El chito ¿?

Como logre poseer a mi madre sin su consentimiento.

Permítanme presentarme, mi nombre es Luis Enrique, aunque mis amigos y conocidos me llaman " El Chito" y en mi ámbito familiar "Kike". El que esta escribiendo y me asesora en esta, mi historia es mi causa el "garabato". Le decimos así por la cantidad de tatuajes desordenados que tiene.

Pero pasemos a lo principal: Toda mi vida fui un niño y luego un joven mimado, también engreído. Al quedar huérfano de mi querido padre a la edad de 7 años, me sentí tan triste que me quede mudo o no quise hablar con nadie cerca de nueve meses. Mi madre Francessca, también quedo muy deprimida, tanto así que los dos recibimos tratamiento psicológico. Yo recibía todos los mimos y engreimientos correspondientes y a mi madre le aconsejaban que tenía que recuperarse por mí, que yo era el nuevo sentido de su vida, y fue así como ella se dedico a mí las 24 horas del día, en cierta forma para calmar lo que ella sentía como su culpa, ya que quería comprar una casa más grande, y mi padre por complacerla tomo un trabajo extra en horario nocturno, que fue donde le ocurrió el accidente donde falleció. No ahondare en detalles sobre esto ya que no viene al caso.

Económicamente no quedamos desamparados ya que él había tomado (cosas del destino) dos seguros de vida, muy considerables en cada trabajo.

Como dije, crecí con la sobreproteccion de mi madre, la cual se desvelaba en atenciones para mí, En el colegio era un desastre, me comportaba como me daba la gana y siempre mis justificaciones eran aceptadas por mi madre. De mí circulo de amigos ni hablar, creo que cualquier madre normal se espantaría, y a medida que crecía era peor ya que yo buscaba nuevas sensaciones y emociones, pero en fin eran y son mis "amigos".

A pesar de que tenía el cariño de mi madre y lo todo lo básico que un joven de mi edad necesitaba, termine delinquiendo, primero pequeños hurtos y arrebatos y luego algunas cosas mayores, que me llevaron a terminar en la cárcel.

Es aquí donde comienza mi historia, mi fantástica historia, como ustedes deben imaginar, el principal problema de un "guardado" es el aspecto sexual, ya que no podemos tener relaciones cuando nosotros lo deseamos, sino que tenemos que esperar a que sea día de visita y puedan venir la novia, la esposa, la trampa o especialmente algunas mujeres que vienen a hacer sus trabajitos y ganarse alguito. Todas estas mujeres nos sacan del apuro, pero hay algunos que prefieren a los gay y travestis que están dentro del penal y alguno que otro muchacho desamparado que son obligados. Pero sigamos con lo mío, cuando ingrese al penal, en mi grupo de nuevos, ingreso un gay muy asustadizo que se puso a llorar a mi costado al que le dije que lo iba a cuidar, algo que él supo retribuir ya dentro del penal. Pero vayamos a lo principal.

Mi madre en los días que me visitaba, lloraba mucho, se quejaba y lamentaba de mi grupo de amigos pero principalmente ella se echaba la culpa por no haberme sabido orientar, aconsejar, etc., etc., etc., y lloraba también ante el recuerdo de mi padre por según ella haberle fallado.

Mi madre en los días de visita era la primera en llegar y la última en irse, lo que no me permitía darme un escape con las conocidas visitadoras, algo que me molestaba sobremanera y solo me quedaba calmarme con mi "amigo" el gay que ingreso conmigo, de la manera más rápida posible.

Pasaban los días y mi incomodidad debido a la abstinencia sexual se acrecentaba. , si bien mi "amigo" era un regular paliativo, yo necesitaba una mujer de verdad.

Durante las visitas, a mi madre siempre la abrazaba, especialmente cuando tenia que consolarla, y les aseguro que nunca tuve malos pensamientos para con ella, pero mi amigo el "garabato" un dia me comento lo bella y rica que era, que por una mujer así él era capaz de cualquier cosa. Su esbelto cuerpo, su rostro bien cuidado y su culo respingón eran algo que mis amigos no dejaron pasar desapercibido, por lo que todos me fastidiaban, y es que realmente mi madre es una mujer muy rica, y aunque ella usa por lo general una vestimenta amplia, sus atributos principales siempre resaltan.

A pesar de que nunca la había visto con ojos lujuriosos, poco a poco mi angustia hacia que al abrazarla la toque mas de la cuenta e intente rozarla.

Un dia de los tantos en que me hacia el triste para que me consuele abrazándome a sus pechos y así poder rozarlos mas de la cuenta, ella se percato de la situación y se separo discretamente. Luego durante unos momentos de la conversación me toco el tema del porque no venían amigos y especialmente amigas a visitarme. Le conté que tenía una enamorada con la que termine al ingresar al penal y a la que prohibí como a los demás amigos que me visitaran, no quería que me vieran en esta situación. También aproveche para hacerle unas escenitas. Le dije que ya no soportaba la prisión, que si no tenia alguna relación sexual me volvería loco, ella me dijo que porque no volvía con mi novia, o no lo hacia con alguna de las mujerzuelas que ella había visto ingresar al penal. Este era el punto crucial de la conversación, si no la convencía ahora, quizá luego seria imposible. Le refute que mi ex, estaba con un amigo drogo, y que las mujerzuelas de quien ella hablaba, eran por lo general portadoras de SIDA, que yo no lo haría nunca con nadie en quien no confiara dentro del penal. Que estos dos últimos meses han sido insoportables, que los homosexuales del penal me andan persiguiendo, pero lo más grave es que los mafiosos o capos del penal como se han percatado que no tengo a nadie quizá en algunos días de estos intenten violarme, ya que creen que no me gustan las mujeres, y que todo esto me tiene al borde de la locura, tanto así que algunas veces, he querido atreverme a pedirle ayuda a ella, no como un acto lujurioso sino como simplemente un acto de desfogue, algo que solo me calmara, pero por el inmenso amor que le tengo no me había atrevido. Y el toque de gravedad del asunto lo puse cuando le pedí que por favor ya no regrese a visitarme, que la necesitaba ahora mas que nunca en toda mi vida, y como sé que no podría ayudarme, que por favor me dejara tranquilo, que no se preocupara por mí, que no permitiría nunca que nadie me viole, que antes de eso prefería matarme, y diciendo esto y otras cosas me voltee y me retire a mi celda, no permitiendo que ella me siga. La deje allí llorando sin saber que pensar.

Durante las siguientes visitas solo le envíe a mi amigo el "garabato" para que le diga que no saldría, que la angustiara diciéndole que me la pasaba encerrado en mi celda por temor a los capos del penal. El garabato es realmente un buen actor. Un dia de tantos en que no salía y no probaba la comida que ella me traía, "garabato" le dijo que estaba sumamente preocupado por mí, que los capos me habían dicho que si no tenia mujer en esta semana me violarían, y que yo estaba tan angustiado que era capaz de suicidarme. Y agrego que a la siguiente visita venga solo si estaba decidida a ayudarme, o que de lo contrario, ya no regrese mas, y diciendo esto, no le permitió más de sus preguntas, ni le permitió ingresar a verme. Demás esta decirles que se marcho llorando desconsoladamente, pues a pesar de que intento hablar con algunas autoridades, nadie le hizo caso.

Las visitas en este penal son los días miércoles y domingos, por lo cual tuvimos que esperar cuatro largos días, para ver si mi plan funcionaba. La verdad que esta situación no era totalmente de mi agrado, ya que no me sentía cómodo haciendo sufrir tanto a mi madre, pero por otro lado, si esto resultaba, las compensaciones iban a ser realmente excelentes.

Todos estos días me morboseaba pensando en que cosas le haría, hasta soñaba con ella, pero también había momentos en que me entristecía al no saber que haría si no aceptaba y cual seria mi justificación.

Cuando llego mi tan ansiado día, el corazón me palpitaba tan fuerte que me parecía que los demás podían escucharlo, el nudo en mi garganta no me permitía tragar saliva y sentía que hasta las piernas me temblaban.

Vigilaba constantemente la puerta hasta que pude verla venir de lejos, pasando el último control. Esta vez se veía más hermosa que nunca como si tuviera un brillo alrededor. Había venido con un conjunto verde, el mismo de otras veces, pero que esta vez me apetecía que resaltaba muchisimo más su hermosa figura. Como dato les diré que las mujeres que ingresan tienen que hacerlo obligatoriamente con falda y zapatos chatos. También cargaba su clásica canastilla donde me traía ropa limpia y el almuerzo. Pero lo que realmente hizo que mi corazón diese un brinco de alegría, era que venía esta vez con la cabeza baja, signo inequívoco de que estaba rendida y resignada a aceptar. Espere que avanzara un poco a la entrada de mi pabellón, y cuando estuvo cerca salí a su encuentro, me le acerque y antes de que pronunciara una palabra, le dije dulcemente: "ven, vamos por acá".

Con una mano cogí la canastilla y con la otra cogí su mano derecha, y la conduje al lugar donde nadie nos molestaría. Ya había preparado el ambiente tapando algunos huecos con sabanas, y había colocado un colchón al piso con sabana limpia. Entramos y sin decirle nada, solo conduciéndola con la mano, le hice el gesto de que se tumbara en el colchón, ella se arrodilló y luego se estiró lentamente boca abajo y se tapo la cara con las manos. Por fin la tenía, estaba a mi disposición, sabía que tenía que actuar calmadamente, pero rápido. Me arrodille sobre sus rodillas mirando la redondez de su trasero. Levante su falda, pero solamente hasta adonde terminaba la raya de su culo, y luego baje el calzón solo lo suficiente para poder penetrarla. Saque mi verga, que la tenía a punto de reventar desde que la vi. La ensalive con la mano, y también hice lo mismo con su entrada, me coloque sobre ella y la penetre despacio, debo decir que no apoye todo mi cuerpo sobre ella, solo mi cadera y seguro alguna parte de mi pierna estaba en contacto. Me agite con un mete y saca constante, no muy fuerte, solo lo suficiente para venirme lo más rápido posible dentro de ella. Cuando termine, coloque un pedazo de papel de baño en su entrada, y luego acomode su calzón y falda. Yo me incorpore rápidamente y la tome suavemente por el brazo para que se levantara y con la mayor naturalidad del mundo le dije: -"qué me has traído hoy para comer". Tenía que hacer una conversación aunque ella solo contestase con la cabeza o monosílabos. Le pregunte por la casa, la familia, los vecinos, pero yo era en fin de cuentas el que más hablaba. Cuando termino la visita metí alguna ropa sucia en la canastilla y la acompañe hasta la puerta. Cuando llegamos a la salida ella seguía con la cabeza gacha. Yo la abrace suavemente y le dije:

-Gracias mamá, sabia que no me fallarías, siempre he confiado en ti. Te quiero.

Por fin obtuve una reacción, ella paso tiernamente su mano por mi mejilla, y aun con su cara acongojada se retiro. Ustedes se preguntaran porque no di rienda suelta a mis instintos cuando la tuve a mi merced, y era eso lo que más ansiaba realmente, pero conociendo su virtud y moral, eso hubiera sido catastrófico. Sabia que no debía asustarla, al menos solo lo mínimo. Tenía que asegurarme que regresaría, solo así podría en algún momento dar rienda suelta a mis bajos instintos, con su plena colaboración.

La siguiente visita, la espere más tranquilo, sabía por su última reacción que vendría. El ritual fue el mismo, espere que se acercara, y la dirigí al colchón. Hice prácticamente lo mismo, solo que esta vez apoye mi peso sobre su espalda, acaricie suavemente sus brazos y me demore unos pocos minutos mas en darla. Cuando terminamos, ella continuo con la cabeza gacha pero aumento algunos monosílabos mas y eso me aseguraba que si continuaba avanzando despacio sin asustarla la tendría muchas veces más.

Así lo hice poco a poco, cada vez una caricia mas, un beso mas, una penetración mas fuerte. Un día le desabroche el sostén para besar su espalda, otra para rozar sus senos y otra mas para estrujarlos. Llego el día en que como toda mujer, tuvo que sentir, en ese momento creo yo que apartó su condición de madre para poder disfrutar, aunque muy disimuladamente. Ese primer día sentí que discretamente acomodo sus caderas para una mejor penetración, ese día fue muy especial para mí. Les contare que durante las relaciones, ella permanecía callada, mientras yo le susurraba cosas como, te quiero mucho, eres una hermosa mujer, gracias por estar aquí, tu piel es muy suave, etc. etc. Y siempre avanzando día tras día. También llegue a pedirle que levante el trasero cuando estaba por darla, cosa que sabía por intuición que le agradaba. Llegue también a desnudarla y hacerla que se ponga en posición "perrito" para mí.

Pero el paso más importante fue cuando la voltee, colocándola frente a mí. Recién pude besarla, primero tiernamente y muy fuerte después. Fue hermoso besar sus senos y sentir sus manos acariciando mi cabello, como seguramente lo hacía cuando yo era pequeño.

Llego a ser mi mujer en todo el sentido de la palabra, la disfrutaba y sentía que me disfrutaba. Yo también con el tiempo le llegue a pedir que color ó modelo de ropa interior debía traer.

Fue a los catorce meses, cuando por buena conducta y algunos beneficios penitenciarios pude salir de la cárcel. Ese mismo día fuimos a comprar ropa. Y cuando llegamos a casa, cenamos con dos botellas de vino para celebrar mi libertad. También le puse música y la saque a bailar algo lento y con luz tenue, luego la lleve a su dormitorio, que es donde esta la cama matrimonial y la desnude para mí. Mientras la besaba y acariciaba le decía que por fin pasaría una noche completa con ella, y que de ahora en adelante, solo sería mi madre en el día y delante de familiares o extraños, pero cuando caiga la noche y estando a solas, seria mi mujer y principalmente mi amante. ( jaronpalone@latinmail.com )