El camarero del cafe 1

Yo estoy casado y él, al saberlo, me ignoraba, o eso me hizo creer...

Hola, a todos los lectores,

Antes de nada, me voy a presentar: Soy un hombre casado con una mujer, tengo 35 años y siempre he pensado, que era algo feo, pero tambien con atractivo y con un cuerpo de lo mas normal que pueda uno ver,por la calle, pues no hago gimnasia, desde que tenia 14 años que corria por los caminos del pueblo.

Bueno, empiezo ya la historia:

Por cuestiones de creencias familiares o personales, no lo se; me casé con una mujer y tuve dos hijos con ella. Por motivos de trabajo, nos tuvimos que ir de la ciudad donde viviamos y nos desplazamos a otra, y alli nos asentamos definitivamente.

Un dia después de dos años en esta ciudad, y saliendo del portal de mi bloque, vi a un hombre de unos 38-40 años, con un cuerpo de gimnasio, unos ojos, unos labios...., en fin, lo que decimos por aqui, un tio bueno, de los que no se pueden desperdiciar.

Vestia una camiseta manchada de yeso y pintura, unos pantalones de chandal en azul oscuro y unas zapatillas blancas del mismo modo manchadas. Mi vista se dirigio a él, no podia apartarla. Él, se dió cuenta y al estar parado, comenzó a andar.

Ahí fué donde me fije en su paquete, ¡madre mia!

Era muy abultado, y por esto se le notaba como le colgaba la polla y se balanceaba a cada paso que daba. Yo pensé que al verme mirarlo, giraría en si y miraría y caminaría hacia otro lado, pero no fué así. Dió dos pasos al frente mirandome a los ojos al mismo tiempo que hablaba por teléfono y viendo que yo por vergüenza le apartaba la mirada, se giró y volvió al local que tenía a su espalda, que era donde trabajaba.

Me había intimidado este hombre al mirarme tan fijamente a los ojos. ¡Que tonto! (Pensé)

Lo que me pasaba cada vez que salía o entraba de casa, lo podeis imaginar: siempre lo buscaba con la mirada para ver por donde estaba, pero como el ya me había visto con mis hijos, llevandolos y trayendolos del colegio,y con mi mujer, y él, tambien se había encargado de hacerse ver con su mujer, cuando me veía, apartaba la mirada.

Yo estoy casado y él, al saberlo, me ignoraba, o eso me hizo creer...

Bueno, asi pasaron los días y lo unicamente que podía hacer era hacerme pajas, pensando en él.

Al poco tiempo, el local donde trabajaba y estaba en obras hasta el momento, se abrió al publico, y entonces lo vi a él vestido con un polo azul que hacia que se le marcaran los pectorales, un pantalon vaquero en azul oscuro, y lo que mas me llamó la atención fué el bulto que tenia el muy cabrón, ya que tenia por esa parte los vaqueros desgastados y tenia un color mas blanquecino.

Yo no podia de dejar de mirarlo, y él se dió cuenta de donde le miraba, y entonces fué él, el que sintió vergüenza, se puso como un tomate y se metió dentro del local, y eso que yo estaba bastante lejos.

No salió más, pero de vez en cuando se asomaba por la ventana de la cafeteria que daba a la plaza, para ver si yo seguia alli, buscandolo con la mirada, lo que me dió a entender que le incomocé mas de la cuenta y me subí a casa abochornado, y jurandome que no lo volveria a hacer mas, que no estaba bien mirar de esa forma a otro hombre, ya que podia reaccionar de muchas formas.

Los dias siguientes, me limité a salir y entrar sin mirar hacia la terraza de la cafeteria para verlo, cosa que me costó horrores, porque por dentro me moria de ganas por verlo y aunque fuera desde lejos, sentirlo lo mas cerca posible mio, pero me limité, a hacer lo correcto.

Un dia, que volvia con mis hijos del colegio, estaba yo hablando con mi hijo el mayor ( de 10 años) y con mi hija pequeña de la mano, giramos la esquina que daba a la plaza donde estaba el portal para subir a casa y zás, nos lo encontramos de frente y viniendo hacia nosotros con dos niños, mas o menos de la misma edad que los mios, y me hizo que pensar que eran suyos. No  se habia dado cuenta de nuestra presencia, pero ibamos en sentido contrario y tarde o temprano, veria al miron de turno, yendo hacia él, sin poder evitarlo ya, pues la distancia era muy corta.

Cuando levanto la cabeza y me vió, paso lo mismo que cuando me quede mirando su paquete, se puso colorado, bajo la mirada, la cual me pareció que habia echo el intento de fijarse en mi paquete, pasó por nuestro lado y se limito a decir: hola, sin parar de andar y esperando que yo le contestara por educacion, pero no fue asi y segui caminando con mis hijos hacia el portal de casa, notando en mi nuca, como habia girado la cabeza, y me estaba clavando la mirada en mi, pensando seguramente, que era un maleducado.

Abri la puerta del portal lo mas rapido que pude, nos metimos dentro y no paraba de pensar que le habia negado el saludo al tio que me gustaba y eso me causaba, sorpresa, y desconcierto en mi mismo, pero tenia que hacer ver, que era hetero, que estaba casado con una mujer, aunque me moria de ganas de besarlo, tocarlo...

La cosa desde ese dia, se tornó del revés, era él quien me miraba y buscaba cada vez que salia o entraba de casa, y era yo el que se ponia como un tomate cada vez que notaba que él me miraba, algo que le parecia gracioso, porque le producia una sonrisa, cada vez que me veia así.

A los pocos dias me llama mi mujer por telefono y me dice, que me espera en la plaza, para tomarnos un cafe, que teniamos que hablar de ajustes economicos, cosa que siempre estaba evadiendo, porque siempre acababamos discutiendo.

Llego a la plaza y al no verla, la llamo por telefono para preguntarle donde estaba y me dice que esta en la cafeteria de enfrente de casa, donde trabaja el hombre que me gusta. A mi se me cae el mundo a los pies y note como mi cuerpo se ponia nervioso de pensar que tenia que dirigirme sin mas remedio, a su lugar de trabajo y tendria que verlo, si o si.

Con el corazón en la boca, me fui acercando a la terraza de la cafeteria donde estaba sentada mi mujer, me senté de espaldas a la entrada principal, y comence a tomarme el cafe que ya, me habia pedido mi mujer.

Empezamos a hablar de la situacion economica familiar, y lo de siempre, comenzamos a discutir, a enojarnos, y a parar en seco la conversacion, lo que provoca una tension entre los dos, que hace que mi mujer que ya se habia tomado el cafe y los habia pagado, se subiera para casa.

Yo con mi enfado, y mi tension, se me olvido el lugar en donde me encontraba y me dirigi a el baño, sin mirar a nadie, con la cabeza mirando hacia el suelo entrando sin mas, sin darme cuenta, de si habia nadie o no.

Me dispuse a lavarme las manos, y en ese momento se abrio la puerta, sin fijarme en quien entraba, pues yo estaba mojandome las manos y echandome agua en la cara, pero cuando me incorporo, veo a Jesús (Ese es su nombre), reflejado en el espejo, detras mio y me dice:

-Por favor, necesito que vengas a las doce de la noche para explicarme una cosa, no habra nadie, solo yo y nadie mas. Por favor, no faltes, pues es muy importante.-

Y diciendo esto y sin darme tiempo para reaccionar ante la sorpresa de verlo detras mio, salio del baño, y yo me quede atontado y extrañado de lo que me acababa de ocurrir.

Sali del baño a los 5 min. con la idea de preguntarle, pero lo vi atendiendo una mesa y me dispuse a irme a casa, pero cuando iba por mitad de la plaza, noto que me sujetan del hombro, me giro y ahi estaba el otra vez y me dice:

-Por favor, no faltes.- y diciendo esto se gira y se va con paso ligero hacia su trabajo.

Estuve todo el rato, dandole vueltas a la cabeza y preguntandome que es lo que querria Jesús de mi, pues yo le habia estado ignorando este tiempo atrás, por repeto, y por que no decirlo, por miedo a una reaccion agresiva en él.

No pasaban la horas, parecia que el reloj se habia parado y que el tiempo se habia congelado, pero llego el momento.

A mi mujer le dije que me iba a dar un paseo para refrescar la mente, cosa que entendio perfectamente, pues la tension entre nosotros se cortaba con tijeras, y sali de casa hacia la cafeteria donde trabajaba Jesús, sin dejar de pensar en para que me queria y de que forma me hablaria.

Llegue a el local, y la persiana estaba a medio bajar, haciendome inclinar la espalda para entrar y las luces eran tenues, que practicamente no se veia nada alli.

-Hola.- dije con voz en tono alto para que se me escuchara.

-Hola- le escuché a lo lejos y diciendo esto salio del almacen con una caja en las manos la cual deposito encima de una de las mesas y se dirigio a la puerta de entrada para cerrar la puerta. (O eso pense yo)

Pero no fue asi, cogio la persiana, la bajo hasta el suelo y despues cerro la puerta con llave. Haciendome pensar diversas cosas y sentir ansiedad por saber que es lo que queria de mi.

Se volvio hacia donde yo estaba y me dijo que lo acompañara hacia el almacen, que tenia que seguir ordenandolo y que no me preocupara, que todo ese despliegue de cierres lo habia echo para que no entrara nadie, puesto que normalmente a esas horas no esta abierto al publico, pero se quedan dentro trabajando e intentando dejarlo todo listo para empezar el dia siguiente.

El almacen era una habitacion mediana, repleta de estanterias con diversas cosas y botellas de alcohol. Entramos los dos alli, y una vez dentro le pregunto:

-¿Que quieres?¿Para que me has echo venir a estas horas y aqui dentro?

Él escuchó las preguntas y mirandome fijamente a los ojos, se adelanto dos pasos hacia mi, cogio mi cabeza y me besó.

Al principio quise escapar pero ni el estaba por la labor de soltar mi cabeza, ni yo queria realmente separarme de el, y los dos nos fundimos en un beso, donde sus carnosos y calientes labios, suavemente se abrieron y dieron paso a su lengua, que con una dulzura hasta entonces desconocida, hizo que lo rodease con mis brazos y le respondiera de la misma forma.

Continuará