Él cambió mi vida III

Mi vida junto a él se volvía muy dolorosa y complicada, con un amor prohibido y no correspondido atravesado en mi camino; verlo con otra, con Rita, me dolía... Por eso debo de alejarme de él. Estar cerca de Noel era mi perdición.

III

…Me enamoro.

Pero aún así, ¿cómo podría evitarlo?, si cada vez que intento convencerme de que esto es una ilusión. Noel, de alguna manera, como por arte de magia aparece para demostrarme lo contrario.

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—Síiii... Podría decirse que Nicol, es como mi alma gemela de toda la vida y así, pero... Estoy seguro de que no llegaría a nada con ella —dije automáticamente, sintiendo la necesidad de recalcar ese detalle.

No es que quiera dejarle claro que podría pasar algo entre él y yo en algún momento, para nada.

—¿Y eso? —Noel apenas me miró de reojo, seguía con la vista en el camino.

—Bueno pues. —No sabía cómo decirlo sin que sonara a una propuesta—. Ella me cae bien y todo pero… Y claro, es todo lo que todo chico desearía... Pero igual no siento nada por ella más que un cariño de hermano, por decirlo así... Aparte de que apenas si la conozco —terminé con un suspiro.

—Oh, ya veo —dijo de una forma que me hizo dudar de que me creía; aunque, él parecía normal, casi alegre.

"Hijo, que por quién se mueren mis huesitos ¡Es por ti, idiota!" Me sentí frustrado por un momento.

Suspiré derrotado. En ese momento me detuve y revisé la hora en mi reproductor.

—Bueno, Noel, ya me tengo ir; tengo que seguir con mi rutina diaria o me matan en mi casa —expliqué algo avergonzado, rascándome la nuca.

—Ah. Okey, pero déjame acompañarte —comentó entonces. Yo simplemente asentí sin sabe muy bien qué decirle.

Me sentía como en una nube con Noel, acompañándome a mi casa, era una sensación súper extraña pero agradable a la vez y-

"¿Qué te pasa, pajuo? Recuerda que él tiene novia. Él que no se fijará nunca en ti, a parte de que es lo mejor para los dos debido a tu situación" Me regañó mi parte más sensata, poniéndome los pies en el suelo nuevamente.

Además, estaba totalmente seguro de que me acompañaba por la simple pena de dejarme solo y no por alguna clase de ficticia atracción, que estaba inventando en mi estúpida cabeza.

Durante el resto del camino estuvimos en silencio. Él, por alguna razón que se me escapaba, parecía cada vez más incómodo; y con ello, yo estaba cada vez más nervioso sin sabe qué decirle para bajar la extraña tensión q-

—¡Argth!

En ese momento, literalmente pegué la cara contra la acera.

—Cr-Cristóbal, ¿estás bien? —Me preguntó; ayudándome a pararme.

Sin darme cuanta, había metido el pie en medio de una angosta canal que salía de una casa y dividía la cera. Gracias a Dios y estaba seca.

—S-sí. —Me froté la cara, la sentía sucia y llena de rasguños—. Pero creo que fue el karma, por haberte tirado así; je, je, je... —dije muy avergonzado. Me sentía adormecido y bobo mientras él me agarraba.

—Je,je,je; así parece. —Sonrió divertido; negando con la cabeza—. Ven, te llevo al siguiente parque para revisarte bien. —Pasó mi brazo por su hombro y me guindó de él.

"Oh Dios, no sé qué fué eso tan bueno que hice, pero, ¡gracias karma!"

Estar a su lado; sentir suave y pausada su respiración; sus ojos encima de mí a cada tanto; el suave, duro y caliente tacto de sus músculos.

Había pasado y ya no tenía remedio; definitivamente, él me estaba gustando… Y cada vez más. Tenía que hacer algo antes de terminar de enamorarme de él; antes de que el verdugo de la vida real enrollara el lazo en mi cuello y me asfixiara hasta marearme de amor por él.

Porque esto definitivamente no debía ser.

Cuando llegamos a un parquecito que está cerca de mi casa, ya sentía mi tobillo normal; di unos cuantos pisotones y todo marchaba a la perfección, lo cual me alegró. Sería una tortura tenerlo cerca de mí hasta mi casa.

Especialmente porque tanto roce con él, había estado provocando que se me parara lentamente el pene.

—Ya, ya estoy mejor —dije más tranquilo, soltándome de él–. Gracias, Noel, pero ya no me duele; mejor me voy directo a mi casa que debemos arreglarnos para ir al liceo..

—Bueno, está bien, entonces nos vemos luego. —Y se fué.

Luego de despedirme, salí corriendo de lo que siento por él...

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Estaba llegando al porche y no paraba de pensar en todo lo que me estaba ocurriendo de pronto últimamente. ¿En serio me estaba enamorando de un chico que de paso es heterosexual?, lo cual, de por sí, era una pésima idea.

Luego de preguntarme eso, pasé a mí otro problema: ¿Estaba bien el no decirle a mis padres cual es mi orientación sexual? Porque suponiendo que superara mi atracción por Noel, eso no significaba que en el futuro, no me enamorara de otro hombre.

Sentía que poco a poco estaba llegando a un callejón sin salida que me terminaría metiendo en un grave lío... El problema radicaba en que no sabía exactamente cómo me estaba metiendo en él y tampoco sabía que debía hacer para salir de él; siempre he sido muy torpe con esa clase de cosas.

Así que, suspirando y resignado, llegué a casa.

Soy algo olvidadizo a veces, lo cual es un problema mínimo considerando el que se gestaba frente a mí, pero eso hizo que me olvidara de describir a mi familia.

Mí papá como es de ojos azules; es rubio y con rizos pero se los corta al ras para que no se noten, algo raro de verdad, considerando que le quedan muy bien cuando se lo deja largo; también, tiene un buen cuerpo que desarrolló por la vida sana que lleva y que me obligó a tomar. Mí mamá tiene ojos negro y cabello ondulado castaño claro como el mío. Mí hermano menor se parece a mí solo que sus ojos están bien y son azules. Mí hermana mayor tiene el pelo de mi papá y sus ojos son negro. Por lo que solo yo, de seguro que por ser del medio, salí con estos ojos raros, pero en fin...

Mi hermano jugaba videojuegos en la sala y mi mamá estaba en la cocina, el lugar que considera como su santuario personal; ella hace de todo ahí, y, como territorio sagrado para los simples mortales, o sea nosotros, no podemos pasar sin su permiso o el de mi papá.

Los saludé brevemente, asegurándome de que mi mamá no se diera cuenta de lo que ocurrió con mis sábanas y fui a bañarme, vestirme, recoger mis cosas del desastre que tengo por cuarto y comer.

Me fui con mi papá y mi hermano al liceo. Al llegar a la entrada, comencé a notar cierta molestia en el tobillo, pero no le presté mucha atención… Hasta que llegué al pasillo que daba a mi salón, que empecé a sentir una especie de calor en la zona y unos pequeños calambres; cuando me revisé…

—Dios mío... —murmuré del asombro, al verme la pierna.

El tobillo lo tenía morado e hinchado, tanto que cuando lo tocaba, se me nublaba la visión y tenía que morderme le parte interna de la mejilla para no gritar. Estaba terrible; no obstante, no fui a la enfermería porque en el momento estaba más cerca del salón y esta quedaba al otro lado del liceo... Así que preferí ir a sentarme en mi pupitre a ver si se me calmaba, lo cual fue todo un martirio...

Apenas intenté pisar, sentí como si una aguja me atravesaba en talón y me perforaba la pierna, hasta llegar a la cadera... Parecía como si él verme la herida, había activado en mis nervios, todo el dolor que no había sentido hasta ese momento. Intenté apoyarme levemente de la punta del pie y casi me caigo... Por lo que tuve que ir dando saltos en mí pierna buena hasta el asiento que quería. Deseé con todas mis fuerza que se me calmara el dolor antes del receso.

Se vale soñar, ¿cierto?

Al rato llegaron los chicos y empezamos a hablar de sus cosas y sus tonterías; yo no prestaba atención alguna, estaba demasiado concentrado en evitar el dolor de mí tobillo probablemente esquinzado, o en el peor de los casos, desgarrado.

Pero ni todo el dolor del mundo, evitó que le prestará atención cuando comenzaron ha hablar de ciertos temas, que no me gustaron para nada.

—Y dime, Noel, ¿ya has hecho el ya tú sabes qué, con Rita? —preguntó Gustavo, deliberadamente y sin anestesia a Noel; moviendo las cejas de arriba abajo pícara.

Fue instantáneo; se me hizo un nudo en el estómago y no quería escuchar su respuesta.

El rostro de Noel se puso rojo y carraspeó un poco.

—B-bueno… Pues no, todavía no, pero no saben las ganas que tengo porque llegue ese momento —explicó algo nervioso.

Ahora quería vomitar.

—¡Oigan! —se quejó Nicol, asqueada también—. Si van ha hablar de esas cochinadas, entonces que sea a un kilómetro de distancia. Ya me basta y me sobra con ver a esos dos besándose y manoseándose muy acarameladitos, en las reuniones familiares —terminó sarcástica.

El rostro de Noel se tornó aún más rojo.

Mis ojos se aguaban otra vez, ¿pero por qué? Nunca había sido un llorón y menos por alguien. Estaba sufriendo por algo que no debía sentir, lo cual era idiota y estúpido.

—Oye, primo, ¿estás bien? —Me preguntó Gustavo al notar mi estado.

—No —solté, todavía vulnerable a lo que estaban diciendo. Estuve a punto de soltar el motivo, pero vi mi error de inmediato—, e-es que mi tobillo me duele un poco porque me caí esta mañana —mentí.

Ese dolor no se comparaba con el que innecesaria e irracionalmente, Noel me hacía al restregarme su relación con Rita... Y lo más chistoso es que no era su culpa, sino totalmente mía.

—Haber, muéstrame. —Le enseñé mi bonito tobillo herido— ¡Hay, Cristóbal! Debes ir a la enfermería, esto está muy grave —exclamó asustado al ver mi tobillo ahora morado, casi negro, y con aureolas verdes.

Ah. Y ahora la inchazón me alcanzaba parte de la pantorrilla.

—Ven, déjame ayudarte —dijo Noel rápidamente, parándose de su mesa para ayudarme.

Pero de repente, sin saber muy bien porqué, me sentí muy molesto con él. No sé qué rayos me pasaba, creo que el golpe en el tobillo me afectaba, porque me sentía en un carrusel hormonal y sentimental, como si fuera una embarazada.

—No. Gracias. Mi primo me llevará —negué mientras observaba la mano que él me extendió para levantarme. Noel solo me miró unos segundos.

Él parecía algo sorprendido por mi respuesta; aunque, los demás no se dieron cuenta de ello. Gustavo me ayudó a pararme en un pie.

—Bueno, Cris, cuídate. Nos vemos en receso. Y tranquilo, que yo te cubro con el profe —se despidió Nicol muy preocupada.

—Sí, gracias, Nicol. Nos vemos, chao —me despedí con un beso en su mejilla—. Adiós. —Fue lo único que le dije a Noel.

No esperé a ver su reacción. Mi primo me llevó a la enfermería y me dijo que vendría con los chicos en el receso; agradecí el gesto mientras la enfermera me revisaba el tobillo. Al poco tiempo, Gustavo se fue al salón y la enfermera me indicó que efectivamente se trataba de un desgarre.

Yo solo pude verla unos segundos y explicarle el cómo me dañe la pierna, maldiciendo por dentro el día de mierda que llevaba.

Ella fue a buscar los suministros para tratarme la pierna y me quedé solo en la enfermería, intentando aclarar mi turbulento estado de ánimo y digerir todo el suceso en el salón.

Aunque trataba constantemente de recordarme mi precaria situación, igual no podía tragarme que esa tipa, tuviera a Noel y yo no... Pero no son celos que quede claro, no sentía celos de que Rita lo tuviera; ni tampoco tenía celos de que él quisiera estar con ella; ni tampoco me hervía la sangre cuando los imaginaba en la cama; o cuando se besaban; o cuando siquiera se tomaban de las manos. Yo no soy celoso.

Es solo... Es que siento que me enamoré de algo que solo me hará daño y cada vez que escuchaba lo de esos dos, pues me lo recordaba y-

Es un segundo.

¿De dónde salió el pensamiento de que estaba enamorado de él? Eso, eso era totalmente y absolutamente…

"Imposible" Pensé angustiado.

Tenía que hacer algo urgentemente; debía de tomar cartas en el asunto antes de que todo esto me terminara volviendo loco.

Intenté dormitar un rato, a ver si se me iba lo estúpido y despertaba como nuevo.

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No me sentí como recién nacido cuando desperté, ni quiera noté si ahora podía mover objetos con mi mente o si había obtenido el gen X de la nada.

Lo que estaba estaba era frustrado y enojado; y ahora, furioso con el chico que me despertó con sus quejidos.

Mi tranquilo hospedaje en la enfermería se terminó cuando entró otro chico de quinto año. Lanzaba lastimeros quejidos y le sangraba la nariz; se la limpiaba a cada tanto con una gasa y me pareció terriblemente asqueroso el cómo se le hacían burbujas de sangre, cuando respiraba de vez en cuando.

La enfermera lo acostó en la camilla de al lado, seguramente para terminar de fastidiarme el día, y nos dejó ahí.

Era un chico de piel morena y muy clara, café con leche mejor dicho; ojos marrones claro que noté que estaban ligeramente rasgados cuando lo vi mejor y tenía pelo de un profundo negro y rapado al uno en su totalidad excepto por cuatro o cinco greñas que se levantaban en medio de las raíces de adelante; sus facciones eran algo rudas pero llamativas.

—¿Por qué te trajeron? –preguntó con la voz congestionada, para romper el silencio; sonaba muy gracioso, pero no tenía ganas de reírme.

—Moretón en el tobillo por meterlo en una zanja —respondí, mostrándole mi tobillo hinchado y morado debido al desgarre–. La enfermera me dijo que no se había notado el daño desde el principio, debido a que en el momento mi cuerpo estaba caliente por el ejercicio que había hecho.

Él arrugó la cara, como pensando: “¡Rayos!, eso debe doler”

—¿Y tú? —Pregunté; cubriendo con cuidado mí pierna.

Casi me cago de la risa al ver cómo la gasa se le quedó pegada de la naríz cuando se rascó la mejilla.

—Eh, hacía demasiado calor y me dió un sangrado nasal por eso —dijo muy nervioso.

Automáticamente supe que era mentira y así se lo dije. Hoy hacía bastante frío.

—Está bien, está bien. Te diré, pero no te rías... Me la rompí cuando golpee mi cara con la mesa porque me avergoncé. —Su rostro se puso rojo.

—¿De qué? —pregunté sin ver por qué me reiría.

—... L-lo que pasa e-es que, bueno, que la profesora notó que le miraba las tetas —balbuceó por lo bajo, sin mirarme.

El solo imaginarme el momento, hizo que me carcajearse sin parar. Él se cubrió el rostro, avergonzado.

—¡T-te dije que no te rieras!

No pude responder, estaba revolviéndome en mi camilla de la risa... Hasta que me golpeé la pierna con uno de los barandales.

Pegué un grito que probablemente se escuchó hasta en mi salón. El chico se rió con la gasa pegada a la nariz.

—Te lo tienes merecido, desgraciado —espetó divertido. Yo solo le saqué el dedo del medio, tratando de controlar mis lágrimas de dolor—. A todas estas; yo soy David, David González —se presentó.

—...Cristóbal Sandoval... —dije cuando recuperé la voz.

—Je, parece nombre de telenovela —se burló. Lo fulminé con la mirada por eso.

Y sin nada más que hacer en ese lugar, comenzamos a hablar de trivialidades; descubriendo para nuestra sorpresa, que le gustaba prácticamente lo mismo que a mí, incluso opinabamos parecido sobre la mayoría de las series, lo cual hizo que me cayera bien de una.

También explicó que quería estudiar ingeniería civil y arquitectura. Entonces solté un: “Chamo, te voy a obligar a estar conmigo de por vida”. David solo se rió y me dijo: “Pero de amigos, que conste. ¡DE AMIGOS!".

La verdad que fue una mañana divertida.

Cuando a él se le bajó el sangrado y a mí la hinchazón del tobillo y pude caminar, la enfermera nos dejó salir; a mí más que todo para que me fuera a casa a descansar. Eso fue un poco antes del receso de medio día.

Al salir, noté como curiosamente íbamos por el mismo camino.

—¿Me estás siguiendo? —le pregunté divertido, aunque con sospecha en la voz. Iba a mí salón a despedirme de los chicos.

Y bueno... y de Noel, claro.

—No, que va, para nada; yo voy a mí salón también —respondió mientras caminaba detrás de mí.

Llegamos al salón y ya todos habían salido al receso, excepto una chica que extrañamente se parecía mucho a David, demasiado para ser casualidad. De cabellos oscuros también y con rizos que caían hasta la altura de su mandibula; ojos de marrones claros y una figura bonita; sus facciones eras bastante delicadas, como las de una muñeca. Ella era bastante hermosa, casi tanto como la bruja de Rita.

Al no ver a los chicos, suspiré resignado, tendría que irme sin verlos para despedirme. Qué remedio.

¡Ah! Pensándolo bien, ese no era el mayor de mis problemas... Lo rudo llegaría cuando mi mamá y mi papá vieran lo que me pasó en el tobillo

"Ja, ja, ja, ja... Y yo preocupándome por lo más insignificante" Pensé con un escalofrío en la columna.

Mierda.

En ese momento llegó David y fue cuando lo noté, ¡si es que eran exactamente iguales! A excepción de algunos detalles en sus rasgos, eran prácticamente una copia del otro. Apostaría mi mano a que eran por lo menos morochos.

—¡¿Y tú estudias en mi salón?, ¡¿por qué nunca me había dado cuenta?! —exclamó David, a la vez que la chica se levantaba y le daba el bolso.

La chica soltó un bufido y se dió en la frente... Perdiendo así, todo el encanto que parecía tener.

—Serás menso —espetó ella, negando con la cabeza—, por esto es que a veces me pregunto dónde tienes la cabeza, David.

Él se sonrojó, totalmente avergonzado por el regaño. Yo solo pude reír nerviosamente.

Especialmente porque yo tampoco los recordaba en el salón.

—¡S-Sara! —exclamó David nervioso—. Bájale dos... ¿No ves que me pones en vergüenza con mi nuevo amigo?

Ella me observó entonces.

—¿Ho-hola? —dije algo incómodo todavía.

—¿Qué hay, niño? —dijo simplemente, totalmente seca. Yo suspiré.

—D-deberías tener mejor actitud, niña, que así nadie y va ha querer —le advertí algo incómodo.

La chica, Sara, se sonrojó completamente a la vez que David, se partió de la risa.

Al final me dijeron que los habían hecho irse a todos porque las clases se suspendieron. Eso explica que los chicos no estuvieran por ningún lado; lo bueno es que no tendría que irme solo, al menos no todo el camino.

Saqué mi reproductor y dejé la música en alto mientras hablaba con David y Sara; tratando de caminar con cuidado para no hacerme mas daño.

Al final, parecía que en verdad pasaría la vida con David porque… ¡Los gemelos vivían a unas tres calles de mi casa!, a solo cinco minutos, para ser exaxtos.

¡Es que ni planeado sale tan bien!

Los tres no reímos por las casualidades de la vida...

Yo como tal nunca había tenido amigos. Jamás me sentía cómodo en las escuelas privadas y por eso no socializaba; nunca tenía amigos, solo compañeros, pero por cómo se estaban dando los hechos, empezaba a ver a Nicole como mi mejor amiga; a David como mi mejor amigo; a Gustavo como mi ángel gay de la guarda y a Noel como… ¿Qué?, ¿cómo mí amor platónico?, ¿mi Feme Fatal?, ¿mi amor catastrófico?

Ya hasta era estúpido recaer en el hecho de que me enamoré solo y que Rita, era la adecuada para Noel.

La evacuación era bastante clara: Noel + Cristóbal = nada.

Luego de despedirme de los gemelos y plantearle a David la idea de que hiciera ejercicio conmigo, cuando me encontrara mejor, entré a mi casa.

Luego de los regaños de mis papás, que en pocas palabras fueron: “¿Estás loco?, ¿cómo se te ocurre ir al liceo así?, ¿no vez que nosotros nos preocupamos por ti?, ¿ahora nos saliste rebelde?", el día siguió normal hasta la hora de dormir.

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Son las 4:30 a.m. y ya amanezco para iniciar un nuevo día.

Ha pasado una semana desde mi desgarro muscular y la verdad lo he pasado fatal a la hora de dormir. Soy mucho de moverme mientras duermo, y, considerando que tenía la pierna de mírame y no me toques; apenas me comenzaba a mover, me despertaba por el golpe de dolor que me venía de la pierna.

Por suerte, para ayer, apenas si me dolía y hoy es solo una ligera molestia, por eso le escribí a David, para salir juntos a correr.

Aunque había dormido tan a gusto que me quedé dormido; noté que se me estaba haciendo tarde cuando mi teléfono sonó con un mensaje de David, diciendo que ya estaba por salir. Me vestí prácticamente corriendo con lo primero que vi; comí lo primero que atrapé en la cocina y salí a correr.

David estaba en la esquina; a un cuadra de mi casa. Estaba enojado por hacerme esperarlo durante lo que según él era “la eternidad más un año¨ junto con un “güevón, me dejaste colgado” fulminándome con la mirada.

Aunque bueno, en realidad solo lo había hecho esperar quince minutos, así que solo me reí algo incómodo y lo dejé seguir con su melodrama de telenovela. Cuando se cansó, empezamos ha correr.

En un principio, esta idea de correr juntos se me había ocurrido, más que todo para tener tiempo con él. Me caía muy bien y cada vez más sentía que podía confía en David.

Pero debo de admitir que él logró que, en menos de cinco minutos de trote (lo cual es todo un récord), me dieran ganas de ahorcarlo.

—Y... Dime Cris, ¿actualmente te gusta alguien? —preguntó sin más acá y m sin más allá.

Normalmente, cuando nosotros hablamos de este tema, era más que todo yo escuchando como él se quería coger prácticamente a todas las del salón, excepto a su hermana porque bueno... Es su hermana.

Esta era la primera vez que me preguntaba algo por el estilo. Era muy sospechoso.

—Espera, ¿por qué me preguntas eso? Mano, no me digas tú… —insinué, esbozando una pícara sonrisa y movía las cejas sin parar.

David abrió los ojos de golpe, horrorizado, con las mejillas totalmente rojas.

—¡N-NO! ¿Estás loco?; yo soy más hetero que un rowailer frente a una perra en celos —soltó avergonzado; aunque su comentario se me antojó muy forzado.

Pero entonces recordé el cómo se había roto la nariz por estar viéndole las tetas a la profesora de castellano, así que no estuve muy seguro de esa apreciación.

—Pues no, no me gusta na… Die —terminé con dificultad.

De hecho, apenas si podía pensar en ese momento.

Adivina, adivinador: ¿Quién me dejó rojo como un tomate cuando fui a responder, porque llevaba solo un mini short que apenas le cubría sus piernas y zapatillas deportivas; con los músculos totalmente hinchados y enrojecidos de tanto correr, y claro, bañado en sudor?

Pista número uno: Tiene un cuerpo casi de infarto y me consta, porque casi me da uno.

Pista numero dos: Es primo de la preciosura de Nicol…

Din, din, din... Si tu respuesta fue Noel, significa que eres oficialmente fan de está historia.

"Por favor, señores, una ovación..."

Noel apareció por delante de nosotros, haciendo señas de saludos desde lo lejos.

Yo estaba que botaba la baba cada vez más y más que él se acercaba... Estaba demasiado sexy con esa ropa y con el cabello pegándosele a la frente por el sudor y los ríos de este que bañaban todo su cuerpo y...

—Hola Cristóbal. David —saludó Noel; cambiando de dirección para trotar a nuestro lado. Tenía su típica sonrisa radiante—... Por lo que veo tu tobillo está de maravilla. —Ojeó ligeramente mi pierna—. Me hubieses dicho que ibas a salir a correr y me hubiera anotado para el beta. ¿Por qué no me dijiste? —Frunció levemente el ceño. Me reí algo incómodo.

—Ehhh... Es que quería pasar un rato con David está mañana —dije simplemente y encogiéndome de hombros... Y es que era la verdad; no lo había hecho con intención de excluirlo ni nada.

—Ah, ya —dijo simplemente; mirando al frente de nuevo. Su sonrisa titubeó un poco.

Y esa sonrisa normalmente nunca titubeaba

Aunque le presenté a los chicos, a Sara y David, y estos comenzaron a integrarse al grupo. Por alguna razón que no podía entender, a Noel, David no le caía bien del todo, al punto que muchas veces era hasta algo descortés y yo no podía entender, considerando que David, era un sol.

Entre los tres se hizo un silencio de lo más incómodo, viniendo en gran parte de Noel, que parecía molesto, y de mí. Estaba muy nervioso por tener a Noel así, sin camisa; mostrando sus bíceps; sus desarrollados pectorales; sus músculosos brazos, duros como el mármol, pero comibles como el choco...

"Dios mío Cristóbal, haznos el favor de controlar a tu perra interior, antes de que alguien note tu erección" Espetó el lado más sabio de mi mente. Siempre salvándome el día.

Especialmente porque noté que David, me miraba mucho de reojo... Y yo todavía no podía controlar mi sonrojo.

Diablos.

Llegamos a la esquina de la calle en donde Noel se separó de mí la vez que nos encontramos. En ese momento decidí romper el silencio.

—Y… ¿Y cómo va todo con Rita? —le pregunté a Noel, algo cortado en el momento, especialmente porque era uno de los temas que más odiaba.

Pero necesitaba bajarme de la nube.

—Oh. De maravilla; pronto cumpliremos dos años y nos daremos nuestro regalos especiales —comentó él, recuperando la sonrisa poco a poco.

Fui a prolongar más nuestra despedida pero me detuve. No estaba para seguir con eso y David parecía bastante incómodo.

—Oh, eso está bien —dije simplemente—. Chao, nos vemos más tarde.

–Dale, nos vemos más tarde —Y se fué.

En ese momento suspiré adolorido; haciendo de tripas mi corazón para seguir con mi vida.

Alejarme de él era lo mejor.

Yo siempre he querido más la felicidad de los demás, que la mía. Siempre pienso en los demás antes que en mí, ese debe ser el motivo por el que nunca he sentido nada especial por nada ni nadie, porque me interesa la felicidad de esa persona, antes que la mía.

Sí, sí, yo y mi complejo de madre superiora, pero es verdad. Si él es feliz con Rita, ¿quién soy yo para meterme?

Mi vida junto a él se volvía muy dolorosa y complicada, con un amor prohibido y no correspondido atravesado en mi camino; verlo con otra, con Rita, me dolía... Por eso debo de alejarme de él. Estar cerca de Noel era mi perdición.

Recorrimos el resto de nuestro camino en silencio. No tenía ganas de hablar y David, al parecer tampoco, así que cuando llegó el momento de despedirnos, simplemente hice un gesto de adiós y me-

—Cris... —me llamó David cuando volteé para irme.

—¿Sí? —pregunté, algo confundido.

Entonces David me tomó de los hombros y con una mirada muy seria, me dijo:

—Cuando estés listo, háblame sobre lo que sientes por Noel —soltó de golpe.

Me observó unos segundos antes de marcharse lentamente de ahí.

Yo solo pude observar el suelo, en shock.

Continuará...

Hola chicos, lo prometido es deuda, aquí está el tercer capítulo, al que al fin le puse el nombre correcto XD créanme, escupí sangre cuando vi que lo había escrito mal y más aún cuando mis comentaristas le cambiaban el nombre XD

No tengo mucho que decir, aparte de que David va ha firmar una pieza esencial en la historia, eso es todo lo que diré.

Por otra parte, como dato curioso. En la versión original de está historia, cada vez que se menciona la música, yo había puesto el tema y nombre del artista, así como una breve explicación de por qué compaginaba con el momento.

Algunos se han preguntado si soy español o algo así y no, yo soy venezolano y la historia ocurre en el estado carabobo. Lo que ocurre es que en la nacionalidad de mi perfil, cuando coloqué que era venezolano, la página literalmente me impedía publicar, entonces leí en otro relato de alguien que le pasaba lo mismo y que cuando colocó que era de España, pudo enviar cosas. Por eso tengo la nacionalidad de Español en el perfil, pero soy venezolano, vale?

Nos leemos en el siguiente cap