El Castillo de las Fantasías

Una pareja, María y Jorge, va de vacaciones a un lugar que les permite llevar a cabo sus mas inimaginables fantasías sexuales.

Introducción:

La relación que mi esposa y yo tenemos siempre ha sido 100% placentera, ella es muy cachonda y muy desinhibida al momento de pensar en nuevas formas de tener placer conmigo. Tanto así que a veces vemos porno juntos por Internet o por TV para prendernos y hasta inspirarnos; a veces mientras cogemos platicamos de las escenas que vimos, o de cosas que nos imaginamos mientras estamos en nuestros empleos o en la calle.

"Me la pasé todo el día viéndole el bulto al nuevo paper boy de la oficina" me dijo ella alguna vez. "Me daban ganas de apretársela o de mandarle llamar a mi privado y esperarlo con la falda arriba y las nalgas abiertas" Lejos de molestarme, sus palabras siempre me ponen mas caliente, algunas veces me cachondeo tanto pensando en lo que me dice que no me aguanto y me vengo a chorros.

Mi mujer y yo tratamos de cuidarnos y mantenernos en forma, por lo menos lo básico para sentirnos a gusto con nuestra salud y nuestra figura, mi mujer, María, es de tez clara, cabello castaño, labios carnosos y ojos verdes; cuando la conocí era bastante delgada, pero a medida q pasan los años, mas q engordar, he notado como sus seños se han redondeado y sus caderas se ven un poco mas anchas y sus nalgas se han puesto de un tamaño bastante apetecible, nada grande; me encanta sobarle las nalgas y el culo cuando tenemos sexo. Yo, Jorge, me describiré como un tipo promedio, pelo castaño, delgado, no musculoso, pero en forma. Los dos de estatura mediana 1.75 aprox.

Pues bien, después de ya vario tiempo esperándolo, al fin logramos tomar nuestras vacaciones, planeamos todo muy bien, y nos fuimos casi dos meses a Europa. Suena como mucho tiempo, pero en realidad es muy poco para todo lo que hay que conocer y explorar. Uno de nuestros destinos mas ansiados fue un hotel llamado "Castillo de las Fantasías" un hotel escondido en las frías montañas de los países bajos.

El nombre del hotel describe perfectamente el servicio que ofrece; el o los clientes deben hacer reservación con anticipación, de lo contrario no son recibidos, al momento de hacer la reservación se debe enviar en un texto la o las fantasías sexuales que quieren cumplir (aclaro que son sexuales, ya que uno puede fantasear con lo que sea) y al cabo de unos días el hotel notifica que su reservación está confirmada y el costo total de los servicios.

A la mitad de nuestras vacaciones tomamos justo una semana para hospedarnos en este hotel. No ahondaré en la larga conversación que tuvimos previa a decidir hacer esto; sólo diré que nuestro amor y seguridad del uno por otro no podría ser más sólido y sigue siendo.

Día 1:

Llegamos al hotel justo al mediodía, un servicio especial fue a recogernos a la estación de tren del pueblo mas cercano; no solo no solo nos recogió a nosotros, también abordó la van otra pareja italiana y una mujer sola de mediana edad; atravesamos el pueblo y subimos las nevadas montañas hasta llegar a una zona muy privada, se sentía muy segura y muy tranquila, aún así mi mujer y yo tomamos nuestras precauciones y le contamos a una pareja amiga a donde nos dirigíamos, con la promesa de al volver contarles nuestra experiencia.

El hotel parece un castillo, nunca había visto un castillo en vivo antes, aparte de los puntos a visitar en nuestro tour, este era diferente, por fuera se veía gris y sombrío, hacía demasiado frío, pero al entrar en él, nuestra percepción cambió, el lugar estaba bien iluminado con luz calida y la temperatura era bastante agradable, para facilitarnos la comunicación, todo el personal del hotel hablaba inglés.

Mientras nos registrábamos perdimos de vista a la pareja italiana y la mujer sola, no sabíamos que fantasías tendrían o si los volveríamos a ver, cabe decir que había mucho personal de ambo sexo trabajando en el hotel, los hombres de muy buen ver, vestían camisa y pantalón de lana muy suave y un poco ajustada, las mujeres, todas hermosas, vestían un camisón de lana y un cintillo de lana tejida como soga, nuestros ojos se salían al ver las vergas colgando a través del pantalón de los hombres y los pezones a través del vestido de las mujeres.

Al retirarnos a nuestra habitación, un chico y una chica nos acompañaron con nuestro equipaje, la chica se inclinó un poco para tomar una maleta y pudimos ver la oscura línea que separa sus nalgas apenas cubierta con la tela del vestido, mi mujer y yo ya nos sentíamos muy calientes viendo tantos cuerpos hermosos a nuestro alrededor.

Llegamos a la habitación, era tal cual un castillo, de piedra, pero muy calida, la cama grande con sabanas muy blancas y limpias; el lugar no se dejaba llevar por lo medieval ni nada de eso, habían creado su propia atmosfera. Había un gran sofá blanco en forma de media luna y un gran tapete de lana que invitaba a acostarse en el piso, también había un columbio de soga de lana y una hamaca del mismo acabado; cada zona de la habitación era un lugar nuevo para tener sexo.

"Es momento de prepararlos para su estadía" nos dijo la chica, "Vengan" dijo, mientras me tomaba de la mano, el chico tomó la mano de mi mujer y así nos llevaron al vestidor, donde nos quitaron nuestros abrigos y poco a poco nos desnudaron; pude ver como el chico desabotonaba el vestido de mi mujer y la dejaba en sostén y mallas para el frío, primero desabrochó el sostén y sus senos dieron un pequeño brinco hacía abajo, los enormes y redondos pezones de mi mujer estaban tan duros como cuando está a punto de tener un orgasmo, el chico apretó suavemente sus senos dejando descubiertos los pezones al tiempo que sacaba su lengua para lamerlos suavemente; mi mujer se mordía el labio y acariciaba el cabello del chico, este bajó sus mallas y también sus bragas dejándola completamente desnuda; mientras veía esto, la chica ya me había desnudado y acariciaba mi dura verga con su mano, apenas brotaban gotitas lubricantes cuando la chica sacó su lengua beberlos como gatita, después con sus labios muy cerrados succionó lo que quedaba de lubricante apenas tocando la punta de la cabeza que parecía a punto de reventar.

Llegamos al área de baño, una regadera con tina enorme donde bien podríamos caber los cuatro acostados o incluso otra pareja más. Los chicos abrieron las regados encontradas a las extremos, y templaron el agua mientras sus ropas de lana se mojaban, ellos no se desnudaron, pero el ver los enormes senos de la chica y sus nalgas me tenían muy excitado, también podíamos ver la dura verga del chico aprisionada tras la tela de su pantalón mojado. El chico sentó a mi mujer desnuda al borde de la tina, él se sentó dentro de la tina y abrió las piernas de mi mujer para empezar con algo que ella había solicitado "Ser rasurada del vello púbico" esta sería la segunda vez que vería hermoso pubis sin vello, la primera vez fue años y años atrás, cuando aún éramos novios.

El chico, después de untar la crema para rasurar, delicadamente quitó los vellos con un rastrillo de una hoja, mi mujer gemía a pesar de no ser tocada; mientras la chica me bañaba de pies a cabeza y enjabonaba todo mi cuerpo, al legar a mis nalgas, sentía como las enjabonaba con gran afán, después sentí como metía uno de sus dedos por mi culo, yo estaba tan caliente al ver a mi esposa gemir desnuda y al sentir las manos de la chica sobre mí, que me dejé hacer, la chica metía y sacaba su dedo de mi culo como si me estuviera cogiendo, mi verga estaba ya muy dura y roja pero ella se concentraba en mi culo y en enjabonarme el torso, yo sentía sus senos apretados en mi espalda.

El chico terminó de rasurar a mi mujer completamente y le aplicó una crema especial para lubricar el área y evitar que se irritara, mientras le daba pequeños lengüetazos a su clítoris perdido bajo de esos pequeños bordecitos de su vulva, mi mujer me volteó a ver y me dijo "mira como quedé, suavecita como bebita, ven a probarme, ven a probar a tu bebita mi amor" el chico seguía lamiendo a mi mujer mientra ella gemía desesperada. Hasta este punto ni mi mujer ni yo habíamos llegado a tocar al chico o a la chica. Yo avanzaba hacía mi mujer mientras la chica sacaba su dedo de mi culo y me sobaba las nalgas, ya bien cerca de mi mujer, mi verga aun tiesa se veía apuntando ahora hacía abajo, y chorreaba lubricante por la punta, mi mujer al verla acercó dos dedos y tomó todo lo que pudo del lubricante, hizo que la chica se acercara a ella, y le ofreció sus dedos llenos de lubricante, ella los lamió suavemente, mi mujer apartaba los dedos para que esta los buscara, ya sabía lo que seguiría, mi mujer acercó sus dedos a mi falo colgante, la chica sin verme siquiera sólo me dio un tremendo chupetón, lo rodeó con su lengua y enseguida lo saco de su boca, esto también me puso muy caliente, le dije a mi mujer "eres una cabrona" y ella sólo me dijo "ven y prueba a tu bebita".

Me hinqué para tener de frente a mi el pubis de mi mujer, se veía realmente hermoso sin vello, empecé a lamerlo y abrirlo con mis dedos y también se los metía, mi mujer gemía mientras el chico se sentaba a su lado para lamerle los pezones, la chica atrás de mí me sobaba la verga y de se turnaba lamiéndomela y el culo también. Entonces ví a María dar el primer paso cuando empezó a sobar la dura verga del chico sentado a su lado, dejé de meterle el dedo pero seguí lamiendo, mientras ella gemía y me decía "me voy a venir, mi amor, meteme el dedo otra vez" hice caso y seguí mientras veía como de estremecía con un delicioso orgasmo. Ella seguía sobando la verga del chico, se agachó para besarme apasionadamente, frotando su lengua con la mía. Me dijo "quiero hacer que se vengan ellos y después tú, sí?" yo volví a besarla mientras ella llamaba a la chica para sentarse al lado del chico. María le dijo al chico "primero tú" y comenzó a sobarle la verga y a ofrecerle sus senos para que este los apretara y lamiera como hacía rato. Yo acariciaba las hermosas nalgas de mi mujer pero ella se sentó a mi lado dentro de la bañera, sacó la enorme verga del chico de su pantalón mojado, el agua caliente no nos tocaba pero el vapor nos aprisionaba, María empezó a lamer el falo del chico, cuando el chico empezó a gemir mas fuerte mi mujer frotó sus pezones con la punta de sus verga, me dijo "quieres chuparla?" yo aturdido sólo le dije "no" entonces comenzó a chupársela, yo me dirigí a la chica, apreté sus tetas y le saqué el vestido, comencé a mamarle los pezones como si me estuviera amamantando. María frotaba otra vez la verga del chico contra sus pezones, este gemía muy fuerte mientras la leche le salía a chorros y cubría sus hermosos senos, ella se levantó y ofreció la leche a la chica, que de varios lengüetazos limpió su pecho; ellas se besaban mientras yo acariciaba sus cuerpos desnudos y húmedos, mi mujer me hizo pararme y entre las dos comenzaron a lamerme y la verga y loe huevos, alternaban sus chupadas y volvían a besarse, el chico ya descansando sólo frotaba la espalda y las nalgas de mi mujer, yo viendo todo esto sentía que no tardaría mucho en venirme, así que me agaché para lamer a la chica mientras le metía dos dedos, la chica no tardó mucho en venirse en mi boca, lanzando un pequeño chorro directo a mi lengua mientras se estremecía.

"Ahora tú mi amor" me dijo María, me dio un tremendo chupetón a la verga y luego me acercó al pecho de la chica, frotando mi punta con sus pezones y apretándola entre sus enormes y redondas tetas. Mientras mi mujer se metía primero uno y luego dos dedos del chico en el culo, "quiero que me llenes el culo de leche, avísame" yo ya sentía el chorro que cerca y me aparté de la chica, el chico seguía masajeando y lamiendo el culo de mi mujer, acerqué la punta de mi verga a su culo mientras ella lo abría lo mas que podía, y entonces lancé un chorro caliente adentro; María gemía y se frotaba la verga del chico en la cara, apenas lamiéndolo.

Después de esta caliente sesión nos incorporamos, terminamos de bañarnos y los chicos nos ofrecieron ropa de lana, similar a la que ellos tenían, "Esta será su vestimenta durante su estancia en el Castillo" nos dijo la chica, nos vestimos y pudimos ver nuestros cuerpos tal como vimos los de los chicos cuando llegamos; se despidieron con una sonrisa y nos dejaron solos en la habitación.

"Estoy muy cansada, necesito dormir un poco" me dijo María mientras se acostaba boca abajo en la cama, volteó a verme y me sobó un momento la verga por sobre el pantalón, los dos nos sonreíamos como cómplices victoriosos, entonces ella levantó su falta y me enseñó su prieto culo y a la vez apretaba sus nalgas para cerrarlo; me dijo "ven y dame un masajito con tu lengua" y se echó a dormir mientras yo la sobaba y lamía con ternura.

Continuará.