El calor de un prostituto (parte 26) Lío de putos

Aiden y Koriok salen del burdel y les cuentan el pasado de los prostitutos más famosos de la ciudad.

(Este fragmento es la continuación de una historia mayor; nuestro protagonista acaba de terminar de follar en una gran orgía. Te recomiendo leer al menos el fragmento anterior para que te ubiques y todo tenga un mayor sentido)

______________

Me despertó el chapoteo de unos chicos en las piscinas del fondo y, nada más abrir los ojos, me encontré a Zario arrodillado; le estaba follando la boca un chico de aspecto pillo. Estaban de perfil a mí; así que podía ver a la perfección cómo la polla morcillona del chico entraba y salía de los finos labios de Zario. Me había empalmado; así que me levanté, salí de la piscina y, aún estando todo húmedo, puse la polla al lado de la del otro chico. Éste, ligeramente corpulento, con ojos color miel y pelo castaño, me miró con morbo y sacó la polla de la boca de Zario para dejar paso a la mía y que le disfrutara también.

No tardé en metérsela y sentir un agradable calor húmedo en todo mi miembro. Su lengua hacía maravillas. Era, pues, normal que Zajard lo tuviera a su lado; no solo era un bello moreno mestizo, si no que parecía que era excelente en todo lo que hacía. El otro chico puso la polla al lado y Zario fue cambiando de uno a otro con suma habilidad. Con sus manos manoseó nuestros huevos, pelvis y torso hasta que el otro chico sacó su polla y le miró orgulloso.

  • Te tengo que dejar así, que me toca trabajar- le dijo a Zario.

  • Vale ¿sabes qué te toca?- Le respondió Zario, sacándose con cuidado mi polla de la boca para poder hablar.

  • Sí, me llamaron junto a Ru, a él le toca poner el culo y a mi dar una follada- dijo el chico moviendo la cadera con la polla aún empalmada, como si se follara a alguien.

  • Pásalo bien- le despidió Zario, mientras el chico se iba, dejando a la vista una musculosa espalda.

Y nada más terminar de decirlo, se metió de nuevo mi polla en la boca y siguió trabajando (¿comiendo?). Noté como hacía especial presión en mi glande, apretándolo contra su paladar con la lengua; lo que hacía que al moverse, sintiera toda su garganta en mi polla. Se la tragaba entera, como si no le costara; por lo que podía sentir toda su cálida profundidad.

Era tan buena la mamada que consiguió que, en poco tiempo, no me pudiera aguantar más; por lo que, respirando con fuerza y cada vez más aceleradamente, le hice entender que se preparara para recibir mi lefa; la cual no tardó en llegar, corriéndome en todo su interior, mientras experimentaba un intenso orgasmo que me recorrió toda la polla. Él, sin sacarse la polla, tragó gustoso mi corrida, que le había inundado la boca.

Al acabar, se tomó un segundo de descanso, en el que me miró con intensidad, y se levantó para traerme una toalla y mis ropas. Después de arreglarme, llamó a un chico para que me acompañara a buscar a Koriok.El chico, que se llamaba Lai, parecía menor que yo. Se le notaba vivaz. Era delgado, de los pocos allí que no tenía un cuerpo trabajado. Aunque sí que tenía unos ojos grises preciosos, que destacaban con su cabello negro. Se notaba que Zajard sabía elegir bien a sus putos.

  • ¿También trabajas aquí?- Le pregunté a Lai mientras pasábamos por el largo pasillo.

  • Sí, pero estoy entrenando aún- me comentó con algo de timidez. No podía quitar la mirada de su culo; ya que, al ser delgado, sus nalgas resaltaban morbosamente.

  • ¿Entrenando?

  • Sí, a los que nos compra nuevos nos ponen a entrenar el cuerpo y a practicar en el arte de amar.

  • Entiendo, entiendo, y ¿cómo te tratan, te va bien?

  • Sí, no puedo quejarme. Otro estuvo a punto de comprarme, para trabajar en cuadras, y no soporto la mierda de animal.

  • Jajajaja, normal, normal- me reí de lo natural que parecía el chico.

  • Y aquí pues parece que, aunque tengo buen culo, me cuesta abrirme; pero mi polla sí que les gusta- dijo orgulloso meneándosela; se le había puesto morcillona y la verdad que no era precisamente pequeña; empalmada podía ser como la mía o incluso más grande.

A medida que avanzábamos por el pasillo, se escucharon unos intensos gemidos y, a medida que nos acercábamos más, se podía escuchar la fuerte respiración acelerada de Koriok. Al llegar a la entrada principal, donde estaba Koriok, Lai me hizo un gesto, indicando que tenía que irse. Allí había toda una escena montada.

Koriok estaba vestido; pero con la polla fuera. Se estaba follando a un chico, blanco como la nieve, de pelo dorado y constitución delgada; pero culón. Lo tenía empotrado contra la pared y le agarraba con fuerza de la espalda, mientras el chico gemía como nadie al sentir la enorme polla de Koriok entrar y salir. A su alrededor, había varios chicos desnudos y, a lo largo de la entrada, clientes y otros putos miraban la escena con interés. No todos los días es posible ver a alguien con tan tremenda polla y musculatura follando a bocajarro.

  • ¿Qué ha pasado aquí?- Le pregunté a uno de los chicos que estaba sentado a su alrededor.

  • Pues nunca habíamos probado la polla de un orco y varios intentamos metérnosla; pero no pudimos con ella. Parece que él es el único que la está disfrutando- me contestó, sin quitar la mirada de la follada.

La verdad que había que tener muy buen culo y ser un excelente pasivo para aguantar y disfrutar de la polla de Koriok. El rubio estaba no solo aguantando; sino disfrutando de lo lindo; Koriok le metía la polla hasta el fondo y la sacaba casi entera.

Koriok me miró. Al darse cuenta de mi presencia, aceleró el ritmo. Los gemidos del chico se entrecortaban con su respiración. Se notaba que ambos estaban disfrutando de cada movimiento. Sus cuerpos se entremezclaban en una cómplice sintonía que culminó en un último orgasmo. Koriok había empujado su polla todo lo que podía en el culo del chico y, por su postura, podía decir que le estaba llenando de semen. Mientras, la cara del chico lo decía todo. Disfrutaba de las contracciones de su culo, mientras manchaba la pared de un líquido y abundante semen.

  • ¡Nunca le había visto correrse tanto!- Exclamó uno de los chicos asombrado.

Al fondo de la sala, varios clientes señalaban hacia el chico rubio y Koriok. Por sus gestos, parecía que preguntaban cuáles eran sus tarifas. Uno de los recepcionistas se acercó; mientras aún Koriok mantenía la polla dentro del pasivo, como era costumbre en él, ya que disfrutaba y daba gracias por los orgasmos.

  • Por favor, están confundiendo a los clientes- dijo el recepcionista de aspecto cansado y estirado.

  • Tranquilo, ya nos vamos- le respondí rápido, antes de que Koriok pudiera mal interpretarlo.

Me acerqué a Koriok, le di una palmada en la espalda y me acerqué a su oído.

  • Voy a tener celos y todo. ¿Lo disfrutaste, no?- Susurré.

  • Mira tú... ¿Cuántas pollas te comiste, te follaron y te lefaron?- Respondió sacando la polla del chico y metiéndola en el pantalón.

  • Y me gané a Zajard- continué, mirando cómo al pasivo le costaba mantenerse de pie porque le temblaban las piernas. Su ano estaba abierto y le escurría algo de lefa de Koriok.

  • Hiciste bien. Zajard responde solo ante fuerza o poder. Tú lo demostraste- comentó Koriok, empezando a caminar hacia la salida.

Una vez fuera, caminamos hacia nuestra sala de trabajo. Por el camino ya había atardecido y en los burdeles exhibían a sus mejores chicos; para atraer la atención de los transeúntes. Muchos tenían a chicos atados con cuerdas de colores, en una postura en la que el culo quedaba expuesto y a una altura perfecta para ser follado. Eso era muy típico de la ciudad, como nos había contado Erio. Un servicio rápido, muchos hombres se acercaban, pagaban unas monedas al guarda del burdel y preñaban a los chicos en una rápida follada. Koriok miraba con mucho interés los diversos culos expuestos de todos los tipos y razas; pero ambos solo queríamos llegar a casa.

  • ¡Aiden! - Gritó alguien entre la multitud de la calle.

Busqué y caminé hacia la voz y pude ver a tres soldados de Oxol. Nos miraban con curiosidad y preocupación, como confirmando que estuviéramos bien.

  • ¿Todo bien? - Preguntó una mujer de aspecto fuerte que sostenía una lanza.

  • Sí, parece que solo quería intentar contratarme. Pero me negué- le contesté con algo de alivio.

  • Vale, lo reporto. Os acompañamos a vuestro Salón- dijo algo cortante.

  • ¿Aiden? - Preguntó extrañado uno de los tres, mientras empezamos a caminar.

  • ¡¡¡Ean!!!  ¿Qué haces aquí, cuánto tiempo?- Comenté sorprendido al reconocerle.

  • Pues yo trabajo aquí, Roan contrató a un grupo de Oxol para su viaje- respondió.

  • ¿Él también está aquí? - pregunté con emoción.

  • No, marchó hace meses. Pero me alegro de verte. Mira que cuando escuché que había un nuevo puto en la ciudad, ni me imaginé que fueras a ser tú- comentó con alegría.

Koriok miraba con curiosidad al pequeño Ean que, aunque yo era más alto que él, me daba la impresión de que en este tiempo hubiera sacado más musculatura.

  • Mira Ean, éste es Koriok. Un Orco que me ha acompañado desde hace tiempo y le debo mucho- comenté a modo de presentación.- Y Koriok, éste es Ean. Pertenecía a los mercaderes que me contrataron y con los que salí de mi pueblo, cuando empecé todo este viaje.

Ean y Koriok se miraron y se saludaron con curiosidad. No me podía creer haber encontrado a Ean aquí. Aún recuerdo con morbo las folladas que me daba por las noches en la carreta, mientras viajábamos o descansamos. Su actitud agresiva y su voz grave y dominante me ponían mucho.

  • ¿Entonces estás trabajando aquí?- Preguntó con curiosidad.

  • Sí, junto a un chico llamado Erio abrimos un Salón. No nos va nada mal.

  • Genial, genial, ¡qué ganas de follarte de nuevo!- Dijo sin pudor ninguno. Sus compañeros le miraron con una sonrisa pícara.

  • Pues aquí está- dijo la mujer, dando un golpe en el suelo con la lanza al llegar al Salón.

Nos despedimos de los soldados, en especial de Ean, y Koriok y yo entramos. Erio estaba encima de la alfombra haciendo abdominales. Desnudo, con su característica tela translúcida.

  • ¿Entrenando, eh?- Le comenté picándole.

  • Ya vez. Este cuerpo no se mantiene solo- respondió con picardía, levantándose. Su pelo rojizo brillaba más de lo normal por el sudor.

Nos sentamos y empecé a contarle a Erio todo lo sucedido con Zajard; mientras Koriok nos preparaba algo para beber. Erio escuchaba con atención; pero no terminaba de entender por qué no había aceptado la tan generosa oferta que me hizo esa poderosa mujer. Al rato, escuchamos como alguien entraba.

  • ¿Sí?- Grité, imaginando que era algún cliente.

  • ¡Aiden! ¿Estás bien?- Gritó alguien jadeante.

Al momento me di cuenta que era la voz de Kirool, el herrero; quien nos había facilitado el salón y unas habitaciones en la posada La Lagartija. Entró con mucha prisa, con gran preocupación, como si hubiera visto un fantasma. En su cara y sus fuertes brazos se le notaban las venas; se veía que había venido corriendo.

  • Sí, pasa. Estamos hablando- le contesté.

  • Me enteré de que Zajard te mandó llamar. Estaba preocupado; pues esa mujer nunca se trae nada bueno- comentó con preocupación.

Le hice un gesto para que se sentara cerca de mi y para que Koriok le pusiera algo de beber también. Se sentó con brusquedad. Parece que había salido de trabajar hacía nada; pues estaba manchado del calor de la forja, sobretodo en los brazos y en la gruesa camiseta de color canelo que le protegía del fuego. Aunque se le notaba preocupado, ya estaba más relajado y miró con morbo el cuerpo desnudo de Erio. Este le correspondió con la mirada y se le acercó de manera sensual.

  • Estábamos hablando justo de eso. Resumiendo… digamos que quería contratarme, pero me negué.

  • Siempre igual. Cree que puede tenerlo todo. Lo mismo pasó con Jérico y Glaucar- nos dijo suspirando, con una mezcla de preocupación y alivio.

  • ¿Qué les pasó a ellos? Cuando estábamos en su ciudad, fueron los que nos dijeron que diéramos contigo. Y nos advirtieron de Zajard- le respondí intrigado.

  • Sí, es una larga historia. Gracias- dijo al recibir la bebida.

  • Tenemos tiempo; no creo que entren muchos clientes ya a esta hora- le dije remarcando mi interés.

  • Y puedo animarte con mi boca- le animó Erio, al ver que no le quitaba mirada.

Kirool no contestó; simplemente abrió sus gruesas piernas y se bajó los pesados pantalones, lo justo como para dejar al aire su enorme polla. A lo que Erio no tardó en acercarse y empezar a lamerla, aún estando flácida.

  • Pues veréis- empezó a contar Kirool, ahora más animado.- Yo solía frecuentar los burdeles y en particular uno pequeño, donde había chicos que podías follar a un precio no muy alto. Solía ir porque no me sobra el dinero y había chicos que, a mi juicio, no estaban mal; pero no solían ser de los más solicitados. Por eso los ponían ahí, en oferta. Total, que solía ir y follarme al que más me apeteciera. La mayoría eran Ajins. Mediobestias, chicos de lugares extraños o así. Estas razas no son muy famosas en esta ciudad. Los nobles y la gente prefieren follar humanos.

Pero, a mí me bastaba con que supieran tragarse bien mi polla y mover lo suficiente el culo como para que me corriera del gustazo. Me encantaba, pegaba unas folladas espectaculares y siempre salía contento. Hasta que un día me encontré con Jérico. Ese Ajin… era una maravilla. Siempre me pregunté qué hacía allí y empecé a ir todos los días a dar con él. Me lo follaba de todas las formas posibles y a él también le gustaba. A veces incluso tenía que esperar a que otros acabaran de follarselo; ya que del buen culo que tenía, empezó a ser bastante solicitado; pero yo siempre lo esperaba pacientemente y me lo follaba usando la propia corrida de los otros clientes como lubricante.

A ambos nos encantaba follar juntos y, aún así, allí estaba, en el peor burdel, con los peores chicos. Una tarde, después de follarmelo, aún desnudos, empezamos a hablar y me contó que estaba allí como castigo, más que por otra cosa. Nunca me contó exactamente por qué fue; pero, con el tiempo y hablando con otros chicos, fui ilando la historia y entendí que se había opuesto a Zajard porque ésta tenía a un amigo suyo, un semidragón, que la mujer estaba explotando.

  • Estás hablando de Glaucar, ¿no?- Le dije intrigado, mientras miraba cómo Erio le comía la polla ya empalmada, con lentitud, atendiendo a lo que decía.

  • Sí. Resulta que él y Jérico estaban enamorados. Parece ser que hacían trabajos conjuntos. Glaucar como activo, ya que tenía una gran polla, y Jérico y su insaciable culo de pasivo. Era muy buena pareja y los clientes salían muy contentos. Pero… ¿Sabes lo raro que es encontrar a un semidragón? Y lo más raro es aún poder follarle. Así que fue ganando fama y cada vez venían más clientes. Glaucar era muy buen activo, follaba culos como si hubiera nacido para ello; pero su culo era diferente. Le costaba, por lo que evitaba ser pasivo.

Pero a medida que su fama crecía, agrandada por su rareza, cada vez venían clientes de más y más lejos a follar con él y en especial a follárselo. ¿A quién no le gustaría tener a uno de los Ajin más poderosos, fuertes y temidos bajo sus órdenes y sentir cómo le dominas, follándole el culo? Pues cada vez, Glaucar y Jérico trabajaban menos juntos y el semidragón tenía que soportar como le follaban de todas las maneras posibles. No lo terminaba de disfrutar; así que, prácticamente, lo violaban en cada una de las folladas y lo peor era cuando lo hacían entre varios nobles pudientes. Contaban que verle gemir e implorar que parasen aumentaba el morbo que sentían los nobles; por lo que su lamento solo avivaba la fuerza, el tamaño y la cantidad de las pollas que le follaban.

  • Pobre… Esa es la parte que odio- comenté con algo de rabia. Erio seguía mamándole; pero con mucha suavidad disfrutando tanto de la polla como de la historia.

  • Sí- continuó.- Y Jérico no lo soportaba. Hizo todo lo posible por intentar que eso parase. Folló más, mejor, aprendió técnicas nuevas. Cogía cualquier trabajo; incluso clientes que follaban tan a lo bestia que le hacían daño. Todo para llamar la atención de Zajard. Pero, como no funcionaba, intentó decírselo directamente, aprovechando una de las pocas veces que veía a su dueña. Jérico suplicó, imploró, propuso mil cosas, incluso a cambio de su propia alma. Pero tampoco funcionó, Zajard sabía que el culo de Jérico era bueno y podía sacar mucho dinero; pero no había nada que pudiera hacer que superara la rareza y la fantasía que estaba proporcionando Glaucar.

Así que Jérico pasó a intentar todo lo que se le ocurría. Hablaba con sus clientes; con los que sabía que tenían más influencia, intentando convencerles para que le dijeran algo a Zajard o compraran a Glaucar. Pero, lo único que recibía Jérico era una follada y risas, mientras se corrían en su cara o en su culo. Así que desesperado, intentó escaparse. Después de follarse a varios clientes y pedir favores, pasó inadvertido hasta el cuarto de Glaucar e intentaron huir juntos. Pero Zajard, que tiene muchos ojos, sabía lo que estaban haciendo y no consiguieron pasar ni de la primera puerta...

  • E imagino que ahí es cuando lo enviaron castigado al burdel de ofertas- le completé.

  • Sí, Zajard lo envió al burdel donde lo conocí. Su historia me conmovió y, mezclado con el cariño que le había cogido, decidí hacer algo. No os lo puedo contar del todo; para no meter en problemas a los que me ayudaron. Pero, rompiendo el enlace de esclavitud de los collares, planificando y sobornando, conseguimos sacar a Glaucar y a Jérico de los burdeles. Lo último que supe de ellos es que se dirigían a ayudar a fundar una ciudad libre para Ajins. Por eso, aunque quizás no lo notasteis, me alegré tanto cuando vinisteis de su parte. No he sabido nada de ellos en años.

  • ¿Y Zajard no se vengó de tí?- Comentó Koriok, que por su cara mostraba que siempre le costaba entender las intrincadas relaciones y acciones de los humanos.

  • Por suerte nunca me pilló; pero hubo un noble que participó que sí cayó en su venganza y acabaron con su vida; además de que incorporó a sus hijos al burdel- respondió, disfrutando de la mamada que le hacía Erio.

  • Pero bueno, me alegro de que estéis bien- dijo levantándose, sacando la polla de la boca de Erio y subiéndose el pantalón.- Ya sabéis la historia. Tened mucho cuidado con esa mujer; solo piensa en poder y dinero e imagino que ahora mismo estará pensando en lo especial que eres y todo el dinero que podría hacer contigo Aiden. Si necesitáis cualquier cosa u os veis en peligro, no dudéis en avisarme.

  • Gracias Kirool. De verdad.

  • A ustedes- dijo marchándose, pues se había hecho bastante tarde.

_________________

Continuará...

Como siempre, acepto críticas, anímate a comentar aquí o en mi twitter que te ha parecido o qué mejorarías!