El Caballero de los Cuervos 1.1

Un bosque en penumbras, dos hombres abatidos, un acto de devoción, el sexo entre hermanos y una promesa... Junto a la risa de la oscuridad.

El bosque de Tatis era un pequeño pero fondoso bosque que se desarrollaba entre Brimhal y Caruso, la ciudad cardinal interior del este.

Era el bosque del cual se sacaba la mayor parte de la madera del reino debido a la alta concentración de magia que había en la tierra que hacía a los árboles crecer y reproducirse veinte veces más rápido de lo normal, se podía cortar uno de los gigantes cedros del bosque y en dos o tres años se tendrían cuatro o seis de la mitad de la altura del original, este fenómeno le permitía al reino abastecerse de madera y exportar hacía otros reinos y países de manera continua y fluída.

No obstante, el bosque también era un nido para muchos monstruos y criaturas mágicas debido a los frutos con gran concentración de maná que daban los diversos árboles y arbustos que lo poblaban, por lo que era extraño que hubieran personas en su interior sin tener mercenarios o a las tropas de alguna de las ciudades con ellos.

Así que era algo inaudito que simplemente dos personas estuvieran en el núcleo mismo del bosque, dónde los aullidos, chillidos, graznido, rugidos, bramidos y demás ruidos eran una orquesta de sentencia de muerte segura para cualquiera que se adentra solo a esa zona.

O por lo menos así debería de ser.

En realidad, mientras que Persival Bladesky colocaba la leña en la pequeña fogata que había creado en un diminuto claro que no abarcaba más de cinco o seis metros cuadrados, el bosque estaba en total y absoluto silencio, ni siquiera los insectos se dignaban ha hacer ruido.

El joven lancero a veces lograba divisar en la oscuridad los brillantes ojos de alguna criatura, como orcos o manticoras, e incluso alguno que otro basilisco, pero todos lo observaban con cautela, incluso con hasta algo de miedo.

Eso estaba bien para él, porque como dieran un paso en contra Gale Brimhal, los asesinaría a todos sin piedad alguna.

Él sabía en el fondo que los monstruos no hacían nada porque un monstruo mayor había entrado al bosque, y ciertamente ese no era el señorito.

Mientras Persival sentía una fría y desagradable sensación llenar su pecho, se dispuso a quitarle las valijas y la montura a su caballo, Astro, para luego sacar la ración de zanahorias que cargaban y dárselas al corcel.

Persival observó cada vez más molesto al animal, siendo muy consciente de que debía de dejar a su caballo favorito atrás porque todos notarían en cualquier lugar a su famoso corcel asturiano de más de dos metros de altura de un blanco tan puro como su propio cabello.

Persival quería matar algo, lo que fuera, con tal de drenar la ira que lo embargaba.

Aún dolía en lo más profundo de él el momento en que vio a su amo no poder levantarse de la cama y comenzar a enfermar rápidamente, y el momento en que escuchó las explosiones, y el momento en que vio a sus propios hombres traicionarlos.

Y especialmente el momento en que el señorito Gale había llorado en el lecho de muerte de su amo.

Persival mordió su labio inferior hasta casi herirse, molesto como hacía años no lo había estado mientras observaba perdido las estrellas.

Madre, de todos los mundos que existen ¿Por qué me tuviste en este? Pensó en ese momento.

Esa era la pregunta que rondaba la mente de Persival constantemente aunque siempre trataba de mantenerla a raya... Aunque había veces, como en este momento, en que volvía a preguntarse por qué tenía que sufrir tanto en esta vi-

-¿Persival? -Los pensamientos del guerrero fueron cortados por las palabras del señorito Gale.

Persival volvió a la fogata con las valijas de comida y agua.

-Lamento haberlo hecho esperar, voy a hacer la co-

-Quiero venganza -Le interrumpió Gale en ese momento con la mirada perdida entre las llamas-. Quiero que los culpables paguen por sus actos, quiero que mi padre pueda descansar en paz sabiendo que ellos cayeron al final, incluso cuando triunfaron contra él -Terminó tranquilo, extrañamente tranquilo.

-Señorito, usted no quiere venganza -Refutó-, lo que usted quiere es justicia -Rectificó Persival mientras atizaba el fuego un poco-. ¿Qué le gustaría co...?

-Me alegra ver que no has perdido tu humor de costumbre -Dijo Gale esta vez algo apagado, aunque igual de tranquilo que antes.

Persival se levantó en ese momento, sintiendo la rabia bullir en su interior. Gale lo observó algo sorprendido debido a su gesto.

-¿Que pasa? -Preguntó el señorito en ese momento.

-¡¿Por qué no está molesto?! -Preguntó Persival mientras fruncía el ceño-. ¡Su padre murió, muchas vidas perecieron, perdió su hogar, su nombre, sus derechos, lo perdió todo, absolutamente todo, debería culparme por no cumplir con mi deber, debería maldecir a todos, debería odiarlos a todo, pero en cambio, solo desea justicia! -Indicó confundido-. ¡Estoy seguro que ahora mismo debemos de haber sido inculpados por traición y deben de empezar a buscarnos al amanecer, y si envían a las espadas, este bosque ni ningún otro lugar serán seguros, pero usted no parece preocupado, ni estresado, ni...!

-Persival, estás gritando -Indicó Gale en cambio, bastante tranquilo todavía.

Solo entonces Persival fue consciente de cómo había perdido los estribos, al punto de que incluso los brillantes ojos de los depredadores habían desaparecido en la oscuridad, alertados por su sed de sangre.

Tenía que calmarse sino podría volar todo el área en un arranque de ira.

-Persival, creo que eres tú quién se siente así ¿No? -Indicó Gale mientras se levantaba-. Quieres odiarlos a todos, maldecirlos a todos, vengarte de los culpables y te culpas por todo lo ocurrido ¿No? -Dijo, acercándose a él..

Algo se rompió dentro de Persival mientras caía arrodillado en el suelo con la cabeza inclinada hacia el suelo.

-L-lo siento mucho señorito Gale, yo no me medí, perdone mi insolen...

-Persival, no tienes que decir esas cosas, no debes disculparte -Intervino Gale-. Eres un hombre libre ahora, ya no me debes ninguna clase de lealtad, si quieres irte y hacer lo que deseas desde el fondo de tu corazón, lo entenderé -Explicó.

Entonces Persival observó al señorito Gale, lo observó de verdad, no como el chico despistado y algo tonto y estúpido que generalmente era, sino como hombre, como guerrero.

Con su metro setenta, la blanca piel del ex sucesor de la ciudad de Brimhal brillaba naranja con las llamas, al igual que sus cabellos rubios y sus ojos ambarinos que refulgian como oro líquido, como si tuvieran luz propia.

Gale Brimhal fácilmente destacaba entre los demás por su belleza tan brillante como la luz del sol o hasta más, y aunque este siempre prefería los libros sobre cualquier otra cosa, eso no impedía que fuera famoso incluso en las fiestas de la capital.

Sus encantos naturales tampoco eran desapercibidos por Persival, especialmente por él.

Gale lo observaba con mirada limpia y cristalina y la suave sonrisa que lo caracterizaban y que hacía a Persival enfurecer y hacer sentir fuera de lugar la mayoría del tiempo.

-Señorito Gale... Usted realmente es estúpido -Increpó Persival, haciendo que el señorito lo observará incómodo.

-Incluso mientras te digo mis mejores y nobles palabras, tú te quejas de mí -Suspiró Gale, agotado.

-Debería de usar su cabeza para algo más que leer -Prosiguió Persival-. Si me voy de este bosque, usted morirá antes de que siquiera yo ponga un pie fuera del lugar -Explicó.

-Lo sé -Dijo Gale simplemente, confundiendo al guerrero un poco más, y porqué no, también enfureciéndolo.

-¡¿Entonces por qué?, ¿Por qué me dice estás cosas cuando sabe que es una locura?! -Preguntó momento mientras se levantaba.

Entonces el señorito de pronto lo abrazó.

-Porque piensas en mí incluso cuando ya no tienes porqué -Indicó Gale-. Porque podrías irte en este momento ha seguir tus deseos sin nada que te ate y aún así no lo haces, prefieres seguir los deseos de mi padre aún después de su muerte -Explicó.

-Seño...

-Tú amabas a mi padre ¿No? -Preguntó el señorito en ese momento.

Entonces lo que se rompió dentro de Persival, se clavó en su corazón.

Sin darse cuenta, el lancero comenzó a llorar.

-¿Amar... A mi amo? -Preguntó confundido, recordando la amable sonrisa del señor de Brimhal y los momentos felices y pacíficos que le brindó a su amarga existencia-... Sí, y-yo amaba a mi amo, lo amaba con todo mi corazón, con toda mi alma, mi días eran tranquilos y valiosos desde que conocí al señor Brimhal, pero ahora, p-pero ahora...

Persival estaba perdido, sin saber qué hacer, por lo que simplemente se quedó allí parado, dejando que las lágrimas resbalaran libres por sus mejillas.

También notó un leve temblor proveniente de Gale, así que supuso que también estaba llorando.

El hombre que ambos amaban profundamente, había muerto...

O no, no había muerto, no del todo.

Así como su madre ya era parte de él desde que nació, el señor Brimhal estaba ahora en su corazón y en el de Gale, especialmente en el de Gale.

Persival se separó de Gale y fue a por su amada lanza, Lirio de Plata.

-Yo deseo venganza, pero usted señorito, aunque sufre incluso más que yo, usted desea justicia mientras que yo solo pienso en la venganza... Por lo que yo no merezco estar frente a usted, realmente hasta el final, fui un patético caballero, una lanza rota -Admitió al final.

-Pe-pero Persival... -Susurró Gale algo nervioso.

-Fallé como caballero en proteger a su padre, fallé como guerrero en proteger nuestro hogar, y no tengo la fuerza suficiente para vercer al más fuerte de nuestros perseguidores -Explicó Persival mientras se arrodillaba y clavaba la lanza en el suelo, pegando su frente a ella-. Por lo que si usted en verdad desea que me vaya, me iré; si desea que pague por mis pecados y por mi inutilidad, entonces me suicidaré... Pero si me desea a su lado, si desea usarme como arma para engendrar su justicia, lo haré. Por está lanza, el único objeto que he tenido desde mi nacimiento, mi amada Lirio de Plata, y por mi madre, que está en el centro de mi ser, entregaré mi alma, mi corazón y mi cuerpo a sus deseos, incluso si estos van en contra de los míos -Juramentó.

Persival no elevó la mirada del suelo y Gale no habló por un par de minutos, seguramente digeriendo los acontecimientos.

-Persival... E-esto es... -Susurró el señorito algo avergonzado.

-Así es señorito -Asintió el lancero sin levantar el rostro-. Estos son los votos de mi acto de devoción hacia usted.

Gale se cayó unos segundos.

-Persival, levántate por favor -Pidió Gale.

Solo entonces Persival lo observó, sintiendo la decepción comenzando a crecer en él al ser rechazado por...

-Yo, no sirvo para ser tu amo -Admitió Gale algo incómodo.

-Señorito Gale, yo lo-

-P-porque... Yo siempre te tuve envidia ¿Sabes? -Le interrumpió Gale, para sorpresa de Persival-. Aunque mi padre nunca me lo dijo, siempre supe que nunca estuvo contento del todo conmigo, él esperaba un hijo que fuera más un guerrero y menos... Yo -Gale observó el suelo-. Yo realmente no sé hacer nada a parte de saber cosas, y comparado contigo tengo prácticamente cero habilidades de combate...

Pero aún así, aún así yo deseo que seamos iguales, él uno del otro, mi padre te amaba por tus habilidades en el combate, y él me amaba por mis conocimientos, aunque por separados solo representamos una parte, juntos fuimos el hijo perfecto para él -Explicó.

-S-señorito-

-No -Interrumpió Gale una vez más-, yo aceptaré tu acto de devoción, pero con la condición de que le responderas a mi persona en igualdad de condiciones y si aceptas ser mi hermano de voto y sangre -Terminó Gale mientras se inclinaba profundamente, con respeto.

Persival no tenía palabras para Gale.

Podía sentir la magia vibrando alrededor de ellos, las condiciones para el acto de devoción estaban puestas... Pero a la vez era algo más que no podía identificar.

Algo hermoso, muy poderoso y único.

-Yo... -Murmuró Persival absorto-. Por favor tome mi lanza -Pidió simplemente.

Gale lo hizo sin dudarlo.

La hermosa lanza, Lirio de Plata, una lanza de casi dos metros de largo tallada completamente de un misterioso metal que brillaba levemente, con una elegante punta de flecha seguida por una curvatura que terminaba en una vara tallada con cientos de miles de diminutos lirios entrelazados, comenzó a refulgir cada vez más y más.

-En nombre de las estrellas, intercambio nuestra sagre -Murmuró Persival cerrando los ojos.

El lancero sintió automáticamente cómo la sangre manaba indoloramente de sus poros y subía en contra de la gravedad hasta la mano Gale a la vez que la sangre de este ingresaba a su cuerpo, el señorito por su parte se erizó, seguramente ante las sensaciones del proceso de traspaso.

Luego de unos segundos, el brillo se apagó.

-Con esto, una de sus condiciones está cumplida -Indicó.

Gale estaba con la boca abierta.

-Tienes magia -Dijo este simplemente. Persival le sonrió levemente.

-En realidad señorito, creo que es más que obvio que yo no soy humano -Indicó-. Y esto no es magia, es maná en su estado más puro -Aclaró.

-Entonces ¿Eres semihumano o alguna clase de criatura? -Preguntó Gale algo ansioso.

-Soy un humano y a la vez soy una criatura -Explicó Persival misteriosamente-. Es difícil de explicar exactamente lo que soy, o de dónde provengo, pero habrá tiempo para explicarlo detalladamente después, por ahora sigamos el ritual -Indicó. Gale asintió poco convencido.

-O-okey -Dijo simplemente...

Entonces Persival se arrodilló una vez más.

-Yo, Persival Bladesky, acepto ser el hermano de Gale Brimhal tanto de nombre como de corazón... Con la única condición de que me deje servirle fielmente por el resto de mis días -Indicó.

-Yo, Gale Brimhal, acepto, también te serviré fielmente -Acotó Gale.

-Entonces, una vez completados los términos, finalmente dejaré mi antiguo apellido y seré Persival Brimhal una vez que se termine de concretar este acto de devoción -Terminó Persival.

El aire vibró y se intensificó con la magia vibrando y aceptando las condiciones.

Muy seguramente Gale no podía verlo ya que la sangre de Persival aún no hacía efecto en su cuerpo, pero el lancero podía ver claramente el círculo mágico comenzando a formarse en el suelo para dar paso a los múltiples sellos y al lenguaje de la magia que componían al peculiar acto de devoción que estaban creando.

Notó particularmente cómo este sello era muchísimo más complejo que el que se había formado con el amo Brimhal en su momento.

-Entonces ¿Q-qué hacemos ahora? -Preguntó Gale.

-Es un acto de devoción, señorito, ahora debemos consumarlo -Explicó mientras comentaba a soltar cada uno de los cerrojos de su armadura-. Una de las condiciones que se imprimieron en este acto fue el de igualdad de condiciones, por lo que usted debe de poseerme y al final, yo lo poseeré a usted -Explicó.

Inmediatamente notó como Gale de tornó visiblemente nervioso.

-E-eh, y-yo...

Persival se quitó los guantes y los colocó a un lado mientras tomaba a Gale por las mejillas.

-Sé que es su primera vez, así que solo déjese llevar y déjeme el resto a mí -Indicó con confianza.

-¿L-lo has hecho más veces con mi padre? -Preguntó entonces Gale. Persival se permitió reírse un poco.

-¿Es eso lo que le preocupa? -Preguntó el guerrero realmente sorpendido. Gale asintió sonrojado-. A parte de acto de devoción que le rendí al amo Brimhal, no, no lo he vuelto ha hacer, aunque si tengo la experiencia de cómo hacerlo, tanto con hombres como mujeres -Indicó.

Antes de que Gale pudiera preguntar de qué estaba hablando, Persival lo besó.

Gale lo sostuvo nervioso de los brazos mientras que Persival colocó sus manos en la cintura del señorito, sintiendo su ligera musculatura tensa entre sus dedos.

Cuando sus labios se separaron, Persival observó como Gale se mantuvo con los ojos cerrados, como en trance.

-Ahora, abra la boca déjese hacer -Ordenó sin poder evitar mientras acariciaba la cintura de Gale suavemente.

El señorito abrió los labios levemente, esperando, entonces Persival tomó a Gale por la quijada suavemente y le abrió la boca un poco más.

Metiendo su lengua en ella.

Gale se electrificó entre sus manos mientras él frotaba sus lenguas lentamente, con suavidad a la vez que subía la mano de la cintura y la colocaba en la nuca del señorito, demandando más.

En respuesta, Gale lo tomó mejillas para luego mover su lengua como una tormenta, sorprendiendo a Persival que soltó un gemido al no esperarlo mientras sentía cómo la lengua del señorito invadía su boca y la registraba posesivamente.

Persival sintió como su sexo comenzó a despertar lentamente. Antes de la armadura empezara estorbar, uso parte de su maná para volverla en partículas de luz junto con su ropa y recomponerla junto a las valijas.

Así quedó desnudo totalmente, sintiendo su sexo erguirse y frotarse impúdicamente contra las ropas de Gale.

Entonces el señorito se separó de su boca y lo observó. Persival no quería pero se dejó hacer, notando como las pupilas de Gale se dilataban ante la imágen.

El lancero sabía por qué su mirada estaba así.

Tal vez tenía que ver por su musculado, algo grueso y extremadamente fibrado cuerpo, notándose claramente cada fibra y contorno de sus músculos, o tal vez era el cómo las cicatrices de años de batallas, que ahora no era más líneas claras, le daban a su cuerpo un aspecto fiero y excitante.

Pero de seguro debía de ser por la falta absoluta de vellos en todo su cuerpo, así cómo su especialmente largo y muy, muy grueso sexo coronado con una cabeza aún más gruesa y decorado por tres gruesas venas que trepaban ramificadas por todo el tronco de su sexo, que en ese momento comenzaba a gotear levemente.

-R-realmente eres hermoso, Persival -Admitió Gale, totalmente rojo-. De una manera bastante salvaje... A-aparte de que eso me da algo de miedo, me v-va ha partir en dos -Señaló temerosamente su sexo.

Persival no pudo aguantarse las carcajadas que le provocó. Colocó sus manos en jarras y echó las caderas hacía andante, elevando y agitando su sexo con ello, salpicando el lugar con sus fluídos que chorreaba sin cesar.

Gale dio un paso hacia atrás por reflejo, como si su pene fuera a volverse en alguna clase de monstruo y devorarlo.

Aunque ciertamente no estaba equivocado.

-Véalo por el lado bueno, señorito, mis testículos son de tamaño promedio -Le consoló divertido. Gale por su parte lo observó molesto.

-No sé cómo eso se supone que debe consolarme -Espetó con un gesto de disgusto.

Entonces Persival observó a su hermano de sangre con su seriedad de siempre.

-No te preocupes, Gale, seré cuidadoso, lo prometo -Aseguró mientras chasqueaba sus dedos.

Entonces la ropa de Gale se volvió en partículas de luz, dejándolo desnudo también, el señorito dio un respingón con ello y se balanceó entre sus pies, nervioso. Persival lo observó detenidamente, sintiendo el deseo crecer en su interior mientras su sexo palpitaba cada vez más duro y rápido.

La complexión del señorito de Brimhal era delgada, con los músculos marcados suavemente a causa de sus ejercicios matutinos, una suave línea de vellos rubios conectaba el pecho de Gale con la ligera mata de pelos de su sexo que no estaba del todo despierto, eso le hizo al lancero fruncir el ceño.

-Señorito Gale, necesita estar completamente duro para cumplír su parte y poseerme correctamente -Indicó con una leve reprimenda en tono de voz.

Gale se puso tan rojo que casi podía jurar ver el vapor salir de sus orejas.

-L-lo siento, es que estoy a-algo nervioso -Admitió el señorito. Persival suspiró cansado antes de asentir decidido.

Por él señorito Gale, se reduciría ha hacer lo que fuera necesario.

-Está bien, entonces no me deja de otra -Indicó mientras daba un par de paso hacia Gale.

Antes de que este pudiera decir algo, Persival se agachó, tomó sus pene medio dormido y se metió completo en la boca, agarrándose de los redondos y grandes glúteos de Gale.

Las piernas de Gale sufrieron un serio estremecimiento a la vez que Persival sentía cómo el falo crecía velozmente hasta empezar a alcanzar su garganta.

El pene de Persival dio un respingón mientras chorreaba un poco más.

-O-oh, Dios -Murmuró Gale sorprendido, sosteniendose de su cabeza-. Oh diosa Astemis -Gimió en voz alta mientras temblaba totalmente.

El pene de Gale empezaba a ser demasiado grueso para Persival, pero este rápidamente controló sus músculos para soportar las arcadas y expandir su tráquea, tragando así el duro sexo del señorito al máximo, entonces comenzó a gruñir mientras se obligaba a tragar y chupar.

Los gemidos de Gale aumentaron mientras se aferraba a sus cabellos más duro, dejando el vaivén totalmente en control de Persival, quién sacó el sexo en ese momento para depositar un beso en la punta del falo.

-Sabe mejor de lo que imaginaba -Murmuró antes de meterse uno de los huevos en la boca y frotar la cabeza con los dedos.

Tenía que admitir, que aunque el pene de Gale no era muy largo, era bastante grueso, incluso más que el suyo.

-P-Persival, n-no puedo -Jadeó el señorito-. V-voy a c-caer.

Las piernas de Gale fallaron, pero Persival fácilmente lo sostuvo en el aire, incluso arrodillado, bajándolo hasta sentarlo en suelo, dónde volvió a engullir el grueso sexo de Gale quién gimió desaforado.

Persival tomó entre su dedos parte de los fluidos que chorreaba de su sexo para lubricar su entrada, metiendo sus dedos rápidamente y explorando su propio interior.

-P-Persi, n-no aguanto, v-voy...

Persival se detuvo en el acto mientras seguía penetrándose con sus dedos. Gale cayó exhausto en el suelo, resoplando ansioso para bajar sus ganas de derramarse.

-Lo siento, me dejé llevar -Se disculpó Persival mientras acariciaba suavemente los testículos de Gale, este solo pudo asentir.

Luego de un par de minutos, Persival tomó fuertemente el falo de Gale, quién se puso duro al instante, entonces el lancero se montó ahorcadas sobre el señorito y apuntó a su entrada, aflojando los músculos de su culo lo más que pudo. Posó la punta del grueso pene en su botón y bajó.

La boca de Gale se abrió en una "o" lentamente, a medida que su pene entraba como la mantequilla en las entrañas de Persival.

Este por su parte sentía su cuerpo erizarse mientras notaba claramente cómo aquel falo se apoderaba de sus entrañas.

Cuando sus glúteos se aplastaron contra las caderas de Gales, Persival ajustó sus entrañas, apretando duro el pene del señorito.

Gale gritó.

-¡Me vengo Persival! -Gritó en una deliciosa agonía mientras se sostenía de la cintura del lancero desesperadamente, como si fuera su tabla de salvación.

Persival soltó un gruñido satisfecho mientras sentía el caliente fluídos bañar su entrañas.

Ya estaba hecho, por lo que Persival comenzó a levan-

-No -Murmuró Gale de pronto medio incorporándose, sosteniéndolo en su lugar a la vez que embestía con fuerza.

Persival solo pudo soltar un gemido de sorpresa a la vez que sentía cómo ese sexo frotaba su interior, en especial un punto detrás de su pene que le hizo soltar un chorro de fluidos.

Persival cayó hacía adelante por culpa del inesperado y extraño placer, por lo que se sostuvo antes de caer encima de Gale, sintiendo como arremetía contra su interior, haciéndolo estremecer.

Era la primera vez que sentía algo así, ni siquiera el amo Brimhal le había hecho sentir así aquella vez.

Persival gimió extasiado a la vez que Gale entre gruñidos le habría los glúteos y se enterraba aún más profundo, más duro.

Persival no quería que terminara nunca.

-Así, señorito, ahí -Gimió mientras se agachaba para besar en los labios al hombre que lo poseía tan deliciosamente.

Ante sus palabras, Gale apuntó certeramente al lugar que indicó y aumentó sus vestidas, lo que hizo a Persival interrumpir el beso y gemir fuertemente a la vez que sentía que se vendría en cualquier momento.

-S-señorito -Gimió entrecortado-. G-Gale y-yo-

Entonces Gale gritó a pleno pulmón, clavándose al máximo en su interior mientras derramaba su semilla otra vez, siendo está carga mucho mayor que la anterior, Persival incluso sintió como se rebosaba y caía sobre la entrepierna del señorito.

El hombre que lo acababa de poseer cayó desmadejado en el suelo, respirando como si hubiese tenido una maratón.

Persival suspiró aliviado por ello. Si se hubiese venido, tendría que esperar un par minutos para recuperarse, y eso haría que la magia se desestabilizara y desapareciera.

Entonces ellos tendrían que volver a hacerlo todo otra vez... Aunque ciertamente a Persival no le hubiese importado para nada, más bien al contrario.

Gale era un excelente amante.

El lancero estaba tan sumido en sus pensamientos post-penetración, que no notó que Gale comenzó a besar y lamer suavemente su pecho hasta que lo volteó y lo recostó en el suelo.

Persival suspiró placenteramente mientras Gale lamía y mordía sus pezones, haciéndole descubrir que eso le gustaba.

-Ah, G-Gale -Gimió Persival antes de que el señorito pasara a besar cada uno de los músculos de su abdomen y depositar una ligera mordida en la base de pene que le hizo a este brincar y soltar un leve chorro de sus fluídos.

Gale lo tomó fuertemente del tronco mientras lamía la base.

-G-Gale, no tienes por qué hacer eso -Le indicó Persival algo ansioso.

En respuesta, Glace lo observó a los ojos intensamente.

-En igualdad de condiciones -Dijo el señorito simplemente a la vez que lamía lentamente desde la base hasta la punta para luego meter la gruesa cabeza del sexo de Persival en su boca y chupar ansiosamente.

Persival gruñó de satisfacción a la vez que se limitaba a acariciar la cabeza de Gale, dejándolo hacer.

Gale por su parte chupaba con fuerza, casi como una ventosa, como si deseara devorar sus fluídos, elevando la lujuria y el placer de Persival a niveles que no esperaba.

Entonces el señorito trató de meter más del sexo en su boca, pero solo llegó a la tercera parte de su largo antes de que las arcadas le impidiera comer un poco más, aún así, eso no le impidió seguir chupando tan deliciosamente mientras acariciaba sus testículos.

-G-Gale -Gimió Persival desesperado, sintiéndose cada vez más cerca del borde-. V-voy a derramarme -Advirtió.

Entonces Gale se despegó de su sexo con un sonoro sonido, observando al guerrero con una somnolienta mirada.

-Persival, esto me gusta demasiado -Murmuró con un leve tono de sorpresa antes de chuparle la cabeza de su falo un par de veces más, haciendo a Persival gemir con ello.

-V-venga aquí -Le ordenó Persival a Gale mientras lo tomaba de lo hombros y lo obligaba a subir.

Apenas sus cabezas estuvieron a una altura aceptable, Persival besó con devoción a su señor, sintiendo y compartiendo el sabor de su sexo.

-Quiero poseerlo -Murmuró Persival sin poder evitarlo. Gale lo observó a los ojos unos segundos antes de asentir-. Busque la manteca, está en la valija de la comida.

El señorito se levantó entonces y rápidamente encontró el frasco y se acercó al lecho.

Persival colocó a Gale bocabajo con las caderas elevadas, las piernas algo separadas y el pecho en el suelo. Los glúteos del señorito eran tan grandes que incluso en esa posición, su entrada apenas se podía observar tímidamente entre una muy fina capa de vellos.

-¿P-Persi? -Persival despertó de la candente vista ante la voz de Gale-. P-por favor ten cuidado -Pidió el señorito algo temeroso.

-Sí... -Dijo el guerrero simplemente antes de abrir suavemente los glúteos del señorito y perforar su entrada con su lengua.

Gale gimió sorprendido mientras Persival escarbaba con su lengua más y más, sintiendo rápidamente como el señorito se aferraba a sus cabellos y los pegaba a su gruta entre gemidos, Persival gruñó satisfecho ante el gesto.

Entonces se separó un poco para bañar sus dedos con manteca y meter lentamente uno de sus dedos, Gale se mantuvo quieto ante la invasión.

-¿Está bien? -Preguntó el lancero de plata mientras giraba el dedo detro de las entrañas, arrancándole un gemido a Gale.

-S-sí, solo se siente raro, como una cosquillas desde el interior -Informó el señorito.

Luego de meter y sacar un poco su índice para luego girarlo y frotarlo contra las entrañas de Gale, que gemía levemente, metió un segundo dedo, el señorito se quejó un poco pero no dijo nada, por lo que Persival hizo el mismo procedimiento que antes, abriendo esta vez los dedos en el interior.

Persival sentía en sus dedos como la abertura se cerraba y abría como si los devorara, lo que le hacía sentir la lujuria quemarlo y a su pene chorrear cada vez más ansiosamente.

Por primera vez en mucho tiempo, sus instintos tomaron el control y antes de que Glace pudiera decir algo, comenzó a introducir su sexo.

Gale se tensó debajo de él mientras soltaba pequeños quejidos.

-¿S-se encuentra bien? -Preguntó el guerrero una vez la cabeza de su falo terminó de entrar.

Gale asintió algo incómodo.

-S-sí, duele pero es soportable, sigue por favor -Pidió suavemente el señorito.

Persival no necesitó más palabras, siguió penetrando lentamente el ajustado y suave interior de Gale, sintiendo como cada vez estaba más caliente hasta ser parecido a un horno.

Gale soltaba quejidos mientras que Persival bufaba extasiado, la sensación era increíble.

Cuando chocaron sus pieles, Persival soltó un rugido de triunfo sin poder evitarlo para luego recostarse sobre Gale, rodear su estómago con sus brazos y girar las caderas, barrenado el interior de su amante con círculos. Gale soltó un leve gemido.

-S-se siente raro -Admitió Gale con un susurro-. T-te siento palpitar en mi interior, la sensación es...

-Estás muy caliente, y apretado -Indicó Persival, soportando por todos lo medios la urgencia de venirse de una vez o de penetrar violentamente las entrañas de Gale.

-Hazlo, poseeme... -Susurró Gale a los segundos.

Persival comenzó lentamente a salirse hasta dejar la cabeza y poco más adentro antes de volver a meterse, sentía que se derramaría en cualquier momento.

Gale comenzó a gemir cada vez más duro con cada vaivén. Persival solo podía concentrarse en no acabar.

De todas las penetraciones que había hecho hasta ahora, está era sin duda alguna la mejor hasta ahora, el interior de Gale era simplemente fantástico.

Poco a poco sus embestida fueron in crecendo hasta que la explosión del choque entre su pelvis y los glúteos de Gale se unieron al crepitar del fuego, los gemidos y los gruñidos.

Las manos Gale temblaban cada vez que se metía en su interior, por lo que Persival posó sus palmas en el dorso de las manos del señorito y entrelazó sus dedos, aferrándose el uno del otro.

Llegó un punto en el que Persival no pudo aguantar más y comenzó a rugir primitivamente mientras penetraba cada vez más fuerte a Gale, quién gemía cada vez más duro en una espiral de placer y furia.

Entonces Persival sintió cómo las entrañas se hacieron a su falo con una fuerza tremenda, como si quisieran exprimirlo.

Eso fue todo.

-¡Me vengooooo...! -Exclamó desaforado mientras derramaba chorro tras chorro en el interior del señorito con cada envestida.

Entonces sintió cómo la magia, que se había mantenido vibrando en todo momento, explotó ejecutándose mientras el sello terminaba por iluminar el lugar.

Mientras se recostaba de Gale sin salirse de su interior para luego acostarlos de lado junto al fuego, Persival supo que el acto había sido consumado.

Sin saber exactamente qué significaba o cómo podía ser posible, sabía que ahora eran hermanos y amo y sirviente al mismo tiempo, algo de lo que jamás había escuchado.

Ambos chicos respiraban cada vez más lento hasta normalizar sus respiraciones, encontrando que ahora estaban en una nueva relación muy distinta a la que estaban acostumbrados, como si fuera la prueba final de que el mundo que conocían estaba total e irremediablemente destruido.

-Persi... -Le llamó Gale en ese momento.

-Dígame señorito.

-E-eso fue increíble, quiero volverlo ha hacer -Admitió el señorito.

Incluso en su posición, Persival pudo ver como el sonrojó le llegó a su señor hasta los hombros. Eso lo hizo carcajearse.

-Como usted guste señorito -Indicó complacido mientras levantaba la pierna de Gale para comenzar a penetrarlo otra vez.

Gale solo pudo suspirar, mientras se giraba para tomar a Persival de la nuca y besar sus labios.

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Mientras los amantes, hermanos de sangre y voto y amo y sirviente a la vez, yacía y fornicaban cerca de las llamas, un enorme cuervo de ojos morados, apareció de entre los árboles y se posó en la ropa de Gale.

El cuervo conocido como Medianoche, comenzó a remover las vestimentas con su pico y garras hasta encontrar la moneda de oro con el cuervo tallado, tomándola con el pico.

En ese momento, sus ojos brillaron de una extraña luz tornasolada roja y morada

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En medio de una tierra muerta llena de árboles seco y petrificados, había una montaña de cadáveres.

Algunos era humanoides, otros eran de criaturas que incluso ni en sueños podrías imaginar y otro eran de simples y meros humanos, todo depositado en medio de un lago de sangre fresca mezclada entre las razas y coagulada a la vez.

El hedor de la putrefacción, la sangre y la muerte, apestaban el lugar junto al tétrico canto de los cuervos revoloteando en una gigantesca parvada que devoraba con hacías los órganos de los cadáveres, en una escena que volvería loca a cualquier persona.

Y aún así, había alguien en la cima de la pila de muertos que silbaba alegremente una desconocida nana mientras limpiaba con una vieja tela su enorme espadón con una empuñadura emplumada.

Sus ojos brilaban intensamente de rojo sangre en medio de la oscura noche.

Cubierto con una capa de plumas negras y un sombrero de ala ancha con una pluma de cuervo incrustada, el sujeto silbaba y tarareaba, incluso seguía el ritmo de la sonata con su pie derecho.

Entonces, en el mismo instante en que Medianoche tomó la moneda, en ese momento el sujeto se detuvo abruptamente, incluso los cuervos a su alrededor se detuvieron en su frenesí para luego observar asustados al hombre unos segunos y alzarse despavoridos al vuelo.

-Jo... -Expresó con una violenta sonrisa-. Parece que mi clarividencia me encontró algo interesante -Susurró divertido mientras se paraba y hacía desaparecer la espada en un haz de luz roja-. Así que un par de personas vienen a cobrarme un favor -Murmuró pensativo-... Bien, si ese pajarraco no me trae algo interesante, los despedazaré con mi espada.

Ante esa afirmación, el sujeto chasqueó los dedos, entonces desapareció en el aire en un fulgo morado y una estela de plumas de cuervos mientras la montaña de cadáveres de pronto se quemaba por sí sola.

En los próximos días, los viajeros murmurarían inquietos que se podía escuchar y oler cómo el viento traía desde Armus, el bosque petrificado, traía susurro de una siniestra risa junto con el olor a carne quemada.

Continuará...

Hola chicos, a qué no se la esperaban, No? Se que muchos esperan ansiosamente la continuación de "el tutor" y los entiendo, créanme, pero está historia la tenía guardada y ansiaba mucho, muchísimo comenzar a publicarla, pero no se preocupen, trataré en lo más pronto posible de sacar a nuestros amados Brandon y Caleb lo las pronto posible.

Dejando a la parejita de lado, quiero decir que está serie será publicadas así, vale? Los capítulos son bastante largos y me pareció bien publicarlos en dos partes al mismo tiempo, así mismo, esta serie será por mucho, más larga que el tutor y contará de varias temporadas con los títulos de los otros caballeros y guerreros que aparecerán más adelante, incluyendo a Persival.

A mis lectores favoritos XD y a todos en general, me gustaría que me dieran su opinión respecto a estos caps y qué les parece, pueden hacerlo por aquí o por adeth.maldito@gmail.com (siempre me río cada vez que lo escribo XD) porque este es uno de mis bebés principales y me gustaría refinarlo al máximo posible.

Cómo dato curioso, está serie primeramente sería homoerótica, pero luego de pensarlo, había decidido volverla bisexual, de hecho, en los primeros primeros caps que escribí en mi difunta laptop, Gale se llama Dhalia XD y muchos de los personajes masculinos que saldrán de ahora en adelante eran mujeres.

En el próximo cap, que publicaré luego de hacer dos de el tutor, explicaré un poco más de cómo Gale y Persival escaparon del reino, presentaré a nuevos personajes que tendrán mucha relevancia en la historia y el cómo el rey respondió a qué una de sus ciudades detruyera la que custodia a las puertas de la capital.

Hasta la próxima señores!!!! Feliz pajazo!!!!