El Chantaje

Tras lo sucedido en La Tentación, decidí que nunca más le sería infiel a mi marido. El problema es que un compañero de clase de mi hijo se cruzó en mi camino.

Un mes antes de que sucedieran los hechos relatados en La Tentación (www.todorelatos.com/relato/65658) fui a recoger las notas de mi hijo Juan. Me puse algo nerviosa mientras esperaba al notar la mirada de un chico algo mayor que mi hijo en mi escote.

-Hola señora-me dijo el muchacho-, me suena su cara.

-Bueno, yo soy la madre de Juan. ¿Estás en su clase?

-Sí, lo que pasa es que solo nos vemos en la hora de tutoría, porque yo estoy en un grupo aparte.

No recuerdo como dijo que se llamaba el grupo, aunque mi hijo ya me había dicho que a un grupo de repetidores los tenían aparte con asignaturas más fáciles para ayudarles a que se sacaran el graduado (por aquel entonces mi hijo se encontraba en 4º de ESO).

-Me llamo Julián-continuó el chico-, pero usted puede llamarme Juli.

-¡Ah! Oye, Juli. ¿Como es que vienes tú a buscar las notas en lugar de tus padres.

-No pueden venir y me han firmado una autorización. Yo ya tengo 17 años. Tengo unas ganas de ser mayor de edad...

Afortunadamente, tuve que entrar porque el tal Juli no paraba de mirarme las tetas mientras hablaba y eso me ponía nerviosa. Mi hijo las había aprobado todas, aunque se que eso no os interesa mucho.

Unos días más tarde de la marcha de Ramón, yo me encontraba cocinando sin dejar de pensar en lo sucedido. Le había sido infiel a Juan y eso era algo imperdonable. Los remordimientos me reconcomían y por mi cabeza pasó incluso la idea de confesárselo todo a mi marido. Obviamente no lo hice, pues amaba a mi esposo y temía perderle. Aquella mañana decidí hacer como si nada hubiese ocurrido. Borrón y cuenta nueva. Justo en ese momento recibí una llamada de teléfono. Era el jefe de estudios del instituto de Juan. Mi hijo se había peleado con un chico. Fui a recogerlo. Tenía sangre en el labio. La pelea había sido con un tal Daniel, un chico repetidor de 18 años.

-Juan, esto no es normal en ti. ¿Vas a decirme de una vez por qué te has peleado con ese chico?

-Es que...

-¿Sí?

-Habló mal de ti.

-¿De mi?¿Pero de que me conoce ese chico?

-Cuando llegué del recreo tuvimos que esperara a que abrieran la puerta de la clase. Dani se metió conmigo. Lo hace algunas veces.

-¿Y por qué no me lo has dicho antes?

-Porque me da igual lo que diga ese gilipollas. Pasó de él y punto.

-Bueno y¿que pasó?

-Pues que teníamos tutoría y estaban los de diversificación[ese era el nombre del grupo, lo he recordado ahora]. Uno que se llama Juli me le dijo a Dani que no se metiera conmigo.

-No te metas con el chaval.

-Es que es tan tonto.

-Pues la madre está buenísima.

-¿La madre de este pringao?

-Sí, la vi el día de las notas y es un pivón.

-Venga ya, si será una vieja...

-Que no, tío. Está un poquito gorda, pero tiene unas tetas.

-Buf, me estoy poniendo palote de imaginármela.

-Y tiene un culo. ¡Que culo! Tienes que verla.

-Pues si tiene tan buen culo, se lo voy a coger y le voy a hacer pim pam pim pam... Buf.

-Deja de meterte con mi madre.

-Mira, Juanito. Tu madre es una puta. El día de las notas voy a venir aquí, me la voy a llevar a los cuartos de baño y me la voy a follar en todas las posturas posibles.

-Callate si no quieres que te parta la cara.

-¡Uy, que miedo! Mientras no me partas la polla para que me la chupe la guarra de tu madre.

-Entonces le pegué y...

-Juan, si dices que te da igual que se meta contigo... Juan, a mi no me importan esos golfos. Tú no te juntes con ellos y pasa de lo que te digan. No entres en su juego, ¿vale?

-Vale.

Llegaron las vacaciones de Semana Santa y fui a buscar las notas de mi hijo. Juli me saludó. Tenía el pelo negro, los ojos azules, la cara llena de acné y un cuerpo bastante enclenque. Iba acompañado de otro chico que parecía algo más mayor e indudablemente más atractivo. Supuse que sería Dani. ¡Menudo chulo! Solo había que ver la cresta de su pelo castaño, su camiseta sin mangas que dejaban ver un tatuaje en su hombro y el pendiente de su oreja. Lo odie, pero en el fondo, muy en el fondo, me sentí atraída hacia él. Su piel morena, sus ojos color avellana, su sonrisa chulesca y su musculoso cuerpo me subieron la temperatura. Tuve que recordarme a mi misma que era una mujer casada que "siempre" le había sido fiel a su marido antes de entrar a hablar con la ballena, digo con la profesora de mi hijo(es que está, digamos, bastante entrada en carnes). A Juan le habían quedado las matemáticas. Era la primera vez que mi hijo suspendía una asignatura.

-No se preocupe-me dijo la ballena-, su hijo es muy buen chico y en el resto de materias su nota es impecable. Dígale que se ponga las pilas en el último trimestre.

-¿Puedo ir a hablar con el profesor de Matemáticas de mi hijo?

-Sí, claro. Se llama Francisco.

-¡Ah, el gallego! Si, mi hijo me habló de él. Dijo que era muy estricto.

-Sí, es bastante serio. En la clase solo han aprobado tres.

Salí del aula en busca del profesor de Matemáticas. Juli y Dani me dijeron adiós. Me ponía nerviosa la forma en la que me miraban. Fui al baño y me lavé la cara. Sin querer, me mojé la blusa y me fijé en que se me transparentaba un poco el sujetador. Entonces, Juli y Dani entraron en el baño. Me miraban fijamente. Dani sacó un porro y lo encendieron.

-¿Qué haceis?-les pregunté alarmada.

Empezaron a fumar.

-¿Quiere un poco, señora?- me dijo el insolente de Dani.

-No, gracias.

-¡Coño-gritó Juli-, viene alguien!

Se metieron en uno de los baños, me arrastraron con ellos y cerraron la puerta.

-¿Pero que coño haceis?

-Calle, señora-me pidió Juli-. Ayudenos, por favor.

La situación me parecía ridícula. Los tres sobre el váter para que no nos vieran los pies y esperando a que pasara el peligro en silencio. Estábamos muy apretados. Sentía la respiración de los chicos sobre mí. Yo estaba en medio. Sentía sus alientos. Sus cuerpos. Sobre todo el de Dani. Deseé echar al niñato del Juli y ponerme a follar con Dani como él le había dicho a mi hijo. Nos miramos a los ojos. Sentí su deseo. Me deseaba. Y yo a él. Pero lo de Ramón había sido un error. Y no podía volver a ocurrir.

Dani le dio una calada al porro y echó el humo al aire.

-¿Sabes lo que es una iguana, Encarna?

-¿Qué?

-¿No te llamas Encarna?

-Sí.

-¿Y sabes lo que es una iguana?

-Es un bicho, ¿no?

Le dio una calada al porro y me besó. Me cogió de improviso, por lo que no hice nada por apartarlo. Cuando dejó de besarme, solté el humo.

-Eso es una iguana. ¿Te ha gustado?

Me levanté para irme, pero Dani me agarró.

-No te vayas tan rápido, muñeca.

-O me sueltas o grito.

Me disponía a gritar cuando Juli me calló con un beso. Dani empezó a chuparme el cuello por detrás. Yo le dí una bofetada y a Juli una patada en los huevos. Me disponía a salir de nuevo y Dani me volvió a agarrar y me besó.

-Somos más fuertes que tú y somos dos. Podríamos violarte si quisiéramos, pero no somos tan malos, ¿o sí?

-Mira, si me tocáis un pelo, os denunció. Me parece que habéis visto mucho porno o leído muchos relatos eróticos. En la vida real, si violáis a una tía, no le va a gustar. Nunca le gustará. Lo que hará es mandaros a un reformatorio. ¡Ah, no! Tu ya tienes los 18, ¿verdad Dani? Entonces tú irías a la cárcel.

La cara les cambió. El jueguito se les había acabado.

-Bueno-dijo Dani-, deja que te toquemos las tetas y te puedes ir.

-Y una mierda.

-Joder, solo un poquito, ¿verdad Juli?

-Sí, solo un poco. Y por encima del sujetador. Solo para sobártelas un poco.

-¿Qué? ¿Por encima del sujetador? Sí y después jugamos a las prendas. Crece un poco o no te comerás un rosco en tu puta vida.

-Joder, Dani. Es que la mujer me da pena. Esto no está bien y...

-Vale, vale. Por encima del sujetador. ¿Qué dices, Encarna?

Ya le había sido infiel a mi marido. Eso era algo que no iba a volver a ocurrir, pero si solo iba a ser por encima del sujetador...

-Bueno, pero solo por encima del sujetador. Y no más de un minuto.

-Que sí, que sí.

-Y después me voy.

-Que sí. Deja que Juli te toque las tetas. A mi no me apetece. Me cansas. No eres para tanto. Eres vieja y estás gorda. Lo siento, pero no me pones.

Eso me decepcionó un poco. Si por algo había aceptado era por sentir las manos de Dani sobre mis pechos. Por una vez que iba a disfrutar sin cometer una infidelidad, todo se iba al cuerno.

-Bueno, acabemos cuanto antes.

Me quité la blusa. Mi sujetador seguía algo mojado, por lo que se me transparentaban un poco las tetas. La emoción del momento me había erizado los pezones. Dani se sentó en el váter y empezó a sobarse el paquete con cara de salido sin dejar de mirarme. Eso me animó. Fui hacia Juli, cogí sus manos y las coloqué sobre mis pechos. Él empezó a tocarme las tetas con torpeza. Cerré los ojos e imaginé que las manos eran de Dani. Los abrí y vi a Juli al que parecía que le había tocado la lotería. Sentir sus manos me puso a cien. Miré a Dani y ví que ¡lo estaba grabando por el móvil!

-¡Suelta eso!

Guardó el movil.

-Damelo.

-Como me voy a pajear mirando este video.

-Ni se te ocurra enseñárselo a alguien.

-¿A quién se lo voy a enseñar? ¿A tu hijo? ¿A tu marido?

-Dani, por favor.

-Si quieres el video, está tarde quedamos para follar.

-¿Qué? Ni loca creerás.

-Si no quieres perder a tu familia, tendrás que hacerlo.

-Dani-intervino Juli-, deja en paz a la mujer. Eso no está bien. Es un delito.

-Mira, callate. Ya le has tocado las tetas. Ahora vete.

-Pero Dani...

-Juli, como dice Encarna los videos porno y algunos relatos eróticos no son reales. No nos vamos a montar un trío, así que vete de una puta vez.

Juli se fue y nos quedamos a solas.

-Te voy a denunciar.

-Hazlo. Así tu marido sabrá que eres tan puta como para dejar que un adolescente salido te toque las tetas.

-Diré que me obligasteis.

-Pues en el video lo que se ve es que tu coges las manos de Juli y las pones sobre tus melones.

-Dani, por favor no me hagas esto.

Se agachó, metió la cabeza bajo mi falda y me bajó las bragas. Sacó un bolígrafo, escribió algo sobre mis bragas y me las lanzó a la cara.

-Nos vemos esta tarde a las cinco en el piso de un amigo mío que está fuera. Ahí he escrito la dirección. Ya sabes lo que ocurrirá si no vienes o si faltas a la cita.

Me volvió a besar y se marchó. Yo me quedé allí un rato llorando.

A las cinco en punto entré en el piso que ponía en las bragas. Estaba temblando. Dentro se encontraba Dani. Me llevó a un cuarto. Sobre una cama había un minúsculo vestido rojo.

-Entra en el baño y póntelo. No quiero que lleves nada más puesto.

Entré en el baño, me desnudé y me puse el vestido(podéis encontrar mi descripción física en La Tentación) aunque me dejé las bragas puestas. Dani se dio cuenta enseguida y me las quitó el mismo.

-Tranquila, vas a disfrutar.

Me besó en los labios. Se sentó sobre la cama y me colocó sobre él. Me bajó los tirantes del vestido y me dejó con las tetas al aire. Se quedó un rato mirándomelas. Se relamió y colocó sus manos sobre ellas. Empezó a tocármelas. Al principio de forma suave y luego más bruscamente, pero siempre despacio para que ambos disfrutásemos del momento. Le quité la camiseta y le acaricié su cuerpo. ¡Y que cuerpo! Es verdad que no era tan espectacular como el de Ramón, pero éste era más joven y por lo tanto, al menos para mí, más apetecible. ¿A ustedes no os ponen más los jovencitos, chicas? Bueno, a lo que iba. Después de sobarme a gusto las tetas se las llevó a su boca. Estuvo un buen rato chupándomelas. Fue ahí cuando se volvió loco. Su lengua y su saliva iban por mis pezones a todo correr. No paraba. Me las besaba, las lamía, me succionaba los pezones, me los mordía. Mis tetas lo habían puesto a mil. Por eso prefiero a los jovenes. Aunque Ramón follase mejor, Dani me follaba con más pasión. Me hacía sentir la mujer más perfecta del mundo. La forma en que me chupaba las tetas era bestial.

-¿Te gustan mis tetas?

-Son las más ricas que he probado en mi vida.

-Me parece que no has probado muchas.

-Te equivocas, nena. Callate de una puta vez que yo lo que quiero es follar.

Me tumbó sobre la cama y se colocó sobre mi. Volvió a mis tetas. Cerré los ojos. No os podeis ni imaginar lo que sentí. Dani fue bajando su lengua hasta mi ombligo. Me desnudo por completo y se adentró entre mis piernas. Me chupó el coño durante un rato. Cuando me corrí, fui yo la me puse sobre él y le saqué la polla. Estaba en estado de erección y era muy grande. La verdad es que más que grande, era gorda. Me la llevé a la boca y le realicé una buena mamada.

-¿Te gusta?

-Calla y chupa, puta.

Le obedecí y continué engullendo su miembro. Cuando vi que se iba a correr, me la metí hasta el fondo. Dani descargó su leche en mi boca. Luego follamos. Me senté sobre su polla y cabalgué sobre él. Mientras follábamos, él seguía chupando mis tetas. Al parecer le habían gustado bastante. Le pedí que se corriera en mi cara y así lo hizo. Mientras me llenaba el rostro de semen se reía.

-¿De que coño te ríes?

-De que estás disfrutando. Eres una puta. Me deseaste desde el principio.

-¿Yo a ti? ¿Pero qué dices? Solo estoy haciendo esto para que ese video no salga a la luz.

-¡Ah! Ya veremos.

Sacó su móvil y me enseñó el vídeo. Salía Juli tocandome las tetas, pero no se veía cuando yo le cogía las manos. Podría haber dicho que me obligaron a hacerlo. Dani borró el vídeo.

-Ya está-dijo mientras abría un cajón y sacaba un bote de crema-. Ahora te voy a lubricar el culo y te voy a meter mi polla por detrás. ¡Ah, no! No me acordaba de que tú solo hacías esto para que el video no saliera a la luz. Entonces, no quieres que te joda, ¿no?

Sin decir nada, me tumbé bocabajo y coloqué mi culo en pompa. Estaba deseando que aquel cabrón me jodiera. Me lubricó el culo y me metió su polla. Mientras jodíamos, sonó mi móvil. Lo cogí.

-Juan, mi amor.

Era mi marido. Mientras hablaba con él, Dani seguía jodiéndome.

-Encarna, ¿donde estas? Yo estoy en casa.

-¿Qué? ¿Cómo que en casa?

-Es que me dieron las vacaciones por adelantado.

-¿Y comoooo oo como no me has dicho nadaa?

La enculada estaba en su momento álgido y mi marido se encontraba en el teléfono diciéndome que había vuelto de Mauritania antes de tiempo.

-Quería darte una sorpresa.

-Oooohhhhhhhh, te dejo.

-Cariño, ¿estás bien?

-Mejor que nunca. Eeestoooy haciendooo unos recadooooos. Nos vemos en media hora-colgué-. OHHHHHHHHHHHH HHHHHHHHHHHH. ¡Dios, no pareeeeeeeeeeeee eeeeeeeeeeeees! ¡Aghhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh hhhhhhhhhhhhhhh!

Dani se corrió en mi culo. Nos besamos y volvió a chuparme las tetas.

-Dani, me tengo que ir.

-¿Nos vemos mañana?

-No se si podré...

Mientras seguía chupándome las tetas, Dani había colocado una mano sobre mi coño.

-Dani.

Empezó a masturbarme.

-Vale, nos vemos mañana, pero dejame irme. Mi marido me está esperando.

-Pues que esperé.

Desde ese momento, Dani es uno de mis amantes.