El Campamento de colonias (IV)

Falta poco para que termine el campamento, pero nuestros protagonistas, lejos de sentirse cansados, aumentan el ritmo y la intensidad de sus encuentros sexuales, en el marco vivificante de la naturaleza.

  • El tercer día. - -

Desperté al notar las caricias de Enrique, estirado junto a mi lado acariciaba mi pelo y su mirada me preocupó, se estaba enamorando de mí. Estábamos desnudos encima de cama, en aquellos días todos habíamos perdido cualquier pudor que pudiéramos tener, habíamos follado unos delante de otros, habíamos sacado públicamente a la luz cualquier fantasía erótica que hubiéramos tenido, incluso habíamos tenido relaciones homosexuales tanto los chicos como las chicas. Aunque era algo que siempre me había fascinado, hace unos días hubiera muerto de vergüenza si me hubiera sólo planteado seriamente acostarme con una chica o con un muchacho tan joven como Enrique y mucho peor hubiera sido hacerlo delante de todos, ahora, de repente, no sólo me parecía la cosa más normal del mundo sino que creo que se había convertido en una necesidad vital, sobre todo en mi vida sexual.

    • Lucia y Ana seguían durmiendo, las miré con satisfacción, abrazadas como estaban, desnudas sobre la cama, eran la postal más bella que se pudiera imaginar.
    • El día se había levantado lluvioso, el agua caía con fuerza formando una espesa cortina que apenas dejaba ver unos metros más allá del cristal, no obstante, hacía calor. Miré al lago, estaba cubierto por una ligera neblina que le daba un aire de misterio, noté como un escalofrió y me acurruqué junto a Enrique que seguía abrazándome. Me sentía bien.
    • Me di cuenta que Pedro no estaba en su cama, se habría levantado pronto, cuando llovía era necesario preparar la sala de comedor para pasar allí el día, me levanté por si tenia que ayudar al resto de monitores. Me lavé y me cubrí con un chubasquero, salí al exterior, la lluvia arreciaba y un fuerte aire hacía mover con violencia los árboles, de una carrera llegué al barracón donde estaba el comedor. Allí estaban todos los monitores, preparaban todo para pasar allí el día, por la mañana estaba previsto jugar a juegos de mesa, después comer y por la tarde a partir de las siete se convertiría en una improvisada discoteca. Fueron llegando los chicos, se sentaban en grupos de 4 o 5 para jugar a cartas o a otros juegos típicos de los días de lluvia.
    • Me di cuenta que Enrique no aparecía, al igual que Lucia y Ana. De una carrera volví a la cabaña. Por la ventana los pude ver, Lucia de pie, con la cabeza metida entre las piernas de Ana, que estaba sentada en la litera de arriba, le comía la almeja mientras con las piernas abiertas recibía los envites de Enrique por detrás de ella. Aunque me estaba mojando, me quedé mirando por la ventana, no quería que Enrique dependiera tanto de mí, ya me parecía bien que follara con quien quisiera. En unos minutos estaba completamente empapada, me dirigí a las duchas, siempre solía haber toallas y necesitaba secarme un poco, no había nadie, recordé el polvo con Carlos debajo de la ducha y me dieron ganas de volver a la cabaña y exigirle a Enrique mi ración de polla. Me quité la camisa y los pantaloncitos y quedé sólo con el tanga. Me senté en uno de los bancos, cerré los ojos y recordé a Carlos, comencé a acariciarme, mis manos recorrían mis pechos y poco a poco me fui calentando cada vez más, la única polla que podía superar ampliamente a la de Enrique era la de "oso", me lo imaginé entre mis piernas mientras mis dedos se perdían en mi coño, me masturbé durante un rato con las manos hasta que necesité algo más contundente, cogí un taburete y cubriendo una de sus patas con la camisa la usé de consolador introduciéndola en mi vagina, no era muy gruesa pero sí dura por lo que al cabo de unos minutos y después de meter y sacar una parte importante de su longitud me corrí abundantemente entre fuertes espasmos, me decidí a ponerme en manos de Javier antes de acabar las colonias. Después de recuperar el aliento, volví a ponerme la ropa mojada y pringosa de mis jugos y me dirigí a la cabaña para cambiarme, cuando llegué ya no estaban. Me puse ropa limpia, y volví al comedor.
    • Era el ultimo día que pasaríamos juntos, pues mañana por la mañana partíamos de nuevo a la ciudad, todos teníamos ganas de rematar aquellos días con una última fiesta, no tardó en calentarse el ambiente. En una de las mesas Carmen y Marta (las dos más desarrolladas) junto con Ramón y Manuel jugaban a cartas, no sé a qué jugaban pero en un momento dado Carmen se puso debajo de la mesa y sacando la verga de Manuel comenzó a mamársela, el resto miraba (con envidia) cómo se comía la polla, mientras los otros tres jugaban tranquilamente. En otra mesa Ana la monitora se quitó la camisa quedando con los pechos al aire, Lucia se le acercó por detrás y pasando las manos por encima de los hombros comenzó a sobarle las tetas, Ana se dejaba hacer. Yo estaba sentada cuando noté debajo de la mesa unas manos que me desbrochaban el pantalón, miré y eran Miguel y Ramis (los dos rubitos "amigos" de Javier), levanté un poco el culo para que me los quitaran y abrí al máximo las piernas, tenían una magnifica vista de mi coñito, noté las cuatro manos acariciándomelo, bueno tres porque Miguel con una mano tenía cogida la polla (que no estaba mal) de Ramis y lo pajeaba. Poco a poco todos se iban animando, Juanito y Sandra se besaban mientras se quitaban la ropa uno a otro casi en medio del comedor, Amanda y Astrid también se afanaban a quitarse la ropa una a la otra mientras se besaban y acariciaban todo el cuerpo, Carlos que ya era amante oficial de "gordi", dejaba que éste, de rodillas, le chupara la polla mientras Sonia a su lado pugnaba por hacerse un sitio y chupar también. Ana (la compañera de Lucia) se estiró ya desnuda en la mesa que jugaban a cartas y mientras Carmen seguía mamando a Manuel, éste junto con Marta y Ramón chupaban y acariciaban todo el cuerpo de Ana. Ramis me hace estirar en el suelo y mientras me clava su polla en la boca Miguel me come la entrepierna metiendo su lengua y dedos y haciendo que me empiece a sentir muy excitada, giro la cabeza buscando con la mirada a Javier, me encantaría que me follara y lo veo desnudo también pasando su verga por la entrada de Marga, se ve desproporcionado su enorme cipote con el pequeño cuerpo de la chica, ella estirada en una de las mesas y con la cabeza girada chupa ávidamente la polla de Pedro, no cabe duda que tiene unas tragaderas importantes. Mis dos pequeños amantes siguen igual mientras noto una lengua que juega con mis pechos, primero no distingo quién es pues el cuerpo de Ramis tapa su cara, alargo el brazo y mis manos llegan a dos pechos grandes, los acaricio suavemente mientras mis pezones se van endureciendo y a cada lengüetazo de la chica como una corriente eléctrica sacude mi cuerpo, sabe lo que hace. Ramis acelerando escupe su leche dentro de mi boca que entra directa hasta mi garganta, la trago con deleite a la vez que Miguel ya ha dejado de chuparme e introduce su polla dentro de mi almeja, no es demasiado grande pero sus rápidos movimientos consiguen darme un gran placer, Ramis se retira de mi cara después de dejar durante unos segundos que su polla se afloje dentro de mi boca, entonces por fin veo a mi castigadora de pezones, es Carmen.
    • Aprovechando que Ramis ha salido de encima mío, se coloca de manera que su entrepierna queda justo en mi boca, comienzo a comerle mientras sigo cogiéndole las tetas, ella me pellizca las mías mientras se besa con Miguel que sigue follándome con rapidez. Manuel con la polla ya libre de la boca de Carmen tiene sentada encima a Ana que bota sobre él con el cipote incrustado en el culo, con los ojos en blanco y dando gritos se estaba convirtiendo en la más escandalosa del grupo (no me extrañaría que por aquel orificio fuera virgen hasta aquel momento), Marta boca abajo sobre la mesa también recibía en su ano la polla de Ramón, aunque jadeaba con fuerza ni mucho menos eran los gritos de Ana, seguramente ya debía estar más dilatado.
    • Vuelvo a mirar a Javier, su pollón ya bombea dentro de Marga, está cogida con las dos manos a la mesa, si se soltara saldría disparada por la fuerza que imprime Javier a cada acometida, estoy deseando que Miguel acabe para sustituir su pollita por la tranca de Javier, aunque ya me he corrido una vez, necesito más y de mayor calibre. Sonia, "gordi" y Sandra estaban a cuatro patas en el suelo mientras Juanito y Carlos se los follaban cambiando de agujeros constantemente, era como un juego, el culo de "gordi" recibía con la misma facilidad que las chicas, su ano ya era capaz de admitir cualquier tamaño y las veces que fuera necesario, en aquellos días Carlos le había hecho descubrir sus verdaderas inclinaciones. Al poco rato Enrique se une al grupo y empieza (cómo no) por su amigo con el que tantas veces se ha pajeado. Su polla entra a paso firme hasta las entrañas de Eduardo ("gordi"), éste nota la diferencia de tamaños y un grito sale de su garganta cuando los huevos de Enrique chocan contra sus nalgas. Cogiendo el paso los tres chicos enculan a Eduardo, Sonia y Sandra a la vez, ríen entre ellos y animan a los demás a "bailar" todos juntos.
    • Las parejas se van incorporando al lado del grupo, primero Manuel que ha cambiando y encula a Marta, seguido a ellos Ramis ya recuperado comienza a cabalgar con Carmen, Emilio se sitúa detrás de Ana (la monitora), Astrid y Amanda después de correrse entre ellas se ponen en posición esperando que alguien se ponga detrás de ellas, Pedro y "gordi" no tardan en hacerlo (por lo que veo a Eduardo le sigue gustando todo), Lucia se coloca en el espacio dejado por Eduardo y se ofrece a Enrique, Miguel que deja de metérmela se pone junto a los otros mientras Ana se le pone delante, su dolorido culo agradecerá el pequeño pene. Ramón espera que Marga se incorpore de la mesa donde se la follaba Javier y cogiéndola de la mano se la sitúa delante de él. Quedamos de pie Javier, Juani y yo. Las dos miramos a Javier, ninguna queremos quedarnos sin "jugar", Javier desnudo también los mira supongo que decidiendo a cuál entregará su tesoro, mi interior palpita nerviosa porque no me elija a mí, alarga la mano y coge mi brazo, me sitúa delante suyo y ordena que me arrodille de espaldas a él.
    • Por fin voy a tener el cipote más grande del grupo para mí, ordena a Juani que ponga la música, la chica a punto de llorar le obedece, seguidamente la hace estirar delante de las chicas, casi debajo, los chicos comienzan a meter sus aparatos en nuestros cuerpos, unos por delante y otros por detrás, comienzan los gemidos y jadeos a medida que las pollas van entrando en los distintos orificios cada vez más adentro, por fin cuando están todos preparados comienzan a moverse como un solo hombre. Al ritmo de la canción que suena sus movimientos generan todo tipo de exclamaciones y gritos, todas estamos recibiendo, mientras las chicas que tienen a su alcance el cuerpo de Juani comienzan a tocarla, a pasar la lengua y a besarla por todos sitios, 5 pares de manos recorren su cuerpo, algunos dedos comienzan a meterse por sus agujeros, por la manera que jadea no tiene nada que envidiar al resto.
    • Javier ha entrado en mi coño, su polla aunque muy grande ha entrado con facilidad por lo mojado que estaba, entra y sale haciendo a la vez un movimiento circular que me vuelve loca, una mano en mi cadera lleva el ritmo mientras la otra acaricia mis tetas que cuelgan libres debajo mío. No tardo en estar a punto para correrme y giro mi cabeza para decirle:
      • Sigue, no pares, por favor
  • ¿Te gusta? Puta - Sí, cabrón, sigue metiéndola hasta el fondo - No te ha follado nunca así tu novio, ¿verdad?
  • Noooo -grité - Mueve el culo, que después te lo perforare
  • Sí, fóllame el culo. Por favor -Lo movía frenéticamente, mientras él daba fuertes palmadas en mis nalgas - Tendrás que suplicar con más fuerzas, zorra - ¡¡¡AAAAAAA!!! Me corroooo... - noté cómo una oleada de liquido procedente de mi interior pugnaba por salir - Toma... toma ... - ¡¡¡AAAAHHHGGG...!!! -exploté en un fuerte orgasmo - Ahora voy a follarte ese culito que tienes -diciendo esto la sacó de dentro mío, momento en que una gran cantidad de flujos que estaban atrapados dentro mío salieron de golpe y resbalaron por mis muslos - ¡¡¡Siiiii!!! ¡¡¡Te lo suplico!!! - - Te voy a partir en dos - noté como su capullo buscaba la entrada - ¡¡¡Te necesito!!! ¡¡¡Mi culo te necesita!!! ¡¡¡Fóllamelo!!! -suplicaba - Ábrete el culo, zorra -con mi cara ya en el suelo, abría mis nalgas todo lo que podía, ansiosa por recibir dentro su polla. - Vas a gritar como una becerra -su capullo comenzó a entrar, sentía un dolor intenso que iba en aumento a medida que aquella parte más gruesa de polla iba entrando, - ¡¡¡AAAAAHHHHH!!! ¡¡¡ME ESTAS ROMPIENDO!!! -no pude evitar derramar unas lagrimas del daño que me estaba haciendo, pero en lugar de retirarme yo seguía abriéndome el culo y empujando hacia detrás para que fuera entrando, agradecí haberlo hecho antes con Enrique, si me pilla virgen me mata. - Ya tienes el capullo dentro, ahora entrará el resto - ¡¡¡Siii...!!! ¡¡¡por favor!!! ¡¡¡Métela toda!!! -efectivamente, noté que el dolor disminuía y se comenzaba a convertir en placer, sentía cada centímetro de polla que entraba dentro mío, me notaba completamente abierta, mi mano se dirigió a mi almeja para acariciarme mientras Javier me follaba, estaba cumpliendo mis sueños.

    • Giré la cabeza y vi que ya se había roto la uniformidad del ritmo, las chicas más jóvenes estaban derrotadas en suelo, habían sido folladas por todos sitios y estaban agotadas, sólo algunos seguían dale que te pego, "gordi" estaba siendo follado por Carlos una vez más mientras comía el coñito de Amanda que cogiéndole de la cabeza lo apretaba contra su entrepierna sin dejarlo que se apartara de ella. Juani se estaba resarciendo de haber sido la única de no haber participado en el "juego", estaba siendo follada por Enrique (si no hubiera sido amante de Javier, le hubiera sido imposible admitir la polla de Enrique en su interior) mientras chupaba la polla de Pedro y pajeaba a Emilio mientras éste era follado por Manuel (creo que Emilio también había descubierto en aquellas colonias sus inclinaciones).
    • Una punzada en mi interior me indicó que Javier estaba llegando más adentro que nadie en mi cuerpo, por un momento pareció que aquel inmenso placer que sentía a medida que entraba se volvería a convertir en dolor, gritaba y me movía muchísimo pero Javier me tenía bien cogida y no cedía lo más mínimo en su empeño de meterla toda,
      • ¡¡¡Para por favor, tan adentro noooo!!! - - Calla, puta, te la voy a meter entera
  • Me haces mucho daño -realmente me dolía mucho - Así me recordarás durante mucho tiempo -dijo riendo - ¡¡¡AAAAA!!!
  • solté un fuerte grito que hizo girar a los demás, había entrado toda, sus huevos chocaron contra mi coño. - Ya la tienes toda dentro, lo ves zorra cómo sí entraba - Siiiiii... -noté cierto alivio saber que no entraría más, comenzó a meter y sacar su trasto de dentro mío, primero un poco después un poco más - Ahora vamos a prepararlo para que nunca más notes que te hace daño. Cada vez la sacaba más y volvía a meter - Uuuummmmfffff ... -comencé a notar placer otra vez, casi la sacaba del todo y volvía a meterla, cuando notaba todo el recorrido me volvía loca. - Te va gustando, ¿eh? - Sssiiiiiii... Sssssiiiii...
  • Disfruta pues, cerda - Sssiii... -comenzaron a invadirme orgasmos, prácticamente uno detrás de otro. Era lo que había oído nombrar alguna vez de multiorgasmo y que creía que no existía.

    • Pareció que perdía la noción de las cosas, no sabía ni dónde estaba, se me nubló la vista. Sólo tenía la sensación increíble de correrme una vez detrás de otra, no había intervalos, incluso me oriné sin poder contenerme formando un gran charco debajo mío de orines y flujos. Pareció que crecía de tamaño justo antes de correrse dentro mío y llenarme de esperma todo mi interior, me corrí una ultima vez sólo por notar el liquido caliente dentro mío, la fue sacando mientras a borbotones seguía sacando leche y aún salpicó mis nalgas y espalda, caí derrumbada en el suelo y cerré los ojos, necesitaba descansar.
    • Noté varias manos que me levantaban del suelo y me depositaban sobre una de las mesas, al abrir los ojos vi muy cerca de mí la cara de Enrique - - - ¿Cómo estás? -preguntó - Hecha polvo - Has perdido el conocimiento hace un rato - ¿He estado mucho rato inconsciente? - Unos 20 minutos
  • No entiendo, ¿qué me ha pasado? - Te has desmayado de gusto, -dijo sonriendo - Y ¿los demás? -pregunté al advertir que estábamos solos - Han ido a sus cabañas para asearse y prepararse para la noche. - Tú te has quedado conmigo - Sí, no quería dejarte sola, además Javier me ha ordenado que te cuidara hasta que volviera - Mejor voy a lavarme yo también -reparé en que seguía desnuda y pringosa, intenté incorporarme pero todo me daba vueltas a mi alrededor - No, no te muevas, toma esta pastilla te reanimara - Gracias -tomé la píldora y volví a recostarme mientras Enrique me cubría con una sabana. - Descansa, dentro de un rato te encontraras mejor

    • La píldora hizo que volviera a dormirme placidamente, fue desapareciendo el dolor que tenía en mis orificios y dentro mío, la polla de Javier me había dejado maltrecha.

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