El camionero me abre el culo..

Al salir de una fiesta una noche, mi culo recibe más fiesta todavía por parte de un camionero en un polígono industrial.

Hola a todos,

Algunos ya me conocéis, ya que subí un relato recientemente comentando cómo en ausencia de mi novia me folló el chico del gas en mi piso. No prometo subir relatos asiduamente ya que todo lo que cuento es real, y además, mi imaginación es muy escasa. Pues bien, en mi anterior relato dije que cuando me sucedieran más experiencias las escribiría, y el caso es que se me olvidó escribir acerca de una situación que me ocurrió este pasado verano. Juro completamente que es verídica, y aunque quizá algún diálogo no fuera exactamente así, la historia en general sí lo es. Y gracias a dios que lo fue.

Estaba pasando una semana en la playa con cinco amigos míos. Habíamos acabado los exámenes de la universidad y nos fuimos a Alicante a disfrutar del verano, el calor y el sol. Nos pasábamos los días jugando al fútbol en la playa, bañándonos en la piscina, liándonos algún porrillo mientras jugábamos al poker y poco más.

En el apartamento que teníamos alquilado no podíamos realizar fiestas, y además, el casero vivía realmente cerca y paseaba al perro por la zona, así que ni de coña podíamos ignorar lo que nos dijo y montar ahí ninguna locura. Por tanto, nos unimos a una fiesta que montó el conocido de uno de nosotros en la otra parte de la ciudad. Era un chalet realmente caro, y estaba en una urbanización de clase alta. Pillaba muy lejos de la zona donde teníamos nosotros el apartamento, así que fuimos en un autobús urbano que nos dejaba cerca.

Después de pasar la noche allí, fumar y beber como locos y tener los oídos reventados de la música, eran ya las 4 de la mañana y tenía ganas de irme. Mis amigos están locos de la cabeza, y ellos querían pasar toda la madrugada ahí y volver por la mañana, incluso estaban comentando algo de comer churros con chocolate cuando amaneciera (algo muy típico en las fiestas en el sur de España, o al menos, donde yo vivo). Cuál sería mi sorpresa al descubrir que yo también iba a ver un churro y además... de chocolate precisamente.

Salí de la casa y fuí a ver si veía algún taxi, algún autobús nocturno o yo que se. Empecé a andar y estaba todo desierto. Parece mentira que en una zona costera, en pleno Agosto y un sábado hubiera tan poco ambiente. Quizás era porque la zona estaba en la parte más alejada de la ciudad, pero el ambiente me estaba dando muy mal rollo. Justo en ese momento, unos focos me abrieron completamente los ojos. Era un camión, pasaba justo por la calle en la que iba yo, y parecía un puto trailer. No entendía muy bien qué hacía un camión de ese tamaño en una zona así, pero tampoco estaba para pensar mucho porque el alcohol y la marihuana habían ya hecho cierto efecto en mi.

Quizás de verme andar lento o tambáleandome lentamente, decidió parar y preguntarme.

  • Hola amigo, sabes por donde llegar a Campoamor? - me preguntó el hombre.

No conseguía verlo del todo bien, pero en ese momento empecé a pensar si era moro, negro o algo así, porque no sólo estaba oscura la noche sino que tampoco se veía su rostro del todo bien. No me equivocaba, encendió la luz del interior del camión al ver que no le contestaba, y pude ver que era de raza negra.

  • Me has oido? - volvió a preguntar.

  • Sí, lo siento, es que vengo de una fiesta y voy un poco ciego. No tengo ni puta idea de donde está Campoamor porque no soy de aquí tio.

  • Joder, pues estoy jodido - dijo el hombre.

En ese momento no se que me estaba pasando por la cabeza, pero no me había dado cuenta de que Campoamor era justo la zona donde estaba nuestro apartamento. Era una oportunidad de puta madre, podía llegar gratis, rápido y sin peligro si le preguntaba al conductor si podía llevarme.

  • Buah, no me acordaba, tengo un apartamento en Campoamor esta semana y no me acordaba del nombre de la zona, creo que se llegar hasta allí.

  • Me harías un favor si subes y me dices como llegar, y asi yo te llevo gratis amigo.

  • Perfecto.

Me subí al camión y se puso en marcha. Le fui indicando como mi cabeza me permitía, se nota que era la primera vez que conducía por esta zona porque el tio no tenía ni idea de nada. Al llevar unos minutos en el camión, resulta que el que no tenía ni idea era yo, y me habia equivocado completamente de direcciones. Era raro que un camionero no llevase GPS o algo, pero no vi nada en el interior del camión, y encima mi móvil ya no tenía batería despues de estar tanto tiempo de fiesta, así que nos perdimos.

Estábamos en una zona industrial cercana a Alicante, entre una gasolinera y un lavadero de coches parados. El hombre estaba muy nervioso, quizás tenía que entregar un reparto o algo. De repente me dijo:

  • Joder encima que ya estaba perdido, por tu culpa me pierdo más cabron.

Yo no sabía muy bien que decirle, iba medio borracho y me dio por reirme un poco de la situación.

  • Creo que voy a dormir aqui, este asiento esta de puta madre jajaja. Si consigues llegar avisame y me bajo.

Por lo visto, no le hizo mucha gracia mi comentario, porque me contestó algo así (no lo recuerdo exactamente):

  • Pues ahora vas a ver lo que es bueno.

He intentado hacer memoria varias veces después de esa noche, y sólo consigo recordar que la frase fue parecida a esa, la situación cambió realmente rápido, y el negro me cogió del brazo y me movió bruscamente.

  • Eh tio, a mi no me toques hostias - le dije alterándome.

Siempre me he defendido genial, entre el deporte, el gimnasio y la cantidad de follones que he tenido en mi vida, no tengo problema en soltar un par de puñetazos, pero tampoco me hacía mucha gracia dada la complexión de este tio y la mala cara que llevaba.

  • Te voy a tocar pero en otro sitio, el brazo no, en otro sitio.

Y de repente llevó su mano a mi pantalón y empezo a moverla. Yo me quedé helado. Es como si todo el colocón que llevaba se me hubiera pasado de golpe, porque me "desperté" de mi borrachera y me invadió una mezcla de morbo y nerviosismo increíble. Por un lado no me hacía mucha gracia estar con un negro camionero en un polígono industrial a las 5 de la mañana, llamadme loco. Pero precisamente, eso era lo que también me daba morbo, ya que con lo que me gusta meterme cosas por el culo y no haber probado nunca nada negro, la situación me empezaba a interesar.

Como dije en el relato anterior, no caigo rápidamente en este tipo de comportamientos homosexuales porque no soy homosexual, simplemente me gusta darle un poco de alegría a mi ojete de vez en cuando. Y ese momento era una oportunidad importante. No se si él quería violarme, pero no iba a hacer falta, ya me dejaba yo violar.

  • Tocame donde quieras tio, no tengo problema - dije mucho más calmado.

  • Ahora te gusta? Si te has enfadado hace un momento chico - preguntó algo extrañado.

  • Porque estoy borracho, ya te lo he dicho. Venga, hazme lo que quieras.

No había ni un alma en aquella zona, y el tío pasó a la acción rápidamente. Me bajó el pantalón como pudo y la ropa interior, y me agarró la polla con su puño.

  • Jajaja, tu polla es pequeña, la mia mucho mas grande. (Y eso que me mide unos 19 centímetros y es algo gorda, me extrañé un poco)

  • Claro, no me hace falta ni verla, eres negro, los negros la tenéis enorme - exclamé.

El negro no paraba de reirse, la situación estaba empezando a resultar un poco estúpida. Tenía ganas de clavarme esa tranca en el ojete, y el cabrón del negro no para de hacer el gilipollas con mi rabo y decir tonterías que ni recuerdo.

  • Tu chupas polla? Quieres ver mi polla y chupar amigo?

  • No me gusta chupar pollas, solo que me follen.

  • Eso no es normal amigo, por que no me la chupas, está buena.

Solo había chupado un rabo una vez en mi vida, y me sirvió para darme cuenta de que prefiero darle gusto a mi agujero trasero, porque no me excita mucho tragarme una polla, pero eso iba a cambiar en un instante. El negro se bajó el bañador (sólo llevaba un bañador, ni siquiera ropa interior), y pude ver un pedazo de tranca negra todavía flácida entre sus muslos. Ni siquiera se había empalmado el cabrón y ya era como mi mano. De repente me vinieron muchas, muchas, pero muchas ganas de hacer que se empalmara gracias a mi lengua, y eso que hice.

  • Te la voy a chupar, me han dado ganas al verla jajaja.

  • Ves, te lo dije, está grande y buena.

Agarré esa masa de carne y me agaché para llevarmela a la boca. Empecé a introducir la cabeza en mi cavidad bucal, y poco a poco la fui metiendo entera. A estas alturas podía chuparla toda, pero eso duró apenas unos segundos. Eso empezó a crecer y a crecer, y solo pude empezar a lamerla con la lengua por fuera y a chuparle la cabeza. A todo esto al negro le estaba encantando, estaba con los ojos cerrados y sonriendo, solo se veían sus putos dientes en la oscuridad del camión, apenas había farolas fuera, aunque dentro había una bien grande.

  • Ohhhhgg, si, traga, traga amigo.

  • Glup, glup, glup - repetía mi boca mientras trataba de albergar semejante aparato dentro de ella.

Yo me estaba poniendo cachondísimo, no se si era la situación de estar ahí con un desconocido en un jodido polígono industrial dentro de un camión, o de tener  (ahora sí podía calcular su tamaño) un rabo de unos 24 centímetros delante mío y completamente empalmado. El negro empezó a jugar con mi culo con su mano, ya que yo estaba en pompa apuntando hacia la ventana, y él en el lado del conductor. El cabrón ni siquiera tenía saliva en su dedo, simplemente me acariciaba y tocaba mi agujero, el cual parece que se abría y cerraba solo como pidiendo por favor que se lo follase.

  • Que culo tienes, te lo voy a romper ahora a que si?

  • Claro, es lo que más me gusta, pero... glup... ve despacioggg... no me vaya a doler. - dije como podía.

  • Primero despacio luego rápido, primero duele luego gusta amigo. - trataba de explicarme el negro.

No necesitaba explicaciones, no necesitaba que me convenciera de nada. No era la primera vez ni la última que me iba a meter un rabo por detrás, pero desde luego si era la vez que más ganas tenía hasta ahora.

  • Por favor, enchúfamela ya, necesito que me folles - le pedí.

  • Enchufa? Que es enchufa-mela - preguntó.

  • Que me la metas, que... glup... me revientes ... glup - le pedí de nuevo dándole unas últimas chupadas a su falo.

El negro entendió y me agarró para moverme. Yo obedecí instintivamente y me gire mirando hacia la ventana. Solo veía el lavadero de coches completamente oscuro, tenía una medio sonrisa en la cara de lo que estaba por venir. El negro acercó la cara a mi ojete para darle un par de chupetazos y dejarlo listo para la follada.

  • Tu agujero como el de mujer, sin pelos, rico - dijo mientras tocaba ahora con su dedo índice mi ojete.

  • Dale lengua, chúpalo joder - le rogaba.

El negro se volvía a acercar con su boca a mi culo para lamerlo. El cabrón lo hacía increible, yo solo podía agarrarme a la ventanilla fuerte y disfrutar de la comida de culo que me estaba dando, me iba a derretir y esto ni siquiera había empezado.

  • Dios, aaaarggg, que gustazo, ssssiiiiiiiii.... - gemía yo constantemente.

  • Rico culo, me está pidiendo polla ya.

  • Si por dios, párteme en dos de una vez. - le rogaba yo desesperado.

El negro cogió la polla con su mano derecha y yo giré el cuello para ver como empezaba el espectáculo. Poco a poco fue empujando y no costó que entrara la primera parte de su rabo, fruto de haber jugado con su dedo antes y haber invitado a su lengua a la fiesta también. Tras unos veinte segundos yo calculo, ya la había enterrado dentro de mi. El ojete me ardía, llevaba ya algunos meses sin comerme ninguna polla por detrás, pero estaba realmente feliz.

  • Uffffff.. está toda? Me arde el culo tio - decía yo.

  • Sí, está toda dentro, no me voy a mover para que el culo conozca a mi polla amigo.

  • Vale, y después ya puedes partirme bien - exclamaba yo.

Estaba resultando dificil que mi ojete se tragara eso, estaba dentro, pero es como si el mundo se hubiera parado. Nunca creí que eso me pudiera pasar a mi, ya que siempre consigo meterme por el culo todo lo que quiero sin problemas, pero esta vez empezaba a estar hasta nervioso. Gracias al cielo mi esfinter hizo un último esfuerzo y aceptó la invasión.

  • Creo que ya puedes darme, dios, que grande es.

  • Que caliente, agujero caliente y rico amigo, voy a darte bien, pffff...

Empezó a bombear lentamente y ahora sí que empezó la fiesta. Los ojos se me pusieron en blanco y comenzaba la mejor follada de mi vida. El negro tenía que estar escupiendo en su polla constantemente para facilitar la faena. Poco a poco, comenzaron unas embestidas riquísimas.

  • Plof, plof, plof, plof, chof, chof, plof.

Estos sonidos invadían aquel camión de mercancías donde estaban reventándome como nunca lo habían hecho hasta ahora. Sus muslos chocaban con mis cachetes, provocando unas palmadas que me llevaban hasta el infinito.

  • Si, si si, dame, dame, follame fuerte, aaaaaargggg, siiiiii - repetía yo constamente, fuera de mí.

  • Ohhhh, ohhhhh, pffffff - resoplaba el negro.

  • Me siento, me ... ogggg... me siento encima tuyo, sientate - le pedí deseando saltar sobre aquel pollón.

  • Vale, sube aqui sube sube - dijo agitado, deseando volver a metermela.

Parece que le faltaba el aire cuando su polla no estaba dentro de mi culo, era la conexión más perfecta del mundo. Se sentó sobre el asiento del copiloto esta vez, y con sus manos me guió hasta su sable. Yo lo agarré con la mano, le escupí un poco y lo dirigí hacia mi agujero ardiente.

  • Aummmmmm, siiiii, hoooostia.

  • Salta salta salta tu, rapido amigo pffff - pedía el negro, deseoso de descargar su leche en mis intestinos.

Comencé a botar sobre aquella tranca, clavándomela entera. Me ayudaba con una mano en la ventanilla y otra en el salpicadero del coche, para guiar mi follada. No había ni un ápice de dolor en aquello, os lo juro. Quizás muchos de vosotros habéis tenido esa sensación, pero es que me encanta joder, me encanta sentirme lleno por dentro, para mi representa el placer más puro y eso que no me considero homosexual, no me imagino lo felices que deben ser los gays entonces.

  • Dios, dios, siiiii, dios mio, abremeló, rompemé el culo - repetía yo.

  • Me voy a correr ya, leche amigo, dentro de culo - decía el negro nervioso.

El tanto botar como una zorra había hecho que el negrazo no aguantase más, y iba a regar con su lefa todo mi interior. Estaba deseándolo y yo aún más.

  • Ahhhhhhhhhhh, tomaaaaaa, dioooooooos... - gritó el negro.

Debió de oirse en todo el putísimo polígono industrial, y el cabrón empezó a moverse como si le estuviera dándo un ataque. Se agarraba a las marchas del coche, a la base del asiento, me agarraba a mi, a todo. Sus chorretazos no paraban de estrellarse en mi interior, me estaba regando por dentro definitivamente. Yo estaba en la gloria, no quería que eso acabase nunca, pero todo tiene su final.

Solo me hizo falta tocar un poco mi polla para echar mi leche en el salpicadero, el cual dejé completamente manchado.

Las mismas prisas con las que el negro me quiso follar, fueron las mismas con las que se tuvo que ir. Al ver que eran las 6 menos veinte de la mañana, y que el sol se alzaba en el horizonte, me echó literalmente del coche y tras moverse de asiento se fué. Yo, exhaustoy faltándome hasta el aire, no pude decirle más que un "eh cabrón, no me dejes aquí", antes de que arrancara.

Y ahí me quede, por suerte Campoamor estaba a 5 minutos andando de allí y ya hasta veía las señales de tráfico indicando su localización. Iba con el culo completamente abierto, con una sonrisa en la cara y más satisfecho que nunca.

Al llegar al apartamento me encontré con mis amigos, que acababan de llegar y estaban flipando de verme ahí después que ellos... que tontos, no sabían que al final la fiesta de verdad la había tenido yo.

Un saludo y hasta la próxima, Marcos.