El capitán y yo 2

Un soldado tiene una incapacidad y el capitán le dará una ayudita...

EL CAPITAN Y YO 2

El Capitán movía la lengua dentro de mi boca y las dos lenguas carnosas chocaban y se acariciaban llenas de saliva y largaban fuego. Las bocas eran dos volcanes en actividad, lava caliente y al rojo por todos los costados. Chorreando. Alzados por completo, nuestros gemidos se escuchaban retumbando en la cabaña solitaria en medio de aquel monte.

Mi verga nuevamente estaba despertando, era una sensación increíble y que no podré nunca describir.

La mano que el Capitán no tenía aferrando mi nuca le levo a mi muslo desnudo, para luego ir corriéndola de apoco y posarse en una de mis nalgas robustas y rellenas, firmes. La sensación fue increíble, allí me sobo y la pellizco con ganas, con devoción, gimiendo, y besándome sin parar.

Rozaba prestamente mis carnes, como jugando fue acercándose a la profundidad de la zanja, no dije nada pero mi corazón se aceleró y mi pija se endureció cabeceando sin control. Con los dedos fue rozando el anillo cerrado de mi culito virgen.

Jugo a rozarlo, yo vibraba con mis deseos al rojo vivo.

__¡Hasta ahora nadie te había acariciado así cariño!!__ susurró en mi oído el Capitán

__¡No, nunca, mi Capitán!!__ contesté yo con un aliento de baboso escondido.

__¡Tenías el deseo reprimido, ahhh, si!!__ dijo el Capuitán masajeando el hoyito que comenzaba a senttir una tremenda necesidad de ser bierto.

Su dedos jugaba, mi culito lentamente se ablandaba a esas caricvias desconocidas or mi hasta aquel momento.

__¡Ven, vamos a la cama, creo que esta noche la pasarás conmigo!!__ me dijo el hombre aquel y yo me levanté desnudo como restaba y lo seguí. Observé no obstante a través de la tela del pantalón suyo un enorme bulto presto par saltar.

Llegamos a la cama que era de medidas  normal, pero enseguida el tomando mis nalgas por la espalda hizo que me colocara boca abajo. Acto seguido paso sus dos manos por ellas, las masajeó, apretando y pellizcando, solo con sus manos, en esos movimientos que hacía se fue quitando el pantalón con una pericia fantástica, con mucha experiencia.

__¡Siento que te gustan mis manos en tu hermoso culito!__ comento jadeando.

__¡Sí, si mi Capitán, nunca me lo habían hecho!

__¡Que fantástico soldado eres tú, serás mi perra!

__¡Seré lo que  usted quiera mi Capitán!__ dije yo totalmente desembozado y caliente. Una calentura que se trasladaba a mis palabras y me hacía decir cualquier cosa, sin medir consecuencia alguna.

El macho estaba sobre mi y por primera vez sentí su dureza en mis nalgas respingonas y firmes, sabrosas diría yo, eso lo descubriría más tarde, cuando me empecé a fijar en ellas, porque era evidente que a los hombres les gustaban.

Se restregó un par de veces por sobre las montañas desnudas, el roce hizo que mi verga se endureciera un poco más y mi cuerpo vibraba de emoción y calentura bravía. Estaba humedeciéndome, notaba que del ojo de mi animal brotaba líquido.

Gemíamos, sonoramente. Me masajeaba la pija de forma animal, de repente se detenía u y mordía mi cuello. Bajo por mi espalda lamiendo, chupando, mordiendo suave, haciendo que mis gruñidos  fueran alcanzado un volumen de  manera brutal.

Mordió mis nalgas carnosas, las chupó y busco besar mi anillo.

Lo lamió divinamente mientras yo creía que me desmayaría de tanta calentura. Hormigas recorrían mi cuerpo atacado por todas partes, era un juguete del Capitán manejado a su antojo.

Besó mi ojete en pompa, y sentía que se abría para él. La saliva resbalaba por todo el agujero hambriento, cada vez más, deseoso de sentir, de explotar, mi pedazo se volvía más y más rocoso, a veces igualmente decaía, cuando el placer se concentraba todo en el anillo, pero luego volvía a crecer.

__¿Te das cuenta lo puta que eres, soldado?

__¡Sí señor, siii mi Capitán…ahhh…soy su puta!!

__¿Y eso te gusta, ahhh?

__¡Claro señor, ohhh, si claro, ahhh!!__ gimiendo así con la lengua del Capitán sorbiendo cada jugo que salía de mi culito, yo sentía que me abría cada vez más.

Su lengua puntiaguda se iba metiendo dentro de mi cerrado túnel. Quise ver hasta donde llegaba todo aquello.

El me sorprendió cuando tomo una de mis manos y la llevo hasta su gruesa poronga que latía violentamente dura.

Era la primera vez que tenía una verga en mi mano, claro que no era la mía, digo de otro hombre y en  este caso de mi Capitán. La palpe, la sentí, el me la hizo recorrer con los dedos, mientras clavaba su salvaje lengua en mi cola apretadita.

El se había metido debajo de mi, yo estaba en cuatro patas y el bajo su calzoncillo, enrealidad se lo quitó y yo lo ayude en esa maniobra dejando al descubierto una verga potente y hermosa, al menos a mi me lo pareció. La observé de cerca

__¿Te gusta lo que ves cariño?__ preguntó el arrebolado

__¡Siii mi Capitán!__ dije babeando

__¡Bueno cómela de una vez es tu bocado!!__ Estaba tan gorda y no me di cuenta que el abrió bien mis nlgas y metió su cara entre medio para besar mi agujero y hacer que mil locura fguera cada vez mas en aumento. Movi mi coila tirandola hacía atrás y el ubico dentro del anillo su fogosa lengua para rascar, mientras se iba abriendo poco a poco mi agujerito.

Metí la cabeza en mi boca y la llene de saliva amontonada. La bañe. El grito de placer. Sus bolas enormes estaban llenas de leche. Supuse.

__¡Ohhh tu culito es tan rosado y limpio, me encanta tu olor, ahhh, que delicia!!__ decía entrecortadamente agitado aquel macho que me estaba dando la chupada de culo que nunca imaginé recibir. La lengua abría y dilataba, solo jugaba con su lengua.

Yo engullía la espada, abría la boca hasta lo que nunca lo había hecho y tragaba aquel pedazo, lo lamía y lo besaba. Lo tenía agarrado con las dos manos de forma muy desordenada y con ninguna experiencia, pero disfrutaba tanto que me había olvidado de mi propia pija que estaba dura como una piedra como comprobé cuando el Capitán la metió en su boca de manera tajante y la mantuvo allí por unos minutos. Solo se escuchaba gulp, glu, gulp, glu de ambos atragantados con las vergas.

Llegué con mi lengua vivaz a las bolas de aquel macho, les di una repasada, escuchando sus gruñidos de gozo. El seguía abriendo mi cola y metiendo su lengua allí, luego bajaba, la pasaba por mis bolas enloqueciéndome de manera brutal. Tragaba mi pija y volvía a repetir la operación, yo en cualquier momento volvería a regar con mis jugos a aquel Capitán que me tenía en sus manos.

Metía y tragaba la poronga de aquel maduro sabroso. Besaba el pedazo de carne. Lo mamaba, lo succionaba con pasión y lujuria.

El Capitán Ruiz, pidió un sosiego, un momento, levantándose de la cama, lo vi salir con la vara dura y gruesa, bamboleándose elástica y fibrosa, venosa, marcada como un tronco milenario.

Camino unos pasos por la habitación y se dirigió a un pequeño mueble de donde extrajo un pote de crema, muy grande. Y algo en una especie de bolsito. Los apoyó en la cama, yo lo seguía con la vista desorbitada y anhelante, resoplando caliente.

__¡No seas ansioso!__ dijo como un maestro de la seducción

__¡Estoy bien, no he dicho nada mi Capitán!__ conteste de manera perruna, pareciéndome a un esclavo de la antigüedad.

__¡Lo veo en tus ojos iluminados por el fuego del deseo y la pasión!¡Ponte de costado mi amorcito!__ asi lo hice de inmediato, de mi cuerpo se despedía un aroma de seducción y lujuria dignos de una orgía romana.

Sentí el frío y el perfume de la crema cuando lo deslizo por mi ojete, fue abundante y cargada y enseguida sentí un dedo perderse dentro de mi. Me moví sacando mi culo hacia atrás instintivamente, el fue y vino con ese dedo y yo resople y gemí de placer, mi verga se estiró a un punto máximo, casi lloriqueé de deseo y calentura.

Y luego fue ron dos dedos dentro de mi y el amasándome la verga con un poco de crema, gemí más fuerte y con mucha más vehemencia.

__¡Pronto mis dedos serán reemplazados!__ dijo y mordió mis hombros, hasta hacerme sentir dolor, un dolor agudo, que se esfumaba con el placer inmenso que sentía en mi ojete al ser penetrado y en mi pija que nunc había estado tanto tiempo erguido sintiendo las pulsaciones y el latir de aquel tronco con vida propia.

De repente mi culo fue asaltado por un objeto un poco mas gordo. Sentí dolor, pero un dolor soportables y que en cierto punto comencé a adorar. Era un objeto de silicona.

__¡Este dildo es para que tu culito se vaya acostumbrando a que será abierto por mi poronga!¿Quiere mi poronga soldado, la quiere?

__¡Sí mi Capitán …ohhh si la quiero, quiero su poronga adentro mío, ohhh, ohhh, voy  acabar otra vez mi Capitán, ahhh, si, si siiii!!!__ sentí que mi culo se ensanchaba, se agrandaba, dejaba de ser el culito de un soldadito inmaduro, casi impotente, para pasar a ser el culo deseado de un macho ardiente y feroz como el Capitán que mordía mi cuello mientras cantidades asombrosas de semen manchaban las sábanas de la cama de mi Capitán, de mi hombre, de mi macho.-