El club de las mamás calientes 2: Sonia

Una vez nombrada presidenta del club, Cristina planea y prepara la forma de llevar a cabo la fantasía de su amiga Sonia: servir de prostituta a un grupo de chicos

Prólogo:

Cristina, Sonia y Pilar, son tres mujeres maduras y sexualmente activas que deciden fundar un club con el que ayudarse entre ellas para cumplir sus fantasías sexuales. Para dilucidar quien será la presidente del grupo compiten, poniéndose como prueba acostarse con el hombre mejor dotado durante un fin de semana. Cristina se alza con la victoria ya que descubre que su hijo Miguel, a parte de estar obsesionado por ella, también tiene un miembro descomunal, con lo que la mujer no duda en seducirlo para derrotar a sus amigas.

Cristina entró sin hacer un ruido en casa para no alterar la concentración de su hijo que, según este le había informado, permanecería toda la tarde en su habitación estudiando. La mujer, hasta antes de comenzar su incestuosa relación con su hijo siempre había entrado hablando a voces para que Miguel fuese consciente de que no estaba solo en casa, pero desde que decidieron dar rienda suelta a sus deseos carnales no podía hacerlo, sabía que desvelar su llegada supondría que el muchacho saliese de su dormitorio para abalanzarse sobre su madre. Desde el día en que había iniciado su nueva relación no pasaba una sola jornada sin que hicieran el acto sexual en un par de ocasiones.

Cristina para nada estaba a disgusto con aquella nueva situación, le encantaba tener a un macho tan bien dotado a su disposición y que además se tratase de su hijo la ponía aún más caliente, pero las energías del muchacho, pese a que ya llevaban casi 2 semanas así parecían no agotarse nunca, no así como las de Cristina, que en más de una ocasión le tuvo que pedir un tregua, dejando a Miguel un tanto desilusionado.

El cansancio que la mujer había traído de la calle, después de haber estado haciendo algunas compras por el centro comercial, se vio bastante mitigado después de que se diese una buena ducha que despegó de su cuerpo el sudor que había acumulado.

-          ¿Qué tal el día mamá?- preguntó Miguel cuando su madre salió de la ducha, después de darla un beso en los labios.

-          Bien cariño- respondió la mujer sonriendo y dirigiéndose a la sala de estar- ¿tú que tal las clases?

-          Bien, acabo de terminar de estudiar por hoy- el chico sonriendo- pareces un poco cansada, ¿va todo bien?

-          Sí- respondió Cristina dejándose caer sobre es sofá- solo que por la mañana he estado con unas amigas y todo lo que tenía que hacer por la mañana y por la tarde lo he tenido que hacer solo por la tarde- explicó la mujer restándole importancia a su estado.

Miguel al oírlo se dirigió de nuevo hacia su habitación, pero antes de marcharse puso sus manos sobre los hombros de su madre para comenzar a masajearlos con cariño. Cristina al notarlo gimió de placer, aquello era justo lo que necesitaba, las manos de su hijo eran realmente buenas para dar masajes.

Así estuvieron durante unos minutos hasta que Cristina, distraídamente comenzó a darse la vuelta en busca de la polla del muchacho, pero Miguel la agarró con firmeza y la dio la vuelta de nuevo para que siguiese relajándose.

-          Ya me pagarás el masaje en otro momento- dijo el chico agachándose para besar el cuello de su madre- ahora estás cansada y me gusta cuando estás a tope de fuerzas.

-          Entonces el masaje pónmelo en mi cuenta, sabes que siempre pago- dijo para acabar soltando una carcajada- por cierto, ¿ya has hablado con tus amigos sobre lo que te dije?

-          Sí, te lo iba a comentar ahora, tengo a cuatro para esta noche, pero es solo para tu amiga, ¿no?- preguntó el muchacho haciendo reír de nuevo a su madre.

-          Desde luego cielo, sé que no quieres que lo haga con nadie salvo contigo, y de momento estoy dispuesta a respetarlo, aunque te aviso que fue por eso por lo que dejé a tu padrastro- al notar la preocupación del muchacho añadió- pero no te apures, a ti no tengo intención de dejarte escapar, el vínculo que nos une es mucho más fuerte, pero has de hacerte a la idea de que soy una mujer liberal y que me gusta probar de muchos hombre y mujeres diferentes.

-          Lo comprendo mamá, pero es que para mí sería demasiado fuerte, después de probarte, tener que compartirte con otros- dijo el chico y rápidamente cambió de tema, ya que aquella cuestión le incomodaba y le dolía pensar en su madre follada por otros en lo que le tenía a él- por cierto, ¿para que necesita tu amiga a mis compañeros?

-          Sí, es para cumplir su fantasía, como buena presidenta tengo que prestar ayuda a mis afiliadas- dijo sonriendo mientras sentía como las manos de Miguel comenzaban a bajar hasta llegar a los pechos de la madre que gimió de gusto- y la fantasía de Sonia es hacer de puta de un grupo de hombre, me dijo que un grupo entre 4 y seis, así que me decanté por el término medio.

-          Pues solo he invitado a 4- dijo el chico.

-          Sí, pero no te has contado a ti mismo- dijo distraídamente- desde que Sonia vio tu polla en las fotos que la mostré está deseando probarte- comentó sabiendo que el muchacho no podría resistirse y así ir mostrándole que el sexo no se acababa en su propia madre.

Tal y como había acordado con Cristina, Sonia se presentó a las 9 de la noche, una hora antes del momento fijado por Miguel con sus amigos para divertirse con la prostituta que supuestamente había contratado.

El joven se quedó impresionado por lo bien que se había metido en el papel la amiga de su madre, habiéndose presentado luciendo un vestido negro de tirantes que la cubría desde un poco por encima de las rodillas hasta sus hermosos senos, los cuales formaban un escote de lo más sugerente. A parte de aquella prenda la mujer también llevaba sus largas piernas enfundas por unas medias de rejilla de color negro y unos zapatos del mismo color con unos tacones impresionantes.

-          ¿Te gusta lo que ves, muchachote?- preguntó Sonia sonriendo a Miguel, colocando sus manos detrás de la cabeza y revolviéndose un poco su larga melena de pelo castaño.

-          Ya lo creo- dijo el chico que nunca había visto a aquella amiga de su madre tan atractiva como aquella noche.

-          ¡Sonia, no me seas perra!- dijo Cristina fingiendo hacerse la ofendida ante el descaro de la mujer- al menos espera a que su madre se marche- Sonia miró a Cristina primero y luego a Miguel para acercarse a él y acariciar los pectorales de este que en aquel momento estaban cubiertos por una camisa negra.

-          Perdona Cris, pero ya no puedo volver a mirar a tu hijo como antes, ahora que sé lo que guarda entre los pantalones- dijo bajando lentamente las manos para posarlas sobre la entrepierna del muchacho.

-          Bueno, como veo que la cosa se caldea creo que me voy a ir marchando- dijo Cristina acercándose a su hijo para besarlo con pasión como había tomado por costumbre cada vez que abandonaba la casa y lo tenía cerca- pásatelo bien con la calentorra de mi amiga- dijo para a continuación mirar a Sonia y soltarla otro beso en los labios, que sorprendió a la receptora- y tú procura que mi niño y sus amigos disfruten de esto.

-          ¿Y no te preocupa que yo no disfrute?- preguntó fingiendo disgusto porque su amiga no se preocupase por su placer. Cristina la sonrió y dijo.

-          Esta es tu fantasía, lo pasarás bien.

En cuanto Cristina hubo salido de escena Sonia se lanzó sobre el muchacho para a comenzar a desabotonar la camisa de este y lamer con deseo el pecho del muchacho, dejando diversas marcas del pintalabios rojo con el que se había acicalado. El chico victima de la seducción de la mujer no pudo menos que corresponderla y comenzar a acariciarla el cuerpo, comenzando por sus generosos pechos y bajando poco a poco sus manos hasta detenerlas en las caderas de la mujer.

-          ¿Me enseñas lo que guardas aquí?- preguntó Sonia pasando sus dedos sobre la bragueta del muchacho para bajarla rápidamente cuando este asintió deseoso de que lo hiciese.

El imponente rabo de Miguel no tardó en responder a las caricias de la mujer comenzando a incrementar su tamaño hasta llegar a su tamaño máximo ante la mirada de incredulidad de Sonia.

-          Es más grande que en las fotos que nos enseñó tu madre- dijo abriendo bien la boca para tratar de atrapar todo el rosado glande que parecía a punto de explotar- y también sabe muy bien- dijo guiñando el ojo al chico que estaba deshaciéndose de placer.

-          ¡Que bien la chupas, Sonia!- dijo el muchacho impresionado de las habilidades de la banquera.

-          Una que tiene experiencia, esta te saldrá gratis, pero a tu amigos les cobraré- dijo comenzando a mamar con ansia.

-          Sí, están al corriente- dijo el muchacho- elegí compañeros que sé que tiene dinero para permitirse una buena puta y cuando les comenté que si íbamos en grupo nos harías un buen precio aceptaron encantados.

-          He redactado una lista de precios- dijo Sonia sacándose el falo de la boca para mirar a su amante con media sonrisa- mírala y dime que te parece.

El chico, extasiado de placer al sentir como su polla estaba cada vez más cerca de la garganta de la mujer se estiró para agarrar el bolso de esta y sacar una hoja plastificada en la que ponía:

Masturbación con la mano: 5€

Mamada: 10€

Cubana: 15€

Follada de coño: 20€ (25 sin preservativo)

Follada de culo: 30€ (35 sin preservativo)

Otras prácticas: consultar con la operaria.

Miguel rió con ganas al leer el precio sobre las “otras prácticas” y acarició la larga melena de pelo castaño para que esta continuase con la felación.

-          ¿Están bien los precios?- preguntó la mujer en un descanso en que dejó de usar la boca para emplear sus manos en subir y bajar la piel que cubría el glande del chico.

-          Sí, caros no son desde luego- dijo el chico- hay putas que lo hacen más barato un completo, pero es que tú pareces una scort de lujo- la mujer al oír eso sonrió y fingió un sonrojo.

-          ¡Ay, eres todo un caballero Miguelito!

Para desgracia del muchacho, que estaba en la gloria, y de Sonia que quería ver la gran cantidad de esperma que el chico debía de albergar en sus testículos, el sonido del telefonillo le indicó que sus amigos ya estaban en el portal.

-          Ve arreglándote un poco el maquillaje, no quiero que se enfaden porque no les haya esperado- dijo el chico sonriendo despreocupado mientras caminaba hacia el telefonillo abotonándose la camisa.

Miguel esperó tranquilamente a la puerta del apartamento en que vivía mientras se aseguraba que Sonia estaba dispuesta para sus amigos. El muchacho no tardó en escuchar las voces alborotadas de sus compañeros de facultad cuando el ascensor estaba a un par de pisos de su objetivo.

Tal y como había acordado con su madre, había captado a 4 compañeros de su facultad: Jorge, Carlos, Luís y Roberto. Los cuatro eran amigos de Miguel, pero no sus mejores amigos, ya que con los que tenía más confianza ya tenían novia y seguramente proponerles lo que les había propuesto a los cuatro que se presentaron aquella noche habría supuesto un problema si llegaba a oídos de sus parejas.

-          ¿Qué tal Miguel?- preguntó Carlos, un chico de la edad y estatura de su anfitrión que le tendió la mano.

-          Todo bien, os estábamos esperado- respondió el chico sonriendo.

-          Que bien que ya haya llegado- dijo Jorge, el más alto del grupo, un muchacho de pelo negro y corto, complexión normal y que jugaba en el mismo equipo de futbol que Miguel.

La horda de jóvenes sedientos de sexo se paró en el salón al encontrarse a Sonia con su seductor vestido negro. La mujer, con naturalidad se acercó a los muchachos para presentase e ir besándolos uno a uno, a los dos primeros en las mejillas, hasta que Roberto, el más bajito del grupo, se lanzó y besó los labios de Sonia, beso ante el que la mujer de dejó llevar.

-          Parece que voy a tener que llevar cuidado contigo, bribón- dijo la mujer guiñándole un ojo para besar al ultimo chico nuevo- Bueno chicos- dijo una vez terminó las presentaciones- en que os puedo servir.

Las sonrisas asomaron en los rostros de los cinco jóvenes, un poco menos en el de Miguel, ya que este sabía que si le gustaba la experiencia no tendría más que pedirle a su madre que concertase un encuentro con Sonia.

-          Que os parece si lo primero de todo nos hace un estriptis- sugirió Luís mirando a sus amigas en busca de aprobación- así vamos viendo la mercancía.

Cuando se hubo llegado al acuerdo Miguel conectó la mini-cadena y metió un CD con música de ritmo bastante movido. Sonia, que no era la primera vez que se desnudaba bailando sonrió y comenzó a moverse de forma sugerente ante su imberbe clientela que la observaban con mucho interés.

La mujer, para ir tanteando las personalidades de los chicos a los que tendría que satisfacer comenzó a interactuar con ellos desde el principio. Al primero al que se acercó fue a Carlos, después de quitarse los zapatos, el chico estaba cómodamente sentando en uno de los sillones con las piernas separadas y con un ligero bulto marcándose en su pantalón.

-          ¿Quieres ayudarme a quitarme la media?- preguntó la mujer con voz seductora poniendo su pie sobre el muslo del muchacho, ante lo que este sonrió y metió las manos debajo del corto vestido de la prostituta para comenzar a tirar de la media, para a medida que iba retirando la prenda ir sobando el suave muslo de la mujer- ¡Vaya, sois unos chicos muy traviesos!- dijo la mujer sonriendo y moviéndose al ritmo de la música hacia el siguiente chico con el que tomaría contacto.

La mujer, que conocía ya el carácter de Miguel, se acercó a Jorge que quitó la media de otra pierna de Sonia sin tocar tanto como su predecesor, deduciendo que aquel muchacho era tan grande como tímido.

Para acabar con la ropa que más cuerpo le cubría, Sonia se acercó a Roberto y a Luís para pedirles ayuda para quitarse el vestido. La mujer que ya sabía que el primero era un chico bastante lanzado se sorprendió cuando vio que su amigo le iba a la par y que entre los dos no tardaron en despojarla del vestido, pero pasaron sus manos por sus grandes pechos, sus muslos y su trasero, tocamientos que estuvieron a punto de desestabilizar a Sonia, estando esta muy cerca de olvidarse de su estriptis para lanzarse a tener sexo con aquellos jóvenes. Por fortuna se impuso la cordura en la cabeza de la mujer y logró volver a colocarse en el centro de la sala para seguir bailando, ya solo con su tanga y sujetador negros.

Sonia continuó con el baile erótico exhibiendo sus atributos femeninos ante los excitados muchachos, que poco a poco comenzaban a meter billetes en su tanga y sujetador, no sin aprovechar aquellos momentos en que la metían el dinero para retenerla y gozar metiendo sus rostro entre los sobresalientes pechos de la estríper o de levantar un poco la parte delantera de su tanguita para ver lo mojado que estaba el sexo depilado y de grandes labios rosados que Sonia guardaba.

-          ¡Vaya!- dijo Sonia distraídamente comenzando a desabrochar su sostén por la espada, para liberar sus senos al tiempo que se encargaba de coger los billetes que había acumulado- Cuanto pesan estos billetes, será mejor que me quite el sostén- dijo tirando y bamboleando intencionadamente sus grandes senos de piel clara coronados por un par de pezones exageradamente grandes de color marrón claro.

Los muchachos la jalearon encantados al ver que la mujer estaba tan solo a una prenda de estar desnuda del todo y comenzaron a llenar su tanga de nuevo con dinero, esperando a que la mujer terminase con el show.

Sonia, que no quería hacer distinciones con ninguno de sus clientes, alargó el baile hasta que todos y cada uno de los muchachos pudieron palpar y degustar sus blandos y cálidos pechos sin ninguna prenda sobre ellos.

-          Bueno chicos, ha llegado el momento de la acción- dijo Sonia bajándose el tanga hasta los tobillos para darse una vuelta completa ante los jóvenes para que estos viesen su cuerpo tanto por delante como por detrás- esta noche voy a ser vuestra esclava sexual- dijo la mujer mirándolos y poniendo su voz más insinuante- haré todas vuestras fantasías realidad.

Los chicos al ver lo dispuesta y caliente que estaba la mujer comenzaron a quitarse la ropa rápidamente, no tardando en encontrarse ante Sonia 5 jóvenes cuerpos casi desnudos por completo, deseosos de follar con la estríper que tanto les había calentado.

El sexo de Sonia comenzó a lubricar con abundancia cuando notó los cinco pares de manos estimulando todo su cuerpo, era la primera vez en su vida que se encontraba teniendo sexo con tanto varones a la vez.

La mujer, por su parte, no se quedó parada mientras sus clientes disfrutaban de su cuerpo, sino que comenzó a explorar la anatomía del muchacho que tenía más cerca, provocando la envidia de los otros y la intensa erección del afortunado que recibía las caricias de las experimentadas manos de la prostituta.

-          Creo que ya me has calentado suficiente- dijo Carlos después de que la mujer acariciase un poco su hinchado glande rosado- dame una buena mamada.

-          Con gusto- dijo Sonia clavando sus rodillas en la alfombra y abriendo su boca de forma exagerada para introducir el pene de su cliente.

El miembro del chico al que estaba dando la felación no era demasiado grande, pero aún así para que Carlos se sintiese como un autentico semental la mujer hizo exagerados ruidos a la hora de estimularlo para que su excitación subiese aún más.

La mujer se afanó en sacar el caliente esperma del muchacho, motivada por los intensos tocamientos que recibía, especialmente centrados en su sexo, su trasero y sus pechos. Sonia no paró de mover su cabeza rítmicamente hasta que una mano le asió de los pelos y tiró de ella con cuidado para que dejase el rabo que estaba chupando.

-          Yo también quiero de eso, cabrón, parece que te lo estás pasando muy bien- dijo Luís, acariciando su polla de tamaño medio y bastante gruesa, mirando a Carlos que sonrió y asintió con la cabeza.

-          Es muy buena puta- dijo el chico- seguro que puede satisfacernos a los dos.

-          Pues yo si no te importa voy a comenzar a cogerme este coñazo que tienes- le informó Jorge, arrodillándose en el suelo para apunta su gran verga, sin duda la segunda más grandes después de la de Miguel, en el húmedo y sensible sexo de Sonia que gimió de placer al sentir como su vagina trataba de albergar el gran miembro.

-          Claro, sírvete tú mismo- dijo la mujer moviendo sus caderas para que la penetración fuese aún más fácil para el muchacho, mientras comenzaba a chupar alternativamente los penes de Luís y de Carlos.

Sonia gimió de placer cuando notó como la dura polla que le estaba penetrando se introdujo en su sexo por completo, para comenzar a sentir las embestidas del muchacho que estaba deseoso por correrse dentro de aquella ardiente hembra, la cual aprovechó la calentura que llevaba para alagar las pollas de los dos chicos que tenía ante ella, con las palabras más vulgares y soeces que se le ocurrían.

La estrategia de la mujer salió tal y como había esperado, ya que el escuchar a una mujer atractiva y madura usando aquella clase de lenguaje, mientras permanecía arrodillada, complaciendo a los dos jóvenes muchachos hizo que ninguno de los dos tardase en eyacular sobre ella.

La mujer tragó con gusto el caliente y espeso semen que brotó del falo de Luís, que gruñó de alivio cuando sintió los espasmos que vaciaron sus testículos para llenar la boca de la mujer.

-          ¡Que rica!- exclamó la mujer pasando su lengua por sus labios, no porque la gustase especialmente el sabor del semen, sino porque sabía que decirles aquellas cosas les motivaría a volver a la carga lo antes posible- ¿me dejas ver como sabe la tuya?- preguntó la mujer alzando la mirada para ver el grado de excitación de Carlos.

-          Yo quiero correrme en tu carita- dijo el chico pajeándose lentamente para que su esperma no saliese antes de tiempo.

-          Claro…- dijo para acabar soltando un gemido debido a la intensa penetración a la que le estaba sometiendo Jorge- dame toda tu lechita- dijo pasando el rosado glande del muchacho por su mejilla mientras cerraba los ojos ante la inminente eyaculación.

Tal y como era de esperar Carlos no tardó en soltar todo su esperma sobre el rostro de la mujer, que no se movió ni un ápice en cuanto notó el primer chorro del caliente líquido, para que su cliente pudiese apuntar a donde desease.

La mujer, para que sus clientes se desinhibiesen aún más, y viesen la clase de puta que era, pasó sus dedos sobre las zonas de su rostro en que más esperma se había acumulado, para llevárselos a la boca y chuparlos mientras los mirada lascivamente.

-          ¿Por qué no se la metes tu por el culo, Miguel?- preguntó Carlos a su amigo al ver el imponente falo con el que contaba su amigo.

-          De momento prefiero que me haga una buena paja con sus tetazas- dijo el interrogado acercándose a la arrodillada mujer para poner su miembro al alcance de Sonia- además, no quiero darla de si para que pueda sentir algo cuando os la tiréis vosotros- dijo Miguel cuando notó como los grandes y suaves pechos de la amiga de su madre aprisionaban su polla.

-          Es que tú la tienes más que como un hombre como un burro- dijo Carlos, haciendo reír al muchacho, ya que desde el día en que había sido seducido por su madre el tamaño de su miembro había dejado de ser un problema para él.

Sonia gimió de gusto cuando sintió como el caliente esperma de Jorge, que la estaba follando el coño, la llenaba por dentro, aunque no tuvo casi tiempo para notar como el viril rabo del muchacho se volvía flácido dentro de su vagina, ya que Roberto, que era el único que aún no la había probado sexualmente no tardó en meter su pene en el lugar que había ocupado el de Jorge para comenzar a moverse con deseo.

A Sonia le sorprendió la fuerza y vitalidad que tenía el más bajito de los muchachos. La mujer nunca habría presumido que con el pequeño pene que este contaba pudiese hacerla vibrar tanto y sentir tan caliente, situación que no dudó en aprovechar para seguir mimando el rabo que tenía entre sus senos, que cada vez estaba más duro y palpitante, lo que hacía indicar que no tardaría en correrse y embadurnar todos sus pechos su caliente leche.

Como si lo hubiesen estado planeando Miguel se corrió entre los senos de Sonia tan solo un intensa después de que su interior fuese regado por la abundante eyaculación de Roberto, ante la que la mujer gimió de forma exagerada, para a continuación dejarse caer al suelo para relamerse allí, tirada sobre la alfombra, con las piernas bien separadas para dejar a los chicos bien claro que aún tenía muchas ganas de sexo.

Los jóvenes estuvieron listos para volver a disfrutar del cuerpo de la prostituta cuando esta se hubo limpiado un poco la cara y los senos con una toallita húmeda, después de por supuesto probar algo del semen que había en su sexo y sus pechos.

La mujer, que no esperaba tener tanto aguante contra cinco chico llenos de energía, se sorprendió a si misma cuando después de casi dos horas de sexo ininterrumpido en la que sus cinco clientes se fueron turnando para usar todos sus orificios estos acabaron exhaustos.

-          Parece que he recaudado más de lo que esperaba- dijo Sonia mientras caminaba un poco dolorida debido a que aún no se había recuperado de la última sodomización a la que había sido sometida, mientras observaba las gran cantidad de billetes de diversos valores que los chicos habían ido metiendo a cambio de sus servicios- habéis sido unos clientes estupendos- dijo la mujer con una sonrisa en los labios que fue correspondida por los agotados muchachos- tan buenos que estaba pensando en daros un regalo para cerrar esta magnífica noche.

-          ¿Regalo?- preguntó Carlos interesado.

-          Sí, como habéis sido tan generosos y nos lo hemos pasado tan bien, se me ha ocurrido daros un último servicio por cuenta de la casa- los chicos al oírlo se comenzaron a incorporar de sus asientos- pero quiero hacerlo con los 5 a la vez.

-          ¿Podrás con todos?- preguntó Miguel haciendo sonreír a Sonia que se acababa de arrodillas en el suelo para indicar a todos que se acercasen.

-          Ya me las apañaré.

En cuanto la mujer se vio rodeada por los jóvenes miembro de los cinco, Sonia comenzó a chuparlos y acariciarlos con sus manos, procurando no dejar a ninguno desatendido durante mucho rato, ya que tan solo era capaz de estimular tres vergas a la vez.

Las pollas que la rodeaban tardaron bastante en comenzar a ganar dureza, ya que después de las múltiples eyaculaciones a las que se habían visto sometidos el poner los miembros en una erección máxima era un reto complicado, pero era un desafío que Sonia tenía intención de superar sin importar el tiempo que esto le llevase.

-          ¡Que bien!- dijo Sonia contenta de ver que el pene de Miguel, que era el más destacable con sus casi 24 centímetros, ya estaba del todo duro- Parece que por fin estás por la labor, me apetece sentirla en mi coño de nuevo, ¿me darás el gusto? – preguntó mirándolo con deseo, ante lo que Miguel no pudo resistirse y tumbarse sobre al alfombra para apuntar su hinchado y rosado glande sobre el sexo de la mujer, que lentamente comenzó a bajar para que se la clavase, en lo que trataba de seguir estimulando a sus otros cuatro clientes.

La mujer no tardó en tener otro muchacho preparándose para penetrar su trasero cuando esta pidió un voluntario, y como si se tratase de una profesora con sus alumnos concedió el privilegio al primero que expresó su deseo de sodomizarla, en aquella ocasión fue Carlos, que no tardó en hundir su polla en el dilatado ano de la mujer, ya que, si no se había equivocado a la hora de contar, su culito ya había sido usado por cuatro de los cinco muchachos, todos salvo Miguel.

-          Agárrame bien para que no me caiga con vuestras embestidas- pidió Sonia al muchacho que estaba penetrando su ano, para sentir al instante las manos de este sobre sus grandes senos con firmeza- ahora me siento mucho más segura- comentó sonriendo para comenzar a estimular las tres pollas que tenía delante, con sus manos y su boca, cambiando su boca de sitio constantemente para que los miembros que tenía ante ella no quedaran en ningún momento escasos de lubricación.

Tal y como Sonia había calculado, después de sacar tanta leche de los miembros de los jóvenes, no fue tarea fácil llevar al orgasmo a ninguno de ellos, pero poco la importaba a la mujer tardar toda la noche si era necesario si las pollas de Miguel y Roberto se mantenían duras en su interior provocándola toda clase de sensaciones.

Sonia gimió de placer y de disgusto cuando sintió la caliente corrida del hijo de su amiga llenándola por dentro, por fortuna, el chico aún estando bastante cansado se incorporó para meter su mano en el húmedo sexo de la mujer para seguir estimulándolo.

La prostituta no tardó en hacerse correr a los tres muchachos que tenía delante, dejando su rostro y su boca lleno de semen, pero la mujer no se entretuvo en limpiarse, ya que Roberto, pese a que llevaba un ritmo frenético en el que Sonia notaba como los testículos del chico chocaban contra sus nalgas cada vez que este embestía, no acababa por hacerle eyacular.

-          ¡Me corro!- dijo el muchacho una vez la mujer se hubo colocado a cuatro patas para mover su trasero y que Roberto no tuviese que hacer todo el trabajo.

A la mujer le faltó un poco la voz cuando quiso gritar de placer, ya que después de toda la noche follando y gimiendo sus cuerdas bocales habían acabado por resentirse, pero no la importó y se dejó caer con las piernas abiertas delante de su amante, que no tardó en sacar su verga del ano de Sonia para contemplar orgulloso el como había follado aquel culo que había quedado ligeramente salpicado de esperma.


-          Has recaudado un montón de dinero- comentó Miguel una vez despidió a sus amigos mientras ayudaba a la exhausta mujer a incorporarse.

-          Sí- coincidió la mujer agarrando el tarro de cristal en el que los muchachos habían echado los billetes a cambio de los favores de Sonia- creo que lo donaré al club, para llevar a cabo de fantasía de Pilar.

Continuará…

Agradeceré comentarios y sugerencias, tanto por aquí como por mi correo, sobre cual será la fantasía de la segunda amiga de Cristina