El campamento
Yolanda se dejó caer a un lado mío y se tapó con la misma cobija con la que estaba tapado yo, como estaba muy obscuro, apenas se podía ver quien era quien, solo se veía cuando abrían la puerta de la tienda y entraba una poca de luz de luna.
Habíamos ido de campamento un grupo de amigos de la misma colonia donde vivo. Nos fuimos el sábado en la mañana, aproximadamente unos 10 hombres y 12 chicas. Cargamos con tiendas de campaña, comida y bebida y planeamos dormir fuera solo esa noche. Armamos las 4 tiendas de campaña en la mediodía, hicimos una parrillada y estuvimos tomando durante toda la tarde. Ya como a las 9 de la noche, la mayoría de los que tomamos estabamos muy borrachos, inluyendo algunas chicas, hubo algunos que hasta se quedaron dormidos tirados entre las hierbas por la borrachera.
Como a las 11 de la noche yo ya no soporté más y fui a meterme a una de las tiendas de campaña a dormir un rato. Entré y me encontré a Eduardo y a su hermana Raquel, que también estaban ya rendidos por el cansancio y el alcohol. La tienda era grande, y era la que estaba más vacía, asi que yo me puse en el extremo contrario a donde estaban ellos dos. Unos minutos más tarde entró en la tienda Héctor y se dejó caer más o menos aun metro de donde estaba yo a dormir. Minutos después entró Yolanda, una de las chicas que más había tomado en la noche, ella normalmente no tomaba porque su madre era muy estricta con ella, por eso cuando podía aprovechar hacía todo lo que estando su madre no la dejaba hacer.
Yolanda se dejó caer a un lado mío y se tapó con la misma cobija con la que estaba tapado yo, como estaba muy obscuro, apenas se podía ver quien era quien, solo se veía cuando abrían la puerta de la tienda y entraba una poca de luz de luna. Entre la penumbra pude ver que Yola estaba completamente ebria, tal vez hasta inconciente habría terminado, balbuceaba cosas que no entendía en voz muy baja y movía la cabeza como si estuviera soñando algo. De pronto comencé a ponerle atención a sus balbuceos porque parecía que estuviera gimiendo suavemente, levanté la cabeza a ver si podía ver algo y noté que Héctor se había movido de lugar y estaba pegado a Yola por detrás de ella. El me vio que levanté la cabeza y con una seña me dijo que no hiciera ruido y luego me señaló hacia las piernas de Yolanda. Enfoqué entre la obscuridad y vi que Héctor había destapado a la chica y estaba manoseando su trasero con toda la libertad del mundo. Me sonrió y luego me señaló con su mano hacia el botón del pantalón de Yolanda -entendí que como yo estaba de frente a ella me pedía que lo desabrochara - Al prinicpio me asusté, que pasaría si la chica despertara, pero luego recapacité que estaba totalmente ebria. Me acerqué a ella y con las dos manos le desabroché el pantalón, Héctor no tardó ni 3 segundos sin que ya se lo estaba bajando, hasta dejarselo a media nalga más o menos y comenzó a meter su mano por debajo de la pantie de Yolanda. Ella seguía solo haciendo pequeños ruidos pero parecía que no se daba cuenta de lo que pasaba, asi que decidí ayudarle a Héctor. Le levanté la blusa a Yolanda y comencé a manosearle las tetas a placer, mientras mi compañero ya estaba metiendo su dedo en la vagina de la chica, asi estuvimos un momento sin ningún problema, pero después se nos pasó la mano de ruido y despertamos a Raquel.
Ella se enderezó y dijo: ¿Qué pasa?, ¿Quién está?. Rápidamente le contesté que estabamos Héctor y yo nadamás, pero yo no me podía dormir y me estaba dando muchas vueltas. Ella se molestó y me dijo que no hiciera ruido, sin embargo por suerte no se acercó a ver qué hacíamos. Rápidamente Héctor le subió el pantalón a Yolanda y yo le acomodé la blusa y el bra. - muy a tiempo - Con los movimientos Yolanda se despertó y todavía muy borracha - creo yo que sin saber lo que hacía - se levantó como pudo y quejandose se salió de la tienda de campaña. Héctor y yo permanecimos quietos para ver si nadie se daba cuenta de lo que habíamos hecho, pero al parecer nadie se percató.
Héctor decidió dormirse y olvidar lo que habia hecho, pero a mi me seguía preocupando que Yolanda fuera a decir algo a los que estaban afuera, asi que me levanté y salí de la tienda para buscarla. Salí y solo encontré despiertos a un grupo de 3 amigos que estaban junto a la fogata todavía tomando, los demás ya se habían ido a las tiendas. Decidí ir al baño antes de continuar mi búsqueda de la chica, asi que me dirigí a donde estaban estacionados todos los coches, caminé atrás de una de las camionetas grandes para hacer mi necesidad y justo cuando di la vuelta me encontré con Yolanda acostada en el asiento de la camioneta, por el lado del copiloto, con la puerta abierta - no había alcanzado ni a cerrarla - La chica estaba acostada boca arriba, con los ojos cerrados pero conciente - dentro de lo que la borrachera le permitía - parecía que se había quedado caliente por lo que le habíamos hecho , ya que tenía la mano entre las piernas aun con el pantalón desabrochado y con movimientos torpes estaba intentando masturbarse. No podía desaprovechar la oportunidad asi que me acerqué a ella y le pregunté si quería que la ayudara. Ella no respondió con palabras, estaba demaiado tomada, pero siguió moviendo la mano y me respondió con un gemido que me hizo entender que aunque no supiera quien la estaba ayudando la respuesta era un si.
Comencé a manosear a Yolanda en las tetas con una mano y entre las piernas - por arriba de la pantie - con la otra. Ella solo gemía más fuerte e intentaba moverse un poco. Miré hacia donde estaban los de la fogata, pero estaban demasiado lejos y borrachos como para escucharnos, asi que poco a poco le comencé a bajar el pantalón a Yola hasta dejarla en panties. Ella seguía sin darse cuenta de nada, sus manos las había quitado ya de su cuerpo y estaba apretando el asiento. Le saqué la pantie mientras yo me desabrochaba el pantalón para sacarme el pene que ya estaba erecto. Toqué la vagina de Yolanda para ver si estaba húmeda y sentí que le faltaba poco, asi que escupí en su raja y sin pensarlo mucho, jalé su cuerpo hacia mi para que sus piernas colgaran afuera de la camioneta y la penetré. Estuve bombeandola unos minutos mientras ella gemía sin saber ni quien se lo estaba haciendo, solo movía su cuerpo de un lado a otro y apretaba más duro el asiento con sus manos. Cuando sentí que ya me iba a venir se la saqué y solo tuve que darle un par de jalones más para eyacular sobre el abdomen de Yolanda, una parte sobre su piel y otra parte sobre su ropa. Me subí los pantalones y dejé a la chica ahi, desnuda, acostada boca arriba y con la puerta abierta y me fui silenciosamente a dormirme nuevamente. Nadie me vio ni me escuchó entrar en la tienda y me quedé dormido.
Me desperté como a las 11 de la mañana y me recibió Eduardo con la gran noticia que trataban de mantener como secreto. Su hermana se había levantado y había descubierto a Yolanda en una camioneta desnuda y con esperma en su cuerpo, pero al preguntarle ella no recordaba con quien lo había hecho. Le respondí que no lo podía creer, y luego le dije que si no sospechaban de nadie, y me contestó lo que esperaba oír: No, pero nosotros creemos que fue alguien de los que se quedaron despiertos hasta la mañana.