El Caballero de los Cuervos 3.3

Algo tan puro como el primer amor... La sombra de la noche... El yacer dos chicos... Y las dudas y desesperación de una lanza...

El lancero soltó una ruidosa exhalación antes tomarlo de la nuca fuertemente y penetrarle la boca salvajemente con su lengua.

Gale gimió amortiguado mientras sus lenguas se frotaban con fuerza, mientras mecía lentamente sus glúteos sobre el sexo de Persival.

Él tomó de las mejillas al guerrero y los condujo hasta trecostarse en la suave tela mullida que usaban de cama. Persival gimió en su boca mientras metía las manos bajo la camisa de Gale y comenzaba ha apretar sus pezones suavemente.

Gale sintió un escalofrío de placer ante ese suave contacto, cuando hizo un amago de separarse de Persival, notó cómo su ropa de volvía en partículas de luz antes de aparecer en una esquina, totalmente dobladas.

No pudo evitar gemír cuando el magnífico cuerpo del lancero se posó sobre él, lo que le hizo abrir las piernas y posar los talones sobre los fuertes glúteos de Persival.

—Ah, Persi... —Murmuró Gale en pleno éxtasis mientras su amante dejaba besos por su cuello y bajaba lentamente.

Su piel se erizó ahí donde Persival pasaba los labios y gimió azorado cuando el lancero comió sus pezones, masticandolos suavemente y chupando tan duro que Gale juró sentir cómo le crecían con ello.

La boca de Persival hizo un pequeño estruendo cuando dejó su pezón irquierdo y Gale podía sentir cómo sus pezones vibraban y palpitaba como locos.

Persival lo observó absorto mientras frotaba y giraba sus pezones con la puntas de sus dedos y susurró:

—Te vez... Tan hermoso. —Persival volvió a bajar para seguir el camino de su torso.

Gale no supo con exactitud que vió Persival en él, pero la lujuriosa mirada que le disparaba le hacía estar sin palabra, y no pudo evitar sostener los hermosos cabellos blancos de su hermano de sangre cuando este lamió desde su abdomen hasta alcanzar la base de su falo.

Persival lo tomó de los huevos suavemente y luego de masajearlos un poco los lamió suavemente para luego devorarlos, arrancándole un par de suspiros a Gale con ello.

Persival succionó sus huevos mientras jugaba con su lengua con ellos un poco para luego dejarlos y pasar la punta de esta por el tronco de su sexo, dibujando con ella cada vena que se le marcaba.

Gale respiraba aceleradamente a la vez que su sexo ya chorreaba fluídos. Persival se detuvo justo cuando su lengua tocó el borde de la cabeza del sexo de Gale.

Y mientras se observaban a los ojos fijamente, el lancero devoró por completo su falo mientras succionaba y mamaba como un ternero.

Gale se aferró de los cabellos de Persival con fuerza a la vez que gemía sin parar. Era una suerte que la roñosa casona estuviera algo lejos del pluebo, por sino la mitad de este lo hubiese oído gritar.

Persival chupaba sin parar mientras se atravesaba él mismo la garganta con fuerza. Gale sentía el masaje total de todo su miembro, un placer que lo estaba llevando bastante rápido al borde.

—¡Persival! —gimió mientras sentía sus huevos temblar, casi listos para soltar su simiente.

Pero en ese momento, como si Persival lo hubiese captado a la primera, lo soltó para luego voltearlo y hacerle elevar el trasero.

Gale no pudo evitar somsojarse y sentirse algo avergonzado al estar tan expuesto ante su guerrero, con Persival observando fija y casi obsesivamente su entrada a la vez que masajeaba y abría sus glúteos. Eso ponía algo nervioso a Gale.

—Per...

Sus palabras murieron en un gemido al sentir algo húmedo y caliente posarse en su entrada y perforarla.

Gale se aferró a las sábanas mientras gemía sin parar al sentir cómo la lengua del lancero se metía cada vez más duro y rápido en su interior, sintiendo como recorría el borde de su entrada para luego perforarlo con fuerza mientras palmeaba su trasero.

Gale sentía que iba a venirse otra vez, en esta ocasión cuando sintió cómo los fuertes y callosos dedos se metió en sus entrañas y raspaban lentamente su interior mientras entraban y salían. Su miembro soltó un fuerte chorro de fluídos mientras vibraba levemente.

Persival tomó los jugos que él soltó con su mano casi al instante, mojando con ellos sus dedos para seguir penetrando su interior, esta vez con tres dedos que pulsaban rítmicamente ese lugar que le llenaba de placer.

Gale ya había leído de antemano sobre este misterioso punto, no a todos los hombres le daba placer, y no todos disfrutaban de la penetración, pero... Rayos, Gale se estaba volviendo adicto rápidamente esa extraña sensación entre dolor y placer.

—¡P-Persi! —gimió arqueando la espalda, moviendo su trasero hacia atrás buscando penetrarse más con lo dedos del lancero—. Lle-lléname, te necesito adentro. —Comenzó a mover las caderas para hacer un suave vaivén con los dedos—. Poseeme de un vez.

Escuchó al guerrero soltar un par de palabras malsonantes que le hicieron sonreír hasta que Persival se cernió sobre su cuerpo, sosteniéndolo de las caderas.

—¿Así señorito? ¿Me desea tener así? —le susurró en al oído mientras punteaba su entrada con la gruesa cabeza del miembro.

Gale solo pudo asentir. Entonces Persival rodeó su estómago con los brazos mientras poco a poco fue penetrándolo.

Él gruñó de dolor levemente mientras sentía la intromisión, sintiendo como le llenaba lentamente, no pudo evitar soltar gemidos de dolor.

—¿Estás bien Gale? —murmuró Persival preocupado mientras le besaba la nuca.

Gale por respuesta se empujó hacia atrás, enterrándose lo que le falta de ese miembro, un escalofrío de placer mezclado con dolor le hizo gemir lastimeramente a la vez Persival bufó y se sostuvo de sus caderas.

—V-voy a venirme —advirtió el guerrero algo avergonzado, deteniendo la penetración.

Gale apretó su interior con ello, arrancándole un gemido al lancero con ello.

—¿Es todo lo que tienes lancero? —Gale entremiró divertido a Persival—. Hace dos días fuiste tan ardiente, y ahora pareces un-

Gale se comió sus palabra con un gemido al sentir una potente embestida que barrenó su interior.

Y las siguientes fueron igual de brutales, una tras otra, sintiendo como ese potente miembro le estimulaba todo su interior con furiosas ondas de placer, Gale no podía evitar gritar mientras su cuerpo se estremecía, los ojos se le ponían blancos y su pene soltaba fluídos sin parar.

De pronto Persival lo tomó del pecho y lo incorporó hasta que ambos estuvieron de rodillas.

—¿Esto es lo que querías? —dijo Persival entrecortado en medio de las furiosas embestidas—. Te voy ha hacer mío, Gale.

Gale quería decirle que ya lo era, pero lo único que le salían eran gemidos mientras sentía su interior ser violentado con una exquisita fuerza.

Persival lo tomó firmemente con una mano en la base de su falo y huevos mientras retorcía con la otra sus pezones.

Gale estaba a punto de soltar su simiente.

Pero de pronto Persival lo soltó y salió lentamente de su interior para luego sentarlo entre los cobertores.

Antes de que él pudiera preguntar porqué se había detenido, el lancero se montó encima de Gale, tomó su duro falo y se penetró con él.

Gale se sostuvo de las caderas del lancero mientras sentía cómo su pene se metía suavemente y sin ninguna dificultad dentro de las entrañas de Persival, sintiendo esta vez una clase de placer distinto.

El rostro de Persival se tornó rojo y suspiró cuando la base de su pene golpeó su trasero.

—V-voy a venirme —Anunció Persival mirando al cielo de pronto mientras comenzaba a saltar lentamente sobre su pene, apretándolo con fuerza sus entrañas.

Gale levantó a Persival de su regazo hasta solo dejar la cabeza de su falo en el interior del lancero, este lo observó algo confuso entre el placer pero se dejó.

A esa altura el chorreante y enorme pene de Persival alcanzaba fácilmente su boca.

El lancero soltó un grito ahogado y se agarró de los dorados cabellos de Gale cuando este se metió la mitad de su miembro en la boca.

Al instante la boca de Gale se llenó con la simiente de lancero al punto que se le escapaban algunos chorros por las comisuras. El sabor almizclado le supo algo salado y delicioso, haciéndolo decidir tragárselo. El lancero lo observaba entre extasiado y sorprendido.

—N-no esperé que hicieras eso.

Gale simplemente le sonrió mientras recogía con sus dedos los blancos grumos que se le habían escapado y los devoró.

Antes de que Persival pudiera decir algo, Gale se volvió a enterrar al lancero, quién gimió levemente, y lo tomó de las mejillas para besarlo y darle un poco de ese néctar.

Sus lenguas volvieron a fusionarse y sus bocas pegarse mientras Persival se iba hacia atrás y halaba a Gale con él, terminando ambos acostados.

Persival se aferró a su espalda mientras Gale comenzaba a penetrarlo más y más duro, a jadear entre sus bocas.

Podía sentir cómo las entrañas de Persival pulsaban a su alrededor, ansiosas de tener su semilla.

Él se las daría.

Persival gemía quedadamente mientras ponía sus rudas manos en su trasero y le impulsaba a penetrarlo más duro, más profundo.

—Préñame —Le ordenó mientras ambos se observaban fijamente para luego comenzar a besarse de nuevo.

Sus violentas embestidas se volvieron suaves y sutiles y los arañazos se volvieron caricias. Gale sintió claramente como se conectaban por algo más que el simple placer carnal.

Ambos recorrían el cuerpo del otro lentamente mientras danzaba entre las sábanas.

Ninguno de los dos lo dijo, pero Gale sabía que esto era más que fornicar, o incluso más que yacer.

De alguna manera, ellos estaban haciendo el amor.

Gale sintió como el placer hacía pulsar su pene y sus huevos, por lo que soltó un gemido que murió en el cuello de Persival mientras sentía su mente desvanecerse en el placer, soltando su semilla en el interio de lancero.

Persival lo abrazó con fuerza, recibiendo sus fluídos en el interior y soltando su propia simiente entre sus cuerpos.

Exhaustos, ninguno se movió de su posición incluso cuando el miembro de Gale salió flácido de las entrañas del lancero.

—Debemos descansar un poco —mumuró suavemente el lancero sin moverse, envolviendolos con las sábanas.

Gale asintió levemente, besando el pecho del lancero. Persival tomó sus mejillas y lo besó suavemente durante un minuto para luego acostarse entre caricias.

Gale durmió en total paz en ese momento.

______°______

Persival se sentía en ese momento totalmente intranquilo y nervioso.

La luna, el ojo de la Diosa Ingrid la bondadosa, surcaba ya un poco más allá del medio de nocturno cielo. No era una noche estrellada como acostumbraba haber en esa época, sino que estaba llena de nubes que creaban profundas sombras en la tierra... Sobre la ciudad de Caruso.

Parecía que la Diosa se había apiadado de ellos y les daba sus bendiciones, porque era un momento perfecto para escapar de la ciudad.

Y eso ponía a Persival nervioso y aliviado en partes iguales aunque su rostro no lo mostrara.

A su lado, el causante de gran parte de sus nervios e inseguridades, estaba agachado en el suelo deshaciéndose de las pocas cosas que habían estado cargando hasta ese momento.

Persival no pudo evitar observar algo turbado a su señorito, al exhiliado Gale Brimhal, no podía entender qué le estaba pasando con él, cómo el chico había bajado las defensas que había estado construyendo durante esos dos días de esa manera tan simple y tonta y le había hecho caer en la lujuria, en el exquisito placer entre los dos.

Y esa forma en que los había conducido a yacer de esa forma tan dulce e íntima... Casi como si estuvieran haciendo el a-

Persival cortó esa línea de pensamiento en seco mientras se deshacía de las valijas y las quemaba con su luz.

Hacer el amor era algo que simplemente solo se hacía con la persona que se amaba de verdad, aquella con la que se estuviera para toda la vida, y era imposible que él pudiera sentir algo así por Gale.

Él era el guerrero, sirviente, hermano de sangre y lanza de batalla del señorito, no era su hombre ni nada por el estilo.

No podía serlo.

... Y aún así, Persival sentía que una parte de él deseaba serlo, una parte que crecía y se apoderaba de su razocinio con cada día que pasaba.

El problema no era que Gale fuera un noble, puesto que al estar exiliado de su destino, ya no sufriría la maldición de los nobles que era el vivir y morir por el país y el beneficio de la casa sin importar qué.

Tampoco lo era el que ambos fueran hombres o que estuvieran siendo perseguidos ni nada por el estilo.

Se trataba de algo muchos más elemental y por lo tanto, más difícil de esquivar: Persival era una lanza, un arma al servicio de su amo.

Y como tal, las armas con el tiempo se mellan, se oxidan y se rompen, más todavía si están en tiempos de guerra, justo como en ese momento.

Sin contar con que el amor era la debilidad fatal de su especie, enamorarse significaba firmar su sentencia de muerte y no podía morir, no hasta que el señorito cumpliera con su cometido y el nombre del fallecido amo Brimhal fuera limpiado.

Las armas simplemente no se enamoran de sus dueños. Punto y final.

Así que Persival encerró toda su lucha mental en contra de sus sentimientos en una bóveda mental y se concentró en su deber actual, escapar de la ciudad de Caruso.

Una vez terminaron de deshacerse de sus rastros, Gale se acercó a él y le tendió su amada lanzada, Lirio de Plata.

—¿Listo para partir, señorito? —El señorito Gale asintió decidido ante sus palabras—. Bien. Una vez que salgamos de aquí, estaremos unos cuatro días en mi cabaña para evitar a las espadas del rey, seguramente ellos seguirán hacia territorio de nadie probablemente al sur, así que estaremos bien una vez los despistemos.

El señorito simplemente asintió, observándolo fijamente. Persival frunció el ceño aunque en realidad se sentía algo bastante nerviso, y dijo:

—¿Qué sucede?

—Eh, nada. —Gale observó algo apenado el suelo.

Normalmente Persival lo dejaría así, creyendo que solo eran manías de su señor... Pero considerando la intervención que Gale le había hecho antes de que, bueno, de que yacieran, el lancero sentía que su señorito siempre pensaba en todo.

En todo.

—Vamos, sueltelo, se nota que desea hablarme de algo —le instó mientras pulía un poco su lanza.

Gale asintió a los segundos.

—... Persi, me gustaría que procuraras no asesinar a nadie si nos descubren mientras escalamos muro —ordenó el señorito mientras jugaba con el borde de su camisa ansiosamente, como si esperase un regaño.

Persival no pudo evitar sonreír un poco al ver cómo el señorito se preocupaba por los demás incluso en una situación esa.

Puede que el señorito Gale todavía fuera algo inmaduro e Infantil y no se sintiera capáz para la tarea, pero Persival no dudaba en que él se volvería en un mejor señor que el amo Brimhal.

—Tranquilicese, no lo voy a regañar. —Las mejillas de Gale se sonrojaron ante sus palabras—. Considero que es lo mejor. Si queremos probar nuestra inocencia, no debemos de asesinar ni a un solo soldados durante toda nuestra misión. En todo caso, un soldado normal no es rival para mí —explicó encogiéndose de hombros

—¿Y las espadas? —inquirió Gale algo temeroso.

Persival entonces observó el cielo, apretando la lanza entre sus dedos.

—Si por desgracia nos encontramos con alguno de ellos, la sangre va ha correr —susurró trémulo.

Realmente Persival no deseaba encontrarse con alguna de las espadas del rey. A pesar de no ser una, él los consideraba como sus semejantes, sus compañeros, aparte de que quería mucho menos encontrarse con Nerei Nimph, la quinta espada.

De todos los que conocía y que podía considerar como amigos, la joven espada era a quien más le tenía aprecio... Y una parte de él moría si tuviera que matarlo.

Luego de ese intercambio, ambos se mantuvieron en silencio, más que todo para mantenerse encubiertos.

La casona estaba ubicada en las afueras del pueblo de Cartedis, uno de los pueblos más cercanos a la ciudad cardinal del este, y aunque el pueblo no tenía tanta vigilancia como la ciudad, eso no no les hizo bajar la guardia y seguir con el plan.

Persival era muchísimo más veloz e infinitamente más resistente que el señorito, él podía darse el lujo de correr a la ciudad y volver a la casona en el mismo día debido a que cuando se concentraba en alimentar su cuerpo con mamá, el casancio simplemente no existía.

Así que el plan era que Gale se montara en su espalda y dejarle el resto a él, que como su lanza, era su deber de llevar a su amo a salvo.

Así que una vez que el señorito se encaramó en su espalda y él le sostuvo trasero con una mano como fuente de apoyo y Gale rodeó su cuello con los brazos y el torso con sus piernas, Persival comenzó a cantar rápidamente conjuro tras conjuro para mantenerlos lo más a salvo posible.

Su voz se mantuvo como una suave briza mientras observaba como los círculos y sellos de magia los hacían resplandecer un poco.

Así, su cuerpo creció un poco en altura y mucho más en musculatura debido a la magia de refuerzo que uso para aumentar su velocidad y su cuerpos se transparentaron hasta ser casi totalmente invisible, además de conjurar algunos escudos de luz santa para evitar la mayor cantidad de golpes posibles y activar una bendición de felinos que silenciaba sus pasos al moverse como uno.

Además de eso, hizo rugir su flujo de maná, acelerando su circulación en su cuerpo y alimentando así los múltiples hechizos y habilidades que poseía.

El tener tantas habilidades y hechizos activados normalmente vaciarían a alguien normal en cuestión de minutos, horas en caso de ser alguien con un enorme potencial, incluso la primera espada del rey se vaciarían en dos días si se empleara tan a fondo.

Pero Persival, aunque no era tan poderoso en cuanto a hechizos y calidad de maná, si algo lo caracterizaban era el infinito maná que nunca se acabaría sin importar qué, su fuente era tan vasta como el cielo mismo y es él motivo principal por el cuál nunca se cansaba o si quiera sudaba, incluso las necesidades fisiológicas serían irrelevantes si él se concentrara en vivir solo de su maná... Aunque ciertamente sería una existencia lamentable.

Pero incluso con su vasta capacidad de maná, debido a que su concentración iba ha estar dispersa en múltiples lugares y por tener varios hechizos activados, la magia en todos los conjuros no era tan fuerte como realmente debería de ser, por lo que su ansiedad no estaba disipada del todo, aún había posibilidades de que los atraparan, y peor aún, que los asesinaran en el escape.

"Definitivamente debo comenzar a entrenar la magia, he sido muy indulgente con eso" Con ese autoreproche en mente, le dijo al señorito:

—Sujétese bien, en unos diez o quince minutos llegaremos a Caruso.

El señorito fue a decir algo cuando Persival se impulsó con fuerza, saliendo por uno de los agujeros del techo.

Apenas tus botas tocaron la viga maestra de la casona se impulsó aún más duro, destruyendo el roído lugar con su fuerza a la vez que salían disparos hacia el cielo.

Si el hechizo de camuflaje no hubiese estado activado, quién estuviera cerca del lugar hubiese visto como un cometa blanco salía disparado de las ruinas.

El viento soplaba con fuerza y sentía al señorito en su espalada agarrado a su cuerpo tan duro que debía de estar haciéndose un poco de daño con ello.

Eso estaba bien, el tener a Gale tan pegado a él le hacía sentir tranquilo y seguro.

Poco a poco comenzaron a caer del cielo, cuando Persival lo notó, maniobró en el aire para inclinarse hacia adelante un poco y extendió la mano hacia el suelo.

Entonces fueron impulsados cuando disparó un proyectil de luz que habrió un pequeño cráter en la tierra, explotando todo a su alrededor.

Eso hubiera llamado la atención de las personas si no estuvieran dando un gran rodeo a kilómetros de distancia del cualquier pueblo cercano.

Propulsándose con misiles de luz fue como Persival los llevó hasta la planicie cercana a la entrada principal de la ciudad de Caruso. Un viaje que hubiese durado poco más de un día fue realizado en menos de media hora y sin siquiera hacerlo jadear ni un poco.

En términos de resistencia, Persival era simplemente invencible.

—Vamos ha aterrizar, por favor no me vomite encima —advirtió Persival en voz alta mientras empezaban a caer.

Sintió al señorito abrir la boca para decir algo, cuando terminaron de caer.

Persival giró en el aire para apuntar con sus pies hacia el sentido en el que caían, cuando sus pies se clavaron en el suelo, endureció sus músculos y se dejó llevar por la inercia y se impulsó, saltando por los aires y dando vueltas sin parar con ello, entonces volvió a caer, esta vez con las piernas abiertas y flexionadas, dejándose llevar otra vez por la fuerza del impacto para dar otro salto más pequeño, girar un unas cuantas veces más y caer ligeramente acuchillado.

Una vez aterrizaron, notó que los brazos de Gale temblaban sobre su cuello.

—¿Se...?

Gale lo soltó, cayó en el suelo y se giró a un lado para vomitar. Persival suspiró algo cansado, o bueno, más bien aliviado de no sufrir ese percance encima y así matar a su amo por ello.

—¿Está bien señorito? —preguntó cuando Gale dejó de tener arcadas.

—... S-sí, e-estoy vivo —susurró el señorito... Antes de volver a vomitar.

Persival se sintió un poco culpable al ver a Gale en ese estado.

—Descansaremos unos diez minutos —indicó mientras se sentaba con las piernas cruzadas y colocaba la lan-

—No... Vámonos, n-no podemos quedarnos aquí, es peligroso —murmuró Gale algo atorado.

Persival estuvo a punto de advertirle al señorito que si seguían probablemente él iba a perder el estómago, pero considerando que realmente era peligroso quedarse ahí, Persival aceptó con algo de renuencia.

Gale volvió a subirse a su espalda y Persival volvió a colocar el conjunto de hechizos, hizo un rastreo básico casi indetectable para asegurarse de que los magos y hechiceros estaban en los lugares que había marcado previamente y comenzó a correr rápidamente hacía la entrada de la ciudad.

La ciudad de Caruso estaba compuesta por pequeños edificios y casas hechas de bloques de una exquisita piedra negra con vetas azule que era extraída de una mina situada en el sur de la ciudad.

Las calles estaban forradas con adoquines de piedra caliza negra y todo estaba construído en una perfecta cuadrícula, por lo que era casi imposible perderse.

También habían cientos de estatuas por todo la ciudad de personas, animales y criaturas mágicas que habían sido creadas por artesanos y escultores. La ciudad era una exportadora de arte, más propiamente dicho de esculturas, y con esa piedra estaba cimentado el comercio.

La ciudad también era conocida como la ciudad fúnebre debido a la excelencia del negro que predominaba en las construcciones y las esculturas decadentes y sombrías, también era conocida como la ciudad oscura o incluso el bosque de piedra y esculturas.

En resumen, el que toda la ciudad estuviese hecho de piedra, facilitaba que Persival saltara de techo en techo en total silencio sin llamar la atención de nadie.

A diferencia del violento recorrido que habían tenido hasta ahora, Persival corrió suavemente por lo tejados, saltando entre estos cuando sentía que los patrulleros no estaban en la calle bajo ellos.

Las nubes cubrían el cielo y se movían con lentitud, creando lagos de densas sombras que aprovechaba para aumentar la efectividad del hechizo de camuflaje.

Parecía como si la misma noche les favoreciera. Persival sentía que todo iba a salir a la perfec...

De pronto en medio de la tranquila noche, se escuchó un espantoso maullido amenazante cerca de ellos.

Persival se detuvo y sintió a Gale tensarse a su espalda.

El lancero notó tambien que el flujo de los guardias en las calles se había detenido.

—¿Qué-?

De pronto el maullido volvió a sonar, una maullido irracionalmente fuerte que reverberó por toda la manzana.

Cuando Persival entendió lo que ocurría, una bola de fuego azul impactó en sus escudos.

El señorito aguantó un grito mientras que Persival chasqueó la lengua molesto, y por qué no, tambien alarmado.

Múltiples campanas resonaron en las torres de vigilancia mientras que un cuerno reverberó también.

Era la alarma.

—¡Persival, corre, nos descubrieron! —ordenó Gale bastante alarmado.

Pero Persival no le hizo caso al señorito, o mejor dicho ni lo escucho.

Él estaba observando el origen de la bola de fuego, con la mente corriendo a toda marcha.

A tres tejados a la izquierda de ellos, había un pequeño gato de pelaje rojizo con rayas atigradas azul oscuro, dos colas danzaba en el aire suavemente mientras le devolvía la mirada somnolientamente con sus tres ojos verdes rasgados.

Persival conocía bien a ese gato, era uno de los familiares invocados por la segunda espada, la reina de la magia, Troya.

Pero era imposible que él estuviera aquí vigilando, ella estaba en una misión en el exterior, así que no debería de saber nada...

... A menos, que fuera parte del complot.

—Esa rata... —gruñó Persival fríamente antes de notar cómo decenas de magos ya habían captado su presencia y se preparaban para atacar.

—¡Persival!

El lancero al fin tomó consciencia de la situación y se dispuso a correr.

Y como si el gato lo hubiese esperado, apenas él dió un paso, debajo del felino se formó un sello rojo mientras se envolvía en fuego, listo para atacar.

Persival saltó del techo al mismo tiempo que un enorme gato de fuego cayó en este, haciendo la casa colapsar.

Él no tenía tiempo para pensar sobre los daños hacía los civiles, Persival debía de proteger a Gale y eso haría sin importar el costo.

—¡Señorito sujétese bien! —gritó mientras soltaba a Gale y sujetaba su lanza con las dos manos.

De pronto el cielo se llenó con una lluvia de lanzas de hielo. Persival giró su lanza sobre ellos, destruyéndolas todas.

Al mismo tiempo, el enorme gato hecho de fuego corrió hacia ellos ágilmente, aprovechando la distra-

Persival inhaló profundamente, llenando sus pulmones de aire y maná.

Entonces con un rugido, disparó por la boca un proyectil de luz.

El gato saltó hacia atrás unas cuatro casas, esquivando el impacto que apenas si agrietó ese techo.

Persival no podía usar sus poderes al máximo, si llegaba matar a alguien entonces sería el final de todo antes de siquiera comenzar.

Cuando las lanzas se acabaron, Persival eliminó el camuflaje y se concentró totalmente en aumentar los escudos y su potencia muscular, sus cuerpo se engrosó el doble mientras se impulsaba tan duro que su pies hundieron el suelo.

Persival saltó toda una cuadra directo al muro cuando fueron bombardeados esta vez por una lluvia de flechas.

Persival se preparó para usar sus reflejos y esquivar los enjambres de flechas cuando todas las flechas fueron envueltas en un aura rojo fuego y se reagruparon mágicamente para formar una marea de flechas y fuego que brilló en el cielo.

Persival maldijo al maldito gato mientras volvía a saltar de otro tejado, justo hacia la marea de flechas y magia.

Era tan grande que era absurdo intentar escapar.

—¡Persival! —exclamó Gale en su nuca, asustado.

—¡Estaremos bien, señorito, solo-!

Antes de que Persival pudiera pedirle confianza, las flechas golpearon sus escudos de luz.

Persival creo otro escudo bajo sus pies y saltó más alto, tratando de salir de la ola que fragmentaba sus protecciones rápidamente.

Al notar que no tenía fin, seguramente por algo que estaba haciendo ese gato, Persival concentró su maná rápidamente en su lanza, Lirio de Plata, que comenzó a brillar y vibrar.

Cuando los escudos al fin fueron quebrantados y rotos en mil pedazos, él ya estaba listo.

Las flechas y el fuego se filtraron por los huecos de los escudos como si fuera agua, cuando Persival giró su lanza a una velocidad casi sónica mientras soltaba el maná guardado en ella.

Un remolino de luz brillante como una estrella, bloqueó las flechas y el fuego rápidamente mientras Persival se impulsaba hacia adelante y acumulaba maná para la próxima ola.

Al final salió al fin del marea, cayendo en un tejado... Solo para ver otra marea de flechas, esta vez cargada de lanzas de hielo y fuego.

Persival observó en silencio el monumental ataque mientras reconstruía los escudos lo más rápido que podía.

En una situación normal, él fácilmente pararía la marea con una explosión de poder, o simplemente huiría o atacaría directamente a los usuarios.

Pero actualmente él ya estaba huyendo y esos ataques bloqueaban su salida, y no podía matar a nadie y encima de todo, protegía al señorito Gale.

Estaba atado por muchos lados.

Los cálculos de Persival lo llevaron a ver qué probablemente morirían si se enfrentaban a esa cosa.

No obstante, igualmente debían de ir en contra de ella. El muro de la sinceridad, el muro que dividía los dos sectores del reino estaba a solo unas tres cuadras.

Y si huían y se escondían en la ciudad, era totalmente seguro de que la segunda espada, Troya, o la tercera espada, Chased, los encontrarían en cuestión de horas.

Y eso sería aun peor que morir aquí.

Persival se sentía frustrado y molesto al ver que en cualquier momento se iba a romper.

Él tampoco podía morir y dejar ir a Gale. Sin un guardián que guíe al señorito y con las espadas detrás de él, ni siquiera con la ayuda del Dios supremo Glayos se salvaría.

Solo quedaba una respuesta al dilema.

—Señorito, si yo muero en esto —Persival se preparó para saltar hacía la nube de muerte que les caería en cuestión de segundos— tengo que decirle que realmente, yo amaba a su padre, al amo Brimhal... Así como lo amo usted, y fue un placer servirle como su lanza aunque fuera por un corto período.

En su nuca solo pudo sentir la inestable respiración de su señorito, por lo que Persival solo se encomendó a los Dioses y volvió a saltar con todas sus fuerzas.

Apenas los escudos tocaron la marea de ataques, este se volvió añicos como si fuera vidrio.

Persival volvió a liberar el maná guardado en la lanza, formando otra vez el torbellino de luz.

Solo que esta vez tenía algunas filtraciones por dónde se colaban flechas y lanzas, Persival rugió en irá mientras aumentaba el giro de su lanza, forzando el torbellino a crecer y a detener las fugas, que estas disminuyeron, no desaparecieron del todo.

Una flecha atravesó cerca del centro y le cortó la mejilla a la vez que una lanza de hielo se clavó firmemente en su pierna izquierda.

Sus dedos comenzaron a chamuscarse debido a la cercanía al fuego.

Otra flecha se clavó en su cadera levemente y otra le rozó el cuello.

Cuando de pronto una lanza atravesó la barrera de luz y fue a darle de lleno entre los ojos, de pronto una sombra cayó del cielo y recibió el golpe por él.

Gale jadeó detrás de Persival a la vez que se soltó con un brazo y atajó al cuervo que cayó inherte, apresándolo al peto del lancero.

Persival soltó un rugido desgarrador a la vez aumentó el flujo de su inagotable maná hacia la lanza aunque eso le hizo sentir que se quemaba de adentro hacia afuera.

El torbellino creció en tamaño y poder y soportó firmemente lo que quedó del ataque.

Cuando salieron del ataque, Persival cayó pesadamente mientras el humo se escapaba de su piel, la armadura estaba al rojo vivo en algunas zonas y el dolor le hacía ver puntos negros.

El muro se presentaba a un par de metros frente a ellos.

—¡Bien, lo logra-!

Una bola de fuego azul los impactó por detrás... Y no habían escudos para detenerla.

Persival se quedó en shock mientras sentía cómo los brazos del señorito se soltaban.

Gale y Medianoche cayeron en silencio en el suelo, inconscientes.

El ver a Gale herido fatalmente en el suelo, fracturó algo en la consciencia de Persival.

Por unos segundos, algunas flechas se clavaron en su cuerpo y algunas bolas de fuego le calcinaron, pero lo único que podía ver era a su amo y hermano de sangre en el suelo, con el humo envolviéndolo y con ampollas y ropa derretida en algunos puntos.

Entonces Persival rugió mientras explotaba en luz, su maná se escapó de su cuerpo como una marea de luz que rápidamente poseyó toda la ciudad.

Las personas comenzaron a gritar asustadas por la luz que lo invadió todo y que brillaba tan intensamente que se filtraba incluso entre los párpados y los objetos que usaban para cubrirse, quemándose las retinas con el antinatural brillo.

Persival se dispuso ha aniquilar a toda la ciudad y los pueblos de alrededor, y si moría mientras ejecutaba la técnica, que era lo más probable, no le importaba, de hecho lo prefería así.

Si Persival moría sin las preparaciones para ello, su muerte causaría una explosión que consumiría el reino entero y parte del exterior, tal vez incluso parte de los reinos vecinos... Y eso no le importaba.

Sin Gale, sin un propósito en su vida, sin el amor que estaba recién descubriendo, ya nada importa-

—P-Persi...

Persival en ese momento se detuvo en medio de su desesperación.

Entre el cegador fulgor blanco que lo bañaba todo, pudo ver que Gale se movía levemente.

—D-detente... E-estoy bien —balbuceó su amo mientras se trataba de parar sin verdadero éxito en ello.

La inmensa radiación de luz se detuvo de golpe. Aunque la piel de Persival estaba totalmente roja, resquebrajada y llena de ampollas, ni siquiera sintió dolor cuando se agachó a recoger a su amo y al cuervo.

Y mientras la ciudad estaba en total conmoción debido a que todos habían perdido la vista e incluso a algunos se les habían quemado totalmente los ojos, Persival escaló el muro y salió de Caruso.

Continuará...

Hola señores y señorita!!! Tarde pero seguro ya salió este cap de el caballero de los cuervos, sí, lo sé, tardé uno montón uwu, pero es que tuve una semana bastante movidita la semana pasada por mi cumple y eso (no es por pedirles que me feliciten, pero felicitenme!!! Es broma XD)

Así que aquí ta' este capítulo donde se empiezan a ver las dudas y conflictos de los chicos, mientras que Gale no se siente a la altura de su lancero y del desafío, Persival empieza a temerle a los sentimientos que comienzan a crecer por su señorito, sé que es un poco pesado que no muestre cuál es la raza del lancero y todo el rollo, pero créanme, es mejor no hacerlo por ahora, al menos hasta que se encuentren con el caballero de los cuervos.

También, da paso a las escenas de acción, no hay mucho pero empieza a caldear el asunto. Aquí va ha haber peleas señores, no sol sexo o pajazos, aquí va a correr el semen y la sangre, vayan mentalizandose XD

La próxima semana comenzaré a publicar la tanda de seis capítulos de el tutor, por lo que no veremos a los caballeros por un tiempo, así que puedo decir que el próximo cap de está historia, se presentarán ahora sí a las espadas, incluyendo a la primera y quinta espadas, Tytus y Nerei que son protagonista también.

Así mismo, tengo otra sorpresa...

No sé si leerán mis pies de páginas todo tedioso y rallados, pero una vez les comenté que tenía algunas historias ya hechas pero que no publicaba porque había perdido mi laptop y el respaldo lo tenía al otro lado del estado.

Quién creen que fue por ese respaldo al fin?

Así es señores!!! Habemus nueva historia!!! Probablemente a principios del próximo mes la empiece a publicar porque debo corregirle muchas, muuuuchas cosas, porque tiene como 60 años y yo he mejorado mucho desde entonces XD

Esta historia es bastante peculiar porque es totalmente distinta a las que he puesto hasta ahora, comenzando con que está escrita en primera persona, y una historia que ocurre en Venezuela, más concretamente en mi estado y en el entorno en el que vivo, incluso los personajes están inspirados en personas y situaciones que conozco.

Antes de que se desanimen porque se tratade de venezuela xD de una diré que no tiene nada de política ni tonterías de esas ni habla sobre los problemas que hay actualmente, empezando porque la historia abarcaba es el 2013, y segundo porque sé dónde público y lo que quiero publicar, mi fin es entretener y hacer a las personas reflexionar sobre sus decisiones y miedos o superar algún momento difícil escapando a mis historias, no hago críticas sociales tan políticas ni nada por el estilo, así que relajense y esperen a que caigan unas cuantas pajas por esto 🤣😂🤣😂

Hasta la próxima señores y feliz pajazo!!!?