El Caballero de los Cuervos 7.7

Podía sentir claramente, como el príncipe chupaba golosamente, acariciando toda su piel con su lengua, para luego meterla por su amplia endidura. A él le iba a dar un infarto con lo que sentía. Era demasiado para alguien que nunca había yacido con nadie.

Con el estruendo de una enorme explosión a cientos de metros más adelante, Amir detuvo a su corsel de ir a todo galope cuando este se espantó.

—So, so... —murmuró, acariciando las crines de su caballo favorito, Suave Brisa.

Él no podía moverse bajo tierra como Tytus, ni convertirse en agua como Nerie o volar como Troya, mucho menos esclavizar una halcón del abismo como lo hizo Morya.

Aunque era un elemental menor, él solo podía moverse como una persona normal, montando a caballo.

Pero eso estaba bien para él, no era la clase de hombres que les gustaba sobresalir, después de todo.

O por lo menos, así fue hasta ahora.

Él tenía un objetivo, derrocar Primura y sacar de la corte al príncipe, Kasius Primura. Su hombre no perdonaría tal ofensa y él lo sabía, pero para el comandante general, era mucho mejor ver a su amante libre y odiándolo, que enjaulado en algo que lo marchitaría lentamente durante el resto de sus días.

Sólo tenía que llegar al imperio Smart y usar sus influencias y conocimientos, para hacer un trato con el emperador y conquistar el reino.

"Conquistar el reino. ¿Eh?" Pensó algo triste, mientras hacía trotar a su caballo.

El reino que él personalmente había ayudado a purificar, sanar y elevar... Ahora vuelto una provincia de un imperio del cual carecían de total información, excepto por el hecho de que iba conquistando todo a su paso, proclamándolo como suyo.

A Amir tampoco le gustaba la idea, pero... Él ya lo había decidido, con tal de liberar a su amor, era capaz de ir incluso al inframundo con tal de lograrlo.

Cuando Amir llegó a la zona, se encontró con Tytus, el guerrero más poderoso del reino, sentado en una enorme silla de piedra, mientras que Troya abría su gruesa enciclopedia, convocando con ello sus carpas y montando así velozmente el campamento, uno más grande que los preparados en días anteriores.

Tytus giró su enorme armadura hacia él, haciendo que la silla de desplazara en el suelo.

—Ne... Rei acer... Carse, pronto... Llegar... Esperar... Aquí —dijo lentamente el titán, observándolo con sus imperturbables ojos dorado oscuro. Amir asintió.

—Eso está bien, necesitaremos de su ayuda cuando alcancemos al Destello Blanco. —Tytus asintió lentamente ante sus palabras.

—Persi... Val, un gue... Rrero duro... De vencer.

En ese momento Troya bajó del cielo.

—Y no solo eso... Esa magia que uso ese lancero —dijo pensstiva—. No sé de dónde la sacó, pero si de por sí era difícil controlarlo, con esa magia está casi a la altura de Tytus... Algunos de nosotros podríamos morir antes de vencerlo.

—No sé por qué el ratón de Nerei se fue tan pronto —indicó Chased, apareciendo prácticamente detrás de Amir—, pero más le vale que llegue pronto, Persival es un hueso demasiado duro duro de roer.

En ese momento, una fuerte ventisca hizo que Amir se cubriera par evitar salir volando, aunque las espadas permanecieron imperturbables, viendo cómo Morya caía del cielo sobre enorme halcón de plumas negras, con cuatro alas y dos colas.

—No sé por qué todos son tan cuidadosos con ese bárbaro —dijo ella con un bostezo, volviendo al halcón en un eslabón de su cadena—. Él en su momento nos venció a cada uno aparte, pero seguramente juntos podemos controlarlo sin problemas.

Chased se carcajeó, revelando sus puntiagudos dientes.

—Eres una cabeza hueca, Morya Delof —soltó el asesino, divertido—; si no eres consciente de la superior habilidad de Persival, entonces ya sabemos quién será la que muera en batalla... Persival no peleó con Tytus, seguramente para esconder la clase poder que mostró en Caruso, así que nada es totalmente seguro, niña tonta.

La hermosa rubia soltó un gruñido animal, comenzando a caminar hacia Chased, que se reía sin parar.

—... Morya, el gato tiene razón —soltó Troya calmadamente, congelándola—. Es un sin sentido hablar sobre este tema, simplemente lidiaremos con Persival Bladesky como lo hicimos con todos los demás. Vamos a dormir.

Amir entró en su tienda y se sentó sobre catre, con todo y armadura, cerró los ojos y poco a poco, la armadura se filtró por las telas de su ropa hasta dejarlo con una pegada camisa azul oscuro y pantalones grises, se quitó las botas y se acostó.

El viaje había sido largo, así que no le costó nada conciliar el sueño.

____°____

Amir siempre había tratado de huir de esas extrañas sensaciones que el príncipe Kasius provocaban en él.

Después de todo, ¿quién era él sino un simple forastero, un príncipe exiliado? Mientras que Kasius era... Bueno, uno de los mejores príncipes de la historia de Primura, y no tenía miedo de decir ir también de todo el horizonte humano. Él solamente era un guerrero cualquiera, un general cualquiera, que sería reconocido en la historia porque apreció en el momento indicado y en el lugar indicado, solo por eso, mientras que el príncipe seguramente cambiaría al continente mismo, debido a sus asombrosas habilidades y capacidad para hacer negocios.

Desde que conoció al príncipe a sus quince años, cuando su padre Kasio le habia permitido formar parte de su corte, Amir se había sentido irremediablemente atraído por él; todos se sentían así ante la belleza del príncipe, pero Amir podía sentirlo.

Era algo diferente, una sensación que más que lujuria, era el deseo de protegerlo, de cuidarlo... De hacerlo feliz.

Aún así, sin él entender el por qué, el príncipe Kasius parecía odiarlo, y para el comandante general, eso estaba bien; era mejor enfrentar al príncipe con odio, que tener que lidiar con sus primitivos y poderosos sentimientos, que amenazaban con ahogarlo cada vez que se perdía en la estilizada silueta de Kasius.

Así que él decidió darle la batalla al príncipe, fastidiándole cada plan que este formara.

O por lo menos así era hasta ese día... Cuando el príncipe Kasius se escapó de su vigilancia y arruinó el itinerario que él había planeado, solo para irse a beber con los súbditos.

Ese día Amir se había sentido tan despreciado, con todo su esfuerzo tirado a la basura, que su abollado corazón de metal se había agrietado un poco.

Mientras veía al príncipe, al dueño de sus más profundos y mejores sentimientos, reírse en su cara, él sintió la urgencia de llorar y abandonar todo, romper ese círculo vicioso que vivía con Kasius.

O así iba a hacer, hasta que descubrió que el príncipe también tenía fuertes sentimientos por él.

Ambos no eran nada más que dos personas temerosas por lo que el otro les provocaba.

Pero... Si Kasius dió la primera palabra, Amir dió el primer paso para comenzar su relación.

Fue por eso que, no solo correspondió el beso del príncipe, sino que también lo tiró en la cama y se desnudó frente a este, mostrándole toda su hombría. No pudo evitar carcajearse ante la mirada incrédula y absorta que Kasius le dió al gran lago e impresionante grosor de su miembro.

—¿Cree poder con esto. Eh. Principito? —soltó pícaro. Logrando con eso que Kasius se sonrojarse e inflara los mofletes.

Él era consciente de que su miembro era absurdamente grande como para tener sexo con un humano. Había tratado en múltiples ocasiones, tratar de desfogar sus emociones por el príncipe en las casas de placeres femeninos, pero todas salían corriendo o simplemente masajeaban su imponente obelisco, asombradas por su tamaño.

Él nunca había logrado yacer con nadie.

Así que él espero a que el príncipe se echara atrás o se intimidara.

Pero Kasius levantó la mirada y lo observó fijamente.

—¿Tratas de subestimarme como príncipe? —inquirió, arqueando una ceja—, porque si es así, entonces te vas a arrepentir.

Antes de que Amir le contestara, le príncipe gateó por la cama hasta poner su cara a milímetros de la punta de su falo, que palpitaba como un gigantesco corazón, soltando sus fluídos con parsimonia y lo agarró con fuerza detrás de la cabeza amoratada. Amir gimió levemente.

—Kasius, ¿qué-?

Amir quedó mudo en un grito ahogado, cuando el príncipe devoró por completo, la cabeza de su pene. Tuvo que sostenerse de los cabellos de Kasius, cuando sintió que iba a caerse de la impresión.

—¡K-Kasius! ¡¿Qué?! ¡No lo hagas, no puedes rebajarte a esto! —exclamó rápidamente con la voz una octava más alta, al sentir que el placer le acalambraba hasta los huesos.

Podía sentir claramente, como el príncipe chupaba golosamente, acariciando toda su piel con su lengua, para luego meterla por su amplia endidura.

A él le iba a dar un infarto con lo que sentía. Era demasiado para alguien que nunca había yacido con nadie.

—K-Kasius, v-voy a derramarme —advirtió con la voz temblorosa, lo que provocó que su hombre se metiera hasta un tercio de falo—. ¡Kasius voy a ahogarte con mi simiente, quítate! —exclamó jalándolo de los cabello.

Pero el príncipe no se dejó quitar.

Amir llegó a su límite y lo cruzó.

Con un rugido y los ojos en blanco, él dejó de tratar de quitarlo, para meterle otro buen trozo de su miembro a Kasius, aún con el riesgo de rasgarle las comisuras de sus labios.

Sintió cómo sus huevos se vaciaron con violencia, soltando un largo y potente chorro como nunca antes había soltado.

Fueron los instantes más intensos y largos de su vida, hasta ese momento.

Cuando terminó de venirse, cayó sentado en el suelo, aturdido todavía por las sensaciones y remanentes de placer que lo atravesaban.

—¡Por la Diosa Astemis, jamás creí que tú simiente sabría tan bien! —exclamó Kasius mientras lo escuchaba chupar y saborear algo—... O en todo caso, que sería tanta; estoy tan lleno que siento que ya almorcé y merendé. —Se carcajeó un poco.

Cuando por fin recuperó la conciencia de su entorno, lo que vió en la cama, hizo que su miembro cabezeara un poco y comenzara a hincharse de nuevo.

Kasius lamía lentamente sus dedos, devorando el viscoso fluído blanquecino que cubrían su cara y pecho, devorándolos como si fueran el mejor manjar que haya probado.

Amir tragó duro y se levantó. Kasius se comenzó a quitar toda su ropa llena de fluídos.

—No debió de haber hecho eso, príncipe, no es correcto tener ese tipo de prácticas sin estar casado —advirtió Amir algo incómodo, acercándose luego de quitarse con pantalones y las botas.

—Vamos, Amir, creo que es obvio por donde me paso las reglas que no me gustan —comentó el príncipe luego de quedar completamente desnudo. Amir observó su exquisito cuerpo—. Ahora cállate y vamos a yacer.

—Pe-pero...

Y una vez más, Kasius cayó a Amir, esta vez agarrando su gigantesco falo medioduro, para luego penetrarlo con su dedo meñique por la endidura.

Casi se cayó al piso, de no ser porque Kasius lo giró y lo sentó en cama, todavía con su dedo penetrando su miembro. Le sostuvo la muñeca.

—Impresionante, en verdad te cabe mi meñique —dijo Kasius realmente impresionado.

—Ah... Ah... Ah...

—Puedo sentir tu pene endureciéndose rápidamente. ¿Te gusta esto?

Amir no pudo responder, solo gemir sin control. Kasius de pronto comenzó a sacar y meter su dedo por la endidura y retorcerlo sin parar; eso hizo que Amir tuviera que morderse la mano para evitar caer en la locura del placer, con su miembro soltando fluídos cada vez en mayor cantidad.

—Amir, deberías dejar los prejuicios a un lado y simplemente disfrutar, créeme, estámos rompiendo más tabúes que esa creencia de que chupar el sexo de otros es un acto humillante de sumisión total, ¿no crees?

—P-para por... Favor —dijo como pudo, sintiendo el placer llegar a niveles que jamás había soñado—... Sácalo... S-sácalo.

—Está bien —dijo simplemente su hombre, sin dejar de penetrarlo con su dedo—, pero primero dí que eres mío, dilo...

—Soy... ¡¡TU-YO!! —exclamó sin control, cuando sintió que su cuerpo convulsionó sin parar, sintiendo que volvía a venirse, solo que esta vez no soltó nada.

Amir se tiró en la cama acostado, exhausto. Kasius simplemente le sacó el dedo de su pene y lo lamió, entonces se montó desnudo sobre él.

—Poséeme, Amir, quiero sentir que al fin soy de alguien, que soy tuyo.

El general miró al príncipe algo ansioso.

—P-pero... Mi miembro es muy grande, no entrará.

Kasius observó su gigante miembros unos segundos.

—Eso tiene solución...

Antes de que Amir pudiera preguntar que pensaba hacer, el príncipe volvió a penetrar su hendidura, esta vez con el índice, y comenzó a embestir sin control.

Amir soltó un alarido por el placer y el dolor que sentía ahora, volviendo a sentir cómo se corría, esta vez su simiente filtrándose entre los espacios que dejaba el dedo de Kasius.

Ahora sí, había quedado exhausto, con su cuerpo laxo en la cama; su miembro se encogió rápidamente hasta tener la mitad del tamaño de antes.

Amir solo observó, cómo el príncipe devoraba toda su simiente esparcida por todos lados, y, usaba los restos para mojar y expandir su agujero.

—De ese tamaño si entrará sin problemas —comentó el príncipe pensativo, pasando rápidamente de meterse un dedo, hasta cuatro.

Amir observó hipnotizado, como esos dedos se perdían dentro de su amor prohibido.

—P-pareciera que estás acostumbrado a hacer eso —mumuró sin pensar. Kasius se detuvo y le dió una mirada afilada.

—¿Algún problema con que un hombre como yo juegue con su entrada? —preguntó amenazador, frunciendo el ceño. Amir negó rápidamente con la cabeza.

—N-no, para nada... Es solo que me causa curiosidad —dijo algo avergonzado—; y-yo lo he intentado un par de veces, pero me duele mucho hacerlo.

—¡Oh! Así que él impresionante comandante Amir Grum, se toquetea también —dijo entre sorprendido y divertido—... ¿Lo haces pensando en mí?

Él no pudo responder, se sentía demasiado expuesto, avergonzado y con el rostro sonrojado como para decirlo, así que simplemente asintió. Kasius sonrió con un misterioso brillo en los ojos.

—Bueno, tal vez otro día lo intentemos, pero por ahora...

La sola idea de volver a hacer algo con el príncipe, con este hombre que lo volvía loco de pies a cabeza, hizo que miembro empezará a crecer nuevamente.

—Oh. Diablos, ya comenzó a crecer de nuevo —dijo el príncipe algo apurado, montándose sobre su entrepierna.

Sin meditarlo mucho el príncipe se penetró rápidamente con el miembro de Amir hasta la base, aún cuando eso le causo tal dolor que le hizo gruñir.

El sentir el tibio y húmedo interior de Kasius, hizo que su miembro creciera cada vez más rápido.

—¡Argth! —gritó Kasius al sentir la veloz expansión, asustando a Amir con eso.

—Basta, príncipe, quítese antes de que le haga verdadero daño —dijo temeroso, pero Kasius negó con la cabeza—. ¡Kasius te voy a desgarrar por dentro!

Y era así, empezaba a sentir cómo el interior de Kasius trataba de evitar su agrandamiento,

—N—n llegué hasta aquí, s-solo para rendirme —dijo este con dificultad.

Amir notó que su hombre murmuró algo levemente, que hizo que el cuerpo del príncipe brillara de color verde grama.

Y gimió sorprendido al sentir como el interior del príncipe lo aceptó sin problemas, incluso cuando su miembro creció hasta un tamaño que pocas veces había alcanzado.

Kasius jadeaba sin parar sobre él con los ojos cristalizados.

—¿Q-qué hiciste para que tu interior me soportara? —preguntó confundido, observando en gran bulto que le hacía su falo en el vientre a Kasius.

—... E-es un secreto personal —dijo el príncipe algo sonrojado.

Él instintivamente le dió una embestida a su hombre, provicando de Kasius gimiera con fuerza.

—¡Ah!... A-Amir, espe-

El comandante no lo escuchó, simplemente rodó en la cama, tumbando a Kasius y cargando sus piernas con los brazos.

Así comenzó a embestirlo con fuerza, arrancando verdaderos alaridos de placer de su hombre y haciendo mover la cama como si tuvieran un terremoto personal en esta.

—A-así. Ohhhh... A-así, más duro, más... —suplicó el príncipe desesperado.

Amir gruñó a la vez que comenzaba a embestirlo más duro y con más fuerza, sintiendo como su obelisco de carne era masajeado sin parar por el jugoso interior del príncipe.

Kasius lo haló por la nuca y lo acercó para besarse apasionadamente, sintiendo que su pene entraba mucho más profundo en esa posición.

El príncipe tenía los ojos en blanco, soltando lágrimas y gimiendo sin parar.

Él se sentía en el paraíso, no quería que ese momento se acabara nunca.

—Ah, ah, ah. A-Amir, te a-amo —murmuró Kasius antes de gruñir, derramando su simiente entre los dos.

Escuchar esas palabras, hicienron que su metálico corazón se calentara como nunca antes.

Y también le hizo acabar.

—¡Me vengo! —gritó desesperado, sintiendo como nuevamente soltaba un largo chorro de su simiente; aunque no tanta como las dos veces anteriores, si fue muchísimo más de lo que humano podría.

Cayó agotado sobre Kasius, que aceptó su peso y lo abrazo cariñosamente.

—Yo también... Te amo —dijo sin aliento. Kasius frotó suavemente su calva—, te amo —repitió con la voz temblorosa.

Y es que era así, amaba a Kasius como nadie podría llegar a amarlo, no tan profundamente como lo hacía él.

—Lo sé mi comandante, lo sé —dijo el príncipe—. Y nunca me abandonarás, ¿verdad?

—N-no, no lo haré —dijo él, sintiéndose repentinamente extraño.

—Ni traicionarás a la corona, ¿no? Ni irás al imperio Smart y nos venderás.

Amir se levantó de encima de Kasius, sacado su miembro también, y se paró de la cama, frunciendo el ceño.

¿Imperio Smart?

La mente de Amir comenzó a recordar que esto es un recuerdo de su primera vez con Kasius, y no la realidad.

Solo que en ese tiempo, no existía el imperio Smart.

—Estoy siendo controlado —murmuró con la sangre fría.

Entonces abrió los ojos, verdaderamente los abrió.

Estaba en su tienda y era de noche.

Su catre se había vuelto totalmente negro, con una superficie líquida y densa.

Y al lado de él, estaba sentado un sujeto cubierto con una capa, posando la mano sobre su pecho.

—¿Eh? ¡¿Qué-?!

—Lo tengo —murmuró la persona entre las tinieblas de su capucha.

Amir trató de mover sus brazos, cuando se dió cuenta que no podía.

Estaba paralizado, con su cuerpo hundiéndose dentro del catre totalmente oscurecido, solo su pecho y cabeza estaban afuera.

Por ahora.

—¡¿Qué diablos?! —exclamó molesto, tratando de moverse.

—Ni lo intente, las sombras son mi-

—¡Puño salvaje!

Entonces el mazo, que había estado apoyado en la entrada de la tienda, salió volando por los aires hacia el sujeto. El hombre esquivó ágilmente el mazo, soltando su agarre sobre él.

Eso le permitió comenzar a salir rápidamente de la sombra.

El sujeto fue hacia él... Pero el mazo se mantuvo en el aire y realizó un golpe, haciendo alejar al sujeto.

—Había escuchado de sus habilidades como elemental menor, pero no esperaba que pudiera controlar el metal tan libremente —dijo el sujeto.

—Y una mierda sabes de mí —gruñó molesto, parándose al fin del catre y agarrando su mazo—. ¿Quién diablos eres tú?

—La tienda está aislada tanto sónica como presencialmente. Las espadas no vendrán en su ayuda, comandante general —dijo el hombre en cambio.

Amir apretó su agarre sobre su mazo, inquieto por esta presencia que no solo podía evadir a las espadas, sino también ocultarse de ellas.

—Si crees que me puedes matar solo porque las espadas no vendrán, entones eres un estúpido —señaló violentamente.

—¿Matarlo? Para nada —negó levemente—, yo vine a capturarlo y llevarlo a la cárcel personal de mi príncipe.

Amir lo observó fijamente, en shock.

—¿P-princip-?

El hombre salió disparado hacia él.

Amir no lo dudo, lanzó un golpe ascendente que hizo volar al sujeto.

Salvo por el detalle de que se desvaneció en la pared, dejando su capa salir volando por el golpe.

Él no entendió que pasaba, hasta que el hombre salió del techo y cayó sobre él, hundiéndolo velozmente en suelo en un enorme charco negro, hasta que solo su cabeza estaba afuera.

El sujeto encapuchado salió el pozo hasta pararse sobre la líquida sombra.

—Había planeado llevármelo en silencio, pero usted es quién me obligó a ser tan rudo —comentó el hombre, como si se disculpara.

Amir gruñó con esfuerzo, tratando de salir del pozo. Entonces se detuvo.

—No sé de dónde conoces a Kasius, pero no volveré, tengo que hacer lo que me propuse —comentó con convicción. El hombre lo observó desde las profundidades de su capucha.

—No entiendo esta decisión. —El hombre negó con la cabeza—. Condenar a miles de personas, que usted mismo salvó, solo por creer que el príncipe hallará la paz con eso... Ese es el pensamiento de un idiota.

—No es un pensamiento idiota —refutó él, activando su maná—. Se llama amor, inepto.

—¿Amor?

Entonces Amir escupió al aire. El hombre observó la gota de saliva que se alzó.

Excepto que no era saliva, era metal líquido.

La gota de mercurio salió disparada hacia el hombre, que se protegió con un escudo oscuro. El impacto lo empujó hacia atrás.

Al mismo tiempo, Amir se concentró en buscar alguna pieza de metal entre las ropas del hombre, encontrando una espada encantada; se concentró en ella y la empujó con su manipulación de metales.

Eso hizo que el encapuchado saliera disparado, saliendo del charco negro, lo que hizo que Amir comenzara a salir rápidamente de esa cosa otra vez.

Pero el hombre, al chocar con la pared de la tienda, volvió a meterse en ella.

Apareciendo en el charco justo cuando solo quedaban sus pies adentro. El hombre se lanzó en su contra, tomándolo de los hombros y empujándolo hacia el charco.

—¡Usted no saldrá de aquí! —exclamó el sujeto. Amir sacó su armadura y se dispuso a perforar el cuerpo del sujeto.

Pero cuando su espalda tocó el charco de sombra nuevamente y su armadura comenzó a volverse en agujas.

La tienda explotó en mil pedazos.

____°____

El campamento permaneció en silencio en medio de la noche; las espadas dormían pacíficamente y el comandante general también.

Fue en ese momento, en el cual la gotas de aguas se reunieron en el borde del campamento, formando un mini tifón hasta tomar la forma de Nerei Nimph, la quinta espada del rey.

Nerei suspiró algo agotado, sentándose en el suelo a comer una manzana.

Había sido toda una proeza el haber logrado mandarle un mensaje a Tytus con el viento, indicándole que debían ir al sur, hacia el imperio Smart; en un principio, era algo razonable, debido a que si Gale y Persival fueran verdadero traidores, entonces debían ir hacia ese lugar.

Por otro lado, las planicies y los solitarios minibosques del territorio de nadie, eran el lugar perfecto para comprobar lo que Persival le había advertido... La traición de Troya a la corona de Primura.

Nerei no podía creerlo del todo, seguramente todo formaba parte de un complejo y casual malentendido.

Pero si realmente Troya era un traidora...

—¡Hala! Hasta que al fin aparece el ratón de agua.

Persival se giró hacia la oscuridad del pequeño bosque, de donde dos brillantes y felinos ojos, le observaban fijamente.

El asesino calvo de piel pálida, llenos tatuajes por todo el cuerpo y con pantalones llenos de jirones de tela, esta vez de cuero oscuro, Chased, salió de la maleta con su gatuna sonrisa. Nerei suspiró.

—¡Chased, casi me mataste de un susto! —exclamó molesto—. ¿No puedes ser como una persona normal y simplemente saludar?

Chased Montreau no le dijo nada, solo amplió la sonrisa. Nerei frunció un poco más el ceño.

—Oye. ¿Te comió la lengua el gato?; estás más callado de lo normal —inidicó algo extrañado.

—Nada, simplemente pienso, acerca de por qué tardaste tanto en llevar, considerando que de los cinco, eres el se mueve más rápido a larga distancia —señaló el asesino, ladeando la cabeza. Nerei se levantó y se sacudió el polvo que recogió en el aire.

—¿Y no puedo tardarme? Oye, yo pasé bastante tiempo en Brimhal, me dolió lo que le sucedió a la ciudad y la traición de Persival... Necesitaba pensar las cosas. —Se encogió de hombros.

—¿Pensar las cosas? —comentó Chased divertido.

—Como sea, tú no eres mi jefe, no tengo porqué darte explicaciones, gato loco.

Chased se masajeó la barbilla, pensativo.

—¿Sabes qué es lo que pienso? Supongamos que tardaste, porque tú sabías dónde encontrar al lancero y lo confrontarse, y, no solo perdiste, sino que también te lavó el cerebro y te hizo ayudarlo en lo que sea que planea hacer.

La sangre de Nerei de congeló al escuchar esas palabras, pero disimuló ágilmente su nerviosismo con un bufido de exasperación.

—Claro, eso es un suposición, no tienes por qué alarmarte. —Chased se carcajeó sin parar.

Algo en sus palabras, no le gustó nada a Nerei.

—Yo no traicionaría al reino jamás, Tytus y yo apreciamos mucho a los Primura —comentó lentamente. Chased asintió a la misma velocidad que sus palabras.

—Eso me consta, ustedes dos jamás traicionarían el príncipe y al rey —aseveró en concordancia—, pero nosotros sí.

En ese momento, unas cadenas moradas apareciendo de la tierra, atándolo y aferrándolo a la tierra. Nerei cayó arrodillado, apresado y en shock

En total shock.

Morya salió del bosque también, balanceando una de sus cadenas púrpuras con una cruz roja, mientras la otra estaba enterrada en el suelo.

—Ahhh... Este es un día de júbilo para mi herida alma —canturreó la hermosa guerrera, agitando sus cabellos de oro contra el aire—. Es una pena tenga que matarte, me gustaría más esclavizarte y torturarte por el resto de tu vida útil.

El confusión de Nerei se volvió en ira.

—¡Maldita mujerzuela ubres de vaca! —exclamó molesto, forzándose a levantarse.

—¡Ja, ja, ja, ja, ja!... Ni te molestes en levantarte —comentó divertido—, solo dinos dónde está el ridículo lancero y el noblecito... Nosotros nos encargaremos de ellos por ustedes.

Nerei se detuvo y los observó fijamente.

—... No les diré nada, y ninguna clase de magia absurda o amenaza me hará decirlo —dijo lentamente. Lo que agrandó la sonrisa de Chased.

—Asi que sí sabes —dijo este lentamente—. ¡Ya escuchaste Troy, lo sabe y no dirá nada por las buenas!

En ese momento, apareció un figura que bajó de los cielos hasta levitar frente a Nerei.

Era Troya, con su traje de blanco, sus cabellos azul oscuro y ojos grises.

Entonces su apariencia comenzó a quemarse, mostrándo poco a poco a una figura vestida de negro por completo, sin pechos, ni grandes curvas, sino un estilizado y masculino cuerpo.

Observó estupefacto, cómo Troya se transformó en un elegante hombre.

—¿Que pasa, Nerei?, ¿no me reconoces? Soy yo, la Troya de siempre, aunque mi verdadero nombre es Troy.

Entonces Troy chasqueó los dedos.

Nerei observó asustado como una tienda del campamento explotó violentamente.

—Cuando volvamos al reino, le diremos al rey que Persival nos emboscó, mató al comandante Amir y a ti, y que nosotros escapamos porque Tytus se sacrificó con tal de matarlo, porque se había vuelto loco al ver tu muerte a manos del lancero —explicó fácilmente—... Te sacaré la información que queremos, Nerei, te la sacaré ya sea vivo o muerto, aunque si es muerto, será un paseo hacerte hablar. —Sonrió sádicamente.

Continuará...

Buenas chicos y chicas (quién sabe) perdonen la espera por este nuevo capítulo de esta serie, discúlpenme cualquier error ortográfico o de redacción que se pudiera escapar, todavía estoy pollito en estos términos, aparte de que no he vuelto a estudiar sobre este tema.

Esto, aquí tienen una nueva parte de la historia. Cómo verán, las cosas comienzan a complicarse más y más, y la verdades empiezan a salir a la luz. Gale ha descubierto un poco más sobre sí mismo, dando a revelar que es un Order, una raza que tiene vital importancia en esta historia, también, Emyll, uno de mis personajes favoritos en esta historia, ha revelado que Persival es un deidad, qué clase de ser superior será el lancero? Pronto lo sabremos.

También fue revelada la cruel verdad, que tres de las cinco espadas son traidores, en la próxima parte habrá una épica batalla entre Nerei y Tytus contra Chased, Morya y Troya, esta última revelando que su nombre es Troy y que en verdad es un hombre, por qué la mentira? Un pequeño spoiler, alguien morirá en esta batalla.

Y también está el emperador Smart, que por algún motivo sintió el despertar de Gale como Order y dió órdenes para que lo ejecutaran lo antes posible.

Además, Amir y el misterioso Yami, fueron atacados fatalmente por Troy justo cuando la pelea de estos llegaba a su fin, se habrá salvado alguno?

Esto es solo el comienzo señores, en el próximo capítulo se dará la respuesta a la mayoría de estas incógnita, además, de la aparición estelar de la diva de la historia!!! El personaje por el cual esta novela tiene este título!!! Así es, Hannibal Crow al fin aparecerá!!!

O al menos, espero que me alcancen las páginas para ponerlo 😅

En fin, pasando a otros temas, todavía no he terminado de hacer los dibujos de algunos de los personajes de "el tutor", más que todo, porque estoy a punto de ser contratado por una de las cadenas de tiendas de ferretería más importante de Venezuela, por lo que mis últimas semanas han sido bastante turbulentas, espero que me vaya bien para así conseguir el capital necesario para poder comprarme el equipo que me hace falta para poder escribir e ilustrar con tranquilidad, deseenme suerte chicos 🤞🏽

Y por último, un lector me escribió hace poco, pidiéndome el link de mi cuenta en Facebook, yo todavía no tengo una página como tal y no estoy usando mucho Facebook por cuestiones económicas, y obviamente no subo mucho contenido, pero si buscan "Adeth Escritor" y me mandan un solicitud, junto con un mensaje indicando el motivo, con gusto les aceptaré, en algún momento comenzaré a agilizar la página y montar contenido pertinente a mis historias, solo tenganme paciencia 🙏🏽

Pueden comentar y valorar y/o escribirme al correo adeth.maldito@gmail.com que contesto, puede que tarde pero contesto, hasta el próximo capítulo chicos!!!!