. Soñar despierta no le ayudó mucho, pero no le importaba si no estaba cumpliendo con sus deberes a cabalidad.
Si alguno de sus parientes o amigos pudiera verla, no creerían que era la misma Trixie que conocían. No podía creer que estaba soportando toda la mierda de Rob sin hacer nada en contra de su conducta abusiva hacia ella, "Tengo que hacer algo," pensó. Pero qué, fue la pregunta principal que vino a su cabeza; qué sería lo suficientemente bueno para infligir todo el dolor y humillación que le había causado?
"Haré de tu vida un infierno, Rob Blake..." pensó y sonrió. Pero primero, tuvo que hacer algunas llamadas para su jefe y preparar la sala de conferencias para la reunión. Más tarde, ese mismo día, archivó algunas carpetas y apagó la laptop y antes de que pudiera salir de la oficina, Rob exigió su presencia en su oficina.
''Sanders, por fin. Necesito ir a una cena de negocios con algunos de los ejecutivos que conocí hoy y no terminé este análisis de marketing, quiero que lo tengas listo para mañana a primera hora.''
"Pero jefe, son las siete..." murmuró Trixie.
''Y yo creo que lo tendrás listo en dos horas. Será mejor que empieces ahora,'' dijo Rob mientras se levantaba para salir de la oficina.
"Pero tengo planes..." mintió ella tratando de despertar su compasión.
"Bueno, será mejor que no pierdas un segundo, Sanders, y ven mañana a las siete," dijo él y cerró la puerta.
"MUERETE!" gritó Trixie unos segundos después cuando Rob ya no pudo oírla. Enojada, pateó el bote de basura y muchos papeles terminaron en el suelo, trató de respirar y calmarse pero no fue posible, lo único que quería era hacer un desastre o algo realmente malo para Rob. El tiempo pasó y se calmó, Trixie se sentó e hizo lo que le dijo su jefe; terminando en una hora.
Ya en su apartamento, se dio una ducha y se sentó desnuda en el sofá para ver la televisión. Su pene flácido descansaba sobre su pelvis y encontró algo de alivio con algunos programas tontos y cuando tuvo suficiente, lo apagó y se fue a la cama. Uno de sus compañeros de trabajo, Eddie; le envió un mensaje, pero ella ignoró sus intentos de seducción y, guardando el móvil bajo la almohada, cerró los ojos para descansar después del largo día de trabajo.
Una sensación de hormigueo la despertó y Trixie vio el teléfono, las 4 am. "Genial, justo lo que necesito," pensó y sin sueño se puso de pie. Desnuda aún, fue a la cocina y se comió una manzana antes de pasar a su trono, su cálido sofá; se frotó la polla por acto reflejo y luego sonrió. Tenía el plan perfecto para darle una lección a Rob.
Tomar un baño caliente, ayuda a aclarar los pensamientos y deseos, su jefe sería víctima de la mejor venganza jamás planeada. Se comió su cereal especial para reinas y salió de su apartamento; hizo una parada rápida y compró algunas cosas para su jefe; laxantes, hormonas y somníferos, después de la compra se dirigió al trabajo.
Ella preparó el café para su jefe y agregó azúcar y tres cucharadas de laxante. Trixie sonrió mientras mezclaba la bebida y la servía en una taza que dejó en su escritorio, para evitar errores. Ella silbaba mientras hacía algunos de sus trabajos y otros llegaban a la oficina. A las 8 apareció su jefe y le dio los buenos días, preguntando si el trabajo que dejó la otra noche estaba listo, y Trixie dijo que todo estaba en orden.
Rob fue a su oficina y Trixie acarició la taza de café con un dedo, "Vas a tener un buen día jefe..." pensó mientras esperaba su llamada para llevar el café, lo que sucedió media hora después. Se puso de pie con una gran sonrisa y cogió la taza de café y fue a la oficina de Rob, estaba haciendo una llamada cuando entró Trixie; él hizo un gesto con la mano y ella dejó el café sobre la mesa y salió de la oficina.
Cinco minutos después vio a Rob saliendo de su oficina muy rápido e ignorando a todos, se dirigió al baño, "Esto acaba de comenzar, jefe..." murmuró en voz baja. Rob salió del baño dos horas después, su rostro estaba pálido y caminó despacio y calmado hacia su oficina, Trixie fingió ignorar la condición de su jefe pero él cerró la puerta de su oficina, ella rió satisfecha con los resultados. ''Sanders... puedes traerme un poco de agua...? No me siento bien…” su voz sonó desde el altavoz, “En un minuto jefe,” respondió ella con voz seria. "Es hora de la segunda ronda, jefe..." pensó y se puso de pie.
Trixie vertió un poco de agua en un vaso vacío y después de machacar una pastilla para dormir, la agregó al agua y esperó hasta que se mezclase sin dejar rastro. Llamó a la puerta y entró, Rob estaba pálido y débil; Trixie dejó el agua sobre la mesa y estaba a punto de irse cuando su jefe la detuvo.
"Sanders..."
''Si jefe?''
"Qué pusiste en ese café?" preguntó.
''Fue solo café. Con azúcar y un poco de vainilla como siempre, por qué?'' respondió Trixie con tono escéptico.
"No... es sólo... sólo vuelve a tu escritorio," dijo Rob y ella salió de la oficina.
Trixie se rió y se sentó, escribió algunos documentos hasta que fue interrumpida por la señora Johnson.
"Señorita Sanders, Blake le dijo algo acerca de no molestarlo?"
"No, me acaba de pedir un vaso de agua," dijo con un tono confuso fingido.
"Ven conmigo por favor..." dijo la señora Johnson y Trixie se levantó y la siguió.
Johnson abrió la puerta de la oficina de Rob con cuidado y entró. Cuando Trixie entró, tuvo que taparse la boca con una mano para evitar reír. Rob estaba completamente dormido, con la cabeza sobre el escritorio y saliva escapando de su boca abierta.
"Traté de despertarlo, pero está profundamente dormido," dijo Johnson.
"Bueno... no sé qué le pudo haber pasado. Estaba bien... '' dijo Trixie lentamente, resistiendo la tentación de reír como loca.
"Vine para recordarle que el señor Morrison estará aquí en 20 minutos para la reunión."
"Joder, me olvidé decirle... y ahora qué pasará?" susurró Trixie.
"No lo sé... supongo que le diré al señor Morrison que se reúna con él otro día," sugirió Johnson y abandonó la oficina.
La secretaria se quedó un rato y besó la frente de Rob. "Dulces sueños, jefazo..." murmuró y lo dejó en paz. Feliz por su día, escuchó música e hizo su trabajo sin ninguna frustración o comentarios humillantes de Rob. Se despertó varias horas después, cuando el trabajo casi había terminado, salió de su oficina a trompicones y Trixie se rió tontamente; Rob no la escuchó y fue al baño.
Ese día Trixie llegó a su apartamento libre de estrés. Bailó mientras cocinaba su cena pero no había terminado; apenas era el comienzo de su venganza, ahora 2-0 a favor. Trixie miró la televisión y se fue a la cama, durmiendo como una reina.
Al día siguiente en la oficina fue más o menos lo mismo, el día comenzó con un grito asombroso y furioso de Rob cuando probó el café. Trixie ''accidentalmente'' agregó sal al café pensando que era azúcar y la garganta de Rob se irritó por ello, luego mezcló horarios y Rob no pudo cerrar un trato importante con algún gerente chino.
Estresado y enojado, Rob se quedó en su oficina todo el día. Luego usó el altavoz y le pidió a Trixie un poco de agua, y la malvada secretaria tuvo una idea; se desabotonó la blusa para tentar a su jefe con sus tetas y su escote, luego fue a la oficina de Rob con el agua. Cerrando la puerta detrás de ella, Trixie fue al escritorio de Rob con el vaso de agua; él estaba firmando algunos documentos importantes cuando ella dejó caer "torpemente" el vaso de agua y se derramó por todas partes.
''Maldita sea! Qué coño te está pasando hoy!? Estás más torpe de lo...'' Rob gritó furioso cuando se calló.
Trixie no solo arruinó sus documentos, parte del agua terminó en su blusa y cuando los ojos de Rob la miraron, vio las tetas y la blusa de su secretaria mojadas; también pudo ver parte de esos turgentes y redondos senos. Tragó un par de veces, nunca vio a su secretaria de esa manera y estaba un poco nervioso, por otro lado Trixie tenía una mirada inocente pero por dentro estaba disfrutando la situación.
''Estoy tan... tan... lo siento, jefe...! No sé qué decir, perdóneme por favor, no era mi intención...'' dijo con una afectada y dulce voz mientras ayudaba a secar el escritorio de su jefe y dejaba su escote a la altura de su cara.
"Eh… bueno, tú… deberías tener más cuidado la próxima vez… Sanders…" dijo sin dejar de mirar su escote.
''Oh no, mi blusa! Puedo coger uno de esos papeles?'' preguntó.
"Sí... claro Sanders..." murmuró Rob, pero en realidad no estaba prestando atención a lo que estaba diciendo. La visión de su blusa mojada lo desenfocó, era difícil concentrarse.
Sanders se secó las tetas y la blusa, asegurándose de atraer la atención de Rob a lo que estaba haciendo. Se secó de la manera más guarra que pudo y su jefe no pudo resistir la tentación de mirar no solo una vez, Trixie hizo como si no notara sus ojos en sus tetas y estaba haciendo lo suyo muy feliz.
''Todavía necesita el agua? Puedo conseguir un poco más si lo desea...'' dijo ella con un tono bajo y profundo y él reaccionó, quitando los ojos de sus tetas.
"Eh... sí por favor, si no te molesta... Sanders..." murmuró y ella sonrió y salió de la oficina lentamente y sexy, modelando su culo para él.
"Jefe, te voy a volver loco..." murmuró Trixie después de salir de su oficina, llenó otro vaso de agua y regresó.
Las cosas se calentaron entre ellos desde entonces, y Rob ahora era más amable con ella, dejó de humillarla, pero ella quería ir aún más allá de la relación jefe-secretaria. Un día, cuando todos estaban almorzando, Trixie se preguntó qué estaría haciendo Rob en ese momento; así que se puso de pie y caminó silenciosamente hacia su oficina. Sin hacer ruido, abrió la puerta y entró; sorprendiendo a su jefe.
''Sanders! Joder, me has dado un susto...'' protestó.
''Lo siento jefe. Me preguntaba qué estaba haciendo,'' dijo tiernamente y se sentó sobre su escritorio.
"Estoy trabajando. Qué pensabas que estaba haciendo? Podrías levantarte de mi escritorio?" Rob dijo un poco molesto.
Trixie obedeció y dando un rodeo, giro la silla ejecutiva de Rob y se sentó sobre sus piernas, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello. Estaba atónito, nunca pensó que su secretaria haría algo así, pero ahí estaba ella, con su blusa azul oscuro y su falda negra. Blake, como reflejo, puso las manos en su firme culo; acariciándolo, su corazón se aceleró y un sudor ligero cubrió su frente.
"Sabes, tengo algo en mente," sonrió ella.
"Algo en mente?" repitió nervioso Rob.
"Si... tienes tanto estrés últimamente, necesitas relajarte..." Trixie susurró y acarició su mejilla.
Rob se quedó sin habla y sin idea de qué hacer. O bueno, tenía una, pero no estaba seguro; Trixie movió sensualmente sus caderas y de repente sintió algo grande, duro y cálido.
"Mmm... parece que alguien está feliz de verme," dijo y frotó su entrepierna contra su pene duro como una roca. Él se sonrojó y trató de resistir la tentación, pero el cuerpo de Trixie sacudiéndose era algo irresistible.
"Si... si, no te detengas," dijo Rob y cerró los ojos.
La secretaria hundió el rostro de Rob entre sus tetas y él frotó su cara de arriba a abajo, ahogándose en ese par de firmes tetas. Su perfume era exquisito, algo de Chanel pero en ese momento no le importaba; solo quería una cosa y estaba a punto de conseguirla, pero Trixie lo apartó y se levantó de inmediato.
"Lo siento jefe, pero no soy ese tipo de secretaria..." dijo.
''Qué diablos...? Como que no... no me dejes así!'' rogó Rob, Trixie notó el bulto debajo de su pantalón.
"Esto no es profesional, será mejor que me vaya..." murmuró y salió corriendo de la oficina.
"Joder!" gritó Rob exasperado, y cerró la puerta para descargar su frustración solo.
Caminando hacia su escritorio, Trixie estaba tan feliz después de provocar y negar los deseos de Rob. Al final del día, se ofreció a llevarla a casa y ella aceptó; cuando Rob se detuvo frente al edificio, Trixie lo miró fingiendo que estaba avergonzada.
''Jefe, realmente me disculpo por lo que sucedió en la oficina. No sé lo que estaba pensando...'' dijo.
"Está bien, no digas nada," respondió Rob.
''Pero tengo que hacerlo! Eso no fue correcto, y espero que podamos olvidar este incidente,'' afirmó Trixie.
''Claro, ahora sal de mi auto.''
"Gracias por traerme, estaré a tiempo mañana como siempre..." murmuró y salió del coche.
Por supuesto, ella no cumplió su promesa. Todos los días empujaba los límites de Rob, desde su forma de vestir hasta la seducción directa; el pobre estaba en su límite y ella le estaba negando el placer de saborear su cuerpo. Una tarde casi tuvo suerte, pero tras darle un sorbo de agua con somníferos y antes de que Rob pudiera quitarle la blusa, se quedó dormido.
Él estaba al límite, Rob pasó días de trabajo pensando en cómo conseguir follarse a su sensual y golfa secretaria, pero Trixie era lo suficientemente buena como para llegar al límite pero sin cruzar la línea en absoluto, por lo que el resultado era el mismo para Rob una y otra vez: masturbarse con algo de porno barato al azar. Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses, él estaba desesperado mientras ella se divertía con él, pero Trixie pensó que ya era hora de la verdadera venganza.
Sucedió un día en que Trixie añadió un poco más de somníferos en su café, así que Rob durmió todo el día. Cuando todos se fueron, ella procedió con su plan y fue a la oficina de Rob y cerró la puerta, luego lo despertó.
"Jefe, jefe, despierte!" dijo mientras sacudía su hombro. Rob reaccionó, pero aún estaba somnoliento.
"Qué, qué está pasando?" murmuró confundido y con gran torpeza.
''Te quedaste dormido de nuevo, son casi las 7 en punto,'' informó Trixie.
''Otra vez? Oh joder, vaya día…” dijo y luego bostezó, “Supongo que no fue mi día… de nuevo,” agregó.
"No estés tan seguro..." murmuró ella y saltó sobre él.
Trixie lo besó incontrolablemente, Rob no pudo resistirse y esta vez Trixie fue más lejos. Ella acarició su cuerpo y metió la lengua dentro de su boca, él abrió los ojos sorprendido pero complacido; finalmente obtendría algo de ella y no solo frustraciones que terminaban en una solitaria paja. Cuando se detuvo, Trixie lo ayudó a levantarse y lo acostó boca abajo sobre su propio escritorio.
"Qué estás haciendo?" preguntó.
"Oh, lo siento, lo olvidé..." Trixie respondió y lo agarró de nuevo.
Asombrado, Rob vio a su secretaria como le quitaba la ropa. Trató de tocarla y quitarle la falda, pero lo repelió, "Sin tocar!" dijo ella. Una vez que estuvo desnudo, ella miró fijamente su rígida polla, nada especial en opinión de Trixie, "Como la mayoría de los jefes, gran ego, pene pequeño ..." pensó.
Tomando el control de la situación, lo apoyó en el escritorio de nuevo, dejando su trasero expuesto. Su polla dura estaba presionada contra la mesa y se sentía inseguro, dominado.
"Qué estás haciendo?" repitió Rob con un ligero estremecimiento.
''Ya es hora, gilipollas. Ahora vas a pagar por todas las humillaciones que sufrí...'' dijo Trixie triunfante.
Rob trató de ponerse de pie pero ella lo inmovilizó sobre la mesa mientras se quitaba la falda y la ropa interior. Era mejor para él no ver lo que estaba pasando, una polla casi del doble de su tamaño (22 cms) estaba libre de su encierro, ella metió dos dedos dentro de su boca y la estiró todo lo que pudo. Rob murmuró impotente y sintió algo detrás de él, era muy familiar pero no estaba acostumbrado a la sensación...
Era una polla apoyada contra su culo!
''Sanders! Detente, por favor! Lo siento!!'' suplicó.
''Demasiado tarde, voy a bombear tu culo toda la noche y aprenderás la lección,'' Trixie prometió.
"Te daré todo lo que quieras, pero no hagas esto!" dijo Rob.
"Bueno... además de tu culo, quiero un aumento de sueldo..." murmuró con sarcasmo la secretaria.
"Lo tendrás, solo detente!" suplicó y luchó en vano Rob.
Trixie puso su mano en el muslo izquierdo de Rob y la levantó sobre la mesa, exponiendo el ano de Rob. Este trató de agarrar algo de la mesa pero solo causó un gran lío, manteniendo su mano en ese muslo Trixie frotó su glande contra su ano con la otra mano, haciendo algo de presión y gracias a su líquido preseminal y su saliva, su glande venció su resistencia y se deslizó dentro.
"Arrghh, detente!" gritó y se mordió los labios.
"Tranquilo... no te muevas... y no lo pongas difícil," murmuró Trixie mientras empujaba su gran polla dentro.
Centímetro a centímetro, su polla ensanchó el estrecho culo de Rob y llenó todo su interior. Rob golpeó la mesa con la mano una y otra vez, con los ojos cerrados y los labios pálidos. Fue el dolor más grande e insoportable que jamás había sentido, cuando su pelvis tocó sus nalgas, sonrió satisfecha; ahora su jefe era su perra.
"Tómalo, toma toda esta jodida polla," dijo Trixie. Rob trató de bajar su pierna pero ella lo evitó.
Ciñó la corbata de Rob alrededor de su cuello, tirando de él y estrangulándolo. Trixie le dio una dura nalgada y sacó su polla lentamente, menos el glande; luego la metió de nuevo. Lo repitió varias veces, aumentando el ritmo hasta que puso una mano en su cintura y la otra tirando de la corbata; ella se rió de él mientras le follaba el culo y le decía cosas sucias a Rob, humillándolo y devolviéndole cada una de las que le había hecho.
"Solo escucha tus gemidos, perra, solo eres una puta de mierda, una puta adicta a las pollas!" dijo Trixie.
Rob se sintió mareado y aturdido. Nunca en sus sueños más locos soñó algo como lo que estaba pasando, inclinado sobre su propio escritorio, su culo expuesto y estirado por una gran polla. La secretaria lo mantuvo inmovilizado, metiendo y sacando su polla de su culo; el dolor disminuyó un poco pero lo estaba empalando. Su recto e intestinos ardían, las oleadas de dolor invadían su culo mientras ella empujaba su pene dentro, pero el alivio apareció cuando Trixie la sacaba.
Eso era todo lo que podía sentir, Trixie en cambio estaba sintiendo un inmenso placer, cumpliendo su venganza contra Rob. Marcando un paso implacable, la secretaria sacudió la mesa y el cuerpo de Rob con sus embestidas, cada embate fuerte de Trixie hacía que Rob gritara y la maldijera, pero ella no dejaba de follarle el culo.
"Joder... estás apretado... sí!" gimió la secretaria mientras le daba embestidas cortas y duras a Rob. Gritó impotente y conmocionado, pero había un pequeño problema para él: su polla.
Al principio, cuando sintió la polla de Trixie hace un tiempo, su polla quedó flácida en pocos segundos. Pero ahora, la estimulación que esa gruesa polla estaba dando a su próstata hizo que su verga se empalmase con rapidez y ahora estaba atrapada entre su escritorio y su cuerpo, la maldijo en su mente por traer mucho placer a su próstata, pero… estaba mal lo que estaba haciendo? Hasta sus quejas desaparecieron y soltó algunos quejidos, no de incomodidad. Trixie lo notó de inmediato y aumentó el ritmo de la penetración, y él gimió más fuerte en éxtasis.
''Ah… ah… ah…''
"Sí, te encanta una polla en tu trasero. Todos son como tú, les encanta que los follen por el culo!'' Trixie dijo, ''Amas una polla perforando tu culo, maldita puta, gime para mí, muéstrame cuánto lo estas disfrutando...'' agregó y Rob gimió fuera de control.
Después de eso, el ritmo de Trixie se volvió frenético. Disfrutaba del placer desconocido del sexo anal pero podría ser mejor si su polla hubiese recibido más atención, pero atrapada como estaba y sus manos lejos de ella, era imposible masturbarla. Ella hizo que bajase su pierna de nuevo y la apoyase en el suelo y lo agarró por la cintura, para follarlo tan profundo y fuerte que él abrió la boca y gimió como una de las mujeres a las que solía follar en el bar o en un club nocturno, Trixie era muy delicada y hermosa pero llena de energía, no tenía problemas para mantener el ritmo, sus tetas estaban cubiertas de sudor, el cabello estaba completamente mojado pero no había señales de cansancio.
"Oh joder, joder si… vamos perra!" jadeó Trixie mientras penetraba su culo tan fuerte que el ruido entre su pelvis y sus huevos contra sus nalgas era fácilmente audible.
''MIERDA…! MIERDA…! ¡AAAAHHH…!'' Rob gritó complacido, poniendo sus manos en el borde del escritorio para evitar tambalearse en exceso.
Pasó el tiempo y luego se detuvo. Enterrando su polla dentro del culo de su jefe, se inclinó sobre su espalda sudorosa y besó su cuello. Rob estaba sin aliento y fue fácil para Trixie sacar su verga, lo ayudó a levantarse y luego se acostó sobre el escritorio, luego hizo que Rob saltara sobre ella y se sentara sobre su gruesa polla.
"Ahora cabálgame..." ordenó.
Obedeciendo su orden, Rob guió esa polla con una mano directamente a su culo abierto. Cuando sintió el glande adentro, dejó caer su peso sobre él y se tragó la polla de una vez; con la energía que le quedaba en el cuerpo comenzó a cabalgar lentamente a su secretaria, Trixie gimió satisfecha y apretó sus sudorosas nalgas. La atmósfera de la oficina estaba llena de sexo, sudor y lujuria y Rob estaba completamente rendido a su vengativa secretaria.
"Sé que puedes hacerlo mejor..." murmuró Trixie y le dio una rápida nalgada.
El ''jefe'' obedeció y cabalgó esa polla un poco más rápido, añadiendo una ligera rotación a sus movimientos. Ella gimió de placer y se sentó, pero puso las manos sobre el escritorio, mientras Rob hacía todo el trabajo. El hombre mientras subía y bajaba, pajeó su polla hasta entonces ignorada y se sintió en el cielo, ahora todo estaba en equilibrio; la polla de Trixie clavándose en sus entrañas, su próstata estimulada y él pajeando su polla, el círculo ahora estaba completo.
Cualquiera en el lugar de Rob pensaría que las cosas estaban muy negras, pero ya él no lo pensaba así. Trixie decidió que no se estaba masturbando correctamente y puso su mano sobre su polla, Rob dejó que ella lo hiciera y simplemente cerró los ojos y se entregó por completo. La secretaria la meneó más rápido y en lugar de dejar a Rob subiendo y bajando solo, movió sus caderas y lo empotraba al mismo tiempo que él bajaba, ahora el placer crecía sin control y Rob no podía negar que Trixie era una gran empotradora, a pesar de que lo estaba enculando.
Con grandes gemidos, la leche comenzó a salir a chorros de la polla de Rob y caía sobre su escritorio y el suelo, gritó complacido y siguió moviéndose sobre la polla de su secretaria, pero Trixie no estaba lista para eso aún. "No creas que ya me vengo," le recordó Trixie y movió las caderas con más fuerza. La flácida polla de Rob se agitaba arriba y abajo debido al increíble ritmo que marcaba Trixie, ambos gritaban sin parar y la secretaria miraba al techo con los ojos en blanco. Pasó unos tres minutos más follandolo sin para hasta que la muchacha comenzó a tener espasmos y gemir escandalosamente, sin detenerse depositó su cálida carga dentro de Rob, no se detuvo hasta que la última gota de su dulce néctar fue inyectada profundamente dentro de su jefe y lo hizo sentarse sobre sus muslos.
Se quedaron así un rato, intentando recuperarse de ese intenso momento de irrefrenable lujuria. Cubiertos de sudor y casi sin energías, no les importaba nada más; simplemente quedarse así. Trixie le rodeó el torso con los brazos y se acostó sobre el escritorio, soportando su peso; Rob trató de quejarse pero ella dijo que estaba bien y Rob apoyó su cuerpo sobre el de ella.
Su polla salió con un sonido pegajoso, y un poco de su jugo de amor se deslizó fuera del culo de su jefe. Trixie frotó sus labios sobre sus hombros sudorosos mientras lo mantenía firmemente sujeto contra su cuerpo.
"Yo... yo... creo... que aprendiste tu lección," dijo Trixie casi sin voz, luego lo apartó de ella y lo dejó descansar sobre la mesa y se puso de pie. Estaba débil y le temblaban las piernas, así que se movió rápido y se vistió. Luego tomó un papel en blanco y escribió algo en él.
''Firma esto…'' indicó Trixie.
Rob agarró el bolígrafo e hizo un par de líneas, estaba tan cansado para esa tarea titánica.
''Bien... con esto tendré tu palabra de que me darás un aumento de sueldo y lo que quiera de ti... y con eso me refiero a todo. Buenas noches jefe, dulces sueños...'' dijo y lo besó.
No le importó nada, esa experiencia fue tan intensa y grandiosa; haría cualquier cosa para repetir de nuevo, pero no esa noche. Rob se quedó en el escritorio y durmió un par de horas, luego se vistió y caminando lentamente y con dificultad llegó al elevador, presionando la S estaba en el área de parking en menos de un minuto, pero su coche no estaba.
"Qué carajo?" murmuró.
Caminando hacia el lugar donde debía haber estado su coche, encontró un papel pegado en una columna.
''Era tarde para tomar un taxi, Trixie <3''
Rob revisó su teléfono, eran las 9. Luego su cartera, 30 $. Caminó hacia la entrada, pensando que al menos ella no le quitó la cartera.