El cabrón de mi vecino

Un militar, que me domina y hace que sea infiel a mi marido.

Este relato fue real como la vida misma, me lo conto una gran amiga mía, por lo que cambiare los nombres y lo contare en la situación de la mujer.

Ella se llama  Patricia, está casada,  alrededor de los 40 años y tiene una hija rubia, ella es delgada  con un culito duro y unos pechos pequeños, con unos finos labios y unos ojos azules, con una dulce y bella mirada

El, tiene 38 años, mide 1,72, algo regordete, pero no mucho, soltero, vive solo,  ojos marrones y pelo negro

Ya se conocían desde hace tres años

Empieza la historia.

Estaba en casa recogiendo las cosas de la comida y empezando a fregar, cuando de repente me suena el timbre, no tenía ganas de abrir, por lo que decidí no abrir, pero resulta que timbro otra vez, por lo que decidí ir abrir. Mire por la merilla como de costumbre, y vi que era mi vecino de la planta superior.

Venia vestido de militar, lo que me gusta mucho esos trajes. Entonces abri la puerta:

Patricia : Si, dime Carlos

Carlos : mira el otro día, me avisaste tu, hoy te aviso yo, tienes la luz interior del coche encendida

Patricia : Ah gracias.

El se giro para marcharse, y le vi el culito que tenia  y con esa ropa que me ponía un mogollón me mordí el labio inferior de la excitación que me estaba produciendo mi vecino. Se giro de golpe para contestarme, y me vio la situación de mis labios.

Carlos : De nada.

Inmediatamente se acerco de nuevo y me pregunta.

Carlos :¿Dónde esta tu hija?

Patricia : Esta en el colegio a las siete tengo que ir a buscarla.

Carlos : ¿Y tu marido?

Patricia : Esta en el trabajo hasta las nueve no viene, estoy yo sola si es lo que quieres saber.

Que acababa de decir, no podía creer lo que había dicho, inmediatamente se acerco a mí, y sus labios estaban ya pegados a los míos, nuestras lenguas estaban en contacto y no se separaban ni un segundo. Cuando me percato, de que nos pueden ver los vecinos.

Lo empuje inmediatamente hacia atrás, llevándose un golpe contra la puerta.

Patrcia : Pasa, voy a tomar el café.

Esa fue la disculpa que le puse, entramos para dentro, y yo me senté para seguir tomando el café, mientras que el sin decirla nada, estaba sacando las botas, no se que pretendía hacer, pero sabia que esto no podía seguir. Me tomo el último sorbo de café y cuando miro para el me dice.

Carlos : Bueno ya veo que te has tomado el café, ahora puta vas a calentar la leche.

No sé como fue, ni como lo consiguió, pero su miembro entro directamente en mi boca. Me estaba forzando con su mano izquierda a que se la chupara, me gustaba esta situación, estaba toda mojada.

A continuación me la saco de la boca, y me beso nuevamente, y agarro la blusa que llevaba puesta y tiro para los dos lados, saltando los botones, por el suelo de la cocina.

Carlos : ¿Donde esta la cama del cornudo de tu marido?

Patricia : Esta por aquí

Le cogí la mano, la excitación y el morbo que me estaba produciendo eso era mucho, estaba completamente mojada, mi cabeza me decía que no pero mi conejito me decía, que si. Llegamos a la habitación, y me tiro a la cama, me desabrocho el pantalón y me la saco, no se lo pensó  ni dos veces.

Metió su cabeza entre mis piernas, y se puso a comerme el conejito, moviendo el tanga a su antojo, tuve un orgasmo, que grite de placer, no podía creer que el cabrón de mi vecino, me pusiera tan caliente

Carlos : que puta eres, estas toda mojada.

Patricia : Si cabrón, es la ropa que llevas puesta lo que me pone así

Carlos : A si, zorra, pues tranquila que no se acabo

Siguió comiéndome mi conejito, estaba gozando  de lo lindo, ya tenía ganas de sentir aquel miembro dentro de mi conejito, como lo hacia el hijo puta pero …

Carlos : Puta, cuantas veces te dieron por el culo

Patricia : Ninguna

Carlos : Así me gusta, que lo reservaras para mi

Patricia : noooo

Hizo caso omiso a mi petición, me giro de un golpe, y me mando un escupitajo a  mi ano, para lubricarlo, me movía, para impedírselo, pero era inútil, por lo que me da una bofetada en el culo, lo que me produjo dolor

Carlos : estate quieta puta, no te resista, porque te va a ser peor, por eso que disfruta

Sus palabras me convencieron,  no se porque, pero me deje hacer estuvo lubricándolo con sus dedos, al menos durante diez minutos, y cuando ya estaba listo  me dice.

Carlos : Bueno puta ya esta, vamos a meter esto aquí dentro

Patricia : Con cuidado por favor

El se rio, pero ni caso, me metió la mitad de su miembro de un golpe, lo que hizo que me produjera dolor o placer, no se, pero me estaba gustando. Empezó un movimiento pausado que me estaba gustando mucho, y cuando vio que me estaba gustando y el placer era mayor, empujo con fuerza  metiendo toda su  miembro de mi. Hizo un movimiento de vaivén continuo y suave.

Carlos : Veo que te gusta puta

Patricia : Si cabrón, para ser la primera vez  que me dan por culo si que me gusta.

Saco su miembro de mi culo y me levanto de la cama , me cogió por el pelo con fuerza y tirándome de el me llevo al pasillo nuevamente

Patricia : ¿Qué haces cabrón?

Carlos : cállate puta aquí nadie te mando que hablaras. Ponte de cuclillas

Me mando ponerme de cuclillas en medio del pasillo, cosa que me sorprendió. Se acercó a mi y me dice

Carlos : Chúpamela zorra, que me tengo que ir mas tarde, vendré y prepárame la cena que voy a cenar con el cornudo de tu marido

Me puse a chupársela, con muchas ganas estaba deseosa, de sentir eso en mi conejito

Patricia : ¿ Quiero que me la metas cabrón en mi conejito?

Carlos : Pero que zorra eres;  pues te vas ha quedar con las ganas, después cuando cene ya te daré el postre

Se corrió en mi boca, haciéndome que me lo tragara todo, y a continuación se va por la botas a la cocina, se las pone, y se dirige a la puerta de entrada, y me dice.

Carlos : Vendré a las nueve a cenar, y quiero verte con falda y sin tanga ni braga por debajo.

Yo le dije con la cabeza que si, y no me salió ni una sola palabra, cogió la puerta y se marcho

Esto fue lo que sucedió, espero sus comentarios, si quieren saber lo que paso a partir de las nueve.