El calor de un prostituto (parte 13)

Aiden se reencuentra con un antiguo conocido y descubre que en esta aldea, follar es como respirar.

Reencuentro Inesperado

Nada más amanecer aparecieron los orcos relativamente jóvenes a mi lado, yo no había dormido mucho, pero se notaba que me tenían mucha curiosidad pues me señalaban y hablaban algo en su lengua mientras el que parecía más líder de ellos, el que ayer me había puesto los huevos en la cara, inspeccionaba mi cuerpo jugando con los pezones, axilas, mi pene… Le dijo algo a uno de ellos, se acercó y empezó a hacerme una mamada, no lo hacía nada mal y enseguida se me puso perfectamente dura, momento en el que empezaron a medirse las pollas conmigo. Todos las tenían más grandes y gruesas que la mía, incluso el que la tenía más pequeña me sacaba un par de centímetros, y si algo destacaba en sus pollas era como resaltaban las venas, lo que sinceramente me daba mucho morbo. El líder de los jóvenes se acercó y me puso a cuatro mientras lucía su rabo, dejando claro que era el que más grande lo tenía, me penetró y empezó a follarme. Los demás fueron a acercarse a mí, pero el que me follaba dijo algo y se alejaron.

  • Como puedes ver, no perdemos el tiempo, los orcos vivimos el momento. -Dijo el orco que me había hablado ayer, acercándose mientras veía como me follaban.

Dijo algo, y el que me penetraba se dio prisa y no tardó en correrse para irse junto a los demás y dejarme solo con el otro orco. Este se sentó delante mío con las piernas cruzadas y yo le imité.

  • Me llamo Rauork, hermano del jefe de nuestra gente. Siento no haberme presentado hasta ahora. - me dijo mirándome con tranquilidad.

-  Yo Aiden- le respondí

  • ¿Qué grado tienes en el ejército?

  • Ninguno, me reclutaron a la fuerza. pero realmente soy un prostituto, puto- incidí al ver que me miraba raro.

  • ¿Puto? He oído hablar de un trabajo así, pero no me queda claro. ¿Podrías explicarmelo?- me dijo curioso.

  • Pues es sencillo, la gente me folla a cambio de dinero- le respondí extrañado de que no lo supiera.

  • Sí, siempre olvido que utilizais dinero para todo. - movió las cejas desaprobando la idea. - Nosotros aquí cada uno hace lo que quiere y usa lo que necesita, aunque el jefe y los chamanes organizan un poco, sobre todo en periodos de guerra. Los humanos viven enjaulados.

  • ¿Cómo es que hablas tan bien mi idioma? - le dije aprovechando el momento de silencio que se formó.

  • Igual que tú tienes la bendición de tierra del sexo, yo tengo la de la palabra y el conocimiento. Se hablar muchas lenguas, y al contrario que mis hermanos soy curioso y me gusta aprender, leer y aconsejar a mi hermano que, aunque tiene la bendición del guerrero, no es el mejor estratega.

Se acercaron algunos orcos que me miraban con morbo, aunque respetaban la distancia al ver que Rauork hablaba conmigo.

  • ¿Qué vais a hacer conmigo? - le dije al verlos.

  • Estamos debatiendo, pero si te gusta follar y te comprometes a no escapar, ya que recuerda que tu olor es bastante fácil de rastrear para nosotros, puedo darte algo de libertad de movimiento. - dijo mirando a la cadena.

  • Sinceramente hasta follais mejor que los soldados humanos, pero me gustaría dormir bajo techo por favor.

  • JAJAJAJA- se echó a reír- no te preocupes, a veces olvidamos lo cómodos que sois los humanos. Y mira.

Gritó algo y se acercó un orco con una llave en la mano. Era el que me había follado la boca ayer y me intentaba decir algo, pero no le entendí. Se pusieron uno al lado del otro, este era más corpulento que Rauork, y su polla, aunque estaba desempleada, se notaba que era más grande, además, me parecía bastante más guapo que Rauork.

  • Este es Koriork, le debes la vida a él, pues fue el que distinguió tu bendición en medio de la batalla e impidió que te mataran.

  • Gracias- le dije mostrando agradecimiento

  • Tú… yo… - me intentó decir mientras vi cómo se le empezaba a empalmar la polla.

  • Está aprendiendo algunas palabras de los humanos, pero ten paciencia ya que nuestro lenguaje es muy diferente y mucho más simple que el vuestro. Y… ¿No le reconoces? - me dijo

Le miré, su cara tenía algo familiar, pero esta es la primera vez que veía orcos de cerca en mi vida.

  • No, ¿Debería? - le dije intrigado

Hablaron algo entre ellos en su idioma.

  • Me dice que hace ya muchos soles, follásteis en los bosques. Pero tuvo que dejar de verte pues empezaron los primeros conflictos con humanos.

Follamos… espera. Me estaba diciendo que el “goblin” con el que follaba en el bosque...¿No era un goblin? y es este orco que tenía delante que además me ha salvado. No podía creerlo, pensaba que no volvería a verle en la vida y resulta que no solo le encuentro si no que me salva. No es posible.

  • ¿Seguro? - le dije mientras Koriok me quitaba la cadena sin dejar de mirarme y olfatearme.

Volvieron a hablar entre ellos.

  • Seguro. Cuando un orco tiene sexo por primera vez con alguien, no olvida su olor en la vida, es una experiencia tan intensa para nosotros que se nos queda impregnado. Así que no hay duda. ¿Quieres limpiarte? - me dijo al ver que me rascaba el brazo- Koriok puede acompañarte al lago, yo tengo que hacer una cosa ahora y cuando acabéis nos vemos en aquella tienda- dijo señalando a una tienda relativamente grande al medio del campamento

  • Sí, me gustaría.

Hablaron entre ellos y Rauork se marchó mientras Koriok caminó hacia el bosque. Yo le seguí, íbamos los dos desnudos como todos en el campamento. De vez en cuando me miraba e intentaba decir algo, pero se notaba que no le salían las palabras.

  • ¿Si te hablo me entiendes? - le dije despacio.

  • entender sí, habla..blar har.. no. -Respondió parándose y mirándome

  • Gracias por salvarme- continué despacio y gesticulando mucho. - Has cambiado mucho desde la última vez.

-no pro….e.. - no supo cómo continuar y me dio la impresión de que maldijo no saber hablar mi idioma en su lengua.

La situación me recordaba mucho a cuando me encontraba con él. La verdad que le había echado de menos y muchas veces le recordaba mientras me masturbaba. El bosque era parecido, aunque aquí había más ruido por el campamento y había menos vegetación entre los árboles. Justo donde estaba parado entraba un rayo de sol entre los árboles inmensos que calentaba mi piel de color tostado. Se sentía muy bien y agradable al estar desnudo, la sensación me llevó a aquella época en el bosque de mi pueblo así que empecé a masturbarme imitando mis recuerdos.

Mientras me olía y se acercaba, Koriok se llevó las manos a su pene y empezó a tocarse mientras me miraba, se acercó con cuidado y empezó a tocarme el culo. Su gran polla empezó a empalmarse quedando perfectamente erecta. El morbo que sentía era inexplicable. El pene de Koriok era grande y con venas ligeramente violetas, parecía incluso que estaba tan musculoso como su cuerpo. Sin darme cuenta, como si el morbo moviera mi cuerpo, empecé a acercarme, lo toqué con cuidado, era más suave y cálido de lo que imaginaba, empecé a masturbarle y masajearle los huevos hasta que me agarró la cabeza con las manos forzando a que me arrodillara, me metió la polla en la boca y empezó a follarmela. De vez en cuando paraba para que me moviera yo, parecía que le encantaba como la mamaba, así que eso hacía mientras le acariciaba su musculoso cuerpo, podía notar cada músculo y la intensidad del calor que emanaba de él, sentía tanto placer que me iba a correr sin ni siquiera tocarme.

Seguimos un buen rato así, hasta que, agarrándome la cintura con fuerza, me dio la vuelta, me puso a cuatro y sin pensárselo me metió el pene de golpe en el culo. No podía ni pensar del morbo que sentía, su polla era cálida y me daba tal gusto que cada vez que me la metía y la sacaba sentía que me corría. Empezó con intensidad metiéndomela completa, como si estuviera probando si mi culo podía tragársela. Empezó a subir la velocidad y a penetrarme con fuerza y no pude contenerme más, todo el calor de su polla dentro de mí hizo que me corriera mientras aún me follaba soltando gemidos de placer. Koriok también acabó en ese momento y noté como su polla dentro mío se hinchaba y contraía al expulsar el cálido semen. Se quedó sobre mi disfrutando el momento aún con su polla dentro.

Al mirar alrededor pude ver como varios orcos pasaban relativamente cerca, algunos camino a la aldea, otros al lago. Había estado tan centrado en la follada, que hasta ahora no me había dado cuenta. La mayoría nos miraban y medio se les empalmaban las pollas, pero seguían a lo suyo. Koriok sacó su polla y se estiró, su cara mostraba gratitud y tranquilidad.

  • ¡Qué buena follada! - le dije, a lo que él asintió.

Me incorporé y seguimos caminando hacia el lago. Al llegar, en medio de los árboles, un enorme lago se abría camino hasta donde me alcanzaba la vista. Su orilla se entrelazaba con el bosque y en algunos puntos era imposible distinguir dónde empezaba uno y acababa otro, incluso algunos árboles crecían prácticamente en el agua que, aun así, era tan transparente que se veía a la perfección el fondo. Enfrente nuestro, estaba la única orilla con algo de arena y espacio sin árboles. Algunos orcos se bañaban, otros jugaban, limpiaban cosas o simplemente estaban sentados hablando, otros estaban follando, por lo que podía ver había un trío que no dejaba de cambiar de posturas y una pareja que jugueteaba con sus pollas. Sin duda, me quedaba claro que el sexo para ellos era como respirar y no tenían problemas en hacerlo donde fuera y con quien fuera.

Entramos en el agua, estaba más cálida de lo que pensaba. Me sumergí en el lago y me quedé flotando sobre el agua, hasta ahora no me había dado cuenta de lo cansado que estaba, todo mi cuerpo agradecía la calidez del agua. Koriok me miraba mientras se restregaba el cuerpo con unos paños que había en cestas en la orilla. Cerca otro orco limpiaba unas pieles mientras me miraba con curiosidad. Me acerqué a la orilla y, aún con todo el cuerpo sumergido en el agua menos la cabeza, respiré hondo y cerré los ojos para descansar un rato. Sin darme cuenta me quedé dormido.

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Continuará...

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