El camino del cazador 8. Campamento Spike
Ivar cae por la rampa infernal, abajo encuentra el campamento de los futuros cazadores; ya que aún no hay formado ninguno, lo que encuentra dentro del Volcán Raven es tan impresionante como irreal. Pero allí están en un lugar único, en un paraje sin duda creado por la influencia de la magia.
El camino del cazador
Capítulo 8. Campamento Spike
El grito que sale de mi garganta reverbera en el eco de la gruta, la rampa es como un tobogán circular húmedo y liso; parece prefabricado no natural, los giros son cerrados lo que causa que siga cogiendo cada vez más velocidad y el agua fluye por pequeños boquetes en las paredes para humedecer la rampa. Respiro profundo y vuelvo a gritar, mientras sigo bajando a toda velocidad los giros se van abriendo poco a poco; causando que la velocidad vaya descendiendo, pero demasiado lento para mi gusto; el vértigo que siento en mi estómago es demasiado fuerte y me entra fatiga.
La caída se hace más acuciante pero más amplia todavía, mi velocidad se va ralentizando por momentos; hay algún salto de conexión y alguna vez que resbaló por la pared en lugar de por el suelo, estoy asustado y vomito tras de mí; dejando el regalo atrás.
Grito cuando de repente el tobogán me alza y me mantiene en el aire unos segundos, luego caigo en una montaña de heno y paja; que atravieso varias capas, antes de detenerme y sin hacerme daño alguno.
Los soldados me ayudan a salir de ahí, me ponen en pie; luego reorganizan la montaña, mientras uno bastante más curtido y mayor que el de arriba con una lista en la mano y una pluma, me pregunta y a la vez compruebo que estoy bien.
- ¿nombre y lugar de origen? - pregunta, casi sin mirarme.
Observo a mi alrededor, mareado; intentando ver dónde estoy, tratando de situarme. Hace calor aquí, a nuestro alrededor veo algo imposible; es como una especie de valle interior, con sus bosques sus ríos y sus praderas. Hay muchas casetas de campaña, algunas casas de madera y pocas casas de piedra; movimiento de muchos soldados, parecen hacer múltiples tareas y vigilar el campamento.
- ¡eh espabila! ¿Nombre y lugar de origen? - insiste molesto.
Me fijo en que esté lleva varias insignias, desconozco lo que significa; pero realmente parece muy curtido y está lleno de cicatrices, además tiene un carácter rudo.
- Ivar, hijo de Gerd; de Silcape, Besolla. - respondo tímidamente, al tiempo que escucho un silbido proveniente de un soldado asomado al tobogán, lo siguiente es un grito alargado de algún muchacho cayendo.
- apuntado, ponte ahí con los nuevos. - me señala al montón de muchachos desparramados en un lado del camino, muchos observan todo; otros conversan, otros descansan ahí mismo tirados o buscan a algún amigo e incluso miran el tobogán sin más.
Me dedico a observar, el resto de soldados parecen hombres de la coalición; llevan armadura intermedia, lanza y escudo con una espada enfundada...un par de jabalinas a la espalda, el símbolo de un caballo; una espada y corona blanca, múltiples espadas y un bandido frente a una mesa que lo juzga.
- Hola Ivar, te andaba buscando - suelta Astron, sacándome de mi ensimismamiento.
- hola – digo, desconfiado.
- ¿esto es impresionante, verdad? - me pregunta sin darse cuenta que he hablado.
- si - respondo escuetamente, observando alrededor.
- ¡oh!, al fin me hablas - aprecia al fin y asiento por respuesta. - veo que no te gusta mucho hablar, espero que seas bueno escuchando; el grupo de vigías de arriba son exploradores de Bradley, nos protegieron todo el camino sin que los viéramos...estos son soldados de la coalición: el caballo de Wathead, el rey bandido de Rodernack; la mesa del consejo de Besolla, la corona blanca de Nera Blanca y la espada blanca del adalid blanco. - me explica con paciencia y tesón.
- ¿y las múltiples espadas? - pregunto viendo todo lo que sabe, él se ríe por la pregunta.
- el símbolo del comandante, rey. – sentencia sin dar mucho detalle.
- ¿ya no usa el símbolo de su mujer? - le pregunto, porque según escuche siempre lo usaba.
- ¿mujer? ¿Cuál de ellas? Dicen que colecciona espadas, títulos y mujeres por igual. - ríe divertido Astron.
- ¿y para qué quiere tanto de todo? - pregunto sorprendido.
- no sé, pregúntale si lo ves alguna vez; yo también tengo esa curiosidad. - se mofa porque sabe que es imposible.
Cuando los gritos se acercan miro al tobogán, buscando a Niels; no es que la conversación no me interese, pero tener a mi amigo aquí me interesa más y él se percata.
- ¿esperas a alguien o es que te atrae ese invento infernal? - pregunta, demostrando lo poco que le ha gustado.
- arriba me pareció ver a un amigo, me gustaría tenerlo conmigo; no te ofendas me agrada tu compañía, pero no te conozco suficiente. - digo dejándole claro que no somos amigos.
- oh, entiendo; espero lo encuentres. - comenta y se retira, dándome espacio.
Poco después Niels cae por el tobogán y me busca con la mirada, levanto la mano y se acerca a mí; tras ser interrogado por el tipo curtido, el me abraza y sonríe.
- ¡Ivar! No creí que pudiera verte aquí. - grita emocionado.
- yo tampoco creía que era el único del pueblo que estaba aquí. - argumento, contento de haberme equivocado.
- pues no te lo vas a creer, pero también me parece haber visto a Jorgen. - me cuenta, dejándome perplejo.
- ¿pero cómo? - pregunto y el entiende lo que quiero decir.
- llego un soldado de la orden de la rosa negra a ofrecer a los familiares de aventureros que se alistaran, como sabes mi abuelo lo era; así que decidí probar suerte, para ver si tengo madera para esto. - se encoge de hombros despreocupado.
- la tienes, a ti se te da todo bien y sin esforzarte. - argumento levemente desanimado, el me conoce bien y se da cuenta.
- tranquilo, tú también; eres observador, rápido y un héroe...salvaste a Dahlia. - me anima el, aunque no me lo creo mucho.
Salvar a Dahlia aunque me gustaría que lo fuera, no es una heroicidad; es un hecho fortuito, que pasó una vez nada más por casualidad más que otra cosa.
De repente del tobogán sale Bily, ambos nos miramos sorprendidos.
- ¡¿Bily?! - gritamos al unísono.
Pero antes de que él se levante de donde esta y nos vea, se acerca un tipo rodeado de exploradores y de soldados de la coalición; pronto le da alcance Olson rodeado de observadores, como Arseck. El tipo parece puro músculo, aunque no es alto; no parece tener grasa en lugar alguno en su cuerpo, parece un tipo serio y de pocos amigos...lleva una melena al viento rubia terminada en tirabuzones, una barba desaliñada que crece sin control alguno; la ropa bastante estrecha y dos palos de madera al cinto, su mirada nos observa con rapidez sin perder detalle y aprieta los dientes con gesto de altivez.
Olson y los observadores hablan con él, estos se ríen; incluso algún explorador o soldado lo hace, pero este tipo no y ni siquiera su mirada se alegra un poco.
- ¡a formar en el oeste mirando al este! - ordena a viva voz sin gritar, tiene un vozarrón que le permite hacerlo y sin forzar la voz en absoluto.
Niels me mira con miedo, todos se vuelven locos y van en una u otra dirección.
- ¿dónde está el este o el oeste? - me pregunta acuciante.
- no sé, pero sígueme - le pido y el asiente, busco con la mirada a Astron; cuesta verlo porque no es muy alto y quitando sus ropajes no destaca en nada.
Pero como no está muy lejos lo consigo ver, él no se mueve; trata de recordar cosas por su gesto, asiente y forma ahí mismo mirando al tipo. Me pongo a su lado y formó, Niels hace lo mismo; la mayoría de los que están aquí, están bien vestidos.
El tipo observa el caos y las cuatro partes.
- muy bien, vosotros habéis acertado; pero no puedo recompensaros, la mayoría lo ha hecho al azar y tendría que castigarlos a ellos. - comenta sonriente, pone sus manos a sus espaldas.
- Olson, organízalos por unidad de carro y cuéntalos. - le pide a este y este asiente, tras eso este tipo espera en silencio; mientras los observadores nos organizan, él no se mueve ni dice nada hasta entonces.
Niels y yo nos despedimos en silencio con cierto disimulo, una vez nos organizan; escucho lo que le dicen, hasta que él se pone en marcha.
- eran 1000, cayeron o desertaron 109 arrastrando el carro; subiendo el volcán Raven 13 más, quedan 878 unos 88 grupos. - le comunica Olson, el asiente y le comenta algo que solo los cercanos escuchamos.
- antes de que acabe el año, yo me encargaré de que queden la mitad. – ríe como si le divirtiera.
Tras eso empieza a caminar por la fila de grupos formados frente a él.
- ¡Bienvenidos al campamento Spike dentro del volcán Raven! - nos grita. - y por bienvenidos es un decir, sois una mancha de perdedores que no saben dónde está el este ni el oeste; que no llegan ni al nivel de un mulo que puede tirar de un carro, que no pueden ascender un simple volcán sin caerse que ya ha sido mejorado para que puedan hacerlo. - dice intimidatoriamente, para y mira el pavor que causa entre los chicos; luego continua. - mi nombre es Sven, soy el jefe de instructores del primer año; mi trabajo consiste en hacer de estos 10 meses un infierno para vosotros, que deseéis no haber nacido es un placer para mí. - sentencia, se toma unos segundos para mirarnos; luego continúa.
- sois unos gusanos, unos cobardes; unos lloricas, unos mal nacidos...si os pareció duro lo que habéis vivido hasta ahora, no es nada comparado con lo que os espera aquí; por eso os doy una última oportunidad de desertar, podéis hacerlo en cualquier momento, pero es la última antes de sufrir aquí. - nos dice y mira atentamente, espera unos segundos.
Seis se levantan y se empiezan a marchar, están horribles; parece que no pueden más, así que se marchan.
- ¿ninguno más? Voy a ser muy muy duro, más duro de lo que podáis pensar o imaginar; seré vuestro martirio por el día y vuestra pesadilla por la noche, me veréis inventar cada día cosas nuevas para haceros sufrir. - recalca mirando las caras más asustadas.
Otros seis se levantan y se van, están más asustados por este hombre; que cansados, pero lo temen realmente.
- de acuerdo, me habéis sorprendido gratamente; no tenéis cuerpo y posiblemente tampoco mente, pero corazón parece que tenéis eso o soñáis mucho. - admite a regaña dientes. - para los que os habéis quedado os diré lo que os espera, hoy descansaréis aun a disgusto mío; mañana haréis unas pruebas de acceso y el que no de la talla mínima, estará fuera igualmente...al final del año no quedarán ni la mitad de vosotros. - nos explica. - Olson, organízalos; hasta mañana, me duele la cabeza de ver el trabajo que me espera con ellos. - declara, marchándose; sin mirar atrás.