El camping nudista
Primer experencia en un camping nudista con un padre, un hijo y mi marido
Mi marido me propuso ir a un camping nudista unos días para pasar el verano, aprovechando que nuestros hijos ese año no iban a pasar las vacaciones con nosotros. Yo tengo 48 años y mi marido Carlos tiene 51. Somos un matrimonio abierto que hemos frecuentado pub liberales y también hemos ido a playas nudistas muchas veces, los dos sólos y también con nuestros hijos, pero nunca habíamos estado en un camping nudista así que me pareció una magnífica idea y también morbosa. En nuestros escarceos liberales a mi marido le excitaba especialmente verme follada por otros tíos y yo disfrutaba follando y chupando otras pollas así que cuando íbamos a algún pub liberal lo pasamos bien.
Para la ocasión buscamos un camping nudista y alquilamos una caravana que nos parecía más cómoda que coger un bungalow o la incomodidad de una tienda de campaña. Además nos permitiría también dormir en cualquier playa si nos apetecía.
Cuando llegamos al camping nos instalamos en una zona de caravanas y justo al lado había un hombre algo mayor que nosotros con su hijo muy joven, unos 18 años calculé yo. Yo en nuestras visitas a los pub liberales había follado con muchos hombres y había chupado unas cuantas pollas, pero nunca lo había hecho con un chaval joven y era algo que me apetecía muchísimo, así que en seguida me fije en aquel chico que era bastante atractivo.
El camping me sorprendió y la verdad que me pareció súper morboso todo. Había gente de todas las edades desde críos hasta gente ya bastante mayor haciendo cosas cotidianas totalmente en pelotas, siendo de lo más normal ver a alguno recién levantado por la mañana asomándose ya con la polla tiesa de buena mañana. Además había muchas actividades de entretenimiento como tiro con arco, futbol, baloncesto, voleybol e incluso senderismo que me pareció de lo más interesante el poder hacer una caminata totalmente desnuda sólo con calzado y a la que pensaba apuntarme en cuanto pudiera. Además también había una zona de duchas mixtas principalmente para la ducha rápida después de la playa o de la piscina y podías ver allí gente de todas las edades e incluso madres duchando a sus hijos o padres con sus hijas, cosa que a mí me parecía de lo más morboso. Siempre he sido muy morbosa y fantasiosa y ver madres sobándoles el pito a sus hijos me parecía de lo más morboso o cuando notabas que algún chaval te miraba más de la cuenta y empezaba a tener una erección disimulada.
Mi marido en seguida hizo amistad con el hombre de al lado y casi todas las mañanas se iba temprano con él a montar en bici, así que yo casi todas las mañanas me queda solita en la caravana bien temprano hasta la hora de bajar a la playa donde ya luego me reunía con mi marido. Yo solía quedarme sentada fuera de la caravana leyendo mientras aprovechaba para ir tomando el sol desnuda y mientras leía pues también iba mirando a la gente como iban despertando y haciendo las diferentes actividades. Allí sentada veía muchas veces al chaval de al lado que luego me enteré que se llamaba Marcos y tenía 19 años recién cumplidos.
No lo he dicho pero yo soy morena con ojos marrones, con el pelo largo pero bastante blanca de piel por lo que tengo que estarme dando crema constantemente para no acabar como un cangrejo. Tengo unas buenas tetas 90c y sobre todo un buen culo que cómo he contado en otros relatos esconde por completo la tira de mis tangas perdida entre mis nalgas. Para la estancia en el camping me había dejado un triangulito pequeño de vello encima del coño con lo que se me veían perfectamente mis prominentes labios vaginales.
Marcos era un chico moreno mediría 180, delgado bien proporcionado y bien depilado y además y lo mejor tenía una buena polla. Me había fijado que cuando la tenía en reposo era como una salchicha gorda que siempre colgaba morcillona con su capullo totalmente escondido. Pero alguna vez que se la había visto dura era una buena estaca dura, venosa y con un capullo rosado precioso. En seguida supe que tenía que follar con aquel chaval porque no iba a tener una oportunidad como esa en quién sabe cuando tiempo.
Cómo digo Carlos se iba temprano por las mañanas con su padre y yo me quedaba sola, así que como con el calor tampoco se podía dormir mucho tiempo, me solía levantar bien temprano. Hacía mis necesidades, me lavaba la cara, desayunaba y me sentaba a leer delante de la caravana aprovechando que el sol calienta menos y a cotillera. Marcos solía levantarse también temprano y algunas veces, las menos, salía con la polla dura de la caravana lo que me daba mucho morbo, el resto de veces iba con su salchicha bamboleándose de un lado para otro cuando caminaba. Siempre nos saludábamos con un buenos días y poco más, y luego el también se sentaba en una silla a tomar el sol y siempre con el móvil en la mano y allí se pasaba el rato chateando o viendo videos o lo que fuera, pero se le veía siempre sólo, no parecía tener amistades. Luego nos enteramos que había muerto hace poco la madre y pasaba malos momentos. De todas formas mientras cacharreaba con su móvil si notaba yo que echaba miradas furtivas a mi coño que sentada en la silla estaba totalmente expuesto y seguramente el chaval no había visto muchos coños a su edad y además el mío como he dicho tiene unos labios grandes por lo que sé que es llamativo.
Mientras el miraba su móvil yo también aprovechaba para fijarme en su polla y como muchas veces se la tocaba instintivamente sacándose el capullo más de una vez. Yo con aquel tonteo acaba chorreando porque mi mente daba pie a las fantasías más sucias con aquel chico y muchas veces tenía que meterme en la caravana a masturbarme. También había notado que más de una vez a él se la acababa poniendo dura como un mástil y entonces se metía también ha hacerse unas buenas pajas seguro porque luego al rato salía con la polla flácida y húmeda.
El caso que ya llevábamos así algunos días y yo cada día estaba más caliente con todo lo que me rodeaba. En alguna ocasión había visto algún chiquillo meneándosela furtivamente mientras espiaba a alguna chica y a mi esas cosas me daban mucho morbo. Ese día yo me había levantado y había ido a hacer mis necesidades como todas las mañanas y como era pronto y con las prisas no había cerrado la puerta del wc, así que allí estaba yo sentada vaciándome cuando me fije en un chaval que me miraba por el reflejo del espejo el baño. Era bastante joven y estaba haciéndose una paja en toda regla mientras me miraba cagar. Estaba de pié con el pito duro dándose unos buenos meneos y a mí me dio mucho morbo, así que abrí bien las piernas sentada en el váter para que pudiera ver bien mi coño y cuando terminé me limpie muy despacio mostrándole bien como me secaba el coño y como me limpiaba el culo lentamente. El chaval tenía una polla más bien pequeña, fina pero muy dura y húmeda. Me quedé así de pie con el culo en pompa y le dije si le apetecía correrse en mi culo a lo que el chico se acerco colorado entre la excitación y el corte de que una mujer mayor le hubiera pillado pero sin parar de pajearse. Se acercó, apoyo una mano en mi culo y mientras me toqueteaba las nalgas y el agujero del culo, soltó unos cuantos disparos de leche que impactaron en mi culo y mi espalda acompañados por unos leves gemidos. Cogí papel me limpié lo que pude el culo y la espalda, le limpié el pito y le di un beso en la punta y le pregunte si le había gustado, dijo que sí tímidamente y se fue corriendo.
A mí ese encuentro fugaz y no buscado me había encendido así que me senté de nuevo en la taza del váter y me hice un dedo. Froté mi clítoris ya completamente hinchado y húmedo de flujos y algún resto de corrida del chaval y me corrí enseguida expulsando flujo y un buen chorro de pis, porque siempre que me corro se me escapa una meada. En seguida me recompuse me lavé las manos y me di un poco de agua allí mismo en el chocho y me volví a la caravana.
Cuando volví allí estaba ya Marcos con su móvil y sobándose la polla de vez en cuando como siempre. Como yo seguía cachonda, más que antes de correrme decidí que había llegado el momento. Me senté a leer como siempre después de levantarme pero coloqué las piernas bien abiertas para que Marcos no se perdiera la visión de mi coño. Mi coño ahora estaba enrojecido, hinchado, y empapado así que se veía brillante por el flujo. Entonces le dije que si le importaba darme un poco de crema en la espalda que no estaba mi marido y que hoy era un día que se notaba que el sol pegaba y no quería quemarme. Marcos en seguida se acercó solícito y un poco cortado y con su polla ya a media asta. Debido a su timidez no controlaba mucho y se puso de pie con su polla casi en mi cara para pedirme la crema. Pude notar el olor de aquella polla adolescente, sudada a medio excitar y todavía sin duchar y comencé a segregar flujo. Cómo no habíamos hablado nunca estuvimos hablando de cosas intrascendentes, de donde éramos, me contó lo de su madre y esas cosas de charla de ascensor. Mientras hablaba seguía con su polla ya dura a la altura de mi cara y se notaba ya una gotita de líquido preseminal en la punta de su capullo totalmente desenfundado ya por la excitación.
Le dije que si quería un café que entráramos dentro, me estaba poniendo a mil el olor de su polla. Una vez dentro me puse con la cafetera y en seguida note su polla húmeda y dura apoyada en mi culo así que me puse en cuclillas y me la metí en la boca. Estaba dura como un palo, húmeda, salada, olorosa. Empecé a masturbarle con la mano mientras lamía el capullo y comenzaba a salir las primeras gotas preseminales. Entonces me puse de pie contra la encimera de la cocina ofreciendo mis agujeros a lo que Marcos se agarro la polla dura y la restregó por mi ano y por mi coño, clavándola de una vez. Me agarró de las caderas y empezó a empujar con fuerza contra mi coño mientras yo me masturbaba el clítoris. En seguida me corrí notando como me salían chorros de flujo que bajaban por mis piernas y entonces note con las embestidas más fuertes como Marcos me rellenaba el coño con su leche y se quedaba así apoyado en mi espalda. Al rato salió su polla de mi coño y note como me chorreaba la leche por las piernas junto con mis flujos.
Al rato de irse Marcos llegó mi marido Carlos con el padre de Marcos (Antonio) que hoy habían ido de caminata. Me dijo Carlos que le preparara un café a Antonio. Yo notaba el olor a sexo en la caravana y sobre todo el olor de mi coño corrido y todavía con leche de Marcos. Nos sentamos a charlar dentro de la caravana y noté como la polla de Antonio se le había puesto dura. Nos contó que desde que se había quedado viudo no había estado con ninguna mujer. Antonio era un hombre maduro de 65 años, con buen cuerpo aún y bastante velludo. Su polla era corta pero muy gorda con un capullo rosado. Podía notar el olor de sus pollas después de haber estado de caminata y como me subía el olor de mi chocho todavía excitado.
En un momento mi marido se acercó a darme un beso y me dijo al oído que iba a ir a ducharse y porque no aprovechaba y le daba un alivio a ese pobre hombre. Entonces yo le dije que si quería que aliviara a Antonio tenía que quedarse mirando y entonces me arrodillé entre las piernas del viudo y empecé a lamer sus huevos y su polla. El cerró los ojos y mi marido empezó a menearse la polla viendo como se la chupaba a su amigo. La polla de Antonio olía fuerte, se ve que además del sudor de andar se había corrido antes y la notaba durísima en mi boca. Al rato agarró mi cabeza y empezó a follarme el la boca y antes de que me diera tiempo a ofrecer mis agujeros para que me follara, descargó tres chorros de leche caliente y espesa en mi boca y en mi cara. En ese momento se acercó mi marido y descargó su leche en mis labios y en mi cara.
Después de haber ordeñado a los tres machos, mi marido nos contó que había encontrado una cala donde la gente follaba sin miramientos y que podíamos ir un día a ver que tal…..
(continuará o no…..)