El Caballero de los Cuervos 8

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El Caballero de los Cuervos 8

La ejecución de los cuervos...

Érase una vez, una historia que jamás fue contada, jamás fue filtrada, y, que murió en las paredes del castillo Belof.

Normalmente, entre todas las razas, los humanos son los seres con la menor afinidad mágica. El poder mágico de un humano común y corriente, normalmente palidecería por completo en contra de las demás criaturas, inteligentes o no.

Pero eso no se aplicaba para los Belof.

Los Belof eran una de las tres familias hermanas arcanas, junto con los Delof y los Celof, son el pináculo y la concentración del conocimiento de la magia humana; personas que nacían con una natural y poderosa resonancia con la magia. Un talento tan grande, que era casi como si tuvieran un Thyfun con la magia.

Las tres familias hermanas arcanas, tenían la particularidad de que tendían a procrear entre ellos mismos, a fin de crear magos cada vez más poderosos, y, solo sangre nueva entraba a alguna de estas, si el maná de dicha persona era particularmente fuerte.

Dentro de la familia Belof, en la rama principal, a partir del matrimonio de la heredera de los Belof y un hombre con una impresionante habilidad para ejercer el control sobre los espíritus mágicos, nacieron unos gemelos idénticos... Un niño y una niña.

Los Belof estaban maravillados con el nacimiento del dúo, que, incluso siendo recién nacidos, expelian un aura impresionante de maná. Eran el brillante futuro de las familias.

Él fue llamado Troy y ella Troya; al ser dos gotas de agua, creyeron que lo adecuado era que tuvieran el nombre más parecido posible.

O así creyeron todos.

Si bien ambos eran muy poderosos, Troy poseía un cuerpo débil y no podía soportar el uso de su magia.

En una familia normal, no significaría mucho.

Pero en una familia donde la magia lo significaba todo, era lo peor que la muerte.

Troy no era más que desperdicio de talento.

Mientras que Troya lo tenía todo, era amada y crecía como una hermosa y bondadosa flor.

Para el clan, Troy no era más que un obstáculo viviente, un montón de carne sin sentido para respirar.

Él era basura. Desperdicio.

Aún así, pese a todo eso, Troy trataba de desarrollar su magia, trataba, de lograr soportar la carga de los conjuros y las invocaciones.

Su mayor deseo, era estar a la altura de su amable hermana menor, Troya, ya que de todas las personas, incluso sus padres, lo detestaba por lo que representaba, ella era la única que lo valoraba como persona en ese castillo.

Él era un fallo que jamás saldría a la luz, al exterior del castillo, pero con su hermana Troya a su lado, él podría resistir todo.

O fue así, hasta que un día después de cumplir quince años, cuando fue a cruzar la esquina de un pasillo, escuchó por casualidad a su hermana Troya, hablar con su madre.

—No entiendo por qué malgastas tu tiempo con ese desperdicio —dijo su madre despotamente. Troy no tenía que ver el rostro de su madre, para saber que tenía una mueca de asco—, ya te he dicho muchas veces, que ese estorbo solo está limitando tu capacidad mágica.

Troy se sintió dolido al escuchar las frías palabras de su madre.

Y cuando espero que su herma...

—Eso ya lo sé, madre —soltó Troya con un bufido y un tono de condescendencia—, pero en la magia, uno nunca sabe cuándo necesitara de algún artículo valioso como un humano lleno de magia, pero inútil para otra cosa que no sea un sacrificio.

Eso rompió a Troy en mil pedazos... El único hilo que mantenía su humanidad intacta, se rompió.

Él salió corriendo desesperado al pequeño desván en el que dormía y se encerró, donde se tiró en el suelo y agarró de sus cabellos, desesperado en medio del llanto.

En medio de la soledad de su inútil mundo y su inmundo ser.

O al menos, eso fue lo que él creyó.

—¿Te sientes triste porque tu hermana siempre fue una falsa? —preguntó una voz de pronto, que lo asustó y lo hizo levantarse.

—¿Q-quién está ahí? —preguntó asustado. La voz se rió divertida.

—Debe de ser muy entretenido ser el hermano con mayor cantidad de maná, pero el que tiene el cuerpo más patético —comentó de pasada—. ¿No te cansas de estás personas que creen que, solo porque tienes cuerpo débil, se creen superiores a ti? ¿No te gustaría mostrar tu dominio y matarlos a todos? O gobernarlos, como prefieras.

Troy apretó sus manos en puños. Claro que deseaba esas cosas.

Era como si la voz supiera todo sobre él, como si dominara su interior por completo y sacara sus peores e íntimos sentimientos.

—¿Q-quién eres tú?

En respuesta a la pregunta de Troy, una nube negra se materializó en medio de la habitación.

—¿Yo? Yo soy el camino, Troy, yo soy la oportunidad de tu vida, el Dios que ha mirado a tu dirección y ha decidido darte una oportunidad —indicó la voz—. Si entras en la nube y me aceptas a mí, al gran y poderoso Smart, entonces yo te enseñaré los rituales necesarios que fortalecerán tu cuerpo y te harán soportar la magia, y también, usaré mi voluntad y dominio para volverte, más fuerte de lo que te hayas imaginado en tus sueños más desesperados.

Troy ni lo dudó por un segundo, él sentía como esa nube oscura llena de desesperación y muerte lo llamaba.

Así que entró en ella.

La oscuridad, en vez de absorberlo, entró en su cuerpo, aprendiendo con ello los rituales prohibidos para reforzar su cuerpo a límites sobrehumamos.

Él usó los rituales, que transformaron su de por sí fracturada mente, en un retorcido chico lleno de una absurda obsesión por ser como y mejor que su hermana, aparte de darle la capacidad de alterar su imagen.

Así que, lleno con su poder, el de los rituales, y el del misterioso Smart, mató a su familia inmediata, alterando también la apariencia de su hermana, para hacerla parecer a él.

Y luego usurpó la forma de Troya, e hizo parecer que su "hermano" los había matado y luego suicidado.

Y así fue como Troy se volvió la futura cabeza de la familia Belof, fingiendo ser su hermana.

Siendo una marioneta de Smart.

____°____

En ese momento, Nerei estaba en un profundo shock.

Sus compañeros, a quienes consideraba camaradas de guerra, triunfos y penurias, todos eran traidores, incluso uno ni siquiera era quien dijo ser.

Y habían asesinado al comandante Amir Grum.

Nerei soltó un gruñido y se disolvió en agua, saliendo debajo de las cadenas que se clavaron el suelo.

—¡Malditos bastardos! —gritó fúrico y decepcionado—. ¡Todo lo que el rey Kasio les ha dado, to-!

—Ahórrate esa basura, ratón de agua —desestimó Chased rápidamente, sacando su pequeño estoque e inclinándose para atacar—. Simplemente danos lo que queremos y muere, o no nos digas nada para así matarte lenta y dolorosamente, y luego sacarte la información.

Nerei chocó sus puños, haciendo brillar los zafiros de sus guantes, Pulsos Profundos, mientras una capa de luz aguamarina lo cubrió.

—Ven a trata de lograrlo, bastardo —le retó, poniéndose en guardia.

Antes de que Chased diera un paso hacia él, la zona explotó en una voluta de humo.

Cuando el humo desapareció, se reveló que toda la zona está a rebozar de picos de roca.

Todo menos la zona donde estaba parado Nerei.

Los picos poco a poco retornaron a la tierra y fue cuando notó que Troy seguía en el aire, solo un poco más alto, mientras que Morya y Chased estaban montados en las copas de los árboles.

Troy se rió como un loco.

—Niños, vayan por el insulso de Nerei... Yo me encargaré del plato fuerte.

Chased y Morya asintieron, algo serios, y se impulsaron hacia donde estaba Nerei.

Troy bailó en el cielo, girando sin parar con una loca sonrisa.

—¡Vamos, Tytus, sal de tu escondite!, ¡¿o quieres que mate a Nerei de una ver por todas?!

La tierra se sacudió con un fuerte tembló, a la vez que una aterradora aura de maná dorada, cubría la tierra.

—¡Madre terrestre!

El maná vibró en el aire, y Troy leyó su flujo.

Giró hacia la izquierda inferior y enfocó sus escudos hacia ese lugar.

Una metralla de roca, hecha de múltiples fragmentos de roca negra, impactó a sus defensas.

Y las travesó como si nada.

El proyectil atravesó el pecho de Troy y siguió subiendo y subiendo en el cielo.

Un enorme agujero se creó en el pecho del hechicero. Que soltó un enorme cantidad de sangre de golpe.

Para cuando impactó contra el suelo y se volvió en un retorcido entramado trozo de carne, huesos y tela, ya estaba más que muerto.

Fue entonces cuando la tierra se abrió con un suave murmullo y la enorme armadura dorada se abrió paso hasta la superficie, justo frente al cadáver de quién creyó alguna vez, que era su amiga y compañera.

Tytus le observó solo unos segundos, en honor a su compañero, ya que, aunque siempre fue una falsa, fuera Troy o Troya, este le había ayudado en los momentos en que lo necesitó.

Entonces se dió la vuelta y se dispuso a-

Algo le agarró del hombro... Cuando nada debería de ser capaz de tocarlo.

—¿A dónde crees que vas, pequeño titán? —preguntó juguetón.

Antes de que Tytus pudiera reccionar, la mano de maná puro lo lanzó al cielo, lejos de la tierra.

Entonces de los árboles, cientos, o mejor dicho, miles de pequeñas arañas de un color grisáceo con puntitos amarillos, saltaron por los aires, enredándolo con sus hilos dorados.

Pero el poder en bruto de su cuerpo impedía al hilo acercarse... Aunque igual cumplían su función de mantenerlo en el aire.

—... ¿Qué? —fue todo lo que pudo decir Tytus, todavía sorprendido por haber sido atrapado.

—¡Ja, ja, ja, ja, ja!... ¿Realmente creías que no tenía contramedidas para ti? —rezonó burlona la voz de Troy en medio del bosque—, esto es solo es comienzo, amigo.

En ese momento el retorcido cadáver de Troy, sufrió una violenta sacudida en el suelo, para luego revolverse hasta apuntar el pecho dañado hacia el cielo.

Y del enorme hueco del pecho... Salió una mano enguantada de negro.

Así Troy salió de su propio cuerpo, cubierto con sus propios restos

Desde el aire, los ojos dorados de Tytus estaban llenos de horror ante la escena que presenció. Eso era más que simplemente magia prohibida.

Allí había algo profano y fuera de toda lógica.

—¿Có... Mo?

Troy hizo un pequeño hechizo, la sangre y los rastros de carne se desprendieron de su cuerpo. Le negó juguetonamente con el dedo índice.

—Es un pequeñito secreto, Tytus... Ahora.

Troy, soltó el libro morado de runas negras y doradas, un gigantesco sello mágico negro y dorado apareció bajo sus pies.

—Aunque seas un titán, sin la tierra, te vuelves solo un sin grandulón inútil con mucho maná de alta calidad, así que solo tengo que neutralizar tus defensas y será jaque mate —explicó como si nada.

El sello bajo sus pies comenzó a girar cada vez más rápido.

—Me tomó tres años reunir los conjuros y las criaturas necesarias para someterte, Tytus, y ahora todos mis esfuerzos tendrán un dulce resultado.

Tytus en ese momento se cubrió con una poderosa aura dorada y la agrandó, tratando de destruir las telarañas, pero estás solo se alejaron un poco, adheridas e imperturbables ante su movimiento.

—Eso no servirá de nada, titán, las arañas brisa amarilla del bosque Domore no se adhieren a la piel o al maná, se adhieren al alma, y solo la energía espiritual puede separarlas, es una pena que los titanes tengan tan pésima afinidad a esa clase de magia —explicó divertido, aunque Tytus no paró de condensar su maná—, no sé qué planeas, pero bueno... Libro de las Sombras, libérate desde la página veinte, versículo diez, hasta la página cincuenta, versículo cuarenta.

De pronto, cientos de círculos, fórmulas y sellos mágico surgieron del enorme sello a las vez que sonaban cientos de voces al mismo tiempo, conjurando distintos hechizos a la vez.

El libro de las Sombras, la reliquia más poderosa de la familia Belof que antiguamente era de su padre; su habilidad especial solo eran dos.

Servir como conducto y generador de maná al absorberlo del ambiente y refinarlo para su uso.

Y la capacidad de guardar miles de hechizos y poder activarlos todos simultáneamente.

Una enorme cúpula multicolor llena de runas, sellos y esquemas los envolvió.

Y poco a poco fue reduciéndose.

—¡Ya verás, Tytus, pronto te tendré en la palma de mi mano, y seré coronado como la primera espada y el primer asesino de titanes de la historia de la humanidad! —exclamó Troy extasiado.

Al otro lado del pequeño bosque, Nerei observó algo asustado la enorme y adefésica cúpula que poco a poco decrecía.

No tenía que ser un genio para ver que era algún clase de gigantesco entramado de sello compuesto con pequeños sellos.

Ese brujo bastardo pleneaba sellar a Tytus y seguramente, luego lo asesi-

Una cuchilla negra apareció en medio de la oscuridad y le rozó la mejilla, para luego clavarse en el árbol detrás de él.

La risa gatuna de Chased resonó entre los árboles. Nerei chasqueó la lengua a la vez que volvía su mejilla agua para restaurarla nuevamente.

—Deja a Troy y a Tytus con sus jueguitos, ratoncito de agua, que tú tienes tus propios problema —se burló Chased pareciendo en la rama de un árbol.

—¡Ja!, ¿Yo con problemas? Se están sobrevalorando mucho, ¿no crees? —soltó Nerei algo molesto.

Chased se inclinó en el árbol, apuntándole con el estoque.

—Niño, tú eres solo la quinta espada, mientras que Morya y yo somos la cuenta y la tercera espada respectivamente.

—Solo tengo esta posición por defecto, nada más. —Se encogió de hombros—. Si no hubiera perdido ante Persival, ahora mismo yo tendría tu puesto, loco de los gatos.

La siniestra sonrisa gatuna de Chased titubeó un poco, a la vez que sus ojos refulgieron de un verde manzana.

—Pues eso lo veremos, Nerei.

Entonces el asesino se lanzó hacia él, apareciendo justo frente a él en una exhalación, listo para apuñalarlo con su estoque encantado, Leónidas de Rodillas.

El estoque de Chased, tenía la temible habilidad de paralización absoluta, un poderoso encantamiento que no podía ser neutralizado ni bloqueado o repelido y que duraba tres días aproximadamente.

Un simple roce era el fin de todos los contrincantes del asesino, y considerando la velocidad de este, era casi imposible ganarle.

A menos que alguien como Nerei, se hubiera enfrentado en infinidad de ocasiones a alguien más rápido que Chased, alguien como "El Destello", Persival Bladesky.

Chased arremetió en su contra en una furiosa lluvia de estocadas que parecían más los zarpazos de un mínimo, pero Nerei simplemente esquivó con el mínimo de movimiento necesario.

Y allí donde sentía que la cuchilla estaba a punto de cortarlo, volvía esa zona en agua o lo bloqueaba con su guantes.

Así que la batalla se tornó en un tifón de plata y agua.

En un segundo del intercambio, Chased hizo un movimiento vertical más amplio con su estoque, lo suficientemente como para ver una apertura.

Nerei automáticamente encajó un derechazo en el agujero de la defensa, justo hacia el pulmón derecho.

Pero el asesino solo atajó su brazo y giró el estoque entre sus dedos, para apuñalarlo.

Nerei dió una vuelta en el aire, volviendo todo su brazo en agua, esquivando con ello el corte, a la vez que lanzó una patada descendente justo en la calva cabeza de Chased, y lo impulsó hacia abajo.

Justo cuando creyó lograr estrellar la cabeza del asesino contra el suelo. La cadena de Morya apareció de la nada y sostuvo suavemente la frente de Chased, a centímetros golpearse fuertemente contra el suelo.

—¡¿Qué?! ¡Vaca desgraciada! —gritó Nerei molesto a la vez que otra cruz roja con cadenas moradas apareció de la nada y trató de atravesarlo.

Nerei dió un salto mortal hacia una rama de un árbol; la cruz de volvió a perder en medio del bosque, pero sabía que en cuanto pudiera, volvería a tratar de asestar un golpe.

En ese momento Chased apareció detrás de él, tratando de decapitarlo.

Nerei dió un rápido giro agachándose un poco más, atizando su trenza.

El estoque hizo un corte limpio en el aire... A la vez que la cuchilla en su trenza iba directo al cuello de Chased.

La cruz con cadenas apareció nuevamente y desvío el golpe. Nerei maldijo mentalmente.

"Debo de encargarme de esa perra antes de ir contra Chased, de lo contrario esto se pondrá muy feo" Pensó en ese momento.

Estiró su cuerpo gracilmente para lanzar un patada ascendente hacia atrás, que Chased esquivó saltando hacia a la vez que giraba a toda velocidad.

Múltiples ráfagas de cuchillos oscuros salieron disparados hacia él. Nerei aprovechó y salió disparado a su máxima velocidad hacia la cúpula de hechizos cada vez más pequeña.

—¡¿Qué parte de primero tendrás que pasarnos para ir por Tytus, no entendiste?! —canturreó Chased, apareciendo a un par de metros a su lado, corriendo a la misma velocidad sin problemas.

Entonces el asesino se sacó del pantalón unos diez cuchillos y se los arrojó.

Nerei se escondió detrás del grueso tronco de un gran árbol.

Chased sacó su estoque y partió el árbol en dos verticalmente, sorprendiendo a Nerei con ello.

—¡Troy no era el único que no mostraba su verdadero poder! —exclamó Chased excitado.

Cuando Nerei trató de esquivarlo... Cayó en el suelo. Miró su pié.

Tenía una cadena que salía del suelo, atada al tobillo.

—¡Mierda!

—¡Te tengo, niño!

Chased le clavó le estoque en su estómago.

El bosque se silenció unos segundos.

—¿No y que eras la gran cosa, mocoso idiota? —canturreó Chased lamiéndose los labios grotescamente.

Pero contra sus espectativas, Nerei sonrió y le sostuvo con fuerza el brazo.

—Bueno, creo que es hora de ponerme serio —comentó como si el estoque que atravesaba su estómago fuera nada.

En ese instante el cuerpo de Nerei explotó con fuerza, disparando metrallas de agua a alta presión a todos lados.

La explosión retumbó por todo el bosque.

—Y es por eso que los gatos odian el agua, maldito traidor —murmuró Nerei corriendo por el bosque.

Había tratado de guardar la mayor cantidad posible de su maná para enfrentarse contra Troya, Troy o como se llame.

Pero el tiempo estaba pasando y la cúpula esa se volvía inquietantemente cada vez más pequeña... Ya no tenía el lujo de perder su tiempo.

Así que iba a acabar a Morya antes de que Chased se recuperara de ese ataque.

Nerei no tenía que siquiera usar magia de rastreo para saber dónde estaba el traidora.

Todas las criaturas que existían, incluso las constituidas puramente de elementos, contenían, aunque sea una chispa de agua.

Y mientras tuvieran agua, él podría localizarlas. Un humano estaba hecho en gran cantidad de agua, así que realmente siempre supo donde estaba.

—Ya te tengo, pedazo de zorra creída —murmuró molesto, saltando entre los troncos hasta subir por encima de las copas de los árboles.

Las gotas de agua se reunieron en sus manos hastas crear unos huevos de agua.

—¡Comete esto tú también, zorra rubia! ¡Presión del Rocío!

Entonces disparó los huevos hacia donde estaba Morya. Los huevos reventaron y dispararon gotas de agua a alta presión a toda lados también.

Entró de golpe en la nube de polvo, cayendo agachado.

—¡No he terminado!

Se paró de manos y comenzó a girar a gran velocidad, lanzando ráfagas de agua a todos lados.

El humo se dispersó de golpe, mostrando una cúpula de cadenas, donde Morya se escondía.

Era su técnica especial de defensa, muro de cadenas.

Aunque...

—¡¿Cuántas veces tengo que decírtelo, ramera tetona?!, ¡esa mierda es una maldita cúpula!, ¡ni para poner nombres a técnicas sirves! —gritó retador, corriendo hacia ella.

—¡Bastardo hijo de perra! —gritó ella desenvolviendo el muro para lanzar una cadena.

Nerei dió una voltereta en el aire, poniendo una mano en la cadena tensada, para saltar más alto y correr sobre esta.

Morya agitó la cadena y lanzó la otra, haciéndola hacer un antinatural zigzag en medio el aire.

Nerei se bajó de la cadena y se sostuvo con una mano de esta, justo antes de la honda, lo que le hizo salir desparado en el aire y esquivar la otra.

Cuando aterrizó, su cuerpo se deshizo en la hierba.

Morya recogió sus ca-

—Muy lenta.

Morya ahogó un grito de dolor cuando un brazo le atravesó el estómago. Las cadenas cayeron al suelo. Nerei se levantó detrás de ella.

—Te iba a atravesar el pecho, pero la sola idea de atravesar tus ubres de vaca cualquiera, me dieron náuseas, así que decidí arrancarte el estómago... Sucia traidora.

Nerei sacó su mano, haciendo que Morya cayera al suelo.

La hermosa rubia se giró en el suelo respirando agitadamente, sus bellos ojos azules estaban imbuidos en el más puro odio.

—Te vas a... Arrepentir de no habernos matado a la primera... Oportunidad —dijo con la voz algo temblorosa, pero cargada de seguridad.

Nerei no le prestó atención, él simplemente creo otro huevo de agua.

—No, no lo creo —comentó simplemente.

Pero cuando fue a lanzarselo, una gigantesca mano negra le agarró tan duro la muñeca, que sintió sus huesos crujir.

—En mi plegaria a usted, mi amado señor Smart, deseo que me brinde una brizna de su inconmensurable poder —jadeó alguien detrás de su oído.

Trató de zafarse, cuando fue lanzado con una fuerza inhumana. Nerei gimió de dolor cuando su cuerpo atravesó el árbol, se golpeó con el que estaba detrás y rebotó hacia el suelo.

—¡Ja, ja, ja, ja!... ¡Nunca me canso de este poder, es tan... Intoxicarme! —exclamó alguien con una voz casi animal, felina.

Nerei se levantó lentamente, tratando de recomponer su cuerpo lo más rápido posible.

Frente a él estaba algo que difícilmente se podía identificar como Chased, de no ser por los brillantes y rasgados ojos verdes.

Su cuerpo se había tornado completamente negro, sus brazos llegaban hasta el suelo con enormes manos con filosas garras oscuras, con las piernas transformadas en un intermedio de las patas traseras de un gato.

Debería de parecer un gato, pero era... Horrendo.

Una siniestra aura negra y cenicienta le envolvía, algo para nada parecido a su maná habitual.

—¿Qué demonios...? —fue todo lo que pudo decir Nerei.

De repente Morya también se cubrió con esa espesa y nauseabunda energía.

Cuando se levantó, su hermoso y sedoso cabello rubio ahora parecía paja amarillenta mezclada con trazas negras; su piel se tornó estremadamente pálida, su cuerpo adelgazó mucho, a la vez que sus senos y caderas se agrandaban hasta llegar a lo grotesco.

Sus hermosos ojos ahora eran dos hoyos oscuros sin fondo. Era incluso más fea y grotesca que el gato.

Pero lo importante era, que el daño fatal que Nerei le había infligido, desapareció sin dejar rastro alguno.

Automáticamente Nerei supo que ahora estaban en un nivel totalmente dife-

Se quedó flotando en el aire y sin aire. Soltó un gemido ahogado.

Chased le había golpeado en todo el centro del estómago.

—Siente un poco de la voluntad del magnificente Smart, aquel que cumplirá todos nuestros sueños y deseos.

Entonces lo impulsó hacia arriba. Antes de que Nerei pudiera recuperarse, lo envolvieron las cadenas de Morya.

—¡Toma, cerdo hipócrita!, ¡¿Quién se ríe ahora?! —soltó Morya con una voz viperina.

Y lo azotó contra el suelo. Nerei soltó un grito de dolor, trató de volverse en agua, pero por alguna razón que no entendía, las cadenas se lo impedían ahora.

Morya lo azotó una decena de veces contra el suelo, para luego estrellarlo contra todos los árboles alrededor de ellos.

Literalmente hizo un claro en medio del bosque con Nerei como herramientas.

Entonces lo lanzó hacia el cielo, soltándolo de las cadenas. Nerei ni siquiera relacionó cuando Chased apareció por encima de él, le tomó del rostro y lo arrojó a suelo de cara, creando una explosión de tierra cuando colisionó.

Apenas si fue consiente cuando vomitó sangre al chocar.

"L-lo siento Tytus, yo..."

Nerei trató de arrastrarse fuera del cráter, cuando unos tacones de aguja perforaron su hombro. Aguantó el gemido de dolor que quiso impulsarse de su boca.

—¿A dónde crees que vas, maldito crio?

Entonces le apuñaló la espalda sin parar con el tacón. Nerei aguantó estoicamente con un gruñido de frustración.

—No lo mates todavía, Morya, él podría servirnos vivo —comentó Chased, Nerei si apenas registró que su voz había vuelto a la normalidad.

—Oh. Claro, todavía necesitamos encargarnos de Tytus —comentó la cuarta espada como si nada, antes de clavarle el tacón en un riñón. Nerei trató de soltarse—. ¡Ay. Que tierno!, ¡todavía cree que saldrá vivo de esto!

—Tytus... Los va a matar... Desgracados —dijo Nerei con la poca fuerza que le quedaba.

Chased se agachó a su lado le agarró por el cuello.

—Niño idiota, ¿qué no te diste cuenta? Tytus tenía mucho menos posibilidades de escapar que tú. Troy se preparó muy bien para en enfrentarse a tu maestro, no por nada es el doceavo terror de nuestro señor Smart, él es la divina locura de nuestro Dios —comentó Chased divertido.

____°____

Tytus había visto cada vez más preocupado, el cómo el gran amasijo de sellos se reunía cada vez más cerca de él, cada vez más y más, a la vez que Troy solo observaba divertido y mantenía funcionando todo el entramado de hechizos.

El titán se encontraba suspendido en el aire, rodeado por un capullo de hilos que no podía destruir, no por lo menos en el estado en el que se encontraba.

Si pudiera tocar la tierra de algún modo, la batalla estaría decidida.

Troy se carcajeó en ese momento, sacándolo levemente de su meditación.

—¿Vas a seguir con este estúpido juego? —comentó el otro, somnoliento—, vamos, Tytus, solo déjate llevar y cae bajo mis encantamientos.

—... No —dijo siemplemente—... Yo matar... Te.

—¿Ah. Sí?, ¿Y cómo planeas hacerlo con ese estado tan lamentablemente? —preguntó Troy, curioso.

En ese momento, el residuo del aura de maná de Tytus tocó la tierra, y este la sintió, llamándole.

Tytus estiró su hercúleo brazo y apretó la mano.

Una estaca de piedra atravesó a Troy de par en par.

—¡¿Q-qué?! —dijo este, en shock.

—Con... Fiar dema... Siado.

Múltiples estacas comenzaron a atravesar a Troy por todos lados.

Y luego todo fue comprimido contra el suelo, una enorme mancha de sangre salpicó toda la tierra.

Aún así, por alguna razón que desconocía, sentía todavía la presencia de Troy, pero eso no era lo importante por ahora.

Tytus creo una aguja de piedra que perforó el capullo de las arañas y la tocó.

"Resonancia terrestre"

La aguja de piedracomenzó a vibrar y a-

De pronto simplemente se derrumbó, y Tytus sintió que comenzaba a perder fuerzas. Troy salió de entre las rocas, quitándose la sangre y el polvo que los envolvía.

—¿Creíste que todo sería tan fácil así como así?, este lugar está lleno de contramedidas para cada una de tus habilidades y posibles habilidades.

La única forma de salir de aquí, es matándome, pero ni siquiera sabes cómo hacer eso, pero tranquilo, ni yo sé cómo podrías matarme. —Se encogió de hombros.

La cúpula se separó del suelo y se volvió una capsula que lo envolvía solo a él.

Tytus apretó la mandíbula dentro de su enorme armadura.

Sí su padre lo viera en ese deplorable situación, lo hubiera matado por su tremenda estupidez.

—Tú... Realmente crees que me venciste, ¿no? —preguntó entonces muy lentamente, pero sin detenerse.

Troy frunció el ceño, confundido.

—Tú, ¿cómo?

De repente la armadura soltó un montón de chirridos, como si cientos de seguros se fueran deshaciendo.

—Tú, insignificante mago...

Entonces la armadura se se comenzó a agrietar.

El maná dorado se tornó blanco, casi transparente, a la vez que el viento comenzó a rugir con fuerza, y todos los sellos mágicos de la cúpula comenzaron a temblar.

—No sé cómo haces para sobrevivir a mis ataques, no lo sé y poco me importa... Porque ahora mismo acabaré con tu miserable y traicionera existencia —comentó lentamente, mientras la armadura se agrietaba cada vez más y más.

—Joo... ¿En serio?, ¿y qué harás con Nerei? Él también morirá en el acto al sentir este monstruo poder.

—Nerei no está aquí —negó, ya listo para romper la armadura.

—¡Pues ahora sí!

Tytus se paralizó al observar cómo Morya y Chased entraban al claro dónde estaban.

Con el asesino arrastrando a un Nerei totalmente mal herido por un pié.

Tytus se congeló en ese momento. La armadura detuvo en seco su destrucción.

—¿Qué pasa, Tytus? Sal de la armadura y termina con nosotros. ¿Qué estás esperando? —preguntó Troy con un bostezo—, aunque claro, también matarás a tu querido estudiante.

Un frío sudor corrió por la sien de Tytus, este siempre fue el plan de ese trío.

Esperar a que Nerei, su única debilidad, se integrara al grupo para poder restringir eficazmente sus movimientos.

Todo lo que había hecho Troy hasta ese momento había sido para comprar tiempo, justo para este momento.

Nerei en ese momento abrió los ojos y miró horrorizado la escena.

—¡Vaya, hasta que despierta el durmiente! —exclamó Troy alegremente.

Nerei no le prestó atención, solo observó la esfera de sellos que ya casi alcanzaba a Tytus.

—T-Tytus, ¡mátalos, no pienses en mí!, ¡solo mátalos, son una abomina-!

Morya le presionó el cuello con el tacón.

—Cállate, niño estúpido —profirió ella con una mueca de asco.

—T-Tytus —susurró Nerei sin poder defenderse.

—Has algo y él morirá por tu culpa —dijo Troy simplemente, como si le leyera la mente.

—Tú... Nos matarás a ambos —aseguró Tytus en ese momento.

—Bueno, podemos hacer algún cambio —soltó Troy de pronto—. No mato al niño si tú te dejas capturar del todo —negoció—, aunque claro, él tiene que decirnos donde están Persival y el niño Brimhal.

—Te diré a dónde fueron si prometes en el nombre de la magia no asesinar a Nerei —dijo Tytus de pronto.

—¿Qué? ¡Tytus, no! —exclamó Nerei, incrédulo.

—Solo si tú prometes en nombre de la magia que loqu me dirás será cierto —devolvió Troy con un gran sonrisa.

Tytus se detuvo unos segundos. La burbuja de sellos atravesó la seda.

—... Prometo en nombre de la magia, que mis palabras son verdaderas —susurró casi que con miedo, notando como Nerei lo miraba sorprendido—. Que Persival y el señorito Brimhal fuero hacia el norte, hacia Armus. No sé exactamente por qué, pero eso es lo que me susurra la tierra.

—Y yo prometo en nombre de la magia, no asesinar a Nerei Nimph —juramentó Troy.

Justo en ese momento, la burbuja de sellos cubrió la armadura de Tytus, junto con la seda espiritual de las arañas, que se adhirió a la armadura del titán.

Tytus permaneció inherte en el aire.

—Bien, ni trabajo está casi hecho —comentó Troy sentado en el aire, sacudiéndose las manos. Observó a Nerei divertido—. Y tú, ¿por qué no le das tus últimas palabras a tu maestro? Esta será la última vez que lo veas, después de todo.

Nerei observó con lágrimas en lo ojos, la cúpula de telaraña.

Morya movió el tacón de su cuello y Chased lo ayudó a levantarse, como si fuera alguna clase de gesto de consolación por sus años como camaradas.

Nerei parpadeó rápidamente, sin poder evitar que las lágrimas cayeran por sus mejillas.

Dentro de la armadura, Tytus observó a su estudiante, con lágrimas contenidas.

—T-Tytus, lo siento, y-yo... En verdad, te am-

En ese momento Chased le degolló.

Nerei se sostuvo el cuello, sorprendido, sin poder evitar que la sangre fluyera fuera de él.

Tytus contuvo la respiración unos segundos...

Antes de soltar un desgarrador rugido.

Nerei cayó al suelo con pequeñas convulsiones al ritmo de la sangre, que salía a borbotones.

Entonces se detuvo, inherte.

Tytus gritó sin control, tratando de moverse sin ningún signo de logro.

—Lo siento, viejo amigo, prometí que no lo mataría, pero no dije nada sobre mis compañeros. —Se encogió de hombros.

Las lágrimas brotaron del yelmo, a la vez que la armadura temblaba sin control. La garganta de Tytus se desgarraba entre los gritos de agonía y dolor.

—¡¡¡VOY A MATARLOS, JURO POR LOS DIOSES QUE VOY A MATARLOS!! ¡VOY A DESPEDA-!

La voz de Tytus se cortó, cuando Troy activó un sello extra de su libro y lo cerró.

El bosque se mantuvo en silencio por unos segundos, solo con el humo ondeando en el cielo y las llamas crepitando de los restos de la carpa del comandante Amir.

Troy silbó al aire, a la vez que se transformaba nuevamente en su fallecida hermana.

—Bien, ya que tenemos a Tytus, ahora toca la siguiente parte del plan. —Aplaudió con fuerza—. Morya, empaca al titán y vámonos. Ya tenemos el arma perfecta para matar a ese par de escurridizos —comentó antes salir disparada hacia el cielo.