EL CHICO del PARQUE CENTRAL
Mi paladar estaba inundado de todo el semen que estaba extrayendo de tan enorme pija y gigantescos huevos, conté como 6 chorros de lefa, que exquisitez.
EL CHICO del PARQUE CENTRAL
Todo esto pasó un día sin querer, iba caminando por el centro de Tegucigalpa a eso de las 4:00 p.m. con un amigo que también es gay y miro como de entre un grupo de gente del medio del parque central sale un elemento que me llamó muchísimo la atención.
Era como a mí me fascinan los hombre, de apariencia bien macho, pelo cortado casi a la rapa, cuerpo fornido sin ser fisicoculturista, 1.70 mts de altura, un caminado con porte de saberse muy masculino y seguro de sí mismo, andaba de blue jeans un tanto ajustados, una camiseta de tirantes blancas que dejaban ver un par de brazos bien formados, con bisets fuertes y gruesos, marcaba un par de pezones grandes y en el centro unos puntitos bien paraditos, lo mejor del tipo era que de frente marcaba un paquetazo fenomenal y cuando pasó al par de nosotros mi mirada no fue para nada disimulada, me lo comí con la vista desde hacía diez metros o más y él lo noto.
Mi amigo dijo haberse extrañado que Yo fuera tan obvio, pero al pasar por nuestro lado no acabó la visión; lo seguí con la vista y comprobé que también tenía un culazo de campeonato.
Un culazo tipo burbuja de chicle como dicen los gringos.
Que pedazo de macho era ese chico, Yo estimo que estaría por los 25 años; pero muy bien colocados, ese sí que fue un parto bien logrado.
En resumen, ese macho era a mi gusto completamente; cuando estaba viéndolo por detrás, él se volteo a ver y sí, Yo lo estaba viendo y caminando unos cuantos pasos más; se detuvo en el borde de la acera antes de comenzar a cruzar la calle frente al edificio Midence Soto y volteo a ver nuevamente.
Yo me había detenido del todo y lo estaba viendo admirado, más bien embobado por tanta belleza masculina.
Mis hormonas se dispararon al mil por ciento, estaba realmente atraído por ese chico.
Al ver que se detuvo más tiempo del debido, me envalentoné y diciéndole a mi amigo: “espera aquí” me dirigí hacia él y al llegar a su lado ni sabía que decir, solo me salió un tonto HOLA, luego de tragar saliva grueso me atreví y le dije a raja tabla: “Te he observado y espero que no te enojes, pero eres el tipo más guapo que he visto en mi vida”.
Esperaba que el chavo se arrechara o algo así y NO, no fue así.
Me sonrió con esa boquita de labios gruesos y dientes bellísimos, sus ojos almendrados color cafe clarísimos parecían espejos y todo esto para que me dijera: “No, no me enoja; pero sí te diré, que eres el primer tipo que me queda viendo así, eso da miedo”
Jajaj aja jaja ajaa j aja
Me reí con ganas y el rió también, le dije que con mi amigo íbamos a tomar un café, sí quieres nos acompañas; Ok dijo él, atravesamos el parque central de Tegucigalpa y en la esquina hay un “esspreso americano”, luego de hacer el pedido, subimos al 2do. Piso y suerte, solo había una mesa ocupada; nos sentamos al fondo y comenzamos una charla amena, nos presentamos, Yo LD, él Ramiro y mi amigo Jesús.
Todo transcurría tranquilo, entre risas, charla sobre temas amenos y sobre todo Yo alagándole a él; que su forma de mirar, de caminar, lo ensalcé, completamente; Ramiro se ruborizó un poco cuando le pregunté ¿Puedo poner mi mano en tu pierna?
¿Cómo? Sí, qué si puedo poner mi mano en tu pierna; es que aquí entra mucha gente y yyyyy nooo se.
Mira Ramiro, ya te dije de mil formas que me gustas dije Yo; lo más lógico es que por lo menos me dejes acariciarte un poquito aunque sea.
Ramiro se puso completamente colorado, se notaba que no era de esas prácticas.
Además, balbuceaba al hablar; lo que me indicaba que estaba nervioso, comenzó a frotarse las manos, pero no se retiraba; entonces coloque mi mano en su rodilla, apreté un poco y quiso como dar un pequeño salto; mi amigo Jesús me miraba como incrédulo, nunca me había visto cuando me estaba insinuando a alguien, cuando estaba tirando las redes para pescar.
Jesús dijo: ya vuelvo, voy por otros cafés.
Bajó por los cafés, mi mano nunca se separó de la rodilla de Ramiro; al contrario, comencé a moverla en forma circular para tranquilizar al amigo Ramiro y poco a poco su cuerpo dejó de estar tan tenso; tomó una bocanada de aire y puso su mano sobre la mía.
Pensé, este ya me quito la mano y No, sorpresa la mía; su mano dio un leve apretón al posarse sobre la mía.
Nos miramos y sonreímos un poco, luego con cuidado y despacio fui acercando mi mano por sobre su pierna y pase a la par de su ingle, subí por su abdomen que se sentía duro, fuerte y llegué a su pecho en donde con mis dedos aparté un poco la orilla de la camiseta; justo al par de la axila y frote un poco su pezón.
El pezón reaccionó poniéndose durito, bien paradito y Ramiro me miró con una sonrisa muy sexy al tiempo que volteaba a ver las gradas por si alguien subía.
Mi mano acaricio su pecho, entre mis dedos tenía su pezón y lo apreté un poco; me encantaba este chamaco, luego subí hasta acariciarle el cuello y la mejilla con el dorso de mi mano.
Ramiro se dejaba hacer, se notaba que disfrutaba de la atención brindada; Yo también estaba que reventaba al tener al hombre de mis sueños en carne y hueso junto a mí.
Luego bajé por su abdomen mi mano y toque su paquete, se sentía duro, caliente, firme y enorme.
Podía sentir donde tenía las bolas y para donde iba su espada.
La punta llegaba casi al lado de afuera de su cadera, era realmente enorme, nunca había sentido nada parecido, en eso se escuchan unos pasos subiendo la escalera y nos compusimos un poco a la carrera y era un tipo que se asomó y al solo vernos a nosotros se fue, creo que buscaría a alguien.
Yo volví a tocar su paquete y me dijo que no, que podía volver alguien y le dije que igual lo escucharíamos.
Un poco como a la fuerza pero se dejo tocar de nuevo, esta vez mi mano intentó entrar por la parte superior de su jean.
Pude sentir el elástico de sus interiores y luego una piel suavecita como un bebe; tenía el pubis rasurado, luego sentí su verga dura y suave al tacto que estaba colocada de lado izquierdo y en verdad eso era como el brazo de un bebe, enorme de grande y gorda.
En mi vida había visto algo así, creí que las de las pelis eran falsas; pero existen.
El chico estaba casi arrecostado en la silla, para que Yo pudiera meter mi mano y así acariciar esa enorme boa que él tiene por pene.
Le dije que nos moviéramos un poco y que se la sacara para vérsela en persona y accedió, se paró, Yo me moví a su asiento y quede con su pelvis a la altura de mi cara, él se abrió los jeans y luego bajo un poco el interior y su pija, su enorme pija brinco desde adentro como un resorte.
Tomé en mi mano esa verga y sobraba más de la mitad, la tenía desde la base y pude visualizar toda su extensión, la tomé con ambas manos y sobraba un poquitín más su enorme glande, olía delicioso, a sexo de joven; a humedad de hombre sano, riquísimo su aroma; su par de bolas eran AAA, cabía una sola en mi mano, las dos imposible.
Por instinto acerque mi cara y la olí, luego con la punta de la lengua saboreé la gotita de líquido transparente que se asomaba en el ojo de tan hermoso pene.
Un tremendo leño es lo que se cargaba esa criatura, la tentación era mucha y metí su glande en mi boca con gran dificultad; sentía la tersura de piel, lo lizo de esa cabeza de placer.
Mis papilas gustativas brincaban con ese sabor a néctar como de frutas que sabía su precúm, era exquisito.
No quería soltarlo, comencé un mete y saca de mi boca y logré que entrara hasta la mitad, había traspasado mi paladar y campanilla, estaba en mi garganta y si no la sacaba me iba a ahogar.
La tuve que sacar con gran pesar, continué la mamada; esa verga si sabía riquísimo, en verdad su precúm sabía a frutas, tenía que ser algo rápido porque podía subir alguien, que en verdad me preocupaba, pero quería continuar.
El tal Ramiro comenzó a meter y sacar su pija de mi boca y Yo disfrute acariciando su pecho, su trasero enorme en mis manos, mientras continuaba con mi mamada fabulosa; pronto sentí en mis manos que el trasero de Ramiro se tensaba y aflojaba muy rápido y aproveche eso para hurgar en su raja y pude sentir como había un millón de pelos que protegían esa entrada.
Ramiro tomó mi cabeza y comenzó a lanzar contra mi garganta toda su lechería, era fenomenal, estar allí en la cafetería teniendo sexo oral y a unos cuantos metros abajo lleno de gente el salón principal.
Mi paladar estaba inundado de todo el semen que estaba extrayendo de tan enorme pija y gigantescos huevos, conté como 6 chorros de lefa, que exquisitez.
Cuando todo acabó, Ramiro se recolocó sus ropas y Yo me limpiaba con la servilleta el sudor de mi frente; en eso escuchamos que alguien subía y era Jesús… Uff, dijo Jesús, me tardé porque la caja registradora quedó enlupada y no podían usarla, pero aquí hay otro cafecito para Ramiro y uno para ti LD y otro para mí.
Ohhh perdona LD, se me olvidó que lo tomas con leche.
No te preocupes Jesús, aquí el galán Ramiro me ha dado leche hasta para el otro año.
Jesús me quedó viendo y dijo: “¿Qué, acaso lo han hecho aquí?
Síp, fue mi respuesta; vieras que instrumento tiene mi amigo aquí; deberías enseñárselo, antes de que venga alguien.
Ramiro ni corto ni perezoso se ha sacado su verga aún media parada y Jesús por respuesta se llevó la mano a la boca del susto.
Ustedes son barbaros, que valor el tuyo de comerte todo eso, que linda.
Sí, pero puedes verla, no tocarla; ya es toda mía.
Y guardando su instrumento monumental Jesús dice a Ramiro ¿Cuánto te mide?, pues la verdad que ya días no la mido, pero la última vez tenía 29 centímetros exactos.
Uyyy que pedazo de pija la que te cargas le dijo Jesús.
En eso llegaron dos parejas de un solo y nosotros tuvimos que tomar el café y marcharnos; no sin antes pedirle a Ramiro su número de cell y poder llamarlo.
Lo obtuve el número y se llevó el mío.
NOTA:
Los hechos ocurrieron, al igual como ocurre en todas las historias que les he entregado, cambian los personajes y a veces el lugar.
Hasta pronto,
LUDAVAGI
Joanve09@gmail.com