El camino de Laika - Epílogo
Así fue como aquello terminó...
Desde que se lo conté todo, lo que había ocurrido y en que me había convertido, el ambiente de nuestra casa era de profunda tristeza. Juan, mi esposo, se había derrumbado, Marta procuraba estar el menor tiempo posible en casa y yo solo esperaba que él encontrará pronto un lugar al cual trasladarse, así lo habíamos pactado, era lo mejor para todos.
Por esto me alegró recibir su mensaje, así saldría de aquella incomodidad cotidiana. He de decir que me extraño tanto el contenido como el tono de dicho este; en el no me ordenaba, si no que me pedía vernos, a poder ser aquella misma tarde y, extrañamente, en una cafetería. Este cambio de tono me hacía temer lo peor y aún así deseaba verlo y olvidarme por unas horas de lo que estaba pasando en casa, del doloroso proceso de separación que habíamos iniciado..
Cuando llegué a la cafetería estaba ya sentado ocupando una mesa.
Buenas tardes AMO.
Hola Elena. - ¿Que estaba ocurriendo para que ya no me llamara Laika?
Entrégame tu collar.
¿Que le entregue mi collar?...Pero...¿Esto significa que me repudia? ¿Que ya se ha cansado de mí?
El otro día con tu hija fue el último.
Pero ¿Porqué AMO, por qué?
-Deja de llamarme AMO y de tratarme de usted, ya no soy tu AMO Elena. ¿De verdad quieres saber por qué? ¿No te has dado cuenta? Ya no solo era sexo, cada vez etoy más compremetido contigo, cada vez intervienen más mis sentimientos, ya no eres solo carne para mi placer. Toma este nuevo collar, solo con el nombre de Laika, por si quieres que te sigan llamando así.
Debo dejar esta relación. Por esto te entregué a Roberto, por esto hice la crueldad de que presenciaras a tu hija usada por aquel hombre. Quería demostrarme a mí mismo que no me importabas, pero no fue así, al contrario, sufría por ti.
Pero AM..Antonio. Yo, yo senti algo más que sexo desde el principio. ¿Por qué no lo intentamos? ¿Porque no intentamos tener una relación más allá del sexo?
Porque no funcionaria, ya lo intente una vez. No funciona. Nos haríamos daño, mucho daño. Lo siento.
¿Has pensado lo que será de mí ahora que me separo de mi esposo ? Yo necesito esto, ya lo necesito.
En el CLUB hallarás consuelo, estoy seguro de ello, aunque al principio te cueste ya que tienes dependencia de mi. Por cierto; Javier me ha dado estos dos carnets de socio, son válidos para un año, me ha dicho que te los diera, uno para ti y otro para tu hija. Seguro que coincidiremos algunas veces allí y podemos ser buenos amigos:Si necesitáis cualquier cosa, tanto tú como Marta, si os ocurre algo malo, no dudéis en llamarme, estaré allí, a vuestro lado.
Antonio...no sé qué decir...ni que decir ni qué hacer.
¿Por qué no llamas a Isabel? Ella te desea, es dura como AMA, pero es también una buena amiga de sus sumisas.
Sí. Quizá lo haga.
Quiero pedirte una última cosa.
Sabes que puedes pedirme lo que quieras.
Me acompañas hasta el coche, lo tengo aparcado aquí cerca.
Sí AM..Antonio.
Salimos de la cafetería cogidos de la mano, como una pareja más, en este caso una pareja de amigos, una nueva pareja, nunca habíamos ido así por la calle y me producía una sensación tranquilizadora, de complicidad y camaradería.
Su automóvil estaba estacionado en un callejón cercano, lo acompañé hasta donde se hallaba. De pie juntos, él se giró hacia mí, nos mirábamos a los ojos y vi como su rostro se acercaba al mío, sus labios a los míos. Fué un beso que contenía todos los besos que nunca me había dado.
Así fue como aquello terminó. Marta y Laika vivieron juntas para siempre y fueron felices, comieron vulvas, penes y perdices.