El Café
Durante las largas horas de trabajo, el único placer que teníamos era esos escasos minutos que habían para tomar una taza de café.
Hace seis meses que trabajo con ella ,es una mujer cañón ,ufff. Para algunos no es guapa y depende como se vista puede no resultar muy atractiva, pero deberíais verla con su uniforme ,mmmm. Una faldita pegada a sus muslos ,un poco por encima de las rodillas, que hacen resaltar sus anchas caderas, sus fuertes muslos(a veces me pierdo imaginándome por entre medio de sus muslos).Una blusa ajustada que hace marcar esos pechos voluminosos, siempre me la quedo mirando ,fijándome si lleva sujetador ,si se le marcan los pezones, mmmmm
Aunque trabajamos separados ,siempre nos cruzamos en la maquina del café ,al principio esperaba la hora que ella tenia como habitual tomarse un café para aguantar los días de invierno, pero ahora ya no miro la horas implemente voy y ella está allí o aparece segundos mas tarde .Hablamos de cosas típicas
,como el tiempo, las series tontas que hacen por la tele ,y esos estúpidos programas que dan últimamente. Pero ni me acuerdo de lo que hablamos, por que yo me paso todo ese
tiempo ,que para mi es eterno , mirándola de arriba abajo , imaginando cientos de posturas ,recorriéndole la piel con mi lengua , que esta maravilla de mujer posee.
Me sorprendo a mi mismo, tan machista, tratando a esta mujer como un objeto , pero de verdad, me vuelve loco, hace salir en mí un instinto animal del que no notaba desde que tenia 18 años.
Hace dos semanas , nos toco turno de noche , pasadas las 10 de la noche los cafés eran para nosotros como el agua fresca de un cálido día de agosto ,muy apetecibles . Para mí claro está no era el café lo que me hacia ir cada media hora a la sala de cafetería , Solos los dos, en aquella sala inmensa donde solo se oía el ruido de los ordenadores, impresoras y demás aparatos fríos , hablábamos como siempre temas poco interesantes, bueno solo hablaba ella, yo me la comía con los ojos.
Me encantaba ver como se agachaba a coger el café , su faldita ya de por si estrecha ,se apretaba mas a sus nalgas, y me mostraban culo bien redondito .Aun ahora , al escribirlo, imaginándomela, ufffff, me va a dar algo.
No podía dejar de pensar en acercarme a ella ,en cogerla de las caderas y pegar mi erección a ese culito tan precioso que tiene.
Subirle la falda y bajarle las braguitas, agacharme y comerle el coño y ese culo, pero no lo hice.
Continuamos hablando, se tomo el café y los dos nos fuimos a trabajar.
Al rato volvíamos a estar en la sala, en busca de otro café , siempre me apremiaba para coger primero el café así podía disfrutar del espectáculo que esta mujer me ofrecía en exclusiva . Se agachó como siempre , cogió el vaso y se dio la vuelta apoyando su espalda a la maquina del café. Sus pechos eran tremendos , quizás una 100 , no se , para mi eran muy apetecibles ,ella hablaba y hablaba , y yo la miraba y disfrutaba pensando en arrancarle la blusa ,desabrocharle el sujetador y lamerle esos pechos que debían saber a.....¿a que saben los pechos? A carne, diabólica carne, que me vuelve loco. Comerle los pechos ,apretarlos con mis manos, notar como esos pezones se endurecen en mi boca, sostener cada pecho en una mano y poder ir de uno al otro devorándolos. Pero.... no lo hice.
Nos tomamos el café, y seguimos cada uno con su trabajo. Antes de acabar nuestro turno, nos volvió a apetecer otro café, la diversión para mi se estaba terminando ,como siempre cogí el café y me apoyé en la mesa que estaba delante de la maquina esperando que llegase mi musa ,mi objeto sexual.
Ella apareció segundos mas tarde y siguiendo el ritual , después de un saludo, se encamino hacia la maquina. Echó las monedas y poco después se agacho a coger el café , después se quedo apoyada en la maquina removiendo el azúcar y mirándome, lo mismo de siempre .
Aunque algo era diferente, esta vez no hablaba, no me había dado cuenta por que yo nunca prestaba atención a lo que decía , inmerso en mis pensamientos lujuriosos .Ella se incorporó y en cuatro pasos muy decididos se presentó a dos palmos de mi, mirándome a los ojos me dijo:
-¿cuántos cafés voy a tener que tomarme para que te atrevas a hacerme todas esas cosas que llevas pensando desde que nos conocemos?
Me quede petrificado , pensando si todo este tiempo que hablaba sin prestar atención a lo que decía , con la mente puesta solo en su cuerpo y en mis deseos mas íntimos, le estaría quizás contándole, soñando en voz alta, todos los placenteros juegos que hacia con la mente. Antes de poder articular palabra ,ella dejo el café en la mesa, a mi lado, y se arrodillo ante mí ,sus manos me quitaban el cinturón, desabrochando el botón y bajándome la cremallera . Metió su mano por dentro de mis calzoncillos y saco mi polla. Me masturbaba lentamente, mirándome a los ojos, yo mas excitado que nunca, deje de pensar y me abandone a mis deseos, por una vez reales.
Seguía masturbándome con suavidad, esperando que mi erección llegara al punto máximo, cuando vio que la dureza era tal , acerco sus labios y se la metió entera , de un tirón, pero muy despacio, tragándosela hasta los huevos.
Yó ,ni soy un superdotado del sexo, ni soy precoz, pero juro que cuando llegó al fondo con solo una pasada ,estaba a punto de explotar. Solté un gemido y la cogí de los pelos queriéndola apartar para no correrme en su boca, no podía articular palabra pero quería hacerle entender que estaba apunto de correrme y no quería.....aun no sabia sus gustos así que no sabia si le gustaba que le llenaran la boca de semen o si se molestaría.
Pero ella no me dio opción a nada mas ,se la sacó hasta la punta y se la volvió a meter entera , una y otra vez, no se cuantas pero no tarde en empezar a solar toda mi leche en su boca , y ella no paraba, seguía y seguía, a cumulando semen en su interior. Hasta que se dio cuenta que me había dejado seco, entonces se la sacó , la guardo donde estaba y me volvió a subir la bragueta y a ponerme el cinturón. Se levanto y me dijo:
Solo nos queda media hora de nuestro turno, pero mañana espero que antes del primer café me devuelvas el placer que hoy te he dado.
Con una sonrisa cogió su café y salió de la sala, y yo sin haber podido decir un una sola palabra, sonreí y seguí con mi trabajo.