El castillo del placer

A aquel joven le esperaba una sensual sorpresa en el castillo...

EL CASTILLO DEL PLACER

Eduardo se dio cuenta que la noche había caído a su alrededor y el no sabía como volver, se había quedado atrapado en el bosque.

Pensó en encontrar un lugar donde resguardarse de la noche , del frío y de la lluvia que comenzaba a caer.

Como respondiendo a sus súplicas apareció a lo lejos un castillo iluminado por antorchas .Se dirigió hacia el edificio y halló la puerta abierta.

Había suntuosos muebles, elegantes alfombras y cortinas con brocados ,una mesa larga de caoba estaba dispuesta como si esperasen a un invitado .Eduardo se acercó y se sirvió carne asada y puré de patatas, boniatos y dulce de leche, tarta de manzana y membrillo, todo ello regado por vino blanco.

Cuando acabó de cenar se dispuso a buscar un dormitorio donde pasar la noche y halló uno con una cama de dosel y una manta roja y suave, se disponía a abrir el embozo cuando entro una joven en la habitación.

Tenía el cabello largo y castaño , y bajo su túnica se distinguían unas bien trazadas curvas en su cuerpo.

Mirándola bien , Eduardo se fijó en que la túnica tenía tres aberturas, dos a la altura del pecho por donde salían sus pezones erectos y otra a la altura del pubis donde este se alzaba en todo su esplendor saliendo del hueco triangular.

Él no podía evitar tener la mirada fija en esas aberturas. La joven se acercó a él, poniéndose frente a frente y cogió su cabeza entre ambas manos para dirigirla a uno de sus pezones, él la miró y entendiendo su gesto comenzó a lamerlo mientras ella echaba la cabeza hacia atrás suspirando ,ella cogió una de sus manos y la dirigió hacia la cavidad de entre sus piernas, él notó la humedad y la recorrió con sus dedos, tocó aquel botoncito de placer haciéndola gemir e introdujo su dedo dentro de ella y lo movió deprisa mientras ella le pedía MAS!! MAS!!

Ya estaba muy excitado, su verga emergió del pantalón en cuanto ella se lo bajó, los calzones estaban a punto de estallar ,ella empezó a tocarle la polla con movimientos suaves y delicados y luego con mas fuerza, el gemía de placer, le tumbó sobre la cama y comenzó a besarle todo el cuerpo, luego se sentó a horcajadas sobre su cabeza ofreciéndole el coño a su boca, el comenzó a saborearlo con fruición metiendo su lengua hasta lo más hondo mientras ella ya no gemía, sino que gritaba de placer

Luego se tumbó boca arriba al lado de él , se quitó la túnica y le invitó a montarla, el solícito, siguió sus indicaciones ,se desnudó entero y la penetró con fuerza y decisión mientras ella le arañaba la espalda de placer.

Se durmieron enlazados y agotados después de follar durante casi una hora.

Cuando Eduardo despertó se hallaba en una cueva, no había ni rastro del castillo ni de aquella joven con la que no había cruzado ni una frase no entendía lo que había pasado, había sido un sueño? fue real?

Nunca lo supo

FIN