El candidato

Os dejo mi primer relato, espero que os guste

Me habían encomendado en el trabajo la tarea de impartir una formación para una próxima incorporación necesaria para cubrir las vacaciones de verano del equipo habitual. Entre los nuevos candidatos más de lo mismo, mucho niñato repeinado con estudios universitarios que venían a trabajar en verano para sacar algo de pasta para la matricula de la universidad, y entre todos ellos él, un chaval de unos 24 o 25 años, macarra, rapado, en chanclas, dejando ver unos pies algo cuidados, con uñas cortas y limpias pero múltiples durezas en las plantas del pie, varonil en su aspecto, casi no hablaba, más bien gruñía, voz serena, y una de esas caras que te dicen a la legua que el tío es algo así como “peligroso”  además de un heterosexual convencido. A mí no hay nada que me ponga más que eso, esa sensación de que de repente un tío así te convierta en su putita, te vaya a buscar a casa en su coche, te folle toda la noche una y otra vez, etc…

La formación duro dos semanas, intensas, había logrado acercarme a él, habíamos compartido algún rato de pitillo y algún café junto con alguno de los otros candidatos del curso.  El se reía bastante conmigo, suelo provocar ese efecto en la gente y lo explotaba al máximo en su compañía (Cuando no tienes un par de tetas para llamar la atención tienes que buscar opciones alternativas).

La formación termino, todos los candidatos pasaron el curso y yo no tuve más remedio que dejar de ver a Javier (así se llamaba mi nueva obsesión).

Llevaba ya dos meses  sin verle, aun era verano, Agosto estaba acabando y decidí salir de marcha con unas amigas, fuimos a un garito del centro de la ciudad, habíamos decidido variar por una noche y no salir a la típica discoteca gay donde todas las caras te acaban sonando.

Una vez en el garito y después de varias copas yo me encontraba cachondo como una perra, nada mejor que un bar lleno de tíos jóvenes,  heteros,  sudados y semi borrachos para provocar en mi esa sensación. Una de las múltiples veces que tuve que bajar al baño me encontré por causalidad con Javier, no había cambiado, al contrario, estaba más elemental y mas masculino que nunca (Efectos del alcohol probablemente), me saludo de forma efusiva y hablamos un rato de cómo le estaba yendo en el trabajo, me pidió el teléfono y no dude en dárselo, sin ninguna esperanza de que llamara.

A los pocos días recibí un escrito de Javier en el  Whatsapp, escribía tan mal como hablaba, y no sabía muy bien porque aquello me excitaba demasiado, después de un buen rato de conversación sin sentido, Javier me pregunto si ya me había echado novio, respondí que yo era un espíritu libre y que lo que me molaba era básicamente cambiar de tíos con frecuencia para evitar aburrirme, él me mandaba mensajes cada vez mas subidos de tono, mi sorpresa llego cuando de repente empezó a hablar de lo mucho que le molaban que la se la chuparan, en parte por el calentón que yo tenía y por la confianza que él me había dado en aquella conversación le espete claramente que yo le dejaría los huevos bien secos si me dejara, hubo un largo rato de silencio, me quería morir allí mismo (A veces soy un poco dramático), de repente recibí respuesta, Javier no me dijo mas que cuando quisiera, aunque estaba seguro que iba a rajar, no sabía que hacer, aquello me parecía poco menos que un sueño, era hetero, eso estaba más que claro, y encima sabia donde trabajaba, lo que marcaba una diferencia importante con el resto de tíos que me han follado con una braguitas puestas. Decidí dejarme de gilipolleces y miedo y le pedí que quedáramos cuanto antes, me contesto que estaba con sus colegas y que tenía que pasar por casa a ducharse y venia para mi casa, le pedí que no tardara, que se viniera y que ya se ducharía aquí (Lo que quería era saborearle en estado puro, sin jabón de por medio). Durante el trayecto hacia mi casa me seguía mandando mensajes, me preguntaba que le iba a hacer y aquello solo conseguía que yo cada vez estuviera más cachondo.

Llamo al timbre, yo me acababa de duchar y solo me dio tiempo a ponerme unos calzoncillos, entro, estaba un poco nervioso, pero andaba tan chulo como siempre y desprendía seguridad en sí mismo, venia puesto, imagino que había estado fumando porros, me agarro y me beso, me quede totalmente perplejo, antes de darme cuenta le tenía tirado en mi cama, la primera intención de ducharse se le había olvidado, olía a sudor, y sus pies desprendían cierto olor a sudado, sin llegar a ser algo exagerado, me puse a mamar su polla, no era grande en exceso, unos 16 centímetros, pero sí bastante gorda, olía a sudor, al igual que sus sobacos, me encantaba aquel olor, me ponía a mil, lamia su polla mientras el gemía, y pedía que pusiera el culo hacia su cara para verlo, toda mi obsesión mientras le comía la polla era la de bajar hacia sus pies, pero era un tema que nunca habíamos hablado y me daba apuro que lo pudiera mal interpretar. Mi primera sorpresa llego cuando de repente me di cuenta que Javier me estaba comiendo el culo, fatal por cierto, daba lametazos sin ton ni son, pero a mi aquello me volvía loco y estuve a punto de correrme sobre su tripa. Decidí pues hacer lo que me diera la gana y baje a sus pies, las primeras lamidas fueron de escándalo, sus pies sabían a sudor y olían lo suficiente para no llegar a resultar desagradables, se los lamí en todas las posturas y él me miraba con cara de alucinado aunque parecía encantarle, antes de darme cuenta me tenia patas arriba y estaba escupiéndome el culo, trate de disuadirle pero no hubo tiempo, me la había clavado sin más, y creía que me iba a reventar, me dolía, pero decidí no decir nada porque me encantaba tenerle dentro, desde abajo le miraba, su cara de bestia, sus hombros y su pecho trabajados y sentía el olor de sus sobacos que cada vez me ponía mas cachondo, me embestía despacio, y el dolor paso, no tardo mucho en correrse, y sin preguntar lo hizo dentro de mí.

Se quedo tumbado en la cama, y yo a su lado, no hablaba, solo resoplaba, y aprovecho que me levante a limpiarme el semen de mi cuerpo para encenderse un porro que debía llevar previamente liado en el pantalón, volví a la cama y quise hablar, pero el apago el porro y directamente aprovecho que yo estaba tumbado de lado de espaldas a él para levantar mi pierna y clavármela de nuevo, le deje. Volvió a correrse relativamente pronto y nuevamente dentro de mí.

Hablamos un rato, de buen rollo y se marcho. Hasta hoy (5 meses después) no he vuelto a saber de él, nunca le dije lo mucho que me había gustado, supongo que en el fondo aun espero a que el de el primer paso (¿?),

la cuestión es cumplí una fantasía, y que me lo pase mejor que bien, con eso me quedo.