El chico de la biblioteca. Cap. 1

Todo esto está siendo una locura… Aun no termino de creerlo… Yo, un chaval de 21 años en el armario y que solo ha estado una vez con un hombre ha hecho algo que no se podía ni imaginar con el chico que no podía parar de mirar en la biblioteca.

Todo esto está siendo una locura… Aun no termino de creerlo… Yo, un chaval de 21 años en el armario y que solo ha estado una vez con un hombre ha hecho algo que no se podía ni imaginar con el chico que no podía parar de mirar en la biblioteca.

Empecemos por el principio…

Mi nombre es Adrian, como he dicho antes, tengo 21 años y estoy en tercero de geología. Se me puede definir como uno de esos miles de maricas reprimidos… Solo estuve con un chico una vez (ya os contaré esa aventura más adelante). Toda mi juventud la había pasado entre novieta novieta, no se puede decir que fuera un ligón ni mucho menos, nunca me ha gustado liarme con la primera chica que conocía en un bar un sábado por la noche. Pero siempre había alguna chica con el que había un rollito diferente, ya me entendéis.

Y así me encontraba yo cuando empecé la carrera hace 3 años, con una novia algo más formal e intentando ocultar, y sobre todo, reprimir mis sentimientos más, llamémosles, rosas, jejeje… Enseguida me di cuenta que la época del instituto se había terminado, y me hice cliente habitual de la biblioteca de mi universidad. Era una biblioteca enorme, con dos salas de estudio principales y alguna salita de estudio un poco más pequeña. Yo siempre me solía poner en una de esas salitas que era donde se encontraban la mayoría de libros de ciencias que necesitaba para consultar cuatro tonterías.

Esos sentimientos rosas fueron imposibles de retener cuando una tarde que me encontraba en esa biblioteca entró un chavalillo de mi edad más o menos que era el hombre que más me había atraído nunca. Era alto, un poco más alto que yo seguramente. Yo mido 1.81 y él andaría por 1.85. Pelo corto con una pequeña crestita como flequillo y castaño muy clarito, casi llegando a rubio. Los ojos eran alucinantes también, yo que no fijaba nunca en la mirada de las personas no podía parar de mirar a eso ojos azul intenso que le cambiaban toda la cara. Era bastante delgado, pero se intuía que estaba en forma. Lleva una camiseta y se le veía unos brazos que no estaban nada mal, nada de esos bracitos endebles de los esmirriados. Pero para mí lo que más me llamo la atención fuero sus dientes. Es en lo primero que me fijo de una persona. Y él tenía una dentadura perfecta-

Entró en la sala, y se sentó dos mesas más adelante mirando hacía mi… Os podéis imaginar lo fructífera que fue esa tarde de estudio… Cuando llegue a casa, me encerré en mi habitación, abrí el portátil y puse una página porno de vídeos gay. Todos mis esfuerzos de  reprimirme habían llegado a su fin, aunque de eso no fui consciente en ese momento. Ese chico me había impactado realmente y no sabía absolutamente nada el…

El tiempo fue pasando, lo dejé con esa novia, tuve la primera experiencia gay y me encontraba ya en tercero de carrera. Mientras tanto el chico de la biblioteca me seguía persiguiendo. Le encontraba casi todos las semanas en la biblioteca, de fiesta le veía alguna vez. En el bus que llevaba a la universidad también solíamos coincidir. Era una tortura! Habían pasado 3 años y no sabía nada él.

Un día, estaba por la noche cotilleando las redes sociales y me puse a ver fotos antiguas de un amigo mío. La mayoría de fotos eran de nuestro grupo de fiesta, así que estuve un buen rato recordando esas buenas primeras fiestas. Y de repente aparece una foto en la que está mi amigo con un grupo de gente que no conocía de nada. Pero no tardé mucho en olvidarme del resto de la gente, porque entré ellos estaba… sí, el chico de la biblioteca. No me lo podía creer, habían pasado 3 años y uno de mis mejores amigos le conocía. Por fin sabía su nombre: David. Me puse a cotillear y no podía acceder a su perfil pero vi que teníamos 4 amigos en común. Mi mala leche aumento, esos cuatro amigos en común eran amigos míos desde la infancia, con los que siempre salía de fiesta. Enseguida entendí de qué se podrían conocer, estos cuatro amigos han jugado a fútbol sala toda la vida y conocen a mucha gente de otros equipos. Así que, mi amor secreto David, era jugador de fútbol sala.

A partir de esa revelación que tuve gracias a las altas tecnologías del siglo XXI todo cambio, igual demasiado rápido… Pero eso será otro capítulo.

Este solo ha sido la introducción (el piloto jajaj), y si veo que tiene buena acogida seguiré la serie. No he incluido nada de sexo, porque no tenía sentido. Pero los siguientes tendrán todos su parte picante. Al fin, está es una página erótica y no una literaria y no estoy a favor de los relatos no-eróticos.

El próximo capítulo no tendrá nada que ver con el chico de la biblioteca, os contaré lo que pasó durante esos 3 años que me he saltado, pero que son fundamentales para seguir con la historia.