El camionero mudo
Sexo de forma anónima con un hombre que sin decir nada, sin hacer nada me hace provoca un estado de excitación que hace que quiera más y más
Este es mi primer relato, tengo muchas vivencias y espero que lo disfuten.
No es que sea mudo, básicamente, es que no habla.
Ya he coincidido con él en un par de ocasiones, siempre es la misma dinámica, llega en su gran camión de ganado vivo, aparca de forma discreta, se baja sin para el motor, se pone justo al lado del camón, y espera.
En esta ocasión la cosa no fue distinta.
Era un miércoles cualquiera, a eso de las 7 de la tarde del mes de marzo, ya el sol se había puesto y quedaba poca luz.
Estaba dentro de mi coche esperando que parara alguien, en un área de descanso de la autopista donde me paro bastantes veces, es un sitio tranquilo, donde paran camiones y algún coche, no es un área donde haya mucho ambiente, y pocos van en busca de lio, pero a mí me gusta precisamente por eso, y que además difícilmente coincidiré con algún conocido.
Había un camión aparcado en la zona más alejada, y no se veía movimiento ni luz en la cabina, en esas, que llega él, como siempre, aparca cerca de mí, apaga luces, y se baja del camión, lleva un mono de trabajo azul con una cremallera que le va desde el cuello hasta la entrepierna, con unas botas de trabajo, tiene unos 55 años, pelo corto y canosa, bien afeitado, cara seria, debe medir 1,75 de alto más o menos y es un hombre fuerte, pero no de gimnasio, se ve un hombre curtido de trabajar duro.
Me bajo yo de mi coche, y como se que es él, me pongo a mear a una distancia prudente, pero sin esconderme, enseñado mi polla que ya esta medio dura, y no lo voy a negar, reconozco que tengo una buena polla, de unos buenos 18 cm. Y bastante gorda, además, yo soy corpulento, 1.90 de alto y 95 quilos, digamos que soy todo un macho.
Me mira, y yo le miro, y en nada, se baja la cremallera del mono del todo, debajo lleva un jersey, pero de cintura para abajo, nada más, solo llegar la cremallera abajo, y ya le asoma el pollon. Si, el pollon, que es la única forma de definir esa enorme polla que tiene el muy cabrón, en reposo eso mide como la mía bien dura, e igual de gorda, con unos cojones colgones del tamaño de los huevo de una gallina, cubierto de pelo canoso.
Se la saca fuera y se queda quieto, no hace nada, entonces, me acerco yo, se la agarro y la meneo un poco, y empieza a crecer más, me pongo de rodillas, allí, en el asfalto, al lado del camión y empiezo a meterme el capillo en la boca, es una capullo enorme, cubierto con un prepucio que se retira muy suavemente, huele a limpio, en contraste con el mal olor del camión que está lleno de ganado.
Sigo mamando y su pollon sigue creciendo, y cogiendo fuerza .
Ya solo me entra el capullo y un trozo más, pero me queda fuera de la boca más de la mitad, eso mide más de 24 cm. Seguro, pero él sigue sin decir nada, yo me esmero en mamar ese portento de la naturaleza, es una maravilla, y su sabor, es dulzón y agradable, yo me meneo mi polla con una mano, mientras que con la otra masajeo los cojones del camionero, y con mi boca lamo, mamo, saboreo ese gran pollon.
A los 5 minutos de estar en faena, empieza a gruñir, no dice nada, solo resopla como un toro y gruñe como un animal, señal que la corrida es inminente, y no me equivoco, a los pocos segundos, me aparta de su polla, y empieza a correrse, es una fuente, le salen los primeros cuatro chorros con mucha presión, llegan a más de un metro de distancia y una cantidad que si me descarga en la boca seguro que me ahoga, después de los primeros, llegan cinco o seis más, pero estos sin tanta presión pero igual de abundantes que dejan un pequeño charco junto a sus pies.
Solo acabar, ni se limpia ni se abrocha ni nada, parece que le invade la culpa, pero es instantáneo, se corre y sale de donde estamos, se monta a toda prisa en el camión, enciende las luces y arranca, casi ni me da tiempo a ponerme de pié, y sigo con la polla dura entre una de mis manos.
Estoy con un calentón encima que me acerco a mi coche, y en dos sacudidas mas de mi polla, exploto en un orgasmo soltando una buena descarga de leche, ni la mitad de lo que ha sacado el camionero de esos enormes huevos, pero me corro, me corro a gusto.
Puede que no haga nada él, pero poder disfrutar de esa polla durante esos doce o quince minutos, hace que tenga ganas de repetir con él.
Espero encontrarme pronto con mi camionero mudo.