El campamento IV: Orgia sexual (Parte 1)

Continua la acampada. Javier se folla las piernas de Sandra y se corre en su cara. Alvaro y Marta practican sexo oral y yo le hago una cubana a Oscar, mientras se magrea con Laura.

Continuación directa del relato anterior, “El campamento III: Acampada sexual”.

Podía sentir el calor del semen a mi cara, que poco a poco resbalaba por mis mejillas. No podía verme, pero estaba excitada con la idea de que el resto lo hiciese. Juan rápidamente volvió a su sitio tras darme las gracias con la polla deshinchada. A pesar de que erecta no fuese especialmente grande, ahora había perdido la poca virtud que tenía. Recordé que mi mano estaba sobre el coño de Sandra, el cual pude notar ligeramente mojado, no en exceso, pero si lo suficiente para concluir que estaba excitada. Miré a Marta y ella me devolvió una mirada cargada de sensualidad, mientras se mordía el labio. La gustaba verme con la cara llena de corrida, igual que a Oscar, que no cesaba en su trabajo manual.

Su polla sería unas dos veces la de Juan, al menos de largo, ya que la de Juan era mucho más gorda. Laura reposaba su mano sobre la rodilla de él. Estaba deseando que fuera su turno para mandarla agarrar ese gran rabo, y ella también.  Oscar fijaba su mirada en mis pechos, que asomaban por la chaqueta. Sus movimientos con la mano eran fuertes pero lentos. Bajaba con fuerza y firmeza su mano recorriendo su polla, pero tardaba en repetir el proceso.

Al final me decidí a girar la botella, la cual señaló a Alberto, a pesar de que Javier, que estaba a su lado, se empeñase en decir que le señalaba a él.

-Si tanto os morís de ganas por participar podéis compartir el turno.- Dijó Sandra. Por un momento había olvidado que estaba completamente desnuda a mi lado. La miré fijándome en sus redondas tetas. Pude apreciar sus pezones en punta, mientras mi mano aún seguía tocando sin coño, rozando sus pelos sin moverse mucho.

-Nada de mariconadas, eh.- Dijo rapidamente Javier. La verdad es que su comentario me defraudo. En ese momento pensaba que ninguno teníamos barreras, pero por lo visto era más reticente. Me hubiese gustado mandarles hacerse una paja mutuamente, me hubiese excitado verlo, pero tenía claro que no iban a acceder, al menos Javier.

-¿Es que a ti no te gustaría vernos como nos tocamos dos chicas?- Le dije intentando llevar por ahí el hilo. -A mi también me gustaría ver como os tocáis juntos.- Dije sin esperar su respuesta.

-Venga hombre, la primera vez que me toca y me vas a mandar esto. Pensaba que era más lista- Dijo Javier negándose en rotundo.

-¿Y qué quieres majo? Así no es como funciona el juego.- Me apoyó Marta.

-Metersela, eso estaría bien, la tengo a punto de explotar.- Javi como siempre era un tio burdo. Estoy segura de que Oscar también estaba deseando correrse, pero seguía pajeandose pacientemente, ahora mirando los pechos de Sandra.

-¿Pero tu qué quieres dejarla preñada?.- Dijo Marta algo enfadada. -Solo tenemos un condón, y es para mi.-

-Esta bien, dije teniendo una idea.- Quite la mano del coño de Sandra. Estaba húmeda y grasienta por sus flujos. Le hice una señal a Javi para que se aproximara. Su mirada de nuevo se iluminó pensando que iba a follar.

-Ponte aquí, de pie.- Le indiqué. Javi se colocó de tal manera que todos los demás estábamos en un semicírculo frente a él. -Sácatela, ¿no?- Javi no tardo en sacar su polla, totalmente firme y llena de fluidos. Estaba, por decirlo rápido y mal, cachondo perdido. Su polla ya sabía que no era muy grande, era larga y delgada y con el pellejo sobre el glande. A día de hoy sé que tendría fimosis, aunque para mi en aquel momento era una polla común.

-Sandra, ¿Me ayudas?.- La dije mirándola. Una gota de semen callo de mi cara su pierna desnuda cuando me levante. El semen ya se estaba empezando a secar, pero aun seguida sobre mi cara dejándola totalmente grasienta de fluidos. Sandra se levantó impaciente, y se colocó justo delante de Javi, que tímidamente aprovecho para colocar una mano sobre su cintura desnuda, imagino que deseando llegar más allá. Haz como que te la follas pero sin meterla.

La polla de Javi asomaba por sus vaqueros. Tire de ellos abajo para ofrecer más movilidad, y me agache. Mi cara quedó a la altura del coño de Sandra, el cual no pude evitar examinar con detenimiento. Era rosadito, tenia los labios cubiertos con los montículos separandos una raja bien cerrada, y sobre él ciertos pelos no muy largos y castaños. Cogí la polla de Javi, que en ese momento dio un respingo. Inmediatamente la solté, pensando que le había hecho daño, pero parecía ser más bien todo lo contrario. Ya con más confianza, agarre la base de su polla y la guie entre los muslos de Sandra. -Junta las piernas.- La indiqué dejando atrapada la polla entre sus muslos, justo a la altura de su entrepierna.

Eran más o menos de la misma altura, por lo que se acoplaban a la perfección. Sin tener que decir nada Javi comenzó a mover su polla entre sus muslos, rozando especialmente su chochito apretado. Desde mi posición privilegiada podía ver como la polla desaparecía y volvía a aparecer entre sus muslos con suma cercanía. Sandra, cuyos muslos comenzaban a estar empapados por los fluidos preseminales miraba hacía abajo sin perder detalle. Intentaba mantener el equilibrio pero, Javi, que no paraba de magrear sus tetas, se lo complicaba.

-Apártate del medio guarra, que no vemos.- Me dijo Marta con una sonrisa en la boca. Pude ver como Sandra también disfrutaba del momento, así que me aparte del medio y me dirigí al sitio que me había dejado Marta junto a ella.

Llevaban ya unos 5 minutos de acto. Estaba completamente cachonda viendo como Javi restregaba su polla contra los muslos de Sandra, la cual se contenía por soltar algún gémido. Javier comenzó a aumentar el ritmo, pero sus metidas y sacadas no llegaban a ser muy profundas. Sus manos agarraban firmemente los pechos de Sandra sin llegar a masajearlos.

-Estas cachonda eh.- Me dijo Marta mientras metía su mano entre mis pantalones. -Desabrochatelos.- La hice caso, y sin dejar de mirar la escena me los desabroché. En ese momento metió su mano, hizo a un lado mis braguitas y paso su mano de arriba abajo por la raja de mi coño, después la sacó y se la chupó. -Normal, a mi también me están poniendo muy cachonda.- Dijo, todo el tiempo entre susurros, manteniendo la atención en Sandra y Javi. -Esto es la gloria.- Decía el muchacho mientras seguía acoplado detrás de Sandra, sin dejar de restregar su polla por su coño.

-Mira toca.- Me volvió a susurrar Marta echando la vista sus pantalones. Mete la mano entre ellos, a pesar de tener la apertura abierta, era complicado por lo pegados que estaban, sin duda Alvaro se había tenido que esforzar para masturbarla anteriormente. Pase dos de mis dedos por su raja. No estaba mojada, estaba completamente empapada. Al sacarlos repetí el proceso que hizo ella y lentamente me llevé los dedos a la boca. Tenían un sabor parecidos al semen de Juan.

Javi comenzó a apretar los pechos de Sandra, la cual se quejó. Con su otra mano apretaba fuertemente su cintura, mientras su polla se deslizaba con frenesí entre los muslos de mi amiga. Sandra estaba totalmente ida, y se dejaba llevar por los golpe de la ingle de Javi contra su culo. Su cuerpo se movía y rebotaba con fuerza. -Me voy a correr.- Acertó a decir el.

-Correté.- Le dije desde mi sitio.

-Yo también quiero correrme en la cara.- Hasta ese momento no entendía la pasión de los chicos por terminar en la cara, pero ahora, con una buena cantidad de corrida sobre la cara, entendía lo excitante que era.

Javier se desacopló de su posición, liberando a Sandra y comenzando a hacerse una rápida paja. -Rápido me corro.- Acertó a decir mientras hacía presión sobre los hombros de ella para obligarla a agacharse. Sandra, un tanto disconforme, finalmente cedió y se puso de rodillas frente a su polla. -Me coro, me corro.- Repitió reiteradas veces mientras seguía masturbándose apuntando a la cara de Sandra. Sandra miraba frente a ella la polla, una mezcla de incertidumbre y miedo. La mano de Javi no paraba de masturbar su polla, que casi relucía bañada en líquido. Estaba deseando que se corriese, pero a la vez deseaba que ese momento fuese eterno, me hubiese estado cerca de Sandra, tocándola, o incluso ser yo la que recibiese la corrida de Javi. Finalmente se corrió entre rugidos. Su corrida fue totalmente distinta a la de Juan, no en chorros de gran liquido controlados, sino que de forma descontrolada. Muchos chorros bañaron la cara de Sandra de forma consecutiva, muchos de ellos sobre su pelo, o incluso fallaron el objetivo. Aquello era descomunal, incluso ahora, varios años después me sigue impresionando el recuerdo.

Cuando terminó de correrse, Sandra se giró a nosotras con la cara llena de corrida. En su pelo había varios pegotes de corrida, que caía por su barbilla hacía sus pechos. Parecía menos densa que la de Juan por como resbalaba y lo embadurnaba todo.

-Nadie te había mandando correrte en mi cara.- Dijo Sandra, de rodillas dirigiéndose a el.

-¿No te ha gustado o que.- Le contestó.

-Esa no es la cuestión. No sabes jugar.- Las palabras de Alvaro se impusieron a las de los demás. Fue contundente pese a no hablar mucho.

-Eso me dá igual. Me piro, yo ya he acabado.- Javier se puso de nuevo los pantalones, se los abrocho y se marchó de la tienda de campaña, dejando a Sandra de rodillas, con la cara llena de su corrida, sin siquiera mirarla.

-Este tio es gilipollas.- Dije mientras se acercaba a Sandra. La ayude a lenvantarse y nos volvimos a colocar juntas en nuestro sitio. Aparté ayudándome de mis dedos la corrida que estaba cerca de sus ojos, y la sonreí. -A ti también te queda bien.- La dije.

-Parece que te han dejado a medias en tu turno.- Le dijo Marta a Alberto, volviendo a la normalidad del juego. -¿Qué quieres?-

Alberto se puso algo rojo. No era tan atrevido como el resto, al menos no como su amigo Javi. -No se….- Estoy segura de que sabía lo que quería, pero no se atrevía a decirlo.

-¿Quieres que te hagan algo…. Verle las tetas a alguien, el culo…? Échale imaginación. Eres el único al que le están dando la oportunidad de elegir.- Lucía que llevaba un tiempo callada al fin se pronunció.

-Bueno, si vais a follar yo quiero verlo.- Dijo refiriéndose a Marta y Alvaro.

-Esta bien, podrás verlo, te lo prometo, pero para eso hay que ir calentando.- Dijo Marta. Acto seguido se acerco a Alvaro, con el comenzó un apasionado morreo. Marta se quitó sus pantalones, quedando únicamente en tanga. -Seguid jugando mientras me come el coño, quiero ver como acaba esto. Laurita, te cedo mi turno que te veo muy vestida. - Marta agarro la melena de su movió, y mientras se retumbaba en su saco, abrió las piernas, dirigiendo su cabeza a su coño.

La verdad es que tenía mucha curiosidad por saber como sería eso. Sentir la lengua de otra persona recorriendo mi coño. Obviamente no iba a ser lo mismo que cuando me masturbaba,, y viendo lo que disfrutaba un hombre con una mamada, me replanteaba el gusto que llegase a dar. Laura giró la botella y le tocó a Oscar. Ambos sonrieron. -¿Quieres que siga con tu paja?- Le dijo.

-Si, yo también tengo ganas de correrme.- Oscar fue claro. Liberó su polla de sus manos y las de Laura la sustituyeron. Sus manos, mucho más pequeñas que las de él, apenas cubrían la mitad de la polla de Oscar, la más grande de todas las presentes a falta de ver de la Alberto.

Marta gemía mientras su novio se perdía entre sus piernas. -Hazle una buena paja cochina.- Dijo de una forma vulgar pero erótica en su tono. De nuevo, aproveché el momento para volver a situar mi mano sobre el muslo de Sandra, para lentamente ir retomando el camino a su coño.

Laura colocó ambas manos sobre la polla de Oscar. Las movía un tanto descoordinada haciendo un intento de paja. Aún así Oscar lo disfrutaba, que se limitaba a suspirar. De pronto sentí la mano de Sandra también en mi muslo, siguiendo el mismo camino. Cuando toqué su coño estaba completamente mojada. Me gustaba verla con la cara llena de corrida y su pelo alborotado por las sacudidas previas. Ella también llegó rápidamente a mi coño, y comenzó a pasar sus dedos entre mi bello púbico.

-Creo que voy a necesitar algo más para correrme.- Dijo Oscar, expresando finalmente lo que todos pensábamos. Laura en ese momento paró. Pensaba que se la iba a chupar, cuando finalmente lo que hizo fue quitarse la camiseta y el sujetador, mostrándole sus tetas, no pude ver mucho ya que hacía mi daba su espalda. Acto seguido volvió a llevar las manos a su polla.

-¿Sabes lo que es una cubana?- Le dijo Oscar. Ella negó con la cabeza. Yo tampoco lo sabía en ese momento. -Es una paja con las tetas, como lo que ha hecho Sandra, pero con las tetas en lugar de las piernas.- No entendí muy bien la explicación de Oscar en ese momento, que con su rabo totalmente tieso lo colocó entre sus tetas, las cuales apretaba con las manos para facilitar el movimiento.

Aquello me pareció raro pero excitante. Sandra comenzó a mover sus dedos describiendo círculos sobre mi coño, y yo decidí imitarlo sobre el suyo, la sensación de estar tocando a otra mujer se me hacía extraña, pero al mismo tiempo me gustaba. Marta estaba gozando mientras su novio devoraba su coño, de vez en cuando le escuchábamos dar indicaciones sobre como quería que lo hiciese.

Lucía, Juan y Albero observaban como la polla de Oscar se deslizaba sin mucho éxito entre los pechos de Laura, los cuales no daban para acabar el acto. Sandra y yo también observábamos.

-Creo que sus tetas no van a servir para eso, siento defraudarte.- Dijo Alvaro. Asomando la cabeza entre las piernas de Marta. -Necesitas que sean más grandes.-

Laura se giró para mirarnos al resto de las chicas que estábamos en la tienda. En ese momento pude contemplar sus tetas. Efectivamente no eran muy grandes. Estaban firmes por la edad y redondas, aunque tenían más forma de pera, con los pezones en punta. Oscar la miró con cara de circunstancias, deduzco que porque quería su ansiada paja cubana, pero al mismo tiempo le debía gustar Laura, lo que le ponía en un compromiso.

-¿Quieres que siga alguna de ellas?- Dijo finalmente. -Yo puedo seguir aquí besándote. He de decir que pensaba que Laura no se atrevería a ello. La veía muy lejos de tomar aquella decisión.

-¿Segura?.- Dijo él también casi sin creérselo.

-Las tetas de Miri son bastante grandes.- Parece ser que al final Laura me había elegido a mi, pero estaba disfrutando demasiado recibiendo las caricias de Sandra en mi chochito, como para tener que cambiar de bando y volver a ser la activa. Laura me hizo una seña para que fuese hacía ellos. Pase mis dedos por el clítoris de Sandra, haciéndole un favor antes de retirar mi mano, indicando que volvería. Alvaro y Marta cambiaron las tornas, siendo ella la que ahora le hacía sexo oral a él. -Chupa, chupa, cielo.- Me gustaba que Alvaro se expresase durante del sexo, era algo que me ponía muy caliente.

Me coloqué de rodillas bajo la polla de Oscar. En comparación con el resto era la más grande. Su glande relucía como la punta de una flecha. Estaba completamente llena de fluidos, y Laura se encargaba de sujetarla. Mediría alrededor de 18 centímetros. Junte mis dos tetas, desenado recibir la polla entre ellas. Oscar se agachó un poco, y guiada por la mano de Laura la introdujo entre ellas. Estaba ardiendo, y totalmente mojada, pero mis pechos demasiado secos. Pude notar sus fluidos embadurnando mi entreteto. Me mordí los labios.

-Joder, yo me he vuelto a poner cachondo.- Dijo Juan sobándose el paquete. En ese momento, Lucía aproximo su mano para tocársela. -Si que esta gorda.- Confirmó, mientras seguía sobándola.

La polla de Oscar se perdía entre mis tetas, entrando y saliendo continuamente, a un ritmo constante. Me costaba mantener las tetas juntas, tanto por la fuerza que ejercía como por las dimensiones de su polla abriéndose paso entre ellas. Laura mientras tanto le besaba, y el tocaba su culo. Me sentía un tanto ignorada, pero sabía que en el fondo solo estaba ahí por el tamaño de mis tetas. Cuando giraba mi cabeza podía ver como Marta engullía la polla de Alvaro. Se la metía entera en la boca, lo cual me dejaba totalmente impresionada, y después se la sacaba para poder respirar como si la vida se le fuese en ello, mientras flemas y babas salían de su boca.

-Ufff, ahora si que me voy a correr.- Dijo Oscar al fin, separando su lengua de los labios de Laura. Oscar realentizó sus embestidas contra mis pechos, haciendo más lentas, pero procurando un mayor roce.

-Como sigas haciendo esa fuerza no voy a poder sujetarlas.- Le dije.

-No, no, aguanta un poco más, que me voy a correr.- Dijo entre suspiros, mirando como su glande entraba y salía de mis tetas. Aquello era un charco de fluidos, mis tetas estaban llenas de liquido preseminal y cada vez se me escurrían más.

-Yo te ayudo, guapa.- Sandra se colocó detrás de mi, y paso su manos por mi espalda hasta colocarlas sobre las mias, sujetándolas contra mis tetas. Podía notar su cuerpo desnudo tocando contra mi espalda, y sus pezones clavándose en mis hombros.

-¿Quieres correrte en sus tetas?- Dijo Laura. Parecía algo decepcionada por su poca implicación en ese momento.

Oscar no llego a responder. Cuando su polla se perdió bajando entre mis tetas pude sentir el calor de su leche, y cuando finalmente volvió a asomar un chorro impactó contra mi boca. Solté mis pechos, y las manos de Sandra ocuparon su lugar. Mi amiga me sujetaba las tetas para hacerle una cubana a Oscar. A día de hoy nunca he repetido esto, pero fue una sensación de morbo indescriptible, tenia el coño totalmente mojado, hubiese dejado que cualquiera me penetrase en ese momento. La leche impactó también en la cara de Sandra, que estaba muy cerca. Mis tetas quedaron completamente llenas del semen de Oscar, que seguía aún follandoselas. Su polla estaba embadurnada de semen también.

-Límpiasela Laura.- Dije. Debía tener ganas porque no tardó ni un segundo en arrodillarse para alejar su polla de mis tetas y empezar a darle lametones. No llegó a metérsela en la boca. Cuando volví a mirar a Marta, se disponía a sentarse sobre la polla de Alvaro.

-Aquí tienes tu petición. - Dijo.

Agradezco mucho los comentarios, y os animo a dejar vuestra impresiones. En el siguiente terminaré de contar lo que sucedió durante esa noche de acampada, aunque durante el resto del campamentó quedá por contar alguna anecdota menor. Tambien me gustaría que me dijeseis que es lo que más os gusta. Tambien respondo vuestras preguntas si os ha quedado alguna duda sobre lo sucedido en la narración.