El cliente y el mesero (3-Fin)

Los finales, aún los felices, siempre tienen algo de tristeza o melancolía. Este es simplemente otro final.

Once meses, veinticinco días y trece horas, ese es el tiempo que ha transcurrido desde aquel primer beso, desde que sucedió aquel momento que me acompaña siempre haciéndome la vida más ligera y llevadera. Lo se porque ahora he vuelto a distinguir un día de otro. El tiempo ya no es una condena, ya no pasa lento, ya no es ese dolor que provoca un fino bisturí sobre tu piel, ese dolor que aunque débil te lastima profundamente, te mata de manera lenta. Ahora los minutos son algo pasajero y efímero, tal como los instantes de felicidad que hay en una vida, instantes que por fortuna hoy se me presentan a granel. Hoy mi vida es lo más cercano a la perfección que existe. Aquel viejo asfixiante que me esclavizó por tanto tiempo hoy no es más que un borroso recuerdo en lo más profundo de mi memoria, un recuerdo del que me desprendo más y más al pasar los días y que estoy seguro pronto dejaré en el olvido. La culpa provocada por las tantas veces que deseé su muerte y la cual me atormentaba todas las noches no me ha visitado en alrededor de tres meses. Aquel sueño inalcanzable que representaba ese jovencito atravesando la fonda con su aura de belleza ya no es más una fantasía, ahora ese jovencito está con migo, basta con voltear a un lado para admirar su sonrisa, admirarla todo el tiempo que me plazca, ya no tengo que despedirme de ella al terminar mis huevos a la mexicana. Todos los mal entendidos se han solucionado y ahora estamos juntos. Somos tan felices que he pensado el día de nuestro aniversario voy a pedirle viva con migo.

Y es que, ¿qué más podría pedirle a la vida? Sería egoísta de mi parte hacerlo teniendo tanto. Es tan dulce, cariñoso y detallista, tanto que en una fecha que no significa algo especial me ha escrito una carta que en el sobre dice: "Antes que otra cosa, quiero decirte que te amo". Me la dio esta mañana cuando vino a prepararme el desayuno en una escapada que se dio de la escuela. Me pidió que no la leyera hasta que él se hubiera marchado. Me costó mucho trabajo hacerlo pero logré contener mi curiosidad. Ahora que él ha regresado a la escuela ya no tengo que esperar más para leer la carta, muero por saber que más me dice en ella.

"Querido.....:

Como ya lo dije antes, primero que otra cosa quiero decirte que te amo y nada de lo que leas a continuación debe hacerte dudar al respecto. Aclarado ese punto puedo explicarte el motivo de esta carta.

Tal vez no lo recuerdes, pero para mí, la primera vez que fuimos al cine, juntos, se convirtió en una experiencia inolvidable. Ese día se transformó en una imagen que bombardeaba mi cerebro cada vez que salíamos, ya fuera nuevamente al cine o a caminar simplemente. Eso no me molestaría si se tratara de un recuerdo feliz o al menos agradable. Desgraciadamente es todo lo contrario.

Yo estaba muy contento de que por primera vez aceptaras salir de tu casa. Ya sabes que al igual que tú, soy una persona que gusta de estar en la intimidad que brinda el hogar, haciendo cosas ordinarias y para la mayoría aburridas, pero de vez en cuando también me agrada salir al mundo y observar como viven los demás, quería que tú también lo hicieras, no me parecía sano el que siempre estuvieras encerrado entre tu casa y tu oficina. Hoy ya no se si realmente no salías o preferías no hacerlo cuando estabas con migo. Cuando me dijiste que sí querías ir al cine, me emocioné mucho, el hecho, por más insignificante que parezca, para mí era un gran avance en nuestra relación.

Todo marchaba a la perfección, hasta que nos encontramos con aquel amigo tuyo que después me enteraría, es el pastor de tu iglesia. Cuando me presentaste ante él como tu "sobrino", cualquier avance que según mi imaginación habíamos tenido, se vino atrás. Y ojalá hubieran sido dichos avances lo único que se rompiera ese día, pero no fue así, mi corazón también se hizo añicos. Sentí como si no te importara, como si el estar con migo representara para ti la mayor de las vergüenzas, como si todas las veces que me dijiste "te amo" fueran un peldaño hacia al infierno, un paso fuera del paraíso al que tanto aspiras.

Con mi corazón también se desquebrajaron mis ilusiones. Ese día supe que nuestros caminos no estaban destinados a mantenerse unidos y que sólo era cuestión de tiempo para que volvieran a separarse. Ese viernes por la tarde me di cuenta de ello, pero como todo enamorado, o como toda persona que ve escapar la única cosa que da importancia a su vida vacía y sin sentido, traté de disfrazar la verdad con un poco de esperanza y una pizca de mentira; sin embargo, el disfraz se ha ido desgastando y hoy no existe más, ya no puedo cerrar los ojos a la verdad intentando no lastimarte, no lastimarme, la farsa se ha vuelto tan dolorosa como la realidad.

Deseaba que esa primera vez fuera también la última, pero como era de esperarse, fue el inicio de una larga cadena de sucesos similares que han terminado por cansarme. Una y otra vez, ya no se si de manera inconsciente o intencional, me has hecho lo mismo. Has negado lo que creí existía entre nosotros ya no se ni cuantas veces, ya no sigo contando porque ya ni siquiera me duele. Al principio trataba de entenderte y te justificaba pensando que no era fácil para una persona que ha vivido tres décadas siendo alguien que no es, enfrentar su realidad, ahora ya no trató de excusarte o encontrar razones, eso ya no tiene la más mínima importancia.

No quiero que mal interpretes lo que te digo, te vuelvo a repetir que te amo. El tiempo que hemos pasado juntos no ha estado lleno nada más de tristezas y desencantos, también ha habido felicidad, y mucha. No sabes como he disfrutado de esas tardes nubladas en las que acostados en la hamaca, juntitos, con nuestros cuerpos rozando uno al otro, me lees una de las novelas románticas que tanto te gustan y después discutimos sobre lo fantasioso que me parece la historia. Y es qué, ¿cómo es posible que una pareja pueda ser feliz para siempre después de haber pasado por una y mil desgracias juntos?, o ¿a quién pueden pasarle tantas cosas tan absurdas y dramáticas? Me agrada como el optimismo que desde que te conocí te caracteriza, siempre termina convenciéndome de que todo es posible si hay amor. Suena muy bonito, y no se si en verdad estás convencido de ello o es sólo una más de las cosas que has inventado para hacer de nuestra relación un cuento de hadas a tus ojos, pero simplemente yo ya no me la creo. Me gustaría que fuéramos una de las parejas de tus novelas, esas que siempre se sobreponen a cualquier problema por difícil que este sea, pero ambos sabemos que no es así.

Ya no puedo vivir nada más de cuentos, nada más de amor, necesito algo real, y para que sea real debe ser completo, un adjetivo que no puede aplicarse a nuestra relación, porque a esta le falta al menos una cosa: sexo. No puedo decirte que no disfrute el platicar con tigo, el cocinar juntos, el bailar bajo la lluvia, el sabor de tus besos o el tibio tacto de tus caricias, pero quiero algo más. Quiero que no te detengas cuando empezamos una cesión de toqueteos sentados en el sofá de tu cuarto, quiero que me arranques la ropa y me arrojes salvajemente sobre tu cama cuando ya me encuentre desnudo para que justo después, me hagas tuyo con pasión y sin inhibiciones. Quiero que desaparezca esa barrera invisible que has puesto arriba de nuestros cinturones, lugar del que no pueden pasar nuestras manos sin que te sientas culpable por "haber pecado". Quiero volver a ver en ti a ese hombre que lucha por lo que quiere, a ese hombre valiente que no se detiene a pensar en que dirán los demás que encontré aquella la primera vez que me besaste con la luna de testigo. Tenemos ya casi un año de salir y no te he visto una sola vez sin ropa, no conozco tu pecho, tu ombligo y mucho menos la forma de tu pene, ¿en verdad crees que es normal? No digo que el sexo sea lo único o lo más importante, te lo aclaro porque se que en este momento, como siempre que trato de tocar el tema, es lo que estás creyendo, trato de decirte, pero si es algo necesario, natural. No te vas a condenar por ser feliz o por satisfacer tus deseos, porque se que los tienes, me lo dice la forma en que me miras, y si así fuera, ¿que más da? ¿En verdad crees que vale la pena una vida de sacrificios para en tu muerte ir a un lugar que ni siquiera sabes si existe?, yo no, nunca lo he creído y no lo haría por ti.

Cuando nos conocimos el uno lleno los vacíos del otro a la perfección y nuestras deprimentes y solitarias vidas parecieron retomar el vuelo después de un largo rato de revolcarse en el fango de la autocompasión y el olvido. Al principio funcionó muy bien, pero ya no somos los mismos que iniciaron ese viaje, juntos, al menos no yo. Me he dado cuenta de que para sentirme bien con migo mismo debo trabajar en eso, en mí, no necesito a alguien a mi lado para seguir viviendo, y si ese alguien está en mi vida quiero que esté en todos los sentidos.

Se que la verdad es lo más doloroso que puede existir, pero sufrir también puede ser placentero, te hace sentir vivo, y no hablo del sufrimiento que seguramente sientes al contener lo que quieres y eres, sino el sufrimiento por cosas que vale la pena, por cosas como el amor. No quiero cambiarte, sería algo difícil y pretencioso, tampoco te juzgo ni te culpo, en una relación la culpa siempre es de ambos o de ninguno, como se quiera ver, sólo te digo lo que pienso. Si algún día te atreves a desbaratar todas esas fantasías que has creado alrededor de tu vida y nuestra relación, si algún día te atreves a aceptar que la vida no es perfecta y que las imperfecciones son las que en verdad le dan sabor, te estaré esperando. Vivir en una mentira puede ser una deliciosa ilusión, pero por más deliciosa que esta sea no deja de ser algo artificial, algo que no existe.

Perdón por haberte escrito todo esto en lugar de habértelo dicho, pero tú sabes que lo intenté varias veces y no quisiste escucharme, además no se si hubiera tenido las fuerzas suficientes para decirte adiós amándote como te amo. Espero me entiendas.

Hasta luego y por favor, no tardes demasiado.

Te ama,.... "

¿Qué diablos significa todo esto? ¿Acaso está terminando con migo? ¿Por qué me hace sufrir de esta manera? ¿Cómo puede decir que lo nuestro no es real? No entiendo nada, hace unos minutos estábamos riendo y hacíamos planes para este fin de semana, planes para nuestro primer aniversario, ¿por qué me mintió si ya sabía que no estaríamos juntos para entonces? ¿Por qué no me lo dijo de frente si tanto habla de valentía? Creo que las respuestas sólo me las puede contestar él, pero no se si me atreva a llamarlo, después de todo puede que tenga razón y no se si pueda cambiar, no se si pueda atreverme a hacerlo por amor