El calor de un prostituto (parte 4)

Empieza el viaje de nuestro protagonista y ya en la primera noche se ve rodeado de pollas.

La primera noche

Con las primeras luces del alba ya tenía dos bolsas con todo lo necesario para viajar. Cuando llegué a la plaza central, allí estaban todos los mercaderes cargando las que parecían las últimas cajas. Roan, en el medio orquestando todo, en seguida se dio cuenta de mi presencia y me hizo un gesto para que me acercara.

  • Me alegro de que te hayas decidido a venir- me dijo abriendo los brazos en una expresión algo exagerada.

  • Bueno, me pareció una buena oportunidad.

  • Genial genial, habla con Zeul, es el chico que está en la carreta amarilla - me dijo señalando.

Llegó una mujer que se puso a decirle algo de unas mercancías y aproveché para dirigirme hacia donde me había dicho. Todas las carretas eran iguales excepto por el color de las lonas que las cubrían.

  • ¿Hola? ¿¡Zeul!? - grité al acercarme ya que no veía a nadie.

  • ¿!Sí¡? - sonó una voz con fuerza de dentro.

  • Ah, soy Aiden, me dijo Roan que te buscase.

  • Sí, me dijo que quizás vendrías.- bajó de un salto, era bastante delgado y parecía ágil. - !Bienvenido a tu carreta!

  • Gracias por recibirme. ¿Puedo dejar mis bolsas por aquí? - le dije enseñándolas.

  • Sí, mira sube.

Nos metimos en la carreta, dentro parecía mucho más espaciosa que por fuera. Había cajas de mercancías colocadas y atadas por los lados, un par de barriles y en un lateral por lo que veía habían unas mantas y almohadas.

  • Ahí dormimos, y ese baúl está libre para que dejes lo que quieras -dijo señalando un baúl al lado de las camas.- Aquí está la llave para que nadie pueda tocar tus cosas.

  • Ah gracias perfecto. ¿Hace falta que ayude en algo? - le pregunté guiñándole un ojo,  no me importaría hacerle una mamada.

  • No, ya prácticamente está todo - me respondió.- Puedes quedarte aquí sentado que en nada salimos.

Y tenía razón, fue sentarme y al poco, entre gritos y órdenes todo se puso en movimiento. Zeul se recostó a mi lado, parecía que llevaba toda la mañana cargando cajas y estaba cansado. Yo, sentado no pude evitar mirar con melancolía cómo se alejaba el único pueblo que conocía. Aunque había dejado todo arreglado, sí que me daba pena no haber disfrutado un poco más de la buena polla que tenía Lorde y de solo pensarlo empecé a empalmarme, pero parecía que Zeul no tenía intenciones de divertirse conmigo.

Sólo paramos al caer la noche. Antes de acostarnos Zeul me comentó que las prisas eran debidas a que una guerra iba a estallar y debían llegar a la ciudad antes de que ocurriese. Cuándo estaba a punto de coger el sueño, noté como alguien me llamaba. Miré hacia afuera y allí estaba Leo. Su mirada morbosa lo decía todo. Estaba tocándose el paquete mientras me hacía un gesto para que le siguiera.Al salir fuera, me puso de espaldas, me bajó los pantalones y empezó a tocarme el culo con fuerza

  • Más vale que tu duermas por las mañanas porque con tanto trabajar me dan ganas de follar y no soy el único. - Miré alrededor y, aunque con la oscuridad no se veía mucho, me pareció que no había nadie más. - tranquilo, irán llegando, espero que tengas aguante.

Ya tenía un dedo dentro de mi ano y al ver que no me costaba metió un segundo. Con la mano libre empezó a tocarme mi polla y mientras jugueteaba con sus dedos en mi ano empezó a restregarme su polla por mi culo. Metió el tercer dedo mientras hacía como que me follaba. Siguió así un rato y cuando consideró que estaba listo, sacó sus dedos lentamente y me giró para que se la mamara. Me puse de rodillas y empecé a mojar bien toda la polla, se la comí entera y luego por un lado y por el otro asegurándose de que quedara bien empapada por mi saliva. Como si lo hubiera dicho en voz alta, me cogió con fuerza, me puso de espaldas y me empujó contra el lateral de la carreta. Una de sus manos en mi cabeza me apretaba contra la madera mientras que con la otra se ayudó para meterme su generosa polla de golpe. No pude evitar que se me escapara un gemido a lo que él respondió tapándome la boca con la mano sin parar de moverse mientras con su cuerpo me aplastaba contra la carreta. Se movía con movimientos enérgicos, tanto que movía algo la carreta. Espero que Zeul tuviera sueño profundo. Metía y sacaba su polla casi sacándola entera y metiéndola con fuerza de golpe mientras respiraba intensamente. En uno de los movimientos se le salió a lo que aprovechó para sentarse en el suelo e indicarme para que me sentara encima. Me metí de nuevo su polla y me la fui tragando entera lentamente mientras nos mirábamos de frente. Él llevó sus manos a mis nalgas y empecé a moverme, no solo hacia arriba y abajo, si no que hacía ligeros movimientos con la cadera, lo que hacía que pareciera como si bailara con su polla dentro. Sin duda esta es de mis posturas favoritas, empecé a aumentar el ritmo, él se acercó mordiéndome el cuello, notaba su respiración en la nuca mientras empezó a moverse conmigo. Seguimos así un rato hasta que las manos de su culo me indicaron que quería que aumentara el ritmo, parecía que ya estaba cerca. Empecé a cabalgarle lo más rápido que podía, volvió a taparme la boca con la mano ya que se me escapaba algún gemido del placer que me daba sentir toda su polla. Hasta que noté como Leo contraía todo su cuerpo y se inclinaba hacia atrás tumbándose en el suelo. Parece que había acabado. Fui a levantarme pero me lo impidió con un gesto.

  • No tan rápido, muévete un poquito más en lo que cojo aire.  Pero con suavidad, que se me pone algo sensible después de un buen polvo- me dijo con una sonrisilla al ver que me movía.

Seguí moviéndome mientras con las manos acariciaba su torso. Notaba como su polla perdía fuerza pero sin desempalmarse dentro de mi culo. Al rato se incorporó y me levanté.

  • Bien bien, parece que hicimos bien en contratarte.- me dijo mientras se sacudía y se vestía.

  • Me alegro que te guste, cualquier sugerencia o si te apetece hacer algo solo dímelo- le respondí.

  • Genial genial. Yo me voy a acostar ya, pero a tí creo que te queda aún trabajo- me dijo riendo mientras miraba detrás mío. - ¡Disfruta Éanol!

Me giré y efectivamente allí había un hombre que no lograba ver bien por la oscuridad. Se acercó, era algo más mayor que Leo y tenía más cuerpo. Al llegar a mi lado, se quedó mirándome un momento, examinando mi cuerpo desnudo y mi polla medio empalmada. Menos mal que no hacía frío esa noche.

  • Así que tú eres nuestro nuevo juguetito. - Me dijo con una voz grave y algo perversa.

Y sin dejar que le dijera nada, se bajó los pantalones y me hizo un gesto para que se la comiera. Me incliné y empecé a lamerla. No la tenía muy grande, más bien pequeña pero sí gorda. Lo bueno de las pollas pequeñas es que puedes jugar mucho más con ellas dentro de la boca. Empecé a comérsela con suavidad, me pareció curioso que le sabía a alguna fragancia que no reconocía, parece que era un hombre bastante limpio. Se la comía mientras movía rápidamente la lengua en la punta de su polla, lo que parecía que le gustaba, pues se le entrecortaba la respiración. Me di cuenta que no tenía los huevos muy grandes tampoco, así que aproveché y se los chupé con su polla aún dentro. Era algo que solo podía hacer en casos concretos como este y que me daba mucho morbo. Seguí comiéndosela un rato hasta que noté a alguien detrás mío, me estaba restregando la polla en mi culo pero no pude ver quien era ya que el señor me estaba agarrando la cabeza.

  • Perdona, pero parece que vas a tardar y creo que no vas a usar esto, ¿no? -sonó una voz que no conocía detrás mío.

  • Todo tuyo- le replicó entrecortadamente Eanol.

Noté como con los dedos comprobaba como de dilatado tenía el ano y al ver que se abría sin problemas me metió la polla, fue algo brusco pero en ese momento eso me daba mucho morbo. Empezó a follarme con rapidez aunque al ver que de chocar mi culo con su pelvis hacía bastante ruido, se controló un poco. Yo seguía comiéndole la polla a Eanol, podía notar en mi boca todo el presemen que estaba soltando. El hombre que tenía atrás dio un golpe seco con la cadera y noté como se corría, tenía que ser bastante abundante porque por lo que sentía, su polla no era muy grande. La sacó e intenté mirar, pero Eanol seguía sin dejarme ver otra cosa que no fuera como le comía la polla. Parecía que le gustaba. El que me había follado se fue y Eanol me hizo fuerza para que me pusiera de rodillas. Me puso los huevos en la boca para que se los comiera y empezó a tocarse con rapidez hasta que sin tardar mucho se corrió mientras aún le comía los huevos. No fue una corrida abundante, pero por la cara de placer que tenía diría que lo disfrutó.

Eanol se fue, recogí mis cosas y fui a lavarme al río que teníamos al lado. Mientras bebía agua y me lavaba me vino a la mente Roan. No sé por qué me daba morbillo, es una pena que no apareciera, quizás estaba cansado. Volví a la carreta, ahora que las nubes se habían ido, la luna casi llena iluminaba bastante así que veía bien y pude ver alguien apoyado en mi carreta masturbándose. Era joven, diría que de mi edad. Al acercarme pude ver varias cicatrices que le marcaban el cuerpo y la cara pero la verdad que no le quedaban feas y a la luz de la luna parecían tener un color platino bastante elegante.

  • ¿Tú eres Aiden? Me dijo al verme sin dejar de tocarse con un acento bastante extraño.

  • Sí sí, le respondí mirándole la polla, la tenía fina y curva hacia arriba era bastante curiosa.

  • Pues ponme el culo que acabo de acabar mi turno y quiero acostarme relajadito.- su tono, aún con una extraña pronunciación sonaba dominante y algo agresivo.

Me parecía curioso lo directos que eran, no sé si por el sueño o porque estaban acostumbrados a tener putos. Al ponerme a su lado, me dijo que me pusiera a cuatro y sin ni siquiera comprobar si estaba dilatado me la metió de golpe, parecía que era algo brusco y dejado, hasta se notaba en sus movimientos. Notaba como su polla se movía dentro mío, imagino que debido a la curva que tenía. Me agarró del torso y se puso a jugar con mis pezones en lo que me follaba. Se echó encima mío y empezó a masturbarme también.

  • No me queda mucho, quiero que te corras conmigo.- Me susurró al cuello con su torso encima de mi espalda.

Aumentó la velocidad, dando estampidas bastantes sonoras, parecía que tampoco le importaba que le escuchasen y cuando sus jadeos en mi nuca indicaban que le faltaba poco, me dejé llevar y nos corrimos prácticamente a la misma vez. Aún mientras disfrutaba del orgasmo el chico sacó su polla y sin decir mucho más empezó a vestirse. Me di cuenta que su ropa era una armadura ligera, se colocó un cinto con una espada, antes lo sospechaba ahora ya me quedaba claro que era un mercenario.

  • ¿Qué, nunca has visto una espada? - Me dijo burlón al ver que le miraba. - Bueno buenas noches.

Y sin dejar que le contestara se marchó. Me miré las manos y rodillas, parecía que iba a tener que volver al río.

Una vez limpio de nuevo, volví a la carreta, ya parecía que no vendría nadie más, era bastante tarde así que me metí en la carreta. Zeul dormía y roncaba levemente. Me dio la impresión que estaba empalmado, pero con el ruido que había hecho el mercenario y de lo cansado que estaba, me eché directo a dormir. Si así había sido la primera noche, al imaginar cómo sería cuando los mercaderes cogieran más confianza conmigo me empalmé del morbo. Esperaba que Roan no tardase mucho en reclamarme, pero había tiempo de sobra, y sin duda, yo era insaciable.

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Continuará...

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