Él cambió mi vida VI

Lo peor del caso, es que desde ese día; por más que traté de encontrar al chico, simplemente no lo lograba, era como si hubiese desaparecido de la noche a la mañana... Pero, todos los días me llegaba algo a mi puesto o a mi bolso; un poema, un dibujo, dulces. ¡Una foto mía caminando por ahí!

VI

…Acoso

Estoy seguro de que con el tiempo, superaré lo que sentía por él.

Estaba listo para superarlo.

____&____

—No mames —dijo David todavía asombrado. No podía aceptar lo que le decía.

—Pues sí, sí mamo —devolví, un tanto divertido.

—Y así, así no más. Lo dejas... —siguió, todavía estupefacto.

—Así no más, Davinchote —acepté—. Quiero que él sea feliz, y, yo no puedo aferrarme a un imposible. Así que sí. Dolió, pero ando normal de nuevo —Admití, y era verdad.

Desde ese día, en el que Noel y yo volvimos a ser amigos, ya ha pasado un mes y ahora somos unidos; no tanto como lo soy con David, por obvias razones. Pero sí, e incluso lo he ayudado un par de veces con Rita para que sean felices.

Debería dolerme, pero… Por ahí leí que el amor, es darle la felicidad que necesita la otra persona; si esa persona es feliz, tú eres feliz, porque simplemente la felicidad es un sentimiento que se contagia fácilmente cuando se acepta todo.

Pero realmente, casi nada ha cambiado en realidad.

Sigo enamorado de Noel, solo que, bueno, ya no me duele lo que él haga, incluso me hace feliz que él sea feliz con la chica que lo ama… Rita; la prueba está, en que hace unos días hice de velador en su cita. Si vieran lo gracioso que fue, en especial la parte donde Noel se enojó porque y que yo le estaba quitando a su chica, ya que ella era más cariñosa conmigo que con él. Ja, ja, ja, ja…

Es todo lo que puedo decir al respecto... Y que por ahora voy con David y Sara a mi casa. Estámos en época de exámenes, debido a que ya se va a terminar el lapso del curso y comenzaremos el segundo casi de inmediato… Después de las fiestas decembrinas, claro.

—Cris, definitivamente tú eres todo un hombre. Pocos harían eso; el sacrificar su amor —dijo esta vez Sara, muy sorprendida– Si tan solo consiguiera uno así... —suspiró con un gesto soñador. Nosotros nos reímos.

Por cierto, hace poco Sara se enteró que soy bisexual por estar espiando mis conversaciones con David. Al parecer, ella siempre tuvo curiosidad sobre las cosas que nosotros hablamos.

Mi unión con David era tan fuerte, que prácticamente podían vernos tirados, juntos, en una esquina del patio de liceo; mirando el cielo y sin decir nada. Solo estar ahí. Juntos.

Así que luego de que se enterara de mi sexualidad, le conté que me gustaba Noel. Y para nada se lo tomó a mal, la fujoshi pervertida de clóset esa.

—Sí, sí... P-pero, pero… —David seguía con las mismas.

—Pero es que nada, Davinchote. Noel es feliz; yo soy feliz; todos somos felices, ¿qué más quieres? Yo lo que quiero ahora es terminar las clases y buscarme un novio o una novia, porque no me voy a dejar pisar por un imposible. Yo quiero encontrar el amor —declaré muy seguro. Estamos en la sala, repasando las materias.

—Pero es que... Yo me los imaginaba a lo dos juntos; ustedes harían una linda pareja. —David hizo un puchero.

—Hay. Hermano, eso te sonó tan gay en el mal sentido… ¡Despierta, fundanshi de mierda! —Sara le dió un sape—. Y sigue tú con lo de Dalia, que a este paso, mi Cris va a tener más pantalones que tú —atacó muy molesta. David parecía a punto de llorar.

Pobre, su hermana es tan dura y malvada.

—Ya, ya... Okey, pero no te sulfures —se quejó él, sobándose la nuca por el golpe. Yo solo me reía, divertido.

____&____

¡Nuevo día!

Hoy es martes, y voy al liceo por la ruta más larga porque salí muy temprano a caminar.

Últimamente me gusta hacer eso los martes; me gusta caminar lentamente y disfrutar del día, esperando ansiosamente a llegar y ver mis clases favoritas, Artes y Biología. Aunque física, que toca los miércoles y los jueves, no se queda atrás.

Voy casi bailando y cantando levemente al ritmo de las canciones de mi reproductor. El paso del tiempo ha resentido en mi cabeza, y ahora ya se ven algunos centímetros de mis cabellos marrón claro. Todavía mantengo el corte y los lentes, que al final me encantaron. No puedo quejarme, son lindos.

Mi paseo matutino hacia el liceo es tan entretenido como siempre... Excepto por el inquietante hecho de que sentía que me obaervaban. Era una sensación muy insistentemente que me hacía mirar a mi alrededor constantemente; no podía quitarme la extraña sensación de encima, aunque igualmente seguí mi rumbo al liceo.

Mis ánimos siguieron bajando por todo el camino; sintiendo la presión de una mirada sobre mí. Me incomodaba mucho esa sensación.

Volví a revisar y nada... La sensación ya me estaba causando algo de miedo, para cuando llegué al salón.

—Ho-hola —saludé algo distraído a los chicos.

Ellos me saludaron, pero por algún motivo, Gustavo me miró de manera que no supe clasificar. En el momento no le presté mucha atención.

—¿Sucede algo? —me preguntó Nicole, al ver mi nerviosismo.

—Chicos… Creo que tengo un problema — respondí cuando me senté en el puesto de siempre.

—¿Qué pasó? —preguntó Sara.

—Desde la parada de autobuses de la casa, he estado sintiendo algo extraño —reconocí—, es como si me estuvieran vigilando —concluí con un escalofrío, al pensar que alguien de verdad lo hacía.

—Pero… ¿Estás seguro que te vigilan? —preguntó Noel, muy preocupado.

—Sí… Bueno, es que por todo el camino sentí que observaban, pero no noté a nadie hacerlo —respondí inquieto.

¿Habría sido mi imaginación? Espero que no, porque eso significaba ahora sí que estoy loco del todo.

—Hay. No seas paranoico, Cris. Serguro fue tu imaginación—dijo Sara, quitándole importancia al asunto. David asintió, apoyando a su gemela.

Solo entonces suspiré y me tranquilicé. Seguro era eso; estaba siendo paranoico, era imposible que…

Y de nuevo me llegó otra vez esa sensación. Miré disimuladamente a mi alrededor.

Y por fin lo ví.

Había un chico que me miraba desde el pasillo muy disimuladamente. En cuanto se dió cuenta de que lo ví, salío corriendo.

—Qué raro... —pensé en un susurro. No parecía ser alguna clase de acosador.

Pero igual, quién sabe...

Por el resto del día, todo siguió normal y hasta placentero podría decir... El maldito dolor de cabeza de sentir que estaba siendo vigilado, volvió cuando me regresaba a casa con los mismos de siempre. David y Sara.

Los exámenes comenzarían dentro de nada, eso quería decir que al día siguiente; y, con esa presión, más esta otra molestia, me estaba empezando a hartar de ello.

"¿Y si lo atrapo?" Pensé por un segundo... Y eso es lo que iba a hacer

No le dije nada a los gemelos de lo que planeaba. Cuando los deje en su casa. Espere solo un momento y salí corriendo, aunque atravesé las calles rapidame, igual sentía que me miraban.

Seguramente el chico de esa mañana me estaba persiguiendo.

Yo no estaba ansioso por enseñarle mi casa, por lo que en cuanto crucé en una esquina en particular, me oculté detrás de un contenedor de basura. Esperé unos segundos hasta que apareció mi perseguidor; era exactamente el chico que me miraba en el salón.

En el momento en el pasó justo a mi lado, le jalé de golpe y lo tomé de la muñeca, retorciéndole el brazo hacia la espalda. Él comenzó a quejarse.

Solo entonces lo pude detallar bien.

Era rubio, muy rubio; estaba rapado al uno por los lados y con el cabello ligeramente largo arriba; sus ojos, por lo que ví de refilón, eran azules. A juzgar por la constitución del brazo que retorcía, él estaba ejercitado y parecía fuerte, pero no tanto como para soltarse de una llave terminada.

—Auch, auch, auch… —se quejó, tratando de soltarse, aunque poco podía hacer contra mí.

—Me puedes decir más o menos, ¿por qué me seguías? —solté muy cansado, y por qué no, también enojado por todo el asunto.

No respondió.

—¡Habla! —Le retocí levemente más el brazo.

Pero no habló, así que estallé...

—Ah. Es que no hablas. Eh. Desgraciado. —Le retorcí el brazo todo lo que pude, llegando al punto de casi rompérselo.

—¡Ay, ay, ay, ayyyy! ¡De acuerdo, de acuerdo!, ¡pero para, PARAAAAA...! —suplicó adoloridos; parecía que el dolor lo volvió de pronto muy comunicativo.

—Responde entonces. —Aflojé el agarre, pero no detuve la presión del todo.

—Eh, eh. El profesor… De educación física, quería que te diera esto. —Sacó un papel con una información de algo.

—¿Y no tuviste todo el día y la mañana para eso? —dije sarcástico—. ¿Por qué me seguías? ¡Dime la verdad! —ataqué un vez más. Le quité el papel y me lo guardé.

—Okey, okey —dijo con calma y de pronto su rostro se tornó rojo—... E-eh. N-no puedo decirte… Me da pena —Negó nervioso.

—Te quedas sin brazo entonces —zanjé simplemente.

Claro que lo iba a hacer de verdad, pero quería ver si podía forzarlo a decirme.

Al darme cuenta de que en verdad no iba a decir nada, luego de que se lo torciera un poco más fuerte, lo solté. Él me observó sorprendido.

—Lárgate —espeté—, pero si me empiezas a seguir una vez más, no te sorprendas si cuando te agarre, termine lanzándote al primer auto que pase —advertí serio. Estaba furioso.

No me gustan ese tipo de bromas. Me lo hicieron mucha veces en el liceo privado al que fuí antes... Y para las últimas veces, ellos terminaron en la enfermería.

—N-no quiero hacerte sentir mal... E-es que… —tartamudeó cohibido. Fruncí el ceño.

—¿Qué? —pregunté cansado de todo, ya apretando los puños; listo para gol-

—Solo… E-es que eres muy… Muy lindo —dijo muy, muy lentamente, como si le costara un mundo decir cada palabra.

Yo quedé un shock, con la boca abierta, intentando decir algo que no sabía qué era... Mientras él chico salió corriendo hasta perdérlo de vista.

Lo peor del caso, es que desde ese día; por más que traté de encontrar al chico, simplemente no lo lograba, era como si hubiese desaparecido de la noche a la mañana... Pero, todos los días me llegaba algo a mi puesto o a mi bolso; un poema, un dibujo, dulces. ¡Una foto mía caminando por ahí!

Por Dios, ¡ese chico me acosaba!

Y los desgraciados de mis amigos, en vez de preocuparse por todo el asunto, más bien se burlaban de mí porque y que “me levanté a un chamo".

Aunque me pareció raro el cómo Noel me miraba a veces; parecía muy incómodo por toda la situación a pesar de que no era con él y que, de paso, seguía la burla de los otros.

No sabía cómo encontrar a ese chico… O eso pensé, hasta el último día de clases, cuando tocó educación física.

El profesor nos había mandado a trotar un poco y ya... La verdad él ni nos prestaba atención y la gran mayoría de nosotros estaban tirados por ahí o caminaban al rededor de la cancha.

Yo estaba corriendo a pleno pulmón sin parar... Y estaba arrastrando con ello a Noel y David. Sara, Nicol y Gustavo, estaban sentados a un lado de nosotros, riéndose sin parar y animándome a seguir torturando a ese par.

La clase estaba por terminar cuando el profesor nos llamó a los tres...

—Sandoval, González, Pérez… Acompáñenme por favor, que tengo que hablar con ustedes.

Me detuve en seco y ellos prácticamente se arrastraron en el suelo. Estaba algo cansado... Pero ella parecían a punto de morir.

—¿Cómo es… Que el… Desgraciado… De Cris… Tiene tanta… Energía? —preguntó David difícilmente, jadeando en suelo.

—No sé, mano, pero… Cristóbal parece una máquina —Respondió Noel un poco más repuesto que David, solo un poco más repuesto.

—Oh. Vamos, chicos, no sé de que se quejan, si corremos más por la mañana —indiqué mientras los ayudaba a pararse.

Seguimos al profesor a una esquina de la cancha, lejos de los demás chicos. El profesor sacó una carpeta y nos miró.

—Debo felicitarlos, chicos, ustedes son los chicos que mejor nota sacaron de todo el salón —dijo el profesor con una grata sonrisa.

—Gracias… Profesor… ¿Algo más? —jadeó David.

—Mmm... Pues sí; se trata de que quiero invitarlos a unos juegos que se harán el próximo año, prácticamente al inciar clases —reveló el profesor.

—¿Y de qué trata? —preguntó Noel.

—Pérez, se trata de unos juegos, configurados como una especie de campamento, avalado por un grupo de liceo y algunas empresas privadas para fomentar el deporte. Varios profesores de algunas instituciones llevan alumnos a participar; y bueno, yo los he elegido a ustedes para formar el equipo del próximo año.

El participar les ayudará mucho en sus calificaciones y los primeros tres lugares en las clasificatorias, ganan un premio en efectivo. Es un ganar-ganar, si lo hacemos bien —terminó el profesor, encogiéndose de hombros.

—¡¿Efectivo?! —dijeron David y Noel al mismo tiempo, pensando seguramente en el dinero que ganarían.

Por mi parte, estaba pensaba otras cosas.

—Profesor… —intervine.

—Dígame Sandoval.

—¿Usted en el último campamento, llevó a un chico como de mi estatura, cabello rubio con un corte más o menos largo, piel blanca, ojos azules y ejercitado? Debería de estar en quinto año —Los tres me miraron raro al decir esto.

Pero el profesor igual me respondió...

—Mmmm… Prácticamente me describiste a Hidalgo —dijo pensativo.

—¿Dónde lo consigo?; tengo que hablar de un asunto importante con él.

—Eh. Él es del quinto “E” —aclaró el profesor, luego de revisar sus papeles brevemente.

Lo tengo...

Apenas terminó la clase, que era la última del día, recogí mis cosas; y, con el uniforme de deporte todavía puesto, que era una camisa blanca ajustada a mi cuerpo; short azul marino por encima de las rodillas suelto; con medias blanca y zapatos deportivos. Todo sudoroso, sin ni siquiera ir a las duchas a tomar un baño, fuí a ese salón.

Debía ir lo más rápido posible porque las clases ya iban a terminar, y, si me cambiaba, definitivamente lo perdería.

Y parece que Dios me escuchó, porque cuando llegué a la puerta de ese salón y miré, él estaba ahí, todavía recogiendo sus cosas de lo más tranquilo y con una estúpida sonrisa en su rostro.

Pero se le quitó de golpe en cuanto me vió. El salón en ese momento se terminó de vaciar.

—Te encontré —dije dulcemente cuando ya no había nadie en el salón

—He-he-he. ¿Cómo…? —balbuceó muy nervioso y confundido.

—¿Sabes? Quién diría que el profesor de deporte sería tan buena fuente de información —dije con una gran sonrisa de lo más fingida–. Ahora; te diré que soy muy tolerante, la verdad es que sí, pero si no respondes por qué mierdas me mandas cartas, dibujos, dulces y demás cosas, ahí entonces perderé la poca paciencia que me queda y te golpearé.

—... B-bien —surpiró nervioso—… Siéntate y te digo —susurró vencido y avergonzado; volviéndose a sentar.

–Okey. Listo. Habla ahora —espeté una vez sentado. No estaba para bromas.

—Eh. Tal vez no lo sepas pero me llamo José Hidalgo y bueno… Creo que es más que obvio por qué hacia lo que hacía, ¿no? —murmuró incómodo y muy débil. Asentí a sus palabras.

Era más que obvio que estaba enamorado de mí.

—E-entonces… ¿Me vas a pegar? —Parecía que José me había agarrado miedo luego de lo que le hice.

Suspiré cansado.

—Uf… Claro que no te voy a golpear por un motivo tan tonto —respondí al final. Él me observó sorprendido–, pero… ¿Por qué que hacías todo eso en vez de decírmelo de una buena vez? —Estaba confundido.

—P-porque es la primera… Vez… Que, bueno, que me gusta un chico —admitió al fin libremente, poniéndose cada vez más rojo—... Pero no te preocupe, que no te llegará nada más, ni haré más nada. Te dejaré en paz —dijo de pronto, para mi sorpresa.

Intenté hablar varias veces, habría la boca para decir algo, pero no podía… Por que yo le gustaba a un chico.

Yo. Gustándole a un chico; no creí que fuera posible, pero José era la prueba de ello.

De que sí era posible, después de todo.

—Eh. ¿Por qué dices eso? —fue lo único que pude decir luego de un rato.

—Porque me mudaré pronto, de hecho, justo cuando termine este lapso. Nunca te volveré a ver —explicó cabizbajo. Yo solo pude mirar algo contrariado.

Yo no conocía a este chico para nada, ni siquiera tenía sentimientos hacia él... Pero igualmente, no podía evitar simpatizar con él; aparte de que como tal, no había hecho nada malo en sí

Sentía la necesidad de darle algo, lo que fuera.

El salón estaba más que vacío, solo estábamos nosotros. Revisé afuera del salón y me sentí complacido al no ver ni un alma.

—Cierra los ojos —pedí algo nervioso. Me sentía un poco avergonzado por lo que iba a hacer.

José me miró con algo de duda, pero me hizo caso.

Entonces le dí mi primer beso.

Fue un beso tierno y puro; solo la unió de nuestros labios, pero eso no evitó que ambos nos estremeciéramos por el contacto. Él abrió los ojos de golpe y luego los cerró, tomándome de las mejillas y manteniendo un poco más nuestro beso.

Yo solo pude concentrarme, embelesado, en su rostro y en la sensación de sus suaves labios; su respiración al chocar contra mi piel y el firme tacto de sus manos en mis mejillas... Como si nunca quisiera que me alejara.

Pero al final, rompí nuestro beso.

—Eso fue por hacer esas escalofriantes y lindas cosas por mí —comenté. Él comenzó a reírse, avergonzado, a la vez que comenzó a llorar—. Oye, oye, no llores. —Lo tomé de las mejillas—. Nunca digas nunca. Tal vez algún día nos veamos; y, si todavía sientes cosas por mí y yo llego a sentir algo por ti, pues quien sabe, tal vez si estemos juntos.

El destino a veces es muy perro, pero otras veces es alocadamente maravilloso. Fue un placer José… Hasta luego. —José me observó unos segundos antes de asentir lentamente.

—Hasta luego, Cristóbal...

____&____

Mis vacaciones fueron muy divertidas. Por desgracia, nunca pude salir a ningún lado con los chicos, ni contarle a David sobre José hasta el próximo lapso. En Enero.

Durante todo Diciembre, pensé varias veces en José y en la misteriosa frase: “¿Y si?”.

En serio, ¿quién la inventó?; esa frase es la que hace que las personas se arrepientan de muchas cosas, como por ejemplo:

¿Y si hubiese conocido a José en vez de Noel?

¿Y si me hubiese enamorado de José?

¿Y si… Mi corazón hubiese sido conquistado en el poco tiempo que hablé con él?

Pero aún así, a cada uno de esos: “¿Y si?”, les llegaba la respuesta: “No pasó”.

Y el “¿Y si?” más controversial era:

¿Y si él se hubiese declarado desde un principio?

La verdad, a esta altura del partido es un absurdo pensar en las posibilidades, solo espero que José encuentre algún día la felicidad.

Solo eso espero.

Continuará...

Rayos, me acabo de dar cuenta de que puse mal el título de nuevoooo!!!!

Disculpen señores, por favor, olviden lo que vieron, aquí no pasó nada nwn "esconde el error bajo el tapete y suspira aliviado"

Ahora, creo que llega la pregunta ¿José volverá a salir? 🤔 ¿Yo no sé? ¿Qué creen ustedes? XD

Ciertamente, creo que las cosas han llegado a un punto cumbre... Es curioso como esto se alineó con los capítulos desicivos de "El tutor"

El próximo par de caps, serán desicivos en esta historia señores!!!! Ya está escrito y solo falta corregir, trataré de moverme rápido en mi otra historia para que salga rápido, pero solo diré, que alguien por ahí se va a declarar gay... Y no es Cristóbal 😏

Muchas gracias a todos por apoyar esta historia, la verdad, en un principio creí que tendría aún menos seguidores que el caballero de los cuervos, debido a tanta falta de sexo, pero ahora creo que le va a estar bien UwU

Hablando de sexo, no se me ha olvidado, vale? Falta poco chico, falta poco, menos de lo que creen 😏

Lamento si se me pasó algún error ortográfico o de dicción... Aún soy malísimo en eso, pero ahí voy mejorando, poco a poco.

Si quieren ventar algo sobre las historias, aquí está mi correo, vale? adeth.maldito@gmail.com yo siempre contesto.

Hasta el próximo par de caps chicos nwn