El centro de depilación

Hace unos días una amiga me comentó que el centro de depilación al que asisto había contratado un hombre para la depilación con cera, a ella le parecía que eso no iba a funcionar pues que mujer iba a querer que la depilase un hombre? Pues... yo!!!

Por Alexia

Hace unos días una amiga me comentó que el centro de depilación al que asisto había contratado un hombre para la depilación con cera, a ella le parecía que eso no iba a funcionar pues que mujer iba a querer que la depilase un hombre? Pues... yo!!! Luego de hablarlo por teléfono con mi marido (que se encuentra de viaje de trabajo) y recibir su apoyo incondicional, decidí ir al centro de depilación y pedir por el chico nuevo.

Cuando llegué, no necesité pedir por él pues en ese momento solo él se encontraba desocupado, así que ingresamos juntos al box y el muchacho (de unos 35 años, delgado y bien parecido) me preguntó “que tipo de depilación deseas?” en la seguridad de que yo iba a pedirle que depilara mis piernas, pero cuán grande fue su sorpresa cuando le dije “hazme el pubis, el cavado (lados del coño) y la tira de cola (cachetes del culo, ano y espacio entre este y la vagina)” el chico quedó de una pieza y yo sin sarle tiempo a reaccionar le pregunté con cara inocente “prefieres que me  saque la tanga?” el entre balbuceos dijo “creo que será lo mejor”… Sin dudarlo desprendí mis jeans y los dejé caer por mis piernas, luego hice lo mismo con mi diminuta tanga, la camilla de depilación es alta, así que debí levantar bien una pierna para subir y esto le permitió vislumbrar por primera vez mi coño y sus tres grandes piercings (que yo deliberadamente había escogido para la ocasión), noté como su bulto crecía bajo los pantalones de algodón… la diversión había comenzado!

Comenzó a esparcir cera por la parte alta de mi pubis y a quitar los pelillos hasta llegar a la parte baja, cerca del comienzo de los labios mayores, en ese momento se dio cuenta de que el piercing de mi clítoris corría riesgo de quedar pegado en la cera, entonces me miró como diciendo “¿Qué hago?” y yo le miré diciendo “es tu problema” entonces con mano temblorosa tomó el piercing con una mano (pegando un delicioso tironcito de mi clítoris) y lo sostuvo mientras esparcía la cera y la retiraba, ahora la erección bajo su pantalón era indisimulable. Terminado el pubis debía depilar los lados de mi coño, yo abrí ampliamente mis rodillas enseñándole mi coño; esta vez no preguntó y con sus manos desnudas (sin guantes) logró tomar los piercings de los labios y tirando hacia un  lado y el otro depiló ambos lados. Ahora era el turnos de esa pequeña zona entre el coño y el ano, cuando iba a esparcir la cera ahí se percató de que el flujo que brotaba ya de mi vagina estaba empapando ese espacio y mi culo, se dio vuelta para buscar una toalla de papel y me la extendió como suplicando “sécate tú”, yo nuevamente me hice la tonta y el debió pasar la toalla y secar mi humedad para que la cera se adhiriera a mi piel.

Finalmente llegó el turno de mi culo, así que me di vuelta sobre la camilla quedando estirada boca abajo, con total descaro abrí ampliamente los cachetes de mi culo con ambas manos enseñándole ofreciéndole mi ano y mi coño bien abierto y empapado nuevamente! Antes de hacerlo me aseguré de estar en una posición que me permitiera observar su bulto cuando lo hiciera, lo que me permitió observar con claridad el respingo que dio su pija cuando abrí mis cachetes!

Terminado su trabajo, me indicó que me vistiera, le pagué y le prometí volver… Camino a casa, me divertía pensando en el pobre chico que había dejado en el centro de depilación con una erección indisimulable. Al llegar a mi casa me desnudé y me hice una tremenda paja pasando la palma de mi mano por mi coño empapado, como si él me estuviera toqueteando, no tardé en acabar en un delicioso orgasmo….

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