El cine

Una ida al cine siempre te puede traer sorpresa agradables. Para ti.

"El cine"

Iba camino a la puerta, listo para salir a visitar la obra, cuando una de las secretarias me llama.

  • Juan Carlos, te llama Amanda por teléfono- la sonrisa de Noelia, la secretaria, es de complicidad.

Nada mas escuchar su nombre mis sentidos se ponen alerta, hoy, antes de ir por ella a la oficina, pasare a comprar comida china, una botella de vino, y las velas que tanto le gustan, eso de las velas nunca lo he entendido muy bien, pero en fin, después de cenar, seguro ella se pone a recoger los platos, momento que yo aproveche para llenar la tina y poner las velas en el baño. A últimas fechas el trabajo nos deja tan cansados que solo llegamos a casa a dormir.

  • Hola mi vida, nos vemos en la noche?- le dije con voz alegre, estaba impaciente por estar con ella.

  • Claro amor- algo es su voz me hizo ponerme alerta, automáticamente me enderecé, es la típico tono de voz que usan las mujeres cuando te quieren pedir algo que no te va a gustar- sabes? Hoy es el último día en cartelera de la mas reciente película de Bruce Willis y me acaba de regalar una cortesía para dos personas, ¿vamos?.

-Claro Amanda, a que hora es la función? – adiós a los planes de la cena y todo lo demás, y nada menos que por ir a ver al pelón ese - termino los pendientes y voy por ti.

  • La función es a las 7 de la noche, no nos da tiempo de ir a casa, pasas a la oficina por mi y nos vamos directo al cine.- su voz era a la vez de alegría con un dejo de culpabilidad.

  • Ok. En un rato mas paso por ti.

Colgué la bocina del teléfono con mas fuerza de la necesaria, que fastidio, mínimo hora y media sentado viendo a un tipo que me cae de lo mas gordo. Noelia, que se encontraba cerca archivando unos documentos, voltio al escuchar el ruido del teléfono.

  • Problemas Carlos?- Me pregunta un poco preocupada.

  • Para nada, solo un cambio de planes nada placentero- le respondo con voz de aburrimiento- Dime una cosa Noelia, a ti te gusta Bruce Willis?

  • Gustarme?- me ve como si yo fuera un retrazado mental- Me encanta, tengo la colección completa de sus películas en dvd, si gustas te las presto, seguro a Amanda le encantará verlas contigo.

Pongo los ojos en blanco, Dios todas las mujeres son iguales, por algo dicen, hay que amarlas, no entenderlas.

  • Me voy Noelia, voy a checar la obra, seguro por ahí andará Jorge, quieres que le de algún mensaje?- Jorge, aparte de ser mi amigo, es el novio de Noelia.

  • Dile por favor que esta noche lo espero a las ocho, que no se le ocurra llegar tarde.

  • Ok. Si hay algo urgente me llamas al radio por favor, no creo regresar el día de hoy a la oficina.

  • Ok. Que tengas una buena velada, y que disfrutes el trío- me dice burlona.

  • El trío?- no entiendo de que habla.

  • Si, Amanda, Bruce y tu jajajajajajaja- no pudo resistir la oportunidad de reírse a costa mía.

  • Muy graciosa- le digo bromeando con tono amenazante.

Subo al coche de mal humor, con las ganas que tenía de estar a solas con Amanda, solo de pensarlo siento la sangre acumularse en mis venas. Desde esta mañana que la vi vestirse para la oficina no puedo dejar de pensar en la falda que se puso, cierro lo ojos y su imagen tan clara, como si con estirar la mano y meterla por la abertura de su falda la pudiera tocar, mi piel se calienta nada mas de pensarlo, y ni que decir al recordar la tanga que se puso, no nada mas mi piel se calienta uuufffffff……… y nada, al cine.

Llego a la obra y me envuelvo en el trabajo, como siempre vamos atrasados con la fecha de entrega, el material no llega, falta personal. En fin.

-Hola Carlos- volteo y es Jorge que viene hacia mi, tenemos años de conocernos y somos buenos amigos.

  • Que onda compadre, como va todo.

  • Lo de siempre, ya sabes, no faltan los contratiempos, pero todo estará listo a la fecha que debe de ser. Hablando de otra cosa, no viste a Noelia antes de venir para acá?

  • Si, me encargo que te dijera que te espera a las ocho, que no se ocurra llegar tarde- le dije imitando el tono de Noelia- Se me hace compadre, que esta es tu noche de suerte.

  • De suerte?????? Para nada, hoy me toca cena con mis futuros suegros, imagínate- Lo dijo con resignación, parecía que le iban a dictar sentencia.

  • Jajajajajajaja no pues si que la traemos buena el día de hoy, yo a ver a Bruce Willis y tu a cenar con los suegros, jajajajaja eres mi consuelo, creo que después de todo, no fue tan mal como a ti- Jorge me lanza una mirada como queriéndome ahorcar.

  • Que te parece si mejor seguimos con los pendientes de trabajo- me dice enojado.

  • Ok.- contesto aun con la sonrisa en mis labios.

Salgo de la pequeña oficina que tenemos en la construcción, y me inunda el orgullo, es una sensación física, de placer, de realización. El proyecto en el cual trabajamos es un sueño que tenemos desde hace mucho tiempo y hasta hoy lo podemos realizar, me paro frente a la obra y la observo, la veo imaginando lo que será cuando este terminada, aparte de ser muy buena, es la realización de un sueño largamente acariciado.

Los ruidos de los trabajadores al retirarse me hacen conciente de la hora, tengo el tiempo exacto para ir por Amanda.

Seis y media de la tarde, llegó justo en el momento que Amanda salé de la oficina, la veo bajar la escalera y mi corazón de acelera como si acabara de correr un maratón, es bellísima, la contemplo venir hacia mi y solo pienso en llevarla a casa y hacerle el amor, de pensar que de momento no puede ser siento que algo me quema en el estomago, seguro mi gastritis. Bajo del coche justo cuando ella llega hasta mi y me saluda con un beso, le abro la puerta. No puedo disimular mis poco entusiasmo por las planes de esta noche, pero poco a poco el ambiente se relaja y nos pones al corriente en cuanto a los acontecimientos del día. Hace rato que la mano de ella recorre mi muslo y me impide concentrarse en la platica, con las pocas ganas que tengo de ir al cine y ella acariciándome de esa manera.

El semáforo se pone en rojo y aprovecho para acariciar la parte interna de su muslo, su piel es como los pétalos de una flor, tersa, tibia.

  • Seguro que quieres ir la cine amor?- le pregunto mientras mi mano aprieta un poco su muslo como diciéndole, mira de lo que te estas perdiendo.

  • Si amor, es el último día- contesta ella con voz mimosa.

  • Ok, que sea Bruce Willis entonces- retiro mi mano de su pierna y pongo en marcha de nuevo el coche.

Sigue lloviendo, al costado del camino hay un choque, como siempre, no faltan los accidentes viales en esta Ciudad, mucho mas con la lluvia.

Con este clima de lo que dan ganas es de irse a casa y hacer el amor toda la noche, no de ir cine. Llegamos al estacionamiento, y a juzgar por la cantidad de autos que hay en el lugar, no es mucha la gente que decidió él día de hoy ir al cine, bajamos del coche y corremos a la puerta de entrada del cine.

Tenemos que esperar un poco para entrar ya que no ha terminado la función anterior.

  • Quieres algo de la dulcería chaparrita?

  • No amor, gracias, mejor cenamos en casa al salir.

  • Ok. Regreso en un momento.

Para variar la fila de la dulcería no avanza, solo faltan dos personas para que me atiendan, delante de mi va una señora con un niño de unos 7 años, el cual no se decide que pedir.

  • Mi vida, dime ya que quieres- la voz de la señora me hace recordar a la de mi madre cuando yo no me decidía a desayunar cereales o licuado.

  • Señora, que va a querer- la empleada de la dulcería tiene cara de que ya se quiere ir de aquí.

Por fin el chiquillo se decide y pide palomitas y refresco, con lo fácil que era.

  • Que le doy señor?- me dice la chica con gesto duro.

  • Un chocolate por favor.

En lo que me despacha se acerca a ella una de sus compañeras y le dice que si ya hablo con sus padres, mi atención se centra- sin querer, claro esta- en la platica de las dos chicas.

  • No, aun no, no se como decírselos- su mirada refleja angustia.

  • Pues es mejor ahora, en algún momento se van a enterar.

  • Aquí tiene su chocolate señor, son quince pesos- me entrega mi chocolate y me encamino de nuevo a donde me espera Amanda.

Ahora me quedaré con la duda, que será lo que le tiene que decir a sus padres, estará embarazada???????

  • Que compraste mi vida.

  • Un chocolate, para endulzar la velada.

Ella me ve directamente a los ojos y mojando sus labios con la punta de la lengua me dice:

  • Creo que tengo algo que puede endulzarte mas este momento corazón.

  • Si?, y que es?- mi tono refleja la duda de que algo pueda hacerme pasar el mal humor.

Se acerco tanto a mi que nuestros cuerpos se roza, y puedo oler el perfume de su piel, mis sentidos se ponen en alerta por tenerla tan cerca, la veo que se pone en puntillas y me agacho para que su boca quede a la altura de mi oído pensando que siempre me ha agradado la diferencia de estatura entre ambos, yo mido 1.80 mts de estatura y ella apenas pasa el 1.50 mts.

– Te tengo un regalo, algo que desde hace tiempo deseas- su voz me hace pensar en muchas cosas pero por mas que trato no atino que podrá ser, nunca he sido muy bueno para las adivinanzas.

  • Y cual es esa sorpresa?.

Ella toma mi mano y muy discretamente la dirige a su trasero haciendo un poco de presión y diciendo..

  • Toca- me dice con una voz deliciosa, cachonda.

Mi mano recorre lentamente su trasero aprovechando que estamos pegados a la pared del cine y que el tipo de adelante esta ocupado tratando de impresionar a la chica que lo acompaña dándole una reseña completa de la película mientras ella lo ve embelezada. De repente me olvido de la pareja de adelante y volteo a ver Amanda con ojos interrogantes mientras mi mano recorre otra vez su hermoso trasero.

  • Dime que no me estoy imaginando esto! – mi voz era mas ronca de lo habitual, y mi respiración no me respondía como debería- donde esta tu tanga?

  • En mi bolso – me dice mientras su boca besa el hueco de mi cuello y lo acaricia con su húmeda lengua, en ese momento es como si algo dentro de mi empezara a vibrar, como si mi sangre se convirtiera en lava cada vez mas candente.

Estamos entrando en la sala y mis manos no pueden evitar tocar su trasero y confirmar que mi fantasía se hace realidad, un lugar público, y ella sin ropa interior; mi mente esta a mil por hora, esta oportunidad es única.

Presintiendo la intención de Amanda se sentarse a mediación de la fila, como siempre lo hacemos, la empujo un poco para que suba hasta las filas mas altas del cine llevándola a las hileras de uno de los costados de la sala.

  • Pásate hasta el último asiento amor- le digo con toda la intención de tener la mayor intimidad posible.

Se apagan las luces, se prende la pantalla, y yo solo espero el momento oportuno.

-Que pasa amor, no esta cómodo? – le pregunto con voz inocente.

  • No creo que me puedo concentrar en la película después de la sorpresa que me diste corazón- mis manos me hormiguean solo de pensar en lo que puede pasar.

En ese momento empieza la película y su atención vuelve a la pantalla, lo cual aprovecho para abrazarla, y ella se recarga en mi, acaricia su hombro y al voltear a verla me doy cuenta de que los primero botones de su blusa se encuentran abierto mostrándome esos senos que son mi delirio. El volcán que se despertó en mi desde que estábamos en la fila esta cada vez mas cerca de hacer erupción, mi mano, como atraída por un imán baja hasta su seno y solo lo roza, ella se lame los labios al sentir mi caricia y su pezón se pone duro pidiendo a gritos mi atención. Ella sigue con la vista en la pantalla mientras yo con la mirada recorro la sala del cine, hay poca gente, el tipo de la fila ya tiene su brazo alrededor de los hombros de la chica que lo acompaña y ella le da palomitas en la boca; mi mano ya acaricia el seno de Amanda en todo su esplendor, mi boca recorre su cuello y su mejilla, mientras mi lengua traviesa entra en su oreja y la acaricia. Siento la piel de ella cada vez mas caliente, su respiración es agitada y su mirada no se apartea de la pantalla.

  • Disfruta tu película amor – le digo mientras mi mano busca su piel por la abertura de su falda y empieza a acariciar su pierna. Su piel esta tibia, como sabanas de seda después de hacer el amor, mi mano la acaricia cada vez con mas atrevimiento.

En la pantalla Bruce Willis asalta un banco acompañado por sus compinches, su voz dando instrucciones llena la sala, y para mi solo existe el sonido de la respiración de Amanda y la mía.

Mi mano izquierda sigue acariciando su seno cada vez mas duro, deseoso de sacarlo de la barrera que lo separa de mi. Con mis dedos logro llegar hasta eso rincón de ella que es mi perdición, esta húmeda, caliente, como si la lava que recorre mis venas estuviera brotando también de el interior de ella. Por un momento mis labios abandonan su cuello para verla a la cara descubriendo sus ojos cerrados, disfrutando mis caricias.

  • Que pasa mi vida, no cierres los ojos, no podrás ver a Bruce Willis, acuérdate, hoy es el último día en cartelera. – Mi voz es un poco burlona y ronca por la pasión que me invade.

Repentinamente siento la mano de Amanda en mi pierna y después un poco mas arriba, ella siente mi excitación y nuestras respiración de hacen mas agitadas, como por inercia, mi mano baja el cierre de mi pantalón y viéndola a los ojos le hago una muda invitación que ella acepta sin dudar, su mano tibia se cuela por mi pantalón y no descansa hasta encontrar la entrada de mi boxer, en ese momento es como si todo desapareciera.

La oscuridad nos envuelve y absorve los sonidos de nuestra pasión, nos protege de las miradas indiscretas, es como una Celestina que solapa nuestras apasionadas caricias.

Mis dedos entran en ella al mismo ritmo que su mano me acaricia. Siento la miel tibia que la humedece, ella esta abierta para mi. Es una invitación que no pienso rechazar.

Confiando en la Celestina que nos protege me arrodillo entre sus piernas y la beso, un beso desesperado, en el le digo todo lo que quiero hacerle en este mismo momento. Mis manos suben su falda hasta sus caderas, la tomo de las nalgas y la levanto un poco sin dejar de besarla un segundo, saco la blusa de su falda y mi mano por fin puede tocar su seno sin ningún obstáculo.

  • Que delicia amor, tu pezón esta duro, pidiendo a gritos mis caricias, siente como desea que mi lengua lo acaricie.- le digo al oído sintiéndola vibrar en mis brazos.

Bruce Willis esta herido y no nos enteramos en que momento paso, una rubia despampanante esta a su lado, no se no quien es, y ni me interesa.

Mi boca ahoga los leves gemidos que escapan de la garganta de Amanda, es maravilloso verla así, temblorosa, excitada, totalmente entregada a mis caricias, envuelta junto conmigo en esta oscuridad que nos acaricia y al mismo tiempo nos cobija. Mi lengua empieza a trazar un camino descendente por su cuerpo mientras mi mano derecha regresa a su sexo, el cual esta empapado del néctar mas tibio que pueda imaginar. Por fin mi lengua se topa en su camino con ese botón maravilloso que corona su pecho cubierto solo por la blusa de seda, lo devoro sin verdadero deleite como si fuera la cereza que adorna un pastel, viajando de un seno al otro mientras mi mano hurga cada vez mas profundamente en ese panal de miel que Amanda guarda entre sus piernas, las cuales se abren a mi como dándome la bienvenida después de un largo viaje.

La voz de Bruce Willis es cada vez mas lejana, mas irreal, lo único que escucho es el correr de la lava por mis venas, cada vez mas ardiente, la puedo escuchar, la puedo sentir.

Mi boca sigue descendiendo por el cuerpo de Amanda mientras ella ve a la pantalla del cine sin ver en realidad, siento sus manos en mi cabello acariciándome, pegando mas mi boca a su piel caliente, húmeda. Mi boca llega a ese manantial inagotable de néctar, con mi mano separo los pétalos que lo protegen, y le doy el beso mas intimo, mas profundo que se le puede dar a una mujer, mi boca parece tener voluntad propia y la quiere saborear eternamente.

Siento como Amanda tiembla entre mis brazos, esta a punto de tocar un pedazo de cielo, y mi lengua la posee, la penetra tomándola como suya, reclamando ese tesoro escondido como un pirata que toma sin pedir, ella no puede evitar un suspiro de placer contenido, mis manos la toman de sus nalgas para penetrarla mas profundamente, y algo en ella hace explosión, siento como ese manantial entre sus piernas se desborda con una fuerza desconocida, derramando en mi su liquido delicioso, ese néctar ante tibio y ahora ardiente que me alimenta como una madre alimentan a su pequeño hijo.

-Fue como tocar el cielo- Dice Amanda con voz lánguida, sensual, ronca. La pequeña muerte, dirían los franceses.

Después de la tormenta viene la calma, acomodó sus ropas lo mejor que puedo y regreso a mi asiento. Mi boca busca la de ella y le trasmite un poco de las mieles que acabo de disfrutar. Su mano busca instintivamente mi masculinidad, encontrándola ansiosa, lista para culminar lo que mi boca empezó.

Bruce Willis esta besando a la protagonista, que hasta ahora no se ni quien es. Amanda sigue acariciándome y de pronto toma mi mano y me dice al oído.

– Nos vamos mi amor?- Su mirada promete un sin fin de cosas excitantes, al tomar su mano noto una ligera capa de sudor que hace brillar su piel, una huella mas de lo que acabamos de pasar, su sudor, el brillo de sus ojos, la plenitud de sus labios, su cabello un poco alborotado, todo habla de las sensaciones vividas hace unos instantes, del placer compartido; tal parece que la predicción de Noelia se cumplió, fue una historia entre tres, Amanda, la oscuridad y yo.

Después de todo la velada ha sido maravillosa, y apenas empieza, la noche es larga

Al ir por los pasillos del cine pasamos cerca de la dulcería y la chica que me atendió hace rato le dice a su compañera

  • No hay de otra, tendré que hablar con mis padres, ni modo, como dices, no lo podré ocultar, esta noche les diré que compre coche nuevo.

Upssssssssss las cosas no siempre son lo que parecen, muchas veces son mejores.