El chantaje

Cuenta una historia entre hermanos que es completamente real.

Yo tenia 14 años y mi hermano 15, en ese momento fui víctima de un chantaje por su parte.

Todo comenzó cuando le quite a mi madre de su monedero la cantidad de 500 pesetas, cantidad que en aquel entonces era considerable. No recuerdo en este momento es el uso que quería darle a ese dinero. Mi madre lo echó en falta e inmediatamente nos preguntó si lo habíamos visto o sabíamos algo, a lo que mi hermano respondió que no y yo naturalmente lo negué todo.

Por la tarde, mi hermano entra en mi cuarto y sin más, me pregunta directamente: ¿ para que le tomaste ese dinero a mamá?. Yo naturalmente negué haberlo tomado, a lo que él me respondió que me había visto hacerlo y me contó como había sido la operación con todos los detalles, Inmediatamente me puse a llorar, y gimiendo le decía que no se lo contase a mamá, me dijo que tenia que contárselo, que lo que había hecho no era ninguna tontería, no paraba de llorar y le suplicaba que no lo contase, se lo pedía por favor, suplicándoselo, le dije que si no lo contaba haría todo lo que el quisiera, me miró y me preguntó: ¿estás segura?. Le contesté que si, que lo estaba, y él volvió a preguntarme, pero ¿todo, todo, todo?. Volví a responder que sí. Me preguntó: ¿durante cuanto tiempo harás todo lo que te diga?, le respondí que durante un mes; dije un mes por decir algo, lo mismo podría haber dicho, una semana, que un año, lo único que pretendía en ese momento era evitar que se lo contase a mi madre. Me respondió que aceptaba el trato se dio media vuelta y salió de la habitación.

Me quedé tranquila, tumbada encima de la cama, sabiendo que ya no se lo contaría a mi madre y por otra parte pensando en las cosas que se le ocurrirían a mi hermano mandarme, me imaginaba haciendo durante un mes todas las labores domesticas que le encomendasen a él, aparte de tener que hacerle los ejercicios de matemáticas y de física, - no se le daban muy bien -, Suponía también, que tendría que ordenar su cuarto, que era un autentico desastre.

Pasaron dos días más, sábado y el domingo, y mi hermano no me mandó hacer ninguna tarea suya, Me sorprendió, pero bueno, yo callaba y no decía nada, mejor para mí.

Llegó el lunes por la mañana y como siempre mis padres nos despertaban cuando se marchaban para el trabajo, el primero que se levantaba solía hacer el desayuno para los dos, en este caso lo hice yo. Comencé a desayunar y le di un grito a mi hermano: "LEVANTATE QUE YA TIENES EL DESAYUNO".

Yo estaba sentada en la mesa de la cocina desayunado cuando él llega, se puso delante de mí entre la silla y la mesa, mire de frente y vi un bulto en su pijama, lo había notado varias veces. Me miro y me dijo con voz tajante: tócame, yo dije ¿qué toque el que?, esto me dijo señalando para el bulto que había en su pijama, tú estas loco o que so marrano, le conteste, y fue entonces cuando me dijo: Veo que se te ha olvidado el trato, te lo recuerdo: harás todo lo que te diga durante un mes y a cambio no le contaré a mamá lo del dinero. Esto es lo que quiero que hagas. Tu decides si quieres que lo cuente o no.

Le dije: no seas marrano, pide otra cosa, quiero esto fue lo que me contesto, si no lo haces ya sabes. Yo quedé pensativa, mientras él permanecía delante de mí con ese bulto marcado en su pijama, tímidamente puse la mano encima, note su calor y lo duro que estaba, estuve así un ratito manoseándolo hasta que de pronto se bajó el pantalón del pijama; quedé mirando su pene, completamente vertical y duro, con todo el capullito fuera de la piel, era la primera vez en mi vida que veía una pene completamente empalmado. Me mando acariciarle. Comencé a tocársela, la sentía caliente y dura, de pronto, me tomó la mano y empezó a moverme la mano hacia delante y hacia a tras, me soltó la mano y me dijo: continua así. Seguía moviéndola al ritmo que él me marcó, no dejaba de mirarla, viendo como su capullito se tapaba y luego salía de la piel, notando las palpitaciones en mi mano. Por una parte estaba enfadada por el chantaje y por otra, era la primera vez que tenia una pene en mi mano, estas dos cosas me producían una sensación que no se como describir.

De pronto me manda parar, yo paro inmediatamente, siento su pene palpitar en mi mano y él me pregunta ¿sabes lo que pasa cuando se hace esto durante un tiempo?: Le respondí que si, que lo sabia, que de repente sentiría mucho gusto. ¿Y que más pasará?. Que eyacularás, le dije, Si, eso va a pasar me contesta él, y me mandó volver a movérsela muy despacio, de ponto él empezó a decirme: ya va a salir, ya va a salir, yo miraba esperando a que saliese, nunca había visto a un chico eyacular, no sabia cuanto, ni como era el líquido que salía. Mmi hermano dio un grito y empezaron a salir chorritos blancos de su pene, con bastante fuerza, creo que conté unos 6 o 7 chorritos, que se depositaron en mi camisón, que quedó todo mojadito por la leche de mi hermano.

Si decir nada, mi hermano me levantó de la silla, me quito el mojado camisón, y me quede solamente con las braguitas que levaba puestas, pues no suelo dormir con sujetador. Mi hermano se sentó en la silla que yo ocupaba antes, me puso de espaldas a él y comenzó a bajarme las braguitas, mientras lo hacia me acariciaba el culito y cuando me la quito completamente me sentó en su cuello, yo notaba su pene, duro aún, pegado a mi culito, con sus manos empezó a tocarme por las tetitas y me dijo suavemente al oído: tócate, ¿qué?; le respondí yo; quiero que te masturbes como tú lo haces normalmente, me puse dos deditos en el clítoris, como solía hacerlo y empecé a moverlos, me daba gusto tocarme, además su sobeo en mis tetitas me puso los pezoncitos duros, puso su mano en la mía, me la aparto y puso la suya sobre mi coñito y me dijo: enséñame a hacértelo. Puse dos deditos suyos en mi clítoris y empecé a moverle la mano marcándole el ritmo, empezaba a tener sensaciones preciosas, sus deditos tocándome el clítoris de esa forma y su otra mano jugando con mis tetitas me producía mucho placer, yo frotaba mi culito contra su pene y notaba como él también lo apretaba contra mis nalgas, las sensaciones que tenia iban en aumento, me rozaba mas fuerte contra su pene, soltaba algún gemidito de placer, a la vez que el seguía frotando su pene en mis nalgas. Se paro; y yo le dije: no te pares ahora, no te pares, él siguió tocándome, le pedía que lo hiciese más rápido. Más rápido, más rápido, le decía; él aumentaba la velocidad, yo me movía de gusto hasta que empecé a decir: me viene, me viene, el empezò a mover la mano mas rápidamente y rozar con mas fuerza su pene en mis nalgas y culito, comenzó a gemir: me vuelvo a correr, me vuelvo a correr, decía. Sentí como un liquido caliente mojaba mi culito y eso me hizo romper de placer, gimiendo como una loca mientras me corría yo, con un orgasmo que no recuerdo haber conseguido yo nunca solita.

Me quedé sentada encima de él, relajada, sintiendo mi culito mojado en contacto con su pene, él me estaba acariciando los pelitos de mi coñito y las tatitas mientras me daba besitos en la espalda, de pronto me levanto, me puso de pie me giro, tomó mis braguitas del suelo de la cocina, me las puso, se levanto de la silla, se subió el pantalón del pijama y me dijo: ya podemos desayunar.

Mientras desayunábamos, me contó cuales eran sus planes para el mes en que debía de obedecerle en todo:

Me dijo que a partir de ese momento, tenía que pedirle permiso para todo, hasta para hacer pis. Tocarme, lo tenia completamente prohibido, si antes no tenia su aprobación. También me dijo que si le obedecía bien y era cumplidora en todo lo que me mandase, también me lo pasaría bien, como había sucedido hacía unos momentos.

Terminamos el desayuno y me mandó recoger la mesa mientras él preparaba la ducha, volvió al poco tiempo me tomó de la mano y me llevó al baño, allí se quitó el pijama, su pene ya no estaba como la había visto y sentido hacia solo unos minutos, se acerco a mi, volvió a quitarme las braguitas y me acompañó hasta la ducha, en ese momento cuando abrió los grifos le pregunté que si podía hacer pis, me dijo que si, y ya me dirigía a hacerlo y dijo: lo harás aquí, en la ducha quiero ver como lo haces. Me daba mucha vergüenza hacerlo delante de él, pero no lo había orinado en toda la noche y no aguantaba mas, quizás a eso ayudase el sonido del agua, me puse en la ducha me relaje y empecé a notar como se deslizaba por mis piernas el líquido caliente, el momento se me hacia interminable y él miraba fijamente como salía de mí, cuando ya terminé, note alivio en mi cuerpo, fue en ese momento cuando me dijo que también tenía ganas de hacerlo, se metió en la ducha y me ordenó ponerle a hacer pis, yo tomé, su pene, que ya no estaba tan duro, lo apunte hacia la pared y comenzó a salir un chorro con mucha fuerza que con el transcurrir del tiempo se fue debilitando.

En cuanto terminó, me dijo que seria su ayuda de cámara y me mandó lavarle completamente. Con el difusor de la ducha comencé a mojarle, luego me puse el gel en la mano y comencé a enjabonarle la espalda, luego la cabeza con todo su pelo lleno de espuma, posteriormente su torso y los brazos, el se dejaba mover como si fuese un maniquí, cuando terminé con esa parte del cuerpo, me puse mas gel en las manos, me agaché delante de él y comencé con sus pies y piernas, iba subiendo con mis manos hasta que llegué a sus genitales, comencé a enjabonarle los testículos y note como su pene comenzaba a reaccionar, lo estaba viendo crecer delante de mi, a pocos centímetros de mi cara, lo que me excitó, pues era otra novedad para mi, empecé a darle jabón y espárcelo bien por su pene, estaba completamente duro, vertical y otra vez con el capullito fuera, le gire poniéndole de espaldas y me dedique a enjabonar su culito pasando mis manos cuidadosamente por su rajita desde sus testículos hasta su final, yo notaba como le excitaba ese movimiento mío, cuando ya estaba completamente enjabonado, me puse de pie, tomé nuevamente la ducha me acerqué a él y empecé a aclararle su cabeza; su pene continuaba duro y vertical y por mi proximidad a él, se rozaba con mi barriguita, me gustaba sentir ese contacto, continué quitándole el jabón de su cuerpo hasta que nuevamente llegué a sus partes, les dirigí un chorro de agua y con mi mano se las dejé completamente libres de jabón.

En cuanto finalicé, él me dijo que me había comportado muy bien y por lo tanto tendría el premio correspondiente; se acercó hacia mí pegándose completamente, yo estaban sintiendo su pene en mi barriga y mis pechos sobre su torso, mis pezones estaban duros, y mi cuerpo en tensión, completamente en tensión, él me puso gel en la cabeza y comenzó en frotar sacando mucha espuma, cuando ya tenía la cabeza llena de espuma, se alejó un poco, en ese momento noté que mis pezones ya no estaban en contacto con su cuerpo, pero su pene, quedó completamente apoyado sobre mis pelitos del pubis, él continuaba enjabonándome, estaba aplicándomelo en la espalda y de pronto su pene se movió, se colocó en mi rajita con su capullito directamente apoyado en mi clítoris, en cuanto lo noté se me escapó un gran suspiro y él comenzó a repartir el jabón por mis pechos, el sentir como me masajeaba las tetitas, como se hacían espuma y simultáneamente su capullito en mi clítoris me hizo abrazarme a él, y empezar a moverme, hacia atrás y hacia delante, haciendo que su pene se deslizase completamente por mi clítoris, mientras él continuaba jugando con mis tetitas.

Puse mis manos en su culo, cerré bien las piernas, apretando su polla contra mi clítoris, y comencé a moverme masturbándome con su pene, las sensaciones eran maravillosas, nunca había sentido nada igual, notaba cada palpitación de su miembro, las sensaciones crecían, aumentaban de intensidad, yo me encontraba aferrada a su culito, empujándole, con el control sobre mi cuerpo ya casi perdido, para aumentar el roce de su pene con mi clítoris, cuando él de pronto retira su pene de su posición, se agacha delante de mi, se pone gel el las manos y empieza a limpiarme por mis partes mas íntimas, el deslizar de una mano por mi coñito y la otra por el culito, prestando especial atención en sus masajes a mis partes mas sensibles; me hacia estremecer de placer, él continuaba jugando con ellas, yo notaba como me iba a llegar un orgasmo de esos que nunca había tenido anteriormente, y eso que comencé a tocarme a los 8 años, y los primeros orgasmos completos los tuve sobre los 10 años.

Continuaba moviendo sus manos cada vez con mas presión sobre mis partes, y con más velocidad. Otra vez, cuando ya esta a punto de detuvo, se incorporó, su pene se colocó nuevamente sobre mi clítoris, puso sus manos en mi culito y me susurró suavemente al oído: vete diciéndome todo lo que estás sintiendo, y comenzó a moverse, desplazando continuamente su pene por mi botoncito, de pronto me estremecí, puse mis manos en su culito y comencé a moverle más rápida e intensamente, él me decía: habla, habla; y yo contestaba: me viene, me viene, comencé a gritar de placer, abrazada al, una sensación única recorría mi cuerpo, me abrazaba con él gimiendo, queriendo sentirlo completamente en contacto conmigo, hasta que me quede completamente exhausta abrazada él, con, mi respiración completamente descompensada.

Puso sus manos sobre mis hombros y con una ligera presión sobre ellos me hizo arrodillarme delante de él, tenia a 2 cm de mis tetitas su pane, tomo mi mano, me la puso en su miembro, tiró de ella hacia atrás, con cierta fuerza, tomo ni otra mano, me colocó los dedos pulgar e índice en la hendidura que quedaba bajo su capullito diciéndome: no pares de moverlos de esta forma, yo aplicada en mi labor, no dejé ni por un memento de hacerlo, hasta que llegó el momento en que noté un gran latido en su pene, nuevamente empezaron a salir chorritos de líquido blando que se depositaron sobre mis tetitas y mi pelo, completamente llenos de espuma, en cuanto terminó su eyaculación comenzó a aclararme completamente, dejándome sin una sola gota de jabón en mi cuerpo, e igualmente sin una sola gota de su semen, cerró los grifos, me tomo de la mano, me saco de la ducha, y dijo tajantemente: vete a vestirte, ya es muy tarde.

Yo me fui a mi habitación, me sequé completamente. Con mi cuerpo aún estremecido, me puse el uniforme del instituto, y que quedé sentada sobre la cama recapacitando sobre lo ocurrido, no me dio tiempo a pensar e muchas cosas, cuando mi hermano se presento el cuarto y me dijo: vamos que ya es tarde, me levanté, fui detrás de él hacia la puerta de casa y justo allí, le dije: quiero hacer pis, ¿puedo?, me tomó de la mano me condujo al baño del cuarto de nuestros padres, se agachó, metió las manos bajo la faldita de mi uniforme, me quitó las braguitas, levantó completamente la falda, me sentó en el bidet me abrió las piernas, y yo empecé a orinar. Cuando terminé me acercó el papel higiénico, me limpié, tomó mis braguitas del suelo, las guardó en su chaqueta del uniforme y nos fuimos, yo con la faldita del uniforme, por medio muslo, y con mis braguitas en el bolso de la chaqueta de mi hermano.

Al llegar al portal, me dijo que llamase un taxi, que era tarde, y añadió con voz socarrona: lo pagarás tu que para eso tienes tanto dinero.

De todas formas llegamos tarde a la primera clase del día, dimos ambos una disculpa tonta al profesor de vigilancia y nos fuimos cada unos a nuestras respectivas clases.

NOTA:

Me gustaría recibir comentarios de los lectores. También os digo que he intentado sustituir el verbo "coger" por otro equivalente, ya que aquí hay muchas personas de Argentina. Creo que el uso coloquial de "coger" en Argentina y otros sitios de América tiene un significado completamente diferente del uso que se da en España.

En próximos relatos os iré contando la evolución de esta situación, que reitero otra vez, es absolutamente real.

Muchas gracias.