El camino de la exploración. Otra etapa capítulo I
El camino de la exploración. Otra etapa capítulo II Seguimos jugando con urethral chastity devices cada vez más pequeños y durante más tiempo acompañados de macrodildos anales y tortura eléctrica de pezones. Mi pene sigue disminuyendo de tamaño y cada vez es más difícil mantener erecciones prolongadas por lo que las relaciones sexuales con mi mujer Chantal, son menos satisfactorias y cada vez más distantes en el tiempo ante la posibilidad de no poder satisfacerla como debiera
El camino de la exploración. Otra etapa capítulo II
Seguimos jugando con urethral chastity devices cada vez más pequeños y durante más tiempo acompañados de macrodildos anales y tortura eléctrica de pezones. Mi pene sigue disminuyendo de tamaño y cada vez es más difícil mantener erecciones prolongadas por lo que las relaciones sexuales con mi mujer Chantal, son menos satisfactorias y cada vez más distantes en el tiempo ante la posibilidad de no poder satisfacerla como debiera
Ella, desconocedora de mis juegos eróticos, intenta no desmoralizarme. Sin embargo yo sigo muy excitado en todo momento por lo que debo masturbarme varias veces cada día, aun sin llegar a tener una erección completa, pero al menos es un alivio temporal
El otro día, tras buscar en internet, encontré un anuncio sugerente de Ama BBW dominante, por lo que no tarde en ponerme en contacto y solicitar una cita. Estaba excitadísimo solo con pensar en poder tener una sesión de Femdom BDSM con una corpulenta domina.
Antes de salir me coloqué un aparato uretral de castidad, el más pequeño que tenía, copa de 0.9cm, plug uretral 0-8 diámetro, me coloqué las pinzas sobre mis pezones excitados y el dildo anal y salí ansioso a su encuentro
No sin un poco de estrés, acabé llamando a su puerta, apareció entre penumbra una mujer de mediana edad que se presentó como la recepcionista, me hizo pasar a una pequeña salita con un sofá y me sirvió una bebida. Me informó que la Ama vendría en unos momentos y me aconsejo que me desvistiera totalmente. Había una pequeña taquilla en donde dejar la ropa y los zapatos
La habitación tenía una temperatura confortable, por lo que empecé a desnudarme completamente tal y como me había indicado la recepcionista, sin quitarme los accesorios y una vez desnudo, me senté nervioso y excitado en el sofá encima de una toalla y ojeé alguna revista porno de BDSM mientras terminaba de beberme el agua que había solicitado. Noté como mi pene intentaba trempar sin éxito, pero la sensación ahí quedaba. La habitación estaba en cierta penumbra con luces indirectas y seguía esperando la aparición del Ama en un estado de excitación y nerviosismo intenso, mi pene intentaba ponerse erecto sin conseguirlo
No tardó en aparecer, me levante inmediatamente y me incline ante ella tal y como había visto en los videos. Era una mujerona de mediana edad, pelirroja, de unos 180cmde altura con zapatos de tacón fino, pecho exuberante. Llevaba un corsé ajustado de cuero negro y una minifalda que dejaba ver unas largas y potentes piernas, levaba también un liguero negro a media pierna. Se presentó como lady Sandra
Inmediatamente me preguntó por mis accesorios, caja de castidad, pinzas eléctricas y dildo y desde cuando los llevaba y si tenía alguna domina a que le sirviera. Le informé que no era esclavo de ninguna Ama, pero no podía ocultar mi deseo de serlo. Le expliqué como había ido descubriendo todo ese otro mundo a través de internet y le expliqué mis deseos de ser poseído y torturado por una Ama como ella. Estaba tan excitado que todo podía ser posible. De mi pene salían pequeñas gotitas de liquido
Me dijo que me pusiera en cuatro patas y la siguiera a la habitación continua, era una mazmorra como las que había visto en diferentes webs, luz tenue indirecta, parecía tener de todo, cruz, potro, argollas, látigos, dildos anales y uretrales de todos los tamaños….
Me fije que una de las paredes había pequeños agujeros, imagine que serían glory holes…
Ella se sentó en un sillón. Cruzó las piernas dejando entrever que no llevaba ropa interior y que su coño estaba depilado y cogió los mandos de las pinzas y el dildo y empezó a aumentar su intensidad para ver como reaccionaba, al principio inicio con pequeñas descargas de poca intensidad pero que me hicieron estremecer de placer, mi pene si iba hinchando e hinchando.
Subió la intensidad de los pezones y el inflado del dildo, en ese momento mi polla ya no cabía dentro de la caja de castidad y mi culo notaba como se hinchaba hasta no poder evitar emitir unos gruñidos de excitación
Vaya, dijo el Ama Sonia, veo que estás acostumbrado a altas dosis de dolor, no todo llegan a este nivel y todo habiéndolo practicado en soledad en casa…. Disminuyo el nivel unos momentos… y así pude descansar…
Me acercó a la cruz y me ató con fuerza de puños y tobillos, mis extremidades abiertas, ella delante de mí con mi cara a la altura de sus maravillosos pechos, me preguntó si me gustaban y qué estaba dispuesto a soportar para poder tener la posibilidad de poder lamerlos, chuparlos, tocarlos…. Contesté que lo que quisiera, que no había límites
Me quito el plug anal hinchable que llevaba puesto y acerco un enorme dildo cónico de 20cm de base apoyado en una base que tocaba el suelo y me ordenó que me lo fuera calzado, previamente había puesto lubricante en mi culo y en el dildo para favorecer su inserción, mientras subió la intensidad de las pinzas eléctricas y me golpeó con un látigo obligándome a calzármelo, el esfínter anal estaba a tope y tenía miedo de que se pudiera rasgar… por fin se oyó un pluf indicando que estaba totalmente dentro, bajo la intensidad del nivel de las pinzas y me felicitó, no todos aceptaban un plug anal de este tamaño
Después me desató y me invito a ir a un café, con el plug y las pinzas puestas, sabía que querría conectarlo en cualquier momento delante de las otras personas que estaban en la cafetería. El culo me explotaba al igual que ni polla y mis pezones y ella sonreía con satisfacción
Terminamos nuestras bebidas y regresamos a su mazmorra…. Me quitó con cuidado el plug anal, no sin ciertas dificultades, mientras yo sollozaba de dolor y placer y quedamos citados para otro día, exigiéndome total castidad hasta la nueva cita, no me podía masturbar ni hacer el amor a mi mujer y tenía la polla deseando correrse