El Cadejo (12)

En una salida con doña Eugenia, esta me presenta a sus 2 hijos mellizos, un par de sementales agresivos que no me simpatizaron mucho. Luego, Evelyn me hace una revelación (Orgía bisexual e incesto).

Capítulo XII

Mi vida de puto continuó con su cause normal, entregándole el culo a todo aquel que tuviera suficiente dinero para pagarlo… como doña Eugenia Salam, rica viuda a la que su marido le dejó una basta herencia. Ya les había dicho que ella se convirtió en una de mis mejores clientes, además de ser la matriarca de una familia rara y pervertida y ese día supe cuánto. Tenia 3 hijos, siendo el mayor David Vaca-Spross, luego venían 2 mellizos a quienes conocí ese día, y debo decir que no me cayeron nada bien. También venía Evelyn pues Eu quería a una mujer para "jugar algo que seguramente les gustará mucho".

Cadejo, quiero presentarles a mis 2 hijos menores, Marcos y Diego.

Mucho gusto… – les dije estrechándoles las manos.

El es el semental del que les hablé mis amores… ¡vieran como me agarra! – agregó la madre y me dejó frío y sin saber qué decir o qué hacer, yo aun no me imaginaba que tan pervertidos podían llegar a ser en esa familia.

¿El que te hace aullar? ¡Hasta que lo conocemos! – ahora estaba más que sorprendido.

¡Mire que satisfacer a nuestra madre es bien duro! – dijo el otro.

Tanto Evelyn como yo estábamos atónitos, los muchachos hablaban de mi como si fuese alguna especie de profesional que su madre contrató para solucionar algún problema y que la dejó muy satisfecha por sus servicios. Preferí no seguir preguntándome y mejor continuar con la salida, de todas maneras ya había visto cosas muy raras desde que empecé a vender mi cuerpo. Al rato se nos unió David al lado de una hermosa joven:

Cadejo, mucho gusto, ¿cómo está? – me saludó David.

Muy bien, muy bien… – le respondí.

Quiero presentarle a Dania, ella es quien lleva mis negocios en orden. – dijo Eu.

Mucho gusto. – le dije extendiéndole la mano.

Mucho gusto. – me respondió fríamente y sin devolver mi saludo, me pareció una mujer tremendamente pesada.

Bueno, vayámonos entonces que tengo muchas ganas de apostar. - la verdad no sabía a qué se refería la señora cuando dijo esto.

Entramos a la ostentosa suburban de la señora, acondicionada como una lujosa y cómoda limusina. Paseamos por la ciudad mientras platicábamos animadamente, ahí fue cuando me cayeron mal los 2 jóvenes, que no dejaban de fanfarronear acerca de sus conquistas y de casi todo lo demás. Eran tan distintos a David, hasta el lo físico, los gemelos eran enormes y musculosos, David, aunque atlético, era de una complexión más "normal".

Tras un rato de plática volteé a ver hacia las ventanas, me sorprendí al constatar que el sitio en el que nos hallábamos era bastante malo, la pura zona roja de la ciudad, un lugar que ninguna señora de la talla de doña Eu frecuentaría. El carro entró en una garaje oscuro y lúgubre, nos bajamos y entramos por una pasillo largo, estrecho y húmedo, llegando a una pesada puerta de hierro. Luego de identificarse la puerta se abrió y Eve y yo nos quedamos boquiabiertos, en el interior funcionaba un casino clandestino.

El lugar era verdaderamente lujoso, lleno de todo tipo de máquinas de apuestas y de mesas de todo tipo de juegos. En el centro había un espectáculo continuo de bailarinas, que se contoneaban al ritmo de la música despojándose de sus ropas. Eu y sus hijos empezaron a jugar inmediatamente, ella siempre iba acompañada de Dania, quien parecía aconsejarla a la hora de hacer alguna apuesta. Evelyn y yo anduvimos con todos un rato, solo viendo pues ninguno de los 2 acostumbraba hacerlo y temía que Julio pudiera molestarse con ella.

Me llamó poderosamente la atención una diferencia muy marcada que había entre todos los presentes. Algunas personas vestían ropas muy caras y finas, se notaba que eran adinerados como Eugenia y sus hijos. Otros, por el contrario, llevaban atuendos mucho más sencillos, sin lujos, la mayoría de los cuales permanecían en silencio y de pié en un solo sitio. Unos pocos tenían actitudes muy serviles con los más ricos. No le di importancia y seguí viendo y acompañando a los Vaca-Spross. Después de la media noche, doña Eu decidió detenerse.

¡Estoy muy feliz! Esta noche aposté y gané mucho… ¡hay que celebrarlo! Cadejo, yo sé que usted tiene una tarifa y mucha disciplina para entrenarse, pero talvez podría hacer una excepción hoy y acompañarnos a mi casa a celebrar… hágame ese honor

Por supuesto señora… será un placer.

Nos retiramos y fuimos a su mansión de la capital que aun no conocía. Era imponente, había por lo menos 50 metros de hermoso jardín desde el portón a la entrada de la casa, de un sobrio color crema adornado por columnas de piedra. El interior era aun más espectacular, pisos de bambú, muros color crema bellamente decoradas, escalinatas de mármol… una casa de reinas. En cuando entramos, la señora Eugenia se lanzó a mis brazos.

Cadejo, quiero de Dania lo mire desnudo, estoy segura de que la va a dejar sin aliento.

¿Aquí? ¿En frente de sus hijos también?

No se preocupe, que ellos también están esperando verlo desnudo… verá, es que somos una familia un tanto… "especial", ji, ji, ji

¡Yo quiero! – dijo Dania como una niña pequeña, nada que ver con la frialdad con la que me saludó. – Me muero por verlo sin ropa… por favor, complázcanos

Bueno… está bien… – despacio me despojé de la ropa, dejándola toda en el suelo, las 2 mujeres me veían con la boca abierta, visiblemente excitadas por lo que miraban, iban a pasar una noche para recordar.

Al pié de las escalinatas Eu se arrodilló a mis pies y me agarró la verga, inmediatamente las 2 mujeres se pelearon por chupármela, hasta me la jaloneaban un poco. Mientras, detrás de ellas, los gemelos ya tenían a Evelyn también de rodillas, manipulándoles sus largas y gruesas vergas. Ellos eran dueños de unas impresionantes trancas de 22 cm. tan gruesas como la mía. Eve se las mamaba alternadamente mientras las acariciaba con las manos y les sobaba los huevos. David se había ido pues tenía "un asunto muy importante que hacer"

¡Alto! ¡Alto! Vamos a la salita… ¡Vamos a la salita! – dijo Eu.

Todos subimos por las gradas, los gemelos llevaron en hombros a mi compañera, que estaba mojando solo de mamarlos. Llegamos a una estancia con chimenea, decorada con una librera antigua y cómodos sillones. Eu preparó tragos y nos sentamos a tomar alegremente, yo desnudo y con la verga bien parada en el sofá grande, estar así me calentaba un poco más por el morbo de ser observado. Minutos después Eu ya estaba ebria y los gemelos muy alegres, ella se me lanzó encima buscándome el falo, pero sus hijos tenían otra idea:

Queremos que las mujeres nos hagas striptease.

Apoyé la moción y Eve se paró de inmediato en medio del salón. La borracha Eu se colocó a su lado y luego Dania, a la que jaló del brazo, los gemelos se sentaron uno a cada lado mío. Eu puso música sensual y comenzó a contonearse voluptuosamente, traía un elegante traje sastre aqua que se ceñía indiscretamente a cada una de sus turgencias y recovecos, joyas y zapatos descubiertos y de tacón de aguja alto, iba muy elegante. Por su parte, Eve venía en un conjunto juvenil de mini blanca y blusa azul, con un pronunciado escote que dejaba ver parte de sus hermosos senos. Chal negro, zapatos del mismo color y joyas. Dania traía un traje sastre gris con blusa blanca de algodón cerrada al frente. Zapatos negros discretos y… nada más, una forma de vestir poco escandalosa, parca y ni siquiera alegre.

Las 3 mujeres se movían en el improvisado escenario de forma caliente y sensual como auténticas putas, algo que no les costaba. Evelyn se arrastró a mis pies, me lamió la verga y luego regresó al escenario. Luego bajó despacio y sensualmente el cierre de su falda, con la ayuda de la boca de Eu. La señora se abrazó de las caderas de la puta, metiéndole mano en los senos, y deslizó el zipper con los incisivos delanteros hasta dejar caer la prenda. Luego mi amiga sola se quitó la blusa y los zapatos, y luego, muy despacio, el brasier blanco de encaje, sosteniéndoselo frente a los pechos mientras se contoneaba voluptuosamente. Al final lo tiró ante el griterío y la algarabía de los 3 hombres presentes.

Nosotros, por nuestro lado, teníamos las vergas de fuera, yo estaba sentado en medio de los gemelos y nos pajeábamos suavemente, yo lo hacía con ambos y ellos con la mía. En ese momento Eu se metió en el escenario y se comenzó a mover alocadamente al lado de Evelyn. La puta guió las manos de la señora para que se quitara la ropa. Primero se abrió el frente del traje, jugueteando un poco con cada botón, luego Eve empezó a bajarle los delgados tirantes de su brasier, dejando cada vez más al descubierto sus inmensos senos.

Eu se contoneaba como un gusano con mi amiga abrazándola por atrás, se le notaba que no tenía experiencia como stripper. Eve la ayudaba, se acariciaba y restregaba sus senos para luego tomarle las manos y hacer que ella también lo hiciera. Terminaron realizando un muy erótico baile, en donde las 2 mujeres se manoseaban y se meneaban al ritmo de la música. Al fin Eugenia dejó caer su vestido y Evelyn le quitó las bragas, lamiéndole por un rato el sexo. Luego se pusieron una frente a la otra y comenzaron a bailar pegadas, rozando y restregando sus senos entre sí, los gemelos y yo estábamos que nos quemábamos.

La señora jaló a Dania, que había estado detrás de ellas sin moverse. Eu se le puso adelante y comenzó a desabotonarle la blusa mientras mi amiga le bajaba el cierre de la falda desde atrás, metiéndole las manos debajo y acariciando sus delicadas partes de mujer. Respiraba aceleradamente y suspiraba profundo, los diestros dedos de mi compañera y los lametones que la señora le daba a sus senos desnudos la enloquecían. En poco tiempo las 3 quedaron en bolas, bailando calurosamente frente a nosotros, quienes con las vergas de fuera nos seguíamos masturbando, yo a los 2, Diego a mi y Marcos acariciándome el ano.

Rápidamente las mujeres tomaron sus puestos a nuestros pies, Eu tomó mi instrumento entre sus labios, Eve lo hizo con el de Diego y Dania con Marcos. Las 3 parecían competir por ver quién era mejor chupavergas y nosotros cerrábamos los ojos trabados del vivo goce que nos daban. Poco después cada uno tomó a su puta para cogérsela, la señora me montó en el sofá, subía y caía violentamente sobre mi falo mientras berreaba como una perra apaleada. Mi puta amiga estaba boca abajo sobre un sillón, con las rodillas en el suelo y abriéndose el culo para darle paso al pene de Diego, que prefería darle por allí. Dania estaba boca arriba sobre un sillón, con las piernas abiertas y recibiendo a Marcos.

¡¡¡AH!!! ¡¡¡AH!!! ¡¡¡AH!!! ¡¡¡AH!!! ¡¡¡AH!!! ¡¡¡AH!!! – Doña Eugenia.

¡¡¡OOOUUUUUGGGGHHHHRRRRGGGG!!! – Evelyn.

¡¡¡MMJJJMMMRRR!!!… ¡MMMMM! ¡¡¡OOUUUGGHH!!! – Dania.

Las pusimos en diversas posiciones y nos las intercambiamos, ellas aceptaban mansas, como verdaderas perritas sumisas. Dania berreó como una loca cuando la apoyé sobre el respaldo de un asiento y la penetré furiosamente mientras a Eve la penetraban por ambos orificios, con Diego abajo y Marcos arriba, Eu se contentaba con lamerles lo que podía y esperar su turno, me sorprendí al ver que les lamía el culo a sus hijos… aunque a esas alturas no sé por qué me sorprendían esas cosas. Luego Eve se sentó en el sofá con las piernas y su raja abiertas, enrojecida y chorreante, y yo hundí la cara de Dania en ella mientras la enculaba como un salvaje, según ella me pedía.

¿La querés más duro, perra?… ¡¿LA QUERÉS MÁS DURO?!

¡¡¡AH!!! ¡¡¡SIIIIII!!!… chump… ¡¡¡AH!!! ¡¡¡AH!!!… chump, chump… ¡¡¡PÁRTAME EN DOS!!! – decía Dania, del otro lado Eu era barrenada por sus 2 hijos en una doble penetración.

La casa era un concierto de alaridos, gruñidos, rugidos, berridos y bufidos, ninguno tenía piedad ni ellas la querían. Terminamos en un derroche de semen en que ellas, tras recibir la semilla de sus hombres en la cara, se relamían entre si y lo que se había derramado en el suelo. Acabamos en el cuarto de Eu durmiendo profundamente a eso de las 4 de la mañana.

Me levanté temprano, como a las 6, no pude dormir bien, desde hacía mucho que un buen sueño me era negado. Siempre andaba tenso, preocupado, y con un gran sentimiento de desazón en mi interior. Ya llevaba mucho tiempo en esto, me quería salir, pero todavía no tenía idea de qué hacer, qué dirección tomar. A mi mente vinieron escenas de viejos encuentros, interminables sesiones de sexo duro. Me recordé tirado en el piso, sometido por algún hijo de puta que ni conocía, a veces hasta amarrado. Recordé a mi esposa Pamela y a mis hijos, los amaba mucho, los extrañaba. Pero ella ya no estaba y a ellos qué podía ofrecerles. ¡Tan solo era un puto por la gran puta!

Me recordé siendo cogido entre varios, por hombres fuertes y violentos, cuyos embates eran tan brutales que ya ni podía hablar. Me horroricé de la manera en que permitía que me tratasen, pero también de lo mucho que me gustaba. Y al final, nuevamente la misma y quemada pregunta regresaba a mi mente: ¿qué hacer? Hasta ese día el devenir de la vida había marcado mi camino por medio de los sucesos, unos malos y otros afortunados (buenos ninguno) y yo había sabido aprovecharme de ello.

¿No tenés sueño? – la aguda y dulce voz de mi amiga me sacó de mis cavilaciones.

No, la verdad es que no duermo mucho por más que lo intento

A veces le pasa lo mismo a Julio, entonces le preparo una taza de te de tilo, eso le cae muy bien. – no contesté, Pamela también me lo preparaba cuando no podía dormir – ¿Te fijaste en el sitio al que nos llevaron?

Si… horrible, la verdad no entiendo cómo una mujer tan educada y presumida como Eu le puede gustar ir a esos sitios… sobre todo porque son peligrosos.

Muy peligrosos… estaba todo lleno de esclavos como yo… - en ese momento la volteé a ver con cara de extrañeza, ¿qué acababa de decir?

¿Esclavos? – le pregunté.

Si… una esclava reconoce a otros como ella. – me contestó encogiéndose de hombros – Dania también es una esclava.

Entonces recordé lo que había visto en ese sitio, las personas sencillas que parecían tener una actitud servil frente a los más adinerados. Y luego la actitud de Dania, primero cuando la conocía, luego cuando Eve y Eu comenzaron a bailar ellas solas en la pista. ¿Era solo coincidencia, o en verdad Eve tenía un sexto sentido para identificar a otros esclavos?

¿Estás segura?

Si, lo estoy

Pero… ¿cómo lo podés saber si no les preguntaste?

Ya te dije, una esclava sabe reconocer a otras esclavas… además, aunque se los hubiese preguntado no me lo habrían dicho a menos que sus amos les hubiesen dado permiso para revelar sus nombres a otras perras como yo

Eve, nunca te lo he preguntado pero… ¿por qué continuás como esclava? Digo… Julio no te trata como esclava y te cuidaría por siempre… – Eve bajo los ojos como avergonzada.

Porque soy una esclava… es lo que soy

No entiendo… podés ser lo que querrás en este mundo.

No, yo no… una persona normal puede, pero yo no… soy una esclava y nací para servir

para servir a tu amo, pero… ¿incluso si tu amo te quisiera hacer mal?

Un carro no se enoja cuando su dueño lo estrella… un esclavo no se puede quejar de lo que su amo le quiera hacer, para eso está.

¡Pero eso te convierte en un objeto, una cosa Eve! ¡Tenés un gran valor, valés mucho!

Es que soy solo una cosa… y valgo lo que mi amo quiera que valga… tuve mucha suerte que mi Amo me dejara quedarme al lado de Julio, eso me hace muy feliz. Pero me da miedo cuando mi Amo quiera que le pague lo que ha hecho conmigo, o que me quiera separar de él… no me entendés, ¿verdad Fer?

No Eve…no te entiendo. – vi una profunda sombra de vergüenza y soledad en sus ojos, no quise seguirle preguntando, solo la abracé y le susurré al oído que para mi nunca sería solo una esclava, era una amiga… mi mejor amiga.

Con lágrimas en los ojos Eve me besó dulce y tiernamente en los labios, estábamos en el balcón del cuarto de doña Eugenia, que dormía a pierna suelta su borrachera con Dania abrazada a una de sus grandes mamas. No entendía cómo podía descalificarse y degradarse así. Aunque comprendía el placer que sentirse sometida le podía dar, era el mismo que yo sentía. Pero de eso a ser un esclavo sin esperanza de libertad había mucho trecho.

Tenemos que salir de aquí Fernando, – me dijo de pronto, sobresaltada – estas personas son muy peligrosas… acabo de recordar de dónde escuché su apellido.

¿Vaca-Spross?

Si… mi amo, el señor Ochrier lo mencionó un día… ¡son muy peligrosos Fer, no tenemos que ir de aquí rápido, los conozco bien! – pero no pudo decir nada, nos interrumpieron.

¿Podemos acompañarlo Cadejo? – preguntó una voz grave detrás de mi, era Marcos, seguido de su hermano Diego, totalmente desnudos. – Eve les dedicó una sonrisa y se dio la vuelta, regresó de nuevo a la cama, yo me quedé allí, intrigado por lo que estuvo a punto de decirme pero no pudo – ¿Podemos acompañarlo? – me preguntaron de nuevo.

Continuará

Garganta de Cuero

Pueden hacer sus comentarios y opiniones a mi correo electrónico, besos y abrazos.