El cambio de mi vida (I)

Historia de como conocia a mi Amo. Mi primer relato, espero que de muchos.

No me había percatado de que me estaba mirando hasta que mi amiga me lo dijo:

-Mira, ese de ahí no te quita ojo…

Estábamos en un local tomando una copa sentadas en unos sillones un poco alejadas de la pista de baile. El hombre en cuestión aparentaba unos 35 años, alto, moreno y bastante atractivo, yo tengo 22 años pero siempre me han gustado más mayores que yo, lo que hizo que me atrajera al instante.

Al darse cuenta de que yo lo miraba, le dirigió unas palabras a uno de sus amigos y vinieron hacia nosotras.

Fue su amigo quien habló:

-Hola señoritas, ¿Qué tal la noche? Permitid que nos presente, somos mi amigo Víctor  y  yo    Miguel Ángel y nos preguntábamos cómo es posible que dos bellezas sin igual estuvieran tan solas, así que, nos hemos acercado a ver si querrías un poco de compañía…

Mi amiga soltó una pequeña risita pero yo no fui capaz ya que mientras Miguel Ángel hablaba, Víctor no dejaba de mirarme a los ojos y de cerca me di cuenta de la mirada tan penetrante y seductora que tenia, cosa que me intimido un poco..

-¿Qué me decís bellas damas?- siguió Miguel Ángel. De repente la canción que estaba sonando cambio y dijo: -Vaya, me encanta esta canción y soy muy buen bailarín, ¿me concedería este baile señorita?- dirigiéndose a mi amiga.

Ella, encandilada acepto sin dudar, y de un salto ya estaban en la pista, dejándome a mi sentada y a Víctor mirándome. Por primera vez habló:

-¿Te importa que me siente?

Le dije que no me importaba y se sentó a mi lado. Su perfume era  embriagador. Lo miré y me sonrió. Su mirada ardía en deseo. Me di cuenta de que como no saliera huyendo en ese preciso instante estaría perdida…

…………..

-No me has dicho tu nombre…

Estuvimos hablando un buen rato, conectamos  muy bien, demasiado bien, tanto que me trasmitía sensaciones nuevas para mí.  Yo empezaba tener ganas de tocarle incluso de besarle, esperaba que él lo hiciese pero no daba el paso y me ponía nerviosa.   El seguía hablando, controlando la situación,  seguro de si mismo.  Hasta que al fin me dijo:

-¿Te apetece ir a otro sitio? Creo que no podrás aguantar mucho más…

Sabía a que se refería y eso me irritó un poco. Me cogió de la mano y llevo a fuera, me subió a su coche, una vez dentro me dijo.

-Vamos a jugar a un juego, ¿te parece?. Aquí el que manda soy yo y tú harás lo que yo te diga. Absolutamente todo.

Pensé en bajarme del coche pero sabia que no seria capaz, en vez de eso, solté un simple: “Si”. El sonrió con satisfacción.

Me deje llevar, no sabia a donde íbamos, pensé que estaba loca, pero tenia que ir con el. Por el camino no dejaba de acariciarme la pierna izquierda y de hablarme. Su voz me calmaba.

Llegamos a una casa e un pueblecito pequeño (por suerte sabia donde estábamos).

-Bien, antes de nada te repito que harás todo lo que yo quiera y te diga, ¿verdad?- dijo el, yo asentí excitada por las caricias, la emoción y el misterio de lo que me esperaba.- Muy bien, pues lo primero es que no hables ni hagas nada a menos que yo te lo diga.

Metió la mano en el bolsillo y saco un pañuelo negro con el que me vendo los ojos. Me sentí desprotegida y con un poco de miedo.

Oí la puerta del coche, como salía y luego la cerraba. Luego la de mi lado abrirse, me ayudo a salir del coche y me condujo hacia la casa. Dentro subimos unas escaleras, entramos en una habitación y cerro una puerta. Silencio.

-Desde que te vi sentí que tenías algo especial, ahora comprobaremos si mis sentidos funcionan al 100%... Hoy solo es un pequeño calentamiento, ¿de a cuerdo?

Note que se acercaba a mí… Yo estaba deseosa desde hacia un buen rato, ya debía tener las braguitas empapadas. Note su aliento en mi cara, quise acercarme para besarlo pero separó su cara y al instante, de un golpe, junto su cuerpo con el mio. Sentí su polla dura en mi pelvis y mis manos se fueron directas a tocarlo pero él me dijo:

-Shhtt, te dije que no hicieras nada hasta que yo te lo dijera! Va ser mejor que te ate, al menos hasta que aprendas a comportarte como una buena perrita.

Lo siguiente que sentí fue como me juntaba las manos en la espalda y me las ataba con algo suave pero firme.

Volvió a frente mía, se acercó y empezó a besarme el cuello con mucha suavidad. Yo no pude evitar que se me escapara un gemido. Paso su lengua por mis labios pero no me dejo besarlo, esto me irritaba pero me gustaba al mismo tiempo. Sus manos acariciaban todo mi cuerpo, me iba desnudando poco a poco y yo volviéndome cada vez mas loca. Cuando me tuvo totalmente desnuda se separo un poco y me dijo que me arrodillase. Yo estaba excitadísima, quería tocarlo, besarlo de una vez, y quería chupársela ya. Él se hizo esperar, sentí su poya en mis labios, quise acercarme para metérmela en la boca pero él se alejó.

-¿Quieres mi poya? ¿Quieres chupármela zorrita? Me tienes cachondisimo pero creo que te voy hacer rabiar un poquito…

Eso me excitaba muchísimo. La ponía en mis labios pero apenas lograba a tocarla con mi lengua. Tras varios intentos y totalmente desprevenida me la metió de un golpe hasta la garganta lo que hizo que me atragantara, cuando me recupere, empezó a follarme la boca y yo se la chupaba como si fuera la única poya en el mundo. Estaba deliciosa, uff, la notaba enorme, entrando hasta la garganta, el agarrándome la cabeza, empujándomela fuerte mientras gemía… hasta que su leche me lleno la boca.

-Trágatela toda…. Así… Joder… Como la chupas…

Cuando me la trague toda, me hizo levantar, me puso a cuatro patas en la cama y con esta frase “ahora viene lo mejor” me metió un dedo de golpe por el culo. Yo grite de dolor. No me esperaba eso y realmente dolió mucho. Al momento empezó a azotarme con mucha fuerza ambas nalgas mientas empezaba un mete saca con el dedo, brutal. Lo gritos cada vez iban a menos y poco a poco iba dejando de morder la almohada para convertirlos en placenteros gemidos. Pocos segundos después me corrí en uno de mis mejores orgasmos hasta ese momento.

-Así putita goza que te lo mereces por la mamada que me has hecho. Ahora voy a dejarte limpita que estas chorreando…

Sentí su lengua en mi coño, fue delicioso, lo recorría lento y rápido, alternando y metiéndome varios dedos en mi culo y coño. No paraba de gemir como una loca de placer. Tarde muy poco en correrme de nuevo.

Aun no me había repuesto del segundo orgasmo cuando sin previo aviso sentí como intentaba meterme algo mucho más gordo que un dedo por el culo… Pensé que seria imposible… Pero cuando de un golpe me la metió entera, pensé que me moría del dolor. El gemía de placer y a mi me salían lagrimas, le pedía que parara pero me la metía cada vez mas rápido. Era un mete-saca insoportable. Me la saco de repente y de otro golpe me la metió en el coño, me volvió a doler pero no tanto, esta vez duro poco y el placer vino rápido.

-Eres mía perrita, solo mía.- me decía mientras me follaba.

Nuestros gemidos se entrelazaban y volvió a follarme el culo, esta vez ya mas placentero, notaba su polla como entraba y salía, como me llenaba era un placer inmenso, deseaba que no terminase nunca… Hasta que se corrió dentro de mi llenándome con su leche.

Nos quedamos un rato tumbados, el en encima mio hasta que se levanto, se vistió y antes de irse me dijo:

-Recuerda Mónica, a partir de ahora soy tu Amo y tu serás mía y de nadie mas.

Si, Amo…