El Chat XI

Laura desubrira el porque de todo lo que ha pasado, y tambien nuevas facetas de su hija. Ambas seran sometidas a una prueba definitiva.

NOTA DE LA AUTORA: Muchos me habéis solicitado que termine este relato. Esta es la penúltima parte del mismo. Siento mucho que no pudiera escribir, por asuntos personales que alguno/a conoce. Espero que os agrade y os llene de placer. Un beso a todos/as.

(VIENE DE EL CHAT X)

Estaba tan agotada que me quede dormida… Cuando desperté lo primero que pensé es cuanto tiempo había pasado… el cuarto tenia ventana, sabia que era de día, pero no tenia a mi disposición ningún reloj… Sin embargo, estaba rodeada de lujos. Mi nuevo propietario, o arrendatario, podía tratarme con toda dureza y perversidad, pero, al mismo tiempo me proporcionaba las comodidades de una princesa.

Pensé en Lucia...¿que habría sido de ella?. La ultima vez que la vi estaba disfrutando, eso se deducía de sus gemidos apagados… ¿Y Brigitte?, deseaba sentirla… deseaba que me tuviera y me usara...me imaginaba su lengua en mi sexo, en mis pechos, sus labios contra los míos…

Sentí pasos en el pasillo, se abrió la puerta. Entro la vieja.

  • Hola. ¿Has descansado bien?

  • Si, gracias.

  • Perfecto. El amo desea que te asees y te pongas un vestido. ¿Quieres comer algo?

  • Me gustaría beber… agua o un zumo,,.

  • Desde luego.

La vieja salio y volvió con un zumo de naranja natural.

  • Debes apurar, te esperan.

Me erguí de la cama y me dirigí al armario, donde descubrí que todos los vestidos eran similares: cortos, escotados, con cremallera frontal… variaban los colores. Elegí unos zapatos con tacón alto, también tenia diversas joyas… unos pendientes pequeños y un collar a juego completaron el conjunto. Me mire al espejo. El resultado era bastante aceptable… entonces me di cuenta que me estaba arreglando para un tipo asqueroso que era mi dueño temporal… sentí asco ¿o pena? de mi misma.

La vieja asintió con la cabeza.

  • Muy guapa. Tu amo estará feliz. Pero falta un detalle…

Se dirigió a una cómoda, la abrió con una llave que llevaba colgada en el cuello… De la cómoda saco un collar de perro con una cadena… Se dirigió a mi con una sonrisa y me la puso.

  • Bien. Vamos.

Empece a caminar…

  • No. Como una perra… lo siento… son sus deseos.

Me puse a cuatro patas… ella tiro de la cadena y yo la seguí… como una perra.

Llegamos a una amplia estancia, alfombrada. Todo el pasillo lo estaba, y eso lo agradecí porque impidió desollarme las rodillas.

Mi nuevo dueño se situo delante de mi…

  • Lame perra.

Entendi… lami sus zapatos…

  • Bien. Entiendo que has comprendido tu papel. Levantate, tengo una sorpresa.

Me levante, algo dolorida… Estaba en un comedor… una mesa con… una chica de mantel...Lucia… estaba estirada sobre la mesa, sobre su cuerpo se agolpaban todo tipo de condimentos. Luis y Amo Hector miraban desde un rincón mientras se fumaban unos cigarrillos… Ni rastro de Brigitte. Volvi la vista hacia Lucia, completamente desnuda sobre la mesa sirviendo de mantel humano.

  • ¿Tienes algo que decir puta?

Mire hacia Luis…

  • Luis… esto no esta bien… no

Luis se dirigió hacia mi… llego a mi altura y me sacudió una bofetada como nadie me había dado nunca.

  • Escucha, te lo diré una vez. Disfrutas como una zorra, y te encanta esto. Cuando Hector y yo lo planeamos nunca imaginamos que fuera tan fácil convertiros a ambas en putas baratas… así que tus opciones y las de esa zorrita son claras: o calláis y accedéis a nuestros caprichos, y en especial a los de tu Amo aquí presente, o largáis de una puta vez y dejáis de calentarnos la polla ¿esta claro?

Hector y Amo se descojonaban de risa.

  • Caramba Luis, por fin lo has soltado -Hector se reía a carcajadas- Dile como te lo has pasado follandote a tu hijita… con suerte la has preñado.

Así que todo había sido planeado por esos dos miserables… esos hijos de puta me habían manejado y habían conseguido a mi hija sin ninguna oposición por mi parte. Lucia permanecía callada.

  • Bien -la voz de amo se impuso – comamos… no vaya a ser que se enfrie jajajaja. Vamos zorra, tu tambien sientate en la mesa… donde prefieras jajajaja.

Derrotada, me dirigi a la mesa, me sente frente a su cabeza, esperando una mirada… Nada.

  • Probar estos calamares, están deliciosos.

Unas anillas de calamar a la romana decoraban los pechos de mi hija. Los tenedores volaron hacia ellos pinchandolos… pero mi hija no se quejo. En su estomago habian colocado copas. Tiras de carne se agolpaban en su cuerpo, de su coño salia una vela encendida que goteaba cera, seguramente en su sexo. El espectáculo era excitante. La cena se desarrollo sorprendentemente normal con charla intrascendente, sin el mas mínimo comentario del cuerpo joven desnudo que tenían ante ellos.

  • Bueno… creo que deberíamos retirarnos. Perra, limpia la mesa.

Mire a mi dueño…

  • Me has entendido zorra. Limpia la mesa. Con la lengua.

Los otros me contemplaban excitados…

Lentamente me incorpore… comencé a lamer los pechos de Lucia… me sorprendió que gimiera casi de inmediato. Mi lengua trabajo sus pezones...recorrí su cuerpo hacia su sexo, limpiando los restos de grasa de carne.

  • Espera, mejor así. - Luis tiro de Lucia, haciendo que sus piernas sobrepasaran el borde de la mesa.

Abrí sus piernas y lamí y retire con los dientes la cera que se había prendido en su piel, introduje mi lengua en su sexo, lo que produjo sus gemidos. Alguien levanto mi vestido...sentí una polla en mi coño mojado y como me penetraban, eso hizo que la comida de coño a Lucia aumentara de intensidad. Sentí como gemía, pero sus gemidos se apagaron y fueron sustituidos por una mamada, era evidente aunque no podía verlo. El que estaba detrás, no sabia quien, se corrió… tiro de mi al suelo. Vi como mi señor se ponía en medio de las piernas de mi hija con los pantalones bajados y la penetraba, Luis tenia su polla en la boca de Lucia… Hector se dirigió a mi…

  • Desnudate.

Obedecí para ser follada de inmediato. Irremediablemente el placer que sentí me hizo entregarme de forma dedicada y total. Pero lloraba, de rabia, de indignación, de impotencia…

No se cuanto tiempo nos usaron a ambas. Todas las pollas pasaron por nuestros cuerpos. Vi como Hector se orinaba sobre Lucia sin contemplaciones entre las risas de todos. También sobre mi propio cuerpo. Luego nos retiraron a nuestras habitaciones. Nuevamente, todas las comodidades. Una baño reparador y mágico. Mi coño, mis pechos, estaban terriblemente doloridos.

La vieja vino al cabo de un rato, traía a Lucia con ella. Estaba preciosa. Recién peinada, lavada, con un vestido corto y tacones, como el mio.

  • Lucia…

  • Hola…

  • Como estas… yo siento..

  • Estoy feliz. Nunca he sido tan feliz.

Aquella declaración me dejo anonadada.

  • Pero..

  • No… escucha. Me encanta esto. Me gusta mi sexualidad. Me gusta que me usen. ¿No te das cuenta de que nos están demostrando el amor que sienten por nosotras?. Y me ha encantado el que tu especialmente me has demostrado… me gustan tus labios… tu lengua…

  • Lucia.

  • Y se que te gusta Brigitte… a ella también le gustas tu. Me lo ha dicho.

  • ¿Que?¿Cuando?

  • Cuando me tomo. No te celes. Ella debía hacerlo. Fue muy amable y cariñosa.

Entonces entraron aquellos tres miserables.

  • Muy bien, están listas mis zorritas? Jajajaja. Andando.

Bajamos al garaje. Allí subimos a un automóvil elegante, Mercedes. Mientras circulábamos, Hector tomo la palabra.

  • Bien. Escuchar las dos. Creemos que vais a ser una putas de gran nivel, queremos que ejerzáis el oficio y nos deis a ganar buenos dineros. Pero quiero ver si podéis ser tan asquerosas como necesitamos, y también vamos a medir vuestra entrega. Podéis negaros y marcharos, no pasa nada.

Claro. Por algún motivo, sabían que no nos negaríamos a nada. Yo al menos haría cualquier cosa que me solicitaran. Lo que fuera.

El vehículo entro en una zona industrial, giro por una calle sin luz y llegamos a un descampado presidido por un edificio abandonado.

(Continuara)