El chico de los ojos Azules

¿Quién no ha entrado a un baño publico y no ha sentido la curiosidad de mirar lo que se esconde en un simple agujero misterioso?

Este es mi primer relato, es un 90% real, lo demás es imaginación

Era día viernes. Lo recuerdo bien, pues ese día salí temprano de la universidad. El día estaba soleado y el aire estaba fresco después de la lluvia de ayer. Fue cuando percibí una llamarada dentro de mí, a pesar de mi virginidad y lo reservado que era, sentí esa llamarada como nunca antes la había sentido y mi mente empezó a fantasear. Es un instinto que aún no logró comprender, pero decidí seguirlo

El aroma me llamaba, parecía invitarme a algo, camine hasta que sentí dentro de mí un deseo incontrolable, un deseo de sentir… Entre a un baño publico, estaba limpió, reluciente y al parecer no había nadie allí adentro, me metí en un cubículo y me encerré como poseído por un deseo no lograba comprender.

De pronto observé una pequeña mirilla, un agujero en la pared continúa, un pasaje al descubrimiento, el morbo se apoderó de mí y mire hacia su interior

No había nadie, deseé por un momento poder ver, sentir y satisfacer mis sentidos

Como si de un rayo se tratará, apareció alguien, pero no era cualquier alguien, era la persona que esperaba

Quizás el hombre más sexy que podría existir en este planeta: Alto, delgado, musculoso, de pelo oscuro con un mechón delgado que lo hacía ver aún más sexy, unos labios carnosos que invitaban a morderlos, con unos ojos azules que invitaban a mirarlo, espalda ancha, nalgón, piernas gruesas como columnas, derechas, perfectas, nunca había mirado a un hombre de esa manera y sentí estupor e incluso vergüenza… Un manjar exquisito, que venía a salvarme de este suplicio de deseo extraño que emanaba mi cuerpo. Lo miraba con éxtasis, sin pestañear, sin perderme ningún detalle de su rostro, a pesar de todo éste agujero mágico me mostraba maravillas, dentro de mí sentía la necesidad de no sólo ver, quería oler, sentir, besar, lamer todo ese cuerpo. Todo estos pensamientos me ofuscaron y me hicieron sentir raro

Cuando bajo la cremallera de su pantalón, hice esfuerzos enormes por no mirar, pero no pude contenerme, parecía que el tiempo se hubiera detenido, espere a que sacará, lo que ya imaginaba era grande, pero hasta mi imaginación me engaño, era algo enorme, era la primera vez que veía algo así, de menos unos 19 cm. en estado de reposo pude calcular, su verga era gruesa, de color claro y una cabeza rojiza que me idiotizaba por completo, colgaba descansando entre las piernas, mientras botaba ese líquido dorado… Terminó y con un sacudo varonil y violento que estremeció todo en mí, guardó su verga.

Se sentó en el inodoro, sacó un marcador y empezó a escribir algo en la misma pared que nos separaba a escasos cms. quizás garabateando algo indescifrable, yo miraba cada movimiento, como poseso, como deseando poder traspasar la pared que nos separaba y poder tocarlo, pero a la vez luchando por no mirar mas, por no desear esto, por no sentir esto por un desconocido

Cuando termino de escribir, descubrió el agujero secreto y se acercó a mirar, yo me puse rojo y vire la vista hacia otro lado, sentí cómo me miraba a través del mismo agujero en el que yo lo había hecho con él. ..

Sentí ruidos, pero no quise mirar, quizás se podría enojar o algo por el estilo, muerto de vergüenza y culpa, por cosa de segundos, miré hacia el agujero y vi que se incorporaba y sacaba su miembro… esta vez erecto, como 28 cms, de sólo ver ese pedazo de carne dura como acero apuntando hacia el techo, casi me desmaye, era impresionante, me llego a dar miedo, miraba atónito, hasta podía sentir cómo palpitaba ese pedazo de carne viva. Todo en mi se deshizo, me temblaban las piernas, las manos, mi cuerpo entero y mis ojos miraban desorbitados como si fuera una obra de arte maravillosa

Sólo estaba allí, parado con su miembro inerte y rígido, como provocando a ser visto. De pronto se agacho y me miró fijamente y no pude moverme, como si me hubiera hechizado, esos ojos azules me hipnotizaban, parecían atravesarme, esa mirada me hacia derretir, el sonrió, no podía creer lo que sucedía en estos momentos, él me miraba como si nada, ya sea por el morbo, por lo prohibido, movidos por algo, me deje llevar por esa mirada azulada, el me guiñó un ojo y yo cómo si actuará con una fuerza desconocida, me levante, abrí mi cubícalo y me dirigí al suyo, él me recibió sonriente, se veía aún mas hermoso y en su mano sostenía, cual espada su verga hinchada

Yo miraba nervioso, sin poder creer, el se acercó a mí y pude sentir su aliento, su respiración, su cuerpo acercándose a mí, casi provocándome un deseo extraño en lo mas profundo de mi ser, que me hacía sonrojar y mirar el piso. Me tomó una mano y la apretó en contra la suya, esa primera caricia, terminó de derretirme, ¿Cómo podía ser que el estuviera parado frente a mí tomándome la mano?...

Me apretó suavemente, cómo tratando de calcarse a mi cuerpo, sus brazos con los míos, sus piernas con las mías y nuestros cuerpos en conjunto rozándose

Se quitó su poleron y su playera, vi su cuerpo perfecto, lo recorrí con una tímida mano, que recorría ese campo de piel, suave, tersa, perfecta. Él me quitó mis ropas, a pesar de que trate de detenerlo, pero no pude. No necesitábamos hablar, yo por miedo e inquietud ante lo que ocurría, no sabía que hacer, pero pro otra parte deseaba engancharme a ese hombre, quería hacerlo lentamente, disfrutar el momento, no que se volviera algo entupido y estropearlo todo, quería conservar cada detalle en mi interior, sus gestos, sus caricias leves, su fuerza, su mirada que me hacia caer

Deseaba estar así para siempre

Él acercó sus labios a los míos y por primera vez estos recibieron unos labios masculinos, me besó suavemente, recorriendo mi textura, mi sabor, cómo sabiendo que aún estaba inseguro, comenzó a besarme apasionadamente, cómo sabiendo cómo hacerlo conmigo, me besaba la boca y mis mejillas sonrojadas por la situación, me lamía las orejas y soplaba en mi cuello, me beso hasta los ojos y yo lo hice con él, bese su pecho, sus hombros, apreté cada centímetro de su piel como terciopelo. Nos fundimos en un abrazo entero, él absorbiendo mis besos y yo palpando sus caricias

Toque su miembro por primera vez, y sentí su dureza, su tersura, su calor, recorrí con mis dedos toda esa longitud, él me miraba gozoso y con la ayuda de su mano, baje hasta su entrepierna, dominado por el placer

Frente a mí una verga dura, grande, perfecta; La toque un poco más y con mucha inquietud, con un nudo en la garganta, bese ese capullo enrojecido y grande, él se estremeció… Seguí besando a lo largo y ancho, temeroso, me metí ese delicioso capullo en mi ya seca boca, la enjuague con mis labios, la probé por primera vez, él no se apresuraba, sabía que era la primera vez para mí

Me dejo probar por mi cuenta, me metía de a poco más y más ese sable de carne, rodeándolo con mi boca, gozando de ese sabor, de la primera verga que estoy probando, tenía más de la mitad en mi boca, podía sentirlo latir dentro de mí, me costaba tragarlo y me daban arcadas

Ahora él me ayudaba, marcando el ritmo, pues con lo nervioso que estaba no sabía como hacerlo, apoyo su mano en mi cabeza suavemente, acariciándola e invitándome a seguir probando, lentamente me fue metiendo más y más, sentía como traspasaba mi paladar y llegaba hasta mi garganta, me enterró su daga hasta el fondo, pude sentir su pubis de vellos hirsutos pegarse a mi cara. El marcaba el ritmo, pausado pero potente, me hacía comer toda su verga, pero con dulzura, cómo invitándome a disfrutar de ese postre que me colmaba, siguió y siguió

Yo mientras tanto, me masturbaba rápidamente, arrodillado en el piso, sobre su chaqueta, apretando mi miembro enrojecido, parando de vez en cuando para prolongar el momento

Me seguía metiendo su verga, follándome la boca con ternura, pero con determinación, no era necesario que me hablará, pero sus gemidos me hacían estremecer, sus gestos, su expresiones de placer, sus manos tañendo mi cabeza hacia delante y hacia atrás. Comiéndome su verga, esos 28 cms de carne, perforando mi garganta, enseñándome a gozar… Mientras yo chupaba goloso, pasaba mi lengua y sentía su precum inundar mi boca

Parecía que todo se hubiera detenido, nada mas existía, sólo los dos, yo chupándole su tesoro y el gozando de mi cada vez mejor mamada, aferrándome a sus muslos fuertes, chupando sus huevos hirviendo, su verga gigante, me regodeaba con ese manjar que deseaba fuera inacabable

Él arremetió la garganta, cada vez más rápido, sintiendo sus embestidas, sintiendo resbalar su miembro entre mi boca colmada de placer, sintiendo a mi macho retorcerse y gemir, gozando los dos, acelerando los movimientos de mi mano y mi boca, sintiendo esos ojos azulados mirarme fijamente, olvidando todo lo que me rodeaba….

Aceleró su ritmo, cada vez más rápido, casi atorándome, haciéndome tragar lo que yo quería, sentí como su capullo crecía y apretaba en lo mas profundo de mi garganta, con su verga enterrada por completo en mí, sentí la marea desorbitante y fantástica de mi masturbación, me venía a chorros, mojando el suelo blanquecino, unos cinco tiros de leche caliente y el orgasmo que se apoderó de mi cuerpo haciendo gemir mi garganta provocó que mi hombre vaciará el contenido de sus huevos en lo profundo de mi garganta, una descarga eléctrica como nunca antes había sentido, ocho tiros de leche caliente inundaron mi boca, mientras su orgasmo subía hasta su cabeza y lo hacía gemir extasiado en ayes interminables que me hacían estremecer

Me tome como si de una ambrosía divina se tratará, esa leche exquisita, apretando la punta de esa verga exquisita para que saliera todo ese preciado contenido, y dejando limpió y brillante esa verga que desvirgó mi cavidad bucal, casi acalambrada por lo que acababa de comer

Respiramos ensimismados los dos, satisfechos y nos miramos, él saco su verga del fondo de mi boca, parecía que nunca iba a salir de allí, no podía creer como esa cosa gigante había estado completa dentro de mí y me había hecho gozar y yo al dueño de ella

Mi hombre sonreía feliz, me ayudo a incorporarme y nos besamos, compartiendo los últimos resquicios de su leche y fundiéndonos en un beso eterno, que me hizo quemar mi interior, nos mirábamos sin hablar, durante todo ese rato no habíamos dicho nada, pero hablamos de otra manera, me conecte con él, perdí los miedos y ahora lo miraba con aprecio, me dio placer, y aún sentía que faltaba mucho más por hablar, no sólo sexo, sino también mucho más

Él me besó y me guiño nuevamente un ojo, él salió del cubículo y se dirigió a lavarse, y despidiéndose se fue

Yo quede triste, pensé que sólo había sido eso, una primera mamada fantástica y nada más y que nunca más lo volvería a ver, pensé que sólo había sido un cualquiera para él y sentí ganas de llorar, sintiéndome tonto y engañado, fue cuando me fije en lo que había escrito en la pared, al principio no pude distinguir, pero al instante pude verlo, y en ese instante volví a ser feliz, imaginé sus ojos azulados traspasando mi alma, y las primeras caricias que recibió mi cuerpo por parte de ese hombre que me cautivo el corazón, y también las primeras palabras que pude "escuchar" de él

"No llores. Te espero mi niño"

CONTINUARÁ