EL CLUB - 2 parte

Una violación, drogas y chantaje hace que todos los amigos nos unamos para dar con el culpable.

Andrés entró rápidamente a la cocina y tomándome por la cintura mordió mi oreja diciéndome.

  • ¡Picaron el anzuelo Fabiola!, necesito que nos reunamos todos esta misma tarde para darles a conocer el plan. Tenemos solo cinco días para poner todo en marcha. No podemos dejar ningún cabo suelto. ¡Sabemos lo peligrosos que son y hasta donde pueden llegar! Incluso la cuenta que nos dieron para depositar la cuota incorporación por el código Swift está en Panamá ¡Nada en Chile! -

Esa misma tarde de domingo estaban instalados en la sala Josefina, Maite, Constanza, Andrés, Bernardita que se sumó después de su generoso aporte y yo.

Con su  inseparable portátil, Andrés tomó la palabra dando la seguridad que tenía todo controlado. Eso nos infundió valor y tranquilidad.

-¡Bueno chicas, llegó el momento que esperábamos! ¿Están todas listas? Si alguna de ustedes no se siente segura o no desea participar, este es el momento de que lo diga. Nadie las va a juzgar, se los aseguro. ¡Solo les pido discreción! - ¿Alguna no se siente capaz? - preguntó Andrés mirándonos una a una fijamente a la cara.

-¡Yo estoy lista y entrenada! - Exclamó Maite inoportuna como siempre.

-¡Maite, cálmate un poco ya todos sabemos que cumpliste con tu parte! ¡Mi amor, continua por favor! – exclamé para que Andrés siguiera con su exposición sin que perdiera la paciencia.

-Recibimos la invitación y este viernes será el evento,  por lo tanto tenemos cuatro días para poner en marcha nuestro plan. No nos han enviado la dirección del lugar para poder delimitar el área de acción pero mientras tanto los equipos deben estar listos -

-Bernardita y Constanza serán nuestro control central y operan desde esta casa. Estarán encargadas de mantener comunicación permanente a través del celular y los GPS. En todo momento deberán saber exactamente donde  se encuentran Josefina y Fabiola. Ante la menor sospecha o corte de comunicación deberán solicitar de inmediato la ayuda que sea necesaria. Deben tener a mano los teléfonos de la policía, ambulancias y bomberos si fuese necesario. Deberán estar conectadas en todo momento a internet en caso de que se requiera alguna información.

-¡No quiero ni mártires ni heroínas!  ¿Entendido? - exclamó Andrés

-Entendido – respondimos todos al mismo tiempo.

-¡Entendido Amo! – respondió coquetamente Maite sentándose al lado de Andrés.

Los miré de reojo y no pude contener la risa al observar como Andrés casi asesina con la mirada a su nueva sumisa.

-¡Fabiola ahora ustedes! arrendaremos un auto normal y básico que no llame la atención. Una vez que recibamos las coordenadas se irán volando al lugar y se instalarán estratégicamente frente a la entrada de la casa, fotografiarán y grabarán a todas las personas que entren y salgan del lugar.

Josefina tomará fotos de todos los vehículos y personas que concurran al evento y tú Fabiola harás el registro audiovisual de toda la situación, desde que lleguen hasta que no quede nadie en el lugar. Lleven agua y comida. Creo que será una jornada bastante larga.

-¡Deberán ser muy cuidadosas y no levantar ningún tipo de sospechas!, ¡menos que las vean con los equipos! ¿Estamos claros? – preguntó Andrés

-¡Entendido! – Respondimos las dos  sin agregar ninguna otra exclamación – Andrés era de esas personas que cuando trabaja no mezcla sus intereses con el placer. Lo conocía sobradamente y esa era una razón más para admirarlo.

-¡Maite y yo seremos la carnada! - Prosiguió Andrés sin mirar a Maite. Ella se dio cuenta de la situación pero su entusiasmo pudo más y se acercó aún más hasta dejarlo sentado al borde del sillón.

Andrés se levantó tranquilamente con su Pc y se puso a mi lado continuando con la última parte de la explicación.

Llegaremos puntualmente a la cita. ¿Ahora, la pregunta es cómo llegamos? No quiero que vayamos en nuestros autos porque sin duda estarán vigilando por todos lados e incluso anotaran las patentes. ¡Tampoco podemos llegar separados!

-¡Bueno, en ese caso usen mi auto! – Dijo Bernardita con total naturalidad – es un BMW convertible del año. Está a nombre de una de las sociedades de mi padre así que no hay problema de que lo investiguen. A lo más, sabrán que pertenece a un grupo de inversiones S.A.

-¿Tú papá no estará interesado en  considerar la idea de adoptar a una triste y pobre  desamparada como yo? - dijo Maite riendo e interrumpiendo una vez más la planificación.

Andrés miraba al cielo meneando la cabeza tratando de no perder la poca paciencia que le iba quedando. Me miró y me envió una señal con los ojos para que hiciera callar a Maite y continuáramos con el plan.

-¡Ahora Maite veamos tu papel! – continuó Andrés

-Veamos mi am…Andrés -respondió Maite intentando controlar su impulsividad.

-Llegaremos puntualmente al evento. Nos comportaremos como una pareja que sólo busca experimentar nuevas sensaciones dentro de nuestra consolidada relación. Debes tener claro que es fundamental no levantar ningún tipo de sospechas y menos que empiecen a dudar de nosotros. Toda la información o cualquier detalle que podamos obtener en aquella fiesta serán beneficioso para ayudar a Constanza. ¡Ahhh! ¡Tampoco debemos beber nada que nos vayan a ofrecer! -

-¿Entiendes? - Exclamó Andrés mirando fijamente a Maite con cierta preocupación.

-¡Tan claro como el agua Andrés! , prometo hacer mi mejor trabajo, amigos ¡Tengan Fe! ¡Palabra de scout! - terminó por decir mientras hacía el gesto de saludo de los exploradores con su mano derecha.

No pude resistir reírme ante la infantil actitud de Maite, pero era preocupante la cara de descontento que tenía Andrés quien movía constantemente la cabeza con signo de resignación.

El resto de la semana nos mantuvimos en contacto solo lo necesario mientras todos afinábamos los preparativos para el día Viernes.

Ese viernes me levante muy temprano por la mañana .Tanto Josefina como yo habíamos pedido el día libre en nuestros respectivos trabajos.

Quedamos de reunirnos muy temprano. Estaba desayunando cuando llegó el BMW de Bernardita quien junto a Constanza se instalarían en nuestra casa como centro de operaciones.

Instalaron sus portátiles en la mesa del comedor y probamos durante toda la mañana los teléfonos que habíamos destinado para comunicarnos.

Luego llegó Maite, quien al bajarse del auto no cabía duda de que había estado desde muy temprano preparándose para este día.

Perfectamente peinada y maquillada con una pequeña maleta con ruedas hizo su entrada triunfal.

-¿Dónde está mi amo? ¡Buenos días chicas ¡ ¡No me digan que lo tendré que ir a despertar! – decía mientras recorría con la mirada todos los rincones de la casa

-¡Ni lo sueñes! - Se escuchó la voz de Andrés saliendo de la cocina. – ¡Y en esta casa no soy tu Amo! -  exclamó sin ánimo de debatir tan temprano.

Pasamos la mañana y parte de la tarde haciendo cualquier cosa evitando hablar del tema cuando a  las 16.30 horas, Andrés sintió el sonido del celular que le avisaba la entrada de un mensaje.   -¡Tengo las coordenadas! Me las acaban de enviar. ¡Supongo que ya las viste en tu teléfono, Maite! -

-¡Querido, tú estás para esa tarea! yo me esmere en estar a punto para la ocasión ¿acaso no lo ves? - Respondió contorneándose sensualmente.

-¡Ya chicas llegó la hora!  Me daré un buen baño y ustedes dos vayan preparándose. Tendrán que ir saliendo dentro de pocos minutos – dijo señalándonos a Josefina y a mí.

Durante el tiempo que duró la ducha de Andrés yo preparé el equipo en un pequeño bolso que deje listo en la puerta de salida.

Mientras el resto del equipo se organizaba subí al segundo piso y entreabrí la puerta de la habitación. Allí estaba Andrés frente al espejo con el pantalón a medio cerrar y tratando de abotonarse los puños de la camisa.

-¿Necesitas ayuda? - Le pregunté mientras me acercaba suavemente para ponerme frente a él y ayudarlo en su tarea.

-¿Mi amor? -  le dije sugerentemente – ¿No creer que era mejor idea que fuera yo quien representara a una sumisa? ¡Era la mujer perfecta para esta ocasión!

-¡Además estas tan…tan…guapo! que me estoy arrepintiendo de ceder el lugar a Maite.

-¡Fabiola!, esto ya lo hablamos y te di las razones del por qué no quise que participaras activamente.- respondió Andrés sin mirarme.

-¡Esta bien, lo entendí! pero… ¿podría hacer el último intento para convencerte?- Me arrodillé enfrente desabrochado su pantalón y metí mi cabeza entre sus piernas. Escuché un profundo suspiro y al instante me tomó firmemente del cabello intentando introducir su pené en mi boca que aún estaba cubierto por su bóxer.

Pero insistí quedándome en el lugar sin moverme a lo cual Andrés respondió rápidamente a mi juego y su excitación se hizo evidente. Busque con mis labios descubrir su pene y con mi lengua comenzar a  rodearlo de tal manera que lo pudiera meter en mi boca de una vez.

Empecé a chupar con suavidad una y otra vez hasta que pude sentir como su respiración se empezaba a agitar con cada movimiento.

-¡Amo, castígueme! – Le supliqué.

Andrés al ver que si me quedaba un segundo más ya no había vuelta atrás. Soltó mi cabello y tomándome por los hombros me puso de pie. Beso mi frente y me dijo al oído.

-¡Tú eres mía!  Y no me necesitas convencer de que eres la mejor, porque lo sé. – me dijo mientras subía la cremallera de su pantalón.

-¡Andrés, esta es la primera y última vez que nos arriesgamos a algo así!  ¡No quiero volver a pasar por esto! Además esto de  tener que compartirte con Maite aunque sea por esta vez,  me hace bastante ruido.

-¡Jajajaja jajaja, no me dirás ahora que estás pensando que  Maite es una amenaza! ¡Porque sería la mejor broma que he escuchado hoy! -  respondió sin dejar de sonreír.

Estábamos en eso cuando apareció Maite en la puerta.

-¿Perdón, molesto? ¡Bueno, no me importa! - exclamó sin titubear - Josefina te está esperando Fabiola y tú Andrés ¿estás listo? ¡Mira como estoy! - Le dijo dando una vuelta sobre sí misma – ¿te gusto? ¡Perdón! ¿Te gusta?  Jajajaja

Bese a Andrés y baje rápidamente la escalera para no hacer esperar a Josefina.

Nos abrazamos todas en el comedor y nos deseamos suerte.

Subí al auto por la puerta del copiloto y dejé el bolso debajo del asiento.

-¡Ya amiga, estamos listas! ¡Suerte! ¿Nos vamos? -

Busque las coordenadas que me había enviado Andrés al teléfono y que nos daba exactamente la dirección que había enviado el Maestro.

Por la ubicación de Google Maps pudimos saber que esta es la fiesta sería en la localidad de Pirque. Ciudad satélite y campestre cercana a Santiago.

Nos dirigimos rápidamente al lugar por la autopista Ruta CH-70 y enviamos nuestra localización actual por el teléfono a nuestro centro de operaciones.

No fue difícil encontrar la ubicación del lugar. Un par de automóviles Suv con vidrios polarizados nos adelantaron por la ruta y resultó que se dirigían al mismo sitio.

Sin levantar sospechas nos ubicamos casi de frente de la entrada por una pequeña calle de tierra que nos posibilitaba estacionarnos sin que sospecharan que los estábamos observando.

Desde nuestra posición podíamos controlar cada uno de los vehículos y personas que transitaban por ese sitio.

El portón de gran reja de fierro forjado era  el primer control para entrar a la casona.

Era una antigua casa de mediados del siglo XX mezclada con toques arquitectónicos del patrimonio mexicano que bien conservada se convirtió en una exclusiva casa de reuniones y eventos.

Josefina muy aplicada fue sacando fotos a cada automóvil y su respectiva placa patente que entraban o salía del recinto, además fotografiaba a cada persona que por allí transitaba.

Por mi parte registraba todo lo que sucedía en el lugar con la cámara de video enlazado a un DVR inalámbrico de 5 teras.

Observamos como en la entrada había dos hombres de aspecto matonesco que hacían el control de ingreso.

Cada automóvil que ingresaba  era inscrito y registrado en su totalidad. Posteriormente los ocupantes debían descender para dejar sus bolsos y teléfonos móviles en unas pequeñas bolsas destinadas para ello, previo escaneo del código QR de identificación. Y  finalmente para permitir definitivamente el ingreso, uno de los matones los cacheaba con un detector de metales portátiles.

Ese fue un detalle que avisamos de inmediato a Josefina y Bernardita por si a Andrés tenía la mala ocurrencia de portar algún pequeño aparato de video o escucha.

Estaba grabando atentamente la escena cuando un pequeño auto de gama alta sin vidrios polarizados ingresó por una segunda entrada.

Fije el lente de la videograbadora y pude observar como descendían dos personas que me llamaron poderosamente la atención.

Una de ellas era una mujer vestida con un traje de chaqueta y pantalón de color rojo brillante con zapatos de tacón alto que hacía destacar su voluptuosa figura.

Solo un pequeño botón de la chaqueta cumplía con milagro de contener un par de senos que sin duda se querían escapar.

El otro personaje era un hombre de mediana estatura vestido de impecable traje azul que hacía destacar aún más su rubia cabellera.

Su chaqueta desabotonada dejaba entrever que su incipiente panza no podía ser disimulada. Cerca de la hora programada apareció desde una esquina el BMW de Bernardita conducido por Andrés.

En la añosa puerta de hierro fundido ambos pasajeros tuvieron que cumplir con el ritual de la inspección de entrada donde puede observar a la distancia cómo disimuladamente Andrés dirigió su mirada al sitio donde nos encontrábamos.

Sabía que él estaba consciente de mi cercanía y agradecí el gesto.

Una vez dentro del lugar Andrés se dirigió al estacionamiento. Detuvo el motor y tranquilamente abrió la puerta para dar la vuelta y ayudar a Maite a bajar del otro lado.

Ella estaba emocionada con la situación y en voz alta exclamó:

-¡Mi amor! me encanta esa caballerosidad – extendiéndole la mano para ser asistida.

Lo hizo con la intención de que Andrés  se diera cuenta de que bajo el vestido no llevaba puesta ropa interior.

Andrés ni siquiera le dio importancia al hecho y su indiferencia fue notoria.

Maite entonces se acerca para besarlo y en voz baja le dice.

-¡Fabiola es una gran Maestra! ¿No lo crees mi amor? -

-¡Fabiola es única Maite, única! – respondió sin mirarla.

Subieron lentamente la escalinata tomados del brazo hasta llegar a la entrada donde los espera el anfitrión de la velada.

Esta vez era la mujer de traje rojo la que recibía a los invitados. Uno a uno los iba saludando hasta que llegó el turno de Maite y Andrés.

-¡Es un placer tenerlos en nuestro selecto Club! Soy muy pocas las parejas que se atreven a participar de nuestros encuentros.

-¡Soy Madame Bovary y espero que esta noche sea inolvidable para ustedes! -

-¿Madame Bovary? ¿Cómo la obra de Flaubert?-  preguntó Maite sorprendiendo a Andrés.

  • ¡Pues si! - respondió la mujer sin dejar de mirar a Andrés.

-¡Entonces me tendré que preocupar! – Dice Maite sonriente – No vaya a ser cosa de que quieras tener alguna que otra relación prohibida con mi hombre – besando sorpresivamente a Andrés en los labios.

-¡Adelante por favor! - Termino diciendo la anfitriona que seguía mirando a Andrés.

Andrés tomó a Maite por la cintura dirigiéndose al salón principal.

Entre las luces y la música observaron como en la pista de baile se encontraban una docena de bailarines caracterizados para la ocasión haciendo un sugerente show con prácticas de BDSM.

Maite estaba asombrada con el lugar y con la presentación de los artistas. Recorrió el borde del escenario hasta ubicarse en primera fila.

Fijamente empezó a mirar a una pareja que estaba haciendo una performance bastante atrevida a los ojos de Maite.

El hombre desnudo con solo un antifaz tenía amarrada por el cuello a una mujer que estaba con los ojos vendados. Con un collar unido a una cadena estaba de rodillas frente al hombre que hacía de su amo. Con suavidad y firmeza hacía que su pené entrara en su boca mientras con la punta de una fusta recorría completamente su  espalda de norte hasta darle un golpe en el culo. Mientras más la golpeaba, más adentro metía el pené en su boca.

Esta escena comenzó a  excitar a Maite y sabiendo que Andrés se encontraba pegado a su espalda empezó a buscar a tientas con la mano sus entrepiernas.

Al ritmo de la música se comenzó a pegar a su cuerpo hasta sentir plenamente el pene de Andrés en su culo. Suavemente se comenzó a restregar moviendo sus caderas hasta que levantó levemente su ajustada falda y metió sus dedos en  su húmeda vagina donde se comenzó a masturbar suavemente.

Maite no podía controlar los movimientos y abriendo sus piernas pegaba aún más su culo al pene de Andrés.

El solo roce de su cuerpo con el de Andrés hizo que cerrara los ojos dejándose llevar por el momento. Levantó los brazos para tomarse de su cuello y así seguir el ritmo de vaivén con su cuerpo.

Andrés inmóvil no colaboraba mucho con los movimientos pero tenía muy firmes las manos en sus caderas.

No perdía el control y observaba detalladamente cada rincón del lugar logrando divisar a Madame Bovary que bajaba del segundo piso por una amplia escalinata. Desde allí tenía una vista panorámica del salón y empezó a buscar con la mirada hasta encontrar su objetivo entre los invitados.

Le habló al oído a uno de los guardias que estaba ubicado de punto fijo en el primer peldaño y empezó a caminar entre el tumulto llegando junto a Andrés y Maite.

-¿Están disfrutando de la velada, amigos? – les preguntó interrumpiendo el baile y descolocando a Maite que entusiasmada no dejaba de cantar las canciones que sonaban en la sala.

-¡Es increíble el lugar Madame! Con mi marido estabamos en eso ¡disfrutando! hasta que usted llegó a interrumpirnos - exclamó Maite sin una pizca de control.

Andrés  instantáneamente la soltó de las caderas pellizcándole el culo para que se controlara.

-Jajajajaja ¡veo  que tenían su propia fiesta! – Exclamó madame Bovary -  pero vengo a invitarlos a un lugar especial. El maestro me solicitó que los llevara al segundo piso. Es nuestro lugar VIP que solo pueden disfrutar un grupo selecto de asistentes que él mismo elige para la ocasión. -

-¿Me acompañan por favor? -

Mientras caminaban hacia la escalera el barman se acercó con dos copas de espumante sobre una bandeja.

-¡Por favor, sírvanse!- indicó Madame Bovary muy pendiente de que las cogiéramos.

-¡Que amable linda! Justo lo que necesitaba. Mira que este hombre le sube la temperatura a cualquiera - exclamó Maite tomando una de las copas haciendo el gesto de un brindis.

Andrés no pudo hacer contacto visual con ella para advertirle que no debía beber.

-¡Salud mi amor! – exclamó Andrés entrechocando la copa con tal fuerza que estas se quebraron en mil pedazos desparramando todo su contenido en el suelo.

-¡Mi amor! ¡Que energía tienes, deberíamos usarla en cosas más entretenidas que andar quebrando copas! – exclamó Maite dándose cuenta de la advertencia.

-¡Que torpe soy! ¡Mis disculpas madame! – exclamó Andrés con cara de aflicción.

Madame Bovary no se dio cuenta de que el choque de las copas había sido intencional así es que no le dio importancia e invitó a la pareja a subir.

Durante  el trayecto Andrés pudo observar con toda claridad lo que sospechaba desde un principio. Dentro de toda la casa había pequeñas cámaras de vigilancia estratégicamente ubicadas que seguían cuidadosamente los movimientos y acciones de todos los invitados. Cada guardia tenía un audífono de comunicación al que recurrían de manera frecuente.

Subieron lentamente la imponente escalera siguiendo a su anfitriona la que a sabiendas que Andrés venía detrás de ella no se dejaba de contornear exageradamente de tal manera que se entreviera que bajo su pantalón no llevaba ropa interior.

-¡Esta se cree irresistible! – Comentó Maite al oído de Andrés– parece que tú Fabiola no es tan original  porque hay otras que también usan la misma técnica.

-¡Fabiola es mía, eso la hace única e irresistible! – respondió Andrés mordiendo su oreja.

Al llegar a la entrada del Salón VIP Madame Bovary hizo una seña al guardia quien de inmediato abrió la puerta. Entraron donde encontraron con un ambiente completamente diferente.

Maite no cabía en su asombro con la ambientación del lugar.

Era una especie de círculo conformado por cubículos que convergían al centro de un pequeño escenario donde todos tenían acceso. En cada uno de los espacios había una especie de sofás que más parecían camas alumbradas por unas pequeñas lámparas de luz tenue y música suave.

Los invitados se podían ubicar en el lugar que desearan incluso compartiendo sus parejas.

En ese lugar se podía dar rienda suelta a todas las prácticas que los participantes  escogieran pero bajo la condición de que al menos una vez debían subir el escenario y exhibir delante de todos los presentes la disciplina elegida.

Andrés pudo observar detenidamente a cada uno de los invitados como también a Madame Bovary que estaba acompañada en uno de los cubículos. En penumbras se veía intercambiar palabras con alguien que estaba bajo las sombras y que de vez en cuando colocaba su mano entre sus piernas.

Andrés estaba lo suficientemente cerca para ver un pequeño tatuaje en la muñeca, idéntico al descrito por Constanza.

Pero se dio cuenta que Madame estaba muy atenta a sus movimientos así es que decidió seguir el juego para que no sospecharan de su insistente observación.

Casi todos los invitados al salón VIP habían pasado por el proscenio y solo faltaba que lo hiciera Maite y Andrés. Así es que no lo pensó mucho y tomándola de la mano la llevó directamente al centro del escenario, pero antes de subir cubrieron con un antifaz la mitad de sus rostros. No se iban a convertir en estrellas del porno  con la performance que iban a realizar para verlo posteriormente circulando libremente por la web.

-¿Cómo te has portado esta noche querida? - le preguntó Andrés a Maite comenzando su presentación.

-¡Amo! No soy yo quien debe dar esa respuesta. Usted tiene todo el poder sobre mí y lo que decida será la respuesta correcta – dijo Maite en tono solemne.

La contestación de Maite no dejó indiferente al resto de los presentes que suspendieron lo que estaban haciendo para fijar su atención en esta pareja.

Andrés sacó de su bolsillo un antifaz de seda negro que cuidadosamente colocó sobre los ojos de Maite deslizando sus cabellos detrás de las orejas. Camino muy cerca de ella rodeándola con los dedos hasta que le ordenó que se quitara el vestido.

Ella  obedeció sin pronunciar palabra y una vez cumplida la orden intentó quitarse el calzado.

-¡No te dije que te quitarás los zapatos! - exclamó Andrés levantando la voz dando un ligero golpe con la palma de la mano en una de sus nalgas que sobresaltó a Maite.

Mientras la  seguía rodeando en círculos se desabotonaba la camisa y el pantalón.

-¡Ven acá! - le ordenó mientras la guiaba ubicándola enfrente a él.- ¡Quítame el pantalón!

Maite obedeció y arrodillándose le fue bajando lentamente el pantalón mientras Andrés la tomaba del cabello y frotaba su cara contra su pene que dejaba entrever bajo su bóxer, potente y viril.

-¡Ahora chúpalo zorra, chúpalo te lo ordeno!-

Maite silenciosamente bajo el bóxer de Andrés con sus dientes dejando al descubierto ese preciado trofeo por el que tanto había luchado y trabajado.

El potente y enorme miembro de Andrés quedó al descubierto delante de todos los presentes donde se escuchó más de una exclamación de admiración.

Maite abrió su boca y suavemente lo atrapó con sus labios haciéndolo entrar y salir hasta que pudo hacer suspirar a Andrés.

Él estaba de pie sin perder el control a su vez pendiente de Madame Bovary y su misterioso contertulio. Sus sospechas resultaron ser ciertas porque el acompañante de la mujer entusiasmado por el espectáculo  se acercó lo suficiente al escenario para dejar ver su rostro.

Era un hombre rubio de intensos ojos azules, tal como lo había descrito Constanza. El mismo que la había recibido en la fiesta anterior. Sin lugar a dudas, era el Maestro.

Una y otra vez Maite se retorcía de placer con el pene de Andrés en su boca hasta que le ordenó que se pusiera en cuatro y tomándola de los hombros elevó su culo suavemente hasta dejarlo a su altura.

-¡Por favor, una fusta de cuero! – ordenó Andrés a uno de los guardias presentes. Este le entregó una sin dejar de mirar sorprendido el enorme pene erecto y el culo entreabierto de Maite.

Empezó acariciando en círculo ambas nalgas y las fue golpeando alternadamente con energía pero sin perder la compostura.

-¡Así te gusta puta zorra caliente! – exclamaba Andrés antes de cada golpe.

Maite solo gemía y suspiraba más aún cuando Andrés empezó a jugar con su clítoris y meter sus dedos en la vagina logrando que sus fluidos empezaran chorrear por entre sus piernas. Untó sus dedos con la viscosidad de Maite y comenzó con pequeños círculos a dilatar su ano.

-¡Relájate, solo relájate, suéltate y disfrutarás! – exclamaba Andrés suavemente

Una vez que la excitación llegó al límite, Andrés la tomó fuertemente de las caderas, ubicó su pene en la entrada y la embistió de una sola arremetida.

El grito de Maite dejó el salón en silencio y solo sus gemidos llenaban la habitación.

-¡Estas segura de que mereces tu castigo! – Le preguntaba Andrés penetrándola hasta lo más profundo.

¡Si, si a, amo, dame más, lo merezco! – respondía Maite con la voz entrecortada casi en sollozos.

-¡Entonces toma! - Respondió Andrés embistiéndola nuevamente - para que aprendas que debes ser obediente ante mí.-

El pene de Andrés entraba y salía del ano de Maite con un ritmo y una fuerza que podía excitar a cualquiera. No faltó quien se comenzó a masturbar con la escena que estaban presenciando.

Incluso el Maestro y Madame Bovary jugaban entre ellos.

Hasta que Andrés  al penetrar una vez más a Maite pudo notar como ella se retorcía sin poder controlar su orgasmo. Temblaba sin control y solo exclamaba.

-¡Mierda, amo! ¡Hazme mierda de una vez! ¡Lo suplico! -

Andrés sin más alternativa empezó a eyacular dentro de Maite. Si no hubiera ocurrido de esa manera, tal vez hubiera levantado más de una sospecha.

Así que no lo pensó dos veces y dejándose llevar por la excitación terminó por derramar todo su semen al interior del ano de su sumisa.

Al terminar el acto, una ola de aplausos se dejó sentir en la sala. Andrés dentro de su éxtasis le susurro a Maite al oído -¡Fabiola, perdón Fabiola!-

Pasado un par de segundos ambos lograron recobrar el aliento, se levantaron del lugar y se empezaron a acomodar la ropa.

Maite aún en las nubes solo sonreía mirando fascinada a Andrés y él un poco confundido la ayudó a vestir.

A pesar de todos los reparos prejuiciosos, ella había cumplido con su parte sin ningún error.

Una vez vestidos, el Maestro se acercó personalmente para hablarles.

-Estimados, que gran espectáculo nos han dado esta noche. Será sin duda el mejor momento de la velada. ¡Muchas gracias! - Exclamó el Maestro besando a Maite doblemente y estrechando la mano de Andrés

A nivel de la muñeca el tatuaje era más que evidente y Maite lo noto de inmediato mirando  a Andrés con asombro.

-¡Él placer fue literalmente nuestro! – Exclamó Andrés sin dejar de sonreír - ¡Perdón, pero no hemos sido presentados! – le dijo mirándolo directamente a los ojos.

El hombre dudó por unos instantes pero se repuso de inmediato diciendo con una sonrisa – Me pueden llamar simplemente Maestro y quiero que sean mis invitados de honor en la próxima velada ¡No se pueden negar! - les dijo el hombre complacido.

-¡Fue un acto extraordinario! – comentó Madame Bovary deslizando dos de sus dedos por el canalillo de sus generosos pechos. Los pezones estaban como dos duros botones que no se podían disimular bajo el delgado traje rojo. – Me gustaría participar junto a ustedes en una próxima velada – Y mirando a Andrés seductoramente le dice  -Tienes una asombrosa y gran herramienta de tortura y placer que me gustaría probar –

Andrés solo sonrío.

Transcurrida gran parte de la noche, Andrés y Maite fueron invitados a recorrer otras habitaciones que el Maestro había destinado para el juego y placer de sus invitados.

Cada una de ellas estaba destinada a distintas disciplinas del BDSM.

Estaba amaneciendo cuando se dio el anuncio por alta voz de que la fiesta había llegado a su fin y que en la puerta podían retirar las llaves de sus autos y las pertenencias de cada uno.

Andrés y Maite se despidieron de los anfitriones y fueron los últimos en dejar el lugar. Subieron al BMW y partieron raudos rumbo a Santiago. Se detuvieron en una gasolinera, sacaron las tarjetas SIM de los teléfonos celulares y las arrojaron a una papelera.

Nosotras nos quedamos hasta que el último coche y camión se retiró del lugar. Cuando ya no había más movimiento, abandonamos nuestro punto de observación. Íbamos pasando por el costado de la casona y divisamos que aún quedaban dos coches estacionados con su ocupante  en el interior. Al parecer dormían profundamente.

Llegamos a casa y Andrés pudo respirar con tranquilidad porque todo el equipo estaba a salvo.

Abrió la puerta y salieron todos a recibirnos  con algarabía.

-¡Maite, Andrés! ¿Están bien? ¡Cómo les fue! ¿Estás bien mi amor?- exclamé abrazándolo por un buen rato.

-¡Andrés hizo un papel de lujo!- dijo Maite – si no fuera por el detalle del nombre, yo le habría dado un Oscar.

-¿El nombre, que nombre? - Preguntamos Andrés y yo al mismo tiempo

-¡Si poh!, en medio del mejor orgasmo de mi vida, cuando me estabas follando delante de nuestro selecto público en modo Amo ¡me dijiste Fabiola! – exclamó Maite risueña

-Ah! – se limitó a decir Andrés con cara de interrogante

Después de un merecido desayuno en la cocina escuchando el relato de Maite con su hilarante verborrea y personalidad,  Andrés fue a buscar su Pc y comenzó a descargar de la cámara y videograbadora toda la información que habíamos capturado en la noche.

Mientras se hacía ese trabajo, Andrés comenzó con el interrogatorio.

-¡Bueno chicas, vamos a lo nuestro! – comenzó tomando un sorbo bien caliente de café.

-¡Pudieron ver cuántos autos llegaron a la fiesta!

-¡A lo menos cuarenta autos Andrés!- respondió Josefina mientras sacaba la cuenta a la vez que veía las imágenes. Si, alrededor de cuarenta porque el resto eran dos camiones que al ser descargados se podían ver cajas con equipos, luces y el cableado para la fiesta.

-¡Miren, estos son los tipos encargados del contenido de los camiones! – exclamé mientras miraba las fotos.

-Ellos son los guardias, ¿lo ves Andrew?- dijo Maite en tono sensual – Él  más grande era el que estaba en la entrada de la sala VIP ¿lo ves, cariño? -

-¡Y este! este que va con esa caja es el Barman. Míralo lleva los mismos pantalones coloridos de esa noche.

-¡Tienes razón a Maite! – Dijo Andrés - eres muy buena observadora. Sigamos. -

-¡No puede ser! - Exclamó Maite muy sorprendida -  Esos dos no son los hombres que estaban en una de las habitaciones que nos mostraron follándose entre ambos a una chica.

-¡Si son ellos! – Exclamó Andrés con una sonrisa irónica – vestidos se ven bastante normalitos -

Maite se tiró sobre el sofá riendo a carcajadas - Esos dos se estaban dando un festín con una de las invitadas y tenían tremendos atributos  – Terminó diciendo mientras hacía el gesto de indicar el tamaño de un pene.

-¿Pero dieron con el mafioso chantajista? - Preguntó Bernardita preocupada.

-¡Creo que sí!  ¡Constanza! ¿Puedes reconocer a este tipo? - preguntó Andrés mostrándole la pantalla de su portátil.

Constanza al ver la Imagen del Maestro bajando del automóvil no pudo disimular su miedo y su tristeza. Se le llenaron los ojos de lágrimas y comenzó a temblar.

-¡Si, si es el!- respondió cubriéndose el rostro con ambas manos – ¡ese es el infeliz! - y rompió en llanto.

Maite, Bernardita y yo la corrimos a abrazar.

Andrés nos dio unos minutos para contener a Constanza, pero haciendo gala de su poca empatía nos llamó nuevamente a trabajar.

-¡Esta bien Constanza ya lo reconociste! ahora  en cuál de los autos llegó - Dijo Andrés buscando entre las imágenes, la más nítida.

-¡Acá está, hijo de puta! te tengo justo bajando de su lindo autito. Hummmmm y Madame Bovary lo acompaña. ¡Hermosa parejita! -

-¡Perfecto! Déjenme vectorizar esto - dijo muy atento a Pantalla. Esto tardará un poco y empezó a trabajar sobre la foto.

Al cabo de unos minutos exclamó ¡lo tenemos! ¡Este es el número de la placa patente! -

-¡Bravo! - Gritamos todas y empezamos abrazadas a saltar.

Ahora viene lo  importante dice Andrés -¿Quién es este sujeto? -

¡Ehhhh, si pues, busquemos quien es! - dijo Josefina algo confundida.

-¡No es tan fácil Josefina! este tipo debe tener su identidad blindada y necesitamos más que el número de la patente para poderlo encontrar. ¿Maite? ¿No era a  ese tal Alex a quien le pediste ayuda primero? - Le preguntó Andrés mirándola fijamente.

-¡Si fue a él! pero es un incompetente. Se fue de puros cuentos ¡Que denuncia, que orden de investigar, que el fiscal! ¡Puros problemas y ninguna solución!-

-Pero si tenemos un número de matrícula de un auto, ¿él podría averiguar entre sus contactos a quién pertenece? ¿no? - Siguió Andrés con la pregunta. -¡Ese tipo nos puede servir para algo! -

¡A ver, a ver! -  dijo sin dejar de sonreír – esta es una misión para… – dijo mirándonos a Maite y a mí- ¡Para Fabiola por supuesto! - Recalcó riendo.

-¿Yo? ¿Por qué yo? - Pregunté con extrañeza – ¡es amigo de Maite, no mío! – exclamé bastante molesta con la propuesta de Andrés.

-¡Amigo mío es! - respondió Maite de vuelta -pero a la que se quiere follar es a ti, querida –.

-¡Eso nada tiene que ver con el tema! ¡No mezclemos las cosas! ¿No creen? - Argumentando mi negativa.

-¿Qué pasa Fabiola? ¿Hay algo que yo no sepa, para que te niegues a cooperar con tanta rotundidad?

-¡No Andrés, nada! solo que no me siento cómoda conversando con ese tal Alex –respondí enfatizando su nombre burlescamente.

-Fabiola,  esto será breve – dice Andrés - simplemente lo llamas ahora, lo invitas por aquí cerca a un café y le pides amablemente que te ayude a investigar esa placa patente, ¡eso es todo! -

-¿Y si no quiero?  – respondí contradiciéndolo.

Andrés me miró desconcertado ante mi negativa y  sin indagar más allá de lo necesario, volvió a preguntar  de forma más conciliatoria.

-¡Fabi!, hazlo por favor para terminar de una vez por todas con este asunto.

Mire a Andrés y al resto de las chicas aún reticente a la propuesta.

-Ok. ¡Está bien! pero si aparece muerto luego de todo esto, no quiero reclamos.

Tome el teléfono con desgano y le pedí a Maite que me diera el número de Alex. Ya lo había borrado y bloqueado de mis contactos desde que nos vimos la última vez en la fiesta que hicimos en la cordillera.

Espere unos segundos y luego de suspirar, lo llame.

-¿Alex? Hola, cómo estás -

-¡Fabiola! ¡Pero que sorpresa! ¡Sabía que algún día serías tú quien me llamaría! - Respondió Alex del otro lado del teléfono.

-¡Bueno, nunca es tarde para saludar a un amigo! - respondí disimilando mi descontento .

-¡Mmmmm y se puede saber para que querrías saludar a un amigo que lo único que quiere es poderte follar! ¿ No será que tú tienes las mismas ganas? - Prosiguió en tono socarrón.

-¡Más bien te quiero pedir un favor, un gran favor! – continúe intentando disimular.

-¡Un favor!, interesante propuesta ¡ Que bueno ¡ ¡Por fin entendiste que te puedo hacer mejor el favor que ese tipo extraño que siempre te acompaña! -

¡No es ese tipo de favor querido! ¿Porque no nos juntamos en el café que está cerca de mi casa, esta tarde? ¡Allí te explico! ¿Podrías? -

-En realidad  preferiría esta noche, en mi departamento, desnudos- dijo esperando la respuesta.

-¡Jajajaja qué gracioso eres! te espero a las cuatro en el café. ¡Nos vemos! -

Y antes de que respondiera a mi invitación le corté la llamada.

Andrés que estaba cerca cuando hablaba con Alex se acercó lentamente y besándome con suavidad preguntó. -¿Estas bien? -

¡Si, bien! pero  por favor, no me pidas más que hable con Alex ¡Esta es la última vez! – y le continué explicando - Me ha acosado sin tregua durante meses, se aparece en la clínica, me envía permanentemente flores qué he botado a la basura y los guardias de seguridad más de un par de veces me han tenido que acompañar al estacionamiento porque se coloca al lado de mi auto reclamándome por una inocente broma que le hice pasar la última vez que nos vimos.

-¿Pero de que estás hablando Fabiola? – preguntó Andrés intrigado

  • Te voy a contar del porque pienso que está molesto -

-¿Recuerdas la fiesta que organizamos a petición de Bernardita en la cordillera?-

-¡Si! - Respondió Andrés escuetamente - ¡sigue! -

-¡Bueno, después de la locura generalizada también hicimos el amor ¿recuerdas? -

-¡Sigue!- insistió Andrés

¡Bueno, después que terminamos de hacer el amor me levanté para ir al baño y me encontré con Alex en la sala y me empezó a acosar, me preguntó si estaba caliente y le respondí que lo estaba y mucho, que la humedad entre mis piernas era casi irreal y la quiso probar.

-¿Ya?  - Siguió Andrés el relato dibujando una sonrisa en su rostro.

  • Inocentemente metí los dedos y le di a probar todo lo que habías eyaculado dentro de mi vagina – termine de decir con mi cara más angelical.

-¿Lo hiciste probar todo mi semen? - dijo abriendo los ojos.

-¡Si, todo y podrás creer que se molestó por eso! Desde ese entonces no me ha dejado de molestar advirtiéndome que algún día iba a tener que pagar la bromita con intereses.-

-Jajajaja. ¡Ahora lo entiendo todo! tu solo pídele el favor y cuando tengamos lo que necesitamos lo invitas a la casa. El resto lo dejas por mi cuenta. ¿Está bien? -

-¡Andrés!  No te quise contar porque no le di mayor importancia, pero ese tipo me da asco –

La tarde transcurrió más tranquila de lo que esperábamos, porque todas regresaron a sus casas incluyendo a Maite que a regañadientes reclamó que su Amo no le había ordenado que se fuera. -¡Pues te ordenó que te retires! – Dijo Andrés besándola en la frente – ¡hiciste un magnífico trabajo y mereces descansar, amiga! -

Ella se quedó inmóvil como si lo que había escuchado fuera parte de un hechizo y tuve que tocarle el hombro para regresarla de su abstracción.

-¡Ya amiga! en cuanto tengamos noticias nos volveremos a reunir.-  le respondí mientras le daba un fuerte abrazo.

-¡Eres una mujer con suerte Fabiola, tienes siempre contigo a tu mejor amigo! - Dijo Maite sin dejar de mirar a Andrés - ¡Y más encima lo prestas! - Jajajajaja- agrego riéndose a carcajadas.

Andrés se fue a dormir una siesta mientras tomaba la tarjeta del auto para ir al café donde me reuniría con Alex.

Antes de salir lo besé en la mejilla pensando que estaba  dormido pero me detuvo tomándome la mano con fuerza.

-¡Fabiola!  Recuerda que cuando nos deje de servir yo me encargaré de él. Si se pone difícil el asunto, solo déjalo. No es el único en el mundo que nos puede ayudar con esto.-

-¡Lo sé mi amor! , pero ahora es el único que conocemos. ¡Yo sabré qué hacer! ¡Ahora Duérmete!

Me subí al auto sin muchas ganas de acudir  a la cita así es que me di un par de vueltas por el barrio antes de buscar donde estacionar. Como era previsible Alex ya había llegado al lugar y estaba en su auto esperando que yo entrara primero y desde luego, para hacerme esperar. Lo que él no sabía era que no había ido en mi auto sino que en el de Andrés, por tanto no se dio cuenta de mi presencia hasta que le golpeé la ventanilla.

-¡No me digas que estabas planeando hacerme sufrir mientras te esperaba, querido! – le dije con cierto tono de ironía dándole espacio para que se bajara.

-¡Jajaja que ingeniosa mujer! Estaba terminando unos asuntos en el teléfono y de ninguna manera haría esperar a una mujer tan exquisita como tú –  respondió mirándome de arriba abajo y saboreándose descaradamente.

-¡Deja de mirarme como tú postre Alex y vamos por ese café! – le sugerí iniciando la marcha rápidamente para que no me diera alcance.

El pequeño café era una casa antigua que guardaba bellos detalles en las puertas y ventanas que la hacían parecer un pequeño refugio estilo alemán.

Alex eligió la mesa junto a la ventana y  tuve que ingeniármelas para elegir el lugar más seguro y de fácil escape por si las cosas se ponían difíciles. Conocía a Alex lo suficiente para darme cuenta de sus planes, aún en público.

La camarera se acercó y nos ofreció la carta. Sin mirar pedí un café cortado con azúcar y Alex insistía en pedir una cerveza.

-¡Señor, le repito! - decía la joven - no tenemos patente de alcoholes, no tenemos cerveza.

-¡Que brutalidad, cada día está peor el servicio en este país! ¡Está bien, entendí! ¡Entonces tráeme un  café expreso, nada más! - respondió ofuscado tirando la carta de pedidos al suelo. Lo hizo con la intención de poder mirar el culo de la chica mientras la recogía. Era un patán y lo estaba demostrando con creces.

-¡Bueno mi amor, aquí estamos por fin! espere tanto este momento – sonrío maliciosamente intentando tomarme de las manos – ¿qué quieres de mí? Puedes pedir lo que quieras, tus deseos son órdenes para mí -

Mientras  me hablaba,  sus manos buscaban mis entrepiernas bajo la mesa.

Por suerte tenía el espacio suficiente para retirar la silla hacia atrás lo que hizo que aunque lo intentara, no me alcanzaba.

-¡Bueno cariño! – Exclamé - la verdad es que Maite insistió en que tú era el indicado…para ayudarnos. -

-¿Ayudarnos? Eso es mucha gente mi amor y solo te tengo a ti delante – respondió burlándose.

-¡Bueno es verdad!  No te voy a ocultar nada Alex. Se trata de Constanza. Maite ya te lo contó hace un par de semanas ¿Verdad? -

-¡Jajajaja la tonta  que se fue a meter a un club donde se la follaron sin que se diera cuenta hasta por las orejas! ¡Y luego le cobran para no echarla al agua! Jajajajaja  ¡Ni tú te crees esa historia! -

-¡Se trata de una amiga nuestra!- respondí deletreando cada palabra- ¡qué fue drogada y violada!  ¡A la que están chantajeando! Exacto amigo mío ¡La misma! -

-¿Y que necesitas? ¿Que me la folle yo ahora? ¡Porque si es así, encantado te ayudo¡ -Respondió haciendo sorber el café y frotándose enérgicamente la nariz.

De más estaba recordar que su adicción a la cocaína hacía que el tono de su voz fuera desagradablemente gangoso.

-¡Como se te ocurre cariño! lo que necesitamos es saber si algunos de tus contactos nos pueda ayudar ¿Puede ser? - pregunté

-¡Continúa! – exclamó Alex acercándose peligrosamente mostrándome su lengua.

  • Tenemos una placa patente identificada y queremos saber todo sobre ella. Principalmente a quien pertenece. Maite dice que tus amigos son los mejores en estos casos.-

¡Maitecita tiene razón! ¡Son los mejores! ¿Pero que recibo a cambio de este favor? -¡Porque esto no es gratis, Fabiola! - dijo Alex tomándome la mano.

-¡Ehhhh  no sabía que ayudar a los amigos tiene precio! - respondí sin retirar mi mano – pero por ser tu, podría considerar algún precio. -

-¡Una mujer inteligente, me gusta! creo que nos estamos entendiendo – dijo besándome la mano intensamente – ¡te quiero a ti , desnuda y caliente pidiéndome a gritos que te folle. ¡Si, eso es lo que quiero a cambio! - .

-¡No soy moneda de cambio Alex! ¿Podría ser otra cosa? - pregunté

¡Bueno, si! tú y Maite en la cama para follarlas a las dos juntas toda la noche. Maite ya es carne conocida para mí, pero tú  ¡eres el bocado perfecto!-

-¿No crees que se está pasando la mano? – Exclamé asqueada - No eres muy diferente a los que están chantajeando a la Cony -

-¡No me hagas reír, Fabiola! Negocios son negocios. ¡Yo te doy, tú me das! ¡Tú decides!

-¡Cumple con tu parte Alex y yo me encargaré de Maite! ¡Es un trato! – exclamé extendiendo mi mano en señal de compromiso.

-¡Tú y Maite, no lo olvides! -respondió acariciando su pene que evidentemente ya estaba erecto – ¿para cuándo necesitas la información? -

-¡Para ayer! – Respondí rápidamente – trae a mi casa la información que necesito mañana por la tarde ¿Te parece? -

-¿En tu casa?  Y tú gorila asperger que ni me acuerdo como se llama ¿será espectador de nuestra fiesta? ¡Porque de invitado no lo quiero presente ni en sueños! -

-¡Deja que yo resuelva eso! ¡Tú solo cumple con tu parte, el resto lo hago yo! -

-¡Muy bien Fabiola! es un placer hacer negocios contigo y…no te vas a arrepentir, ¡te lo aseguro! –He esperado esto por mucho tiempo y sabes que me debes una! -  exclamó finalmente tomándose su pene con las dos manos.

-¡No te debo nada Alex y no te preocupes, tendrás lo que mereces! -

Me levante tranquilamente de la mesa dejando el pago de la cuenta sobre ella y sin mirar atrás me dirigí a la salida.

A Alex le tomó por sorpresa que pagara la cuenta y de inmediato corrió detrás mío para poder alcanzarme. Abrió la puerta de salida y estando muy cerca intentó besarme la mejilla.

No pude evitar que lo hiciera pero cuando se iba a acercando aún más, levante mi rodilla derecha dándole justo entre sus piernas.

-¡Aggghhhhh!- grito de dolor – ¡cuidado! – Le dije - Mira que mañana estarás adorándome de rodillas.

-¡Mañana! ¡En mi casa y de rodillas! – me despedí satisfecha con mi actitud.

Alex era un tipo peligroso pero estaba segura de que haría el trabajo.

Al llegar a casa fue Andrés quien me abrió la puerta, tenía un par de copas servidas en la sala. Pude notar la preocupación en su rostro pero fue lo bastante discreto como para no preguntar directamente.

Deje mi bolso y las llaves del auto en la mesa de entrada, me deje caer en  el sofá soltándome la coleta que me amarraba el cabello y quitándome los zapatos.

-¿Cómo salió todo Fabiola? - Pregunto Andrés ofreciéndome una copa –

-¡Todo perfecto mi amor! – Le contesté - pero aún tengo  su apestoso olor en mi ropa. ¡Qué tipo más desagradable por dios! Si hubiese sido por mí, le hubiera reventado los huevos, ¡pero como aún es útil! como tú dices, no lo hice.-

Suavemente fue acariciando mi cuello y desabotonando mi blusa dejándome solo con el sujetador.

Hundió su cabeza en mi pecho respirando profundamente, lo que hizo que fuera excitándome con solo sentir sus manos en mis entrepiernas.

-¡Vendrá mañana, bien! una vez que nos entregue  lo que necesitamos, aclararé ciertas cosas con el  – exclamó Andrés.

-¡Dejemos de hablar de esa mierda, ven! - le respondí invitándolo a recostarse  conmigo en el sofá – Aún tienes me tienes que contar como te fue en la fiesta del Club ¡Maite llego radiante! -

-¡Jajajajajajaa, Fabiola!  La hubieses visto, era todo un espectáculo. Pero hizo su papel sin cometer ningún error, se ganó de sobra el Oscar que quería ¡Y también mi respeto! Está loca, lo sé,  pero es una mujer súper jugada ¡y merece toda mi admiración con honores! - Terminó diciendo Andrés mientras se quitaba el pantalón.

-Tengo la información que solicitaste y quiero que cumplas con tu parte del trato - era el mensaje de WhatsApp que recibí muy temprano.

  • A las 16.00 hrs. te espero en mi casa. Andrés estará fuera hasta mañana – contesté de inmediato

-Excelente. ¡Entonces espérame tú de rodillas! – escribió Alex.

-Alex ya tiene la información y me quiere ver – le dije a Andrés - Llamaré al resto de las chicas y sobre todo a Maite porque es una de las condiciones que puso este desgraciado.

-¡Terminemos de una vez por todas con esto!, mira que si lo pienso un segundo más, me arrepiento de recibir a este hijo de puta. Me daré una ducha y… ¡esta vez sola! - exclamé evitando sentarme sobre Andrés porque sabía que si lo hacía, saldría al día siguiente de entre sus piernas.

Maite llegó junto a Josefina casi a la hora de hacerla citado a la que pasó a buscar en el camino. Bernardita y Cony por otro lado pasaron antes por un restaurant de comida rápida llegando con el almuerzo.

La ansiedad de Maite se notó al tocar insistente el timbre. Abrí con calma solo para esperar la cantidad de insultos que diría ante la demora, pero su finalidad era otra así que no hizo alarde alguno.

Mientras me saludaba con un beso casi imperceptible en la mejilla, de inmediato  pregunto si Andrés estaba en casa.

-¡Si está! – Le dije - está terminando algunas fotos para mostrarnos. ¿Quieres ir tú a avisarle que ya estamos todas? - Le pregunté sin mala intención.

-¡No Fabiola, es contigo con quien quiero hablar! – respondió bajando la voz y llevándome a la cocina.

-¡Mira! he sido deslenguada, desatinada y hasta provocativa con Andrés. Pero quiero que sepas que lejos ¡Andrés es el hombre que mereces! -

-¿Te sientes mal Maite? ¿Te pasa algo?- le pregunté tomándole las manos y mirándola a la cara

-¡Nada de nada amiga! , me siento como de 20 ¡solo te lo tenía que decir no más! ¡Son mis mejores amigos! .Después de lo del viernes mi lealtad está con él y contigo por supuesto. ¡Ustedes dos juntos, son geniales! -

-¡Jajajaja Maite! Andrés me contó que el viernes hicieron un gran equipo. Está muy orgulloso de ti y quiero que lo sepas. ¡Y si,  lo merezco, como el a mí! -

Nos abrazamos honestamente.

-¡A ver amigas, nos perdimos de algo! - Interrumpió Bernardita con dos bolsas de comida en los brazos que ya se le venían al suelo.

-¡No sabias, Berny! que hoy es  el Año Nuevo en Mali y lo estábamos celebrando!   Y dame esas botellas por favor, no se te vayan a caer y  eso sería una tragedia. - exclamó Maite volviendo a ser la misma loca de siempre – ¡ya Josefina sácate los guantes y ordenemos esto que el hambre me están matando! -

-No sabía que les gustaba así es que trajimos de todo un poco. Comida Thai, Mexicana, China y algo vegetariano creo. - Terminó diciendo Bernardita mientras sacaba las cajas de las bolsas.

-¿Nada de carne? ¡Un bife de lomo con papas fritas! ¡O filete con un par de hojas de lechuga por lo menos! - Preguntó Andrés entrando al comedor que estaba invadido por cinco mujeres queriendo controlar todo.

-¡Ni siquiera me dieron tiempo de extrañarlas chicas! - Dijo saludando a cada una con un beso en la mejilla, sin embargo a Maite le dio dos.

Ella le sonrió complacida y cuando Andrés se estaba dando vuelta le agarró el culo sin miramientos. Todas nos quedamos mirando esperando su respuesta, pero Andrés sonrió y ni siquiera hizo caso.

Una vez que estábamos todos en la mesa tomé la palabra para contarles cómo había sido el encuentro con Alex.

Andrés estaba muy atento a mi relato  por si hubiera perdido algún detalle la noche anterior y luego de terminar les di la noticia.

Esta tarde viene el lindo Alex para contarme lo que encontró con los datos que le entregué. Ahora, como comprenderán, todo este negocio no fue gratis. Vendrá suponiendo que Andrés está de viaje y que Maite me acompañará en el trío que quiere hacer -

-¡No puedo creer que Alex sea así! – Exclamó Maite  sorprendida-  lo conozco desde hace años. Sabía que consumía cocaína, pero de ahí a acosar y chantajear por información a una amiga ¡Ufff una nunca termina de conocer a la gente! ¡Qué lástima siento por el! -

Cuando el reloj dio las cuatro de la tarde llegó puntualmente el auto de Alex. Las chicas habían estacionado sus autos en un strip center cercano a mi casa para hacerle creer que estaba sola.

Venía con lentes oscuros como era su costumbre y al saludar me di cuenta por sus ojeras que no había dormido las horas suficientes. Su fuerte halito alcohólico confirmó lo que ya sospechaba. La juerga había sido hasta muy tarde.

-¡Veo que no cumpliste con el trato Fabiola! - exclamo Alex  inquieto cuando abrí la puerta y vio que estaba vestida.

-¡Bueno amigo! ¡Es muy temprano para comenzar la fiesta! - le respondí disimulando mi nerviosismo.

No soy una mujer insegura ni temerosa. Mi fuerte y firme carácter es uno de mis mayores atributos, pero sabía que había herido profundamente el ego de ese hombre y allí estaba para hacerme pagar.

-¡Bueno ya que estamos solitos – dijo mirando para todos lados de la casa -  podríamos ir a descansar un ratito a tu habitacion o mejor nos desnudamos y nos vamos a la piscina.

Intentó abrazarme por la espalda pero sin ser brusca desvíe sus manos, quedándonos en la cocina.

-¿Que te sirvo? ¿Agua, jugo, cerveza? – le pregunté sin mirarlo

-¡Solo te quiero a ti  Fabiola! Enterita, enterita - exclamó con una mirada libidinosa.

-¡Jajajajaja que gracioso eres Alex! vamos cariño que novedades me traes ¿tus contactos son tan buenos? - pregunté

-¡Te traigo esto, es mi mejor novedad! – respondió tomándose el pene erecto con las dos manos. - ¡Y esto!-  sacando su teléfono del bolsillo del pantalón.

-¡La información que me pediste que investigara! El auto pertenece a Derek Radenmachen, chileno, empresario de origen alemán y que solo hace un par de años se radicó nuevamente en Chile.

Tiene varios autos a su nombre y está completamente limpio -

-¿Limpio? - Pregunté haciendo que no entendía el concepto.

-¡Limpio mi amor! Sin antecedentes – respondió mientras rodeaba el mesón de la isla de la cocina para llegar a mi lado.

-¡Ahora que tienes lo tuyo! ¡Quiero lo mío! -tomándome por la cintura e intentando besarme a la fuerza.

No moví ni un músculo, ni siquiera lo evité. Lo que hizo que tomara más la iniciativa metiendo su mano entre mis piernas.

-¡No sabes cuánto he soñado con la humedad de tus piernas maldita perra! Vas a pagar por todo ¡zorra de mierda! -

Mientras me tomaba por detrás intentando quitarme la ropa, apareció Andrés por la puerta de la cocina que daba a la terraza. En sus manos traía un látigo de cuero con pequeñas bolitas de acero en la punta y sin inmutarse se paró frente a Alex.

-¡Vaya, vaya! Mira a quien tenemos aquí. ¡Al machote y drogadicto de Alex! -

-¡Miren! - exclamó Alex sorprendido y nervioso mirando a Andrés – ¡La puta zorra mentirosa tiene un caballero que la defienda! ¡Calienta la sopa y luego sale arrancando!

-¡Una palabra más machote y este látigo que ves en mis manos se regocijará en tu escuálido culo, ¡ entendido! -

-¡Así que de eso se trata! – Gritaba Alex -  De la caliente de la Cony que haciendo quizá que cosa  perdió un par de millones y después se hizo la pobre e inocente violada para recuperar el dinero sabiendo que casi no podía caminar de alegría al otro día –

Un fuerte latigazo estremeció las nalgas de Alex.

-¡Veo que ese polvito blanco  que te metes por la nariz te quemó totalmente las neuronas y te convirtió en un perpetuo estúpido! – dijo tranquilamente Andrés

-¡Que te follen, imbécil! -  gritó Alex alejándose a un rincón de la cocina

-¡Hablando de eso, de follar! – Exclamó Andrés – Cómo eres un avezado catador de semen, tengo varios amigos que les encantaría que probaras el de ellos y les dieras tu experta opinión –

Y levantando la voz le dice mirándolo fijamente a los ojos.

  • ¡Esto no es una amenaza Alex sino una advertencia! Te acercas a Fabiola o a cualquiera de las chicas aquí presente en un radio de 500 metros y te prometo que probaras el pene de muchos de mis amigos que te follaran hasta por las orejas. Averigua entre tus conocidos Alex y comprobarás que siempre cumplo lo que prometo. ¡Y esta es una promesa! -

-¡Entendiste!- exclamó Andrés haciéndolo arrodillar mientras le retorcía fuertemente la oreja.

-¡Si! – exclamó susurrando adolorido

-¡Si, que! – Preguntó Andrés y continuó diciendo – ¡Si señor! Eso es lo que tienes que decir con voz de hombre fuerte y claro para que todas te escuchen  ¿Entendiste? -

-¡Si señor! – exclamó Alex arrodillado al borde de las lágrimas orinándose en los pantalones.

-¡Así me gusta bravucón! Valiente con las mujeres y un miserable cobarde con los hombres. ¡Toda esta asquerosidad es de ustedes chicas, tírenlo a la basura si quieren! – Dice Andrés retirándose de la cocina.

¡Ahhh, Una última cosa miserable hijo de puta! – Dice Andrés devolviéndose a la cocina – Ódiame con toda tu alma, ¡quiero que me odies, más bien te lo ordeno drogadicto de mierda! Porque cuando se odia se cometen errores y los errores se pagan. ¡Ni siquiera imaginas cuándo disfruto haciendo pagar a engendros como tú! – y salió de la cocina.

-¡Porque no le das una patada en el culo! - dijo Maite entrando a la cocina junto a Josefina, Bernardita y Constanza.

-¡Para que, si ya se va! ¿Cierto, querido? - Les respondí mirando a Alex sin perder la compostura.

Alex guardó su teléfono en el bolsillo y salió rápidamente de la casa llorando con los pantalones mojados.

En silencio nos reunimos en la sala después del desagradable incidente y Andrés  tecleando en su computadora dice  - ¡Veamos quien es el señor Derek Radenmachen! -

Demoró un par de segundos mirando atentamente la pantalla hasta que su figura se transformó por completo.

-¡Lo encontramos! – Exclamó sorprendido Andrés - ¡No van a creer quien es en realidad este tipo! -

CONTINUARÁ