El cazador cazado
O cómo ir por lana y salir trasquilado.
Hacía dos meses que habia roto con mi novia. El motivo fué, ni mas ni menos que un desencuentro sexual. Realmente la relación emocional estaba prácticamente muerta y solo el sexo frecuente nos mantenía unidos.
Pero, intentando ir mas allá de las experiencias que habitualmente teníamos, yo llevaba tiempo intentando probar el sexo anal pero ella de ningún modo estaba dispuesta a dejarse penetrar. En alguna ocasión me había espetado que si quería sexo anal tendría que ser en mi propio ano, a lo que yo me negaba rotundamente.
Pero esto solo eran rifirafes que terminaban generalmente con un buen polvo y todo olvidado.
Así ocurría hasta el día que tras insistirla en que me dejase darla por detrás su respuesta tajante fué:
- Mira, no me vas a dar por el culo, sabes? Es mas, eres tu el que se va a ir a tomar por culo.
Se levantó y muy enfadada se vistió a toda prisa y de un portazo abandonó mi casa para siempre.
Podéis imaginar la cara que se me quedó. Los primeros momentos fueron de desolación. Llamaba a su móvil pero siempre me colgaba hasta que me dió el mensaje de que ese numero estaba apagado o fuera de cobertura.
Como contaba, la relación emocional era lo de menos, así que pensando, lo único que podía lamentar es que se me acababa el polvo asegurado.
Que fastidio! Ahora vuelta a salir por las noches hasta encontrar a otra... o a cascarmela para calmarme mientras. Pero claro, si Laura (que así se llamaba mi ex) siendo como era bastante abierta para temas de sexo no me dejó darla por detrás, encontrar a una que si que me dejara iba a ser mas complicado aún. Y el caso es que la idea de hacerlo me iba rondando cada vez mas la cabeza.
Pasado un mes decidi que, fuera como fuera, me iba a follar un culo, aunque para ello tuviera que pagar. Revisé un par de páginas de anuncios eróticos y veía cada hembra que casi me empalmaba. Llamaba y los precios que oia me bajaban la calentura... No es que sea un pobreton, pero pagar lo que me pedían era mucho. Además, leyendo en foros las críticas de clientes vi una cosa bastante común: Chicas que anunciaban el griego entre sus servicios pero que a la hora de la verdad a veces ponían pegas e intentaban que el polvo fuese por delante.
Imaginad mis dudas: Como me sentiría si después de pagar lo que me pedían al final lo que yo quería lo hacían a desgana o incluso me quedaba sin hacerlo...
Un mensaje del foro me llamo la atención. Un cliente decía que para dar por detrás prefería ir con una travesti, que para esas "labores" son mucho mejores. Incluía además un enlace a un anuncio de otra web de la travesti con la que decía haber estado.
Jamás me habría imaginado ir con una travesti, pero la curiosidad me pudo y visité el enlace. Por las primeras fotos, en las que no se veía su herramienta, nadie diría que no era una mujer. Y, que leches! estaba buena. Dos fotos mas adelante ya mostraba su arma... Joder! si era mas grande que la mia!
Esto me echo atrás un poco, pero al día siguiente, la curiosidad pudo conmigo. Volvi a visitar esa página y a ver de nuevo a Perla (asi se hace llamar). Si no fuera por su pollón no dudaría, pero... El caso es que me puse a leer comentarios acerca de esta scort en el foro y todos hablaban maravillas. Había total acuerdo en que era muy femenina (cosa imortantísima para mi) y que tanto de activa (que no me interesaba) como de pasiva se comportaba y merecía la pena lo que se pagaba, que por otra parte era mucho menos de lo que estaba viendo hasta el día anterior.
Tras dos días mas de visitar sus fotos y releer lso comentarios debatiendome entre llamar o no, al fin decidí intentarlo. Si tras verla no me gustaba lo que veía siempre me podría echar atras, o al menos, así decía ella en su anuncio.
Me decidí por el siguiente jueves. Ese día la llamaría y me pasaría a verla.
Pero llegado el jueves llamé varias veces en las que en el telefono no respondían. Supuse que estaba con algún cliente, asi que lo intenté mas tarde. Dos horas después por fin conseguí dar con ella. La voz me chocó en un primer instante, ya que me la esperaba de mujer, pero claro, al fin y al cabo, no lo era del todo. Ya sobrepuesto a la sorpresa inicial la pregunté por que hora podría ir a visitarla pero sentí una enorme decepción cunaod me dijo que el jueves imposible, y el viernes no podría ser tampoco. Quedé en que la visitaría el sabado y que me apuntase para no perder el turno. Ella sonrió y la verdad, me gustó su sonrisa y bueno, me dió confianza. Quedé en llamarla el sabado a mediodía para confirmar que iría sobre las 6 de la tarde.
Esos dos días, del jueves al sabado, se me hicieron eternos y sólo deseaba poder verla y por fin, saciarme de follar un culo.
Y al fin, llego el sabado. A las 12 en punto la llamé y me cogió el teléfono con voz de recién levantada.
Perla? Soy yo, Manuel. Te llame el jueves y quedé en llamarte hoy a mediodía.
Pues si que has sido puntual, no? -dijo con una media sonrisa.
Yo me quede muy cortado ya que era cierto que tenía cierta ansiedad.
Si bueno - atiné a responder-, habíamos quedado en que a las 6 pasaría a verte. ¿Lo recuerdas?
Ay! mi amor... - respondió ella con voz de apenada- pues es que esta tarde tenía que salir a unas compras. Mira que no haberme acordado!
Vaya - dije yo con autentica desazón.
Pero mira, si quieres puedes pasarte sobre las tres. Si puedes, claro.
Salte en mi sillon como un resorte. Si que podía, claro!
Pues claro que si! -exclamé.
Vaya, se te ve ansioso, eh! Pues mira, vivo en ...
Me dió su dirección y me indicó que al llegar a su puerta la hiciera una llamada para que me dijera el piso y puerta. A las tres menos cuarto estaba alli esperando a que llegase la hora para llamar.
No habían terminado de sonar las campanas de un reloj que había cerca de su casa cuando agarré el móvil y llamé. Me dió su numero, piso y letra, y en un par de minutos estaba llamando.
Has tardado poco -me dijo por el telefonillo.
Si, jeje -sonreí yo timidamente.
Sube, mi amor -dijo, tras lo cual sonó su puerta y entré en el edificio.
Me dirigí raudo hasta su piso, un tercero, por las escaleras, para ni esperar el ascensor. Imaginad el cuadro cuando me presenté en su puerta y llamé al timbre: Un tio casi sin resuello y completamente nervioso.
La verdad es que aunque deseaba el encuentro, aún seguía teniendo dudas, y es que al fin y al cabo, tenía una polla. Pero de mis pensamientos me sacó ella inmediatamente.
Como yo apenas entraba en su casa, se asomó desde detras de la puerta y agarrándome de la mano tiró de mi hacia dentro.
Las pulsaciones ya las tenia a 200 y sin embargo tener a ese pibon enfrente (cara a cara ganaba mucho con respecto a las fotografías) no conseguía que me calmase, peor aún... mas nervioso me ponía, y es que Perla, con sus casi 1:85 era (o parecía) una mujer escultural.
A ver, cariño, lo primero tranquilizate -me dijo.
Lo intento, pero es la primera vez que me veo en una situación así.
Ah si? -pregunto Perla con cierto brillo en sus ojos.
Pues si -contesté yo bajando la cabeza como avergonzado.
Y es que era la primera vez que pagaba por tener sexo. De haber sido con una mujer biologica posiblemente me hubiera puesto algo menos nervioso, pero en esta situación realmente no lo podía controlar. Estuve tentado de largarme pero Perla debió percatarse de ello y me agarró el paquete y el cuello, dandome un beso en los labios.
Mmmm... el apretón que me daba en mis partes me estaba poniendo caliente así que desterré la idea de marcharme. Ella despegó sus labios de los mios y sin soltar mi entrepierna me dirigió a una pequeña salita a solo unos pasos de la entrada.
Y dime... ¿cuanto tiempo quieres estar?
Una hora - contesté yo escuétamente desconociendo las reglas de ese tipo de negociaciones.
Muy bien... son xxx euros, mi amor.
Como ya llevaba el dinero preparado lo sace del bolsillo y se lo di. Ella fué un momento a guardar el dinero y al poco estaba de vuelta. Me sañaló la cama y dijo:
- Ponte cómodo y quítate la ropa.
Yo empece a desnudarme con mas vergüenza que otra cosa, ya que ella no apartaba la mirada. Me quede con el boxer puesto y me senté sobre la cama.
- Quitate todo, no me seas vergonzoso.
Tratando de ocultar mis partes me quité como pude el boxer. Mientras me lo quitaba me pregunto qué quería hacer. Sin dudar la dije que quería darla por detrás. No sé si fué como lo dije o qué, el caso es que ella se echo a reir diciendo:
Es tu primera vez, verdad?
Si, ya te lo dije -conteste yo.
Bueno, mi amor, relájate y verás como todo va bien.
Ufff, si, eso espero -dije mirando a mi todavía flácido pene.
Ella comenzó a desnudarse y os aseguro que me estaba poniendo cachondísimo, pero para mi horror, mi pene seguía en un estado lamentable. Quizás serían los nervios, no sé, la cosa es que eso no subía. Y no era desde luego por falta de ganas.
Cuando se terminó de desnudar, a falta de un minúsculo tanga que permitía apreciar su bulto, viendo que yo estaba preocupado por que mi polla no se ponía en forma se abalanzó sobre mi boca y tras tumbarme y besarme un rato se acerco a mi oreja y dijo muy bajito:
- Déjame a mi, cariño, que la pongo a tono.
Su mano acto seguido se puso sobre mi polla y empezo a sobar y a tocarme. Yo ya estaba en un auténticoestado de ansiedad por que eso no subía y cuanto mas lo intentaba mas lejos parecía estar el momento. Unos minutos mas tarde dejo de sobarme la polla e incorporándose me dijo:
Mi amor, estas muy nervioso y eso no sube. Quieres que lo hagamos al reves?
Como? - dije yo extrañado.
Si - dijo en un tono muy conciliador - primero te follo yo a ti y despues me follas tu a mi.
Estuve en ese momento tentado de largarme de alli pero no lo hice.
Espera - dije- yo es que no quiero que me folles.
Bueno, pues nada -dijo ella con cara de fastidio incorporándose aún mas.
Se quedó mirándome a la cara unos segundos que a mi se me hicieron horas ya que estaba muerto de la vergüenza del gatillazo que acababa de dar.
- Mira, vamos a hacer una cosa -dijo- Tu te tumbas y yo te masajeo con mi cuerpo. Te parece?
Que remedio me quedaba... y habia pagado una hora y no habría pasado mas de un cuarto.
- Vale - la dije, y me tumbé boca abajo.
Perla comenzo a masajearme con su manos la espalda y hombros. Realmente tenía un tacto muy suave, y su buen hacer estaba consiguiendo que me relajase, aunque mi polla seguía igual de muerta.
Poco a poco y conmigo completamente relajado fué bajando sus manos por mi trasero y nalgas, acariciando su lado interior y dirigiendo su mano a mis huevos.
Yo me iba entregando a sus caricias que me estaban haciendo disfrutar realmente. Así, cuando uno de sus dedos alcanzo mi ano yo ni me moví y la dejé hacer. Al rato, ya no era un dedo que pasaba ocasionalmente sino varios que jugueteaban con mi trasero, pero debo confesar que me estaba gustando.
Noté como su lengua pasaba por mis nalgas y recorria muy despacio mi trasero hasta que pude sentir como llegaba justo hasta mi esfinter. Una de sus manos se habia alojado debajo de mis huevos masajeándolos sin para y la otra, con los dedos junto a su lengua, trataba de abrirse paso en mi esfinter.
Ni me moví cuando noté que un poco de su saliva había caido en mi ano y facilitaba que uno de sus dedos entrase un centimetro dentro de mi.
Era todo tan pausado y placentero que cuando me quise dar cuenta tenia un dedo suyo completamente dentro de mi ano y lo movía en circulos y en vez de rehuir esa situación exhalé un suspiro de puro placer.
Perla había permanecido en silencio todo este rato hasta que al oirme dijo:
Ves? ya te estas relajando. Vas a ver como disfrutas.
Hummm, si - respondí yo - me está gustando esto.
Siguió con sus maniobras hasta que consiguió meter un segundo dedo. En ningún momento sentí el mas mínimo dolor ni molestia y curiosamente, tampoco sentí recelo por que invadiese mi culo.
Ya con dos dedos dentro la situación era, cuando menos, placentera. Mi ano, ya algo dilatado los admitía perfectamente y aún me ruborizo al recordar que en ese momento deseaba tener mas dedos.
Pareciera que Perla leía mis pensamientos ya que al poco rato tenía dentro de mi el tan ansiado tercer dedo. Sus movimientos circulares estaban dilatando mi ano hasta limites que yo ni sospechaba y mucho menos, ni imaginaba que lo disfrutara como lo estaba haciendo. No me corté en exteriorizar el disfrute que estaba teniendo y mis gemidos ya eran claramente audibles.
Pasados unos minutos, Perla muy delicadamente sacó sus dedos y se incorporó. Yo la miré con cara de no saber que pasaba. Por un momento pensé que el tiempo se me había acabado, pero echando la vista a un reloj que había en su mesilla de noche pude comprobar que aún quedaba una media hora del tiempo pactado.
- Perdona, es que tengo que ir al baño -me susurró.
Vi como se levantaba y salía de la habitación. Su trasero era majestuoso y apetecible, ya que el tanga que aún llevaba no tapaba nada, pero, no sé por qué, pero mi polla seguía flácida.
- Al fin y al cabo lo que me esta haciedo me gusta -pensé para tranquilizarme a mi mismo.
Perla volvio al poco rato y me pillo mirando hacia la ventana. Sin que me diera cuenta estaba sobre mi de nuevo.
Volvemos a jugar con los deditos? -me dijo sensualmente.
Siii... - respondí entusiasta.
Un dedo volvió a la carga. Mi ano se debía haber cerrado ya que no entró con demasiada soltura, pero los masajes de Perla consiguieron que en poco tiempo de nuevo tuviera los tres dentro y como antes volviera a gemir como una puta.
Con una mano Perla me estaba sujetando mi espalda contra la cama y con la otra me estaba taladrando... y si esto era asi, ¿qué era lo que estaba notando sobre mi nalga? Sin duda, se trataba de su polla y la cosa tomaba otro cariz.
Espera! -exclamé- ¿que tengo encima de mi culo?
Cariño, relájate. Tu déjame hacer que disfrutes.
Sinceramente, a pesar de que en ese momento sus dedos dentro de mi me estaban dando un placer indescriptible, el pensar que tenía ahí cerca una polla me intranquilizaba.
- No, mira -dije-, lo que estamos haciendo me gusta, pero no quiero que me des por detrás.
Perla me sujetó mas fuerte contra la cama. Como os he contado, aparte de ser algo mas alta que yo, se la veía fuerte, quizas mas que yo, con lo que cuando me sujetó de ese modo apenas me podía mover.
En un movimiento casi instantáneo saco sus dedos de mi trasero y puso sobre mi esfinter la punta de su pene y agarró con la mano que ahora tenía libre uno de mis brazos. Yo, en ese momento me temí lo peor e instintivamente traté de cerrar mi ano lo mas posible para impedir que me violara, pero incomprensiblemente echaba de menos sus dedos dentro de mi. Es posible que Perla se diese cuenta de esto porque con un tono casi de amante me dijo al oido:
Sé que lo estas deseando, putita. Y lo que te espera es mejor que los dedos.
Joder! Que no quiero que me folles el culo! -dije.
No se si es que no sonaba muy convincente o qué pero Perla, al tiempo que presionó un poco su polla contra mi ano (sin llegar a entrar) reía diciendo:
Vas a ver como de aqui a un rato me lo pides.
Ni de coña -respondí furioso.
Comencé a mover mis piernas tratando de liberarme pero con este movimiento descuidé mi retaguardia. Y es que al dejar de apretar el ano para cerrarlo, su pene consiguió introducirse lo que supongo sería un centimetro.
- Joder!!! -exclamé al sentirlo-, para!!
Y Perla paró... pero no se echó atrás y por tanto, la punta de su pene seguía dentro de mí. Tras un tenso silencio de unos segundos, su pene se movía tratando de hacer circulos en mi esfinter, como antes había hecho con sus dedos. Y el caso es que yo ya no estaba tan seguro de si lo que se me venía encima era una violación o algo con lo que disfrutaría.
Entended mi situación, yo era (y sigo siendo) un tio muy seguro de serlo, al que le gustan las mujeres y en mi vida jamas había pensado que iba a recibir por detrás. Pero estaba prácticamente inmovil y a punto de ser sodomizado. Por otra parte, lo que unos minutos atrás habia sentido con los dedos de Perla ciertamente me había satisfecho. Pero, que coño! Una cosa era un masaje y otra que me dieran por culo.
Giré la cabeza para mirarla poniendo cara de cabreo pero me encontré con su cara apacible (era guapa la jodida!) y mi expresión debió cambiar porque Perla, ahora si, empujó un poco introduciéndome su pene un centimetro mas.
He de confesar que el rechazo que sentía era puramente mental, ya que la sensación era agradable. Así pues, dentro de mi había una batalla interna entre lo que debía ser y lo que quería que fuera. Entre tanto, notaba como Perla de vez en cuando seguía empujando muy lentamente y las sensaciones volvían a ser como las que tuve cuando me introdujo los dedos.
En fin... estaba por voluntad propia en casa de una travesti que encima había tenido sus dedos en mi ano, ¿y sentía ahora reparos?. Pensé que de perdidos al rio, asi que bajé mi cabeza, traté de relajarme y dejarla hacer.
Perla debió ver con satisfacción mi rendición porque al poco continuó empalándome suavemente pero ya sin parar.
Quizás debido a la dilatación previa los primeros momentos no había sentido la mas minima molestia pero llegó un momento en el cual si avanzaba comenzaba a dolerme.
Para! -exclamé-, me duele.
Calla puta! -dijo sécamente.
Me quedé de piedra. Vale que hubiera dado a entender que aceptaba que estrenara mi culo, pero esto ya era por demás. El problema era que si intentaba moverme para liberarme su pene se introducía un poco mas, causándome mayor dolor aún. Cuando ella percibía que había llegado a mi límite de dolor paraba un instante para que me acomodara a la situación pero cuando me notaba mas relajado volvía a la carga.
No sé realmente que tiempo estuvimos así, pero se me hizo eterno. Menos mal que llegó un momento en el que me dijo:
- Ves, puta? Te la has tragado entera.
Al menos, pensé, el dolor ya no iría a mas. Así como estaba aguanto como un par de minutos durante los cuales no paró de decirme lo guarra que era y lo adicta que iba a ser a su polla. El caso es que pasado ese tiempo mi ano se acostumbró al intruso y el dolor fué menguando.
Poco a poco fué sacando su polla. Yo sentía cierto alivio, pero como a la mitad volvió de nuevo a introducirla. Ya algo mas acostumbrado apenas me causaba dolor. Tras varios mete saca la sensacion de dolor se había quedado en una leve molestia y sin embargo comenzaba a sentir ráfagas de placer.
Esto último realmente me incomodaba. ¿Como era posible que siendo sodomizado a la fuerza encima sintiera placer? Pero lo cierto es que según iba pasando el tiempo lo que de verdad sentía con cada empujón era mas intenso y placentero, así que venciendo toda resistencia me entregué al polvo que me estaban echando y no tardé en emitir suspiros que sin lugar a dudas significaban que estab disfrutando.
Mira como disfruta esta puta! -dijo Perla sonriendo- Ya te dije que te iba a gustar.
Siii -me sorprendí a mi mismo al decir eso.
Y como buena puta que eres -continuó Perla- ahora me vas a pedir que te folle mas.
Eso ya era traspasar una barrera, al menos psicológica, pero me dió igual...
Vamos, fóllame mas!!
Jajaja -se reia abiertamente- que puta eres!!! Pues toma polla!!
Ahora imprimía un movimiento mucho mas veloz. Notaba como su polla salia casi del todo y se volvía a clavar en mi ano proporcionándome una ola de placer, y no podía hacer otra cosa que gemir como una puta.
Tras una embestida, su polla salió por completo de mi. Joder, que vacío me sentí en ese momento. Trate de aupar mi trasero de forma que me penetrase de nuevo, pero ella entre risas se apartaba cada vez mas.
Quiero ver tu cara de puta mientras te follo -me dijo.
Me doy la vuelta? -pregunté.
Sin apenas darme cuenta dejó de sujetarme y como si fuera de trapo me volteó. Por fin pude ver su expresión de victoria y su satisfacción al vencerme. Cogió mis piernas y las subió a su hombros, me agarró de la cintura y sin contemplaciones me volvió a clavar su polla sin piedad. Yo por mi parte dí un pequeño respingo pues no me lo esperaba y me causo un leve dolor, pero pasados unos segundos las oleadas de placer volvieron. Me imagino que tendría una cara mas bien descolocada porque tras mirarme un rato dijo:
- Lo que yo te decía, menuda cara de puta tienes.
Se avalanzó sobre mi y me dió un cachete en la cara y con la otra mano en mi nalga, que contrariamente a lo que pareciera me pusieron mas caliente aún. Ahora era yo el que trataba de moverme para abarcar el máximo de su polla dentro de mi.
Calculo que estaríamos cinco minutos en esa postura hasta que sin preio aviso sacó su polla y se elevó. Hasta ese momento no la había visto la polla (en vivo, por que en fotografías ya la habia visto). Menuda sensación. Era toda una mujer, guapa y atractiva con un pedazo de polla mas grande que la mía que me estaba levando al cielo.
Sabedora de las sensaciones y placeres que me estaba dando, se mantuvo un rato en esa pose triunfante. Por mi parte, quería de nuevo esa polla dentro de mi.
Por que no sigues? -pregunté.
Una buena puta debería saber comer bien una polla.
Ehh??? -exclame asustado.
Ella se incorporó y desde un lateral de la cama se puso de rodillas a mi lado, se quitó el condon que llevaba (menos mal, al menos hubo cierta seguridad) y me colocó su pene a escasos milimetros de mi boca.
- Vamos, puta, a chupar!
Acerqué mis labios a su polla y sacando un poco la lengua la pude saborear. Poco a poco fuí abriendo los labios y su pene iba entrando en mi boca.
- Abre bien la boca, no quiero que me lastimes con los dientes!!
Yo trataba de hacerlo lo mejor posible, creedme, pero Perla no parecía darse por satisfecha.
- Vas a ver como se hace, puta!
Yo pensé que igual ahora ella se iría hacia mi polla, que hacía un rato que parecía que despertaba, pero no... me agarró con ambas manos mi cara y se puso a follarme, literalmente, la boca.
- Ves? Así, so zorra!
De vez en cuando una de las manos se soltaba y me daba un cachete.
En ese momento se puede decir que estaba totalmente humillado pero toda mi preocupación era seguir chupando el pene de Perla decentemente. Para ello trataba de mover la lengua de modo que acariciase todo su tronco. El caso es que estaba cachondo perdido. Me daba igual todo.
Un rato después, Perla se apartó y me dejó ver en un espejo mi imagen. Hasta ahora no había reparado en ese espejo, pero ahora me devolvía mi cara con su polla en la boca, y lo peor de todo es que tenía cara de vicioso.
De un golpe sacó su polla de la boca y enseñoreándose dijo:
- A donde va a ir esto ahora, putita??
Menudo dilema... por una parte me había gustado lo de comer una polla. Era una sensación de sumisión que me excitaba, pero por otra parte deseaba de nuevo tenerla en mi culo.
A mi culo -respondí.
Y crees que te lo has ganado, pedazo de zorra?
Titubeé al decir que si, pues no sabía que ocurriría.
- Muy bien. ¿Quieres una polla en tu culo? Vale... te la voy a meter, o mejor dicho, tu solita te vas a encular.
Me quedé pensativo con lo que quería haber dicho pero me sacó de dudas rápidamente.
- Aparta de ahí, puta, que me tengo que tumbar -dijo haciéndome un gesto para que me retirara de la cama.
Se tumbó y alcanzo un condon. Lo abrió y lo puso en su capullo.
- Vamos, ahora pónmelo con la boca.
Yo me situé de rodillas entre sus piernas y me apliqué a desenrrollar con mi boca el condon. Una vez había desenrollado lo que daba de sí mi boca llevé mis manos pero con un cachete me dijo:
- No, zorra, con la boca. Si quieres que te folle me tienes que poner todo el condón con la boca.
Intenté ponerselo al completo pero llegaba un momento en que no me cabía mas polla en la boca a riesgo de vomitar. Las arcadas eran continuas. Busque la posicion en la que pude bajarlo un poco mas, pero hasta hí llegue. Me quedé mirándola con cara suplicante y Perla en seguida captó el mensaje.
Que puta mas poco entrenada eres. No se si te mereces de nuevo mi polla.
Bueno -continuó-, lo mejor será que me supliques que te folle.
Por favor -dije yo tímidamente-, fóllame.
No no no... quiero que me lo supliques, que me digas que eres una puta viciosa que quieres tener mi polla en tu culo.
Me armé de valor y dije:
Por favor, soy una puta viciosa y quiero que me folles, quiero tener tu polla dentro de mi.
Bien... te dare mi polla -respodió Perla- pero serás tu la que se folle sola.
Como? -exclame.
Si... súbete encima de mi y empalate tu sola.
Situé, pues, una pierna a cada lado y me coloqué encima de ella. Agarré su pene y fuí bajando al tiempo que apuntaba a mi ano. Cuando tuve su polla en la entrada la solté y seguí bajando un poco mas para empalarme, pero debido al tiempo que había pasado comiendola la polla tenía el ano algo cerrado. A estas alturas ya no me podía andar con remilgos, ni quería, ya que quería que Perla viera lo buena puta que era.
Te da miedo empalarte? putita -pregunto Perla al ver en mi cara el gesto de dolor.
No.. -balbuceé yo-, es que ...
Y agarrandome de la cintura me bajó de un golpe. Dios! que punzada de dolor sentí por un momento.
- Ves que facil? Una buena puta lo hace así -dijo Perla.
Yo solo atinaba a gemir de dolor.
- Y ahora, a cabalgar! -dijo de nuevo riéndose.
Como pude fuí subiendo y bajando. La verdad es que el dolor duró poco tiempo y de nuevo el gustazo de ser follado volvió. Ahora era yo el que subía todo lo que daba de sí su polla y bajaba de golpe para clavármela una vez mas.
Ya desinhibido del todo y completamente relajado, mi polla empezó a ser la de siempre y tardó poco en coger consistencia y ponerse dura. Perla me agarró de ella y acompasando a mis movimientos me estaba pajeando.
Ahora si que estaba completo. Que gustazo!!!
Vaya! parece que ha despertado! -dijo Perla.
Si, ufff, como estoy de caliente ahora -respondí.
Estas caliente, puton? -dijo mirándome.
Yo solo asentí.
Dime lo zorra que eres y lo que te gusta que te folle, vamos puta!
Uff, siii, soy una zorra. Follame como la puta que soy. Dios! como me pones!!
Si, guarra, te voy a follar. Vamos, cabalga!
Seguí cabalgando unos minutos mas durante los cuales Perla seguía masturbándome hasta que no pude mas y estalle en una corrida como no recordaba. El primer chorro cayo en su mejilla y varios mas en su pecho.
Pero bueno!!! Has visto como me has puesto, cerda? -exclamo Perla.
Hummm, si... perdona -dije yo mas bien cortado.
Perdonar ? Nada de eso. Lo vas a limpiar con la lengua.
Sin darme opción a otra cosa, me agarro por la cintura y me saco de ella en volandas. Como sabía lo que estaba esperando, y sin ningun tipo de remilgo, acerqué mi boca a su cara y comencé a lamer mi propio semen. Era la primera vez que lo hacía directamente, aunque alguna vez habia besado a alguna mujer tras hacerme una mamada, por lo que el sabor no me pareció raro.
Con deleite fui recorriendo las partes de su cuerpo que había manchado y mientras, Perla se reía de mi diciendo que era una puta chupona, lo que me gustaba comer semen y cosas así.
Cuando terminé la miré a los ojos y con un gesto me señaló su polla.
- Vamos, ahora a por tu premio de puta viciosa.
Ya sabía lo que tenía que hacer asi que sin preámbulos me dediqué en cuerpo y alma a comerle ese trozo de carne que tanto placer me había dado. La verdad es que el estarme comiendo esa polla me estab poniendo de nuevo caliente pero Perla me interrumpió.
- Vamos, sepárate un poco y abre la boca.
Ya imaginaba lo que venía asi que me dispuse a recibir su néctar, que tras unos pocos meneos de ella misma tardo poco en llegar. Si mi corrida había sido abundante, la de Perla ni os cuento... me embadurnó la cara por completo.
Que zorra eres! Como te ha gustado ser mi puta, eh?
Ufff.. y tanto -respondí.
Anda, mírate al espejo para que veas lo guarra que pareces asi llena de leche.
Me miré y la verdad, estaba hecho un guiñapo. Jodido pero contento... y tanto. Ehe un vistazo al reloj y vi que del tiempo acordado pasaba ya mas de media hora.
Bueno, cariño, por ser el primer día te he regalado un poco de tiempo.
Gracias -acerté a decir.
Me levanté y me indicó el baño para asearme un poco. Me dí una ducha y al salir, ya completamente limpio, Perla me estaba esperando con la mejor de sus sonrisas.
Te ha gustado?
Joder! claro que si. He disfrutado un montonazo! -repliqué.
Y eso que no querías que te metiera nada. Anda que si llegas a querer... Pero me lo he pasado muy bien yo tambien.
Tras un rato corto de charla me despedí de ella con un beso y salí por la puerta de su casa. Al llegar al portal vi que me había dejado el jersey en su casa, y no era cuestión de perderlo, asi que subí de nuevo y llamé. Tardó en abrirme y pasé. Cerró la puerta tras de mi y extrañada me preguntó que qué quería. Le expliqué que me había dejado parte de mi ropa alli.
Estuvimos, mientras se cambiaba, un rato mas de charla hasta que me dijo que por qué no la acompañaba a sus compras.
Pero eso es parte de otra historia.