El chico de la piscina 3

Empieza un nuevo curso, nuevos horarios y algo inesperado en mi vida. Un desconocido que poco a poco empieza a formar parte de mi vida, y que termina...

Beep, beep, beep…

Eran las 7 de la mañana y mi móvil estaba sonando.  Me levante de un golpe de la cama, hoy no tenía ninguna pereza y lo único que deseaba era desayunar algo ligero, y coger la mochila para irme a nadar.

Me dirigí hacia la cocina para prepararme un cola-cao, y vi que las luces estaban encendidas.

ALEX: Buenos días superman.

DANIEL: Buenos días, ¿hoy tienes clases por la mañana?

ALEX: Si, tengo que estar en la facultad a las 8. ¿ya te vas a la piscina?

DANIEL: Si, me tomo la leche y me voy ¿Quedamos para comer o comes en la facultad?

ALEX: Seguramente comeré en el comedor de la universidad.

DANIEL: Ok, entonces nos vemos esta noche.

Cogí la mochila, metí el bañador, unos calzoncillos y las toallas. Ya tenía todo listo para mi sesión de natación.

DANIEL: Hasta luego Alex.

ALEX: Que nades bien campeón.

Alex me despidió con una sonrisa, no sé por qué no le había contando nada. Es mi mejor amigo y creo que se merecía una explicación de todo lo que me estaba pasando, pero…no tenía valor para hablar con él. Quizás ese día llegaría pronto.

De momento lo único que quería era llegar al polideportivo, así que puse rumbo a ello cruzando las calles con mi mochila a las espaldas, e imaginándome lo que podía pasar esa mañana.

Cada paso que daba me acercaba más a ese momento que había soñado toda la noche, y cada vez sentía que los latidos de mi corazón se iban acelerando.

Al llegar, me fui derecho a los vestuarios para cambiarme, echando un vistazo para ver si Marcos se encontraba ya allí.

De momento aquí no está, no sé si estará ya en el agua o todavía no ha llegado – Fue lo único que pude pensar.

Me dirigí hacia la zona de agua en busca de una buena calle para nadar  y sobre todo en busca de Marcos. En la primera ojeada, mi corazón se aceleró por completo. Allí estaba, madre mía me temblaban hasta las piernas.

Estaba sólo en una calle. Genial, íbamos a tener una calle para nosotros dos solos. Me aproxime hacia la calle, y mientras me colocaba las gafas y el gorro, Marcos se percató de mi presencia y al llegar a la pared se paró.

MARCOS: Buenos días Dani.

DANIEL: Buenos días, ya veo que hoy te me has adelantado.

MARCOS: Si, hoy te he cogido la ventaja. Llevo ya 500 metros, sigo para no enfriarme. Después hablamos.

DANIEL: Ok, no nades muy rápido que voy detrás de ti y al final me ahogas.

MARCOS: Si claro, seguramente.

Dios lleva ya un rato aquí, al final he llegado demasiado tarde. Lo único que mi mente pensaba ahora es que iba a irse antes que yo, y que eso suponía que no lo iba a ver desnudo como ayer.

Me metí en el agua con una sensación agridulce, y me puse a hacer mi sesión de natación yendo detrás de Marcos, y observando ese maravilloso culo que tenía, y que hoy tenía toda la pinta de que no lo iba a ver en todo su esplendor.

Cuando todavía me faltaban 10 series para terminar, vi como Marcos se paraba y se quitaba el gorro. Joder ya ha terminado, me puse furioso y empecé a aumentar mi ritmo para terminar cuanto antes.

Al llegar  a su altura, vi como Marcos me hacia una señal para que me parase, seguramente era para despedirse porque había terminado.

MARCOS: Dani, yo ya he terminado.

DANIEL: Ok, a mi me queda todavía unos 500 metros.

MARCOS: Vale, si quieres te espero. Me quedo mientras haciendo estiramientos.

Joder, joder…me estaba pidiendo ir juntos a las duchas. Me gustaba la idea, pero lo que no sabía era si me iba a poder controlar. Me horrorizaba la idea de que tuviese una erección delante de Marcos. Jamás he tenido una erección en las duchas de la piscina, pero también es verdad que nunca me había pasado lo que me estaba pasando con Marcos.

Miré a Marcos, y al final las ganas podían más que el miedo, así que mi respuesta sólo podía ser una.

DANIEL: Vale, termino y nos vamos.

Tras terminar los largos y salir de la piscina, vi que Marcos estaba haciendo los estiramientos tumbado en una colchoneta, y que en las gradas había un grupo de chicas que no le quitaban ojo.

DANIEL: Ya he terminado, cuando quieras nos vamos a ducharnos, y por cierto…mejor que saludes a las fans que tienes en las gradas.

MARCOS: ¿Qué fans? ¿Y por qué me tienen que estar mirando a mí?

DANIEL: Ah claro, seguramente es porque les gusta la colchoneta y quieren comprarse una.

Marcos me soltó una sonrisa, de esas típicas que te dejaban desconcertado. ¿Este chico lo hacía a posta, o qué le pasaba?

MARCOS: Bueno, creo que ahora nos miran a los dos.

DANIEL: Venga Casanovas despídete de ellas, y vamos a las duchas.

MARCOS: ¿Si quieres le decimos algo y quedamos con ellas a la salida?

DANIEL: Vaya, no sabía que tenías ganas de ligar a estas horas de la mañana. Además, ¿la chica de anoche no era tu novia?

MARCOS: Que va, ahora mismo estoy totalmente libre.

Vaya no tiene novia, pero le gustan las chicas. Bueno quizás también le gusten los chicos, a mí me gustan las dos cosas. ¿Por qué no le puede ocurrir lo mismo a él?

DANIEL: Anda déjalo, ya tendrás un montón de oportunidades de ligar.

MARCOS: Ok, como quieras.

Nos fuimos camino de los vestuarios para ducharnos. El miedo empezaba a invadir todo mi cuerpo, así que lo que menos quería era pensar  que dentro de unos segundos iba a estar totalmente desnudo delante de Marcos.

Abrimos nuestras taquillas para coger las toallas, el champú y el gel, y nos dirigimos hacia las duchas.

MARCOS: Dani, ¿tú donde te duchas, en las comunes o en las individuales?

DANIEL: Yo siempre en las comunes.

MARCOS: Ah vale, igual que yo, entonces no hay problemas. Hay gente que le da reparo ducharse delante de otros tíos.

DANIEL: Yo ya estoy curado de eso.

MARCOS: Bueno, pues entonces veremos qué cuerpo te gastas debajo del bañador, que el mío ya lo comprobastes ayer.

¿Por qué me había dicho eso? Era lo único que me faltaba para ponerme todavía más nervioso. Había dicho que quería verme desnudo. ¿Estaba de broma o que le pasaba?

Al entrar en las duchas, vimos que estaban totalmente vacías. Colgué la toalla, y con todo el miedo del mundo, pensé que lo mejor era desnudarse cuanto antes y no darles más vueltas.

Una, dos y tres….me deslice el speedo y me lo quite quedándome totalmente desnudo delante de Marcos. No quería ni siquiera mirarlo, estaba con los ojos cerrados sintiendo como el agua recorría todo mi cuerpo.

MARCOS: ¿Por qué no has querido ligar con esas chicas? ¿Algunas de las chicas con las que estabas ayer era tu novia?

Me gire para hablar, y puede comprobar que Marcos estaba ya también desnudo.

DANIEL: No que va, las chicas que vistes ayer son Sonia y María, y únicamente son compañeras de clase.

MARCOS: ¿Solamente?

DANIEL: Si, solamente. Si quieres saber si son algo más, o si son follamigas,  no, no lo son. Tenía novia, pero este verano rompimos.

Miraba a Marcos, intentando descifrar a que venían esas preguntas. Por lo menos toda esta conversación me estaba ayudando a tener mi mente ocupada, y a tener controlada a mi polla.

Lo tenía a sólo unos centímetros, observando cómo el agua iba recorriendo todo su cuerpo, como se enjabonaba la polla y los huevos, y como algunas gotas de agua me salpicaban. Me imaginaba bebiendo el agua que recorría por su polla, chupándosela sin parar de arriba a abajo. Joder, necesitaba seguir hablando para controlarme.

DANIEL: ¿Tú llevas mucho tiempo libre?

MARCOS: Bueno, relación seria sí. La última chica con la que estuve en serio fue hace casi un año.

DANIEL: Vaya un año. Y ahora que, te llevas cada noche una distinta a casa ¿no?

MARCOS: No creas, además vivo con mis padres. Así que eso de llevar chicas a casa no lo puedo hacer.

DANIEL: Yo no tengo ese problema, no soy de Sevilla. Comparto piso con un chico y una chica, pero bueno de todas formas tenemos un pacto, lógicamente podemos traer a casa a chicas y a chicos, pero no una distinta cada día.

MARCOS: Vaya Dani, ¿también te llevas a casa a chicos?

DANIEL: ja, ja, ja, no sabía que eras tan gracioso. Los chicos los lleva Ana, no Alex ni yo.

Joder que gilipollas soy, ahora que ha surgido el tema, ¿por qué coño no le he dicho que si había algún problema si me gustaban los chicos? Se lo tenía que haber dicho, pero no sabía cómo sería su reacción. ¿Y sí se lo tomaba mal?

Decidí callarme y seguir contemplando el maravilloso cuerpo desnudo de Marcos. Cada vez lo hacía con más detenimiento, ya que me estaba dando cuenta que me podía controlar y que no estaba teniendo ningún aviso de erección.

Marcos estaba terminando y se estaba secando con su toalla, ofreciéndome de nuevo vistas privilegiadas, agachándose y mostrándome en primer plano su maravilloso culo, pudiendo observar como caían sus huevos redondeados y marcados por detrás.

MARCOS: Por mi nos podemos ir ya.

DANIEL: Ok, espera que me seco un poco y nos vamos.

Nos dirigimos hacia la zona de las taquillas. Marcos un paso por delante de mí, y quitándose la toalla unos 10 metros antes de llegar. Madre mía era una delicia observar por detrás el culo de ese chico andando, bien redondito y prieto. Joder, joder esto no me podía pasar todos los días, tenía que saber si en realidad había alguna opción con él.

MARCOS: ¿Qué te pasa?

DANIEL: Nada, ¿Por qué?

MARCOS: Te has quedado un poco pensativo.

DANIEL: Nada, son cosas mías.

MARCOS: Vale Danielito como tú digas. Oye Dani, mañana es sábado,  ¿tienes algún plan?

DANIEL: Pues de momento nada. No sé si saldré con Alex y los chicos de la facultad. ¿Por qué lo dices?

MARCOS: Mañana hay una pequeña fiesta que montamos los de ADE para ir recaudando dinero para el viaje fin de curso. Así que si quieres venir, te puedes traer a tus amigos.

DANIEL: Vale es un buen plan. Dame tu número de móvil para tenerte en el whatsapp, y ya te cuento si vamos o no.

MARCOS: Ok, apunta. Hazme una llamada perdida para tener el tuyo.

Me había invitado a una fiesta, tenía su teléfono, y me había duchado con él. Todo había salido bien, y mañana iba a conocer a sus amigos, y a verlo fuera de la piscina. Quizás mañana, sabría algo más de su vida.

Terminamos de vestirnos y nos dirigimos hacia la salida del polideportivo.

MARCOS: ¿Tú para dónde vas? Yo voy para la facultad, a estudiar a la biblioteca.

DANIEL: yo voy para casa, hasta la tarde no tengo clases.

MARCOS: Ok, espero tu llamada .No me vayas a fallar.

DANIEL: Que no, ya te mando un whatsapp.

MARCOS: OK, nos vemos.

DANIEL: Hasta mañana Casanovas.

Se marcho con su eterna sonrisa colgate. Ahora sólo pensaba como tenerlo otra vez desnudo delante de mí, pero esta vez en una cama.

Por la tarde tocaba universidad hasta las 20:00h, pero bueno, era viernes y además estaba la fiesta de Marcos el sábado. Nos tocaba realizar prácticas de sistemas operativos, y como siempre, hicimos el grupo de trabajo Sonia, María, Pablo y yo. Por lo menos las prácticas eran más amenas que estar aguantado al profesor soltando su discurso, y también nos permitía hablar sin que nos llamasen la atención.

Pablo: chicos venga vamos a terminar esto, y nos vamos. Han dicho que el que termine se puede ir.

Sonia: pues venga, dejad de cotillear y vamos a trabajar en serio.

MARIA: cenamos juntos esta noche ¿no?

DANIEL: por mi vale, podemos ir a una pizzería. Me han hablado de una que está muy buena por la zona de Plaza de Armas.

SONIA: por mi vale, ya sabéis que me encanta la cocina italiana.

Tras terminar las clases, no fuimos a la trattoria para cenar y tomarnos unas cervezas. Quería además convencerles para que mañana vinieran conmigo a la fiesta de Marcos. Si o si, tenían que acompañarme a la fiesta.

DANIEL: os tengo que decir una cosa. Me han invitado a una fiesta de ADE mañana. Os tenéis que apuntar.

PABLO: si claro, no tenemos ningún plan. ¿Qué, has ligado con una chica de ADE?

DANIEL: noooooooo, me ha invitado un chico. Es el chico que vimos ayer.

MARIA: ¿el buenorro de ayer?

DANIEL: si

SONIA: entonces claro que vamos, ¿verdad María?

MARIA: claro, oye ¿y tú de qué conoces a ese buenorro?

DANIEL: de la piscina, va a la misma hora que yo todas las mañanas.

SONIA: que suerte ver a ese tío todos los días y además desnudo. ¿Cómo la tiene?

DANIEL: ¿Cómo la tiene, qué?

MARIA: que tonto eres cuando quieres.

PABLO: ¿las chicas siempre habláis de las mismas cosas? Después resulta que los superficiales somos nosotros. Si hablamos de las tetas de una tía somos unos cerdos y vosotras podéis hablar de cómo tiene la polla un chico.

DANIEL: si ya sabes, ellas son muy finas para algunas cosas.

Tras la cena, y conseguir que vinieran a la fiesta, me despedí de mis amigos. Me sentía otra noche demasiado caliente para volver a casa. No quería otra noche como la de ayer. Si Alex fuera gay sería distinto, pero no me conformaba con una paja, necesitaba sentir un cuerpo junto al mío.

Sabía que por aquella zona había mucho ambiente gay, así que me arme de valor y quise comprobarlo. Por un momento, mi cuerpo dio la vuelta pensando qué estaba haciendo, que aquello nunca me había gustado y que eso no iba conmigo. Sin embargo, decidí seguir a ver que me encontraba.

Al llegar a la altura de uno de los locales, vi que había un grupo de hombres en la puerta. Todos pasaban de los 40 años y a simple vista no me atraía ninguno.

El miedo pudo otra vez conmigo volviendo a pensar “este no es tu sitio, da marcha atrás y vete para casa”. Esta vez si lo tenía claro, y sabia que ese rollo no me iba a gustar, así que decidí que lo mejor que podía hacer era irme para casa.

Estaba dando marcha atrás en mis actos, cuando uno de los hombres que había se acerco y me pregunto si tenía fuego.

Mi respuesta fue la de un “no” rotundo y seco, alejándome de él, pero sus amigos se empezaron a reír, tras lo cual  me llamó, y fue corriendo hasta mí. Sentía que sus pasos se acercaban en el ruido de la noche, pero yo seguí mi camino sin prestar atención.

HOMBRE: oye tú!

HOMBRE: ey para!

DANIEL: ¿Qué quieres? Te he dicho que no tengo fuego.

HOMBRE: ¿que buscas por aquí?

DANIEL: no busco nada, sólo el camino para irme a mi casa.

HOMBRE: vaya, ¿te has perdido?

DANIEL: no, no me he perdido y lo mejor que puedes hacer es dejarme en paz.

Tras esto, sus amigos se acercaron, y empezaron a burlarse porque no le estaba haciendo caso.

  • parece que no quiere cuenta contigo. Hoy tenías ganas de carne fresca, pero este no te hace caso.

HOMBRE: eso es porque no ha visto mi polla. ¿No la quieres probar guapo?

DANIEL: te he dicho que me dejes en paz.

De pronto se escucharon voces, alguien se acercaba y les estaba llamando la atención.

  • ¿Qué estáis haciendo con el chico?

HOMBRE: Nada, ya se iba, ¿verdad guapo?

Lo miré con cara de asco y seguí mi camino.

El hombre que había salido en mi ayuda, se acerco para preguntarme  como estaba.

  • ¿Te han hecho algo?

DANIEL: No que va, no te preocupes no ha sido nada.

  • ¿Por qué te has metido por esta calle? Eres demasiado guapo y demasiado joven.

DANIEL: Bueno, no sé muy bien porque lo he hecho. Quizás por curiosidad.

  • ¿por curiosidad, en serio?

DANIEL: No lo sé muy bien.

  • ¿Eres gay?

DANIEL: ¿y tú?

  • La pregunta la he hecho yo primero.

DANIEL: Bueno…..me gustan las chicas y los chicos. Pero prefiero a las chicas. Ahora te toca contestar a ti.

  • Vale a mí sólo me gustan los chicos.

  • Por cierto me llamo Eloy.

DANIEL: Hola Eloy, yo me llamo Daniel.

Me sentía bien hablando con Eloy, lo acaba de conocer y no sabía muy bien si estaba intentando ligar conmigo, o sólo quería tranquilizarme tras el encuentro con el otro grupo.

Eloy era alto, y bastante guapo, aunque por mi parte no hubo ninguna neurona que se excitará.

ELOY: bueno y si prefieres a las chicas….¿qué haces por aquí?

DANIEL: la historia es muy larga, pero no sé, quería encontrar a algún chico que me gustase. Pero veo que aquí no lo voy a encontrar.

ELOY: vaya, y no te sirvo yo.

Me quede parado si saber que contestar por un segundo. No era Marcos el que me lo estaba diciendo, eso lo sabía, pero necesitaba quitarme la calentura que tenía, y Eloy estaba realmente muy bien. Tras unos segundo en silencio, me decidí a responder “si”.

ELOY: no hombre, era broma. Pensabas que me ibas a decir que no. Eres demasiado joven para mí, ¿Cuántos años tienes?

DANIEL: 20

ELOY: ¿seguro?

DANIEL: bueno, tengo 19 pero el mes que viene cumplo los 20.

ELOY: eres un niño. Yo tengo 31.

DANIEL: ¿y nunca has estado con un chico de 19 años?

ELOY: si, pero cuando yo tenía también 19 años. A ver Daniel, estás muy bueno, pero eres demasiado joven para mí.

DANIEL: bueno, pues entonces será mejor que me vaya para casa. Adiós.

ELOY: venga Daniel no te pongas así. Me pones mucho de verdad.

DANIEL: pues si te pongo mucho no se nota, ¿no crees?

ELOY: joder, al final me vas a convencer. Bueno, no vamos a estar discutiendo en medio de la calle. Vivo cerca, si quieres vente a casa, tomamos algo y ya veremos, ¿ok?.

Decidí  que quería ir. No sabía al final que es lo que iba a pasar, pero pensaba que Eloy estaba muy bien para pasar una noche, además me ponía bastante el hecho de que era mayor que yo. Siempre había estado con chicos de mi edad, y ahora tenía delante a un tío que estaba muy bueno, y que además me sacaba 12 años.

Nos dirigimos hacía su casa. Vivía en el centro, en un apartamento en la zona del Museo. Cuando abrió la puerta me sorprendió lo arreglado y ordenado que tenía todo, además decorado hasta el último detalle.

DANIEL: vaya que bien te lo montas, ¿debes de ganar un pastón, no?

ELOY: bueno, me da para vivir y para algunos caprichos.

DANIEL: ¿Dónde trabajas?

ELOY: en el hospital, soy médico. ¿Y tú estudias, no?

DANIEL: si no te preocupes, estoy en 3 de ingeniería.

ELOY: joder el niño, con 19 años y en tercero. ¿Qué eres un empollón? No tienes pinta de ello.

DANIEL: vaya, y de que tengo pinta.

ELOY: pues de un chico que se lleva de calle a todas las niñas.

DANIEL: bueno pues para que veas, además también estudio.

ELOY: si ya lo veo que debes ser un buen estudiante. ¿Quieres tomar algo? En el frigorífico hay cervezas y Coca-cola, coge lo que quieras, que me voy a poner cómodo.

DANIEL: ok, te voy a coger una Coca-cola.

A los pocos minutos Eloy regreso sólo con unas bermudas cortas y una camiseta de tirantes. Se le observaba que debía hacer bastante deporte porque tenía unas piernas muy musculadas.

ELOY: bueno y ahora que hacemos contigo.

DANIEL: tú decides, si quieres me quedo y si no me largo.

ELOY: ¿de verdad quieres que te folle? Si sales a la calle vas a tener cientos de candidatos, y de tu edad.

DANIEL: eres un poco pesado con la edad, y sí que es raro, porque todos los tíos mayores se lo quieren montar con jovencitos.

ELOY: ya, como los tíos que te estaban molestando en la calle, ¿no?

DANIEL: pues sí.

ELOY: ya pero yo no soy de esa clase de tíos.

DANIEL: bueno pues entonces déjalo. Gracias por la Coca-cola. Me voy para casa que ya es muy tarde.

ELOY: venga no te pongas así. Si quieres podemos seguir hablando.

DANIEL: ya, pero yo para hablar tengo a mi compañero de piso. Déjalo de verdad, muchas gracias Eloy. Adiós.

Me levante, y me dirigí hacia la puerta. La cerré mientras observaba por última vez la cara de Eloy. Al final me había gustado y al final no había pasado nada con él. Me metí en el ascensor, pensado en qué coño hacía, y en que últimamente no daba una. Hoy me habían rechazado por primera vez en mi vida.

Al salir del ascensor, las luces estaban apagadas. De pronto alguien le dio al interruptor y pude comprobar de nuevo la cara de Eloy. Estaba descalzo, con sus bermudas y camiseta, y había bajado las escalas corriendo para darme alcance.

ELOY: hola, perdona soy un verdadero gilipollas. Estoy deseando follarte.

Me metió de nuevo en el ascensor comiéndome la boca. Sentía como todo su cuerpo se juntaba con el mío, sus brazos me agarraban mientras su lengua recorría toda mi boca, y mi cuerpo se iba arqueando del placer y metiendo mis manos por dentro de su camiseta, sintiendo el contacto de su piel.

ELOY: espera, espera que estamos en el ascensor y vamos a llegar al piso.

Entramos en su apartamento, dirigiéndonos a su dormitorio. Eloy se había quitado ya la camiseta, y únicamente le quedaban las bermudas. Al llegar, me tiro a la cama, quedándose él de pie y quitándose lo único que le quedaba de ropa.

Me quede mirando a Eloy, tenía un cuerpo tremendo y su polla estaba ya totalmente en erección.  Estaba totalmente depilado, y su polla y sus huevos eran perfectos.

ELOY: ¿bueno te gusta lo que ves?

DANIEL: de momento sí, date una vuelta para verte al completo.

Al girarse pude comprobar lo que parecía evidente cuando estaba vestido. Eloy tenía uno de los mejores culos que había visto en mi vida, con unas piernas fuertes. Me estaba poniendo cada vez más caliente pensando en que iba a tener para mí un cuerpo perfecto, y que dentro de en unos momentos iba a probar esa polla perfecta.

Se dirigió hacia mí quitándome las zapatillas, y tumbándose encima de mí para comerme de nuevo la boca. Su lengua recorría una y otra vez mi boca, pasándola por mi cuello, sintiendo en cada pasada, como mi cuerpo sentía escalofríos de placer.

Tenía a Eloy desnudo encima de mí. Mis brazos abrazaban su espalda, empezando a buscar su culo. Me estaba gustando demasiado tocarle sus glúteos, pasando mis dedos por su ano y deteniéndome en el.

Se incorporó quitándome la camiseta, y acercando su polla a mi boca para que comenzara a comérsela. Empecé poco a poco a chupársela, pasando mi lengua por su tronco hasta llegar al glande, subiendo y bajando para después tragármela de un golpe, sintiendo como Eloy empezaba a jadear cada vez con más fuerza. Estaba sentado sobre mi cara, y tenía a mi alcance toda su polla y sus huevos.

Me deslice un poco para tener todo su culo delante de mi cara. Me encantaba el culo de Eloy y quería saborearlo. Separe con mis manos sus glúteos para tener una visión plena de su ano y proceder a comérmelo, mientras jugaba con su polla y sus huevos

ELOY: joder Dani que bien lo haces. Ahora me toca a mí, así que prepárate.

Se levanto y empezó a desabrocharme el pantalón. Sentía como tenía una mirada picara de querer saber que era lo que escondía, y yo lo único que sabía es que mi polla quería ya escapar de cualquier prenda de vestir. Tiro de mis pantalones, quedándome sólo con los calzoncillos.

ELOY: bueno de momento se ve que estás igual de caliente que yo.

Acto seguido, Eloy metió sus dedos por la goma de mis bóxer, deslizándolo poco a poco y quedándome ya totalmente desnudo ante él.

ELOY: vaya no me has defraudado para nada. Además como a mí me gusta descapullado. Por cierto hicieron un buen trabajo contigo, te lo digo como médico.

Me levanto las piernas y empezó a comerme la polla recorriendo con su lengua todos los rincones. Deslizándola desde los huevos hasta el glande, hasta que paro y empezó a hacerme una paja mientras iba comiéndome los huevos y dilatándome el ano, intentando meter su lengua primero y luego introduciendo poco a poco sus dedos. Mi cuerpo cada vez se arqueaba más, pudiendo sólo agarrarme con fuerza a las sábanas.

Eloy  paró por un instante para abrir el cajón de su mesilla, cogiendo un preservativo y un gel.

ELOY: bueno pues vamos a empezar. ¿Estás preparado?

Mi respuesta fue la de un “si”. Sin embargo Eloy debió advertir algo en ese “si”, o en la expresión de mi cara.

ELOY: ¿te ocurre algo Dani?

DANIEL: no, que va.

ELOY: ¿de verdad que no pasa nada?

DANIEL: de verdad que no.

ELOY: a ver Dani, por una casualidad tú no serás virgen, ¿no?

Mire a Eloy con cara de vergüenza, poniéndome totalmente rojo.

DANIEL: nunca me han follado, es la primera vez que hago de pasivo.

ELOY: vale no te pongas colorado como un tomate, pero me lo tenías que haber dicho. Voy a ir poco a poco y con mucho cuidado, y si en algún momento te hago demasiado daño avísame. Y si decides que pare, me lo dices y lo dejamos, ¿de acuerdo?

DANIEL: ok, no te preocupes.

Me iban a follar por primera vez. Mi mente empezó a pensar en Marcos, y en que quizás me hubiese gustado que hubiese sido él, pero Eloy me estaba demostrando muchas cosas, y no me importaba que fuese él el primero.

Se  colocó el preservativo poniéndose gel lubricante, e inundando también con dicho gel todo mi ano, empezando poco a poco a intentar meter la punta del glande. Cada empujón que daba, sentía que algo me estaba quemando por dentro, pero de momento el dolor era llevadero y el placer iba cada vez a más.

ELOY: ya tengo todo el glande dentro de ti, ¿estás bien?

DANIEL: si, puedes seguir sin problema.

Eloy empezó a hacer mas fuerzas, mientras mis manos se apoyaban en su pecho. Sentía como su polla se iba abriendo camino dentro de mí.

ELOY: vaya estas hecho un campeón, ya está casi toda dentro.

DANIEL: joder duele un poco, pero merece la pena.

Me soltó una sonrisa cómplice y empezó poco a poco a sacarla y a meterla, bombeando una y otra vez, mientras con las manos me acariciaba los muslos y la polla.

Poco a poco sus movimientos empezaron a adquirir más y más fuerza, y desplomó todo su cuerpo junto al mío, abrazándome y besándome sin dejar de bombear, mientras mis manos buscaban una y otra vez su culo, sin soltarlo en ningún momento y apretándolo hacia mí.

DANIEL: joder Eloy, no pares.

ELOY: ya veo que te está gustando.

Tras unos minutos giró mi cuerpo poniéndome de espaldas y follándome por detrás. Sentía todo su cuerpo musculado encima de mí, besándome la nuca y como sus movimientos de cadera no paraban, sintiendo como sus huevos chocaban contra mi culo.

ELOY: joder Dani, me corro

Sentí como su cuerpo daba espasmos, y como se corría quedándose inmóvil dentro de mí.

ELOY: ahora te toca correrte a ti.

Me giró, y cogió mi polla para hacerme una paja. Empezó primero con las manos, para después metérsela en la boca y empezar a hacerme una mamada. Sentía ya los escalofríos y sabía que ya no podía aguantar mucho más, así que hice un intento para que Eloy parara y se retirara.

ELOY: quiero que te corras en mi boca. Me fio de ti.

Tras decir esto, empecé a soltar semen sin parar, mientras Eloy seguía con su mamada intentado tragarse el semen, y mi cuerpo convulsionaba una y otra vez de placer.

Eloy paró, y empezó a deslizar su lengua llena de semen, empezando por mis pezones y recorriendo todo el pecho. Subiendo luego por el cuello y terminando en mi boca.

ELOY: ¿te ha gustado?

DANIEL: me ha gustado, y mucho.

ELOY: pues cuando quieras repetimos.

DANIEL: ¿no soy demasiado joven para ti?

Eloy me soltó una sonrisa picara, comiéndome la boca e inmovilizando mis manos con sus brazos.

ELOY: bueno, lo mejor será que nos demos una ducha pero juntos, que no te quiero perder de vista, y después si quieres te acerco a casa.

DANIEL: por mi vale, pero…¿me puedo quedar a dormir?, no tengo muchas ganas de irme a casa ahora.

ELOY: ¿tienes algún problema en casa?

DANIEL: no que va, pero no tengas ganas de encontrarme con Alex.

ELOY: ¿quién es Alex?

DANIEL: es mi compañero de piso y me mejor amigo.

ELOY: ey, mírame, ¿Qué te pasa?

DANIEL: nada creo que desde ayer estoy un poco raro. Sólo es eso.

ELOY: bueno espero que pronto tengas confianza en mí y me digas la verdad. ¿Por qué nos volveremos a ver, no?

Eloy me abrazo dándome un beso en la mejilla. Me sentía arropado por sus brazos. Quería pasar la noche dormido junto a él, los dos desnudos y abrazados.

Lo acababa de conocer hacía unas horas, me habían follado por primera vez y sentía una dulce sensación de estar junto a Eloy. Había olvidado por un momento al chico de la piscina; el chico al que dentro de unas horas iba a ver otra vez, pero ahora en una fiesta y de noche. Y por otra parte estaba Alex, que confiaba plenamente en mi, y que al final no le estaba contando nada de como realmente era mi vida.

CONTINUARÁ