El Caballero de los Cuervos 2.2

Un castigo... Una injusticia... La horrible verdad y la desición y voluntad de un príncipe...

—Entiendo ahora completamente la situación —anunció el príncipe de pronto, levantándose—, así como también, comprendo porqué atacó cuando lo hizo, señor Crollys. —El príncipe comenzó a caminar alrededor del salón—... Pero aún así, usted merece un castigo.

De repente todos los no implicados en el asunto, el resto de los señores y los ministro, comenzaron a murmurar.

El rey frunció el ceño y Amir solo pudo observar, ansioso.

—¿Pe-perdón príncipe? —balbuceó Agustín sin entender—, no hice nada malo, solamente actué de acuerdo a la-

—Ese es el problema, querido señor, usted actuó —advitió el príncipe sin dejar de caminar por el salón—. Hay... Algunas cosas que me inquietan sobre estos hechos —El príncipe se detuvo detrás de Crollys en ese momento.

Amir pudo observar satisfecho cómo el graciento señor tembló ligeramente, nervioso al sentir al príncipe a sus espaldas.

El príncipe Kasius Primura era un chico de veintidós años, aunque era delgado, con su metro setenta y tres también era puro músculo, de ojos verdes oscuros y suaves cabellos entre la miel y el rubio, sus facciones aunque era delicadas, a la vez daban un aire muy masculino.

Vestido con un suave y ceñido traje de color blanco con costuras moradas y guantes dorados con botones blancos y zapatos de color oscuro, con la diminuta diadema que coronaba su cabeza con una simple piedra en la que el diamante, la esmeralda y el zafiro estaban fusionados con magia, era el que más exquisitamente vestía en el salón, resaltando acertivamente su apariencia.

Y aunque sonreía amablemente, era casi palbable la molestia que cargaba.

—El primer lugar, el que ocultara las inquietudes que sufría el señor de Brimhal estuvo muy mal, si usted le hubiese advertido a nuestro rey, o a mí, o al comandante, esto podría haberse evitado. —El príncipe elevó un dedo con ello.

—En segundo lugar, el que usted fuera informado de esos acontecimientos y no hubiera hecho algo para advertir a la capital con respecto al atentado, fue un error peor que el anterior —El príncipe elevó un segundo dedo—. Porque, si el Dios Peral no lo hubiese querido, usted hubiese fallado con su ejército privado en detener la sublevación y el enemigo hubiera logrado tomar la capital... Para hoy ya todos estuvieramos muertos. —El príncipe se agachó ligeramente sobre el señor de Crollys, como una serpiente buscando su presa.

Agustín Crollys solo pudo observar la mesa con forma de anillo, cada vez más preocupado.

—Y su mayor error y más imperdonable... Fue el quemar la ciudad de Brimhal —Gruñó de pronto el príncipe Kasius, perdiendo su sonrisa para mostrar una sorprendente mueca de odio—. Hombres y mujeres, niños y ancianos, todos ellos perecieron en su absurdo acto, separando así las familias y sembrando con dolor y resentimiento a los sobrevivientes.

—P-pero esos plebeyos ¡Estaban protegiendo a toda costa al traidor! —exclamó Agustín rabioso—. Román Brimhal debía ser detenido o de lo contrario todos sufriríamos desgracias, además de que una ciudad es un precio bajo para lo-

De pronto el príncipe golpeó la mesa con su mano envuelta en una luz dorada, la luz de su orden, que brilló explosiva en una estrella ardiente que cegó a todos.

En ese momento Amir supo que tan molesto estaba el príncipe, él estaba rabioso a morir y la prueba era que había activado la orden más poderosa de toda aquella sala.

Aunque el rey tenía la admiración de los súbditos... La realidad era que el príncipe mantenía la absoluta devoción de las masas.

El príncipe era el tipo de persona que pensaba primero por el pueblo y para el pueblo. Todas su decisiones, sus motivaciones y deseos, iban encaminados a proteger a los más desvalidos de cada ciudad y pueblo, nadie estaba tan claro en ello que Amir.

Normalmente, el príncipe Kasius en realidad se la pasaba más en el exterior de la capital que en ella, ya que acostumbraba a visitar personalmente cada ciudad y pueblo, quedándose en la plaza principal de las ciudades una semana y la de los pueblos tres días, escuchando atentamente a los problemas y preocupaciones de cada persona que se acercara a él y buscando de manera eficiente y directa una solución para todo.

Además, el príncipe anualmente gastaba de sus propias arcas para producir nuevos proyectos de construcción y alimentación, así como también de apoyo para las personas de más bajos recursos, incluso fue él quién ideó la forma en que sería talado efectivamente el bosque de Tatis y como su madera debía de ser usada para crear un nuevo modelo de casas, estas hechas de madera.

El príncipe silenciosamente era en realidad el verdadero rey de todo el reino, dejando al rey Kasio más como una figura que una autoridad... Y en parte eso se debía a que el rey así lo quería.

Después de todo, Kasius era como una mezcla entre el rey Kasio y su hermano Franco, un líder y guerrero nato con una afilada inteligencia.

Fue por ello que cuando la luz se apagó en solo segundos, el príncipe había fríamente recuperado su suave sonrisa.

El rostro de Agustín Crollys estaba pálido como el papel.

—La ciudad de Brimhal era la que menor problemas tenía este año —dijo el príncipe sin moverse un centímetro—, sus amables personas iban a mí más que todo a darme regalos y elogios y hablarme sobre lo bien que el señor de Brimhal se había comportado... Era imposible que ellos no trataran de evitar que asesinaran a su amado señor. —El príncipe se encrispó un poco.

—Esas personas, solo deseaban lo mejor para su señor... Y como los nobles que somos, como aquellos que rigen este reino, nuestro deber es siempre proteger humildemente a nuestros súbditos sin importar qué... Sin importar si incluso no viven en la ciudad o pueblos que le pertenecen, señor Agustín —la suave voz del príncipe se volvió neutra y ligeramente amenazante—, así que el que masacrara de manera tan indiscriminada a la población solo porque hacían lo que consideraban correcto, es algo que no perdonaré y ni toleraré.

—P-príncipe, e-en verdad yo-

—Por haber tomado en sus manos un deber que le concernía al comandante. —El príncipe siguió como si nada y se levantó del lado del señor de Crollys—. Por haber puesto en riesgo el destino de este reino y por haber asesinado, masacrado y quemado indiscriminadamente a la ciudad de Brimhal, exijo a nombre de los plebeyos que harán correr la voz sobre este suceso y que clamaran por sangre y venganza, que se le encarcele al señor de Crollys y que se nombre un nuevo señor de parte de su familia para la ciudad del oeste... Preferiblemente uno más inteligente por favor —terminó frívolamente.

El silencio reinó en el salón unos segundos, Amir solo pudo asentir complacido ante la impresionante labia y control del príncipe.

El señor Crollys se levantó asustado por primera vez en toda la reunión.

—¡S-su majestad yo-!

—Mi hijo tiene razón —interumpió rey con un gesto grave—. En realidad, Agustín, aunque estimo tu lealtad y nuestra amistad, la prisión es algo que mereces por todas esas muertes innecesarias que harán bajar la moral del reino en un momento en el que necesitamos más que nunca que sean fuertes para la invasión que se nos avecina, por lo que —el rey se levantó y señaló al señor de Crollys— ¡Orden! En nombre del rey de Primura, yo, Kasio Primura, te sentencio a veinte años de prisión de la cual no podrás poner un pie a fuera ni podrás escuchar el más mínimo mumurllo y ni podrás exhalar ni la palabra más simple hasta que cumplas tu sentencia —decretó mientras su orden brillaba casi tan fuerte como la del príncipe.

—¡MI REY YO...!

Pero las palabras de Augustín Crollys se perdieron cuando un torbellino de luz dorada lo envolvió, una vez se desvaneció la luz... El señor ya había desaparecido.

Solo entonces el rey se sentó en trono, luciendo más cansado que nunca.

—La siguiente parte de la reunión queda pospuesta para mañana, cuando mis espadas arriben de su misión... Hasta luego señores —dijo el rey algo cabizbajo.

Sin decir nada, todos los presentes, excepto el príncipe y el señor Franco, salieron con calma de la habitación pese a todo lo presenciado. El último en salir fue Amir.

Y no pudo evitar escuchar los sollozos de su rey y del señor de Zorr, sumado a ellos, el consuelo del príncipe hacía estos.

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Con pasos algo ligeros, él caminó suavemente hacia el jardín de la promesa estacional primaveral, o simplemente promesa primavera. Uno de los cuatro jardines del palacio de los letargos.

Los árboles de las promesas estacionales eran cuatro clases de árboles mágicos que nacían exclusivamente en Primura, floreciendo así cada uno en su estación correspondiente. El uso de sus flores tenían algún uso específico muy valioso.

Al ser primavera, los árboles pretrificados de la promesa primaveral se volvían en hermosos y gigantes ramos de flores rosadas y amarillas cuyo frutos eran usados para hacer tanto afrodisíacos como para crear pociones que restauraban el maná.

Pero lo más importante era que en su forma natural, esos árboles tenían la cualidad de apaciguar los sentimientos y centrar a las personas.

Y eso era lo que más necesitaba Kasius en ese momento.

Así que el príncipe atravesó todo el castillo solo para llegar a la parte trasera, donde un enorme jardín circular estaba dividido en cuatro partes, una sección por cada árbol promesa. Kasius se dirigió hacía la única parte que estaba florida.

Apenas puso un pie en el suave pasto, supo de Amir estaba en el interior, probablemente buscando lo mismo que él.

Ese detalle hizo al príncipe ponerse algo ansioso, por lo que decidió usar su magia para propiciar un encuentro tranquilo entre los dos.

—Bajo la presente, yo Kasius Primura constato que —levantó su mano a la altura de su rostro mientras le prometía al aire— mientras esté dentro de este jardín, a cambio de no poder tocar lo que más deseo en todo el mundo, nadie deseará venir al jardín de la promesa primaveral bajo ningún concepto... Yo lo acepto.

Y con esas palabras, el cuerpo de Kasius fue envuelto en el aura verde grama de su maná, sintiendo como la magia se enlazaba a su cuerpo con el contrato que había hecho.

Solo entonces se dispuso a entrar.

A medida que se acercaba a donde estaba el comandante, pudo notar la discreta barrera gris oscuro que envolvía como una cúpula el fondo del jardín. Era uno de los hechizos del comandante, uno bastante básico llamado silenciae que simplemente impedía que el sonido escapara de la zona.

Kasius lo atravesó sin problemas.

Al otro lado de la barrera se escuchaban los furibundos gritos del comandante a la vez que unos golpes hacían saltar nubes de polvo y una liviana lluvia de roca. Kasius simplemente creo un escudo de maná a modo de techo y caminó hacia el origen del alboroto.

Luego de un par de minutos llegó a su destino.

Al final del jardín había una enorme roca convocada por la primera espada del rey, Tytus Rokai, dicha roca tenía la habilidad natural de regenerarse, por lo que era usada normalmente para prácticas de magia y armas.

Pero en ese momento el comandante Amir Grum la golpeaba alocadamente sin parar mientras gritaba totalmente exhaltado, sin otro motivo aparte de descargar su furia sobre el enorme objeto mágico.

Por un momento, Kasius deseó poder desfogarse él también de esa forma tan bruta y desordenada, sin embargo, la sensación se fue tan rápido como llegó.

"Un príncipe siempre debe de mantener el control, de lo contrario nunca será escuchado" pensó por un segundo antes de dar un paso y hablar:

—Si sigues golpeando de esa forma la roca que el señor Tytus tanto se esmeró en crear, vas a romperte las manos —advirtió suavemente mientras se acercaba al comandante.

Por cada paso que Kasius daba, sentía cómo una imperiosa necesidad por tocar a Amir crecía en él, seguramente surgida por la acumulación de los deseos de unas cuantas personas por ir al jardín de la promesa primaveral. Aún así, esto no era nada para el férreo control del príncipe.

El comandante Amir se detuvo al notar como el príncipe se acercó hasta posarse en el árbol más cercano a la roca.

—Su alteza sabe que no soy tan frágil como para romperme por algo tan absurdo —gruñó el robusto guerrero mientras apoyaba la frente en la roca con gesto derrotado.

Y Kasius no podía culparlo, él se sentía igual... O incluso hasta peor.

A una distancia prudencial, notó cómo el mazo del comandante, Puño Salvaje, un bloque de acero repleto de runas unido a una vara de hierro de un metro y medio tejida con piel de basilisco, descansaba apoyada sobre el yunque de acero, palpitando suavemente debido a la magia contenida en ella.

—Lo sé, lo sé, solo quería pincharte un poco. —Kasius observó el pasto y las flores distraídamente con una débil sonrisa—. Necesitaba pensar un poco sobre los acontecimientos en Brimhal.

Amir lo observó unos segundos.

—Vamos Kasius, solo escúpelo —espetó el guerrero con el ceño funcido y su oscura y grave voz convertida en una especie de sonido glutural.

Entonces la máscara que Kasius siempre cargaba se desbarató y lo hizo fruncir el ceño. Por algún motivo que no podía comprender todavía, desde que había conocido al comandante general Amir Grum, nunca había podido mantener el control a su lado y mostrar solo lo que quería.

Era una liberadora y aterradora sensación a la que Kasius era adicto.

—Esto es un desastre, uno muy, muy malo —dijo el príncipe con evidente preocupación—. No entiendo cómo esto ha llegado a tales extremos pero... Temo que vamos a caer. —Cerró los ojos, derrotado.

Casi pudo sentir cómo Amir perdió el aliento.

—Entonces mis suposiciones eran ciertas —Susurró Amir levemente, casi que con miedo.

Kasius se mantuvo en silencio unos segundos antes de contestar:

—Tenemos muchos traidores entre los señores —soltó a bocajarro sin poder evitar soltar un gruñido—. No sé cuántos son, no sé cómo lo hicieron, pero sé que falsificaron esas cartas sin dejar algún rato. —Kasius golpeó el árbol en el que se apoyaba—. Aunque mi padre está convencido de que todo este asunto no es un montaje... Y al final del día él es rey, él toma las desiciones.... Y a pesar de haber hecho pagar a uno de los traidores, no puedo cambiar el rumbo de las cosas.

Amir solo lo observó unos segundos, cada vez más apagado. Eso hizo que Kasius volviera a golpear el árbol, esta vez con más fuerza.

—Entonces... Ellos, ellos van ha ser perseguidos ¿No? —preguntó Amir trémulamente.

—Sí... —Dijo el príncipe, vacío—... En la reunión de mañana padre piensa en convocar a las espadas apenas lleguen para enviarlas a perseguir al general Persival y a Gale Brimhal —reveló lentamente.

En los informes que existían sobre el caos que ocurrió en Brimhal, muchos soldados de Crollys reportaron que El Destello Blanco, el general Persival Bladesky, cargaba en su corcel al señorito Gale Brimhal, y que ambos se internaron en el bosque de Tatis, ubicado entre la ciudad de Brimhal y la de Caruso, para evitar la persecución.

Kasius prácticamente no había hablado mucho con el inflexible y misterioso lancero aparte de alguna que otra palabra en alguna reunión de turno, pero sabía que era buen amigo de Amir y que esté le tenía un profundo respeto y con eso le bastaba.

A su vez, tampoco había hablado mucho con Gale Brimhal, el increíblemente hermoso y tímido hijo del señor de Brimhal. Salvo que alguna que otra consulta que Kasius había tenido con el chico respecto a los vacíos de la magia de ley, poco se habían dicho dos personas de polos opuesto con respecto a tanto personalidad, como actitud.

Aún así, era más que obvio que ninguno de los dos podría ser un traídor, Gale Brimhal siempre transmitía una tranquila sensación que te hacía afirmar que él jamás tocaría ni a una mosca, mientras que Persival habría tenido más probabilidades de dar un golpe fatal si hubiese aceptado ser una espada, por lo que lo que la teoría de que ambos eran traidores se hacía aún más improbable.

Y pese a eso, ambls eran tratados y cazados como traidores.

—Si Tytus los consigue, será el fin —gruñó de vuelta el guerrero, frustrado—. Ellos solo son víctimas de todo este complot en contra de la corona. —Volvió a golpear la roca sin poder evitarlo, arrancando un pedazo con ello.

Kasius no regañó a Amir aunque esté le ensució completamente, simplemente suspiró.

—Traté de convencer a mi padre de que lo pensara mejor y pospusiera la desición pero no lo logré, él está casi completamente seguro de que todo lo que ocurre es verdad. —Kasius se sacudió la ropa un poco.

—¿Y qué piensa tu tío sobre todo esto? —Amir se cruzó de brazos y se sentó, meditabundo.

Ante la pregunta del comandante, Kasius solo pudo abrazarse, incómodo.

—Mi tío es muy racional... Pero en este momento está en shock —reconoció alicaído—. Su delicada salud empeora a cada segundo y desde la muerte de Román, últimamente ha tenido algunas lagunas mentales por lo que no es muy confiable... Mi tío realmente amaba al señor de Brimhal.

—Como todos nosotros —respondió Amir, observando el suelo, totalmente apagado.

Kasius se mordió la lengua y no le dijo la verdad, que hacía tiempo había descubierto que su tío Franco y el señor Román tenían una aventura amorosa eclipsada por la maldición de los nobles.

Ese secreto moriría con él, al igual que muchas, muchísimas, cosas más.

—Mi padre piensa nombrarme temporalmente señor de Brimhal —prosiguió luego de unos segundos de silencio—, para que la reconstruya y encuentre a algún familiar del señor Román que sea acto para el cargo o a alguien más, esto va igual para la familia Crollys. Aún así, pienso investigar entre las sombras al resto de los señores y encontrar la verdad detrás de todo —zanjó.

—Eso significa que no podremos vernos un tiempo ¿No? —Amir lo observó con un leve gesto de dolor.

Y fue ahí cuando algo apuñaló fuertemente el pecho del príncipe.

—Amir... Tengo algo que decirte —susurró débilmente mientras se agachaba hasta estar a la altura del comandante—, mi padre me contó que tenemos noticias de Norr.

Apenas dijo eso, notó cómo el cuerpo de Amir se encrispó, incluso hasta vió brotar levemente el aura gris oscuro de su maná.

—¿Qué hay con eso? —murmuró el guerrero de forma casual.

—Ellos están dispuestos a oficializar el noviazgo y han aceptado las condiciones de mi padre y —la voz de Kasius tembló ligeramente— dentro de una semana habrá una fiesta en honor a mi futuro casamiento con Teresa Norr.

La provincia de Norr era un pequeño reino muy cercano ubicado al norte de Primura, de hecho, está era la antigua capital del reino.

Cuando el actual rey comenzó la sublevación, Norr, a diferencia de las demás ciudades, cortó total conexión con ambos bandos y se aislaron totalmente, y considerando que estaba ubicada en un acantilado inexpugnable, ciertamente se les fue fácil hacerlo.

Debajo de Norr, estaban ubicadas las antiguas fuentes metalúrgicas del reino, ricas minas en toda clase de materiales, tanto en piedras preciosas como metales. De ahí provenían antiguamente las armas y joyas de reino antes de que este decidiera comerciar madera y frutas de las promesas de las estaciones para compensar la gran perdida de los materiales.

No obstante, debido al hecho de que del sur del continente se acercaba la desgracia atraída por el imperio Smart, una nación que se estaba dedicando a poseer, saquear y someter a todos los reinos ubicados a su alrededor, el rey Kasio decidió comenzar a tener platicas con la provincia de Norr para unificar el reino nuevamente y reabastecerse de armas como en antaño.

Norr estaba dispuesta a aceptar con la condición que Kasius se casara con Teresa Norr, la princesa y futura señora de la provincia, el resto simplemente fue negociaciones como si hablaran de mercancía y listo... Pronto habría una boda.

Kasius estaba de acuerdo totalmente con ello... Aunque eso significara alejar a Amir para siempre.

—Kasius... —susurró el comandante con un gruñido lleno de dolor—... No puedes casarte con ella, tú-

—Debo de hacerlo Amir —dijo el príncipe con voz monocorde, ya acostumbrado a esta reincidente pelea—, debo de proteger al reino, debo de cuidar a mis súbditos, ellos lo son todo, debo de pelear a mi manera en esta guerra y esta es la solución, es mi-

—Deber de príncipe —completó Amir con gesto de verdadero dolor—... Mierda Kasius ¿Por qué tiene que ser así? ¿Por qué tenemos este mísero destino? ¿Por qué no...? —se cayó en ese segundo con los ojos cristalizados.

"¿Por qué no podemos amarnos en libertad?" Kasius sabía que esa era la pregunta que Amir se había negado a decir.

Aunque a ojos del mundo ello eran enemigos acérrimos debido a las constantes peleas que tenían, generalmente hechas por el comandante regañando al príncipe, la verdad era que ambos se amaban profundamente.

Aún así, desde el segundo en que ambos entendieron lo que sentían por el otro, supieron que estaban condenados.

En Primura, por extraño que pudiera parecer, el matrimonio entre ciudadanos del mismo sexo no era mal visto, de hecho era algo del día a día, era fácil distinguir una familia compuesta por los hijos y dos padres o dos madres.

E igualmente, el que dichas parejas procrearon hijod no era difícil tampoco, estos podían ahorrar para comprar una gema de transformación, una joya que lanzaba un hechizo de transformación que permitía una metamorfosis completa hasta que el usuario lo quisiera. Con esa piedra mágica, un hombre podía convertirse en mujer temporal o hasta permanentemente o viceversa y así engendrar a los hijos.

Claro, esto era posible si eras ciudadano, las cosas cambiaban seriamente cuando se era un noble o un señor.

Aunque los nobles tenían una enorme variedad de beneficios, el único que no poseían era precisamente eso, casarse o procrear con alguien del mismo sexo.

Por el bien de la sangre y de la poderosa magia que vivía entre los nobles y por el bien de mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, un noble estaba obligado a casarse con una mujer en caso de ser hombre, y con un hombre en caso de ser mujer.

El motivo era simple y contundente, aunque los nobles vivían mucho mejor que los ciudadanos promedio, sus vidas estaban hechas para mantener y proteger a la nación, para más, era un título que volvía a las personas en simple piezas de juego o en objetos a utilizar, esto era algo que los nobles llabaman entre murmullos la maldición de los nobles. Vivir bien y cómodos, pero nunca como querían.

Porque si está norma era rota, serían cazados y ejecutados por sus superiores sin importar quién fuera, incluso el rey sería ejecutado por sus espadas o habría una sublevación si rompiera las leyes de los nobles.

Y si el príncipe, quién era considerado como el alma de la nación y el portavoz de los débiles, una figura que era incluso más importante que el rey, llegará a cometer ese tabú...

"No, no pienso hacer tal cosa" Pensó Kasius en ese momento.

Él mantendría el reino unido así tuviera que pegarlo con su sangre, coserlo con sus venas y reforzarlo con sus huesos, para Kasius, la vida de los inocentes valían más que el inmenso amor que sentía por su hombre, por el comandante Amir Grum.

¿No?

—Amir, las cosas son como son y la situación es la que es —espetó Kasius con un gruñido de molestia, no sabía si era en contra de su amado o contra sí mismo—, mi reino me necesita y lo daré todo por mantenerlo en pie, las personas merecen ser felices y vivir sin volver a sentir el miedo de la guerra y Norr-

—Kasius, tú mereces ser feliz —interrumpió Amir con la voz agonizando— ¿De qué sirve que todos sean felices menos tú? Incluso si no es conmigo, desearía que fueras feliz.

—Seré feliz en mi matrimonio —afirmó el príncipe con vehemencia.

—¿Eso te lo dices todo el tiempo al despertar para creertelo? —preguntó el comandte Grum algo débil.

El golpe fue tan fuerte que Kasius se levantó rápidamente, algo aturdido por las palabras nunca espero escuchar de la persona en qué más confiaba... Amir lo observó al instante arrepentido, sabiendo que dijo algo que no debió.

—¡Es mi desición comandante Grum, no tienes derecho meterte con ello! —gritó mientras aguantaba las ganas de llorar— ¡Es mi deber, mi mayor deseo salvarlos a todos o aunque sea a la mayoría, esta boda lo hará y es mi desición hacerlo, fue mi idea y pienso ejecutarla te guste o no!

Amir en ese momento se levantó con el rostro pálido, arrepentido.

—Kasius, lamento haber dicho eso... ¡Pero es la verdad! —exclamó su hombre sin poder aguantarlo—. Kasius...

Pero Amir no pudo decir más nada, ambos sabían cuál era la cruel verdad.

Si trataban de escapar, serían ejecutados por alguna de las espadas... Y aún así nunca lo harían, ambos amaban demasiado al reino de Primura como para dejarlo arder.

Kasius aunque era el futuro rey, no podría cambiar décadas, siglos, de algo que se había afianzado poco a poco como las raíces de un árbol hecho de odio. Los nobles solo eran meras piezas, y mientras más alto el rango, más clara y contundente era la ley, y ni toda la magia de ley o contratos mágicos del mundo podría cambiarlo.

Estaban entre la espada y la pared, sin derecho a morir y sin derecho a golpearse contra el muro, era una locura el hecho de que no importaba qué tanto se amaran en secreto, no importaba qué tanto yacieran o que tan conectados estuvieran, no importa mucho menos que tan fuertes eran... Ellos no podían hacer nada.

Nada.

Kasius dió un paso hacia atrás, sintiendo que debía de huir antes de romperse en frente de Amir. Nadie debía de ver la fragilidad y el aplastante peso que asfixiaba al príncipe, nadie, ni siquiera la persona que ya lo veía aunque Kasius pensara que no.

—Esto es todo lo que tengo que decirte Amir, hasta mañana —dijo simplemente con una reverencia.

El comandante dio un paso hacia el príncipe, Kasius podía ver la desesperación en los ojos de su hombre, la impotencia que sentía al respecto de muchas cosas que se movían al rededor de los dos y que los alejaban cada vez más.

Pero Amir solo se detuvo ahí.

Kasius sintió decepcionó y a la vez alivio en el fondo de su corazón maltratado.

—Hasta mañana, príncipe Kasius. —Amir hizo una profunda reverencia.

Kasius le imitó antes de comenzar a andar a la salida, sintiendo que su corazón se quedaba atrás, junto al comandante.

Un príncipe siempre debe de seguir su destino sin importar que tan horrible o desagradable fuera con tal de proteger a su reino...

¿No?

Continuará...

Hola chicos!!! Aquí está, la segunda parte de esta historia en dos partes, sé lo que están pensando "¡Oh Dios FiccionSx! ¿Qué son estos increíbles e impresionantes diálogos que estás haciendo?, ¿Cómo mejoraste prácticamente de la noche a la mañana?" Y yo contestaré "por qué soy diva uwu" ok nop XD pero sí, estoy aprendiendo a usar los guiones, ser un poco más ordenado con las acciones y aclarar quién habla y quién no, es uno de mis pecados capitales así que no me maten si ven que no los domino bien y hay errores por aquí y por allá, vale? UwU soy nuevo en esto de escribir bien XD

Okey...

Este capítulo es importantísimo porque marca el otro escenario de esta serie, mientras que por un lado veremos cómo Gale sigue su camino en busca de la justicia por la muerte de su padre, por este veremos cómo Kasius mantiene el fuerte mientras descubre el complot y trata de mantener al reino entero y prepararse para la invasión que tarde o temprano vendrá del sur. Como dato curioso, Kasius al principio también iba a ser una mujer y se iba a llamar Miriam uwu

Se que algunos de mis lectores no están conformes o creen que este estilo no va conmigo (no diré nombres XD pero yo también te quiero Mrbulanyer XD😘) y honestamente no se qué mal o cáncer le hizo la fantasía, o la fantasía medieval en este caso, y aunque ciertamente no le negaré que la fantasía no es real como el Seinen (si no saben que es, busquenlo) de el tutor, eso es lo que le da la magia, que no es real.

No sé si leerá este pie de página, probablemente no lo haga, pero quiero dar mi opinión que, lo que encanta de la fantasía, es que cuando está lo suficientemente bien armada y explora el mundo y sus personajes bien a fondo, cuando te hace querer pertecer a ese mundo o que sientes que formas parte de ese mundo, es cuando la fantasía ha hecho su trabajo.

También, quiero anunciar que, bueno, a secas, estoy pensado en comenzar a ilustrar a los personajes de el tutor y el caballero, los motivos no son la gran cosa, simplemente siento ansias por volver a dibujar XD, no será la gran cosa porque sin laptop y con la cámara de asco de mi teléfono pues ajá... Pero cuando tenga un pequeño portafolio de dibujos, les aviso por dónde podrán ver las encarnaciones de los personajes y decir "ara ara, es como lo imaginé XD"

Nos vemos en el próximo cap!!! Feliz pajazo señores!!!!