El calor de un prostituto (Parte 10)

Aiden descubre que su nuevo trabajo en el ejército consiste en saciar las pollas de los soldados

Me despertó uno de los soldados más temprano de lo que estaba acostumbrado. Gritó para que me vistiera rápido con una ropa que tenía los colores y símbolos del ejército, me extrañó lo cómoda y ligera que se sentía.

  • Venga venga, que me dejaron a cargo de explicarte todo y ponerte en tu nuevo puesto,vamos que no tengo todo el día. - Insistió.

  • Voy voy. Por cierto, ¿Cómo te llamas? - le pregunté mientras me terminaba de recolocar la ropa.

  • Eriot, y mis compañeros Luio y Areo, pero ya se presentarán ¡venga vamos! -dijo mientras salía de la tienda.

Le seguí y nos dirigimos a la zona donde se estaba almacenando y colocando mucho material, armas, armaduras, comida,... El campamento ya desde tan temprano estaba lleno de vida. El sonido de los soldados corriendo, sus gritos y órdenes se mezclaba con los sonidos del metal y la madera chocando en la zona del entrenamiento.

  • He conseguido convencer al Oficial a cargo de esta zona de que te de trabajo aquí- me explicó mientras caminábamos- Y más vale que tu culo y boca tengan aguante, porque si no, voy a quedar mal.

  • ¿Por qué? - le dije intrigado mientras entrábamos a una caseta bastante grande donde se acumulaban baules de madera  por todas partes.

  • Pues es muy sencillo, a cambio de que no tengas que estar entrenando ni que luchar, te vas a encargar de la organización de los materiales de esta tienda. Espero que sirvas porque el último no aguantó. ¿Ves esos dos agujeros de ahí? - me dijo señalando unos agujeros en la tela, cuatro uno al lado otro.

¿Qué les pasa? - le dije algo extrañado

  • Por ahí van a ir apareciendo pollas, si es en el que está al centro es para que hagas una mamada, los que están a los lados es por si hay mucha gente y no puede esperar, para que les pajees. Y el de la derecha, para que pongas el culo. Estate atento a los agujeros y disfruta, que los soldados ya están avisados de que estarás por aquí.- me dijo con voz morbosa. - Y no te olvides cuando no aparezca nadie, de ir haciendo inventario de lo que hay ahí. ¿Sabes leer?

  • Sí, me cuesta un poco pero me defiendo.

  • Perfecto, pues allí tienes las hojas con las listas, vete abriendo baules, te pones a contar y solo tienes que apuntar el número. Yo me tengo que ir ya, y mira, parece que ya tienes trabajo. - me dijo mirando a los agujeros, donde una polla asomaba entre la tela.

Me acerqué rápido a la polla y empecé a mamarla, sabía algo a sudor y se notaba cálida.

  • No te preocupes por que entre alguien a dejar material y te vea así, están avisados. Y cualquier cosa o si ves a alguien sospechoso tan solo grita. Hay guardias cerca. - me dijo alzando la voz mientras abandonaba la tienda.

Yo seguí a lo mío, mamaba haciendo movimientos largos y profundos, podía escuchar algún que otro gemido al otro lado, seguí comiéndole el cabezón cuando sin previo aviso se corrió en toda mi boca. La polla desapareció y aproveché para mirar las cajas de material que debía contar. Empecé a apuntar y a revisar todo cuando al rato, me di cuenta que otra polla esperaba por mi boca. Me acerqué rápido y empecé a lamer con suavidad, era una polla fina y curvada hacia abajo, mientras la mamaba escuché como comentaban algo afuera, parecía que hablaban de mí y aparecieron dos pollas a los lados, así que sin parar de mamar empecé a masturbar a los otros. La polla que estaba tocando con mi mano derecha se corrió, manchando mi brazo, y seguidamente la que tenía en la boca me la llenó de un semen algo dulce. Ambas pollas fueron sustituidas por otras dos, mientras que la que masturbaba a la izquierda seguía ahí disfrutando. Parecía que había algún descanso o algo, pues podía escuchar como se acercaba más gente. Las pollas que estaba masturbando se corrieron casi a la vez y aparecieron otras nuevas. La que mamaba con fuerza, se separó un poco sacándomela de la boca y se corrió en mi cara con una abundante corrida para ser sustituida por el pene más grande había visto en este día. El cual empezó a follarme la boca, ya que por su tamaño podía sin problemas hacerlo. No tardó mucho en correrse tampoco, parecía que todos intentaban correrse rápido para dejar sitio a sus compañeros. Seguí así un buen rato, había perdido la noción del tiempo con tantas pollas que comer y masturbar cuando en medio de unos gritos, los soldados fueron desapareciendo. Parecía que acabó el tiempo de descanso. Yo estaba hecho un desastre, estaba manchado por todos lados de semen, aún me goteaba en la cara. Busqué por la tienda y vi que me habían dejado ropa de repuesto, paños, jabón y agua para limpiarme. Habían sido bastante considerados.

  • Parece que ya has recibido la bienvenida.- escuché decir a una voz en el fondo que no reconocí justo cuando iba a empezar a limpiarme. -No te limpies aún porfavor, déjame ver como te han dejado.

  • Claro- le contesté girándome.

Era un hombre corpulento, algo entrado en edad. Por las ropas y postura diría que tenía un alto cargo.

  • ¿Nadie te ha enseñado el saludo militar ante un superior?- dijo algo decepcionado. -Esto de reclutar a cualquiera nos va a salir caro… - Se acercó sin quitarme ojo de encima. - Al menos tú parece que eres de utilidad, no dejaba de escuchar maravillas de cómo se la comías a mis hombres.

  • Perdone… me reclutaron ayer- me defendí bajando la mirada a pesar del halago.

  • Tranquilo, eso se soluciona rápido. ¡Marou, entra! - y nada más decirlo un soldado entró por la puerta, al verme se ruborizó. - Haz el favor de presentarme y enseñarle el saludo.

Entró un chico pelirrojo y se puso firme, con la mano derecha abierta sobre el hombro izquierdo.

  • Estás ante el General Leriox Houmul, encargado del cuarto ejército especializado en la defensa de la ciudad.

  • Perdone General, Soy Aiden, nuevo recluta. Le contesté imitando el saludo.

El General se acercó, y empezó a corregirme la postura dándome toques en la espalda, hombros y levantándome un poco más la mano. Pasó su dedo por mi barbilla, recogiendo una gota de semen que iba a caer y la restregó por mis labios.

  • Muy bien, he venido aquí para ver si de verdad podemos destinarte a este trabajo en vez de que formes parte de la infantería. Descansa recluta y desnúdate. - me dijo sin dejar de dar vueltas a mi alrededor.

Me desnudé bajo la atenta mirada tanto del general como de Marou.

  • La próxima vez ni se te ocurra volver a manchar así el uniforme. Es una falta de respeto a nuestro ejército. Si hace frío o no quieres trabajar desnudo haré que te traigan ropas básicas, pero esto no puede ser. -Dijo señalando a la ropa llena de manchas de semen.

  • Lo siento general, no volverá a ocurrir, no tengo problema en trabajar desnudo si está permitido.

-Bien, y ahora Marou, prepárame el culo del recluta, tanto que hablan de él, quiero probarlo.

Marou se acercó, por su mirada morbosa parecía que estaba deseando probarme también, se puso detrás mío y empezó a comerme el culo con intensidad. El general se puso delante, y fue pasando el dedo despacio por mi cuerpo desnudo, al pasar por mi pezón se entretuvo jugando con él, lo que junto al beso negro que me hacía el chico, me hizo empezar a gemir. El general sonrió morbosamente, parecía que le gustaba.

  • Esto está más que listo mi general- dijo el chico al comprobar con sorpresa que sus dedos entraban sin problema.

  • Ponlo a cuatro y penétrale un par de veces para ver que esté todo bien. - le contestó.

Marou me puso a cuatro, se desabrochó el pantalón sacando su polla, se echó un escupitajo y la metió sin pensárselo. Se movió despacio, pero al ver que de mi solo salían gemidos de placer, me penetró entero con fuerza un par de veces y sacó la polla. La miró con cuidado, viendo si había salido bien, revisó de nuevo mi culo y le dio el visto bueno al general.

  • Todo perfecto mi general.

Se apartó, se guardó el pene de nuevo y el general se puso en su lugar. Se sacó la polla y la metió de golpe, se sentía bastante gorda y algo rugosa. Empezó a follarme a base de embestidas profundas y secas, tenía tanta fuerza que tuve que recolocarme un par de veces para no perder el equilibrio. Aumentó la velocidad y le hizo un gesto a Marou para que se acercara, el chico que se había desnudado sin darme cuenta, se puso a cuatro también y empezó a besarme de frente.

  • Siento que falta algo, esperad un momento y no os mováis, solo seguíos besando.- dijo mientras se guardaba la polla y salía de la tienda.

Marou besaba bastante bien, con mucha delicadeza y morbo y parecía que le gustaba sentir el semen en mis labios. Era delgado pero se notaba que estaba fuertey encima verlo así, ,desnudo a cuatro patas, me estaba dando mucho morbo. Si no fuera por la situación, querría follarmelo o que me follara, ya que su polla, no era especialmente grande, pero el pelo pelirrojo la resaltaba mucho.

Al momento apareció el general con un soldado alto y corpulento aunque no tanto como el general. Si no me equivocaba, era uno de los guardias que vigilaban esta tienda.

  • Ya sabes soldado, fóllate a Marou, no tengas problemas en metérsela de golpe.

El soldado sacó su polla, mucho más grande que la del general y empezó a follarse al pelirrojo, nosotros seguíamos enfrentados a cuatro patas besándonos, aunque ahora teníamos que combinar los besos con los gemidos de la follada. El general, mirando como le penetraba, se colocó detrás mía y también empezó a follarme. Estuvimos así un rato, los dos iban aumentando la velocidad, hasta que bajó un gesto del general empezaron a follarnos con mayor intensidad y, con una penetración profunda y sonora, el guardia se corrió. El general se apresuró y acabó también. Ambos se quedaron unos segundos para recuperar el aliento, aún con la polla dentro. Al momento, la sacaron con suavidad y se la guardaron en el pantalón.

  • Gracias por la ayuda soldado, puedes retirarte. - le dijo al guardia.

El soldado hizo un saludo, y se marchó de nuevo a su puesto.

  • Ya podéis levantaros- dijo sin quitarme la mirada.- Tienes más que merecido tu puesto, si tienes algún problema no dudes en hacérmelo saber. Marou, vístete, acaba si quieres y reúnete conmigo en la armería, voy adelantándome- dijo mientras se dirigía afuera.

  • A sus órdenes mi general - le respondió con el saludo aún estando desnudo.

Marou se acercó y viendo que aún no me había levantado, me puso la polla en la cara. Empecé a comérsela mientras él pasaba su mano por mi cara llena de semen para luego pasarse la lengua. Se inclinó sobre mí, y empezó a tocarme el culo.

  • ¿Puedes ponerte boca arriba?- me dijo con una voz suave.

Me puse boca arriba, dándole el culo, a lo que él se arrodilló y empezó a follarme, parecía que disfrutaba de mi culo empapado de la corrida del general. Me folló agarrándome la polla, y empezó a masturbarme con fuerza.

  • Córrete conmigo- dijo

No me quedaba mucho, así que asentí y al notar su corrida me dejé llevar y aún con su polla dentro mía, empecé a correrme sobre mi mismo.

El chico, al ver que había acabado, se levantó me ofreció ayuda para levantarme, y empezó a limpiarse mientras me ofrecía otro paño limpio.

  • Así que eres el nuevo puto del ejército.- me dijo mientras miraba como me limpiaba.

  • Prefiero esto mil veces antes que  luchar o tener que entrenar.

  • Te entiendo, me sorprende que no te duela la mandíbula en tu primer día ¿Tienes experiencia en esto?

  • Bueno, digamos que vivía prostituyéndome.- le contesté con sinceridad y sin rodeos.

  • Entiendo, ¿Para quién trabajabas?

  • Para mi mismo, siempre he ido por libre. ¿Puedo preguntar algo?- le dije con cuidado

  • Adelante.- me contestó mientras empezaba a vestirse.

  • ¿Hay más putos aquí? ¿tú lo eres? - le dije arriesgándome.

  • Lo era, trabajaba aquí mismo con 2 compañeros. Yo pasé a ser exclusivo del general y sus oficiales ya que también se me da bien la estrategia y la verdad que me gusta luchar con espada, además, de vez en cuando ayudo al general a planificar. Los otros dos… digamos que no tuvieron suerte y hace un par de meses tuvimos una emboscada a la parte de suministros y no sobrevivieron.

  • Siento escuchar eso- le dije preocupado.

  • Tranquilo, después de eso hemos mejorado la seguridad y el sistema de retaguardia. Tú relájate y disfruta de las pollas de los soldados.

  • Eso no lo dudes- le dije viendo como acaba de vestirse y revisaba su ropa por si había manchas.

  • Bueno me marcho, si necesitas cualquier cosa, te ves agobiado o lo que sea, el mismo guardia que me folló puede pasarme información a mi rápido. Nos vemos- dijo saliendo de la tienda.

Me limpie bien y seguí con mi trabajo mientras, de vez en cuando, llegaba alguna polla a la que saciar. Pero desde luego ya había pasado la hora punta, así que me lo podía tomar con más calma.

Cuando sonaron los cuernos que indicaban que había que dormir, me limpié bien y fui a mi tienda, Al llegar la verdad que tenía ganas de un buen polvo antes de acostarme. Pero para mi desgracia, Eriot, Luio y Areo estaban ya roncando. Así que me tumbé y me dejé dormir con ganas de que llegara el siguiente día para poder seguir comiendo las maravillosas pollas de los soldados.