El calor de un prostituto (parte 27) La carta

Aiden folla con sus clientes en su prostíbulo y uno de ellos le entrega una extraña carta.

(Este fragmento es la continuación de una historia mayor. Te recomiendo leer los fragmentos anteriores para que te ubiques y todo tenga un mayor sentido)

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A pesar del encuentro con Zajard, parecía que, por ahora, no había tomado represalias; pero, aun así, el ambiente en la ciudad se notaba tenso. Sobre todo en las zonas controladas por ella. De todas formas, muchos clientes acudían a nuestro salón y Erio y yo los atendíamos sin problemas. Nuestro negocio iba muy bien. Ya teníamos bastante dinero como para comprar a uno de los amigos de Erio; pero teníamos que seguir acumulando para recuperarlos a todos a la vez.

Estaba sentado, desnudo, descansando. Hacía un rato que había acabado con mi cliente y aún me duraba el amargo sabor de su semen en la boca. Al otro lado del Salón, Erio estaba follándose a un hombre bastante mayor, de pelo canoso, anchas espaldas y buena musculatura; aunque se le notaba ya un poco caída. Era una imagen curiosa; ya que lo normal era ver lo contrario, hombres con bastante vida vivida disfrutando del jugoso culo de un chico al que le faltaba mucho por ver. Pero ahí estaban, al descubierto; pues la mayoría de nuestros clientes preferían follar sin biombos ni cortinas. La intimidad era un concepto extraño en nuestro mundo. Erio se movía con agilidad, se follaba al hombre, que estaba tumbado sobre unos cojines boca arriba, introduciendo y sacando su polla casi hasta el límite de sacarla del todo. Erio era muy buen pasivo; pero de activo le faltaba intensidad y dominancia. Aunque, por las expresiones del hombre, lo estaba disfrutando. Muchas veces me olvido de que follar salvajemente no es la única forma de disfrutar del sexo.

El hombre pasó la mano por el suave torso de Erio y éste empezó a mover la cadera con mayor exageración lo que hizo que empezara a escucharse el retumbar de las nalgas del hombre con la pelvis de Erio. El hombre empezó a gemir; su polla, que no era muy grande; pero sí algo rechoncha, empezó a estremecerse y, agarrando con fuerza el pecho de Erio, se corrió manchándose a sí mismo. No se había tocado la polla por lo que imagino que había tenido un buen orgasmo anal. Uno bastante intenso; pues salió bastante lefa disparada sobre todo su torso. Erio bajó el ritmo al ver lo que había conseguido y el hombre se tomó unos segundos en lo que disfrutaba el orgasmo, antes de indicarle a Erio, con gestos, que se apartara. Así que el joven puto sacó su polla y dio un paso hacia atrás en lo que el hombre se reincorporaba y miraba con orgullo su cuerpo manchado.

  • Pásame algo para limpiarme- dijo, con voz de satisfacción, mientras buscaba su ropa.

En lo que Erio fue a buscar unos paños, me di cuenta de que había alguien en la entrada.

  • Bienvenido, bienvenido ¿Qué desea?- Dije levantándome y dirigiéndome a la entrada.

  • A ti- contestó con picardía la dominante y agresiva reconocible voz de Ean; quien entró con vehemencia al escuchar el recibimiento.

Tenía el pelo rapado por los lados, como era común en los guerreros. Parecía que acababa de terminar de trabajar; pues tenía puesta su armadura ligera y llevaba su espada al cinto. El joven mercenario se fue quitando la armadura, tirándola al suelo, hasta quedarse solo con una especie de camiseta de cuero

acolchada y un pantalón corto algo deshilachado. Se paró enfrente de mi; era más bajito, pero su mirada dominante hacía parecer lo contrario. Ean hizo una seña para que me agachara; a lo cual respondí quedándome a la altura de su polla. Él se quitó la camisa con impaciencia, dejando a la vista sus cicatrices. Yo le bajé los pantalones y enseguida saltó (¿golpeó mi cara?) su curvada polla, perfectamente erecta. Me la metí en la boca sin pensarlo y la mamé, embadurnándola bien de saliva. Se sentía cálida y algo áspera. Él se agachó para poder sobarme con fuerza el culo; metiendo un par de dedos ensalivados de manera algo brusca en mi interior y jugando con ellos, moviéndolos con rapidez.

Yo, sabiendo sus intenciones, dejé su polla bien embadurnada y me giré en el suelo; quedándome a cuatro patas, de espaldas a él. Incliné el culo, cogí la delgada y curvada polla de Ean y me la fui metiendo poco a poco. Pero, como la última vez que recordaba, Ean no esperó ni a que dilatara y empezó a embestirme sin contemplaciones. Menos mal que mi culo es resistente porque a cualquier otro le habría hecho un destrozo. Lo bueno es que me encantaba su actitud y morbo. Después del empujón inicial, que se sintió como un rápido puntazo, empecé a sentir cómo el curvado miembro de Ean se deslizaba por todo mi interior.

Me follaba con movimientos rápidos, bruscos y dejados. Me encantan las pollas curvas porque con ellas se siente perfectamente el movimiento dentro de mi culo y, en ciertas posturas, generan tanto placer que podría pasarme horas siendo follado. El joven y delgado mercenario me agarró del torso con fuerza digna de un buen soldado. Se puso a jugar con mis pezones en lo que me follaba, haciendo que la intensidad del placer de la follada aumentara.

Justo en ese momento, el hombre que había acabado de vertirse le dió unas monedas a Erio y se fue, sin quitar ojo de nosotros; mientras que Erio miraba con curiosidad cómo nos movíamos. A ojos de cualquiera parecería que estaba disfrutando de la escena porno, y no lo niego; pero yo sabía que se estaba fijando en mis movimientos, para intentar mejorar como puto.

Ean, en un ataque de morbo, al sentirse observado, se echó encima mío aplastándome contra la alfombra que cubría el suelo. Gemí. Con sus manos me abrió las nalgas para follarme con profundidad; lo que hizo que mis gemidos aumentaran. Él, siguiendo en “crescendo”, alzó una de las manos y empezó a darme bofetadas en la nalga que, junto a mis gemidos de placer, retumbaban en todo el salón.

Por uno de los espejos, pude ver cómo entraba otro cliente. Un hombre blanco, de edad media, cuerpo mediocre y pelo largo con trenzas. Iba sin camisa; tan solo con unos pantalones sueltos, en los que se le marcaba una empalmada polla. Erio se le acercó y hablaron algo que no alcancé a oír por el ruido que estábamos haciendo; pero parecía que le estaba pidiendo el dinero antes de folla. Por sus pintas no parecía que le sobrara. El hombre sacó unas monedas (¿que alargó a Erio?); Erio (¿Éste?) las dejó a un lado y le bajó el pantalón. El hombre entonces le cogió la cabeza a Erio y lo hizo arrodillarse; para meterle la polla en la boca y empezar a follársela, mientras nos miraba a mí y a Ean con viveza. Se notaba que le prendíamos en morbo. Tenía pinta de ser de los que disfrutaba mirando a otros.

  • ¡Qué rico!, ¡Qué rico!- Exclamó Ean acelerado.

Él seguía follándome, respirando con la misma fuerza y actitud agresiva con la que me daba las nalgadas y me agarraba el culo. Su polla se movía con intensidad en mi interior y me estaba provocando pequeños orgasmos que yo tan solo deseaba que nunca acabaran.

  • Mmmm...Te gusta. ¿Te gusta?- Recalcó.

Llevó la mano con que me azotaba a mi boca; no dejándome responder y agarrádome con fuerza de la cara, acercó su cabeza a la mía.

  • No me queda mucho, quiero que te corras conmigo.- Me susurró al cuello, con todo su torso encima de mi espalda. Hacía tiempo que habíamos empezado a sudar así que nuestros cuerpos se deslizaban con cálido morbo.

Con fuerza, empujó de mí para ponernos de lado, en la posición de la cucharita, manteniendo su polla en mi interior y sin dejar de follarme. Aumentó la velocidad, dando estampidas bastantes sonoras, parecía que tampoco le gustaba que le escuchasen y le viesen; pues nos quedamos mirando hacia el nuevo cliente; al cual Ean miró con superioridad y orgullo, de la follada que me estaba dando. Los pequeños orgasmos, ante el movimiento de su polla al follarme, se estaban convirtiendo en la intensa sensación de que me iba a correr o más bien explotar; cosa que se intensificó cuando sus jadeos en mi nuca indicaban que le faltaba poco.

Ambos nos dejamos llevar y, entre gemidos que ya eran prácticamente gritos, noté cómo la polla de Ean se hinchaba en mi interior, a punto de soltar toda su lefa, y me invadió una sensación de fuerte contracción que se liberó con un profundo orgasmo; por lo que le acompañé en la lefada, corriéndonos prácticamente a la misma vez. Manché toda la alfombra con una abundante corrida; a la vez que sentía como mi culo se llenaba de su cálido semen. ¿Cuánto llevaría sin follar?

El hombre que le follaba la boca a Erio nos acompañó desde la distancia en la corrida; pues se notó como se corrió en la boca de mi compañero y, sin dejar de eyacular, sacó su polla para mancharle la cara. Complacido, al ver que habíamos acabado, se subió los pantalones y, dejando a Erio manchado de rodillas, se fue tan rápido como había llegado.

Ean sacó su polla de mi interior y se incorporó sentándose en el suelo a mi espalda. Se le marcaban todas las venas de su delgado pero musculoso y sudado cuerpo.

  • Ahora os pago- dijo acariciándome el culo; mientras miraba cómo se escurría un hilo de su semen de mi ano.

  • Tranquilo, en esta invita la casa- le dije, sentándome también y echando el cuerpo hacia atrás para acomodarme.

-Gracias, gracias. Ah- dijo, pensativo.- ¿Sabéis que pedí que me dejaran vigilar vuestro local? Ante el encuentro con Zajard, se decidió incrementar la vigilancia en esta zona.

  • Así que te tendré por aquí a menudo, ¿no?- Le dije picarón.

  • Sí, y deja que me traiga a un par de compañeros para que veas- dijo con alegría, mientras miraba cómo Erio se limpiaba la cara de semen.- ¿Qué tal folla tu esclavo?

  • ¿Quieres probarlo?- Le respondí, aunque con un leve suspiro; pues no me gustaba que lo consideraran mi esclavo. Aunque, ahora que pensaba, Kirool mencionó que se podía romper el contrato…

  • Ojalá; pero, a diferencia de ustedes, yo con una vez me quedo rendido- contestó con resignación.

Ean fue a vestirse y, hurgando en sus pantalones, sacó unas monedas.

¿Y cómo están las cosas Ean?- Le pregunté mientras me sentaba.

  • Pues extrañamente bien- empezó a responder, mientras se colocaba bien la armadura.- Oxol sigue manteniendo una fuerte vigilancia y, por lo que he oído, los informes parece que dicen que Zajard está ocupada con otros temas. Así que, por ahora, no hay que preocuparse.

  • Genial, porque no me gustaría que se rompiera la racha que llevamos- dije contento ante lo que escuchaba.

Erio se acercó y, en su desnudez, acarició la cara de Ean.

  • Gracias por protegernos. Y ya sabes que si tú o tus amigos queréis más, aquí estamos- le dijo con una suave voz morbosa.

Desde luego Erio era mucho mejor que yo para hacer propaganda: la vergüenza no existía para él.

  • Eso ni lo dudes- le respondió Ean, acariciándole el torso y el culo a Erio. Me guiñó el ojo y se dispuso a salir a hacer su guardia.- Ah, casi me olvido- dijo, sacando una carta de las costuras de su armadura.- Aquí tienes, un niño me la dio a toda prisa y dijo que era para ti. Cualquier cosa, no dudes en avisarme a mí y a Oxol.

Abrí la carta en lo que Ean se marchaba mirándome con curiosidad. No pude evitar abrirla a toda prisa, para averiguar qué decía; aunque, en el fondo, intuía que no serían buenas noticias.

Aiden

Zajard está buscando la manera de forzarte a que trabajes para ella. Y, por lo que he conseguido averiguar, ha llegado a la conclusión de que puede conseguir comprar unos amigos tuyos, algo relacionado con Yuuoa. No sé

quién es; pero, por lo que decían, parecía que era un noble elfo y Zajard tiene bastante poder sobre ellos.

Te estarás preguntando por qué te escribo esto, o si es alguna treta de la propia Zajard. Por mi seguridad no te puedo dar detalles; pero estoy harto de ver a mis hermanos sufrir por los antojos de esta mujer y, sobretodo, ver cómo hermanos de espíritu libre y placentero, como el tuyo, acaban en las jaulas de oro; donde el brillo de los ojos se consume hasta caer en el olvido.

Por desgracia, esta es toda la información que puedo ofrecerte. Conociéndola moverá sus influencias para atrapar a familiares o amigos tuyos y obligarte a cambiarte por ellos.

Admiro tu libertad y la belleza de tu sexualidad.

No las pierdas nunca.”

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Continuará...

Muchas gracias por leerme. Sé que muchos de ustedes me comentan que les gustaría que publicara con mayor brevedad, yo intento publicar los capítulos de esta historia todo los lunes. Luego, publico relatos independientes dos veces al mes. Debo disculparme por las veces que he fallado o que me he atrasado, pero debo "ganarme el pan" y compaginar la escritura con mi trabajo. Si por mí fuera le dedicaría mucho más tiempo a escribir, pero para ello tendría que ganarme la vida con esto (y ahora mismo hago todo gratis). De todas formas, siempre intento organizarme lo mejor posible para que mis historias llegen a tiempo. Sé que quizás escribir esto no era necesario, pero me gustaría explicarme ya que el comentario que más me haceis llegar es sobre este tema.

Como siempre, acepto críticas, anímate a comentar aquí o en mi twitter que te ha parecido o qué mejorarías!