El clásico de fútbol

Siempre en los clasicos de futbol hay apuestas, aunque a veces pueden ser muy agradables.

Hola a todos, es la primera vez que escribo en esta categoría, pero tuve una vivencia de este tipo hace poco tiempo. Este es el primer relato que publico en este año, así que espero les sea de su agrado.

Hace tiempo pasaron por televisión el clásico de fútbol de mi país: América vs. Guadalajara. Cabe mencionar que yo soy 100% seguidora del Guadalajara, aunque mi querido novio le va al América; ni modo, algún defecto tenia que tener. Para ese día mi novio, Antonio, me invito a su casa a ver el partido con él, pues ese día sus padres tenían un compromiso y él no iría, por lo que podríamos verlo a gusto. Ese día fui a su casa y llegue unos minutos antes de que comenzara el juego. Yo me fui vestida con la camiseta del Guadalajara, sin nada abajo, y una minifalda de mezclilla azul, con cintas cafés a los costados. Llegue y el me recibió con un gran beso. Estaba vestido con una pantalonera azul de algodón y una camisa amarilla, típicos colores de su equipo. Nos fuimos a la sala, donde enfrente estaba la mesita con algunas botanas y bebidas. Él se sentó a mi lado izquierdo. En lo que empezaba el juego nos besábamos y nos acariciábamos, como acostumbramos hacerlo cada vez que estamos solos. Sus manos recorrían mis piernas, mis muslos, subiendo por encima de mi camiseta, hasta llegar a mis senos. Antonio sonríe al sentir que no traigo sostén y me vuelve a besar, pellizcando más las puntas de mis pechos, lo que me hacia gemir suavemente.. Yo no me quería quedar atrás en esas muestras de amor y deseo. Con una mano le acariciaba sus piernas, subiendo hasta llegar a su entrepierna. Ahí me sorprende sentir su pene en su totalidad: no traía ropa interior, por lo que pude notar su buen tamaño.

YO: Mmm, que bien se siente

EL: Igual que tus pechos

Nos volvemos a besar mientras le empiezo a acariciar su pene sobre la pantalonera, para después tomarla y empezar a masturbarlo. Nuestros besos van en aumento al igual que nuestra pasión. Pero el es 100% americanista y yo 100% chiva, así que en cuanto escuchamos en la televisión que iniciaba el partido interrumpimos nuestras caricias y comenzamos a ver el partido, sin dejar de acariciarnos por completo. Pasaron los primeros minutos, ambos equipos llegaban a la portería, pero no caía el gol. Mientras veíamos el partido, Antonio acariciaba mis muslos, abriendo yo un poco mis piernas para que acariciara lo que quisiera; su mano se metía entre mis piernas y acariciaba las partes internas de mis muslos, poniendo mi piel chinita. A la vez yo le acariciaba su pene, que ya estaba muy excitado desde antes que empezara el partido. Conforme fueron pasando los minutos, mi equipo llegaba más que el América; yo solo gritaba y le decía a Antonio que ya empezara a preocuparse, que ya no tardaba en anotar el Guadalajara. Él me decía que no, que no seria así. Estuvimos así jugando, en donde le insistía que mi equipo seria el primero en anotar, hasta que el me voltea a ver con una gran pero maliciosa sonrisa.

EL: ¿Estas tan segura que va a anotar primero tu equipo?

YO: Claro, completamente segura –le contesto dándole un beso en los labios- va a golear.

EL: OK, ¿apostamos quien anota primero?

YO: Ok, me parece bien. Te apuesto a que anota primero mi equipo.

EL: ¿Segura de que quieres apostar? ¿Si pierdes pagas lo que yo quiera?

Me le quedo mirando a los ojos fijamente, para después acercarme a él y darle un fuerte beso en los labios.

YO: Claro, mi equipo va a anotar primero. Te apuesto lo que sea.

EL: Hecho. Ya te gane la apuesta, va a anotar primero mi equipo.

YO: Jajaja, ay niño, sueñas. ¿Y que vas a querer apostar?

EL: Mmm, no te diré, así que aguanta un poco, en unos minutos lo sabrás.

Me le quedo mirando mientras él de nuevo mira el partido. En sus labios se le dibuja una sonrisa traviesa, como si tramara algo, pero no importaba, estaba segura de ganar la apuesta. Siguieron pasando los minutos; viendo el partido y siguiendo con nuestras caricias. Hasta que en una jugada, el América se fue al ataque, y no se como, pero hicieron una jugada que pocas veces les sale, de suerte, y terminaron anotando un gol. Yo no lo podía creer, estaba perdiendo mi equipo y perdí la apuesta. Antonio se enderezó y levantó los brazos gritando gol fuertemente. Yo solo me quede mirándolo, sonriendo. Él me volteo a ver diciéndome que había perdido la apuesta. Le dije que si, que ya lo sabia, y que ni modo, iba a pagarle. Me dio un gran beso en los labios, a lo que correspondí, para después seguir viendo el partido. Él me acariciaba más las piernas, yo seguía acariciando su pene, por encima de la pantalonera, que seguía dura y muy erecta. Antonio puso una mano sobre mi mano que lo acariciaba y presionaba más. Me gusto sentir su pene más en mi mano y se lo acaricia más rápido. Antonio cerraba los ojos de vez en cuando, disfrutando de mis caricias. En eso estaba cuando el América vuelve a anotar otro gol. Antonio abrió los ojos, pero esta vez solo levanto los brazos, en señal de triunfo. Yo me quede mas seria, mi equipo estaba perdiendo ante nuestro máximo rival. Antonio de nuevo me voltea a ve y me da otro beso, más tierno esta vez. El juego siguió su curso, pero para mi fortuna, faltando unos minutos para que acabara el primer tiempo, mi equipo anota gol, quedando el marcador 2 – 1, aun perdiendo. Esta vez fui yo la que grite, me pare y salte de gusto. Mi minifalda estaba levantada debido a que la mano de Antonio lo había hecho con sus caricias en mis muslos. De nuevo me senté a su lado derecho, y él me tomo con su mano mi barbilla, me levanto mi cabeza, y llevo sus labios a mi cuello, besándolo y pasando su lengua de arriba a abajo. Cerré mis ojos y me deje llevar, suspirando pos era rica muestra de su pasión, mientras mi mano izquierda volvió a su pene y de nuevo lo comencé a masturbar sobre su pantalonera. Su mano izquierda de nuevo acariciaba mis pechos, sintiendo mis duros pezones rozar la suave tela de mi camiseta. Termino el primer tiempo del partido. Antonio deja de lamer mi cuello, cosa que no me gusto porque lo estaba disfrutando, y me mira a los ojos.

EL: OK bebé, es hora de que me pagues la apuesta.

YO: ¿Ya?

EL: Si bebé.

Me le quede mirando sorprendida, pero sabia que tenia que pagar la apuesta.

YO: OK, dime que quieres que haga.

EL: Veras, desde antes del partido me dejaste caliente, y durante el partido me estuviste acariciando tan bien, que ya estoy que ardo, así que quiero que… -se queda pensando, mirándome fijamente a los ojos.

YO: ¿Qué?

EL: Quiero que en los 15 minutos del medio tiempo del partido me hagas sexo oral.

YO: ¿Qué? ¿Es en serio? –pregunte sorprendida y con una gran sonrisa.

EL: Claro, siempre me ha gustado como me la chupas, y quiero que lo hagas. Bueno… al menos que no seas mujer de palabra ni que seas capaz de darme placer 15 minutos.

Mi novio prácticamente me reto, así que mirándolo a los ojos acepte.

YO: Veras que si soy mujer que cumple lo que promete. Solo avísame cada vez que pasen 5 minutos ¿ok?

EL: ¿Para que?

YO: Tú solo dime cuando pasen cada 5 minutos.

Y sin decir mas, me agacho a sus piernas, le bajo la pantalonera mientras él levanta sus caderas para facilitarme el trabajo. Tomo su pene con mi mano derecha y me lo llevo a mi boca. Comienzo a darle lamidas a su cabeza para después irme metiendo poco a poco su pene. Antonio se recarga sobre el respaldo y cierra los ojos, mientras su mano derecha acaricia mi espalda. Mi cabeza se mueve lentamente, disfrutando y saboreando el sabor de su pene. Mi mano lo masturba mientras dentro de mi boca mi lengua se encarga de darle el placer que quería. Luego de varias lamidas me lo meto por completo, succionándolo todo. Ahí muevo mi cabeza más rápido, haciendo gemir a mi novio, quien ahora con la mano izquierda me toma mi cabello y lo agarra, haciéndome una coleta. Muevo más mi cabeza para chuparlo y succionarle más su pene, que se endúrese más con mi boca. Algunos dedos de mi mano derecha acarician sus testículos, provocando que mi novio suspire al sentir eso. Mi respiración es un poco agitada, y los gemidos de Antonio van en aumento. No se cuanto tiempo tenia chupándole el pene, perdí la noción del tiempo: seguía haciéndole sexo oral cuando Antonio mira su reloj y, entre gemidos, me dice que ya son los primeros 5 minutos. Entonces sacándome el pene de mi boca, haciendo un hilo de saliva desde mis labios hasta la cabeza de su pene, me levanto y me hinco frete a él, cambiando de posición. Tomo su pantalonera de una pierna y se lo saco, para poder abrirle las piernas. Ahora me hinco frente a él y de nuevo tomo su pene con mi mano derecha, mirándolo a los ojos, quien me mira con una gran sonrisa.

YO: OK amor, disfrútalo-le digo cerrándole un ojo.

De nuevo meto su pene en mi boca, esta vez todo desde el principio, soltándolo de mi mano. Ahora solo lo sostengo con mi boca y muevo mi cabeza, para sacar la mitad de su pene y tragármelo todo de nuevo, varias veces. Mi mano derecha acaricia su vientre por debajo de su camisa mientras mi mano izquierda juega cos sus testículos, que ya están muy hinchados. Él sigue recostado sobre el respaldo, pero ahora con sus manos en su nuca, gimiendo y suspirando por mis chupadas. Lo miro y en su cara hay mucho gesto de placer, de excitación. Sigo succionando su pene mientras mi mano izquierda sigue masajeando sus testículos y mi mano derecha sube a su torso, pellizcándole sus tetillas, las cuales las tiene duras. Saco su pene de mi boca y le doy varias lamidas, desde la base hasta la puntita, la cual chupo con fuerza, viendo a mi novio estremecerse.

EL: Ah dios!!!... que excelente chupas.. ahhh… ah… que … rico

Luego de darle varias chupadas a su pene, lo tomo con mi mano izquierda y ahora cambio: con esa mano lo masturbo y ahora bajo más mi boca, lamiéndole su pene hasta llegar a sus testículos, los cuales lamo y muerdo suavemente. Antonio se estremece y gime mas fuerte, sacando sus manos de su nuca y poniéndolos sobre la sala, apretando las almohadas con fuerza. Mi lengua se entretiene unos segundos en sus testículos mientras mi mano lo masturba rápidamente y el dedo pulgar acaricia la cabeza de su fabuloso pene.

Antonio mira su reloj y me dice entre fuertes gemidos que ya casi son los otros 5 minutos. Lo miro mientras continuo lamiendo sus testículos, y sonriendo, vuelvo a subir mi lengua por su pene, para darle lamiditas a la punta, haciendo que se estremezca.

Luego me paro y lo miro exhausto, agitado, con un gesto de gran excitación. Me mira y me sonríe.

EL: Aun falta 5 minutos- me dice poco agitado.

YO: Lo se –le digo limpiándome los labios con la mano- pero ahora levántate tu, no seas flojo.

Antonio ríe y se para. Lo tomo de la cintura y le doy un beso en la mejilla. Ahora lo giro, sentándome yo en la sala. Él parado frente a mí, con su pene muy excitado apuntando hacia arriba, cubierto de mí saliva. Acerco mi boca ahí, y recargándome de sus muslos con mis manos, lo tomo con mi boca y de nuevo comienzo a chupárselo. Primero lentamente, para después ir acelerando los movimientos d mi cabeza. Veo a Antonio cerrar sus ojos y deja caer un poco su cabeza hacia atrás, gimiendo de nuevo. Con sus manos acaricia mi cabello mientras sigo metiendo todo su pene hasta mi garganta, comiéndomelo todo. La punta de su pene entra a mi garganta, haciéndome atragantar un poco, pero aun así repito esto varias veces, mientras mi manos acarician sus muslos. Siento mi entre pierna húmeda al ver a mi novio tan excitado, por lo que me como su pene con mas deseo, tragándomelo todo hasta que desaparecerlo. Unos segundos después, eso creo yo, toma mi cabeza con sus manos, diciéndome que ya no haga nada, que lo deje terminar. Riendo un poco con su pene dentro de mi boca, hago un ruido con mi garganta de afirmación. Ahora es Antonio quien hace los movimientos, pues comienza a mover sus caderas, penetrándome la boca mientras mis manos lo toman de sus rodillas, sin mover yo ya mi cabeza. Sus penetraciones son fuertes y rápidas, sintiendo sus testículos chocar en mi barbilla. Mi respiración es agitada, pues con sus penetraciones no respiro mucho y comienzo a atragantarme más. Antonio hace movimientos más lentos, pero yo le pego en las piernas y lo miro a los ojos, haciéndole saber que sigue con la velocidad que estaba. Él sonríe y de nuevo me penetra fuerte y rápido, atragantándome más veces.

EL: Ah… siii… asi asi…. Aahhh… -decía gimiendo fuerte.

Pasaron unos segundos mas hasta que Antonio me dice que ya esta por eyacular. Suelta mi cabeza y me saco su pene de mi boca, y veo su pene cubierto de mi saliva, el cual escurre. Lo tomo con mi mano derecha y lo masturbo con gran rapidez, haciéndolo gemir más fuerte, hasta que unos segundos después se viene, abriendo ahí mi boca. La mayor parte de su semen cae dentro de mi boca, y otra parte en mis labios y mejillas., hasta que termina de eyacular. Le tomo el pene y le limpio la punta con mi lengua y mis labios, luego de tragarme el semen que tenia en mi boca. Antonio gime por lo sensible que esta su pene, y mi mira sonriendo.

YO: ¿Te gusto como te pague?

EL: Me encanto, eres fabulosa.

Le sonrió, diciéndole que soy mujer de palabra, Reímos y en ese momento nos damos cuenta que ya tenia menos del minuto que había empezado la segunda parte del partido, pero no nos dimos cuenta ya que Antonio había pues en modo "mudo" el volumen. Antonio se acomoda el pantalón mientras yo agarro una servilleta de la mesita y me limpio los labios y las mejillas. De nuevos nos acomodamos como estábamos el a mi lado izquierdo. El partido transcurrió y entonces s me vino una idea.

YO: ¿Quieres apostar otra vez?

EL: ¿En serio quieres apostar otra vez?

YO: Claro que si, me merezco la revancha ¿no? –le digo mirándolo a los ojos, mordiéndome el labio inferior- Además, si pierdo, ya viste que si pago.

EL: OK, de acuerdo ¿la misma apuesta?

YO: Claro, ahora mi equipo va a anotar primero en este tiempo.

EL: Jajaja, ok, apuesta aceptada.

Nos damos un beso rico pero breve, porque en ese momento se escucha que el locutor grita gol. Vemos y ahora fue mi equipo quien anoto primero. Levanto los brazos sonriendo, gritando ¡gol!, mirando a Antonio, quien mueve su cabeza negativamente, pero sonriendo. Lo abrazo de la cabeza, dándole un beso en la mejilla, diciéndole que ya le había ganado la revancha. Antonio suspira muy profundo y dice que así es. Me pregunta que quiere de pago, a lo que le digo que al final del partido se lo hago saber. El partido transcurrió, durante el partido hubo otros 3 agoles, increíble, pero si, 2 para mi equipo y otro para el de mi novio, empatado el juego a 3 goles. Ya casi al ultimo Palencia, del Guadalajara, da un buen cabezazo a la portería a sentido opuesto de cómo venia el arquero rival, tras un buen centro, pero Ochoa, portero del equipito contrario, alcanza a reaccionar y ataja bien el cabezazo, lanzándose bien al sentido contrario de como venia. Unos cuantos minutos mas el partido acabó, empatado, pero con sabor a victoria para mi, tomando en cuenta que mi equipo fue el visitante. Antonio se queda pensativo, sin poder creer que su equipo no pudo contra el mío. Me hinco sobre la sala hacia él, mirándolo con una sonrisa y mis ojos muy abiertos. Él siente mi mirada y me voltea a ver.

EL: Ya quieres que te pague ¿no?

YO: ¡Aja!

EL: OK, ¿Qué quieres por ganara la apuesta?

Me acerco a él, rozando mis labios con los suyos.

YO: Pagame de la misma forma como te pague yo a ti.

EL: Mmm, ese no es castigo, es un premio para mi.

Antonio se deja ir encima de mí, besándome con pasión, acariciándome las piernas con sus manos, hasta subirme mi minifalda a la cintura, recostándome sobre la sala, quedando el respaldo a mi lado izquierdo. Luego sus manos toman mi camiseta del Guadalajara y me la empieza a subir, hasta que mis senos desnudos quedan a su vista. Los contempla sonriente, para después bajar su rostro a ellos. Lo lleva a mi pecho izquierdo y le pasa su lengua, excitando mi pezón al contacto. Al notarlo, Antonio se concentra en lamerlo, en morderlo y chuparlo. Mi cuerpo se arquea, apoyando mi cabeza sobre el respaldo pequeño derecho de la sala. Su lengua se mueve rápidamente, sacudiendo mi pezón para después tomarlo con sus dientes y chuparlo y estirarlo varias veces, sacándome varios gemidos, mientras mis manos aprietan la sala con fuerza por los costados de mi cuerpo.

YO: Mmm… ahhh… que rico… sigue….

Antonio lleva su boca a mi otro pecho, repite lo mismo, esta vez tomándolo con su mano derecha, apretándolo, haciendo sobresaltar mi pezón. Lo lame y chupa a su antojo, haciendo ruidos al hacerlo. Mi espalda se arquea de placer y mis gemidos son mas agudos y largos, diciéndole como me gusta lo que esta haciendo. Mi pezón es presa de cualquier cosa que hace la boca y lengua de mi novio, y mi cuerpo se estremece de gusto, de placer.

Luego baja su lengua por mi cuerpo, llegando su lengua a mi ombligo. Lo lame y chupa haciendo fuertes ruidos. Me encanta lo que hace y me estremezco, soltando un par de gemidos. Continúa luego bajando; mi minifalda esta ya hasta la cintura, y ante su vista queda mi tanga rosa, ya húmeda de mi excitación. Abro mis piernas, poniendo la izquierda recargada en el respaldo de la sala y la derecha hacia afuera, poniendo mi pie en el suelo. Ya con mis piernas abiertas, Antonio con su mano toma la parte de adelante de mi tanga y la jala un joco hacia él, para después hacerla hacia su lado derecho, quedando ya mi vagina a su vista. Me mira y me dice que gocé el momento. De inmediato comienza a pasar su lengua por mis labios vaginales, subiendo hasta mi vulva y clítoris. Lo miro y cierro los ojos, arqueando mi espalda, sintiendo su tibia lengua erizar mi piel por su caricia en mi clítoris. Su lengua se mueve de manera magistral. Sus labios chupan y jalan suavemente mi vulva, haciéndome estremecer. Tomo su cabeza con mi mano derecha y lo apoyo mas contra mi sexo, para que no separe sus labios de mi vulva y seguir sintiendo placer. Dejo caer mi cabeza hacia mi lado derecho, con los ojos cerrados, disfrutando de esa maravillosa lengua, gimiendo con intensidad y mi cuerpo estremeciéndose de placer cada vez más, hasta sentir que su lengua se concentra solo en mi clítoris, y dos dedos su mano derecha acarician mis labios vaginales, sin penetrarme.

YO: Ahh… si.. si… ahí… ahhhh… si… que rico… ahhh… dale dale… ahh… -le decía entre gemidos.

Antonio se excito con mis palabras y acelera más sus movimientos en mi clítoris con su lengua, dándole algunos besos y chupadas que puedo escuchar, lo que me excita aun más, arqueándose mas mi espalda y bajando ya mi cabeza del pequeño respaldo. Así estuvimos unos minutos, y justo cuando Antonio ve que voy a tener mi primer orgasmo, se detiene, enderezándose para ver lo excitada que estoy.

YO: ¿Qué pasa? –le pregunto agitada y entre leves gemidos.

EL: Ya pasaron los primeros 5 minutos, ahora me toca sentarme a mi.

YO: Ay… no aguantas nada.

Ríe y me toma de la mano, parándome. Ahora el se sienta, recargándose sobre el respaldo. Tomo mi diminuta tanga y me la bajo hasta quitármela, dejándola en el piso, junto con mis zapatos. Me subo a la sala y me paro frente y sobre de Antonio, con mis piernas abiertas, quedando su cuerpo entre ellas, Doblo mis piernas hasta apoyar mis rodillas sobre la orilla del respaldo, quedando la cabeza de Antonio entre mis muslo y debajo de mi sexo. Antonio solo levanta un poco su rostro y, tomándome de mis nalgas con sus manos, empieza a darme otra vez lamidas a mi vagina. Con mis manos, me apoyo de la pared que esta a escasos centímetros frente a mi, dejándome llevar y sintiendo el placer que me esta dando mi novio. Su lengua se mueve bastante bien, desde mis labios vaginales hasta mi clítoris, dándole varias lamidas para después volver a chuparlo y estirarlo suavemente con los dientes, lo que me mata de placer. Sus manos se encargan de acariciar y masajear con gran deseo mis nalgas, sintiendo que las abre varias veces hasta donde puede. Siento unos dedos acariciar mi ano suavemente, excitándome con eso aun mas. Mis gemidos se intensifican, a la vez que mi espalda se arquea y dejo caer mi cabeza hacia atrás, disfrutando de ese increíble placer que me esta dando. Muevo mis caderas para flotar mi vagina depilada por todo el rostro de Antonio, escuchando como lo disfruta. Siento su nariz flotar mi clítoris mientras su lengua lame mis labios vaginales.

YO: ¡¡¡Ay que rico!!! Sigue… sigue… aaahh…. -lograba decirle entre mis intensos gemidos.

Siento entre mis muslos y contra mi vagina como Antonio flota toda su lengua y sus labios sobre mis labios vaginales y mi clítoris, haciendo movimientos hacia los lados con su cabeza. Siento mis piernas ya débiles del placer que estoy sintiendo, un placer como pocas veces he sentido en mi vida y mas al sentir ya los labios de Antonio morder y chupar con deseo mi vulva y mi clítoris varios segundos mas. Tras esos varios segundos, o quizás minutos, siento un fuerte y delicioso orgasmo, y como mis jugos salen sobre el rostro de mi novio, a quien escucho como los absorbe con gusto.

Me dejo caer lentamente, hasta quedar hincada frente a él. Tomándome de mi trasero y yo abrazándome a su cabeza, empezamos a besarnos con pasión, con deseo. Nuestras lenguas dentro de nuestras bocas se demuestran la pasión y el deseo que nos tenemos, mientras ahora una mano suya acaricia mi espalda, por debajo de mi camiseta, haciendo que mi piel se me erice. Dejo de besarlo y le doy besos en su rostro, limpiando con mis labios parte de mis jugos que aun quedan en él, saboreando mis propios fluidos.

EL: Quedan 5 minutos

YO: Lo se, pero quiero compartirlos contigo.

EL: ¿Compartirlos? –pregunta confundido.

Sin decir más me enderezo y lo empujo, haciendo que se recueste sobre la sal. Me levanto y me hinco sobre su rostro de espaldas y me dejo caer hacia delante. Empezamos a hacer un rico 69. Chupo su pene y le lamo su cabeza, para metérmelo y chuparlo todo mientras mi mano derecha de nuevo juega con sus testículos y mi mano izquierda se apoya sobre la sala. Antonio lame con mucho deseo mi vagina, pero esta vez no mi clítoris, sino entre mis labios vaginales, sintiendo su lengua acariciar mis sensibles partes internas. Sus manos en mis nalgas, acariciándolas y dándoles algunas nalgadas fuertes, haciendo que mi cuerpo se estremezca y que yo gime mientras sigo chupándole su ene con mucho deseo. Nuestros cuerpos tiemblan cada vez más de placer y nuestros gemidos son fuertes pero apagados por seguir en nuestro trabajo. Así continuamos algunos segundos más hasta que tengo mi segundo orgasmo, el cual muestro con gemidos más fuertes, y quedando el pene de Antonio nuevamente excitado y muy duro, listo para sentirlo dentro de mí. En ese momento me enderezo y Antonio sale debajo de mí, para besarme y probar juntos mis jugos que están en su boca, en medio de besos llenos de pasión y deseo. Sus manos entran debajo de mi camiseta y se apoderan de mis pechos, jugando con mis pezones, los cuales están tan erectos y duros como una piedra, disfrutando yo que me los trate así.

EL: Mmm, ya me esta gustando mucho como te ves con esa camiseta –me dice entre besos- Gracias por compartir esos minutos conmigo.

YO: ¿Te gustó?

EL: Mucho… me gusta mucho tenerte, pero ahora quiero cogerte, quiero sentirte..

YO: Hazlo… también yo quiero que lo hagas –le digo dándole un fuerte beso en los labios.

Antonio hace que me siente sobre la sala, y empieza a bajarse la pantalonera. Pero para mala suerte, justo ene se momento escuchamos que un auto se esta estacionando en la cochera de su casa. Rápidamente, y sin muchas ganas, nos acomodamos las ropas, poniéndome yo de nuevo mi tanga y mis zapatos, mientras el acomodaba la sala. Apenas pudimos hacerlo cuando en ese momento se abre la puerta de la casa. Eran sus padres, quienes al verme sonríen, saludándome y diciendo que les daba gusto verme. Yo les digo exactamente lo mismo, disimulando mis nervios y mi aun excitación.

Antonio les pregunta que porque llegaron temprano, a lo que su padre comenta que estaban con unos amigos y que esperaban a que terminara el juego para ya regresar. Les digo que me da gusto, para poderlos saludar, aunque dentro de mi me hubiera gustado que llegaran mas tarde. Su papa me felicito, al verme puesta con la camiseta de mi equipo, diciéndome que había sido un buen empate. Le digo con una gran sonrisa que si, que no tenia idea de como disfrute el partido. Sus padres ríen, al igual que Antonio y yo, quienes nos miramos como niños traviesos. Estuve un rato más ahí, hasta que me regrese a mi casa. Desgraciadamente ya no pudimos terminar nuestra travesura Antonio y yo, pues esa tarde lleve mi carro, así que el no podía llevarme a mi casa. Pero eso si, tanto el como yo disfrutamos de una excelente tarde un buen sexo oral. Espero les haya gustado el relato, así como a mi me encanto ese momento que viví. Cuídense mucho. Ciao. Ahh… ¡y arriba el Guadalajara!