El carnaval

Mi ama y yo visitamos un Carnaval donde nos llevaremos varias sorpresas... "A pesar de que Ama Dafne no soltaba la correa de Frida, ella besaba al Arlequín"

El relato a continuación mi Ama me pidió que escribiera un guión acerca de nosotras en un carnaval. Espero les agrade.

EL CARNAVAL

Con motivo del carnaval que hay en la ciudad

cada determinado tiempo, hay múltiples carpas y

espectáculos para entretenimiento de las

personas.

Ama Dafne y Frida realizan un recorrido por una

calle donde hay varias carpas, personas bailando

y confeti hasta en las tangas.Ama Dafne lleva

en una mano la correa de Frida.

CARPA 1

Las dos jóvenes entran dentro de la primera carpa, la cual

es de diferentes tonos de color [naranja y azul. En el

techo, hay varios trapecios.

ARLEQUÍN:

¡Bienvenidas! ¡Qué hermosas mujeres! Permitan que les

bese la mano. Pasen por aquí, podrán ver el

espectáculo en primera fila.

(Se sientan en una de las bancas que

hay junto al escenario. Después de ver

algunas acrobacias y comer palomitas,

Ama Dafne se levanta de su lugar).

AMA DAFNE:

Vamos a la pista, donde están las dos acróbatas. Son

demasiado bellas para sólo verlas.

(Caminan hasta la pista)

ACRÓBATA AZUL:

Espero que estén disfrutando.

(La mujer toma del cabello a Ama Dafne

y comienza a jugar con él).

ACRÓBATA ROJA:

Lo que de verdad disfrutarán apenas comenzará.

La Acróbata Roja se detiene detrás de Ama Dafne

relamiéndose los labios; la toma por la cintura y le hace

cosquillas con la lengua en el oido  mientras la Acróbata

Azul le besa la boca y pasa sus manos por sus nalgas.

ACRÓBATA AZUL:

¡Qué hermosas nalgas tienes!

Mientras tanto, a pesar de que Ama Dafne no soltaba la

correa de Frida, ella besaba al Arlequín; los labios de

Frida se manchaban de la pintura blanca del Arlequín

mientras pasaba sus manos por la espalda del personaje.

Pronto, Ama Dafne soltó la correa para sentir con sus

manos el cuerpo de las dos acróbatas de la carpa; pasaba

suavemente sus dedos por los pechos de cada una mientras

besaba a ambas al mismo tiempo. Las dos mujeres no

tardaron en desnudar a Ama Dafne y recostarla ágilmente en

el piso de la carpa.

El Arlequín llevaba de la mano a Frida hasta subir al

tampolín donde se lanzan las acróbatas. Frida agarró el

trapecio y el Arlequín la lanzó por los aires; en la

siguiente vuelta, el Arlequín se lanzó contra su cintura,

haciendo que cayeran ambos a una red que había algunos

metros sobre el piso. Sin más, el Arlequín le quitó la

ropa a Frida y frotaba su cuerpo con las manos. Le enredó

las piernas y manos en la red, sin posibilidad de moverse

y comenzó a penetrarla poco a poco, dando inicio a un

baile que se volvía cada vez más intenso.

Debajo de ellos, se encontraba su Ama junto con las dos

acróbatas. La roja se encontraba encima de la boca de Ama

Dafne, con las piernas abiertas sobre su boca; la otra se

encontraba sobre su entrepierna, tomando con sus manos la

cadera de Ama Dafne y mordiendo suavemente su

clitoris.  Ama Dafne introducía una y otra vez su lengua

dentro de la acróbata, mientras ésta se movía cada vez más

rápido sobre su boca y tocaba los pezones de la chica

acostada. En poco tiempo, Ama Dafne sintió espasmos de

placer, el que le brindaban ambas acróbatas mientras veía

que arriba de ella se encontraba su perra siendo embestida

por el Arlequín; vio cómo ambos llegaban al orgasmo y el

Arlequín se dejaba caer sobre Frida, descansando. La

Acróbata Roja se levantó de su lugar y siguio besando los

pechos de Ama Dafne, quien tenía múltiples orgasmos y

siguió jadeando hasta quedar satisfecha.

CARPA 2

Ama Dafne y Frida entran dentro de una carpa de

color verde y amarillo. Dentro, hay un mago y su

asistente.

ASISTENTE:

Bienvenidos, espero que estén preparadas para ver los

más sorprendentes trucos de magia que jamás han

visto.

(Ama Dafne y Frida se sientan. Ven

trucos del Mago, como sacar el conejo

del sombrero así como aparecer y

desaparecer objetos).

FRIDA:

Nunca me han gustado mucho los trucos de magia.

AMA DAFNE:

Yo sé cómo te van a gustar, vamos.

Ama Dafne jala de la correa a Frida para caminar hacia

donde está el Mago y su asistente.

AMA DAFNE:

A mi pequeña mascota no le gustan tus trucos, ¿hay

otro qué le puedas mostrar?

MAGO:

¡Por supuesto qué sí! Hay otros que estoy seguro le

encantarán ambas.

La Asistente tapó los ojos con pañuelos a ambas chicas.

Hizo que Frida la siguiera hasta llegar junto a un

elefante, en el que la subió. Mientras, su ama se quedaba

con el Mago, quien la desvistió con sólo mover su varita.

El hombre pasó sus manos enguantadas por el abdomen y los

pechos de la chica para después bajar a sus nalgas y meter

los dedos por su culo y por su coño. Después de hanerla

exitado un poco, la volteó e inclinó sobre el baúl que

tenía para sus trucos de magia.

MAGO:

Te enseñaré uno de mis mejores trucos.

(De repente, hizo que su varita de

magia se volvierá más grande y los

pañuelos amarraran las manos y pies de

Ama Dafne. Comenzó a golpear las

nalgas de Ama Dafne con su varita,

cada vez más rápido y fuerte hasta

enrojecer su piel. Ama Dafne gemía de

dolor y placer.)

Sobre el elefante, las dos chicas se besaban

apasionadamente. Frida estaba recostada sobre el animal

con los ojos cerrados sintiendo el largo cabello de la

Asistente moverse sobre sus piernas, pues le besaba y

mordía salvajemente los muslos hasta llegar a su clitoris.

Pasaba su lenga arriba y abajo, haciendo estremecer de

placer a Frida. Sin prolongarse, Frida arqueó la espalda y

contuvo la respiración para después soltarla de un jalón.

Había tenído un orgasmo.

El Mago continuaba dando azotes a Ama Dafne; se acercó a

ella y metió sus dedos de la mano izquierda, así la

derecha continuaba dandole golpes con la vara. El Mago

sintió las contracciones de los musculos de la joven; la

dejo recostada sobre el baúl.

CARPA 3

Ama Dafne y Frida entraron en una última carpa

que había sobre la calle del carnaval, una

tienda verde y rosa. Lo primero que llamó su

atención fue una jaula tan grande que encerraba

todo el escenario.

DOMADOR:

¡Perfecto qué hayan entrado! Estoy a punto de

iniciar, ¡qué saquen a los tigres!

LosDafne y Frida vieron salir seis hombres pintados de

tigres, con orejas y cola del felino salvaje.

DOMADOR:

Tomen asiento. Ahora, ¡tú!, felino, ¡salta!

(Las chicas vieron saltar a los gatos

salvajes de una lado a otro, rugir y

brincar por aros de fuego).

FRIDA:

Se ven muy divertidos.

AMA DAFNE:

Vamos con ellos.

FRIDA:

No, mejor hay que quedarnos. Soy perra, no me gustan

los gatos.

AMA DAFNE:

Vamos.

Las dos jóvenes se levantaron de su lugar y llegaron a la

puerta de la jaula.

DOMADOR:

¿Quieren divertirse con los gatitos? Aquí tienes

El Domador entregó el látigo a Ama Dafne, quien pronto dio

ordenes a los gatos y dio latigazos divertida. Tras un

rato de haber hecho pasar de nuevo a cinco  felinos por el

aro de fuego. El otro estaba siendo mordido por Frida, le

mordía la cola, las orejas, las patas y todo lo que podía.

Después de jugar un rato con ellos, aventó el látigo fuera

de la jaula y se dejo acariciar por los felinos; pasaban

ronroneando a su alrededor, besando sus pies y después su

cuello. Otros dos gatos se fueron con Frida, ahora eran

tres quienes jugaban con ella a morderse y gruñirse,

aunque fueron sesando los gruñidos cuando comenzaron a

acariciar y besar a la perrita.

Los otros tres gatos que estaban con Ama Dafne, le

arrancaron la ropa salvajemente, con las garras y dientes.

La recostaron sobre el piso y sin pensarlo dos veces se

dejaron ir sobre ella. Uno le besaba y lamía las tetas,

otro le chupaba la cara y el último se bajaba a su

entrepierna y le daba salvajes lamidas pero se detuvo y

subió sobre ella; de un golpe la penetró y se movió dentro

de ella.

Frida se encontraba con el rostro en el piso, pues uno de

ellos la penetraba hincado, sin embargo, ya que los otros

también querían jugar, le levantó la cara y le metió su

miembro al instante por la boca; continuaron de esa forma

hasta que el tigre se corrió en su boca, por lo que el

otro gato tomó su lugar. Frida no pudo más y terminó en un

orgasmo que se mezcló con los liquidos de los gatos.

Frida volteó a mirar a su ama, ella se encontraba hincada

con las piernas abiertas, con un gato embistiendo su culo,

otro  su vagina y un último su boca. Ama Dafne apenas

podía respirar pero los tres felinos impedian que se

moviera.  Continuaron en esa posición hasta que uno por

uno fueron corriendose en ella; Ama Dafne sintió espasmos

por doquier, quedó recostada sobre el piso mientras los

gatos volvían a sus jaulas particulares.