El camarero

En uno de mis viajers, cuando mas preocupado estaba por lo mal iue me iban las cosas en la en la instalacion, en pocos minutos, me olvide de todo y pude relajarme.

El CAMARERO.

Por motivos de trabajo, estaba en un hotel cercano a Madrid, era un hotel pequeño con un pequeño bar restaurante.

Había observado que el camarero me miraba de una manera sorprendente.

Cuando me trajo la copia de la nota de la cuenta que acaba de firmarle, en un rincón me encontré escrito www.bakala.org/tucamarero .

Nada mas volver a la habitación metí en el ordenador la dirección, y efectivamente era el, la primera foto de su cara, moreno, pelo corto ensortijado, perillas y amplia sonrisa, el resto, diversas partes de su anatomía.

Le mande un mensaje, y al bajar a desayunar al día siguiente concertamos una cita para dos noches después a las doce de la noche.

Tras cerrar la puerta, dejo la bandeja en una mesita, al lado de mi ordenador, se acerco lentamente y nos besamos por primera vez, al principio era un beso tierno, húmedo, le cogí de la cabeza, mordí sus labios y metí mi lengua profundamente en esa boca jugosa y joven, sabia a menta fresca, baje mis manos hasta su cintura y lo atraje hacia mi.

Su entrepierna apretada contra la mía, eran obeliscos de duro mármol en lucha.

Me saque la camiseta de tirantes que llevaba puesta, se alejo unos centímetros para contemplar mi velludo pecho, y fijándose en mis anillados y gordos pezones, se abalanzó para lamerlos y morderlos chuparlos y saborearlos, dejándolos húmedos de sus babas y erectos grandes como si dedales de coser se tratara.

Nos miramos nuevamente a los ojos, un brillo salvaje reflejaba su mirada, lo cogí de los pelos y sin presión, pero sin dejar de obligarle a que se arrodillara, lleve su cabeza a mi entrepierna.

Saco su larga y ancha lengua, la paso por todo mi paquete marcados en el chándal el tamaño de mi sexo son su saliva, después abrió la boca y me mordisqueo tenuemente toda mi polla.

Le miraba, me lleve los brazos a la nuca y me deje hacer.

Llevo sus manos a mis nalgas, las amaso, y tras dejar de mordisquear mi sexo, agarro el pantalón del chándal y lo bajo hasta mis tobillos.

Mi polla al quedar libre salto y le dio un mamporrazo en la cara, esto lo excito sobremanera, y cociéndola con la mano la engullo hasta el fondo de la garganta.

La mantuvo unos segundos allí, hasta que le vinieron algunas arcadas, se la saco, tomo aire, respiro profundamente y empezó a lamerla como si de un helado se tratara, después con la lengua fue recorriendo mi grande, lo lamia con suavidad, le daba tenues besitos y cuando menos lo esperaba de la volvió a tragar hasta el fondo.

A Juan le encantaba chupar, y con mi polla estaba disfrutando a tope, su saliva me corría hasta los huevos y cuando se dio cuenta bajo con la lengua a recogerla y de paso empezó a jugar con mis bolas, se las metía en la boca, tiraba de ellas y aflojando los labios, las dejaba escapar , cubiertas de una gruesa capa de saliva, con las manso me las masajeaba mientra lamia de nuevo mi rabo y yo me dejaba hacer, había quitado las manos de la nuca y me acariciaba mis pezones.

Se incorporo, me tumbo sobre la cama mientras se terminaba de desnudar.

Tenía una polla gruesa y larga, sus huevos eran gordos y colganderos.

Se arrodillo entre mis piernas y continúo lamiendo mi polla y mis huevos.

Después levanto mis piernas las puso sobre sus hombros, y ataco directamente mi culo, escupió en el y paso o su lengua, lo beso y lo lamió sin escrúpulos, dándome un intenso placer.

Cuando mi esfínter, cedió a su lengua y la punta entro en mi cavidad, empezó a jugar con los dedos, pero contrayéndolo de una forma categórica, le hice ver que ese no era el camino.

Se tumbo encima de mi, fundiéndonos en un apasionado beso, y después de unos minutos de lucha, terminamos invirtiendo las posiciones, ahora era yo el que estaba encima de el.

Me despegue unos centímetros, le agarre la polla con las dos manos calibrándola el tamaño y la dureza y tras sonreírle, le lamí los huevos y busque con mi lengua su culo.

A penas lograba darle con la lengua de refilón, me levante, le puse a cuatro patas en el borde de la cama, me volví a arrodilla tras de el, y dándole unos fuertes azotes en las nalgas conseguí que pusiera la posición que quería.

Ahora estaba totalmente entregado, sus manos caídas a lo largo del cuerpo sobre la cama y su culo levantado y ofrecido.

Cogí mi corbata, le ate las manos atrás a la espalda, y le marque las nalgas con las palmas de mis manos abiertas, y le escupí de nuevo en la raja del culo.

Mi saliva resbalaba hasta sus huevos, entonces con la lengua la recupere y la lleve a su agujero, solo lamerlo suavemente su esfínter cedió, entrando la mitad de mi lengua en aquella húmeda gruta abierta de par en par, me incorpore, acerque mi polla la apuntale y dejándome caer sobre su cuerpo, entre a matar hasta el fondo.

Mis huevos se acoplaron a sus nalgas, un sonido sordo al hacer ventosa mi cuerpo contra el suyo inundo la habitación. Me quedé quieto por unos instantes, mi polla se amoldo a su culo y empecé un movimiento rotatorio con mi polla en su agujero, cuando estaba bien lubricado por sus propios jugos, empecé un mete y saca con un movimiento suave de adelante hacia detrás, hasta coger un ritmo casi salvaje.

Minutos después aprecie como se curvaba su espalda, su respiración cambio y tras un breve gemido un chorro de leche empapaba las sabanas.

Tire de sus caderas, sin sacar mi polla de su culo, puse sus pies en el suelo, acerque su cara al charco de leche y gritándole.

LÍMPIALO CABRÓN.

Le di la follada más salvaje que recordaba. Su culo ose había contraído, después de la corrida tan siquiera lubricaba, las fricción de mi polla casi me quemaba. Hasta que el me dijo, para, no puedo mas, empieza a dolerme.

Saque mi polla, me tumbe en e centro de la cama boca arriba, y arrodillándose entre mis piernas me volvió a hace la limpieza de bajos mas refrescante que recuerde.

Cuando mas relajado estaba, me cogió los huevos con una mano y fue tal el tirón que pego de ellos, que me hizo soltar un alarido, y un par de hostias que le cruzaron la cara.

Me soltó los huevos y agachándose, me lamió la polla y el culo de manera desesperada.

Después se puso un poco de saliva en el culo y sentándose a horcajadas sobre mi se clavo mi polla hasta los huevos.

Estuvo un tiempo sin moverse disfrutando de mi polla llenándole el culo, se agacho, se tumbo encima de mí, me beso tiernamente y me susurro al oído.

Ahora te voy a follar con mi culo.

Empezó a cabalgarme primero suave, disfrutando con los movimientos de culo mi polla en cada rincón de su interior, después fue cogiendo ritmo, me cabalgaba como jinete salvaje, los poros de su piel se habían abierto, el sudor le hacia brillar su piel morena.

Yo le pellizcaba los pezones, pero mis dedos resbalaban del sudor, el me manoseaba el pecho, jugaba con mis pezones y tiraba de mis piercing.

No puedo mas le dije, se clavo lo mas profundo que pudo una vez mas mi polla, y después se la saco, mi leche le salto llenándole toda las espalda, el se volvió a correr sobre mi tripa.

Permanecimos abrazados hasta que nuestras respiraciones estaban acompasadas.

Me beso tiernamente, se levanto, y dándome una toalla para que me limpiara se visito y dándome las buenas noches se marcho.

Yo termine de limpiarme, cogí una de las copas que había subido y me metí de un solo trago, tenía sed y estaba sudando.

Después cogí el otro vaso, me metí en la cama, y a pequeños sorbos también me lo bebí, eran mas de las dos, apague la luz y al sonar esta mañana el despertador a las siete menos cuarto, me vinieron todos estos recuerdos de golpe a mi mente.