El calor de un prostituto (parte 24) La Orgía

Y sin esperarlo, Aiden y Koriok se ven envueltos en la mayor orgía de su vida.

(Este fragmento es la continuación de una historia mayor, como mínimo te recomiendo leer el fragmento anterior para que te ubiques y todo tenga un mayor sentido)

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  • Verás- Zajard alargó la mano a un lado y se acercó un esclavo con mi carta.

  • ¿Por qué tienes eso?- Dijo Koriok desafiante, apartando a los jóvenes que le hacían la mamada.

  • Tranquilos, tranquilos- la voz de Zajard era de lo más arrogante que había escuchado en mucho tiempo.- Os estoy haciendo un favor porque no os parasteis a pensar qué hubiera pasado si hubierais enviado esta carta, ¿verdad?

  • ¿Qué?– Repliqué, haciéndole un gesto al rubio que me estaba follando la boca para que se apartase ligeramente.

  • Todo lo que entra en la capital humana es revisado por el ejército. Y justamente tú les estás contando todo aquí- agitó el papel moviendo la cabeza con desaprobación.- Dónde estás, que has desertado,... Un desastre chico, te creía más listo; por lo que había escuchado de tí. Pero quizás solo sirves para follar y ser follado.

Aunque resonaba el insulto en su tono excesivamente arrogante, le hice un gesto a Koriok, antes de que saltara y todo se complicara.

  • No lo había pensado así; pero tengo tantas ganas de ver a mis amigos… - Comenté ignorando la provocación.

  • Por eso mismo, tengo algo que ofrecerte. Si estás dispuesto, claro.

Me pensé un segundo qué decirle; ya que, según me habían dicho, debía evitar hacer tratos con esta mujer en todo lo posible.

  • Puedo conseguir que le llegue esta carta a tus amigos, sin que pase por el ejército. Discreto, eficaz y rápido- comentó con la naturalidad de quien lleva toda la vida en ese tipo de negocios.

  • ¿Y cuál es el precio?- Le respondí con una falsa calma.

  • Digamos que tengo un par de clientes complicados y exigentes, a los que pocos putos pueden calmarles el apetito. Según he escuchado, tú eres más que capaz.

Me quedé pensativo, después de lo que me habían contado de ella, ya que debajo de sus palabras se olía a peligro. Además, todos mis instintos sabían que estaba bajo la mirada de una depredadora. Si estábamos allí, como estábamos, era porque se le antojaba. Los hermosos chicos desnudos que nos acompañaban no era otra cosa sino una demostración de poder.

  • No sé si arriesgarme. Ahora que lo mencionas, es un movimiento peligroso. Quizás es mejor que piensen que sigo desaparecido- le repliqué, para intentar salvar la situación.

  • ¿Seguro? No encontrarás una oferta tan buena y si te arrepientes el pago será más elevado.

  • ¡Seguro! Koriok y yo ya hemos pasado por bastante- le contesté mirando a Koriok, que se había distraído acariciando el culo de otro chico de tez clara.

  • Bueno, pues es una pena- su tono sonó más agresivo de lo que esperaba; desde luego, no era la opción que contemplaba.

  • ¿Al menos me dejaríais ver cómo follais?- El tono no era de pregunta; más bien, sonó a una orden que no podíamos rechazar, si queríamos salir bien de allí.

Koriok asintió con felicidad. Yo no estaba especialmente emocionado, pero al ver cómo se acercaba el rubio de la gran polla, de nuevo, no tardé en excitarme. A veces no sabía si lo mío era una bendición o una maldición. Me puso la polla de nuevo delante y me lancé a comérsela. El tacto era tan suave que parecía una delicia; podría estar horas con ella en mi boca.

Zajard dio una serie de palmadas, como si fuera un código, y empezaron a entrar al patio muchísimos chicos de todas las razas, edades y tipos. Desde luego que aquello era una demostración de poder. A Zajard se le acercaron los que tenían la mejor musculatura y pollas y se ponían a follar entre ellos. Por en medio del salón, medio-bestias de todo tipos, chicos de piel tan oscura como la noche o tan clara como la leche, altos, bajos, corpulentos y delgados se pusieron a follar entre todos, con quien primero se encontraban; por lo que en unos pocos segundos, aquello se convirtió en una gran orgía.

Junto a nosotros, se incorporaron algunos chicos más, muy bien elegidos; pues seguían encajando con nuestras preferencias. Para mí, pollas grandes y chicos dominantes; para Koriok, pasivos lindos de buenos culos; pero eran tantos que ni en mis mejores días podría haber dado a basto. En un momento, aquello era un amasijo de pollas, manos, cuerpos; de manera que no sabía de dónde salía tanta polla. Pero aquello era el paraíso. Nunca había visto tal cantidad de penes tan grandes y bien proporcionados. Me los metía en la boca como quien cataba una buena comida. Uno tras de otro, sintiendo cómo me llenaban.

Mis manos se movían ansiosas, masturbando, acariciando y jugando con las pollas que podían. Los chicos me miraban con deseo. Algunos empezaron a besarse entre ellos, restregando sus cuerpos y pollas, en lo que esperaban que mi boca se les acercara. A Koriok ni lo veía; pero no me hacía falta, tan solo de oir las estampidas y los gemidos multiples, podía imaginar a la perfección cómo estaba follando a lo bestia; dando rienda suelta a toda su líbido interior, follando con intensidad un culo tras otro y haciendo que cada chico se corriera del gusto. Todo esto bajo la atenta mirada de Zajard.

Yo, me olvidé de todo y me concentré en lo mío. Empecé a mamar como mejor sabía, arrodillado y mirando la cara de placer que mi mamada provocaba. La polla que estaba comiéndome no era tan suave como la del rubio; pero tenía marcadas las venas en toda su grandeza. Tanto, que las podía sentir con la lengua. Pero, para mi sorpresa, se corrió sin avisar, parecía que no pudo aguantar más la excitación y me dejó toda la boca llena de una dulce y pegajosa lefa. A partir de ahí todo fue un placentero y hermoso caos.

Como si hubiera activado algo, todos los chicos empezaron a moverse con mayor intensidad. Ahora estaba a su merced. Me cogían agarrándome la cabeza, cara, cuello o nuca con fuerza y me follaban la boca hasta reventar para pasarme al siguiente. Era una delicia; era como sentir una follada infinita, una polla tras otra; todas de tamaños, olores y tacto perfectos y que se corrían una y otra vez; por lo que estaba constantemente servido de semen, manchando cada parte de mi cuerpo desnudo. En cierto momento me incliné mostrando el culo, de manera casi inconsciente; pero los chicos no se lo pensaron dos veces. Mientras me seguían follando la boca, aparecieron otros chicos con una especie de mesita cubierta de cojines. En seguida vi sus intenciones.

El negro que me estaba follando la boca, con una polla que estaba al límite de no caberme, se corrió también con abundancia, sacó la gran polla y me azotó con ella en la cara, varias veces. Luego, me cogieron entre varios y me subieron de un solo movimiento a la mesita, dejándome boca arriba. El negro me agarró de las piernas con su pene duro y empalmado, como si no se hubiese corrido, y lo colocó con precisión en mi ano. Me miró con sus ojos igual de oscuros que su musculoso cuerpo; el chico, en su conjunto, era una preciosa y perfecta joya negra. Le hice un gesto con la cabeza, indicando que estaba perfectamente listo para que me follara y, en sincronía total, introdujo su polla en mi interior.

La sentí entera, inundó cada parte de mi culo haciéndome gemir con intensidad. Gemidos que se ahogaron en seguida ya que el rubio del principio me agarró la cabeza, obligándome a echarla para atrás, y me metió la polla en la boca. Yo, con las manos busqué pollas que sentir y enseguida agarré dos miembros cálidos y duros. Más completo no podía estar, el negro ya había empezado a follarme, el rubio hizo lo mismo en mi boca, haciéndome sentir toda su polla en la garganta y los que estaban alrededor se acercaron todo lo que pudieron, poniendo sus pollas duras sobre mi cuerpo desnudo. Algunos las restregaban sobre mi torso desnudo; mientras que otros se masturbaban, dejando su semen sobre mí, para ser sustituidos, en seguida, por más chicos. Un placer sin fin, que no quería que acabase nunca.

El negro, que me follaba, empezó a darme con fuerza, agarrándome con vigor los pies; separándolos ligeramente para que su polla penetrara todo lo profundo que pudiera en mi interior. Aun así, se seguían escuchando los gemidos y estampidas de Koriok, quedando claro que ningún activo de esta sala le iba a superar. Pero el chico negro, como hipnotizado por ese sonido, intentaba imitarle follándome más rápido de lo que podia; lo que hizo que jadeara desenfrenadamente hasta que, sin parar, noté como se corrió en mi inteior. Sentí a la perfección su rabo hinchándose para expulsar una segunda corrida. Me puso tanto que hizo que me corriera también. Mi semen se unió a todas las corridas que había sobre mi cuerpo; había perdido la noción de cuántos iban ya. Solo sabía que la lefa goteaba por todas partes.

El negro fue bajando el ritmo de la follada hasta quedarse casi parado y sacó su polla con delicadeza. En seguida le fue a sustituir otro; pero, el rubio que seguía follándome la boca, la dejó libre para colocarse él ante mis nalgas. En la boca, no tardó ni un segundo en aparecer otra polla. No la veía bien, pues me la metió de golpe; pero, tenía algo de vello pelirrojo oscuro en el pubis y la polla se sentía esponjosa al tacto con la lengua.- ¿No estaba del todo empalmado? Aun así, empezó a follarme la boca sin reparos.

Por el otro lado, el rubio echó un escupitajo con increíble precisión en mi ano. De la lefa acumulada que tenía, no hacía falta lubricar; pero se notaba que lo hizo por gusto. Me agarró las nalgas con ambas manos y tiró de ellas para separarlas bien. Solo entonces me penetró con su polla, llegándo todo lo profundo que podía, y era bastante; pues, aunque no era tan gorda como la del negro, diría que sí era más larga. Sin soltar mis nalgas, empezó a follarme con movimientos rítmicos.

Para mi sorpresa, en medio de todo esto, un chico no muy alto, blanco y con el pelo castaño, se subió sobre mí, restregando nuestros cuerpos junto a todo el semen acumulado; por lo que sentía cómo su trabajada musculatura se deslizaba por todo mi pecho. Empezó a lamerme y besame el cuello hasta que, en cierto momento, se sentó con cuidado sobre mis abdominales y, con elegancia y una precisión de quién lo había hecho infinitas veces, se sentó sobre mi polla introduciéndosela. Su cuerpo, ahora recubierto del semen de sus compañeros, bailaba con mi polla en su interior. Todo esto mientras el rubio me penetraba con entusiasmo, un pelirrojo me follaba la boca y todo tipo de chicos restregaban sus pollas en mi cuerpo o directamente se iban corriendo sobre mí.

El rubio se corrió dando paso a otro chico que me empezó a follar y perdí la propia noción del tiempo; era orgasmo tras orgasmo. Cada orificio, cada parte de mi cuerpo estaba expuesta a puro placer. Me iban follando uno tras otro y yo me corría una y otra vez dentro del chico que bailaba sobre mi polla. La calidez del semen, ampliada por el roce de las pollas, manos y bocas que recorrían todo mi ser, me cubría totalmente.

La orgía estaba siendo colossal; pues no era solo el hecho ya de que estuviera completamente rodeado de placer y no pararan de follarme; si no que por todo el patio, toda clase de chicos follaban en todo tipo de posturas. El lugar era pura fantasia, ampliada por los gemidos y los estampidos de la polla de Koriok en los culos de los pasivos que se iba follando.

Llegó un punto donde perdí la noción de todo; ya no sabía quién ni cómo me estaba follando; solo sentía puro placer en su máxima expresión. Un gozo y deleite que se fue dilantando y volviendo más efímero; pues, los chicos exhaustos se iban sentado por el suelo con las pollas a medio empalmar o totalmente relajadas después de haber acabado con su cometido. Me dí cuenta que hacía rato que Koriok había acabado y reposaba acostado, junto a 4 o 5 chicos que acariciaba con ternura. Yo, en cambio, seguía allí, en aquella mesita expuesto a quién pudiera darme placer. Me di cuenta que Zajard estaba mandando incluso a los pasivos o a todo el que quedaba disponible a follarme; pero empezaba a extrañarse al ver que parecía que no tenía fin.

  • ¿Cómo es posible? - comentó Zajard mirando incrédula. ¿Eres insaciable? ¿Tu líbido es infinita?

El hermoso chico mestizo que me estaba follando, uno de los que al principio estaba abanicando a Zajard, terminó de correrse en mi interior. Mi ano goteaba abundante semen y su enorme polla, al sacarla, estaba también recubierta de la lefa de sus compañeros. Uno de los chicos que me cabalgaba, se sacó mi polla del interior y bajó con cuidado. El que me follaba la boca, acabó dejándome una lefada en la cara y se separó con cautela, al oír las palabras de Zajard. Estaba totalmente recubierto de semen y, al levantarme, noté cómo estaba pegajoso a más no poder.

  • Mira a tu alrededor… ¿Acaso eres humano?- Miré y la verdad que no era capaz de contar la cantidad de chicos que había allí exhaustos. Y cada uno de ellos había acabado sobre mí, ya sea en mi boca, cuerpo o culo.

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Continuará...

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