El calor de un prostituto (Parte 7)

Aiden decide visitar los mejores prostíbulos de la ciudad para decidir si trabajará en ellos.

Los gemelos de Yuuoa

Las calles rebosaban de vida desde temprano, las gentes de la ciudad no paraban. Los gritos de los comerciantes intentando vender sus productos se mezclaban con el de los niños jugando por los callejones. Mientras me paseaba por la ciudad aproveché para comprar algunos dulces, tenían formas y sabores que nunca había probado y todos estaban buenísimos.

  • ¡Aiden! - gritó Zeul a mis espaldas- ¡Por fin te encuentro!

  • ¿Qué tal? ¿Quieres? - le dije ofreciéndole un dulce de forma triangular.

  • Bien, bien. Pensé que no te encontraría- me contestó mientras se comía el dulce- Hoy nos dieron el día libre, así que pensé en acompañarte a visitar la ciudad. Si no te importa claro.

  • Claro que no, además tú la conoces, así me haces de guía.- le contesté mirando a un grupo de soldados que pasaba por detrás. Parecía que estaban reclutando a ciudadanos.

  • Sí, ¿Qué te apetece ver?

  • ¿Vamos a un salón erótico?- le dije guiñando el ojo.- Un tal Yuuoa me invitó.

  • ¿¡Yuuoa!? ¿Te lo dijo en persona? - me dijo impresionado

  • Sí...me hizo follar con un chico ayer para ponerme a prueba y me ofreció trabajo.

  • ¡No puede ser!- insistió con asombro- Sus salones eróticos son solo accesibles para las familias más ricas. Tiene lo mejor de lo mejor.

  • Pues vamos a verlo - le contesté con una sonrisa pícara.

En lo que íbamos al local, Zeul me iba enseñando la ciudad. Al llegar a la plaza central, pudimos ver como la ciudad se dividía en ocho calles perfectamente alineadas y orientadas a los puntos cardinales.Me explicó que la ciudad fue reconstruida después de una gran guerra y, debido a su posición estratégica para el paso de mercancías, intervinieron los mejores arquitectos. A medida que nos acercábamos a nuestro destino el ambiente de las calles cambiaba y al meternos en una de las calles transversales, los niños, carretas y mercaderes de comida eran sustituidos por población adulta y adolescentes, mercaderes de productos eróticos o alimentos afrodisíacos. En muchos locales, personas de todas las edades y razas coqueteaban con los que pasábamos. Había de todo, pero me impresionaba que en comparación con el resto de la ciudad el número de personas no humanas aumentaba. Zeul me explicó que al no ser tan vistos en las regiones humanas. Muchos querían cumplir sus fantasías con elfos, enanos, nagas, hombres bestias,... Y se notaba que exponían a los más atractivos en las entradas para ganar clientela. Sinceramente, había más de uno con el que hubiera ido encantado.

Zeul se paró en seco y casi tropiezo con él. Al ver lo que miraba enseguida me di cuenta de sus nervios. Un edificio destacaba entre los demás. Limpio, con motivos eróticos dibujados por su fachada y diversas telas colgando en perfecta armonía. Sin duda se notaba que no era un lugar que cualquiera se pudiera permitir. Un especie de aroma salía de su interior y se podía percibir desde el medio de la calle. Se notaba que era un afrodisíaco, pues me empecé a poner cachondo. Entramos al local, el interior tenía una decoración parecida a la fachada. Largas telas de colores cálidos hacían de decoración y biombo. Esculturas de personas en posturas eróticas decoraban las paredes.

  • ¿Qué se les ofrece, señoritos? Dijo un joven acercándose con una piel tan lisa que parecía porcelana. Solo le cubría una tela semitrasparente, por lo que se le intúa su cuerpo perfectamente y eso incluía una perfecta y larga polla que desgraciadamente estaba flácida.- Soy el recepcionista. ¿Qué servicio requerís?- nos dijo al ver que nos costaba decirle algo.

  • Vengo de parte de Yuuoa. Ayer me dijo que podía venir gratis. Y este es mi compañero Zeul que también quiero que pueda entrar. -le dije al ver que nos examinaba a los dos.

  • Perfecto. Esperad un momento ahí por favor.- dijo mientras desaparecía detrás de unas telas.

No nos habíamos dado cuenta, pero detrás nuestro en la entrada había dos guardias que parecían estatuas. Llevaban una armadura de algún material ligero que no se distinguía bien que cubría los puntos vitales, pero a la vez dejaba entrever partes desnudas de su curtido cuerpo. Lo que les daba un toque morboso y atractivo.

  • Perfecto, no esperábamos que viniera acompañado, pero los señoritos pueden pasar. - dijo el recepcionista haciendo un gesto para que pasaramos a la siguiente sala. Nunca había conocido a nadie que me tratara tan educadamente.

  • Esta es nuestra sala principal.- Explicó mostrándonos una sala amplia llena de cojines, mesas con frutas y juguetes eróticos donde varios chicos de lo más variados y hermosos cubiertos por telas aún más transparentes que las del recepcionista hablaban o esperaban sentado mirándonos.

  • Increíble… - se le escapó a Zeul.

  • Nuestro local cuenta con varias salas. Normalmente os explicaría los costes y tiempo que podríais estar, pero tenéis libertad para probar lo que queráis. - Nos miró y al ver que atendíamos continuó.- Como decía, esta es nuestra sala principal, podéis elegir a los chicos que queráis siempre que no estén ocupados y divertiros con ellos como prefiráis. Si no os importa u os gusta el exibicionismo, podéis hacerlo aquí mismo. Si queréis intimidad por ese pasillo de la derecha tenéis salas privadas de todo tipo. Con sauna, camas, tierra,... y lo que queráis.

  • ¿Y se podría pedir que follen entre ellos y solo mirar? -Dijo Zeul tan emocionado que me sacó una risilla.

  • Por supuesto. Todo lo que desee puede cumplirse aquí. Además llegásteis en buen momento pues a estas horas la gran mayoría de nuestros chicos están libres.

  • ¿Y las escaleras?- pregunté al ver unas escaleras al fondo que daban a una planta superior e inferior.

  • Arriba se encuentran nuestros mejores chicos. Si me permite la indisrección, el chico que le cató, Juliu, se debería encontrar arriba. Y abajo estaría la zona con chicos de razas que no están bien vistas o que se consideran peligrosas… pero por motivos ajenos a nosotros esa área está cerrada.

  • ¿Razas peligrosas? - Le pregunté intrigado.

  • Goblins, orcos, elfos oscuros, humanos problemáticos, slimes y algunas más. Pero como dije, está cerrado. De resto podéis preguntarme lo que queráis sobre cualquiera de nuestros chicos, u os puedo aconsejar si buscáis algo concreto.

  • ¿Qué te gustaría Zeul? - le dije con una mirada morbosa

Zeul empezó a mirar alrededor, vi que se fiabaja en los chicos medio bestia, pero más concretamente en los que eran prácticamente humanos solo distinguiéndose por tener cola, orejas o ligeros rasgos animales. También se detuvo en un par de muchachos con la piel bastante más oscura que la mía que hablaban entre ellos y tenían unos cuerpos muy musculosos.

  • ¿Eso son niños? - dijo Zeul sorprendido al mirar a unos niños, uno elfo y otro medioelfo

  • No, no permitimos menores en este local.- le contestó algo tajante.- Recuerde que los elfos y medioelfos tienen un desarrollo diferente. Ellos en concreto os superan en edad, aún aparentan ser niños porque los rasgos cambian a diferente ritmo pero sus cuerpos son completamente adultos.

  • Aun así… me parece raro. Yo no lo permitiría…- dijo Zeul algo preocupado.

  • Puedo hacer que se retiren si les incomoda la vista- dijo haciéndole al elfo y medioelfo un gesto con el que desaparecieron detrás de unas telas y biombos.

  • ¿Quién es vuestro mejor chico?- le dije directamente.

  • ¿De qué raza le gustaría?

  • Prefiero humanos- le contesté con sinceridad a lo que Zeul me miró algo decepcionado, se notaba que en su cabeza estaban ocurriendo mil fantasías en ese momento.

  • Si no le complace los que hay aquí, nuestros mejores chicos y más solicitados están arriba, le recomiendo a los gemelos pelirrojos, a Juliu, a un chico capaz de correrse múltiples veces seguidas, o a uno rubio con uno de los mejores cuerpos y polla que procede de unos guerreros del gélido norte.

  • Se me hace dificil elegir ¿Te importa si me doy una vuelta y voy viendo? - Le contesté viendo como uno de los chicos me miraba morbosamente mientras movía el rabo.

  • Por supuesto, cualquier cosa estoy en la recepción. También podéis preguntar a los chicos, se conocen bien entre ellos.- me contestó retirándose con movimientos elegantes.

Fuimos hacia las escaleras sin quitar ojo de los chicos, que al ver que el recepcionista se fue, se insinuaban mostrándonos lo mejor de sus cuerpos. Zeul se quedó mirando a los medio bestias que se pusieron a toquetearse entre ellos. Al ver que se acercaba a ellos, me adelanté subiendo las escaleras que daban a diversas habitaciones donde en vez de puerta había una cortina translúcida. Algunas tenían la tela pasada, y dentro se escuchaba como follaban. El resto estaban abiertas con los putos en su interior.

Se notaba que eran otra categoría, chicos de todas las razas con cuerpos y pollas perfectas. Ví a los gemelos que me comentó el recepcionista hablando entre ellos mientras bebían algo, cuerpos fibrosos bien trabajados, todo el pelo del cuerpo pelirrojo y como dos gotas de agua eran igual de hermosos. En la siguiente estaba Juliu, que parecía que se había dejado la cortina abierta y estaba follando a un hombre entrado en edad con una intensidad que no sé cómo aguantaba. Juliu me vio y me guiñó un ojo a modo saludo. Seguí caminando y vi a varios chicos más hasta que vi a uno rubio, de piel clara, fuerte e imponente pero con un cuerpo completamente depilado. Y entre sus piernas colgaba una polla que sin empalmar ya era monstruosa. Pero como era alto y corpulento, no desencajaba con su cuerpo.

Al ver que Zeul no venía, decidí entrar con los gemelos que me habían llamado la atención.

  • Hola -dije entrando en su sala

  • Buenas joven… - me dijo uno mientras se acercaban

  • ¿Qué placer buscas? - continuó el otro casi de seguido.

Llegaron a mí y empezaron a desvestirse, iba a hablar pero uno me puso el dedo en los labios.

  • Si eres nuevo en nuestro local, déjate llevar.- me susurró en el odio el otro.

Tocaban cada parte de mi cuerpo mientras me desvestían con suma delicadeza y me llevaban al centro de la sala. Uno de ellos empezó a besarme con suavidad mientras me empujaban acostándonos en una alfombra llena de cojines. Dejó de besarme y continuó el otro mientras el que quedó libre empezó a lamerme el torso léntamente hasta llegar a mi polla. El que me besaba paró y empezó a chuparme los pezones mientras el otro jugaba con sus labios y mi pene ya totalmente empalmado. Se notaba que estaban perfectamente sincronizados y que tenían mucha práctica. Los dos bajaron a la altura de mi pene y empezaron a jugar con sus lenguas en mi cabezón. En la puerta vi a alguien mirando escondido, no venía bien por la cortina pero le hice un gesto para que pasara pensando que era Zeul, pero no entró.

Uno de ellos se metió mi polla en su boca y empezó a mamarmela, a mi gusto le faltaba algo de intensidad, pero no estaba mal. El otro se puso a mi espalda jugando con mi cuello y apoyando su polla en mi espalda casi a la altura del culo. Me levanté de rodillas dejando mi culo libre para que lo trabajara, y no tardó en empezar a comérmelo mientras metía un dedo. El otro, aún haciéndome una mamada, le pasó un frasco al que tenía a mi espalda, que noté como me lo ponía en el ano. El líquido viscoso hacía que ahora sus dedos entraran mucho mejor y con suavidad, no aguantaba más así que le cogí la polla y se la coloqué en el ano, a lo que respondió metiéndola despacio, comprobando que no me doliera. Entró entera, y al ver que de mí solo salían gemidos de placer, empezó a follarme con suavidad. El otro dejó de mamar mi polla lo que aproveché para echarme hacia atrás. El que me estaba follando entendió el movimiento. Se tumbó en el suelo y empecé a cabalgarle de espaldas. Quería verle la cara, así que me fui girando mientras le cabalgaba con cuidado para que no se me saliera la polla. Cuando ya me puse de frente, el que estaba libre se puso de pie encima de la cara de su gemelo y me metió con dulzura mientras me acariciaba el pelo, la polla en mi boca, moviéndose con gentileza, pero al ver que yo le insinuaba que lo hiciera con más fuerza, empezó a follarme la boca con dedicación. Fueron a cambiar de postura, pero la estaba disfrutando tanto que nos quedamos así. Al rato, cuando cabalgaba con más fuerza mientras apoyaba mis manos en el pecho del que estaba en el suelo, el otro se corrió en mi boca. Una corrida abundante,espesa y dulce me inundó, y al no dejar de moverse cayó algo de semen sobre mi cara y torso. Me levanté arrodillándome sobre los cojines y el chico del suelo empezó a follarme la boca aún con el semen del otro dentro. El otro, bajó a mamarme. El que me follaba no tardó mucho en dejarme su corrida que tragué junto a la de su compañero mientras me corría en la boca del que me mamaba en un gran orgasmo placentero. Suspiré del placer y me tumbé entre los cojines con los dos hermosos chicos a cada lado, acariciando sus cuerpo desnudos.

  • Espectacular - les comenté mirando a las decoraciones eróticas pintadas en el techo. - Ahora me gustaría preguntaros un par de cosas.

  • Si claro- me dijo uno de ellos acariciándome el vientre con un dedo..

  • El otro día, Yooua me fue a catar con Juliu. Y me ofreció trabajo. ¿Cómo es trabajar aquí?

  • ¿¡Tú eres el que se folló Juliu!?-dijo impresionado- Nos contó que nunca había visto alguien como tú, y es cierto, transmites un morbo…

  • Gracias, pero me gustaría que me comentarais cómo es trabajar aquí. - le insistí sonrojado.

  • Está bien, la comida es buena, el sueldo es de los mejores de la ciudad, todo está limpio y cualquier cosa que necesites la consiguen…

  • Pero hay muchos ricos que son algo insoportables- continuó el otro- Sobretodo para nosotros que somos los de lujo… Aunque tenemos privilegios, a veces preferiría estar abajo, los ciudadanos con menos dinero suelen comportarse mejor…

  • Entiendo… - le comenté pensativo. - ¿Y disfrutais?

  • Tampoco todo es negro, gracias a las fragancias, lubricantes y aromas relajantes hasta con los más chungos se puede pasar bien, para los problemáticos tenemos aromas tranquilizantes y lo mejor es cuando se forman orgias, bukkakes… o fiestas con las familias más ricas.

  • Ya veo… gracias chicos.- me despedí mientras aún me acariciaban al vestirme.

Al salir de la sala, me encontré con un elfo de pelo largo, y sedoso que le llegaba hasta los hombros con un mechón de color más oscuro ligeramente más largo. Delgado sin llegar a ser flaco, con una hermosa figura se quedó mirándome con impresión, parecía tímido.

  • Hola.. trabajas aquí, ¿no? - le comenté mirándole el culo que me parecía de lo más atractivo.

  • Ví lo que hicieron… dijo con mucha timidez mirándome de arriba a abajo, parecía que era nuevo.

Me acerqué, le agarré dándole la vuelta contra la pared. Que siendo puto pareciera tan tímido, me acababa de poner cachondo.

  • ¿Quieres probarla? - dije al oído al ver que no quitaba ojo de mi polla.

No me respondió, pero empezó a mover el culo en mi polla. Le quité las telas traslúcidas que aún le cubrían me agaché a comerle el culo. Lo tenía más cerrado de lo que pensaba, pero nada que no pudiera solucionarse con mi lengua. Empezó a gemir apoyando las manos sobre la pared. Note como con la presión de mi lengua su ano se iba abriendo. Pasé a jugar con mis dedos, metiéndolos poco a poco. No dejaba de gemir y eso me ponía más cachondo. Miré al pasillo y en una mesita detrás nuestro, ví un frasco que parecía tener lo mismo que habían usado los gemelos. Lo cogí y empecé a restregarlo por su culo, metiéndolo bien con mis dedos. El gel era increíble, notaba como él abría sin yo hacer prácticamente nada. Subí, le empecé a besar su delicado cuello. SIempre me había impresionado lo fina y delicada que parecía la piel de los elfos. Y en medio de los besos empecé a metérsela poco a poco. Entró mucho más fácil de lo que pensé, sin duda tenía que comprar líquido de ese. Se la metí poco a poco, hasta introducirla entera junto a un entrecortado orgasmo del elfo que parecía sin duda lo estaba disfrutando. Empecé a follarle suavemente, le agarré la cabeza y la cintura apretándole contra la pared mientras iba subiendo el ritmo. Empecé a moverme rápido y con fuerza cuándo noté como el elfo se corrió manchando toda la pared sin ni siquiera tocarse el pene. Seguí un poco, pero para no molestarle saqué mi polla, entonces él se giró, y empezó a mamármela con dedicación, no lo hacía muy bien, pero su postura con el culo recién follado y el morbo que tenía encima hizo que alcanzara el clímax corriéndome en toda su boca. El pobre se atragantó un poco, pero se recompuso y se quedó sentado mirándome con una cara placentera. Le dejé ahí ya que parecía que aún estaba disfrutando el momento y bajé a buscar a Zeul.

Al bajar, parecía que ya habían entrado clientes que estaban follando con alguno de los chicos mientras Zeul observaba. Lo que me sorprendió es que estaba con los dos chicos negros musculosos en los que antes nos habíamos fijado. A ambos lados de Zeul, le acariciaban y restregaban en él sus cuerpos desnudos. Era la primera vez que veía que no solo mirada. Al verme, se levantó y se dirigió hacia mí.

  • ¿Disfrutando eh? - le dije guiñandole el ojo.

  • Esto es el cielo.- me respondió.-¿Qué tal arriba? ¿Qué vas a hacer al final? - me preguntó mientras nos sentábamos ligeramente apartados.

  • Creo que voy a trabajar por mi cuenta. - le confesé sincerándome.- Está muy bien, pero me gusta la libertad de moverme e ir a mi ritmo.

  • Lo entiendo… - me dijo mientras veíamos cómo dos hombre entraban y sin quitarse la ropa, solo sacando la polla empezaban a follarse al elfo y medioelfo.

  • Y arriba bien, Julius estaba pillado así que probé a los gemelos. Una maravilla.. y luego un elfo tímido que creo que disfrutó más que yo. - le comenté viendo como la pareja de hombres se corría en el culo del elfo y medioelfo y tal cual entraron salieron.

  • Vamos que tengo hambre,- le dije a Zeul levantándome.

Salimos del local y Zeul me condujo a probar los mejores platos que conocía. Yo, aunque había tomado mi decisión, seguía dándole vueltas a la propuesta de Yuuoa. Había cosas interesantes como los chicos que trabajaban allí, el sueldo y esas fiestas de las que me hablaron, pero creo que no compensaba el resto. También me di cuenta que no hablé con el elfo. Me hubiera gustado preguntarle qué opinaba del lugar. Pero ahora, tenía hambre y todo olía delicioso.

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Continuará!

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